Capítulo 4 - La lucha cuerpo a cuerpo
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- Ya no podemos hacer nada más...
Geir se tapó la cara con las manos en el momento en el que vio que su hermana iba a desaparecer. No quería tener más de esas tristes vistas delante de sus ojos... con la alegría que le dio hace mil años cuando Hrund ganó junto con su Einherjer su combate. Hrist le puso una mano en el hombro, mirando apenada la arena. Ahora la enorme bestia que era Enkidu parecía indefensa a sus ojos contra Thor... porque ella no sabía que ese Einherjer tenía esa capacidad especial.
Mientras, en la arena, Thor volvió a bajar la mirada hacia sus manos. Su mano izquierda tenía la cauterización en toda la herida de la palma y los dedos, viéndosele incluso los huesos de esta. La derecha tenía cauterizada la herida de su palma, no la de su dorso, por donde el agujero que hizo la lanza ya era muy pequeño. Aunque notaba la debilidad de sus manos debido al terrible mal estado de sus tendones, sus dedos temblaron mientras cerraba sus puños, sin toda la fuerza en ellos que le gustaría, levantando la mirada hacia Enkidu.
El hombre bestia parecía que estaba creciendo en tamaño mientras que estaba aún a gatas en el suelo, su pelo comenzaba a volverse melena y sus cuernos se alineaban hacia el centro. Sus manos crecieron en tamaño, apareciendo sus uñas negras y grandes, sus sobresalientes colmillos y su chata nariz, afilando sus pupilas todavía más cuando su mirada se encontró con la del dios.
Soltando un rugido inhumano por su boca, se alzó sobre sus piernas incorporándose, todavía retando a Thor con la mirada mientras se acercaba caminando despacio. Thor le miró con algo de aprobación, estaba muy bien eso de que sin tener alguna oportunidad aún quisiera pelear. Buscó con la mirada su martillo, encontrándolo donde cayó, pero Enkidu rápidamente se interpuso enseñando sus colmillos y apoyando las manos en el suelo, empezando a caminar a cuatro patas, al igual que un animal, haciéndole saber que no le iba a permitir agarrar el martillo.
Sin esperar a más, Enkidu comenzó un trote algo lento a decir verdad contra Thor, y cuando estuvo a apenas dos metros, dio un impulso para saltar sobre él, teniendo las garras izquierdas apuntando a la cabeza. Thor se iba a dejar golpear para que comprendiera que no podía herirle, pero su agudo instinto le advirtió de moverse y esquivarlo moviéndose a la derecha ante el zarpazo. Igual ante la duda, el meñique y el anular de Enkidu dieron desde su ceja, bajando hacia el ojo y la mejilla, provocando que se abriera la carne ante su poder y empezara a sangrar.
Thor, al momento de notar el dolor y la pérdida de visibilidad de su ojo izquierdo, retrocedió alejándose de la bestia un par de metros, vigilándola con su ojo sano, pasando su mano por delante del izquierdo, comprobando que no podía ver. Dolía y sangraba, era... imposible. Enkidu había herido a Thor sin tener volund.
Hugin y Munin graznaron levantando sus alas con espanto, haciendo que Odín se incorporase un poco hacia adelante, comprobando que de verdad había herido a su hijo con sus propias manos. Morrigan se había puesto una mano de Loki delante de sus ojos, pero le abría los dedos un poco para poder mirar entre ellos. Hrist y Geir no podían abrir más los ojos, y se miraron rápidamente entre ellas. Seguidamente aparecieron nuevos gritos de ánimo pertenecientes a la zona de los humanos, aclamando a Enkidu y pidiéndole seguir adelante. Después de comprender lo que ocurría, Thor empezó a sonreír lentamente de nuevo, dibujando con sus labios la forma de una pequeña luna menguante, que con su brillante ojo negro y dorado apareciendo entre su flequillo, con media cara manchada de sangre, intimidaría a muchos.
- Bestia bastarda... no muchos quieren seguir peleando después de haber recibido ese impacto de antes... Eso es admirable para los de tu especie.
Usando sus pulgares, Thor comenzó a quitarse sus dos guantes rotos, tirándolos al suelo y moviendo sus dedos lentamente, sin querer que se entumecieran demasiado, levantando los puños delante de él en posición defensiva, esperándolo con una sonrisa. Enkidu no se hizo esperar, y rugiendo nuevamente como un oso, se lanzó a la embestida al igual que un búfalo, bajando un poco la cabeza, apuntando con sus cuernos hacia el dios. Seguía siendo más grande y más pesado que Thor, pero por alguna razón... cada vez era más y más lento.
Thor se atrevió a abrir sus manos adoloridas ya agarrar con ellas los cuernos de Enkidu, siendo arrastrado en la embestida y dejando en el suelo la marca de sus pies intentando frenarlo, haciendo un esfuerzo por frenarlo mientras que sus manos comenzaban a sangrar, dejando caer gotas por los cuernos de Enkidu, mientras mantenía su sonrisa mirándolo fijamente.
