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✧『 Cαpίтυlo 03 』✧

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・。。・゜Sᴏ́ʟᴏ ᴀʟᴇ́ᴊᴀᴛᴇ ・。。・゜

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H A Y D E N

Cuando Billy fue al baño, Freddy me miró mientras levantaba sus cejas repetidamente.

—¿Qué te parece el nuevo?— me preguntó sentándose en su cama.

—¿Qué te parece a tí?—le devolví la pregunta, imitando su acción.

—Siento que se escapará de aquí.
Le doy 1 semana— admitió. —O minímo 2 días.

—Fue un poco grosero, ¿no?—alcé mis hombros ante mi propia pregunta.

—Creo que sí. Pero así llegamos la mayoría de nosotros.

—No me imagino como habrá sido con Darla—suspiré negando con la cabeza.

Ella es una niña demasiado inocente y tierna, nadie debería de tratarla mal. A nadie de hecho.

—Hay que darle tiempo. Si es que no se va antes de la casa— hizo una pausa.
—Tú eras como él.

—Sí Freddy, y tú somos como
Batman y Robin—rodó sus ojos para despúes poner su mano en mi hombro.

—Enserio. Eras malhumorada y fría.

—Pero no era grosera—le interrumpí cruzándome de brazos.

—Me dabas miedo. Ahora me das bastante risa— le dí un leve golpe en el brazo, haciéndolo reírse —Pero siempre te tuve cariño.

—¿Te digo algo? Si no te hubiera conocido, probablemente no me hubiera quedado aquí. De seguro estaría en la calle—sonrió cerrando sus ojos ante mis palabras.

—Eso me hace sentir menos inservible. Ven aquí—se acercó y me dió un abrazo.

—¡A cenar!—gritó Víctor desde abajo. Aún seguía abrazada de Freddy, pero nos separamos al escuchar la puerta del baño abrirse.

—Lamento interrumpir—dijo Billy sin mirarnos. Para despúes salir de la habitación.

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—Dedos al centro—Víctor dejó la cena sobre la mesa. Billy hacía gestos de confusión ante lo que hacíamos.

Todos, menos Billy, claro. Pusimos nuestras manos al centro.

—Gracias por esta familia, gracias por este día y gracias por esta comida, aunque no sea un jugoso filete—quitámos nuestras manos para empezar a servirnos la cena. Se veía deliciosa.

—Y bueno. ¿Qué cuentan, niños?—preguntó Rosa dirigiéndose a nosotros. Le tapé la boca a Freddy antes de que dijiera una estúpidez.

—No creo que lo quieran escuchar mientras comemos— Pedro me hizo la seña de "púlgar arriba", en agradecimiento.

—Y por eso te agradecemos—Mary me señaló con su tenedor con una sonrisa.

Freddy lamió mi mano. Haciéndo que le dejara de tapar la boca.

—Guacala—me limpié en su playera.—Estaba comiendo el pavo con esa mano.

—Freddy—le regañó Victor. —¿Qué te he dicho de lamér la mano de Hayden?—Billy alzó sus cejas con aún más confusión.

—Fue su culpa. Nadie me puede detener de decir lo que piensa—se excusó alzando su puño.

—Seguramente Freddy—le respondió Eugene para despúes tomar jugo de su vaso.

—Pues Hayden, yo te tengo una noticia—le presté atención a Rosa, sintiendo la mirada de todos, pero sobre todo la de Billy —Te mudarás con Mary a su habitación.

—¿Qué?, ¿por qué? Está bien en mi habitación, ella es pequeña, puede dormir en el cajón —ofreció Freddy rapidámente, dejando a Víctor y a Rosa sin habla.

—De acuerdo—le resté importancia. Me encantaba compartir cuarto con Freddy, pero no me iba a poner a discutir sobre en qué cuarto dormir. Lo importante era tener cuarto donde dormir.

—¿Qué tal si se queda en mi habitación?—preguntó Darla un tanto emocionada.

—Lo siento corazón. No creo, el cuarto de Mary es un poco más grande y ahí pueden dormir las dos—dijo Víctor con un tono suave. Siempre hablaba así con ella.

—Alégrate Darla, tienes tu propio cuarto—no pareció animarla el comentario de Freddy. Ya que agachó su cabeza con una pequeña mueca.

—Iré a hacer pijamadas contigo cada vez que quieras ¿qué te parece?—levantó la mirada ante mi propuesta.

—Eso suena bien—sonrió ampliamente, haciendome sonreír también. Eso era lo especial de Darla, cada vez que sonreía podía hacer que los demás lo hicieran.

—Pero en lo que movemos tus cosas y lo necesario, te quedarás en dónde estás. Así que aún no te preocupes—Rosa sobó mi hombro.

Le asentí.

Despúes de cenar cada quién se fue a sus respectivas habitaciones a dormir en el caso de Darla y Eugene.

—Descansen—les dije a Víctor y a Rosa antes de subir las escaleras —Los quiero.

—Y nosotros a tí—me respondió Victor.

—Descansa, linda—empecé a subir para ir a la habitación a cambiarme y poder dormir, estaba tan cansada.

—Hasta mañana Hayden Christensen—se despidió Mary abriendo la puerta de su cuarto. Me reí por el apodo.

Ella me había puesto así por el actor que hacía de Anakin en Star Wars, ya que es mi personaje favorito y pues él que el chico que lo interpreta se llama como yo.

—Hasta mañana Mary Poppins—le respondí con el apodo que le elegí.
A decir verdad le queda, es una gran niñera. Aunque yo le quería poner Mary Austin. —Pedro— le hablé antes de que se metiera a su habitación.

Levanté mi mano derecha e hice el saludo vulcano de Star Trek. Me devolvió el gesto asintiendo con su cabeza.

—Eugene. Ya vete a dormir—pasó a mi lado con su celular, besé su cabeza en despedida. —Mañana hay escuela.

—¿Qué siga jugando?—preguntó con una sonrisilla inocente.

—Ya acuéstate—puse mi mano en su espalda guiándolo hasta su habitación.

Me faltaba despedirme de Darla, pero decidí irme a poner la pijama primero. Entré a mi habitación y me encontré con Freddy que se estaba quitándo sus zapatos.

—Hey—abrí uno de mis cajones y tomé un short y una playera olgada.
—¿Y Billy?

—Se está cambiando en el baño.

—En ese caso yo me iré a cambiar en el baño de Darla, aprovechando y la acuesto—cerré el cajón, pero aún me faltaba mi cepillo —Mierda, mi cepillo de dientes está en el baño.

—Yo me encargo—Freddy caminó al baño tocando la puerta — ¡Billy! Pásame el cepillo de dientes.

—¿Cúal de todos?—se le escuchó preguntar.

—El que se vea más sucio—le lancé una almohada que tenía cerca directamente a la cabeza.

—El morado—corregí. Billy abrió la puerta dejándo ver solamente su mano con el cepillo.

—Gracias— Freddy me lo dió. Para ahora sí dejar la habitación.

El cuarto de Darla era de lo más acojedor, tenía esa vibra de limpieza y cálidez. Su cuarto estába más limpio que toda la casa.

Toqué 3 veces su puerta. Esperando a que me diera permiso de pasar.

—Adelante—la abrí y me topé con su sonrisa.—Hola Hayden—se levantó de su mesita para tomar el té.

—¿Qué hay Darla?—cerré trás de mí.
—Vine a acostarte.

—¿Y esa ropa?, ¿te quedarás a dormir?—me preguntó acomodándo las pequeñas sillas.

—Nuestra pijamada será el viernes. ¿Puedo agendar una cita?—puso su dedo en su barbilla.

—Mmm, veré mi agenda. ¡Estoy libre!—alzó sus brazos.

—El viernes será. ¿Me puedo cambiar?—señalé la otra puerta de la habitación.

—Seguro—me metí al baño, me cambié y lavé los dientes.

—A ver enana. A dormir—esperé a que se metiera en la cama, y la acobijé con las mantas que tenía.

—¿Me cuentas una historia?—acomodé su almohada para despúes pasarle su conejo de peluche.

—Había un pájaro que no sabía volar, juntó dinero para comprarse una mochila cohete y voló—Darla se cruzo de brazos aguantándose la risa.

—Hayden.

—De acuerdo. Esta otra historia te encantará—troné mi cuello y aclaré mi garganta para contarla.

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—Y así se conocieron John Lennon y Paul McCartney—finalizé. Darla se había quedado profundamente dormida, abrazada a su peluche.
—Descansa Darla—besé su frente y me salí con cuidado de no hacer ruido.

Me volví a meter de nuevo a mi habitación.

—¿La historia de John y Paul?—preguntó Freddy sin despegar la vista de su cómic. Troné mis dedos.

—Así se durmió—miré a mi alrededor. Billy aún no estaba. —¿Billy sigue ahí adentro?

—Seguro se escapó por la ventana—mencionó sarcásticamente. Pegué mi oído a la puerta para ver si escuchaba algo, pero la abrieron de golpe.

—¿Se te ofrece algo?—me miró con confusión.

—No, para nada—me alejé. Que vergüenza.

—Mi turno—Freddy tomó su muleta metiéndose al baño. Dejándome a solas con Billy.

—Y Billy—lo llamé. —¿Qué te pareció la cena?—le pregunté para tratar de hacer plática.

—Bien, creo—contestó sin emoción. Y sin voltear a verme.

—¿Y esperas con ánsias ir a la escuela mañana?—pregunta absurda. Claro que no.

—No—me volvió a responder con ese tono. Se paró frente a la ventana, volviendo a observar hacía el suelo.

Ya se en lo que estaba pensando.

—Billy si tratas de escapar, porfavor,  usa las escaleras. No digo que te escapes, pero es una caída muy larga y te puedes hacer dañ...

—¿Me puedes dejar en paz?—me preguntó alejándose de mí, se le notaba irritado.

—Yo solo trataba de...—me interrumpió de nuevo.

—Sólo aléjate. ¿De acuerdo?—se sentó en su cama con disgusto.

—Oye—le llamé. —Sé que esto no te gusta, sé que estás molesto, pero eso no te da el derecho de tratar de alejar a las personas que quieren ayudarte. Todos fuimos así, pero intenta poner algo de tu parte.

Entre abrió su boca, cómo si fuera a decir algo, pero se quedó callado.

Tomaré ese silencio como punto para mí. Subí las escaleras y me acosté mirando el techo.

—Incómodo—escuché hablar a Freddy, que había apagado la luz.

—Buenas noches Freddy.

—Buenas noches Hayden, descansa—dió leves golpes a la madera debajo de mi cama.

—Buenas noches Billy—le dije también. A cualquier otra persona le hubiera dicho que se vaya al carajo. Pero simplemente no pude decírselo a Billy. Por alguna razón

—Cómo sea—se volteó impidiéndole ver la cara. Le hubiera dicho vete al carajo.

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Mental wounds not healing
Life's a bitter shame
I'm going off the rails on a crazy train
I'm going off the rails on a crazy train

Mi celular empezó a sonar. Lo tomé observándo el contacto.

Grant 🐶

Lo silencié para que no fuera a despertar a los chicos. Me bajé de las escaleras y me metí al baño a contestar.

—Grant ¿qué pasó?—lo escuché respirar agitadámente. —¿Por qué me llamas a las 4:42 de la mañana?

Tenemos un problema.

—¿Cuál es?—le puse el asiento a la taza del baño y me senté en ella —Por favor no me digas que te enamoraste de mí.

Eso no. Mis padres volvieron de sus vacaciones y quieren entrar al sótano principal.

—¿Y eso a mí qué?—pregunté restándole importancia. Enfocándo mi vista en algo que estaba en el bote de basura.

¿Ya te olvidaste de lo que hay en el sótano?—mi cerebro hizo un "click' y recordé.

—Mierda—murmuré pensando en qué hacer al respecto.

Sí, mierda, ¿qué se supone que haga?

—Pués escóndelo en otro lugar, tienes como 40 habitaciones en esa mansión a la que llamas manicomio.

¿Esperas que mueva tu trajesito de Dora la exploradora , el bastón que está lleno de sangre y la caja con cuchillos, granadas de humo y cosas con las que golpeas como si nada?—preguntó con sarcásmo.

—Sí.

Hayden—alargó molesto.

—No lo sé. Mete el traje en una mochila, el bastón se puede doblar, ponlo ahí también—le empecé a decir.

De acuerdo. ¿Y lo demás?

—Muévelo con mucho cuidado.

¿Por qué?, ¿las granadas van a explotar o algo así?— su voz sonó acelerada y del otro lado de la línea escuché como movía la caja.

—No, pero si se caen van a causar mucho ruido y alertará a tus padres—el suspiró con alivio.

Está bien, lo haré—hizo una pausa.
A la otra deberías ponerlos en mi habitación, mis padres no entran aquí.

—Tus padres no, pero las cazafortunas con las que te acuestas sí—respondí levantándome de la taza, empezando a caminar de un lado a otro.

No son cazafortunas.

—Perdón. Mi error, las chicas de tu salón que solamente te quieren por tu dinero, y con las que te acúestas cada noche. Sin siquiera importarte sus nombres— lo oí suspirar.

¿Para qué me molesto en hablarte?

—Porque te agrado mucho—hablé un poco fuerte.

Te odio.

—Y yo a tí—Colgué la llamada antes de que pudiera contestarme. Pero mi celular se encendió indicándome que tenía un mensaje.

Grant 🐶 ha enviado un mensaje.

Grant 🐶
🖕
4:44 am.

👏👏
✔✔ 4:44 am.

Apagué mi celular guardándole en el bolsillo de mi short, también le bajé al baño para que los chicos piensen que fuí. Abrí la puerta , encontrándo a Billy frente a mí. Mirándome.

—¿Qué hacías?—preguntó abriendo la puerta completamente.

—Pues estaba en el baño—respondí con obviedad.

—Escuché que hablabas.

—Es que, a veces hablo conmigo misma mientras ya sabes...—señalé la taza del baño por detrás de mí, después cerré mis ojos ante la estúpidez que había dicho.

—¿Por qué?—le miré levantándo mi ceja.

—¿Ahora sí deseas hablarme?—cerré la puerta haciéndo que me acercara más a él.

Hasta ahora me había dado cuenta de que Billy ya no tenía su pijama, llevaba puesto el cambio de ropa con la que llegó, además de cargar con una mochila sobre su espalda.

—¿Enserio ya ibas a escapar?—pregunté sin poder creerlo. Él sonrió colocando su mano en el costado de mi cabeza. Ahora yo estaba confundida.

—¿Qué? Claro que no. Este lugar es increíble. Vuelve a dormir—cambió a una actitud más alegre. Aunque sabía que era totalmente falsa, despúes bajó su mano hasta mi hombro.

Enseguida, entendí lo que trataba de hacer. Pues algo faltaba en mi cabello.

—Billy. No soy  idiota—le extendí mi mano para que me diera mi broche.

Lo iba a usar para desactivar la alarma de la casa.

—¿De qué hablas?—se hizo el inocente. Rodé mis ojos acercándome a él para quitarle el broche del bolsillo de su caqueta. Haciéndolo suspirar.

—¿Y esto?

—Escucha— empezó a hablar volviendo a una expresion seria.
—No es nada personal contra ustedes. Pero no quiero estar aquí, así que no te metas en mi vida.

Camino en dirección la puerta.

—No puedes irte—el se giró a verme.

—¿Por qué no?—de mi bolsillo saqué una cartera. Su cartera, la cual le había quitado cuando tomé el broche.

Él me miró sorprendido, buscándola en su chaqueta. Me extendió la mano con una mueca.

—Billy. Yo era como tú—empecé a hablar para después entregarsela.
—Aunque no me guste admitirlo. Busqué todas las formas posibles de escapar, pero no lo hice porque me encariñé con estas personas. De verdad lo hice. Solo te pido que les des una oportunidad, unos días y verás que también te encariñarás con ellos. Este es un buen lugar, aunque de todas formas es tu decisión.

En todo lo que hablé, Billy había mirado al piso, moviendo su pie. Resoplé dirigiéndome a mi cama. Este chico es imposible.

—Si esperas una dísculpa no la tendrás— esta vez yo me giré para verlo y puse una de mis manos en su pecho, alejándolo un poco, ya que estabamos algo cerca.

—No quiero una disculpa, Billy—negué con mi cabeza.

—¿Y entonces qué quieres?—se me hizo rara su pregunta. Pensé que diría "está bien" y se iría a dormir.

—Nada, te iba a pedir que intentaras ser más amable con nosotros. Pero, no soy nadie para pedírte esa cosa—su rostro estaba más relajado. —Aparte, todos llegamos con esa actitud. Supongo que el tiempo la cambia.

Finalicé volviendo a meterme en mi cama. Teniendo en mente todo el tacto físico que tuve con Billy. Vaya, fue demasiado en mi opinión. Sentí un cosquilleo al solo recordarlo.

Sacudí mi cabeza ante esos pensamientos. Deben de ser hormonas de adolescente.

Hasta que la voz de Billy me desconcentró.

—Buenas noches—me dijo casi susurrando.

—Cómo sea—me asomé para verlo, y solo sonrió levemente tapándose con la cobija.

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【 Nota de la autora 】

Im baaack! Regresé y pienso actualizar más seguido así que estén atent@s ❤.

¿Qué es lo que Hayden tiene
escondido en casa de Grant? 🤔
Espero y les haya gustado este capítulo.

Pondré como reto llegar
a 20 votos 🌟.

Ya sé que no se cumplirá, pero...

Que la fuerza los acompañe

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