Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

♡ dos ♡

—¡Tzuyu, espera! ¡Espérame, por favor! —la omega iba detrás de ella tratando de alcanzarla.

La alfa al estar tan sumida en sus pensamientos más negativos e hirientes, no fue capaz de escuchar. Rápidamente se dirigió a la biblioteca en donde sabía que nadie estaría a esas horas y quizás lloraría un buen tiempo.
A esas alturas perder sus últimas horas de clase ya no le importaba. ¿Cómo entraría nuevamente al salón sin sentirse humillada y estúpida?

No quería ver a Sana, no quería ver como la omega se burlaba de ella o la miraba con vergüenza. Tzuyu sabía que no iba a poder soportarlo.

La omega notó a donde se dirigía, así que se detuvo y decidió caminar con calma, tratando de regular su respiración por haber corrido más rápido de lo que normalmente hubiera podido. Se adentró al lugar y su corazón se encogió algo triste por ver como la alfa estaba sentada en el suelo abrazando sus piernas flexionadas y con el rostro escondido. Los sollozos podían ser escuchados mientras más se acercaba y Sana decidió ponerse de cuclillas a su lado.

Tzuyu se tensó al percibir el dulce aroma ajeno y ya no supo cómo podía ser posible huir con rapidez. Sintió una onda de electricidad chocante al simple toque de la mano de la omega en su hombro, haciendo que levantara la cabeza y sus ojos chocaron con los de la castaña.

—¿Sentiste eso? —preguntó Sana para luego esbozar una pequeña sonrisa.

—Uh, s-sí —las mejillas de Tzuyu volvieron a teñirse de un tono rosado y pudo admirar mejor el precioso rostro de la omega al estar tan cerca suyo.

—N-nosotras... eh, bueno —la menor se contuvo las ganas de abrazar por completo a Sana al ver sus mejillas ruborizadas y como su mirada era algo cohibida—. Yo lo supe hace poco, pero, nosotras... s-somos predestinadas, Tzu.

La alfa expandió sus ojos claramente sorprendida. ¿Cómo es que no se dio cuenta?

—Hablas, ¿ha-blas en serio? —titubeó. Deseaba con todo su corazón que no fuera una broma de mal gusto. Ella sabía que la bella omega no sería capaz de destruirle el corazón.

Soltó un gran suspiro de alivio al ver como Sana asentía con la cabeza.

—Yo, uh, no sabía cómo decírtelo. A-apenas me enteré hace unos días después de contárselo a mi mamá —el ceño fruncido de la taiwanesa denotó la confusión que sentía en ese momento—. Bueno, mi loba y yo, si-siempre tuvimos ese impulso de estar cerca de ti, de abrazarte y permanecer el mayor tiempo posible contigo. Eres una alfa muy l-linda, pero nunca en toda mi corta edad tuve esas ansias de querer estar al lado de una alfa y, una tarde cuando le conté a mi mamá todo lo que sentía cada vez que te veía disimuladamente —esbozó una sonrisa apenada—, pudo explicarme la verdadera razón.

—¿En serio lo somos? —su sonrisa se ensanchó cuando la omega asintió de nuevo, hasta que cayó en la realidad de aquellas palabras. Chou siempre tenía que pensar en algo negativo—. Pero, pero es por eso que quieres estar a mi lado. ¿Verdad?

—¿Qué dices?

—Tu loba reconoce a la mía como su alfa, pero simplemente es por eso que tú, la parte humana, quiere estar conmigo. ¿Solamente es por eso verdad? —dijo sintiéndose totalmente dolida.

—¿Qué? No, no, Tzuyu. Antes de eso yo...

—No es necesario que lo expliques —lo interrumpió—. Debía saber que una omega tan linda como tú no puede estar como una alfa como yo. Pero, ¿a quién engaño? Ni siquiera me asimilo a una, solo soy una tonta...

—Tzuyu no digas eso, déjame-

—...Que piensa que algún puede tomar la suficiente seguridad para poder cortejarte —negó lentamente con la cabeza y sintió sus ojos picar—. Soy patética, real-

Las palabras de Tzuyu fueron interrumpidas al sentir como la omega juntó sus rosados belfos con los suyos. Sintió un cosquilleo en su abdomen y sus ojos se abrieron de par en par. Sana sostuvo su rostro entre sus suaves manos y Tzuyu colocó las suyas en la cintura de la omega. Cerrando los ojos con lentitud, disfrutando del dulce contacto y las miles de emociones que se mezclaban en ella.

Estaba besando a la omega dueña de sus únicos suspiros y anhelos, sueños y latidos, sonrisas y sonrojos.

Poco a poco la alfa fue la que comenzó a acariciar con sus esponjosos labios, el labio superior de Sana, tomando el ritmo y el control del acompasado e inocente beso.

Una sonrisa se dibujó en su rostro y terminaron por separarse hasta quedar solo sus narices juntas, acariciándose con parsimonia y disfrutando de la mezcla de sus aromas, creando un verdadero deleite.

—Sí que eres una alfa tontita —susurró Sana posando sus manos en los hombros de la contraria—, creas muchas cosas antes de escuchar —sonrió levemente.

— Yo, uh... —la omega volvió a darle un corto beso, transmitiéndole seguridad—. Realmente me gustas, Sana. Hace mucho, mucho tiempo.

La castaña sonrió ampliamente y se abalanzó hacia la alfa mientras enredaba sus manos en la chaqueta de Tzuyu.

—Tú también me gustas, alfa —le dio otro casto beso en aquellos esponjosos labios—. Solo que siempre tuve algo de inseguridad al respecto. Eres tan introvertida y callada que jamás creí posible poder relacionarme contigo y esa idea me dolía. Porque no importa lo que los demás puedan decir de ti. Yo te quiero demasiado y estaría orgullosa de ser tu omega.

La alfa sintió como las sensaciones más hermosas recorrían su organismo; felicidad, amor, emoción, simplemente todo estaba tan mezclado que la sonrisa en su rostro no desapareció y abrazó a la omega con toda la fuerza permitida. Como pudo, se levantó con Sana entre sus brazos y la cargó levemente, haciendo que la omega dejara de tocar el suelo y en su cambio estuvieran dando vueltas mientras ambas soltaban risitas genuinas.

—Me haces la alfa más feliz, yo... yo jamás creí que esto me estuviera pasando contigo.

Baja a Sana con mucha delicadeza y esta se pone de puntitas para encerrar el cuello de Tzuyu con sus brazos, la alfa más que complacida y alegre, besa aquellos labios que sabe que nunca se cansará de probar.

—Te quiero demasiado —susurró Tzuyu sintiendo sus mejillas arder de nueva cuenta—. Yo también quiero ser tu alfa. ¿Podrías a-aceptarme?

La omega sonríe de esa manera que derrite el corazón de Tzuyu y asiente efusivamente.

—¡Sí, sí quiero! —Sana comienza a repartir cortos y suaves besos por el rostro de la alfa y esta sonríe en el proceso, sosteniendo a la omega de su pequeña cintura.

Ambas sumamente sumergidas en su nueva y cálida burbuja de amor, empiezan una nueva etapa juntas. Una que empezaría con las raíces más fuertes y estables que son permitidas por el profundo y mutuo amor que se tienen y que saben que seguirá creciendo.

Porque uno nunca sabe cuándo está listo para poder ser feliz, pero cuando ese momento llega, sabes que no puedes dejar esa oportunidad.

—Te adoro tanto, mi tierna y tímida alfa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro