011
Desperté en un lugar que conocía, pero que tenía tiempo sin visitar. Podía escuchar el canto de las aves fuera en el patio, saltando entre los árboles. Podía escuchar un piano sonando y luego, sentí el aroma de algo dulce, de algo que probaba en mi infancia. Caminé deprisa hacia la cocina, queriendo encontrarla. Mi madre estaba ahí; de pie, dándome la espalda mientras agitaba un brazo, batiendo algo. Un postre, quizá.
"¿Mamá?" mi voz salió pequeña, como si tuviera miedo de que alguien descubriese lo que le diría.
Lo estaba. Si Heemin me escuchaba...
"¿Qué sucede, Nayoung?" mi madre se giró, encontrándome con la cara empapada. Ella me miró con esos ojos tan dulces, pero preocupada. Se acercó a mí, posando una mano sobre mi brazo. "¿Estás bien?"
"Mamá yo nunca voy a ser como tú" solté con todo mi dolor, mi vergüenza y mi agonizante corazón. Mis labios temblaron con mi voz, mi pecho ardía.
"¿Qué? ¿De qué hablas?"
"Mamá, yo nunca voy a poder cambiar a un hombre porque no soy lo suficientemente especial..." tuve que esforzarme para que ella pudiese entenderme, llevando ambas manos hacia mi rostro, tratando de limpiar las lágrimas. Sentía que podía caer en ese momento, sentía que no valía absolutamente nada.
"Querida, no digas eso..."
"Y mis hijos se han convertido en grandes personas en mi ausencia, soy una inútil, soy innecesaria" todo lo que había guardado para mí misma, por fin podía decírselo a alguien más que la soledad y la oscuridad.
"Cariño" ella me llama, tratando de calmarme.
"¿Por qué estoy aquí aún, mamá?" cuestiono, y ella me abraza con fuerza, sonriendo.
"Porque Taehyung fue a salvarte."
"¿Y qué hago ahora?" no sé a dónde ir. No sé qué debo hacer, estoy demasiado, perdida.
"¿Qué estás haciendo?" ella quiere saber.
"Estoy... Estoy hablando con Taehyung."
"¿Sobre qué?"
"De lo que nunca les conté a ustedes" murmuro.
Mi madre asiente, y se limpia las manos en su pantalón antes de halarme, invitándome a sentarme con ella, mirándonos a los ojos y, oh, cuánto la extraño. Cuánta falta me hace mi madre, mi padre, mis hijos... Él.
"¿Por qué?"
"No lo sé, creo que merece saber la verdad" respondo. O quizá no quiero irme con esta angustia, con esta herida.
"Sí, la verdad es buena."
"Entonces, ¿por qué esa cara?" estoy asustada, pero ella niega antes de responder.
"La verdad, Nayoung,hace que las personas cambien aun cuando tú no lo desees."
"Quiero que te comportes."
Sus palabras llegaron claras, frías y duras. Usualmente, mi boca se mantenía callada cuando Heemin me reclamaba o recordaba lo que debía hacer para que él estuviese tranquilo. Sin embargo, hoy me sentía tan desorientada con la noticia de mi papá en el hospital, tan desgastada, tan frustrada y preocupada que mi boca se abrió por sí sola.
"Siempre lo hago" respondí, y fue un grave error porque de inmediato una mano suya se estrelló contra mi espalda, sin piedad, haciendo eco en el ascensor que solo nosotros dos usábamos en ese momento. "¡Ah!"
"Entonces, cállate perra."
El ascensor se abrió y me apresuré en salir, con mis tacones resonando, registrando todo el lugar con la mirada en busca de respuestas. Encontré a Jin, el novio de mi hijo mayor, y decidí acercarme a él, para saber de mi padre. Tenía el corazón de la boca porque si mi padre falleciera, no solo sería doloroso, si no también me dejaría completamente sola, y ya nadie podría detener a Heemin.
"¿Cómo está mi papá?" le pregunté con la voz desconocida. Seokjin se sobresaltó un momento, no esperándonos ahí.
"Aún no lo sabemos, señora" Jin se veía tan incómodo conmigo que hacia mi pecho doler. "Namjoon está hablando con el doctor..."
"¿Y mi bebé?" ahora que Heemin jugaba al 'padre que ama a sus hijos', yo podía hablarle con cariño a mi hijo aun cuando estos chicos lo tomaran como hipocresía.
"Está con Jungkook" respondió.
Miré toda la sala y encontré al novio de mi hijo sentado en sus piernas. Sin mirar a Heemin y sin dudar, caminé decidida a platicar con él; quería tratarlo sin Heemin detrás de mí, yo solo quería conocer un poquito más a Jungkook antes de morirme o lo en lo que sea que terminará mi vida.
También se veía incómodo y sonreí para opacar el intenso dolor que seguía incrementando en mi corazón. Yo no tenía a nadie, excepto a Taehyung, pero si él metía las manos por mí, Heemin lo mataría y yo no dejaría que eso pasara. Un par de palabras compartimos, su voz era tranquila, pero su tono se volvió un poco duro en cuanto se sintió un poco intimidado por mí...
Fue cuando decidí ponerme de pie, y lo vi. Claro que lo vi.
Kim Jaeshi estaba frente a mí con una bata blanca, su cabello castaño algo corto y la mirada impasible. Nuestras miradas conectaron y sentí mi corazón palpitar demasiado emocionado, iluso. Hubo un brillo de sorpresa, luego, incomodidad y solo atiné a mirar sus zapatos, lo escuché suspirar y sentí como mi corazón se iba junto a él.
No fui la única en reconocer a Jaeshi porque sentí como Heemin me tomaba posesivamente. No era un gesto cariñoso, era una advertencia tanto para mí como para Jaeshi. Él apartó la mirada y supe que nunca iba a perdonarme.
Yo tampoco lo haría.
Simplemente, sabía lo que él pensaba; que yo era una descarada y mentirosa sin corazón con el alma tan fría para decirle que lo amaba, utilizarlo y luego abandonarlo a su suerte, sin sus hijos.
Cuando menos lo sentí, porque todo pasó tan rápido, estaba en el ascensor con Heemin a mi lado. Estaba medio apoyado sobre una de las paredes del lugar y me miraba a través del reflejo, sus ojos conectado a los míos. Sonrió, burlonamente como era ya costumbre. Estaba preparada para lo que fuera; siempre eran insultos, ofensas y ataques hacia mi persona. Lo que sea que dijera, ya no podía afectarme.
"Siempre me pareciste hermosa; incluso hoy en día sigues sin perder el encanto" soltó con la voz ronca, con su voz tan odiosa. Se enderezó y siguió observando mi rostro. "Y en serio me gustaste. Ya sabes lo que dicen: mientras más hermosas, más tontas."
"Qué romántico eres" solté con una mueca.
"Nunca te dije que lo sería" ladeó el rostro y volvió a reír. "Pero la gente miente; mientras más hermosas, más perras."
"Las mujeres somos perras cuando los hombres son poca cosa" espeté con la sangre hirviendo.
"Ay, Nayoung, yo que tú no tentara al diablo" tomó un mechón de cabello y lo alisó entre sus dedos, quise apartarme de su toque, pero no quería demostrarle que me intimidaba, quería.... "No sabes de lo que soy capaz, ¿o sí?"
"¿Qué es lo que realmente quieres?" cuestioné, cansada de todo.
"A Namjoon y el dinero, nada más" se sinceró, encogiéndose de hombros. Negué y tomé con fuerza la correa de mi bolsa, necesitaba sujetarme de algo.
"Te daré todo el dinero que quieras, pero no dejaré que tengas a Namjoon, jamás" juré.
"¿Y eso quién me lo impide?" se río, mofándose en mi cara, demostrándome lo poco que mi opinión, mi persona valían para él. "No eres nada, y lo sabes."
"Si yo no soy nada, tú no mereces vivir porque eres una porquería, algo inservible que no debería estar aquí" le espeté, furiosa, lista para abalanzarme, si iba a morir, quería que fuera ahí; en un lugar público, que todos lo vieran.
"Deja de hacerte la indignada, que tú vales menos que yo" se río de nuevo. "Nunca defendiste a tu hijo, porque te encantaba ser la perra de mis amigos. ¿Qué crees que haga Namjoon si se entera?"
"¡Lo hice por Taehyung! ¡Yo no iba a dejar que lo golpearas todos los días! ¡Púdrete!" grité, defendiéndome y ahuyentando todos esos recuerdos que hacían mi cuerpo doler.
"Oye, relájate, amor" se acercó a mí y tomó uno de mis brazos con fuerza, vi su mano ir a su bolsillo, en busca de algo. "Todo esto podría haber sido sencillo para nosotros, pero siempre estabas en contra de lo que hacía. Yo no te pedía demasiado, Nayoung, yo solo quería que fuéramos felices con Namjoon."
"¡Heemin, no! ¡Suéltame!" exigí, agitando mi cuerpo, en vano. Yo no era nada...
"Claro que te gusta ser la perra de mis amigos, me pagaran bien esta vez" una aguja se introdujo en mi brazo. "Solo debes disfrutar y ya está, mira que no te pido mucho. Nunca lo he hecho."
Mi mente está trabajando mucho hoy. Tanto que pareciera que el tiempo se ha ido volando. No sé ni cómo llegué hasta aquí, yo solo... Casi asesino a la doctora Nam, y si lo lograba, él ganaría. Heemin ganaría este maldito juego del infierno y mis hijos...
Heemin merecía morir, y quería hacerlo con mis propias manos. Quería destruirle, aún si terminaba con mi propia vida, yo...
La doctora Nam estaba aterrada, sin embargo, cuando se dio cuenta que no le haría más daño, se acercó hacia a mí, dispuesta a ayudarme. Dio un par de pasos, hasta que la puerta se abrió de golpe, sorprendiéndonos a las dos.
Taehyung se apareció con el rostro inexpresivo y la respiración entrecortada. Lo único que pude hacer fue rendirme a él y seguirlo, hacer lo que me pidiera. Protegerlo.
"¡Soy libre!"
"Mamá..." Taehyung estaba sujetando mi mano mientras caminábamos por las calles con la doctora Nam atrás de nosotros. "Camina, ¿sí?"
"¡Soy libre, Tae, soy libre!" canté en voz alta, sin recordar que me dolía entre las piernas, sin recordar absolutamente nada. Él me miró por el rabillo del ojo y me dio una sonrisa pequeña.
"¿Te duele el cuerpo?" dio una rápida mirada a mis piernas, él ya sabía lo que me había pasado, pero ya no dolía. No dolía mientras sostuviera mi mano y me hiciera sentir amada, porque alguien se estaba preocupando por mí. Negué y le sonreí. Traté de expresarle todo con un apretón de manos, no sé si me creyó.
Su celular comenzó a timbrar y los tres nos detuvimos mientras sujetaba el aparato y descolgaba la llamada. Me aferré con las dos manos de la suya, temiendo que fuera Heemin. Sin embargo, no había de qué preocuparse; era su novio, quien nos llamaba desde el consultorio de la doctora Nam. Ambos se miraron desde sus respectivos lugares antes de colgar la llamada. Luego continuó el camino entrando en un parque el cual yo desconocía por competo, y decidí preguntar.
"¿Ya vamos a llegar a casa?"
"Puedo llevarte a casa del abuelo" respondió, me arrojé hacia a él y lo sentí tensarse. "¡Mamá!"
"¡Tae, no! ¡A su casa, no!" le rogué; no quería estar ahí, quería que Taehyung se quedara conmigo y que Namjoon volviese a abrazarme. Yo solo quería estar con ellos un momento, fingir que todo estaba bien, solo un momento. "Por favor" caí de rodillas al suelo, sujetando su cintura con ambos brazos.
Entonces, ya no lograba sentir mis piernas y mi cara iba por ese camino también. Mi cuerpo cedió ante el sufrimiento, agotado al límite.
"No me lleves ahí, solo quiero estar con ustedes" Se relajó poco a poco, sujetando mis hombros con delicadeza, mirándome directamente a los ojos. Oh, yo solo quería apaciguar esas lágrimas. Estuve a punto de rogarle que no llorara, que no lo hiciera por mí.
Namjoon, Jimin y Jungkook evitaron que Taehyung se derrumbara con su llegada. Entre ellos compartieron palabras, miradas y dudas. Ni una sola sonrisa, ¿qué nos había hecho Heemin?
No sé de lo que hablaron, no presté atención porque en todo momento Taehyung acarició mi cara. Luego, me sonrió cuando ellos se voltearon, con la mirada cargada de amor y envuelta en un secreto que pronto sería revelado.
El secreto de que ambos nos amábamos y que ambos habíamos sufrido por el otro en manos de Heemin. Taehyung me amaba aun cuando yo no era la mejor madre. Se agachó suavemente y me tomó en sus brazos, susurrando suavemente...
"Abraza, mamá."
Asentí y rodeé su cuello con mis brazos mientras rompí en llanto, llena de alivio, felicidad y tranquilidad. Tanta, que si moría en ese momento no me importaría.
Perdonen la tardanza, se me había ido la inspiración y las ganas de editar.
Muchas gracias por la paciencia, el apoyo y su cariño, abejitas.
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