Preparación
Una vez junto a sus amigos y su hermano, Mario se relajó y se recostó en la silla que había llevado.
Toad (mirando a su alrededor) : Así que ... ya casi vacían toda la casa ¿no?
Mario (suspira) : Sí. Ya solo faltarían unos cuantos muebles, pero esos creo que será mejor donarlos, a excepción del sillón. Ese aún lo tengo que forrar de plástico y llevármelo a casa de Rosy para nuestra sala de estar familiar.
Yoshi : ¿Y qué hay de sus trofeos y las fotos?
Luigi : De las fotos sacamos copias, así cada uno podía llevarse una. Y de los trofeos, pues nos los repartimos.
Mario : Al menos los que ganamos juntos.
Toad (melancólico) : Hum ... creo que voy a extrañar aquí.
Yoshi (se apoya en sus rodillas) : Sí, reunirnos en el castillo de Daisy no es lo mismo.
Mario : Vamos chicos, no se pongan así. Es verdad que sentiremos nostalgia por esta casa, pero este no es el fin del mundo. Además, ya me estaba aburriendo de vivir solo. Aunque solo haya dejado pasar una semana desde la boda de Luigi para poner la mía, esa semana fue muy estresante. No estoy acostumbrado al absoluto silencio.
Toad : Menos mal que Rosalina vive con los destellos, o no aguantarías mucho allí.
Mario : Bueno, el silencio con Rosy es agradable.
Luigi (sonriendo) : Claro.
Yoshi : Y ¿ya pensaron qué van a hacer con la casa?
Mario : La verdad ... no.
Toad : Podrían derrumbarla y dejar que la princesa use este terreno para construir algo.
Luigi : No lo sé ... me daría mucha pena derrumbar la casa.
Mario : Sí. Sonará absurdo, pero ... siento que perdería una parte de mí.
Yoshi : ¿Entonces la van a dejar abandonada?
Toad : Todos sabemos que a los boos les encantan las casas abandonadas.
Luigi (molesto) : ¡No, para nada! ¡No planeo darles el gusto!
Mario : Bien, bien, no tienes porque ponerte tan violento, hermano. (suspira) Entonces, de dejarla en pie sería de hallarle un uso.
Entonces, todo el grupo se puso a pensar en algún uso para la casa vacía de los hermanos...
Mientras, con Rosalina:
Pauline guio a la rubia hasta la habitación de Peach, en donde también se encontraba Daisy. Ambas iban vestidas de forma casual, con la monarca del reino champiñón llevando unos jeans blancos y una blusa rosada con una corona dorada en el centro; y la castaña llevaba puesto un top amarillo claro y unos shorts naranja junto a tenis blancos, además de llevar su anillo de casada en su mano derecha. Ambas estaban sentadas en la cama de Peach, conversando entre ellas hasta que vieron a sus amigas entrar. Acto seguido ambas se levantaron y se acercaron a Rosalina, quien solo respiró profundamente mientras Pauline cerraba la puerta al entrar.
Peach : ¡Qué bueno que pudiste venir, Rosa! (la abraza) ¡Pensé que nos ibas a dejar plantadas!
Rosalina (rodea a Peach con su brazo derecho para devolverle el abrazo) : Por supuesto que iba a venir, Peach. Son mis amigas después de todo.
Mientras, Daisy se quedó parada a la par de las dos rubias mientras tarareaba la marcha nupcial. Rosalina simplemente extendió su otro brazo hacia ella y ambas se dieron la mano a manera de saludo, tras lo que Daisy se quedó callada y Peach se separó de Rosalina. Acto seguido la monarca del reino Champiñón tomó de la mano a la madre de los destellos y la llevó hasta un banquito rosado que tenía frente a su tocador, y la sentó allí.
Peach : Muy bien, Pauli, prepara la tina por favor.
Pauline : Estoy en ello.
Rosalina (confundida) : ¿La ... tina?
Daisy (se sienta sobre el tocador y cruza las piernas) : Así es. Ya que siempre te niegas a ir a un spa con nosotras para que alguien más te consienta, pues nosotras vamos a consentirte.
Peach : Además, pensamos que ayudarte a relajarte sería una mejor idea que cualquier tipo de fiesta que se nos ocurriera.
Daisy : Para que después no digas que no tomamos en cuenta tus gustos personales.
Rosalina : Y aprecio el gesto, pero ya me di una ducha.
Peach : No importa, no es que te vayas a bañar de nuevo, solo es que te relajes. Las bodas a veces pueden ser estresantes.
Rosalina : Pues, estoy relajada.
En ese momento, Daisy se inclinó hacia Rosalina y le pellizcó el brazo izquierdo, causando que la rubia se hiciera hacia atrás mientras le daba un manotazo a la castaña.
Rosalina (sobándose el brazo) : ¿Qué te pasa?
Daisy : ¡Listo! Ahora ya no estás relajada.
Rosalina le dedicó una mirada de enojo a la princesa de Sarasaland, tras lo que Pauline regresó al cuarto y se paró detrás de la madre de los destellos, tomándola de los hombros.
Pauline : Daisy, no molestes a Rosalina el día de su boda. (empieza a darle un masaje a Rosalina) Tranquila Rosa, escucha, esto es lo que vamos a hacer: vas a meterte a la tina y te vas a relajar, puedes hasta dormirte si quieres, luego vamos a comer, y después te vamos a arreglar para la boda. Estoy esperando a que me traigan tu vestido, el cual viene desde el reino del lago, y nosotras te vamos a peinar y maquillar para esta noche mientras Daisy se encarga de tu ramo de flores. Los anillos ya están aquí también, y todo esta listo. Sé que piensas que no necesitas relajarte, pero igual esto no te hace daño.
Rosalina cerró los ojos mientras Pauline le daba un masaje a sus hombros, y luego de que la alcaldesa terminara su discurso, la madre de los destellos suspiró y volteó a ver a Peach.
Rosalina (sonriendo levemente) : Está bien, voy a meterme a la tina. Y confío en que no van a dejar que esto termine como la fiesta de despedida de soltera de Daisy, así que no volveré a objetar nada más. Es solo que ... admito que estoy un poquito estresada todavía.
Peach (sonríe) : ¿Ves? En la tina podrás lidiar con tooooodos esos pensamientos, tranquila y en silencio.
Daisy (se cruza de brazos) : Mi fiesta de despedida fue divertida, y creo que hasta tu puedes estar de acuerdo con eso.
Rosalina (voltea a ver a Daisy) : Sí, al inicio lo fue, pero luego del brindis ya no. Yo tengo una palabra para lo que pasó después de eso: decadencia.
Daisy (ofendida) : ¡Pft! Solo eres una exagerada.
Rosalina (arquea una ceja) : ¿Te lo debo recordar ...?
Inicio del flashback:
En el lobby del castillo de Daisy, las cuatro chicas se encontraban sentadas a la mesa. Sin embargo, ya solo Rosalina y Pauline estaban conscientes, pues hacía unos cuantos minutos que Peach y Daisy habían perdido la cordura. La princesa del reino Champiñón estaba sonrojada y reía por cualquier cosa, tambaleándose constantemente, aún cuando intentaba estarse quieta, y al estar a la par de Rosalina estaba constantemente intentando recostarse en ella mientras le hablaba ... o intentaba hablarle, porque tenía medio dormida la lengua y ya no estaba hablando cosas muy coherentes que digamos. Por su parte, se podía ver que la madre de los destellos estaba disgustada por este asalto a su espacio personal, y por el olor a licor que salía de la boca de su amiga. Sin embargo, como buena madre también estaba preocupada por el estado de salud de su amiga, por lo que intentaba mantenerla sentada y tranquila mientras intentaba quitársela de encima, tranquilizándola con sus palabras. Por lo menos ya había conseguido convencerla de que ya había bebido demasiado.
Del otro lado de la mesa se encontraba Pauline con una copa en la mano, observando de cerca a una Daisy tumbada sobre la mesa, con el rostro sobre la madera y los brazos extendidos. Nadie sabía si se había quedado dormida o que, pero tampoco tenían ganas de averiguarlo. En su mano derecha se encontraba una botella casi vacía de licor, la cual la alcaldesa estaba interesada en retirarle, pero mientras no se pusiera violenta no lo consideraba necesario. Y si bien, a diferencia de Rosalina, Pauline sí había bebido más allá del brindis inicial, ella se había sabido medir y aunque algo mareada, estaba sobria todavía.
Peach (arrastrando las palabras) : ¿Dai ... Daishy ... Daishy, Daaaaaishyyyyy?
Rosalina (molesta y preocupada) : Creo que se quedó dormida, Peach.
En ese momento, y sin previo aviso, la castaña se levantó rápidamente, sosteniendo la botella medio vacía con su mano y levantándola al aire.
Daisy (más ebria que Peach) : ¡¡Quién dishe que ... ... me dormí!! La fieshta ... nunca ... acaba ...
Con cada palabra parecía que Daisy iba a desmayarse o a vomitar por todos lados, cosa que no le hacía ninguna gracia a Rosalina, sentada frente a ella. Peach volvió a reírse como loca, apoyándose en el hombro de Rosalina, y Pauline intentó acercarse cuidadosamente a Daisy para quitarle la botella, pero la castaña alcanzó a verla de reojo y movió el brazo rápidamente. Sin embargo, su falta de coordinación causó que se fuera de largo con todo y botella hacia el lado, y para intentar equilibrarse tuvo que soltarla y agarrarse a la mesa con ambas manos. La botella cayó al suelo y se rompió, tras lo que Peach volvió a reír.
Pauline : Bueno, igual resuelve el problema (bebe de su copa).
Rosalina (voltea a ver a Pauline) : ¿Crees poder con ambas?
Pauline : Ahora que ya se les acabaron las botellas, ya.
Pauline se terminó su bebida y se levantó de la mesa para ir a dejar su copa al lavaplatos.
Peach : ¿Sha te *hic*quie ... quieresh ir ... *hic* Rosha?
Rosalina (acomodando a Peach en la silla) : Ya. Creo que la celebración ya se acabó para mí, esto ... ya no me agrada.
Daisy : ¡¡Claro!! ¡Rosha ... *hic* la santa!
Pauline (regresando) : Daisy, por favor, si sigues moviéndote así de brusco te vas a lastimar.
En ese momento, la castaña se subió a la mesa como pudo, tambaleándose a cada segundo y con Rosalina y Pauline atentas a cada movimiento para evitar que se terminara matando.
Daisy (tambaleándose más que una gelatina en terremoto) : ¡Eshtoy bieeeeen! *hic* ... shoy re ... reshishtente. Ademásh ... sha mañana me ... me casho ... ... ... esh el último día que ... que me puedo poner ... ashí de loca con ushtedesh. Porque te digo ... a partir de mañana ... me pondré loca ... pero con mi hombre jijijijajajajajaja ... ¡Shi! ... sha mañana ... ... sha no habrán ... excusas ... mañana ... ¡Voy a montar a ... Luigiiiiiii!
Daisy se colocó de rodillas en la mesa e intentó mover su trasero de arriba hacia abajo sobre la misma, ejemplificando lo que había comentado, mientras Rosalina se tapaba la cara por la vergüenza. Sin embargo, no contaban con que la castaña ya no iba a dar más, y a la primera ocasión que se inclinó ligeramente hacia adelante se fue de cara. Por suerte, la madre de los destellos logró reaccionar a tiempo cuando escuchó a Daisy quejándose y la atrapó antes de caer. Peach solo se volteó y comenzó a aplaudir mientras reía, tras lo que intentó levantarse de la mesa solo para marearse a los dos segundos. Acto seguido intentó correr hacia el baño, pero estaba tan ebria que se tropezó a los tres pasos, cayó al suelo, y vomitó allí donde estaba, manchando el suelo y su vestido, justo antes de quedar inconsciente. Temiendo que a Daisy le fuera a pasar lo mismo, Rosalina la sentó rápidamente en la mesa, y acto seguido vomitó sobre sí misma y cayó inconsciente sobre la mesa.
Pauline simplemente se rascó la cabeza y volteó a ver a Rosalina, quien solo se tapó la cara y se quedó en absoluto silencio.
Fin del flashback
De vuelta al presente, la princesa del reino Champiñón estaba completamente roja, intentando no ver a nadie a los ojos debido a la vergüenza. Y si bien Daisy también estaba sonrojada por la vergüenza, parecía tener un aura de "lo volvería a hacer" por la manera en que volteaba a ver a Rosalina de vez en cuando.
Daisy (rascándose la cabeza) : Bueno, admitiré que hubo ciertos ... excesos.
Rosalina : ¿Ciertos?
Peach : Por favor, no sigan hablando de eso. Se me calienta el rostro solo de recordarlo. Ya no puedo ni ver vino sin que se me revuelva el estómago.
Pauline : Bueno, ya no será necesario seguir hablando de eso porque la tina ya está lista.
Peach : Claro, claro. Puedes desvestirte dentro del baño, Rosa. Nosotras estaremos en la cocina preparando el almuerzo, esperando a que bajes. Siéntete libre de salir cuando quieras.
Daisy : Solo procura hacerlo mínimo una hora antes de la boda ¿eh?
Rosalina (se pone de pie) : Por supuesto. Y no se preocupen, bajaré pronto para ayudar a ...
Pauline (la empieza a empujar hacia el baño) : Nada de nada, Rosa, hoy no vas a hacer nada que no sea caminar hacia el altar y bailar en la fiesta.
En el momento que Rosalina sintió que la alcaldesa la estaba empujando, simplemente comenzó a levitar ligeramente para evitar oponer resistencia. Una vez que estuvo a pocos pasos de la puerta, Pauline la soltó, tras lo que la madre de los destellos entró al baño de Peach y cerró la puerta detrás de ella. Al frente tenía una habitación bastante grande, con un inodoro, lavamanos, una ducha con puerta de cristal y una tina, todo ... de color rosado. Incluso la bata que estaba colgada en un perchero cerca de la ducha era de color rosado chillón, y llevaba un bordado de una corona dorada en el lugar donde iría el pecho derecho. Rosalina simplemente suspiró.
Rosalina (pensando) : 'Vaya que le gusta el rosado.'
La madre de los destellos comenzó a desvestirse, dejando su ropa bien doblada sobre un banquito, junto a su corona justo encima de todo lo demás. Entonces caminó hacia la tina y a medida que se acercaba se dio cuenta de que un olor suave parecía emanar del agua, la cual también despedía vapor.
Rosalina (pensando) : '¿Qué le echó Pauline al agua?'
Ella se inclinó ligeramente hacia la tina y tocó la superficie del agua con su dedo. Esta estaba tibia: ni muy fría, ni muy caliente; era una temperatura agradable. Entonces se quitó los zapatos de tacón, dejándolos alineados a pocos pasos de la tina, y comenzó a descender lentamente hacia el agua. Cuando los dedos de sus pies tocaron el agua se estremeció ligeramente y su primer instinto fue apartarse un poco; pero al segundo intento ya fue metiéndose poco a poco al agua mientras su cuerpo se acostumbraba a la temperatura. A medida que iba descendiendo le iba hallando el gusto al agua, soltando un suave suspiro una vez que su vientre estuvo en contacto con el agua mientras se iba acomodando en la tina, sentándose en la orilla. Sin embargo, y tal y como esperaba debido a su tamaño, su cuerpo no cabía dentro de una tina diseñada para Peach, por lo que tuvo que flexionar un poco sus rodillas para poder sentarse de forma cómoda en la orilla, y aún así no quedó tan sumergida como se supone, pues parte de su busto quedó fuera del agua, aún cuando sus rodillas estaban cerca de la superficie.
Rosalina (pensando) : 'Tal vez me consiga una tina de mi tamaño.'
El suave olor del agua comenzó a penetrar en la nariz de Rosalina con más intensidad que antes, y junto a la cálida temperatura del agua y al silencio alrededor de ella consiguieron relajarla poco a poco. Luego de suspirar nuevamente se deslizó aún más en la tina, consiguiendo que el agua le llegara a pocos centímetros por debajo del hombro, pero con el precio de que sus rodillas quedaron fuera del agua por pocos centímetros. Entonces cerró los ojos mientras la parte inferior de su pelo también se mojaba, separando sus piernas un poco para acomodarlas en las orillas de la tina y dejando que sus brazos descansaran también sobre la orilla. Finalmente recostó su cabeza en la orilla de la tina también, y su respiración comenzó a hacerse lenta y pausada.
Rosalina (pensando) : 'Creo que las chicas tenían razón ... esto es muy relajante. No se que le echaron al agua, pero creo que está ayudando bastante ... esta cálida, y tiene una textura un poco curiosa ... me hace cosquillas en el cuerpo, pero al mismo tiempo me relaja ... es como si ... como si Mario me estuviera abrazando.'
En ese momento la madre de los destellos se ruborizó ligeramente mientras su mente se fijaba en su prometido.
Rosalina (pensando) : 'Esos abrazos tan cálidos ... tan llenos de sentimiento ... que aún a pesar de la diferencia de alturas consiguen que todo mi cuerpo se caliente ... ... ... Mario ... Mario ...'
La mente de la rubia comenzó a divagar mientras el tiempo pasaba...
De vuelta con Mario y los demás:
Mario (pensativo) : No lo sé, Yoshi, no me siento cómodo dejándole la casa al profesor E. Gadd tampoco. No me hace gracia pensar en las cosas que haría aquí adentro.
Luigi (alterado) : ¡A~además eso significaría tener boos aquí adentro!
Toad : Vaya, sí que los detestas ¿eh?
Mario : Después de la tercera vez ya deja de tener gracia ¿sabes?
Yoshi (golpea el sillón) : ¡Oigan! ¿Y si la convierten en un museo?
Mario : Hey, eso me gusta.
Luigi : Claro, un lugar donde contar nuestra historia, supervisado por nosotros para evitar que la llenen de esas tonterías que venden por puro espectáculo.
Toad (se para en el sillón) : Ya puedo verlo. (se aclara la garganta y pone una voz grave) La historia de dos hermanos que pasaron de ciudadanos comunes y corrientes a las leyendas más grandes del universo. Acompañados por su fiel amigo Yoshi, y el valiente y siempre dispuesto capitán Toad.
Mario y Luigi soltaron una pequeña carcajada ante el último comentario del capitán, tapándose la boca para que no fuera tan evidente.
Toad (los voltea a ver y habla con su voz normal) : ¿Qué es tan gracioso?
Mario (calmándose) : Oh nada, es solo que yo no diría que estar temblando de miedo en la cima de un árbol esperando a que alguien milagrosamente te encuentre y te salve sea muy valeroso, la verdad.
Toad : He estado ... trabajando en mis dotes de aventurero desde entonces. Es solo que ... (se rasca la ... ¿cabeza? ¿hongo?) me dieron una aventura muy difícil para ser la primera. Además, la valentía se construye de a poco ... (voltea a ver a Luigi y pone sus manos en su cintura, viéndolo de forma pícara) ¿no, Luigi? Porque yo recuerdo verte muy cómodo en el planetario luego de que Mario te sacó de aquella galaxia en forma de mansión.
Luigi (nervioso) : Bueno, em ... yo ... encontré algunas estrellas luego, aunque ... aunque no tuviera forma de volver y ... necesitara que Mario me fuera a buscar y ... y bueno, yo ...
Mario : Todos hicieron lo que pudieron esa vez. Es la aventura que más nos ha demandado, y (pone su brazo derecho sobre el hombro de Luigi y su otro brazo sobre el hombro de Toad) no podría estar más orgulloso de como lo resolvimos entre todos. Además, si no fuera por los destellos estaríamos todos muertos.
Yoshi : Entonces hay que incluir a los destellos ¿no?
Mario (se levanta rápidamente) : ¡Pero por supuesto que sí! No puede existir un museo de mi historia sin incluir a las personas más importantes para mí. Rosalina y los destellos van a estar representados sí o sí.
Luigi (ríe) : Pues en ese caso creo que también deberíamos incluir a Ala y Bucken ¿no crees?
Nota de autor: Aparentemente, así se llaman el Toad amarillo y el azul, respectivamente, que aparecen en los New Super Mario Bros. Wii y U ... al menos según Waflesaaa, así que dejaré que él se explique, que yo le creo XD. Además, así me ahorro nombres.
Mario : Ah, claro, se me estaba olvidando jejeje.
Toad (se cruza de brazos) : Sí, claro ... los dos creciditos.
Mario (voltea a ver a Toad) : Vamos Toad, no puedes estar eternamente enojado solo porque no aceptaron seguir órdenes tuyas.
Toad : No aceptaron estar en mi escuadrón.
Yoshi : ¿A caso hay diferencia?
Todo el grupo soltó una carcajada, a la cual Toad terminó uniéndose. Y justo en ese momento, alguien tocó a la puerta.
Toad (volteando a la puerta) : ¿Esperaban visitas?
Mario (calmándose) : Debe ser Polari.
Mario caminó hacia la puerta y la abrió, topándose con el destello de ojos azules del otro lado.
Polari : Hola Mario.
Mario : Hola Polari ... supongo que vienes por mis cosas ¿no?
Polari : Así es, aunque por la cara que acabas de poner, voy a suponer que aún no están listas.
Mario (se rasca la cabeza) : Aún debo terminar de empacar, sí jejeje.
Luigi (desde dentro de la casa) : ¡Nosotros te ayudamos, hermano!
Polari : Esa idea me parece ... ¿te importa si paso?
Mario : No, no, para nada.
El pequeño héroe se hizo a un lado y dejó que Polari entrara a la casa. Él flotó hasta la sala, donde se topó con todo el grupo, y detrás de él entró Mario. Una vez que el invitado los saludó a todos, Mario se acercó a Luigi.
Mario : No te preocupes Luigi, yo puedo terminar de empacar solo.
Luigi : Oye, déjanos ayudarte, así terminas más rápido. De todos modos, aún falta tiempo para el almuerzo.
Toad : Luigi tiene razón. Ustedes vayan a terminar con las maletas mientras con Yoshi terminamos de forrar el sillón con plástico ... yo me encargo de que no se lo coma.
Mario : De acuerdo, si es lo que quieren.
Polari : Entonces creo que me quedaré aquí abajo también, ayudando con el sillón.
Mario : En ese caso ¿no quieres también un pedazo de pizza?
Polari : No gracias, Mario. Hay comida en la casa, y tengo que regresar rápido o los destellos glotones van a hallar la forma de abrir la alacena.
Mario : Oh, claro, claro. Bien Luigi, vamos a terminar con esas maletas.
Ambos hermanos subieron las escaleras hacia su antigua habitación y juntos terminaron rápidamente con la maleta de Mario, dejando únicamente el traje que se iba a poner para la boda. Mientras tanto, Polari, Toad y Yoshi terminaron de forrar el sofá con plástico, y también cerraron las cajas que faltaban. Finalmente, Mario bajó con dos maletas rojas con franjas azules y las colocó en el centro de la sala.
Mario : Y, a todo esto ¿Cómo planeas llevar esto al planetario? Rosy olvidó mencionar eso.
Polari : Conseguí que el escuadrón toad me prestara su nave para hacer la mudanza.
Toad : ¿¡Qué!? Yo no fui informado de esa decisión. (Nota que Mario lo volteó a ver) Em, no es que me oponga, claro, pero como capitán del escuadrón debería como mínimo estar enterado.
Polari : Bueno, cuando Toadette me la prestó pensé que era porque ya sabías.
Toad : Oh ... claro, Toadette. Em ... ... ¿sabes? Qué importa, solo subamos esto a la nave para que te lo lleves.
Polari (hace una mirada de confusión) : ¿Hay algo aquí de lo que no me estoy enterando?
Mario (se cruza de brazos) : Toadette es casi tan importante dentro del escuadrón como el capitán aquí presente, y ya que él casi siempre esta dando vueltas con nosotros no se entera de lo que ella hace como mano derecha de la princesa.
Luigi : Y ya que casi nunca está presente, sabe que si alega va a escuchar a Toadette por un bueeeeen tiempo.
Toad (sonrojado por la vergüenza) : Como dije, ya no importa. Solo subamos esto a la nave ¿de acuerdo?
Y así, entre todos ayudaron a Polari a subir las maletas, cajas, e incluso el sofá a la nave para que él pudiera regresar rápidamente al planetario. A todo eso llegó la hora del almuerzo y el grupo se tomó la tarea de pedir la pizza. Y una vez que hubieron almorzado, se separaron para ir a cambiarse. Mario se quedó en su casa, y terminó poniéndose una camisa blanca, pantalones y saco negros, y una corbata roja. Ya que no llevaba gorra aprovechó para peinarse, y de paso se echó un poco de loción. Acto seguido dejó la ropa que había usado en la mañana dentro de una bolsa y se la puso al hombro, tras lo que se dirigió hacia el castillo.
Al llegar ya lo encontró todo en su sitio: un arco de flores en la entrada y otro hasta el final de un pasillo formado por todas las sillas de los invitados, una tarima de madera donde se iba a colocar quien los iba a casar, y cintas de varios colores uniendo las sillas por el borde interior, funcionando como valla para que nadie se pasara al pasillo por donde Rosalina iba a entrar. El lugar era bastante grande, y a los lados pudo ver a varios toads (incluyendo al capitán ya vestido formal) acomodando mesas de plástico cerca de la entrada del castillo, y entrando la comida al mismo. Del otro lado pudo ver a Luigi conversando con Yoshi, probablemente distrayéndolo para que no se percatara de que estaban bajando la comida. Mario se dispuso a ir a hablarles cuando fue interrumpido por la voz de Toadette, quien parecía estarlo llamando desde la distancia. Al voltear la pudo ver usando un pequeño vestido rosado con brillitos por todos lados, el cual iba levantando con las manos para evitar tropezarse mientras corría. Debajo del vestido llevaba sus zapatos de siempre.
Mario : ¡Hola Toadette! No deberías estar corriendo con ese vestido, que por cierto, ¿es nuevo? ... creo que te queda.
Toadette (jadeando) : Gra ... gracias, Mario. Fuuu, menos mal que me escuchaste. Y sobre este vestido ... la princesa me lo regaló para ... estar en la boda. Ella quería que ... estuviera forma.
Mario : Oye, no me habría importado verte usando lo que siempre llevas.
Toadette (luego de recuperar el aliento) : Nha, tranquilo (le da un golpecito en el antebrazo), no tienes idea lo que me llena de ilusión estar en tu boda. Las felicitaciones me las guardo para después de la ceremonia jijijiji.
Mario (en tono juguetón) : Oh, vamos ... vas a conseguir que Daisy se ponga celosa.
Toadette comenzó a reírse, tapándose la boca con las manos. Mario también se rio, y justo en ese momento notó que otros dos toads venían corriendo hacia donde ellos estaban llevando dos cintas blancas bastante largas. Ambos venían usando un esmoquin negro y corbatines azul para el toad azul, y amarillo para el amarillo.
Toadette : Créeme, si la princesa me hubiera hablado de este vestido, lo habría usado en la boda de Luigi la semana pasada. Así que si la princesa Daisy se enoja, que sea con la princesa.
Mario : Si tu lo dices (levanta la vista y reconoce a los dos toads que viene corriendo) ¡Ala, Bucken!
Los dos toads mencionados se iban a acercar a devolverle el saludo a Mario cuando Toadette se volteó y les indicó que primero debían colocar la cinta. Y aunque de mala gana, ambos aceptaron y colocaron ambas cintas sobre la última fila de sillas, tapando la entrada.
Mario : ¿Y esas cintas?
Toadette : Es el motivo por el que quería hablarte. Ya no tardan en venir los invitados, y como el novio, tú eres quien los va a recibir. Y esta es la entrada.
Mario : Claro, claro.
Después de la aclaración los dos toads amigos de Mario se acercaron para saludarlo, y estaban a punto de darles las felicitaciones cuando Toadette los mandó a ver si ya habían traído la comida del reino de los fogones, por lo que no les quedó de otra que irse rápidamente, con ella detrás. Mario entonces de quedó parado donde estaba, esperando a que llegaran los invitados.
Mientras tanto, Rosalina finalmente salió de la tina, se volvió a vestir y se reunió con las demás para almorzar. Acto seguido subieron todas juntas a la habitación de Peach para comenzar a arreglar a Rosalina para la boda, la cual estaba a solo un par de horas de comenzar.
Ufff, este inicio me está quedando más extenso de lo que pensaba. Espero que no se estén aburriendo :)
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