Aquí vamos de nuevo ...
Al día siguiente, Rosalina se despertó temprano como de costumbre y prosiguió con su rutina matutina usual, aunque echando un poco de menos a su esposo. Los destellos también comenzaron a preguntarse por la presencia (o la falta de) del héroe de rojo, a lo que su madre siempre contestaba con "tuvo que ir a ayudar a los demás en la Tierra". Una vez terminado el desayuno se dirigió a la biblioteca y se quedó sentada en su silla de mecer, viendo directamente hacia la chimenea mientras contemplaba la idea de llamar a su pareja para ofrecerle su ayuda, aunque sea por un par de horas si en dado caso no terminaban con "la molestia" para la noche. Aún indecisa tomó su teléfono celular con su mano derecha y justo cuando iba a revisarlo este comenzó a sonar. Lo repentino de la situación causó que la madre de los destellos casi dejara caer su teléfono, llevándolo a su oreja con algo de dificultad para contestar a la llamada, sin ver quien era el que se estaba tratando de comunicar con ella.
Rosalina (algo ilusionada) : ¿Hola?
Daisy : Um ... hola. Lamento desilusionarte, pero solo soy yo, Daisy.
Rosalina (seria) : Oh, claro ... no te preocupes, yo solo ... estaba metida en mis pensamientos, es todo.
Daisy : Sí, supuse que resistirse a la idea de ir sería más difícil para ti.
Rosalina : Es una forma de decirlo. Y, em ... ¿has llamado a Luigi?
Daisy : Sí, él me llamó hace unos minutos. De echo, es por eso que te estoy llamando, porque por él me enteré de que no estas allí con ellos.
Rosalina : No podía dejar a mis pequeños solos por mucho tiempo.
Daisy : Lo sé. Y pues, mi sweety me puso al día sobre lo que está pasando: Bowser se puso a jugar con otra cosa mágica que no tiene ni idea de como funciona pero que lo hace más fuerte. Ayer se toparon con el gobernante del reino de donde sacó esa cosa mágica y lo están ayudando a restaurar su reino mientras persiguen al pejelagarto ese, y gracias al gobernante tiene un poco de esa cosa mágica robada y la van a usar para patear el trasero amarillo del payaso de cuarta ese.
Rosalina, quien estaba aguantándose la risa por el relato de Daisy, suspiró aliviada.
Rosalina : Entonces lo tienen todo bajo control ¿no?
Daisy : Así parece. Aunque si tenías planeado ir a ayudarlos me temo que deberás buscarlos dentro de ese nuevo reino porque ya están bien metidos.
Rosalina : Lo tomaré en cuenta. Y gracias por llamarme para contarme esto.
Daisy : De nada.
Rosalina (siente que el teléfono vibra) : Espera, alguien más me está llamando.
Daisy : Ya me imagino quién es. Bueno, nos hablamos luego, y por favor, si decides ir, no hagas nada de lo que te puedas arrepentir luego.
Rosalina : Claro (termina la llamada y contesta la siguiente) ¿Hola?
Mario : Hola, amor ¿no te estoy molestando, verdad?
Rosalina (feliz) : No, cariño, para nada ¿Cómo va todo por allá?
Mario (suspira) : Pues bien, ahora estamos tomando un pequeño descanso ya que Bucken y Yoshi ... bueno ... digamos que lo que cenamos ayer no les cayó muy bien.
Rosalina : Oh ...
Mario : Siiiii ... pero, pasando a temas menos desagradables, tengo la esperanza de que esto termine mañana.
Rosalina : ¿Mañana?
Mario : Es difícil seguirle el paso a Bowser, y creo que se dirige a una fortaleza que de alguna manera se construyó en este reino.
Rosalina : ... ... bien ¿podrían esperarme un momento?
Mario : ¿Disculpa?
Rosalina : Cuando éramos novios jamás te insistí en aceptar mi ayuda porque tenía la esperanza de que esto acabaría en algún punto, pero ya que no llevamos ni una semana de casados y volvió a pasar, creo que es momento de que yo también ayude, aunque no me pueda quedar con ustedes todo el día.
Mario (sorprendido pero un poco feliz) : De acuerdo, será divertido tenerte aquí. Te voy a mandar una foto del campamento para que sepas dónde estamos.
Rosalina : Bien. Nos vemos pronto entonces.
Mario terminó la llamada, tras lo que le mandó a Rosalina un par de fotos del lugar donde estaban junto a unas indicaciones de cómo llegar a dicho lugar desde el portal por donde llegaron. La rubia se levantó de su silla y se despidió de los destellos, diciéndoles que iba a ayudar a su papá en su aventura para que así él pudiera regresar más rápido a casa. Mientras tanto, Mario se dirigió de nuevo hacia el campamento, pues se había alejado un poco para hacer la llamada.
Luigi : ¿Qué te dijo?
Mario : Dijo que la esperemos un rato para que nos alcance.
Toadette : ¿¡Va a venir!?
Mario : Sí, pero no creo que se quede por mucho tiempo. Pero tal vez así avancemos más rápido.
Ala : Bueno, al menos así no sentiré que estoy perdiendo mi tiempo esperando a esos dos.
Luigi : Con todo lo que hemos viajado es curioso que jamás se nos halla ocurrido llevar pastillas para el malestar estomacal.
Ala : Y yo ya puedo morir en paz sabiendo que hay algo que puede caerle mal a un yoshi al comérselo.
El grupo se quedó esperando a que Rosalina llegara, quien iba volando por el reino lo más rápido posible, casi sin prestarle atención a sus alrededores. Para cuando se topó con el grupo, este ya estaba completo y listo para seguir. Pero, ahora que Rosalina también estaba con ellos, Mario se relajó un poco y dejó de sentir que tenía que terminar con esto lo más rápido posible, contagiándole ese entusiasmo a todo el grupo (incluso a Rosalina misma) lo que causó que todos comenzaran a divertirse nuevamente al visitar nuevos lugares y conocer a los lugareños. Estaban tan entretenidos que ese día avanzaron menos de lo que originalmente tenían planeado, pero se dieron cuenta únicamente al caer la tarde, cuando la madre de los destellos les dijo que ya debía regresar a su hogar. Y si bien no avanzaron más rápido, sí aliviaron un poco el humor de la madre de los destellos y dejaron más tranquilo a Mario.
Ya al día siguiente, en la noche, el grupo finalmente llegó a la fortaleza de Bowser y se prepararon para el final de esta aventura. Juntos atravesaron la fortaleza llena de trampas, derrotaron al hijo del rey de los koopas, y finalmente llegaron a lo más alto del castillo, donde Bowser los estaba esperando. Pero esta vez, nadie estaba de humor para las formalidades, así que desde el momento en que se vieron las caras decidieron terminar con esto de una buena vez. Mientras los dos héroes del reino junto a Yoshi peleaban contra Bowser, los dos toads y Toadette se escabulleron por la parte de atrás y comenzaron a buscar a la princesa. El lugar entero no tardó en empezar a temblar, y el grupo con la misión de liberar a Peach comenzó a escuchar gritos y rugidos viniendo detrás de ellos.
Bucken (temblando un poco) : Será mejor que ... que nos apuremos.
Toadette (luego de asentir) : A veces me pregunto cuánto gastará Bowser en hacer estos castillos tan grandes.
Ala : No lo suficiente para considerar que no vale la pena, al parecer.
El grupo de rescate comenzó a correr, y de repente, escucharon una voz familiar llamándolos.
Peach (solo se escucha su voz) : ¡Ala, Bucken, Toadette, por aquí!
El grupo de habitantes del reino Champiñón frenó en seco, y cada uno comenzó a llamar a su gobernante por separado, siguiendo su voz hasta que se toparon con una puerta de metal que solo tenía una abertura por donde salía la voz de la princesa.
Ala : ¡No se preocupe princesa, la vamos a sacar de aquí!
Toadette : ¿Alguno de ustedes vio una llave o ...?
Bucken (prueba abrir la puerta y esta se abre) : Hum ... parece que alguien olvidó ponerle llave.
Toadette (muy confundida) : ¿¡Qué!?
Ala (ríe) : Parece que no contaban con que nos separaríamos (choca los cinco con Bucken).
