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010

Una persona nunca llega a pensar que podría enamorarse o querer a dos personas al mismo tiempo; después de todo, la gente siempre te empuja a buscar a tu verdadero amor, a tu otra mitad, entonces, eso es lo que haces, y no dudas en encontrarla, ni siquiera imaginas que haya otra persona que te ponga en duda. Porque aun cuando mi amor por Jaeshi era extremadamente grande, una parte de mí también quería a Heemin, mi mente no podía olvidarlo, ¿cómo hacerlo? Era elegante, atractivo, educado y con una sonrisa encantadora. Era de mi clase, como dirían por ahí.

¿Han escuchado que las personas cuando cambian siempre tienen algo del pasado que se queda con ellos? Algo que los caracteriza, que no se puede cambiar, una forma de pensar o de ser. Yo no podía soltar el dinero, aun cuando Jaeshi me había hecho cambiar de pensamiento sobre el dinero, simplemente en este mundo es algo que se necesita aun cuando lo neguemos. El dinero no compra el amor, eso lo sé, pero tampoco se vive del amor ¿o sí? Cuando le dije a Jaeshi que quería casarme con él, era verdad porque sabía que mis padres no nos dejarían sin dinero y entonces yo lo tendría todo: el amor de mi vida, mi hijo, dinero y una buena casa. Pero cuando me casé con Heemin, supe que sería más difícil tener mi vida soñada con Jaeshi y luego, cuando vi a mis padres creyendo que Namjoon era hijo de Heemin y que este se volvía más dulce, amoroso conmigo y mi hijo, no pude soltarlo. Sonaba horrible, pero Namjoon era hijo de Jaeshi, y, sin embargo, Heemin fue más rápido, cumpliendo mi sueño. Ocupando el lugar de Jaeshi en mis fantasías, en mi mayor sueño.

¿De quién era la culpa? Supongo que era de ambos.

Amaba a Jaeshi, y mi corazón se enamoró de Heemin. Amar a dos personas es difícil, y tomé una decisión cuando Taehyung nació; no volvería con Jaeshi porque no tenía tiempo ya, porque haría mal a mis hijos y a mí. Si yo me alejaba de él, mi corazón ya no lo vería y entonces, no dudaría ni sufriría. Además, Jaeshi jamás intentó algo más conmigo, a pesar de que siempre se lo pedí, a pesar de que siempre lo intenté.

Recuerdo mis charlas con mi padre, preguntándole de forma sutil su opinión acerca de Jaeshi, y como mi padre lo aceptaba sin dudar. Entonces, ¿qué detenía a Jaeshi para venir por mí y pedir mi mano frente a todos? Si dudaba tanto, entonces, no lo valía.

Creí que todo estaría bien, que nuestro secreto no saldría a la luz, sobre todo cuando mis padres me dijeron sobre la despedida de Jaeshi. Y aunque su partida me dejó deshecho el corazón, pensé que sería feliz, hasta que Taehyung fue detectado con síndrome de Asperger.

¿Sabían que a veces los hombres fingen ser perfectos?

¿Sabían que fingen ser perfectos para entrar en tu cabeza y en tu corazón? Ponen en duda todo lo que eres, te manipulan sin que te des cuenta, te vuelven tan dependientes de ellos que de pronto te ves ahogada en su mirada, en su ser, en todo él, y crees que no hay nadie mejor, que no mereces más, porque tu autoestima está tan rota como un espejo, y por más que trates de levantar cada trozo, jamás volverá a ser lo mismo. Jamás volverás a ser tú misma.

Heemin me convenció de que mi hijo era un retrasado, estaba asustada porque descubriera mi engaño y dejé que Taehyung pagara las consecuencias. Me culpó de la "enfermedad" de Taehyung, y comenzó a encerrarme con Namjoon mientras él golpeaba a mi hijo menor. Traté de levantarme, de defenderlo.

Pero Heemin era más poderoso.

Siempre había sido más fuerte que yo, más agresivo, la única forma de proteger a Taehyung era con mi cuerpo. Heemin perdió la cabeza, y tuvo ideas retorcidas, parecía que le encantaba ver a sus amigos violándome. Y cuando mi cuerpo tenía marcas, amanecía destruido, mi esposo era feliz. Yo no era tan resistente, en cuanto mi cuerpo no aguantaba, aprovechaba y atacaba a mi hijo después.

Traté de decirles a mis padres, pero me encerró y me alejó de todo aquel que pudiese ayudarme. Jaeshi me comparaba con una paloma, una que era libre y me decía que su apartamento era un nido que había preparado para mí. Heemin había preparado una jaula, diciendo que era lo que merecía por darle un hijo enfermo. Y tenía razón, hasta cierto punto.

Sin embargo, tenía que hacer algo por mi hijo. Si no podía ayudarlo yo, si no podía sacarlo de aquí, alguien afuera tendría que hacerlo.

Le dije que no hablara con extraños, eso causaría que ignorara a sus compañeros. Le estaba dañando, pero solo así podría lograr que los maestros miraran a mi hijo y lo ayudaran. Taehyung llegó un día, diciéndome que el psicólogo le había hablado, fue cuando le pedí que cuando estuviese con él, se quitara la camiseta y le mostrara sus golpes. Aun cuando mi hijo se sintió extrañado por la petición, llegó una carta de la academia unos días después, citándonos.

"¡¿Cómo diablos se enteraron de que este mocoso...?!" ni siquiera terminó la oración, Taehyung estaba detrás de él, abrió la boca para decirle la verdad, pero me acerqué a él y tomé su manita. Me miró confundido, negué, pidiéndole ayuda.

"Quéjate" pedí en voz baja. "Finge que te duele como te agarro."

Taehyung frunció el ceño y luego soltó con voz lastimera.

"¡Ay, mami!"

"¿A quién le dijiste, Taehyung?" le grité, sintiendo que se me partía el alma. "Miente amor, por favor" le rogué. Taehyung me miraba confundido, pero miró a Heemin con la vista llorosa.

"Yo... Dile que me suelte, por favor..."

"Nayoung" me llamó, y me giré sin soltar a Taehyung, él siguió haciendo pucheros y llorando quien sabe cómo. "Castiga a ese imbécil, mañana iremos a la academia y ojalá lo escuche abrir la boca para soltar mierda."

"Claro" asentí. "Y, cariño, deberías escuchar al psicólogo ese" debía sacar a Taehyung de esta casa. Heemin me observó colérico. "Amor, deja que se vaya a ese psiquiátrico" prácticamente le rogué.

"¿Quieres deshacerte de él?" su sonrisa fue de burla, como si le gustara pensar en Taehyung lejos de nosotros.

Quiero que lo dejes en paz.

"Seamos una familia, sin él, solo con Namjoon" le pedí, y él asintió, aliviando mi corazón.

Heemin salió y miré a Taehyung, agachándome para darle otra orden.

"Finge que duele."

"¿Por qué?" preguntó.

"Es lo mejor, ¿sí?" tomé su rostro, asegurándome de que estuviera bien, en lo que cabía. "¿Te dañé en serio?" él negó. "¿Y por qué llorabas?"

"Porque veo como mamá sufre..."

"No pienses en eso, ¿qué te he dicho?"

"Mamá me ama, pero debo fingir que no me trata bien."

"Eso, así es correcto."

Me levanté y eché seguro a la puerta, Taehyung se sentó en un sofá y miró como tomé el cincho su reposaba en una mesita.

"¿En serio me voy a ir?" él pregunta en voz baja.

"No estás bien aquí" levanté el cincho y lo estrellé contra un sofá de cuero, Taehyung soltó un gritito, pero se levantó y tomó mi mano. "Solo quiero que no te toque más. Allá afuera estarás mejor, nadie va a golpearte y podrás hacer lo que quieras."

Di otro golpe al sofá y Taehyung soltó otro grito mientras se aferraba a mi pierna.

"¿Y qué hay de ti? ¿Volveré a verte?"

"Volverás a verme; podrás encontrarme en las flores que más te gusten."

"No eres mala, mami."

"No digas eso enfrente de otra persona" le recordé y él asintió, abrazándome más y lo apreté contra mi cuerpo.

Tuve que soltar a Taehyung, y aun cuando los años sin él fueron un calvario para mi débil corazón, saber que estaba lejos de las manos de Heemin, yo podía vivir más tranquila. Luego, nos avisaron que Taehyung regresaría a casa al notar avances en su tratamiento. Sabía que Heemin volvería a dañarlo y lo convencí de que Taehyung viviera solo, sin nosotros. Heemin aceptó, prometiendo dejar en paz a mi hijo una vez se fuera.

Antes de que Taehyung se fuera, Namjoon y Heemin salieron de pesca, queriendo ir conmigo también, pero les dije que me sentía indispuesta, que era mejor quedarme. Yo solo quería ver una última vez a Taehyung.

"¿Taehyungie?" mi hijo estaba en la sala, ese fin de semana se había grabado en mi pecho, cuando Taehyung y yo compartimos como familia aun cuando ambos sabíamos que nuestra burbuja iba a romperse unos días después. "¿Podemos hablar?"

Tomé asiento en el suelo, en cuanto me acomodé, él bajó corriendo del sillón para lanzarse hacia mis brazos y lo arrullé suavemente apretándolo contra mí.

"En dos días te vas. Quiero que me escuches, ¿sí?" tomé su rostro, gravando todas sus facciones, sus ojos, sus lunares, todo en mi memoria. "No necesito que me perdones, necesito que seas feliz. Dile a tu padre lo de siempre: te ignoro, soy mala contigo y que pasaste encerrado en tu habitación, dile que te sientes aburrido por eso."

"¿Por qué?"

"Porque nos conviene, TaeTae, nunca le digas a nadie lo que pasamos, ¿sí? Si Namjoon te pregunta, fui pesada contigo, te dije cosas malas, eso dile. ¿Puedes hacerlo, bebé?"

"¿Aún cuando sea mentira?" asentí. "¿Por qué mentimos?"

"A veces es necesario, solo, no lo hagas más cuando estés afuera."

"¿Te veré después?" negué con los labios temblando. "¿Por qué no?"

"Porque mereces una mejor mamá."

"¿Y un papá también?" sonreí.

"Dudo que tu verdadero padre fuese malo contigo" confieso, recordando con dolor y arrepentimiento a Jaeshi.

"¿Qué?"

"Olvídalo, mejor dame un beso." Taehyung besó mi mejilla y yo copié su acción en su frente, abrazándolo.

"Mamá, prometo sacarte de aquí."

"No, TaeTae, yo también fui mala contigo, tonta y estúpida."

"Es mentira."

"Tu mamá es una mentirosa, entonces" concluí.

Taehyung escondió el rostro en mi cuello, sin poder negar tal verdad. Rodeé su meñique con el mío para sellar nuestra promesa que, algún día, Taehyung rompería. Vimos películas, preparamos galletas y dormí toda la noche con él, con nuestras manos entrelazadas.

Luego, mi hijo alzó sus alas, y voló lejos de mí, me pregunté cuándo volvería a verlo.

¿Dónde está mi amor? ¿Dónde está él? ¿Cuándo podré volver a ver a Taehyung?

Luego de su partida, nada mejoró, porque su ausencia me lastimaba, sin embargo, Heemin paró con sus atrocidades y se dedicó a beber y a beber, y a vigilar a Namjoon, fingiendo que era un buen padre para él. Yo me fui perdiendo poco a poco, hasta que dejé de reconocerme.

No me duro mucho esa paz.

"¿No me lo ibas a decir, zorra?" el grito de Heemin no me asustó, estaba tan acostumbrada, pero ahora, ¿por qué me gritaba?

"¿Qué?" salí a recibirlo en el salón y recibí una bofetada junto a una mirada llena de odio. "¡Heemin!" tomó mi cabello y me arrastró hacia el suelo. "¡Detente! ¡qué te pasa!"

"¿Crees que no me iba a dar cuenta?" lo tomé del brazo, tratando de apartarlo. "¿Cuándo ibas a decirme que el bastardo de Taehyung era doctor de ese mal nacido?"

"¿Cómo? ¿Cómo te enteraste?" confesé, ya sin fuerzas para luchar, si Heemin quería matarme ahí mismo, no me importaría, Taehyung estaba seguro y yo no valía la pena. Llegamos a la sala y me lanzó al sofá, Namjoon estaba en clases, solo éramos nosotros dos en aquella enorme casa.

"Bueno, no sé, tienes cara de zorra y decidí hacerme prueba de paternidad con Taehyung. La forma que mirabas a ese doctor..." hizo una mueca, arremangó las mangas de su camiseta y apretó los puños. "Ahora, ya lo sé, ya sabía yo que esa cosa no podía ser mío."

Pero si ese día era mi fin, iba a irme luchando y defendiendo lo que tanto amo, como debí haberlo hecho desde un inicio.

"¡Pues claro, el enfermo eres tú! ¡Mi ángel no pudo nacer de un demonio como tú!" le grité, harta de todo. Taehyung ya no estaba, no lo dañaría, solo podría atacarme a mí. "Y déjame decirte algo: ni Namjoon es tu hijo, ¡porque saliste tan inútil hasta para procrear! ¡No sirves para nada!"

"Eso ya lo sabía, también" sonrió apartándome de un golpe. "Pero ¿adivina qué? Es a Taehyung a quien no quiero y no necesito."

"Pues bien, él ya no está aquí. Ya puedes ser feliz."

"¿Tú en serio crees que me voy a quedar así? ¿Perdonando tu infidelidad?"

"Hazlo, no me importa" mi cuerpo ya no valía, un par de ataques más ya no importarían.

"Vas a pagar cada una de las que me hiciste, no volverás a verme la cara de imbécil. Taehyung va a ser el que cobre todo."

"¡¿Qué?!" mi corazón se alarmó, y me quedé estática pensando en lo peor.

"Ya comencé, en realidad" escupió, riendo y solo en ese momento supe que Heemin era realmente la persona a la que más odiaba. "¿Sabías que los perros se ahogan lento?"

"No, Dios, eres..."

"Ya le dijo adiós a Taehyung y él tiene un cuarto especial como él."

Me levanté y corrí hasta él para arañarle la cara.

"¡Deja a mi hijo! ¡Déjalos en paz! ¡Nunca debí dártelos! ¡Nunca, tú, hijo de pu...!"

Dejé de dormir, y de pronto tenía ojeras terribles. Heemin comenzó a drogarme, solo podía escuchar mis demonios; hablaban fuerte y claro cuando le sonreía a Nam y le decía que éramos una linda familia. Mis demonios hablaban cada que mentía. Heemin me dijo que ya estaba bien, que había dejado en paz a Taehyung porque no le importaba, dijo que me perdonaba. Que me amaba. ¿Eso era amor? No quería ni saberlo.

Mi padre enfermó, y temblé de miedo al descubrir que mi padre iba a dejarme sola como mi madre, por ende, ya no tendría más familia que Namjoon y Taehyung. Heemin dijo que quería la parte de Taehyung, que con ello nos iríamos a vivir a China solo él y yo para volver a empezar.

Yo solo quería morir, porque mientras Namjoon y Taehyung estuviesen seguros, ¿qué más daba yo?

Un día, Heemin volvió a explotar, y perdió la cabeza. En el momento que me ordenó matar a la doctora Nam y luego suicidarme, me encontré a mí misma dispuesta a hacerlo. Recibí una última violación de parte de un amigo de Heemin antes de partir al psiquiátrico. Ese fue el detonante.

Ni siquiera sé como logré llegar hasta ahí, solo recuerdo las miradas asustadas de las personas que me miraban temblando, sangrando entre mis piernas, como los ignoraba para llegar hasta ella y acabar con su vida y la mía.

"¡Señora Kim!" escuché a la doctora quien se puso de pie, mirándome aterrada, preocupada. Sujeté bien el jarrón, con mi corazón temblando, con el ruido ahogando mis pensamientos.

La miré a los ojos, envidiándola por haber estado con Taehyung cuando yo tuve que renunciar a él. Debíamos irnos las dos... Debíamos...

'Mamá, prometo sacarte de aquí.'

Mi mano arrojó el jarrón al ventanal en cuanto Taehyung apareció en mi cabeza y lo entendí todo. Entendí que él había sellado esa promesa a parte de la que habíamos hecho y me sentí morir. No podía irme sin verlo, sin gritarle que lo amo, sin recordarle que él no era malo, que él solo era especial, una luz en este mundo.

Todo comenzó a tener sentido.

El dolor pudo conmigo.

Tenía que hacer tiempo, sabía que él vendría. Lancé una silla al ventanal, mas no se quebró. Caminé hacia él, estrellé mis puños contra la superficie reiteradas veces, lastimando mis manos en el acto, pero no dolía tanto como todo mi ser exigiéndome ver a Taehyung una última vez, y cedió, quebrándose en miles de pedazos cayendo hacia abajo como mis esperanzas.

Caí al suelo, golpeando mis rodillas, escuchando a las personas gritar por el miedo y la sorpresa. Me abracé a mí misma, en un intento de calmarme.

"¡Mamá!" su voz detuvo todo mi mundo, y me giré, encontrando a la doctora Nam escondida detrás de su escritorio, mirándome horrorizada. Y en la puerta abierta, Taehyung estaba ahí; con la mirada profunda, con la boca abierta suavemente y alzó ambas manos hacia a mí. "Mamá, cuidado..."

Mientras él intentaba acercarse a paso lento, me puse de pie, con poca estabilidad, pero yo solo...

"¡Taehyung! ¡Te amo! ¡Te amo tanto!"

En cuanto lo grité, sentí mi alma siendo liberada, por no esconderlo, porque podía gritarlo sin miedo a nada. Yo solo lo amaba, yo solo los amaba a ambos, yo amaba a Jaeshi, a mis padres, yo solo... Yo solo quería volver con ellos.

"Mamá, está bien, yo también te amo... Por favor, ven a mí."

"Taehyung, perdón, iba a hacerlo, ¡iba a matarla!" sujetó mi brazo con cuidado, y yo me aferré a él con todo mi cuerpo.

"Mamá, está bien, solo, aléjate de ahí..."

"Sí, es cierto" miré abajo, mientras las personas lloraban por algunas heridas. "Soy una paloma, pero ya no tengo alas. Heemin me las cortó..."

Taehyung tomó mi mano y me estrelló contra su pecho.

"¿Debo seguir fingiendo que no eres nada para mí?"

"No, por favor, no, quédate conmigo un rato, por favor..."

"Vamos a casa."

Perdón por la tardanza, no me he sentido con ganas de nada umu

En fin, los amo, abejitas.

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