Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

👑21👑

Keith bajó las escaleras de palacio.
Llegó al comedor. Shiro y Allura estaban hablando de vete tú a saber qué.
Allura miró a Keith. No había nadie detrás de él.

-Y Lance.

-No me hace caso, alteza. -murmuró serio y tal vez algo temoroso. Allura rodó sus ojos.

-Estará cansado, princesa. Déjele.

-No, mejor. Por que como suba... -Allura se dió la vuelta. -Cenemos sin él. Los tres entraron en el comedor.

Cenaron sin él.
Keith volvía a ser el último en acabar de cenar. Tenía el melocotón en sus manos. Benditas frutas, ojalá antes le hubieran dado más de ellas. Las amaba. Mucho. Si algo bueno tenía palacio era la alimentación. No iba a morir de hambre no.
Allura salió de la cocina y miró a Keith.

-Ves a descansar directamente. No busques a Lance, está siendo un niño malcriado... -suspiró. Shiro caminó tras ella. Empezó a darle conversación.
Y Keith recordó a Lance. "¿Le gusta Allura a Shiro?". Pues no. Claro que no. Conocía a Shiro. Aunque a veces estaba raro le conocía de mucho. Y sabía que no, que a él no le gustaba.

El galra subió a su cuarto nada más acabó con esa fruta. Se lavó los dientes y, tras ello, poco a poco y con delicadeza despegó la tirita de su mejilla. Sintió el poco adherido de la banda soltar su piel. Dolía más quitarsela que la cicatriz.
Vale no.
Dolía la cicatriz.
Siseó de dolor al pasar algodón con agua y más tarde con alcohol. Era un bestia, pero tenía que curarla.
Ya estaba cicatrizando, por lo que le daría igual dejarla al aire. Mientras no la tocasen.

Salió de allí y observó a Allura abrir el cuarto de su hermano. El susto se lo llevó al verla girarse pálida. Al parecer a Allura le hizo respirar ver a Keith cerca.

-¿Lance está contigo verdad? -Keith negó confundido.

-No... no alteza. Estaba en su cuarto. - Allura negó asustada.

-No está Keith. Que no está. -Keith se asomó. No, no estaba. El galra frunció el ceño. Se sentía culpable. El no debías alejarse del príncipe. -Donde está. Es tarde y... y ahora... ahora podría... -Allura bufó. Miró a Keith asustada. El galra sólo pudo abrazarla de forma algo torpe y tal vez novata. -Le quiero como para que se vaya así... -murmuró.
Y algo así como intuición inundó su cuerpo.

Tras calmar a Allura salió de palacio. Casi cuando no había a penas vigilancia. Dió alguna explicación simple y fue donde le guiaba el cuerpo.
El cielo estaba pintado de un color abismal hipnotizante. Las estrellas no ayudaban.
Atravesó el jardín y llegó a aquel sitio que le había enseñado hacía escasos días.
Ahí le encontró, tirado en el césped, mirando el cielo.

-Al... ¿teza? -Lance casi se muere del susto. Oir sus pies en el césped y su voz colaboraron poco.

-Joder Keith... -se quejó. Frunció su ceño y volvió a tumbarse. -Piérdete. Es una orden. -Keith frunció el ceño.

-Alteza en palacio...

-Pierdete.

-Pero...

-Es una orden.

-No. -sentenció firmemente. Lance se incorporó y le miró frunciendo el ceño. -En palacio le reclama la princesa.

-Primero, debes obedecerme. Y segundo, no quiero ver a nadie. -se acercó a él. -Y menos a ti.

-Alteza... -Lance chasqueó su lengua. Se acercó a él y le retó con la mirada.

-Me da igual mi hermana. Se lo ha buscado. -miró al galra atentamente. -Y tú también... - Se giró y se sentó de nuevo. Keith no se rindió. Era tal vez molesto y pesado pero... pero el cuerpo no le dejaba irse.

-No deberías...

-¡Dejad de decir que debería y que no!

-Es que la princesa...

-¡Que me la suda mi hermana! -empujó a Keith.

-¡Alteza es urgente! -desveló Keith.
Hubo un pequeño forcejeo. Lance terminó pequeños segundos bajo el galra. Demasiado asco como para continuar allí.
Dió otra vuelta. Se colocó encima suya y sin calcular, tocó su mejilla.
Su herida. Keith jadeó de dolor. Lance se apartó de él.
Se intercambiaron miradas. Los ojos de Keith brillaban como una hoguera.

-Vete. -murmuró ahora con los humos más bajados. -Keith simplemente se sentó.

En el fondo Lance no quería estar sólo.
Y llámalo casualidad, pero Keith recordaba esa charla.
Tras un silencio terrible para el albino Keith se hizo presente.

-¿Se siente sólo, alteza?

-Si. -sentenció en milisegundos. Sorbió por su nariz. -Mucho. -limpio sus ojos con su mano. -Echo de menos a los padres. No están. No lo entendeis que... que los echo de menos. Quiero que todo salga bien y... -se quejó de nuevo. -Y no está saliendo bien. Está todo mal.

-Alteza. -el galra hablaba en un tono suave. -No está sólo. Tiene mucha gente que le quiere.

-Altea no me va a querer más por un discurso al pueblo. -suspiró con fuerza. Cogió aire y miró a Keith con rabia. -¿Es que no lo ves? No... no sale nada bien. - el alteano se limpió las lágrimas con bruteza. -No entiendes como me siento. Nadie lo hace. -Keith bufó. Se acercó a él.
Manteniendo una distancia prudente, miro al alteano. Sus ojos llorosos brillaban más que nunca.

-Alteza... como exiliado que soy... me siento sólo. Mucho. -Lance tragó saliva. Tiró el aire y desvió su mirada. - No se ni siquiera el paradero de mi madre. No tengo rastro suyo. Ni una mísera prenda. Sólo tengo a Shiro. A Shiro y vuestras órdenes. -Lance le miró de nuevo. -Créame alteza, todos confiamos en usted. Altea lo hace. Su hermana lo hace. Le echa de menos. -Lance sintió su cuerpo debilitarse. -Se que le doy asco... - Lance sintió eso clavarse como un cuchillo en su pecho. - ... pero confío en vos. -Lance trataba de limpiarse la cara, pero le era difícil. Sus mangas ya estaba húmedas. -Lo haréis genial alteza. Lo lleva en la sangre. - Lance miró asustado a Keith. Aquel galra tan asqueroso estaba ablandandose. Estaba desnudo, a flor de piel.

-¿Tú... crees eso de verdad?

-Si, alteza. Firmemente. -murmuró. El galra se acercó de rodillas hacia él. Le limpió una lágrima con el pulgar, perfilando su pómulo. - Se que vos tiene mucho que ofrecer. Príncipe, no está sólo. -Lance frunció su ceño. Su cuerpo empezaba a temblar.
Keith se percató de ello al ver sus manos limpiarse las mejillas de nuevo. -Es tarde alteza. Debe descansar. - Lance negó

-No puedo entrar en mi cuarto así. -sorbió por su nariz. -Si me ve mi hermana me preguntará de todo. No quiero verla aún... -murmuró. Keith frunció su ceño.

-Alteza no es buena idea que duerma aquí.

-Dormiré en el salón. -murmuró. Y entonces recordó a lxs criadxs. Lxs criadxs y la costumbre que tenía de despertarse tarde.

-Duerma en mi cuarto. -murmuró. Lance frunció su ceño. -Yo dormiré en el salón.

-¿ Y si Shiro me ve? Le dirá a Allura. -cogió aire y lo tiró. No quería decir lo que iba a decir. -Duerme conmigo y vigila por la mañana de que no me vean. -miró sus ojos.

-Si... alteza. -a Keith comenzaban a confundirle los ataques contradictorios de humor del alteano.

-Y... -carraspeó. No quería parecer débil. Que realmente lo era, pero... y qué. -Prometeme que no dirás nada.

-Se lo prometo con mi vida, alteza.

Keith se levantó y estiró su mano a Lance.
En silencio el galra fue guiando al alteano, siendo cuidadoso con lxs pocxs criadxs que habían.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro