... Pero viejas costumbres
Al día siguiente, Mario comenzó a despertarse sintiéndose más descansado que la mañana anterior, lo cual era de esperarse, pues la noche anterior sí se acostó temprano. Nuevamente, se restregó los ojos mientras bostezaba, pero esta vez sintió algo sobre su pecho, ejerciendo cierta presión. Ese algo estaba un poco caliente, y parecía moverse justo sobre sus piernas. Aún medio dormido, el pequeño héroe bajó la vista y se topó con su esposa recostada sobre su pecho, con sus dos manos acomodadas debajo de su rostro y las sábanas sobre sus hombros. Su cabeza estaba de lado, con la parte derecha recostada sobre él. Ella estaba ligeramente sonrojada y sonreía levemente mientras lo veía con los ojos entrecerrados. Se le notaba feliz.
Mario (bosteza) : Hola, amor.
Rosalina : Buenos días, mi amor. ¿Qué tal la noche?
Mario : Bien ... aunque me dieron ganas de ir al baño en la noche y casi me tropiezo con el armario, pero de ahí todo bien.
Rosalina (suelta una risilla) : No te preocupes, ya te acostumbrarás a dormir aquí.
Mario (coloca sus manos sobre la espalda de Rosalina, abrazándola) : Pues espero que sea más pronto que tarde. Y por cierto ¿Qué tal tu noche?
Rosalina : Pues bien. Aunque creo que deberíamos comenzar a poner alarma a partir de ahora.
Mario : ¿Tú crees? ... espera ... ¿Cuánto tiempo llevas despierta?
Rosalina : Me desperté hace una hora (Mario pone una expresión de preocupación) pero al ver que seguías dormido decidí volver a dormirme. Y bueno, desperté de nuevo hace un par de minutos, y como vi que empezabas a moverte decidí pegarme a ti y darte los buenos días así.
Mario : ¿Y los destellos no se preguntarán dónde estás?
Rosalina : Ellos suelen levantarse hasta que yo los levanto. Aunque no tardarán en despertarse por el hambre pronto.
Mario (sonríe) : Pues en ese caso habrá que aprovechar ¿no crees?
Rosalina le sonrió de vuelta a su esposo y estiró sus brazos, colocando sus manos sobre la nuca de su pareja, tras lo que se acercó a él, pegando su frente a la suya. Ambos cerraron los ojos y se besaron en los labios, cubriéndose con las sábanas. Mario comenzó a darle juguetonas mordidas a los suaves labios de Rosalina usando los suyos, quien sentía un leve cosquilleo cada vez que esto sucedía, pero la sensación le gustaba, y no queriendo quedarse atrás decidió darle juguetonas mordiditas también. Sintiéndose más en confianza, Rosalina se separó del beso y se dirigió al cuello de Mario, dándole un suave chupón al mismo del lado izquierdo. Él comenzó a jadear mientras ella besaba su cuello, paseando sus delicados labios sobre su piel mientras él la seguía abrazando, metiendo sus manos debajo de las sábanas para acariciar su espalda.
Rosalina (en un suave susurro al oído de Mario) : ¿Te gusta ... amor?
Mario se estremeció ligeramente al sentir el cálido aliento de su esposa sobre su oreja, tras lo que respondió sin voltearla a ver.
Mario : Sí ... me gusta.
Rosalina (un poco sonrojada) : ¿Y esto?
La rubia le dio una juguetona mordida a la oreja de Mario, usando sus labios, mientras colocaba su mano izquierda sobre la mejilla derecha del pequeño héroe, acariciándolo. Él soltó un suave quejido, colocando su mano izquierda en la parte trasera de la cabeza de Rosalina, metiendo sus dedos entre su desordenado pelo rubio claro.
Mario (sonrojado) : También ... me gusta como se sienten tus suaves labios sobre mi piel.
Rosalina (suelta una risilla) : Bien ... entonces voy a darte más de mis labios.
La madre de los destellos desabotonó el botón de la pijama de Mario más cercano a su cuello, tras lo que tomó el cuello de la camisa de su pijama y lo movió un poco al lado, revelando un poco de piel de su pareja, la cual comenzó a besar suavemente. Esto provocó que él comenzara a jadear más seguido, acariciando la cabeza y espalda de su esposa.
Mario : Oh, Rosy ... mmmm ... me alegra que ... seas más atrevida. Me gusta.
Destello rojo (desde fuera de la habitación) : ¿Mamá, Mario, ya van a despertar?
Destello azul (luego de golpear el campo de fuerza que sella la cúpula) : Tenemos hambre.
Mario (suspira) : Vaya manera de cortar el rollo.
Rosalina (suelta una risilla) : Tranquilo ... la noche es nuestra después de todo.
La rubia se separó de Mario y se sentó en la orilla de la cama, viendo hacia la entrada sellada.
Rosalina : Ya nos despertamos pequeños, en un momento salimos. Preparen todo para mientras, por favor.
Destellos : ¡Claro!
Los pequeños (que eran más de dos) que estaban aglomerados frente a la habitación de la pareja se fueron flotando hacia la cocina. Y antes de que Rosalina pudiera levantarse de la cama, Mario se le acercó por la espalda y pasó sus brazos por debajo de su busto, juntando sus manos sobre su vientre par abrazarla, colocándose de rodillas detrás de ella para poder darle un beso en el cuello, recostando su cabeza sobre su hombro.
Mario (en un tono suave) : Me gustaría comerte a besos en vez de desayunar.
Rosalina (suelta una risilla nerviosa) : Amooor ...
Mario (ríe) : Eres tan tierna cuando te pones nerviosa.
Rosalina : ¿Y ... eso te gusta?
Mario (la besa en el hombro) : Mucho.
La madre de los destellos se dejó caer hacia atrás, recostándose sobre el pecho de Mario, tras lo que lo volteó a ver y se acercó para darle un beso en los labios. El pequeño héroe tuvo que retroceder un poco para quedar en una posición más cómoda para ambos, y luego de unos segundos, ella se separó de él y le dio un corto beso a su labio superior. Acto seguido colocó su mano derecha sobre el mentón de su esposo, colocando su pulgar sobre sus labios.
Rosalina : Aún puedo darte un postre especial ¿sabes? Aunque ... me gustaría dártelo ahora. (Mario le sonríe) Te amo.
La rubia se separó de Mario y se levantó de la cama, caminando hasta el ropero.
Rosalina (abre el ropero) : ¿Te vas a bañar antes o después de comer?
Mario (voltea a ver) : Yo digo que después. Si quieres báñate tú mientras yo preparo el desayuno.
Rosalina : Claro.
Mario se levantó de la cama y se acercó al ropero también, sacando un conjunto completo de overoles, camisa y una gorra del mismo. Tras aquello se acercó a Rosalina y la abrazó, colocando su cabeza de lado sobre su busto, el cual quedaba al nivel de su cabeza.
Mario : Yo también te amo, cariño. Eres mi bella estrella del norte, sin ti estoy perdido.
Rosalina se sintió enternecida por el comentario de su esposo, pero antes de que pudiera responder él se separó de ella y se metió al baño para cambiarse. Mientras tanto, ella se desvistió, tomó su bata y su toalla, y salió con rumbo a la ducha.
Una vez que Mario se hubo cambiado salió de la habitación y se dirigió a la cocina, en donde se encontró con todos los destellos ya ubicados en la mesa, cada uno con un plato frente a ellos. Al verlo entrar, todos lo saludaron.
Destello glotón : Oye Mario ¿Dónde está mamá?
Mario (sintiéndose algo extraño, pero sin saber por qué) : Está bañándose, pero no se preocupen, yo puedo servirles si es lo que les preocupa.
Polari : ¿Sabes dónde guarda Rosalina los trozos de estrella?
Mario : Claro.
El pequeño héroe se acercó a uno de los estantes cerrados que se encontraba justo encima de la estufa, y luego de dar un salto le dio un ligero golpe a la puerta de este, tras lo que se abrió.
Mario (pensando) : '¡Bien! Rosy también me dio permiso de abrir la alacena donde guarda los trozos de estrella ... menos mal.'
De otro salto, Mario bajó dos tarros grandes de trozos de estrella y se acercó a la mesa ante la atenta mirada de todos los pequeños, y no tan pequeños. Él comenzó a repartir los trozos de estrella uno por uno, mientras Polari lo observaba.
Destello rojo : Oye Mario ¿podrías darme más?
Mario : Lo siento, pero les doy lo mismo a todos.
Destello glotón : ¿Incluso a mí?
Mario : Bueno, a ti creo que te debo dar el doble.
Destello azul : Es que mamá nos sirve más.
Mario (voltea a ver a Polari, quien niega con la cabeza) : No, eso no es cierto. Además, esto es por su bien. La comida en exceso hace mal.
Destello azul : Awww.
Destello verde : Valía la pena intentarlo.
Polari : No deberían intentar engañar a su papá.
En ese momento, algo hizo clic dentro del cerebro de Mario y entendió porque se había sentido raro cuando el destello glotón le habló: se refirió a él con su nombre. Incluso el destello que había llegado a despertarlos lo llamó por su nombre mientras que le dijo mamá a Rosalina. Hasta ese momento no se había percatado que los destellos le seguían diciendo 'Mario' a pesar de ya estar casado con Rosalina. Sin embargo, los destellos que habían intentado conseguir que les diera más comida se disculparon por su actitud sin prestar atención a ese pequeño detalle, lo que confundió aún más a Mario.
Destello verde : ¿Debemos hacer algo más para disculparnos? Papa Mario se sigue viendo algo molesto.
Mario : ¿Eh? ... (reacciona) ¡Ah! No, no, para nada jejeje, yo solo ... estaba algo distraído, es todo. Es solo que me tomó por sorpresa cómo me llamó Polari.
En ese momento, los destellos también cayeron en la cuenta de que se habían estado refiriendo a Mario por su nombre últimamente.
Destello rojo (preocupado) : Oh ... lo siento papá.
Destello glotón (abraza a Mario por la espalda y lo levanta del suelo) : Yo también me disculpo si te hice sentir mal, papa Mario.
Mario (intentando respirar) : No te ... preocupes.
Al darse cuenta de que estaba abrazando a Mario muy fuerte, el destello de gran tamaño lo dejó en el suelo nuevamente, tras lo que varios destellos se dirigieron flotando hacia él para abrazarlo.
Destello verde : Es solo que no estamos acostumbrados a decirte así, y se nos olvida.
Destello M. (mirando a Mario a los ojos) : Pero nosotros te consideramos nuestro papá ... incluso de antes de que te casaras con mamá.
Destello azul : ¡Es verdad!
Destello amarillo : ¿Y tú, papa Mario? ¿Nos consideras tus hijos?
Mario (aguantando las lágrimas) : Siempre, mis pequeños.
Mario estiró los brazos todo lo que pudo para abrazar a cuantos destellos pudiera, y en medio del abrazo no pudo resistir más y soltó unas cuantas lágrimas. Estas cayeron sobre la cabecita de uno de los destellos, quién volteó a ver hacia arriba.
Destello amarillo (preocupado) : ¡Papa Mario está llorando!
Mario (ríe) : Tranquilo, yo solo ... estoy muy feliz, es todo.
Mario soltó a los destellos para secarse las lágrimas, calmándose un poco.
Mario : Es solo que me emocioné un poco cuando los escuché. No me molesta que me digan solo Mario, con su cariño es más que suficiente, es solo que ... creo que necesitaba escucharlo también.
Destello M. : ¡Entonces nos esforzaremos por decirte cuánto te queremos también!
Todos los demás destellos estuvieron de acuerdo.
Mario (ríe) : Bien (suspira) y ahora creo que me debería dedicar a hacer mi desayuno y el de mamá, o ella se va a molestar cuando venga.
El héroe de rojo se dirigió a la estufa y comenzó a preparar la comida para él y Rosalina, y también encendió la cafetera, pues el día de ayer había extrañado el café en el desayuno, como estaba acostumbrado a hacerlo cuando vivía junto a su hermano. La madre de los destellos no tardó mucho en llegara la cocina, encontrando a Mario casi a punto de terminar el desayuno. Ella se fue a sentar a su lugar, tras lo que su esposo le llevó una taza blanca que tenía escrito "la mejor mamá del universo" llena de café. Ella pareció sorprenderse al inicio, notando además como Mario dejaba su taza roja en su lugar. Unos minutos después, él se sentó a la mesa llevando los platos para él y para ella.
Mario : ¿Sucede algo, amor?
Rosalina : Bueno, es solo que no estoy acostumbrada a beber mucho café. Esa máquina la tengo más que nada para cuando vienen visitas.
Mario : Oh ... (se rasca la nuca mientras sonríe algo avergonzado) lo siento, es la fuerza de la costumbre.
Rosalina (sonríe levemente) : No importa ... puedo acostumbrarme. Sé lo mucho que a ti te gusta después de todo.
Mario : ¿Segura?
Rosalina : Claro. No es que me desagrade después de todo; además ...
La madre de los destellos se levantó y se dirigió a la alacena donde guardaba los trozos de estrella, sacando un par. Luego de cerrar la puerta, se dirigió a la mesa de nuevo y molió uno de los trozos de estrella con su mano derecha, espolvoreándolo sobre su café. Acto seguido tomó una cucharita y la utilizó para revolver su bebida.
Rosalina : He encontrado una forma especial de tomarlo.
La rubia levantó la cucharita de la taza y le dio unos suaves golpecitos contra la orilla, dejando que escurriera un poco, tras lo que la dejó sobre la mesa con cuidado y tomó la taza con delicadeza para darle un sorbo, todo mientras Mario la veía fijamente, como hipnotizado. Luego de darle un trago a la bebida caliente la dejó nuevamente sobre la mesa, cerrando los ojos, tras lo que suspiró.
Mario (pensando) : 'Es tan linda y elegante hasta cuando hace las cosas más sencillas ...'
Rosalina : Que rico ... (abre los ojos) siempre me ha gustado como haces el café.
Mario (reacciona, algo confundido) : Solo lo ... meto a la máquina.
Destello azul (toma una manga del vestido de Rosalina) : Mamá ... tengo hambre.
Rosalina : ¡Oh, claro! Lo siento pequeño, ya te doy de comer. (voltea a ver a Mario) Puedes tomar el otro trozo de estrella si quieres.
Mario : Pues ya me convenciste de hacerlo.
El pequeño héroe tomó un trozo de estrella y lo espolvoreó sobre su bebida también. Una vez que terminó el desayuno, y de que lavara los platos, se dirigió a su habitación y se dio una ducha. Luego, tanto él como Rosalina se dirigieron a la sala de nuevo, para seguir ordenándola.
Rosalina : Cuando terminemos con esto te voy a enseñar a darle mantenimiento a la sala de máquinas.
Mario (subido en un banco para colgar un cuadro) : Claro. Y hablando de otras cosas ¿cada cuánto sales a por más trozos de estrella?
Rosalina : Em ... pues no tengo fechas fijas. Suelo ir cuando veo que se están acabando. Además, de vez en cuando caen aquí, así que suelo recoger un poco para guardarlo antes de que los pequeños se los coman.
Mario (se baja del banco) : Suena justo.
Rosalina (mirando al cuadro) : ¿Por qué cuelgas un cuadro vacío?
Mario : Para apartar el espacio. Allí va la foto de nuestra boda, es solo que todavía no la imprimen ... debería llamar a Luigi para preguntarle.
En ese momento, comenzó a sonar el teléfono de Mario, quien lo sacó de su bolsillo.
Mario (sonríe) : Hablando del rey. (contesta el teléfono) ¡Hola Lu! ¿Qué tal todo por allá?
De repente, Mario dejó de sonreír y su semblante pasó a uno serio y algo preocupado, lo que inquietó un poco a Rosalina, quien se le quedó viendo.
Mario : Ya ... entiendo ... ... no, no te preocupes, sabes que siempre estaré dispuesto a ayudarte ... no, no es una molestia ... bueno, te veo en un rato ... adiós.
Rosalina (mientras Mario guarda el teléfono) : ¿Qué pasó? ¿Daisy se metió en problemas?
Mario (ríe) : No, no ... es ... más sencillo que eso. Se trata de Bowser.
En ese momento, el rostro de Rosalina pasó de preocupado a molesto, lo que borró la sonrisa del rostro de Mario.
Rosalina (en un tono frío) : Ya veo.
Mario (preocupado) : Es que ... ya sabes como es Luigi ... y como son Ala y Bucken, la valentía no les da para tanto, y es que Bowser se metió en un portal junto a la princesa, y no saben donde está y ... les da miedo entrar solos.
Rosalina, notando que Mario se había puesto un poco nervioso, relajó su expresión.
Rosalina (suspira) : Lo siento ... no tienes que darme razones. Tu hermano y los demás te necesitan. Yo ... no es contigo ni con ellos con quien estoy molesta.
Mario : Yo más bien diría que nos necesitan.
Rosalina (niega con la cabeza) : Sabes que no puedo ir y dejar a los destellos solos.
Mario : Pero ya lo has echo antes, además, me vendría bien tu ayuda.
Rosalina : Esto es distinto, amor. Para los eventos deportivos llegaba en la tarde y me regresaba a tiempo para acostar a mis pequeños. Cuando te encontré junto a los demás explorando un nuevo reino, estaban haciendo eso: explorando. Podría unirme, dar unas cuantas vueltas, y luego regresar a casa para encargarme de mis pequeños. No había ninguna urgencia. Pero ahora ... no sabemos cuanto tomará encontrar a ese monstruo ... y no puedo dejar a nuestros pequeños solos por tanto tiempo.
Rosalina le dio un énfasis extra a la palabra "nuestros", la cual mencionó únicamente al hablar del presente. Mario dio un paso al frente y tomó las manos de Rosalina con las suyas, haciendo contacto visual con ella.
Mario : Puedes usar tu magia para ayudar. Podríamos llegar hasta Bowser más rápido y ...
Rosalina (suspira) : Bien ... supongo que se me acabaron las excusas. (en un tono más serio) Sabes lo que pasará cuando lo vea de nuevo ¿verdad? Mi paciencia tiene un límite ... y no voy a tolerar que su terquedad siga interfiriendo en nuestras vidas.
Mario entendió a lo que Rosalina se refería, por lo que se acercó a ella y le dio un abrazo, recostando el costado de su cabeza sobre su busto.
Mario : Lo sé ... esto también me molesta. Prometo que lo arreglaré ¿de acuerdo? Hallaré una forma.
Rosalina (abraza a Mario) : De acuerdo.
Luego de separarse del abrazo, Mario dio unos pasos hacia atrás.
Mario : Me están esperando enfrente del castillo de Bowser.
Rosalina : Claro.
La madre de los destellos hizo aparecer su varita en su mano izquierda y la apuntó hacia Mario, tras lo que su cuerpo comenzó a ser cubierto por una luz bastante brillante.
Mario (antes de desaparecer) : Regresaré antes de que te des cuenta.
Una vez que la luz se disipó, Mario ya había sido transportado hacia la Tierra.
Rosalina (murmurando) : Hasta cuando seguirás atado a esto, amor ...
Mientras tanto, en la Tierra:
Parados frente a un portal que se había abierto frente a la entrada del castillo de Bowser se encontraban Luigi, Ala, Bucken, Yoshi y Toadette, mirando fijamente hacia el interior del portal.
Yoshi : Creo que deberíamos entrar ya.
Luigi : ¿Y cómo le haremos para que Mario nos encuentre?
Bucken : Él no va a venir.
Toadette : Y no podría culparlo, la verdad.
Luigi : ¿De qué hablas? Cl~claro que va a venir. Él me lo dijo, y él jamás me mentiría.
Bucken : Él ahora tiene una familia. Deberíamos ser capaces de lidiar con estas cosas por nuestra cuenta y ... no siempre depender de él.
Ala : ¿Debo recordarte que Luigi también esta casado? Y sin embargo, aquí esta ayudando, porque es lo que hacen los héroes. Mario no es la excepción.
Toadette : Tienes razón, pero Mario también debe cuidar de los destellos. Deberíamos tener eso en consideración.
Yoshi (viendo hacia el lado opuesto que el resto) : Oigan ¿Qué es esa bola de luz?
Todos voltearon a ver a donde el dinosaurio glotón estaba apuntando, aunque no pudieron verlo fijamente mucho tiempo pues la luz dio un potente destello que los obligó a cerrar los ojos. Para cuando pudieron ver hacia esa dirección de nuevo, vieron a Mario parado frente a ellos.
Todos : ¡¡Mario!!
Luigi : ¡Ja, les dije que vendría!
Mario (sonriendo) : Claro que iba a venir. No puedo dejar solo a mi hermano, ni a mis amigos. Estamos juntos en esto ¿no?
El héroe de rojo se acercó al grupo, colocando sus manos sobre los hombros de Luigi y de Yoshi.
Mario : Así que ¿Qué estamos esperando? Terminemos con esto rápido.
Todos notaron que Mario tenía una actitud diferente a la acostumbrada. En el pasado lucía preocupado por Peach y quería rescatarla lo más rápido posible, pero desde que se hizo novio de Rosalina lucía más calmado y quería terminar rápido para poder regresar a sus actividades de siempre. Ahora, sin embargo, lucía algo cansado y hasta molesto, como si quisiera terminar con esto rápido para quitárselo de encima.
Bucken : Lo sentimos, Mario.
Mario (lo voltea a ver) : No se preocupen, ya le dije a Luigi que no me molesta.
Toadette : ¿Y qué opina Rosalina?
Mario (algo más serio) : Creo que ya saben.
Ala (intentando aliviar la tensión) : Bueno, Daisy también esta algo molesta ¿no, Luigi?
Luigi (rascándose la cabeza) : Sí, y de verdad tenía ganas de venir, pero no quería dejar el reino desatendido por mucho tiempo. Igual y a la próxima decide venir y dejarme a mí a cargo.
El hermano de verde notó que Mario hizo una mueca cuando mencionó la frase "a la próxima", lo que lo hizo sentirse nervioso, tartamudeando al final de su oración.
Bucken : Bueno, será mejor que vayamos. Los veo del otro lado.
El toad de color azul dio media vuelta y saltó hacia el portal. Ala lo siguió de cerca, seguido de Toadette, y luego de Yoshi, dejando solos a los dos hermanos.
Luigi (viendo a Mario) : ¿Tienes algo en mente?
Mario (suspira) : Intentaré hablar con él.
Luigi : Eso no ha dado muy buenos resultados.
Mario (algo molesto) : Entonces entrenaré a Peach, a los toads, a quien sea, no me importa si tiene que aprender a patadas, le tiene que quedar claro que esto es demasiado.
Luigi se apartó un poco de su hermano, quien comenzó a calmarse luego de ver como su hermano lo vio preocupado.
Mario (suspira) : Lo siento, es solo que ... yo entiendo a Rosy ¿sabes? Ella ha echo todo lo posible por perdonar a Bowser, pero si él sigue sin entender, si sigue causando estragos por allí ... ... no sé que vaya a suceder. Dudo que ella tenga la paciencia para esperar a que envejezca y ya no sea capaz de causar problemas.
Luigi (con un poco de miedo) : ¿Y ... tú?
Mario (aparta la vista de Luigi) : Como dije, haré todo lo posible porque él entienda y deje de causar problemas. Pero si Rosy decide que ya es suficiente ... ... pues no voy a detenerla. No pienso perder a mi esposa por la terquedad de alguien más.
Luigi se quedó en silencio y comenzó a caminar hacia el portal, escuchando los pasos de Mario detrás de él, tras lo que ambos hermanos atravesaron el portal.
Esa noche en el planetario:
Rosalina estaba dándole las buenas noches a los destellos uno por uno, y cuando llegó a donde dormía el destello maestro, este vio hacia todos lados.
Destello M. (con curiosidad) : ¿Dónde está papa Mario?
Rosalina (con un tono dulce) : Él tuvo que salir para ayudar a los demás. Ya sabes como es él.
Destello M. : ¿Y por qué no fuiste con él?
Rosalina (acaricia al destello) : Por que tenía que darles las buenas noches, y darles su desayuno mañana ¿O querías quedarte sin comer?
Destello M. : No, pero ... podrías ir a ayudarlo mañana. Con tu ayuda, seguro que regresa más rápido.
Rosalina (le sonríe) : Lo tendré en cuenta.
Destello M. : Tú puedes irte sin problemas, mamá. Te esperaremos como de costumbre.
Rosalina entonces terminó de acostar a los destellos y se dirigió a su habitación. Y al momento de acostarse, sintió que su cama estaba algo vacía.
No sé cómo no se me ocurrió usar esto para generar tensión en la primera versión de esta historia XD.
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