Los dos toads y una muy confundida Toadette movieron la puerta ligeramente, pues esta era bastante pesada, y se colaron dentro de la celda, la cual no estaba iluminada.
Toadette : Oigan, ahora que lo pienso, Peach debería ser lo suficientemente alta como para que veamos su cara a través de la abertura de la puerta estando ella de pie.
En ese momento de realización, la puerta de metal se cerró rápidamente detrás de ellos, causando que los tres dieran un salto y los dos toads se abrazaran de Toadette mientras una voz conocida les hablaba desde las sombras.
¿Peach? : Vaya, vaya, vaya ... tal como pensé, no fue tan difícil engañarlos.
Toadette (suspira) : Este es probablemente mi momento más vergonzoso.
Ala (tratando de hacerse el valiente) : ¿Qui~quién eres?
En ese momento se escucharon unos pasos del otro lado, y toda la habitación se iluminó de golpe para revelar a Kamek parado en el centro de la habitación con el orbe de su báculo sobre su garganta y ... disfrazado como la princesa Peach. Al verlo, Ala y Bucken se separaron de Toadette y los tres le dedicaron una mirada de absoluta confusión.
Kamek (baja su varita) : Excelente truco ¿no?
Bucken : Sí, pero ... ¿por qué el disfraz?
Kamek (con la voz más seria posible) : Para entrar en personaje.
Ala : Siiii ... claro.
Toadette : Oigan ¿ya notaron que el lugar entero dejó de sacudirse?
Ala : Tienes razón, y ya no se escuchan gritos.
Kamek (molesto) : ¡Oigan, no me ignoren! ¡Los dejaré atrapados aquí, y jamás sabrán dónde está atrapada la pri ...!
En ese momento un puño enorme cubierto por un guante blanco atravesó el techo y aplastó al magikoopa, causando que los tres habitantes del reino Champiñón saltaran hacia atrás para evitar ser golpeados por alguna roca que cayera del techo destruido. Aún sorprendidos y con el corazón latiendo con fuerza, vieron como el puño se levantó para revelar que se trataba de Mario gigante, quien de inmediato recibió un fuerte golpe al rostro de parte de Bowser. Sin embargo, los tres toads lograron darse cuenta de que Bowser tenía los ojos de Mario, y el héroe de rojo los de su rival.
Ala (aún asustado) : ¿C~cambiaron de cuerpo?
Bucken (relajándose) : No sería lo más raro que he visto.
Toadette : ¿Pero por qué cambiaron solo sus ojos?
Ala : Ya sabes lo que dicen, los ojos son la ventana al corazón.
Toadette : Si tu lo dices (voltea a ver a la montaña de escombros) ¿Kamek estará bien?
Bucken : Seguro se transportó antes del golpe.
Toadette : Creo que iré a revisar de todos modos.
Ala (la intenta detener) : ¡Espera!
La mano derecha de Peach se levantó del suelo y corrió hacia la montaña de escombros debajo del agujero que había dejado el golpe, y comenzó a remover los más pequeños hasta que escuchó un leve quejido que venía del interior.
Toadette (se voltea) : ¡Está bien!
Ala y Bucken levantaron un pulgar cada uno y se acercaron también a donde estaba el montículo de escombros, parándose a los lados de Toadette mientras veían hacia arriba.
Ala : Y ... ¿Cómo vamos a llegar hasta allí?
Toadette : Podemos hacer una pequeña torre y que al menos uno de nosotros salga para abrir la puerta del otro lado.
Bucken : ¿Bromeas? Seguro Mario y Luigi siguen peleando allí afuera, es muy peligroso salir en estos momentos.
Y mientras el pequeño grupo estaba debatiendo como salir del lugar, la puerta detrás de ellos se abrió nuevamente, haciendo que los tres voltearan a ver rápidamente. Y todos sonrieron al ver que quien había abierto la puerta era la princesa Peach, quien tenía un poco de tierra en el rostro y había perdido el guante de su mano derecha, y a la par de ella se encontraba Yoshi, quien venía comiéndose una rodaja de sandía. Los tres toads salieron corriendo hacia su gobernante, dándole un abrazo entre los tres, causando que ella comenzara a reír.
Peach : Menos mal que este lugar no tiene tantas celdas o nos habríamos tardado una eternidad buscándolos.
Ala : ¡Oh, princesa, menos mal que está bien!
Bucken : Bueno, casi ¿Qué le pasó en el rostro?
Peach : Intenté escaparme una vez, pero no terminó muy bien.
Yoshi (se termina la sandía) : Por suerte la pude encontrar caminando por allí.
Toadette (se separa de Peach) : ¿Y la sandía de dónde salió?
Peach : Yo se la di como agradecimiento por haberme sacado de la celda donde estaba. (suspira) Luego de que intentara escaparme Bowser comenzó a consentirme pensando que así me convencería de quedarme.
Yoshi (se soba el vientre) : Ahora solo queda encontrar a Luigi.
Ala : ¿Él no está con Mario?
Yoshi : No, él se quedó en el castillo conmigo para que ayudáramos a buscar a Peach.
De repente, se escuchó un fuerte golpe y todo el castillo se sacudió con fuerza, por lo que los toads se aferraron al vestido de Peach mientras que Yoshi se sentó de golpe en el suelo.
Peach (al terminar el temblor) : ¿Qué creen que fue eso?
Toadette : No lo sé, pero creo que tal vez deberíamos ir hacia el vestíbulo central a ver si Mario anda por allí. Tal vez ya todo terminó.
El grupo siguió la sugerencia de Toadette y se dirigieron al lugar donde se habían encontrado con Bowser al llegar al piso más alto. Al acercarse comenzaron a notar que faltaban pedazos del techo, y que las nubes que cubrían todo el lugar habían comenzado a disiparse, dejando ver la luz del sol.
Toadette : ¿En serio estuvimos toda la noche aquí dentro?
Ala : Tal vez la estrella mágica que se robó Bowser también alteró el paso del tiempo.
Finalmente llegaron al vestíbulo principal, el cual ya no tenía techo y estaba completamente iluminado, no solo por la luz del sol, sino por la estrella multicolor que flotaba en el centro del desaparecido techo de la estancia. En el suelo se encontraba un Bowser lleno de moretones y completamente cansado, mientras que Mario estaba parado frente a él, admirando la estrella multicolor mientras tenía las manos sobre la cintura. Peach estaba apunto de decir algo cuando Yoshi salió corriendo en dirección a Mario, pero no con intenciones de felicitarlo, sino de golpearlo en el rostro. Por suerte el héroe de rojo logró reaccionar a tiempo y esquivó el golpe del dinosaurio glotón, causando que él siguiera de largo hasta enterrar el hocico en el suelo.
Mario (se voltea) : Soy yo, Yoshi.
El dinosaurio se levantó mientras se sostenía la nariz y vio fijamente a los ojos azules de su amigo, quien le estaba sonriendo. Al darse cuenta de que trataba de su amigo, Yoshi se abalanzó sobre Mario, esta vez sí para abrazarlo, casi botándolo al suelo.
Yoshi (casi llorando) : ¡Mario, me tenías tan preocupado, pensé que te ibas a quedar atascado en el cuerpo de Bowser para siempre!
Mario (le da palmadas a Yoshi en la espalda) : Oye, si me pudiste cargar siendo un elefante estoy seguro de que no te habría costado mucho hacerlo si tuviera el cuerpo de Bowser.
Yoshi (algo molesto) : ¡No me refería a eso!
Mario (ríe) : Lo sé ... solo quería levantarte un poco el ánimo.
Mientras Mario y Yoshi estaban abrazados, Peach y los tres toads comenzaron a acercarse a ellos, y nuevamente Peach fue interrumpida cuando intentó hablar con el héroe de rojo, esta vez por su hermano, quien pasó corriendo a la par de ella y abrazó a Mario fuertemente, levantándolo del suelo justo después de que Yoshi se separó de él.
Luigi (llorando) : ¡Mario, me tenías tan preocupado, pensé que te ibas a quedar atascado en el cuerpo de Bowser para siempre!
Mario (hablando con dificultad) : ¿Y esta repentina falta de confianza en mí?
Toadette : Parece que ese cambio de cuerpo sí fue cosa seria.
Yoshi : Es que no sabíamos como revertirlo.
Peach : Seguro que a Rosalina se le habría ocurrido una forma.
Yoshi (cayendo en la cuenta) : Oh ... claro, había olvidado ese detalle.
Ala : Luigi, creo que ya puedes poner a Mario en el suelo.
Luigi (ya más calmado) : Claro, claro.
El héroe de verde dejó a su hermano en el suelo, quien tomó una bocanada de aire y comenzó a respirar rápidamente.
Mario : Fuuu ... creo que de todo lo que pasó hoy esto fue lo más peligroso.
Todos los demás rieron suavemente, tras lo que Peach se acercó a Mario.
Mario (al verla) : Guau ... ¿Qué te pasó, Peach?
Peach (suspira) : Yo ... de verdad lo intenté, Mario. Hice todo lo posible por evitar que esto sucediera, incluso intenté escaparme pero ... nuevamente no fue suficiente. (algo triste) Lamento que hallas tenido que pasar por esto de nuevo. Dile a Rosalina también que lamento la molestia.
Mario (le da unas palmadas en la espalda) : Vamos, no tienes que disculparte conmigo. (con un volumen más alto de lo normal) Otra persona es la que debería disculparse por las molestias. (regresa a un volumen normal) Hiciste todo lo que pudiste.
Peach (voltea a ver a Bowser) : No todo.
La princesa del reino Champiñón se separó de Mario y comenzó a caminar hacia donde estaba tirado el rey de los koopas mientras todos los demás la miraban directamente.
Peach (se para a un par de pasos de Bowser) : ¿Ya tuviste suficiente? Intentaste cambiar cuerpos con Mario, tal vez pensando que esa era la clave del éxito, y volviste a perder como de costumbre. (se cruza de brazos y frunce el ceño, molesta) Ya acéptalo, no puedes derrotar a Mario y nuestros amigos, no importa lo que hagas. Solo ... ríndete ya.
Bowser (mira a Mario) : Jamás.
Peach (deja libres sus brazos) : ¡Aaaaarrghhhhh! ¿¡De verdad estás tan obsesionado conmigo!? ¡Mario fue capaz de seguir adelante sin mirar atrás, y míralo, ahora está felizmente casado y debería estar en su casa cuidando de su familia, pero en vez de eso está aquí perdiendo el tiempo al igual que todos nosotros! ¿¡Por qué no puedes ser como él y darte cuenta de todo lo que ya tienes!? ¡Tienes un hijo que te ama y admira y un reino que daría todo por ti! ¿¡Qué a caso nada de eso te importa!? ¿¡A caso no es suficiente!?
Todos los demás estaban viendo sorprendidos el arranque de enojo de Peach, incluido Bowser.
Peach (suspira, ya más calmada) : ¿Quieres saber qué te hace diferente a Mario, realmente? Que él jamás lastimaría a nadie con tal de conseguir lo que quiere, especialmente si es forzar a alguien a hacer algo que no quiere ... y que él sí sabe como tomar un "no" como respuesta.
La princesa del reino Champiñón dio media vuelta y se dirigió a donde estaba el resto del grupo. Luigi y Yoshi seguían sorprendidos, mientras que los tres toads comenzaron a aplaudirle a su gobernante. Mario, por otro lado, volteó a ver a Bowser, notando que este miraba fijamente a su mano derecha, donde tenía su anillo de casado. Y a diferencia de lo usual, la mirada del rey de los koopas no era una de enojo u odio, más bien parecía envidia y algo de ... melancolía. El pequeño héroe no pudo evitar sentirse un poco mal por Bowser.
Luigi (toca el hombro de Mario) : Ya es hora de irnos.
Mario (lo voltea a ver) : Claro (suspira) no puedo esperar a darme una ducha de verdad.
El grupo salió del lugar, solo para toparse con que el gobernante de aquel reino había llegado en un barco volador para llevarlos de regreso a su palacio, el lugar por donde habían entrado. Durante el viaje Mario aprovechó para llamar a Rosalina y decirle que todo había terminado, mientras que el resto del grupo se dedicó a dormir. Una vez a salvo en el castillo amigo, Rosalina llegó al reino para llevarse a Mario de regreso a casa.
Ya en el planetario, Mario se dio el baño que tanto deseaba luego de haber saludado a todos los destellos, y se colocó nueva ropa al salir. Aún estaba terminando de cambiarse cuando Rosalina entró a su habitación, colocando la barrera mágica detrás de ella. Cuando su esposo la volteó a ver ella flotó hacia él y lo abrazó, dándole un apasionado beso en los labios. Mario la abrazó de vuelta y se recostó en la cama.
Rosalina (se separa del beso) : No tienes idea ... cuánto te extrañé. Nuestra cama se siente muy vacía sin ti.
La madre de los destellos volvió a besar a su esposo en los labios, quien simplemente se dedicó a disfrutar todo el cariño que su esposa quería darle en ese momento ...
Más tarde, en el castillo de Bowser:
Nuevamente regresó el rey de los koopas con la cola entre las patas, las manos vacías y un tremendo dolor de cuerpo. Su plan de cambiar cuerpos con Mario no solo había dado el mismo resultado (una derrota), sino que ni siquiera dejó las heridas y los golpes en el cuerpo de su enemigo cuando regresaron a la normalidad. Pero esta vez la derrota le había dolido más que de costumbre, y sentado sobre su cama, no fue capaz de contener el enojo. Se levantó de golpe y comenzó a golpear todo lo que tenía a la vista, incluidas las paredes.
Bowser (furioso) : ¿¡¡ Por qué, por qué todo es tan injusto!!? ¡¡Yo soy un rey, lo tengo todo, le puedo ofrecer de todo, y aún así siempre soy el que pierde!! ¡¡No es justo que ese enano se lleve todo lo bueno siempre!! ¡¡Aaaaarrrgggghhhhhh!!
Una vez que terminó con su episodio de ira, el rey de los koopas se dejó caer sentado en el suelo, con su caparazón apoyado contra una de las paredes. Las palabras de Peach resonaban en su cabeza "¿¡Qué a caso nada de eso te importa!? ¿¡A caso no es suficiente!?".
??? : Vaya, vaya, vaya, otro plan que fracasa ¿eh?
Aquella misteriosa voz resonó en toda la habitación de Bowser, quien ni si quiera levantó la vista.
Bowser (molesto) : ¿Y ahora qué quieres?
??? : Lo mismo que tú, espero. Deshacerme de un cierto fontanero bigotón que no deja de dar la lata.
En ese momento, un boo de considerable tamaño con una corona dorada sobre sí mismo se materializó frente a Bowser.
Bowser : Ya te lo he dicho antes, rey Boo, no estoy interesado en ayudarte.
Rey boo (ríe) : Vamos, podemos ayudarnos mutuamente. Yo sé cómo lidiar con Mario, y parece que Luigi nunca ha representado mucho problema para ti. Además, no solo seríamos nosotros ... el rey Bob-Omb, el rey Whomp, Petey Piranha ... todos ellos y más tiene alguna cuenta pendiente con Mario.
Bowser : Él los ha derrotado a todos.
Rey boo : Porque nunca se coordinaron de verdad.
La habitación quedó en silencio por un par de segundos, tras lo que el rey boo dio media vuelta.
Rey boo : Cómo sea, haz lo que quieras. Yo solo pensaba que si participabas de nuestra victoria tal vez podrías cumplir tu deseo de vengarte de Mario y conseguir lo que siempre has anhelado ... una lástima que ahora los meteré a todos en cuadros para ponerlos en mi mansión (ríe).
Bowser (ríe también) : Adelante, haz lo que quieras. No planeo estar allí cuando Rosalina se enoje y los acabe a todos.
Rey boo : Tsk, tsk, me sorprende que creas que no he considerado esa variable. Casarse antes de acabar con nosotros será el error que les costará la derrota a esos dos. Pero si cambias de opinión antes de la próxima semana ... ya sabes donde encontrarme.
El rey de los boos volvió a desmaterializarse mientras reía. Su risa se fue apagando poco a poco, dejando la habitación del rey de los koopas en silencio nuevamente.
Nota: Mi escena favorita sin duda fue la de los toads con Kamek XD.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro