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Capítulo 43 - Trampas


- ¡Wow! ¿De verdad se puede hacer todo eso con una canción o con los sonidos? Es realmente fabuloso - Qin balanceaba sus pies sentado en el borde de la barandilla - Es una valkiria que está sacando el potencial del Einherjer.

- En mis tiempos era al revés - Sasaki sonrió cruzándose de brazos, admirando  a la multitud cantar.

- ¿A qué te refieres con eso? - Jack le miró de reojo.

- ¡Tus tiempos y mis tiempos son los mismos!

- Ah, entonces te refieres a que nuestros tiempos son los del primer Ragnarok... Bueno... no ha cambiado demasiado... pero las valkirias han estado entrenando duro para este momento.

Sasaki le frotó el hombro a su amigo, a sabiendas que él acababa de perder a su compañera valkiria no hace mucho. Alvitr le miró, estando al lado de Qin.

- Hmm... si te sirve de consuelo, ella no entrenaba apenas - le confesó - Ella odiaba sudar, la ropa pegada al cuerpo, cansarse...

- Típico de la señorita - Jack le contestó con una suave sonrisa, como si le diese las gracias por hablarle de ella, pero luego miró al anciano espadachín - Creo que no conozco la razón de que hayas elegido a este Einherjer. La señorita Hrist dijo que no estaba en la lista original que ella tenía.

- ¡Oh! Verás... cómo decirlo... - Sasaki se rascó la nuca y miró de reojo a su amigo Corazón de León - Digamos que es un secreto entre nosotros dos...

Tal vez no era el momento de reconocer públicamente que ambos se asustaron de la intromisión de Asimantos en la sala de los Registros Akashikos y que le dio al botón sin querer...

- ¡Eh! ¡Eh! - Geir les llamó la atención en voz alta y sacudiendo los brazos - ¡Que está acertando todos los golpes!

Todos mantuvieron silencio y se concentraron en mirar de nuevo el combate. Las nuevas ondas de ataque eran tan amplias que cubrían todo el campo de combate, por lo que Heimdal tuvo que salir rápidamente de la arena por un hueco en la barrera, que se cerró después en un segundo.

Las enormes ondas que salían de los altavoces no dejaban ni un sólo hueco sin cubrir, por lo que Morrigan sólo pudo teletransportarse un par de veces hasta darse cuenta que era inútil y que sólo estaba malgastando la poca energía que le quedaba.

Una vez que le golpeó la primera onda, ya no había nada que hacer con el resto. Todas la empujaron hasta el muro más alejado, donde llegaba una tras otra levantando polvo y agrietando el muro. La barrera superior empezó a temblar un poco por tantos golpes consecutivos.

- ¡El polvo está llenando toda la arena de combate, damas y caballeros! - comentó Heimdal desde una zona segura - Nuestras cámaras no captan nada, pero aquí un servidor con una visión espectacular, todo sea dicho, les puede asegurar que le diosa está recibiendo todos los ataques que llegan. ¿Quedará algo en pie de la diosa para cuando acabe la canción?

Freddie estaba de pie y quieto entre las ruinas del escenario. Estaba viendo cómo salían tantos ataques de los dos grandes altavoces, y en ese momento no tenía nada que hacer salvo estar alerta por si Morrigan escapaba. Entre el sonido del público con su canción también se escuchaban los silbidos y alaridos alegres de la multitud humana al ver todos los golpes que estaba recibiendo la diosa.

- ¿Por qué no escapa ella, Sveid? - le preguntó a su valkiria.

- Porque no tiene poder para teletransportarse hasta aquí, Freddie - le respondió su valkiria - Toda la magia requiere un estado de salud óptimo y concentración, y tu rival ahora mismo no tiene ninguna de las dos. Este ataque puede ser el golpe ganador si cruzamos los dedos.

- Sólo espero que no sufra demasiado, no sé que clase de dolor producen estas ondas.

- El suficiente para que su cuerpo se desintegre.

- ¿Desintegrarse? Pero eso es demasiado...

- Freddie... es lo mejor.... es un combate a muerte entre ambos. Que su cuerpo de magia negra quede desintegrado y sin recuperación posible le da una muerte un poco lenta... pero sin dolor. Ella no siente dolor... créeme...

- Aunque haya dicho que deseaba que no sufra demasiado, me pongo en su piel y creo que es indigno que una diosa de la guerra como ella muera sin dolor.

- No sufre mucho dolor físico... pero te puedo asegurar que tiene el orgullo destruido.

- Creo que eso es aún peor que morir sin dolor.

Tras unos segundos, las luces de los altavoces comenzaron a parpadear, indicando que estaba acabando su tarea. Tras un último destello de ondas, los aparatos se apagaron definitivamente. Mientras que el humano y la valkiria estaban alerta, aunque este deseaba saludar al público que empezó a gritar con más fuerza por el fin de la canción, todos esperaban a que el polvo se estabilizase y revelase lo que escondía. Lentamente se fue dispersando y asentando, dejando escucharse una ronca tos. Había una figura tirada en el suelo, sentada contra el muro destrozado. Su cuerpo estaba bastante transparente, y tenía tan poca energía y tan poco poder que algunas partes de su cuerpo habían desaparecido, como una de sus piernas y un brazo. Su pelo estaba suelto y le caía por encima de la cara. Sólo por todo el polvo y los escombros que tenia encima se podía saber dónde estaba el cuerpo de Morrigan, que lo primero que salió de sus labios tras toser fue una maldición.

- Maldito...seas... estúpido humano...

Tenía la voz cansada y ronca, y sus ojos no eran visibles por su cabello en la cara. Los celtas se habían puesto nerviosos y con ellos muchos dioses que se habían entretenido cantando por un par de minutos junto a los humanos y se les había olvidado por completo que podían perder esta ronda, por lo que comenzaron a animarla a base de gritos y golpes para que se levantase del suelo antes de que el humano volviese a atacar desde la distancia, que por cierto, era lo que animaban los humanos, rematarla.

- ¡Vamos Freddie! ¡Es nuestra oportunidad! ¡Hay que atacar un poco más, y tiene que ser ahora mismo! - le gritó Sveid.

- Me... me está mirando... sé que me está mirando aunque esté tan lejos - el humano ahora parecía tan petrificado como Morrigan cuando fue alcanzada por los golpes - Noto sus ojos ardientes por detrás del cabello revuelto.

- ¡Hay que matarla, Freddie!

- Esa es una palabra que asusta, Sveid... yo no sé si...

- ¡Y ahora mismo, damas y caballeros, estamos a las puertas de la segunda victoria de la humanidad, pero el representate de esta no se decide! - comentó Heimdal - ¡Parece que matar no es para todos los humanos... esto puede darle un poco de tiempo a Morrigan para recuperarse! - el árbitro aprovechó para volver a la arena de combate, ahora que ya no había tanto peligro de ataques de área demasiado grandes.

En el palco de las valkirias, Geir daba saltos agarrándose de los cabellos.

- ¡Vamos, vamos, vamos! ¿Por qué no ataca, hermana Hrist? ¡Podemos ganar!

- Geir, respeta a nuestro Einherjer - le pidió la hermana mayor - Matar por primera vez no es una tarea fácil...

- ¡Pero para algunos si!

Sin poder evitarlo, los ojos de Geir se fueron directamente a Jack, que le miró con una extraña sonrisa mientras giraba suavemente la cabeza a un lado. Luego la semidiosa se relajó y bajó la cabeza, murmurando una disculpa.

- Lo lamento... es que estoy muy nerviosa... este combate está durando demasiado...

Jack le puso una mano suavemente en el hombro y la apretó.

- Confia en el juicio de tu hermana mayor, señorita Geir... si ella le ha dado esa valkiria a ese humano, es la mejor de las opciones. Piensa que si él no está acostumbrado a... arrebatarle la vida a nadie, Morrigan es un buen blanco para él... porque ella no sufre, no jadea, no gime... y lo más importante.... no sangra.

