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Ganador Parte 2: Sasaki chikito va a vivir con Poseidón

Bueno, quedando en primer lugar sospechaba que fuese este, además creo gustó bastante la primera parte.

Bien, entonces esta parte se centrará desde que Poseidón negó que Afrodita se volviese a llevar al niño con ella, por lo que Sasaki chikito de quedará con él en su palacio e intentará hacerle cambiar para que no se vuelva el Sasaki del Ragnarok, sino un Sasaki más serio... Pero muy seguramente no podrá hacer cambiar al pequeñín :3

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- Adiós~

El pequeño Sasaki le decía adiós a la diosa que dejaba atrás, siendo tomado en brazos por Poseidón mientras se adentraba en el palacio con él. Una vez alejados de la entrada y sabiendo que sus sirvientes se encargarían de cerrar, bajó al niño al suelo, mirándole desde arriba.

- A partir de ahora vivirás aquí - sentenció.

- ¿Ya tengo casa al fin? - preguntó sonriendo.

- Y si vives aquí tendrás que seguir ciertas normas - siguió, ignorando su pregunta.

- ¿Portarme bien? - siguió preguntando.

Poseidón le lanzó a las manos un pergamino que sacó de una cajón en el pasillo, y este se desenrolló infinitamente haciendo una interminable lista.

- Las normas. Lee y aprende.

- Pero si apenas se leer... Y este idioma no lo conozco...

Poseidón rodó los ojos, quitándole el pergamino de las manos y envolviéndolo en un instante.

- Dejemos eso por ahora, igual te enseñarán a leer y escribir, no quiero un analfabeto aquí. Ahora ven conmigo

Poseidón le dio la espalda empezando a caminar y Sasaki corrió un poco para seguir el ritmo rápido del dios.

- ¡Pío, Pío, Pío! - iba diciendo el chico corriendo detrás de Poseidón, agitando los brazos como si fueran alas.

- ¿Qué eres ahora, un pollo? - preguntó serio sin mirarle - Deja de jugar...

- No, ¡Soy un patito que va detrás de su mamá pato! - le dijo sonriendo, mostrando que le faltaba un diente de leche.

- Los patos no hacen eso, niño. Hacen cuack.

- Hacen cuick.

- Hacen cuack, cabezón - Poseidón miró alrededor para asegurarse de que ningún sirviente le veía ni escuchaba ahora.

- Los patitos pequeños hacen cuick, y yo soy un patito pequeño y tengo que hacer cuick, tú eres el pato grande y haces cuack.

Poseidón bufó haciendo que su flequillo volase. No le había hecho gracia el juego de hacerle decir cuick y cuack, y se enojó internamente con eso. Por eso, tomó un leve impulso flexionando una rodilla, y se movió a una altísima velocidad hasta el final del pasillo donde estaba en el salón.

Sin embargo, cuando Poseidón se detuvo, notó un golpe en la parte trasera de su pierna. Kojiro se había estrellado contra él, y el dios frunció el ceño. ¿Como había llegado hasta él si se había movido tan rápido? Era muy pequeño... Y entonces vio que en su mano tenía agarrada la parte trasera del manto blanco adornado de Poseidón y que tenía su flequillo largo echado hacia atrás. ¿Acaso le había agarrado antes de usar su velocidad y así había acabado chocado contra su pierna?

- ¿Cómo has llegado hasta aquí? Corro demasiado para ti - le preguntó serio.

- Cuando doblas la rodilla derecha y te inclinas es que vas a correr muuucho y siempre me dejas atrás... Así que en cuanto lo vi te agarré... ¡Y volé! - dijo riéndose y levantando los brazos - ¡Se levantaron los pies del suelo y el patito voló! Ya soy grande y puedo hacer cuack.

El pequeño desde muy pronto empezó a fijarse y copiar, sabiendo anticiparse a todo.

Cuando Poseidón vio la risa del niño, se dio cuenta de que ahora le faltaban dos dientes. Había arriba un hueco nuevo de la falta de un diente de leche.

Le señaló con el dedo la boca del niño, ahora sentado en el suelo poniéndose bien su pelo, y Sasaki lo entendió, buscando por el suelo hasta encontrar el diente que se le cayó al chocarse contra la pierna de Poseidón.

- ¡El diente que se me movía! - dijo contento agarrándolo del suelo - Si se ha caído de arriba, tengo que enterrarlo para asegurarme de que el diente nuevo salga recto.

(Nota informativa de Zoba: en Japón no hay Ratoncito Pérez, se dice que si se te cae un diente de la mandíbula superior, hay que enterrarlo, y si es de la inferior, hay que lanzarlo al cielo. Hay que ponerlo de la forma opuesta al nacimiento del diente porque así se cree que el nuevo saldrá recto, por eso Kojiro tiene que enterrar el suyo.)

El niño corrió con su diente hacia donde sabía que había un jardín antes de que Poseidón le dijese que no quería dientes enterrados en sus parques, pero finalmente negó, entrando en el salón, que era hora de cenar.

A la hora de la cena, el niño se pasó comiendo con solo un lado de la boca para que no entrara suciedad en su hueco nuevo, hablando con todas las sirvientas y les contaba la hazaña de su diente caído. Ellas le escuchaban atentas, a veces acariciando su cabeza, contentas de que ese rayo de luz no se fuera de la mansión y pelease indirectamente contra la amargura de Poseidón.

Poseidón le miraba de reojo, serio, moviendo el tenedor en su mano, con la comida a mitad. No sabía por qué preferís escuchar la historia del niño mil veces antes que seguir comiendo, aunque era la estúpida historia... De como un niño se anticipó a sus movimientos para que no quedar abandonado de nuevo en un pasillo. Y de ahí a lo del diente, enterrarlo y demás.

Justo antes de que el niño se levantara, Poseidón volvió la mirada a su plato.

- Traed Baclavá para el niño - dijo a las sirvientas pero sin mirarles.

Ellas se miraron con los ojos abiertos con una sonrisa contenida, yendo rápidamente a la cocina. Tras un minuto, trajeron un plato de postre y en una bandeja ese dulce típico griego, que era similar a una torta de hojaldre endulzado con miel y adornado con frutos secos. Era simple y antiguo... Al igual que Sasaki.

- ¿Eso es para mí? - preguntó Sasaki al ver que no ponían plato para Poseidón, pues a él no le gustaba el dulce.

- Considéralo un regalo por la pérdida de tu diente.

Poseidón se levantó, dejando a los sirvientes recoger sus platos y marchándose a su habitación. Si, si Sasaki se comía toda la bandeja de ese dulce acabaría muy gordito... Y así no podría ser tan rápido para agarrarle en su velocidad. Estaba todo planeado... Pero no contaba que ahora, con la ausencia del Poseidón, el niño había invitado a los sirvientes del salón a comer un pedazo del postre con él. Poseidón no sabe que cuando menos se tiene, más se da.

Al rato, Poseidón, en su cuarto, escuchó un ruido que conocía muy bien... El de unos piececitos corriendo por el pasillo y abriendo y cerrando puertas. Por favor... ¿Tanto le cuesta meterse en la cabeza que su habitación es la que habían pintado los sirvientes con animalitos en la puerta? Estaba justo al lado de la suya... Aunque por un momento pensó que la habitación ideal del niño tan molesto debería ser la más lejana a la suya... Y ahí está, a su lado.

Bufó después, abriendo la puerta de su cuarto con brusquedad, encontrando al niño abriendo la de enfrente suya.

- Sasaki - le llamó con voz dura, y luego le señaló la habitación a su lado - La puerta con dibujos de conejitos y pajaritos es la tuya.

- Aahhhh si es verdad - dijo riendo y yendo ahí - ¡Gracias, Poseidón! ¡Ah, estaba muy rico eso, a todos les ha gustado mucho! - contó contento abriendo y entrando a su cuarto.

- ¿Cómo que "a todos les ha gustado mucho"? - repitió entrando con él dentro.

- Tengo que lavarme los dientes~

El niño corrió al baño adosado al cuarto, ignorando la pregunta del dios. Poseidón miró su cuarto. Todos tenían la misma distribución y forma, todos en su palacio menos el suyo propio. El cuarto de Kojiro no parecía el de un niño, era sólo un cuarto... Pero recordó la tremenda impresión que le causó saber que todo eso era un espacio suyo y propio, que tenía una cama que se levantaba del suelo y no tenía que irse al bosque a hacer pis.

Antes de ir al baño y a la cama, Sasaki tenía que agarrar siempre un pequeño banquito que ponía en el suelo para poder llegar al espejo y lavamanos y lavarse los dientes, así como la cara y las manos, e igual lo necesitaba para poder subirse a la cama sin necesidad de llegar corriendo desde el baño y lanzarse contra ella.

Observó a niño lavarse los dientes en el baño, serio como él era, antes de dejar una cosa en su cama, yéndose a su cuarto y cerrando la puerta.

Cuando Sasaki volvió del baño, con sus dientes limpios y su ropa de cama puesta, con su banquito bajo el brazo para subirse a la cama, encontró aquello que dejó Poseidón sobre esta: un conejito de peluche.

Sin embargo, pensó que era de verdad, y ya estaba agachado a los pies de la cama, meneando el traserito igual que aprendió de los gatos para cazar, tomando impulso y saltando sobre la cama y atrapando al peluche entre sus manos, sin saber que no era real.

Cayendo en su cama y notando que el animal no se movía, lo observó detenidamente. De verdad parecía real de lo bien hecho que estaba, tanto, que no pudo evitar acariciarlo como si de un ser vivo se tratara, a excepción de que estaba relleno de algodón.

- Así que... Esto es lo que llaman un juguete... Supongo... - dijo alzandolo y mirándolo bien - Creo que hay que dormir con él, bueno, estará calentito y me dará compañía.

Se quitó las zapatillas, pues saltó con ellas a la cama, metiéndose bajo las sábanas, poniendo el peluche a su lado. Ahora su habitación era... Un 1% más de niño pequeño que antes.

- A lo mejor me lo han regalado los sirvientes por darles a comer postre también... - dijo, siguiendo hablando solo - Sí, seguro fueron ellos...

Desde el cuarto de Poseidón, a su lado, se escuchó un tosido fuerte, seguido de un carraspeo de garganta.

- Oh, también pudo haber sido Poseidón - dijo en voz alta, recordando la presencia del dios - Él también es bueno conmigo...

- No soy bueno con nadie - se escuchó desde la otra habitación.

- ¡Conmigo sí! ¡Me quieres enseñar a leer y a escribir!

- Eso no es amabilidad, es ser civilizado.

- ¿Es de ser "cilivizado" darme de todo lo que no sabía que necesitaba? - lo pronunció como pudo, porque era una palabra algo complicada para él.

- ... duérmete.

Poseidón no dijo nada más, dejando el tema suspirando y yéndose a dormir... al igual que Sasaki, que también se acomodó en su cama, rodando sobre la manta para hacerse un rollito de canela junto con su conejito, al igual que hacía antes con su futón cuando estaba en el Dojo, y así se quedaba dormido, acurrucado y protegido.

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Y acabó la segunda parte, espero que os haya gustado :3

Esta dedicado a mi amor _pqcifyy. Para que se recupere de su pochez y se ponga fuerte con el SasaPosei ❤️

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