Ante eso, la bestia dio un resoplido, apoyándose en sus piernas traseras y levantando sus enormes manos con garras al pecho de Thor rápidamente, pues con sus manos deteniendo su cabeza, no había mucho con lo que detener sus gigantescos brazos, que arañaron brutalmente la totalidad del tronco de Thor, desde su pecho hasta que se frenaron en las defensas de sus piernas, volviendo a verse brotar la sangre desde ocho nuevas y largas heridas. Ignorando el escozor, Thor lanzó una patada contra el hocico de Enkidu, haciendo dar otro gemido a la bestia a la vez que soltaba sus cuernos, dejándole retroceder apoyándose en sus manos, mientras que de su nariz empezaba a caer un chorro de sangre hacia el suelo.
- Tiene el cráneo muy duro... - habló Thor en voz baja, lo justo para que pudiera oírle, mientras se quitaba la sangre que goteaba de todas sus heridas - Cualquier otro lo habría tenido fraccionado en mil trozos... Vamos, dime que no te rindes aún...
Un gruñido gutural salió de su garganta, como un ronroneo amenazador, mientras levantaba su cabeza, ahora siempre actuando a cuatro patas como el animal que era ahora mismo, enseñando sus colmillos sin miedo al dios. Los ánimos no cesaban desde las gradas; Hrist, en su forma la que ruge, le gritaba y maldecía que no se rindiera junto con su hermana pequeña. En las gradas, el propio Gilgamesh también le gritaba alzando el puño para animal a su amigo, y puede que fuera una de las pocas veces que sus siervos le siguieron haciendo lo mismo sin que tuviera que dar ninguna orden.
La nueva embestida de Enkidu era demasiado lenta. Se podía ver como su cuerpo parecía más pesado, menos elástico, y eso preocupaba mucho a Geir.
- Hermana... ¿por qué... por qué es tan lento ahora? - preguntaba temblorosa.
- Porque es de barro - La que ruge agarraba fuertemente la barandilla enojada - Entre el rayo y el calor del martillo en el agujero de la pared que creó con el choque, se vuelve más pesado y duro si su cuerpo pierde humedad.
La nueva embestida de Enkidu acabó haciendo que se incorporase justo delante de Thor, dejándose caer sobre él golpeando sus brazos con sus enormes patas, quitándolos de su camino y tirándose encima suya con su peso, haciéndole caer casi sentado, clavando sus colmillos en el hombro izquierdo de Thor y sacudiendo la cabeza, queriendo arrancar un enorme pedazo.
Heimdal llevaba un rato callado con la boca abierta, quieto en el sitio, asombrado por ver ese espectáculo tan sangriento del dios contra la bestia a cuerpo a cuerpo, que no se atrevía a hablar o reaccionar. Cuando intentaba decir algo, se daba cuenta que ni siquiera tenía voz. Al menos el combate era retransmitido por las grandes pantallas desde cerca para que los espectadores pudieran verlo todo bien.
Con la mano izquierda, Thor agarró el cuerno de la bestia, queriendo alejarlo de él pero sin que consiguiera desgarrar lo que quería, teniendo cuidado con sus garras también. Sin miedo al dolor como siempre, metió los dedos de la mano derecha por el hueco de la boca de Enkidu que quedaba abierto por sus fauces en su piel, enganchando su mandíbula con su mano desnuda, sin quitar su sonrisa, tirando del cuerno hacia arriba para impedir que pueda tirar y desgarrar, acercando un poco su cabeza a su oreja, ahora animal, que decoraba su melena pelirroja.
- Los humanos sois unos desconsiderados... - murmuró - A los que os gusta morder la mano que os da de comer...
Con sus dedos que estaban sanos y desprovistos de los guantes, empezó a clavar su pulgar por debajo de su mandíbula, a la vez que la agarraba con fuerza hasta que la escuchó crujir, viendo las pupilas de la bestia dilatarse justo un instante antes de que Thor arrancara la mandíbula inferior de Enkidu, lanzándola lejos.
El grito de dolor salió de la garganta de la bestia, que se separó de Thor con la lengua colgando de una catarata de sangre y dolor, quedando sólo su morro de bestia superior, que estaba roto y sangrando por la patada... pero no podía quitarse todo lo que quería, pues Thor le seguía agarrando del cuerno.
Para terminar con el sufrimiento de la criatura, Thor tiró hacia él del cuerno, mientras su mano derecha se cerraba en un puño sangrante por su herida, impactando un puñetazo con la fuerza divina de sus manos desnudas al interior de su boca, chocando con las vértebras cervicales superiores y la parte inferior del cráneo, haciendo aparecer su puño por el hueso occipital de su cabeza, entre la melena pelirroja, entre crujidos de huesos y la viscosidad de la sangre y la piel, terminando en la caricia de su cabello.
Enkidu dio un suave gruñido mientras miraba a Thor de cerca con sus pupilas casi dilatadas al máximo, mirándole directamente a los ojos, mientras que su expresión antes llena de furia y rabia, se iba relajando lentamente hasta que pudo cerrar los ojos, con la boca apoyada en el codo de Thor. Tras eso, Thor sacó su brazo de la boca de Enkidu, soltando su cuerno, haciendo que su cabeza cayese sobre su rodilla, provocando tras eso el silencio absoluto de las gradas mientras su rival empezaba a volverse leves destellos de luz que se iban al cielo.
Nadie dijo nada mientras Enkidu se marchaba, nadie se atrevió a dar un gemido ni una maldición. Solo permitieron que se marchara con honor y respeto hasta no quedar nada delante de Thor, únicamente la arena destrozada y todas las heridas de guerra causadas en su cuerpo. Giró su cabeza despacio hacia Heimdal, como esperando a que hiciese algo, pues el pequeño dios seguía ahí, en shock por todo eso. Al ver a Thor, tragó saliva, llevando su Gjallarhorn a su boca.
- ¡El... El ganador de la primera ronda del Segundo Ragnarok es el dios Thor! ¡Los dioses empiezan yendo a la cabeza en esta competición donde Thor les da la victoria igual que la primera vez!
Thor se levantó del suelo sin usar las manos. Por primera vez notaba el palpitar del dolor de sus heridas en todo su cuerpo mientras iba caminando para recoger del suelo a su Mjolnir, mientras que los dioses comenzaban a aclamar la primera victoria de su bando, siendo el primer paso a la destrucción de la humanidad. Sin embargo, los humanos guardaban silencio absoluto. Un gran guerrero acababa de partir, un guerrero con una Volund Evolucionada y que además podía herir a los dioses también con su cuerpo sin necesidad de ella... no había podido vencer a Thor.
- ¡Aplaudid y aclamad!
Una voz grave se elevó entre las gradas humanas. Gilgamesh, con la barbilla en alto y sin haber tomado asiento en toda la batalla, les miraba con seriedad a todos, mientras levantaba las manos con solemnidad.
- ¡Aplaudid y aclamad la gloria de Enkidu, enviado de los dioses que llegó para patear a los dioses déspotas y darles un escarmiento! ¿¡Acaso podéis mirar a ese dios y pensar que Enkidu no ha hecho lo que debía?!
Los humanos volvieron la vista hacia Thor, que haciendo agarrado su martillo con dos dedos y arrastrando del mango, se marchaba con él hacia la puerta por donde había entrado, mientras dejaba a su paso un rastro de sangre que caía de su delantera, sin mirar a nadie y en silencio.
- ¡No dejéis que parta solo al cielo! ¡Gritad su nombre y agradeced su sufrimiento por nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos y así sucesivamente!
Y así, sumado a un gran grito de Gilgamesh, los humanos comenzaron a gritar y hacer ruido, aclamando su nombre y levantando las manos al cielo, hacia los restos de luz que se llevaban el cuerpo de Enkidu hacia la nada, queriendo que sus agradecimientos y alegrías fueran lo último que escuchara su alma antes de desvanecerse.
Algunos dioses se miraron confusos ante la euforia y alegría de los humanos, aunque habían perdido. En el palco griego, Zeus se acariciaba la perilla haciéndose un tirabuzón.
- Pues... inesperado... - dijo finalmente - Y emocionante. Justo como me gusta. Hermes, hijo... - dijo girándose hacia él - ¿Él quiere seguir siendo segundo? Tendrá que ocuparse de Thor antes...
- No me ha dicho nada, no ha cambiado de opinión, parece - dijo sacando su tablet del bolsillo y mirándola - Igual Tara puede encargarse de Thor en vez de él.
- No queremos masacres en la enfermería, hijo, recuerda, ella se puede poner celosa. Él debe curar a Thor. Igual, ¿por qué no pides tiempo muerto a la valkiria? Así le dará tiempo a terminar su trabajo, y seguro ellas necesitarán tiempo para digerir esta trágica muerte.
- Claro, es una gran idea, padre.
Hermes sonrió, acercándose al balcón hasta ver el palco de las valkirias, haciendo las señas correspondientes a un descanso, tomando luego el teléfono para llamar a Heimdal y avisarle.
- Ah, por cierto... - Zeus se acomodó en su trono - Deberías dar un paseo por las gradas con Morrigan, seguro tenéis mucho de que hablar.
- Ella a lo mejor quiere ir a la enf...
- Ya sabes como se pone el médico, no quiere a nadie mientras realiza sus curas, deberá esperar. Espero que las valkirias elijan bien a su segundo humano... porque un dios que viene aquí buscando venganza es temible...
Mientras tanto, en una zona de las gradas donde había personas de pie, un hombre observaba la pelea subiéndose despacio sus redondos lentes.
- Hrund... que compañero tan diferente te han puesto esta vez... conmigo tuviste más suerte, pequeña.
Dio la espalda a la arena caminando para marcharse por un pasillo, recordando su batalla junto a Hrund, la que se convirtió para él en un collar de cuentas con un crucifijo como la palma de su mano en él, que dentro de él escondía una pequeña y punzante daga.
Durante este pequeño descanso, veremos que ocurre con las valkirias y los dioses para seguir peleando en este legendario torneo.
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Gracias a @YeradayCervantes por su pedido de querer saber quién fue el anterior usuario de Hrund :3
¿Qué os ha parecido el primer combate?
¿Quién puede ser el segundo peleador de los dioses?
Lo sabremos pronto ^^
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