Geir le miró parpadeando varias veces. Empezaba a entenderlo, Freddie podía ver eso como un duelo, pero omitía el dolor al ver que no había sangre. Era como uno de esos videojuegos antiguos donde un medidor de vida va bajando por los golpes sin que el personaje se viese afectado físicamente.

- ¿Tú que opinas de esto, Qin?

Todos los ojos se fueron hacia el emperador, que de pronto estaba muy serio, dando leves golpes con el adorno de sus dedos sobre su mentón y teniendo las piernas cruzadas. Luego, les devolvió la mirada con una sonrisa.

- ¡Hay algo que no entiendo! - anunció alegremente - ¿Por qué se llaman "Queen" si son todos hombres?

- Luego le preguntas si sobrevive... - Alvitr giró los ojos y dio un suspiro resignado.

En el palco opuesto, el de los dioses celtas, Lugh se había levantado de su trono y estaba apoyado en la baranda, mirando fijamente a Morrigan. No la miraba por las cámaras, sino directamente. Thor, a su lado, miraba con seriedad cruzando los brazos. Pese a que ambos eran tipos enormes, Lugh lo era aún más, haciendo honor a que los dioses celtas eran de enorme tamaño. Todos menos la enana de Morrigan.

- Vamos, Morrigan... - murmuró - Concentrate... Aaahhgg... no ve bien.

Lugh se fue caminando a paso ligero en busca de una de las cámaras que grababan la arena.

La diosa miró hacia arriba, como si le hubiese escuchado, buscando a sus seres queridos con sus ojos cansados entre sus cabellos y la multitud. Volvió a escuchar, a sentir, a oír...  y de nuevo volvía a llenarse de odio.

- Jamás... he estado en una situación así... - comentó, separando la espalda de la pared - ¿Cómo podría...?

Ella miró de casualidad a una de las cámaras que se movía. Había sido su amigo Lugh el que la había movido de una manera que ahora no enfocaba la arena de combate, sino su propia cara. Su barba y su cabello canoso y su tez llena de pequeñas cicatrices llenaba la pantalla, pero lo que más destacaban era sus dos brillantes ojos azules, ojos que aún no habían perdido la esperanza en que su amiga regresase viva.

No le dijo nada, estaba prohibido ayudar, pero con un leve gesto muy significativo que él hizo levantando una ceja profundamente, Morrigan suspiró intentando calmarse. Ese gesto este ellos significaba algo como "relájate y observa". Si Lugh había encontrado una manera de darle la vuelta a todo, ella también podría... Sonrió levemente. No estaba mal un poco de ánimos personalizados cuando casi toda la arena se había olvidado de ella por un rato.

Hizo lo que su amigo le pidió, relajarse un momento y observar a su alrededor. Mientras que sus ojos viajaban del público a los altavoces del humano mientras este estaba con el micrófono en sus manos, el puzzle comenzó a encajar en su mente de forma que sus ojos y su boca se abrieron más y más. Al comprender todo lo que había pasado, levantó sus extremidades casi transparentes y empezó a gritar sacudiéndose enojada, casi como si tuviese una pataleta.

- ¡Heimdal! ¡Heimdal, ven aquí ahora mismo!

El árbitro, al ver que Morrigan no le llamaba por cuñadito o algo parecido, levantó una mano en dirección al adversario humano que indicaba que era un momento de tiempo muerto en el que uno de los adversarios llamaba al árbitro. Se acercó con cautela, intentando no estar nervioso ya que no quería que Morrigan se alimentase de sus emociones.

- Dígame, señorita Mo...

- ¿Por qué no te estas dando cuenta de que el maldito humano cantarín y su valkiria de labios verdes están haciendo trampas?

Heimdal abrió la boca ampliamente, mirando a la diosa celta tan demacrada y débil... pero para gritar aún tenía fuerza.

- ¿T-trampas? ¿Qué trampas son esas?

- ¡Pues son muy grandes! ¡Está prohibido usar la ayuda directa directa del público en los combates... y él ha usado la de todas las gradas! ¡Se está quedando con el sonido de voces de humanos y dioses para atacarme!

El silencio sepulcral que se había formado ahora en las gradas daba un poco de miedo. Ver como todos los dioses estaban entendiendo ahora que ayudaban al bando humano les hizo hervir la sangre a más de uno, y menos mal que esas emociones negativas no podían atravesar la barrera hacia Morrigan...

La diosa miró a su palco con una sonrisa de satisfacción para ver a su amigo Lugh regresar a su lugar, donde su hijo le esperaba para chocarle la mano... pero el gran celta decidió darle un golpe de su barriga llena de duros abdominales que lanzó al chico contra su trono, haciendo que ambos dieran una sonora carcajada.

Morrigan, incluso en tan mal estado como estaba, aún se sentía lo suficiente femenina para ponerle ojitos a su prometido, y juró ver un atisbo de sonrisa en los labios del pelirrojo. Mientras, Heimdal marcó un tiempo muerto más largo mientras sacaba un pequeño libro y usaba su auricular para debatir unas dudas en privado... pero lo primero que hizo al escuchar a la gente decepcionada por que estuviese haciendo trampas y a los dioses enfurecidos fue mandar a que el humano desconectase el micrófono para no favorecerse de los abucheos además. Esto fue un poco raro para Freddie, pero obedeció.

- Sveid... ¿tu plan desde el principio era hacer trampa?

- Eh... desde el principio no, solo que al ver a Morrigan tan absorta en su odio, pues... No te enojes conmigo, tengo que protegerte a toda costa.

- Me gustan los riesgos y las locuras.

Sveid se esperaba una regañina, pero el escuchar eso le hizo sentir aliviada.

- Sin embargo, esos riesgos han resultado en que una diosa de la guerra y la muerte conocedora de magia negra esté ahora mismo muy cabreada por hacer trampas y burlarnos de ella así dejándola muy malherida y con ahora todo a su favor porque nos puede caer algo parecido a una sanción, ¿no es así?

- Completamente. Debe decidirlo el árbitro.

- Que casualmente es un dios.

Los dos mantuvieron el silencio un par de segundos.

- Va a doler.

- Seguramente...

Heimdal estaba conversando en una esquina con su auricular y su pequeño libro en la mano. Como ahora había más normas que antes, pero no estaban fijadas del todo para más emoción... había que preguntar. ¿A quién? Quién sabe...

El dios que estaba de árbitro sabía que era una gran trampa lo que acababa de suceder, pero no podia condenar a todos los dioses y humanos de las gradas, ¿verdad? Había inocentes, dioses supremos entre ellas... y como le digan a Shiva y a Amaterasu que les van a juzgar por bailar y cantar pueden perfectamente reírse de él. Ahora bien, también era cierto que todos o casi todos los que cantaban y gritaban les ayudaron inconscientemente... ahora bien... ¿qué se podía hacer? Tras un par de minutos, encontró la respuesta y regresó al centro del campo de batalla. Freddie se apoyó tranquilamente en el soporte del micrófono, y Morrigan se relamió los labios con una sonrisa lupina, aún en el suelo, pues sabía que todo lo que Heimdal dijese sería un beneficio para ella, que había sido la afectada. Así, Heimdal se hizo oír entre la silenciosa multitud.

- ¡Damas y caballeros! ¡Dioses y diosas! ¡Humanos y humanas y otras especies! ¡Como no podemos castigar a todo el público por haber ayudado al bando humano a conseguir ataques más poderosos, lo primero que se ha decidido es lo siguiente! - Heimdal hizo una pausa dramática - ¡Con todos mis respetos y mi profunda admiración, tengo que hacerle una petición a los dioses que crearon y cuidan de la barreras y pedirles, que usen un poco más de su magia para hacerla, al menos por este combate, insonorizada desde dentro, de forma que ningún sonido sonido que llegue desde fuera pueda entrar a la arena de combate! ¡Yo mismo saldré de la arena para poder seguir dando mis noticias sin interferir! Por eso mismo hago un llamamiento a... ¡Dueño de la muralla norte, Odin, el Supremo Nórdico; dueño de la muralla del sur, Thot, dios de Sabiduría del panteón Egipcio; Dueño de la muralla del oeste, Huehuecoyotl, dios de la magia y guía de los humanos del panteón azteca; y finalmente, Dueña de la barrera del oeste, Hécate, diosa de la magia y las artes oscuras del panteón griego. ¡Todos vosotros, escuchad mi petición para que este siga siendo un Ragnarok justo!

Hécate y Odín no tuvieron ninguna queja en hacer lo que pedía el árbitro, aunque fuese por los pocos minutos en los que iba a durar esa ronda, y de la misma forma obedeció Thot. Sin embargo, no había rastro del azteca y su lado de la barrera seguía como estaba. Tal vez se pueda solucionar cuando aparezca, aunque era importante, ya que esa zona era donde más cerca estaba el humano, en su parte trasera, donde casualmente estaban los integrantes de Queen y Mary.

- Y ahora, después de agradecer con toda mi alma inmortal a los tres dioses que han ayudado, porque han sido tres... - recalcó un poco molesto - Como, repito, no podemos juzgar a todos los dioses de las gradas y matar a todos los humanos...

- ¡Si podemos! - Morrigan animó de buen humor, pues su compensación estaba en camino.

- No, no podemos, Morrigan. Bien, a lo que iba... como no podemos dar un castigo de esta manera, para hacerlo de manera justa, ¡el bando de los dioses ahora tendrá una ventaja añadida!

- No quiero ni saber cuál es - Freddie se tapó los ojos.

- Yo lo sé antes de que lo diga, tristemente...

- ¡La diosa Morrigan tendrá una ayuda extra! - anunció Heimdal, haciendo a los dioses alegrarse y aclamar, pero nada se escuchó - ¿A quién vas a elegir, Morrigan? No te pases tampoco...

Ella daba pequeños aplausos emocionada, aún en el suelo y casi transparente. Lo sabía perfectamente. ¿Quién iba a aparecer por esa puerta ahora? ¿Lugh, tal vez? ¿Su fiel amigo, dios que domina todas las artes posibles y probablemente el dios celta más poderoso? ¿O tal vez su hijo Cuchulainn? El famoso héroe con un arma única y gran valentía. O... ¿y si incluso llamaba a Thor? Su pareja, su amante, su amigo... con el Mjolnir y su teletransportación podía terminar la pelea en menos de un segundo, pues aunque no lo mostrase, el dios estaba enojado de ver a su compañera de vida herida. Todas las opciones son realmente aterradoras...

Las puertas se abrieron con un grave sonido, ambas a la vez y hacia dentro. Una figura delgada venía flotando por el pasillo, apareciendo en la arena con una enorme sonrisa y una expresión juguetona.

- ¿Estáis todos preparados?~

- Loki~ - Morrigan le llamó alegremente.

El público comenzó a aplaudir. La gran mayoría ya sabía que iba a ser él quien apareciese por la puerta, pero había un silencio inquietante, sobretodo entre los celtas y en algunos nórdicos. Además del silencio, también había curiosidad, un poco de nervio e impaciencia.

- Que coqueto te has puesto para la gran ocasión - Morrigan le sonrió tendiéndole una mano casi transparente.

- Tú has elegido la ropa para la ocasión... Pero a mí todo me queda bien - el nórdico le agarró la mano y tiró de ella para levantarla, haciendo que se quedase apoyada en una pierna por la ausencia de la otra - ¿Cómo puedes hacerlo tan mal? ¿Tienen que hacer trampas para que pueda venir a echarte un cable?

- Calla, joder, es un momento importante para mí...

Heimdal estaba a su lado, dando golpecitos en el suelo con el pie.

- No tenemos todo el día, Morrigan.

- No me metas prisa...

Al otro lado del campo de batalla, Freddie alzó las cejas dando un silbido.

- ¿Que significa esto, Sveid? ¿Tenemos que pelear ahora contra dos dioses?

- No, Freddie... Solo tenemos que seguir peleando contra Morrigan...

- ¿Y el otro?

- ...No molestará... ¿No viste el primer Ragnarok?

- Me pilló de resaca.

Luego, de vuelta a los dioses, Morrigan miró de reojo a su palco, donde sus dos amigos le sonrieron orgullosos. Thor también parecía levemente orgulloso, aunque aún no se sabía por qué. Los celtas estaban haciendo ruido indicando alegría, y finalmente, Morrigan apretó la mano de Loki con más fuerza.

- Nos veremos luego, Loki...

- Esfuérzate en que no sea pronto... Y tráeme unas patatas fritas.

Con una sonrisa compartida entre ambos, el cuerpo de Loki empezó a soltar un gas de color negro, como un putrefacto miasma. Luego perdió sus colores quedándose de color negro, hasta que luego perdió la forma y se convirtió en un charco ponzoñoso que soltaba gas más rápido... Gas que absorbía el cuerpo de Morrigan. Con él, sus partes transparentes recuperaron solidad y color, su aura se volvió más fuerte y más intimidante. Esto duró varios segundos hasta que no quedó nada de gas, solo una Morrigan completa que se peinaba el cabello suelto con los dedos. Freddie parpadeó estupefacto mientras del palco celta llegaban aplausos y vitoreos, pero no podían oírlo.

- Sveid... ¿Que fue eso...?

- Ese dios falleció en el primer Ragnarok. Eran muy amigos, muy cercanos, compañeros de bromas y travesuras crueles... Morrigan lleva un milenio sin superar su muerte, por lo que creó una marioneta con magia negra y voluntad propia basándose en su personalidad original. Así, ella seguía teniendo a su amigo de alguna manera. Ahora, le ha dejado ir definitivamente.

- Y ahora ha recobrado energía, ¿Verdad? La suya...

- Exacto. Sería injusto pelear contra dos dioses, como su magia no atraviesa la barrera, ha entrado por la puerta. Ahora estamos en paz.

En el palco celta, Lugh dio unas carcajada feliz y estiró sus enormes brazos, con uno abrazando a su hijo y con el otro agarrando el hombro de Thor, apretándolos en un abrazo alegre.

- ¡Lo hizo! ¡Morrigan superó la muerte de Loki! ¡Jajaja! ¡Hemos tenido que esperar 1000 años para que ella lo aceptase del todo!

Y en el palco de las valkirias, reinaba el silencio. Solo estaban observando y viendo que, ahora que Morrigan tenía poder, iría a por todas. Jack dio un leve suspiro. Él sabía que Loki murió, pero la primera vez que vio a ese "nuevo Loki" se sorprendió bastante. Ahora recordaba las veces que veía a esos dos juntos paseando y hablando de sus maldades... Ellos tenían exactamente los mismos colores... Pues los compartían. Eran los mismos que venían de Morrigan. Ahora era un poco triste imaginar que siempre que ellos dos jugaban o chismeaban juntos, era en realidad Morrigan haciéndolo sola.

Por ende, era el mismo motivo que cuando esos dos quisieron atacar a Tara y Loki la envolvió con sus cadenas, el arma del Rey Arturo pudo cortarlas pese a ser armas divinas... Que no lo eran, era magia negra.

De vuelta a la arena de combate, Heimdal estaba listo para hacer que se reanude el combate... En cuanto saliese del lugar por fuera de la barrera. Freddie miraba a Morrigan con una pequeña sonrisa, de la misma forma que ella le miraba a él.

- Eres toda una Killer Queen.

- Vamos a jugar un poco más agresivos, mi bigotudo amigo... Esto se alarga demasiado.

Así después de eso, cuando Heimdal salió de la arena de combate y estuvo a salvo, bajó una de sus manos con decisión, indicando que se reanudaba el combate.

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Ahora sii, esto se acerca a su fin, en el siguiente capítulo conoceremos al ganador! O ganadora. Quién sabe... Y ahora, con quién iréis hasta el final?

† Bando de los dioses - Morrigan

† Bando de los humanos - Freddie Mercury

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