Capítulo 42 - Por y para el público
Resumencito de lo último en la batalla:
- Morrigan ha gastado mucho poder en su regeneración instantánea que ahora no lo hace involuntariamente, por lo cuál se ha visto como perdía una mano. Esto ha provocado que su panteón la destituya del cargo de Suprema Celta, como dictan las leyes. Ahora, la diosa está envuelta en odio, convirtiendo su muñón en una enorme garra que irá a por el humano sin piedad. Es hora de demostrar de lo que son capaces los humanos.
***
Morrigan estaba rabiosa, llena de rencor y odio hacia el humano por hacerle perder tanta energía, por hacerle revelar su truco de la autorregeneración, por perder su título de Diosa Suprema y por humillarla en público. Sus dientes rechinaban y sus pupilas estaban afiladas como las de un gato.
- Cómo has podido... No... ¿¡Cómo lo he permitido?! - ella le gritó - ¡No eres más que un humano que no sabe luchar!
- En realidad de pequeño quería ser boxeador - le contestó él tranquilamente.
- ¿¡Qué tendrá que ver?!
Ella parecía prepararse para lanzarse sobre él a gran velocidad; entonces fue cuando Sveid le habló a su Einherjer.
- ¿Preparado? Viene con fuerza.
- Más que nunca, cariño. Vamos a darle un poco de Freddie.
Él agarró habilidosamente el micrófono junto con el soporte y retrocedió caminando con él. Le dio a un pequeño botón situado en la parte inferior del micrófono que empezó a parpadear. Debajo de los escombros que estaban a su alrededor, se escuchó un pequeño ruido, como una radio sintonizándose para acabar siendo un curioso sonido de verificación. Por el pequeño cable que unía el micrófono con los altavoces, empezó a moverse la energía de la Volund hasta llegar a los escombros, donde dos altavoces aparecieron entre ellos cuando hicieron salir dos pequeñas ondas de energía de estos. Ahora, en vez de salir la onda directamente de su micrófono, los dos enormes altavoces la amplificaban y las hacían más grandes y fuertes.
- ¡Wow, hermana Hrist, mira eso! - Geir sonrió apoyándose en la barandilla - ¿Ahora los ataques van desde los altavoces de detrás?
- Eso parece... - ella dio un suspiro de alivio - Más potencia y más alcance. Ahora Morrigan es más peligrosa desde cerca que desde lejos.
El resto del palco de las valkirias se acercó a ver. Qin se sentó en la propia barandilla con la pies colgando, a falta de asientos propios, bien está la primera fila, y Alvitr se quedó a su lado. Jack y Sasaki permanecieron un poco más atrás, y la ausencia de el rey Arturo en el palco... no la notó nadie.
- ¿¡Qué es esto?! - Heimdal se ajustó las gafas para ver mejor eso - ¡El poder de la Volund del humano se fue hacia los altavoces! ¡Está potenciando el poder de sus ondas!
Un nuevo click en el botón de su micrófono le valió para hacer que los altavoces produjesen unas enormes ondas, gruesas, altas y anchas que cubrían toda la arena y avanzaban a por la diosa, sin dejar ningún hueco por donde pasar o esquivarlas sin ser dañado. Morrigan frenó su carrera hacia el escenario usando sus talones de freno, dejando un surco en el suelo hasta parar, mirando esas enormes ondas.
- ¿¡Qué mierd...?! ¡Pero si no ha cantado!
Sus ojos amarillos buscaron rápidamente un hueco o una brecha en el ataque de área... sin éxito. Tuvo que concentrarse un segundo para poder desaparecer en el aire, pudiendo sólo teletransportarse un par de metros hacia delante una vez que pasó el ataque... no sirvió de mucho porque su rostro se quedó blanco al ver que llegaba una serie de esos ataques de área... y no tenía magia que desperdiciar.
Mientras, en el palco griego...
- Hum... ¿De dónde saldrán esas ondas tan grandes? Realmente no dejan escapatoria...
Ares se frotó la barba mientras miraba atentamente esos ataques. Zeus se inclinó un poco para ver mejor.
- Parece ser que estaban guardados dentro de la Volund porque no está cantando para aprovechar su poder... - Zeus apoyó la barbilla en su puño - Hum... - él lo meditó un poco más - Ah, ya lo entiendo... no es necesario que cante para tener poder.
Hermes dio una pequeña sonrisa al saber que su padre no se olvidó del principal truco, que era que el micrófono reacciona al sonido, no sólo a las canciones de Freddie Mercury. Las canciones son sólo para hacer una enorme variedad de ondas de formas y tamaños, también de poder. Ahora, quedaba una duda...
- ¿Pero qué enorme ruido puede tener la Volund almacenada que ha derivado en esas ondas enormes? - preguntó Ares.
Hermes y Zeus se miraron un momento, y respondieron a la vez.
- Las explosiones de Morrigan.
Ares abrió la boca para decir algo, pero volvió a mirar a la arena levantándose de su trono.
- Así que se está aprovechando del ruido de todas sus explosiones para atacar con eso... es... un poco excéntrico, ¡pero muy eficaz!
- Así es este artista - contestó Hermes con una sonrisa bebiendo de su taza de té.
De vuelta a la arena de combate... las ondas seguían saliendo, y mientras Freddie, se dio la vuelta pareciendo buscar algo a su alrededor.
- ¿Cuál es mi cámara, querida Sveid?
- Ahora mismo todas, Freddie. Estás en todas las pantallas.
- Oh, es una costumbre para mí.
Con un gesto confiado, se volvió para quedar de frente a la pantalla más grande que le enfocaba, levantando sus manos por encima de su cabeza. Levantó también uno de sus pies, dando dos fuertes pisotones al suelo de madera y terminando con una palmada. Una vez más y el público ya sabía lo que se venía, porque los gritos y los silbidos no tardaron en aparecer, tanto en el bando humano como en el divino. Los gritos y los silbidos eran tan fuertes desde el público que a Heimdal no se le escuchaba a penas, incluso hablando con su Gjallarhorn.
- Ouch, no... - El dios Lugh puso un gesto como de dolor, pero sin dejar de sonreír.
- ¿No te gusta esta canción, viejo? - Cuchulainn a su lado le dio un codazo - Vamos, ¡Es mítica! No seas anticuado.
Lugh simplemente negó con la cabeza cruzandose de brazos y atendiendo al combate. Thor le miró impasible, tal vez no le importaba o tal vez no siquiera conocía la canción.
- Vamos con la segunda parte directamente, esto es por y para el público - Freddie sonríe limpiándose un poco de sangre de su cara.
Buddy, you're a young man, hard man
Shouting in the street, gonna take on the world someday
You got blood on your face, you big disgrace
Waving your banner all over the place
El público no tardó en responder con su propia parte. Miles y miles de voces alegres y contentas se sumaron a la petición del representante de la humanidad.
WE WILL, WE WILL ROCK YOU!
Pero, a todo esto... ¿Que estaba haciendo Morrigan mientras sucedía todo esto? ¿Estaba preparando un ataque? ¿Una defensa? ¿Yendo a impedir que lanzase ese ataque? ¿Cantando también? No...
Estaba quieta y parada ahí, en su lado de la arena, mirando al público y a las masas que estaban cantando esa canción. Si, ella la reconocía también, pero no iba a hacer nada... No cuando sus ojos estaban fijos en el público.
Estaba viendo cómo todos los humanos eran capaces de unirse y cantar... Gente de todas las épocas y edades, de diferentes partes del mundo... Y no era sorprendente. Lo que si le hizo quedarse estática en el lugar... Era ver que también lo estaban haciendo los dioses. El ánimo era tan contagioso que muchos dioses estaban haciendo los mismos gestos y diciendo la misma simple estrofa.
Shiva no podía evitarlo, estaba en su sangre que un poco de ritmo le hiciese moverse; Bastet se había despertado de su asiento, y movía la cabeza al ritmo alegremente; Amaterasu se había puesto de pie en su sillón y movía sus grandes abanicos y sus colas mientras todos sus mangakas seguían la canción.
No eran los únicos, pues cuando ella se dio la vuelta y miró con tristeza al palco celta, también vio que sus compañeros dioses disfrutaban de la canción de su rival. No llegó a ver a Cuchulainn cantando porque Lugh me puso su enorme mano en la boca tapándole.
- Todos los humanos... Y tantos dioses... - murmuró ella con el rostro descompuesto de pena - Todos ellos están de su lado... Ese humano los ha puesto a todos de su lado... Ni siquiera los de mi mismo panteón me animan a mí...
Ella murmuró eso, llevándose las manos a la cabeza, mirando al suelo.
- ¿Por qué...? ¿Por qué...? ¿Acaso ellos saben algo que yo no? ¿Acaso soy yo ahora tan inferior a todos ellos que desean mi muerte? No... Pero... Si he sido una buena gobernante... Si yo... Oh no... Puede que ahora ni siquiera me permitan casarme si no tengo un alto rango...
Ella empezó a hiperventilar.
- Si no les importa tanto que ganemos esta ronda... No... Soy una diosa de la guerra... ¡Siempre ganó mis batallas, siempre! Y tengo que vivir... Para casarme y estar con mis amigos... Pero... ¿Y si ellos ya no quieren estar conmigo? ¿Y si Thor ya no quiere casarse? Acabaré sola otra vez... Sola... Sin ni siquiera mi antiguo árbol donde estaba mi hogar... Yo no quiero estar sola... Prefiero morirme a estar sola...
Sus pensamientos atacaban con fuerza su cabeza, debido a la inestabilidad que le generó verse sin ningún apoyo durante el combate. Por eso mismo no estaba siendo consciente de que esa canción estaba generando una fuerte y extensa ronda de ataques caóticos de la que sería un blanco fácil.
- Ahh, maldita sea... - Lugh habló levantándose de su trono, asomándose a la barandilla donde debajo estaban los dioses celtas - Sshhhhh!
Su siseo que indicaba silencio, con un dedo sobre los labios, provocó una brilla un tanto llamativa entre los celtas, y algunos agarraron sus sombreros o sujetaron sus túnicas, o los de largas melenas se las apartaron de la cara mirando hacia arriba. Hicieron caso a Lugh y cerraron la boca.
- ¿Que pasa con eso? - Thor se levantó también, yendo a su lado, mirando a los celtas y a Morrigan que no se movía.
- ¿Es que no entiendes lo que esta pasando, grandullón? - Lugh alzó una ceja, cruzando los brazos.
Thor volvió a mirar el campo de batalla y a los espectadores. Luego, sus penetrantes ojos se fueron hacia la otra punta del campo de batalla, donde se encontró con Hrist. La valkiria le aguantó la mirada tragando saliva, pero no pudo evitar que sus rodillas temblasen un poco incluso desde la distancia. Sin embargo, no bajó la cabeza ante su mirada.
- El anterior Ragnarok era más limpio... - murmuró Thor con desagrado.
- Pero en este nos jugamos más, grandullón - Lugh le respondió poniéndole una mano en el hombro - Solo esperemos que Morrigan aguante el golpe y que se dé cuenta de lo que está sucediendo.
Ellos dos apretaron los labios mirando el combate. Cuchulainn los miró sin entender, pero no había vuelto a abrir la boca. Miró el combate, sabiendo que su amiga, su "tía", mejor amiga de su padre, iba a recibir de lleno esos golpes... Y que no podía decir nada. Pero, ¿Que era eso de lo que Morrigan debía darse cuenta y no lo hacía?
***
¡Hola mis queridos! Lamento lo corto que es, pero mejor así que nada. Pronto seguiré escribiendo, porque desde el celular tardo muchísimo más en hacerlo. Todos mis buenos deseos para ustedes! 😘
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