Extra
Jungkook y yo terminamos de pintar la última pared que nos faltaba de la casa. Estábamos sentados en suelo, agotados y sudando, pero el resultado era maravilloso; al principio, como solo éramos nosotros dos, se veía tan gracioso y desordenado todo. Sin embargo, ahora se veía realmente bien.
"Debimos haber contratado a alguien" murmuró Jungkook, sentado entre mis piernas mientras le daba un masaje en los hombros. Se encontraba en su tercer año, y yo en el cuarto. Solo tendría que iniciar la tesis el siguiente año y ya estaría graduado. "Tardamos demasiado."
"No mucho" bromeé.
Él se río con esa risa tan suya, tan bonita.
"Tardamos dos meses, Tae" se giró para besarme. "Pero me encanta el resultado; puedo imaginar a nuestros dos hijos corriendo por aquí y por ahí."
"No podemos tener niños aún" le recuerdo con tristeza.
"Es cierto, es mucho papeleo la adopción, ¿verdad?" cuestiona, mirando la pared de nuevo.
"Según Kang, solo tarda un año si estamos casados y dando una constancia de nuestros ingresos mensuales."
"¡De nuestros empleos inexistentes!" dijo él, riendo aún más. "Trabajo en un restaurante de comida rápida, no sé si eso valga y... Espera, ¿has dicho casarnos? ¿Quieres casarte conmigo?"
"No, eres muy difícil de manejar" respondí, esperando una reacción. Mi sonrisa se ensanchó cuando se giró, mirándome con el ceño fruncido y los labios abultados, labios que besé con ternura. "Claro que quiero" Jungkook se giró, montándose encima de mí, dejando que yo lo apretara de la cintura.
"Un año... ¿En serio tenemos que esperar tanto?"
Acaricié su cabello, pensando en todo lo que habíamos pasado.
Jungkook y yo teníamos un año de vivir juntos oficialmente, nos llevábamos muy bien porque siempre nos poníamos de acuerdo para "llevar la fiesta en paz", como diría él. Y de relación, de relación teníamos cinco años, sin aburrirnos el uno del otro porque siempre había algo nuevo.
Descubrimos que aparte de ser pareja, podíamos ser muy buenos amigos y un gran equipo, y crear rutinas que no fueran aburridas sino reconfortantes, pero rompiendo de vez en cuando los esquemas.
Jungkook y yo hemos viajado, no fuera del país, y ese es otro descubrimiento fue algo impactante para los dos; el hecho de encontrar nuevos lugares en nuestro propio país al lado del otro, era magnífico, y ni siquiera gastábamos tanto. Así que, ya estábamos listos para dar el gran paso y yo no quería esperar.
"Casémonos."
"¿Qué?" pregunta mirándolo a los ojos, esperando que realmente yo hablara en serio. Una sonrisa surgió en su rostro, de oreja a oreja. "¡¿Hablas en serio?! ¡¿Sí?! ¡Dime que sí!"
"No, tú dime que sí" comenté, sosteniendo su mano y, tomando un poco de pintura, hice un anillo sobre su dedo. "¿Te quieres casar conmigo, Jeon Jungkook?"
"¡Sí!" gritó, lanzando su cuerpo hacia mis brazos, me besó y besó todo mi rostro. "¡Cinco años esperando, sí!"
"¿Quieres una ceremonia grande?" pregunto, solo queriendo hacerlo feliz.
"No, quiero algo más privado" se puso pensativo. "¿Te molesta eso?"
"Claro que no, soy devoto para hacerte feliz y lo sabes."
Sonrió aún más.
"¿Qué estamos esperando?"
"En unas calles, hay una notaría, podemos ver que piden, hoy" le informé.
"No tengo ganas de salir, dile a Jehoon si sabe sobre eso" pide, de forma caprichosa. Asentí, y lo cargué en mis brazos, levantándome con un poco de dificultad. "¡Vamos a casarnos!"
La notaría había dicho que podía hacernos una ceremonia en el establecimiento, Jungkook y yo aceptamos la oferta e invitamos a nuestros familiares, amigos de la universidad (los más cercanos) y luego, preparamos los papeles con ayuda de Jehoon.
Un matrimonio civil nos parecía suficiente, es decir, Jungkook y yo creíamos en Dios, pero sabíamos que a Él no le molestaría si no nos casábamos por la Iglesia, porque no creíamos en ella.
Y ahí estábamos. Tomados de las manos, ambos con trajes blancos y anillos de pareja recién comprados mientras leíamos con el notario los papeles para ver que todo estaba correcto y en orden. Todos los presentes estaban atrás, esperando a que firmáramos para luego ir a festejar.
Cabe destacar que los tomó por sorpresa nuestra decisión repentina, pero Jungkook y yo no queríamos esperar. El matrimonio solo nos permitiría tener un hijo, porque el amor ya estaba presente; ambos sabíamos que era auténtico y nos pertenecíamos el uno al otro, siendo exclusivos.
Andar un anillo, era una muestra para los demás que ya teníamos a nuestra alma gemela.
"Bueno, ya firmando los papeles" comentó el notario mientras Koo y yo colocábamos las firmas "ustedes están unidos en matrimonio. Felicidades. Pueden besarse" una sonrisa aparece en su rostro.
Jungkook y yo nos enderezamos, y tomé su rostro observando sus ojos, encontrándome en ellos y sonriendo hacia a él mientras me regalaba una sonrisa de la misma magnitud. Ambos lo sabíamos; tomaríamos nuestro tiempo para contemplarnos y luego, nos besaríamos con dulzura no importando si la gente esperaba nuestra unión. Incliné mi rostro y unimos nuestros labios, comenzando con un movimiento lento y dulce, juntamos nuestras frentes mientras nuestros amigos y familiares gritaban de felicidad.
Rápidamente nos movimos hacia el local que habíamos alquilado para ese día.
"Tae" me llamó en cuanto tomamos el primer baile lento.
"¿Qué sucede, cariño?" pregunto, meciéndonos suavemente.
"¿Por y para siempre?" sus ojos brillan, ladeando el rostro.
Jungkook se veía tan hermoso con ese traje, ese maquillaje suave sobre su rostro, con su cuerpo esbelto y hermoso. De verdad que era perfecto, y ahora era mi esposo.
"Por y para siempre, mi ángel."
Tomó mi rostro.
"La verdad, creo que el ángel eres tú; me has hecho cambiar y me has salvado" murmura.
"En ese caso" dije en un leve susurro sin dejar de bailar "nos hemos salvado los dos."
"Y ahora somos uno, ¿verdad?" asentí.
"¿Nos escapamos ya?" pregunté en su oído, luego de darle una mirada a todos que se encontraban distraídos ya sea con la comida o la música. Jungkook también se inclinó hacia a mi oreja, con una sonrisa divertida.
"¿Cómo?"
"Tengo la camioneta lista para huir allá atrás" se alejó un poco para mirar mi rostro y asintió frenéticamente.
"No hay de qué preocuparnos, aquí hay una fiesta para ellos, pero la nuestra está en otra parte" dice y su mirada pregunta algo que comprendo, así que le digo la verdad.
"Seongsan Ilchulbong" susurré, sus ojos brillaron y dio un par de saltitos.
Retomamos el baile y nos movimos entre las parejas, ellos pensando que solo estábamos bailando. Una vez estuvimos fuera de la pista, salimos corriendo por el pasillo hasta llegar a la puerta trasera donde el vigilante nos sonrió. Nos metimos al auto y arranqué mientras nos dirigíamos al aeropuerto riendo. Besó mi mejilla y sacó su cámara para tomarme una foto, y una a él.
Llenamos el auto con canciones que nos gustaban, cantando en alta voz y acelerando de vez en cuando en las calles que se permitía, solo para acortar el viaje. Jungkook dio un grito cuando vimos el inicio del aeropuerto, a punto de comenzar nuestra luna de miel.
Saqué los papeles de la guantera, bajamos corriendo sin maletas, ya conseguiríamos algo en Jeju. El avión salía en setenta minutos, así que esperamos de forma paciente y nos montamos en cuanto nos llamaron. Cuando bajamos del avión en la provincia de Jeju, se colgó en mi espalda mientras caminábamos hacia el taxi que nos llevaría al hotel donde pasaríamos la luna de miel.
"Kim Taehyung" dije a la recepcionista cuando preguntó a nombre de quien estaba la habitación rentada.
"¡Y Kim Jungkook!" saludó mi esposo.
Mi esposo.
Se escuchaba hermoso.
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