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Capítulo 38 - El amor de mi vida y una reina perfecta

Hoy es el cumpleaños de Freddie Mercury señoreeeeees  ^o^

Por eso toca actualizar, vamos vamosss

Al fin del cap tengo una pregunta para ustedes donde les comentaré algo acerca de esta batalla, espero que se tomen un minutito más para leerme y responder :3

Solo recordarles dos cosas:

  - Letras en cursiva - Sveid hablando en forma de Volund.

 - Letras en cursiva en el centro de la página - Freddie cantando.

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- Hey... entiendo perfectamente que tengas miedo...

La chica que le hablaba al representante de la humanidad estaba apoyada en la barrera mágica invisible, intentando estar lo más cerca suya posible, ya que el otro estaba en la parte trasera del escenario.

- Mary... yo... sigo sin creerme dónde estoy y lo que estoy haciendo... yo no soy un guerrero, no soy un luchador.

Freddie suspiró frotando su nuca, bajando la mirada, abriendo los ojos y mirándola de nuevo cuando la escuchó reír.

- ¿Qué no eres un luchador? Poca gente ha luchado más que tú para conseguir lo que has logrado y llegado tan lejos - ella sonrió dulcemente - Te has enfrentado al mundo con tus amigos... y también te has enfrentado en soledad. Puede que tus puños no sean los mejores, pero... el Ragnarok es una batalla de almas, y tu compañera está peleando cuerpo a cuerpo con tu rival ella sola...

Freddie tragó saliva volviendo la mirada hacia una pantalla que transmitía lo que sucedía a unos metros de él. La valkiria estaba de pie, intentando golpear, o al menos alejar a Morrigan del escenario, mientras que la diosa, con una sonrisa maliciosa, esperaba tranquilamente esquivando los cada vez más torpes movimientos de la semidiosa hasta poder darle un golpe, haciendo que su piel se resquebrajase como porcelana.

- Cada golpe que le da a Sveid hace que me duela el alma... - el artista se llevó una mano al pecho, apretando los dientes, hasta que finalmente sacudió la cabeza - Ella lo está haciendo por mí, ahora me toca a mí hacerlo por ella. Dile a los chicos que no se desanimen.

- Sabes que no lo hacen.

Ella le guiñó un ojo como respuesta, y se giró para subir las escaleras hasta sentarse con unos cuantos conocidos de la misma banda que el cantante.

Mientras, la pelea de la diosa con la semidiosa tenía una clara inclinación hacia la más baja, que reía por lo bajo al ver lo torpe y cansada que estaba la valkiria por enfrentarse a ella directamente.

- Los nórdicos siempre habéis tenido mucho coraje - comentó la diosa - Ese orgullo que llevas dentro es tu parte divina queriendo tomar el control de la situación al enfrentarse a alguien como yo.

- El orgullo que llevo dentro es mi parte humana queriendo pelear por los míos y defender a mi Einherjer - le corrigió Sveid volviendo a levantar los puños tras dejar de jadear.

- Que mal... - Morrigan sonrió, teniendo una postura muy relajada de hombros caídos para seguir esquivando si ella volvía al ataque - No debéis olvidar que si tenéis algo de poder es gracias a los dioses que os dieron vuestra sangre y vuestra semidivinidad... y vuestra misión es... llevar las almas de los difuntos al más allá... que también es la mía. ¡Y me llevaré a tu Einherjer!

- ¡Por encima de mi cadáver! - gritó la semidiosa.

- ¡Eso quería escuchar!

Morrigan dio una risa cuando otro golpe de la valkiria falló, y confiándose para darle un golpe, su pierna fue atrapada por ambos brazos de Sveid, que la levantó usando su altura para hacer que Morrigan tuviera menos equilibrio, obligándola a poner una mano en el suelo con sus piernas casi abiertas del todo.

- ¡Suéltame, maldita!

Sveid sonrió, moviendo su cadera para propinarle una patada a la cara de la diosa, pero ella se impulsó con su mano en el suelo para hacer un abdominal en el aire, subiendo. Usando su otra pierna, intentó darle en la cara a la valkiria, pero no llegó por no tenerla muy larga.

- ¡Por primera vez parece que Morrigan está en un apuro contra su rival! - comunicó Heimdal - ¡Sus golpes no llegan a darle por la diferencia de tamaños y por paticorta!

- ¡Je, je! ¡Que resentido se ve Heimdal con Morrigan! - Loki sonrió, burlándose tumbado encima del trono de Thor.

- Cállate, la vas a desconcentrar - Thor se mantenía serio mirando.

- Estás muy concentrado... ah, claro, Morrigan te ha hecho eso varias veces... - él sonrió de nuevo.

- Pero no logra tumbarme. A ella si podrá.

Ciertamente, la patada fallida de Morrigan no fue en vano, ya que ahora había puesto su pierna libre sobre el brazo de Sveid, y girando su cuerpo en el aire pudo retorcer su brazo hacia abajo haciendo a la valkiria caer, mientras que las piernas de la diosa aprisionaron su brazo. Rápidamente, usó sus pies para ponerlos en su cuello y sus manos agarraron su muñeca, manteniéndola doblada y en tensión con su cuerpo.

- ¡Te tengo!~ - Morrigan sonreía, con esa chispa de maldad en sus ojos - ¿Creías que podías usar el tamaño contra mí? Querida insolente... me he criado peleando contra nórdicos y contra tuathas, ¿acaso no has visto que la altura media de mi gente es de más de 210 centímetros? Se de sobra como hacer esto.

La presión en su hombro le hizo dar un gemido de dolor. Con un tirón, podría arrancarle el brazo, o romper su codo, o doblar su muñeca. O si se esforzaba más incluso, con el pie en su cuello podría partirlo. Quien sabe cuanta fuerza física había en su pequeño cuerpo.

- Tú sola te lo has buscado por venir a enfrentarte a mí a golpes. ¿Creías que ibas a lograr algo? - Morrigan se relamió los labios lentamente - La verdad es que tú sola peleas mejor que acompañada. Es una estupidez que vengas sola a por mí sabiendo que eres la única posibilidad que tiene ese humano de tocarme.

- No me arrepiento de haberlo hecho, Morrigan... - ella apretó los dientes al notar como ella giraba su muñeca.

- Bueno, le has salvado de que le arranque los dientes... pero él no te va a salvar a ti. No puede hacer nada.

- ¡Morrigan!

La voz llegó desde un lateral del escenario, donde Freddie volvía caminando a paso rápido. No tenía nada en sus manos, pero en sus ojos había convicción. La diosa le miró, sentada en el suelo haciendo su llave contra la valkiria, mirándole de arriba a abajo.

- Suéltala - le pidió el humano - Suelta a mi compañera y pelea contra los dos como debe ser.

De los labios borgoña de la diosa escapó algo parecido a un suspiro de incredulidad alzando las cejas.

- Oh, venga, sabes de sobra que no he empezado yo con esta tontería. Ella debe aprender... - su atención volvió a la semidiosa tumbada en el suelo - ...su posición en todo esto.

Ella apretó sus piernas, y a lo largo del brazo de Sveid aparecieron fracturas con un crujido de sus huesos, haciéndola ahogar un grito para no preocupar al humano, pero era un deleite para Morrigan.

- ¡Por favor, suéltala! - él volvió a pedirlo, caminando unos pasos.

- ¿Cómo has dicho? - ella sonrió mirándole - Repite, repite.

- ¡No te arrastres, Freddie! - su valkiria le avisó - ¡Sólo alimentas su ego!

Sin embargo, el humano no dudó en hacer lo que le pedía.

- Suéltala... por favor...

- Me encanta cuando los humanos que osan enfrentarse a dioses suplican al ver que no pueden hacer nada por ellos mismos... - ella se mordió suavemente el labio inferior - Si te pones de rodillas y lo vuelves a pedir... la soltaré.

- Muy bien.

El humano comenzó a agacharse, pero Sveid le gritó.

- ¡No lo hagas! - sus ojos estaban alarmados con dolor - ¡Ella es una embustera!

- Y tú una impertinente que estas rogando que te arranque el brazo como no te calles. Deja hablar a los peleadores, arma.

Cuando el humano levantó sus manos por delante de él en señal de calma, levemente temblorosas por la situación, Morrigan le observó de reojo, impidiendo que apretase su agarre contra la valkiria.

 - Lo haré. Lo haré encantado - Freddie puso la rodilla derecha en el suelo - Solo espero que el pacto sea mutuo.

 - No prejuzgues, humano - le advirtió la diosa.

Con leve movimiento afirmativo de su cabeza, Freddie terminó por poner la otra en el suelo, bajando sus manos y después de eso su cabeza. En todas las pantallas aparecía su silueta arrodillada en el escenario frente a ambas mujeres. Ni siquiera Heimdal se atrevía a hablar ante el sepulcral silencio que había en ese momento.

 - Te pido por favor... - comenzó el humano - Que sueltes a Sveid para que pueda volver conmigo y hacer la Volund... y tengamos nuestro combate en paz.

Morrigan sonrió ladinamente, achicando sus grandes ojos dorados. Algunos dioses cuchicheaban sobre eso, otros se reían de lo bajo que caen los humanos sin ser capaces de defenderse. Los dioses principales miraban en silencio desde sus tronos, desde Odín, que por un instante puso su ojo en blanco, hasta Zeus, que se acariciaba la barba pensativo.

 - ¿En que piensas, padre? - preguntó Hermes, inclinándose a su lado - ¿Antiguos tiempos en los que los humanos vivían arrodillados ante nosotros?

 - En parte si... en parte, me recordó un poco a mi combate hace mil años... fue tan emocionante... incluso arrodillarme ante mi rival no fue vergonzoso para mí. ¿Tú crees que el humano está avergonzado, Ares? - le preguntó a su otro hijo.

Ares acarició su barba rubia, imitando el gesto de su padre.

 - Diría que no... sólo intenta salvar su vida y la de la valkiria. No tiene posibilidad sin ella.

 - En realidad, es solo por puro placer de Morrigan - Zeus se echó hacia atrás, recostándose - Ella apenas recibió un culto positivo, por así decirlo. Le tenían miedo, y en vez de venerarla, la ignoraron. Es una pequeña parte de ese rencor hacia los humanos que tiene.

 - ¿Y de la envidia que le tiene a Tara-sama? Ella tiene uno de los mayores cultos en la actualidad - Hermes se llevó la mano a la boca para tapar su sonrisa arrogante.

Zeus chascó sus dedos apuntando a su hijo, indicando afirmación antes de un pequeño suspiro. En el campo de batalla, tras unos eternos segundos donde incluso al representante de la humanidad y a su valkiria se le olvidaron respirar, el agarre de Morrigan aflojó el brazo de la semidiosa. Ella se levantó y se alejó rápidamente, mientras Morrigan se tomaba el tiempo necesario para levantarse con calma.

 - Yo tendré mi fama - dijo la pelinegra - Pero cumplo mis tratos y mis promesas. Por eso no hay que prejuzgar. Incluso os dejo en paz para que hagáis vuestra Volund tranquilamente. Os espero... pero tampoco tardéis mucho.

Ella dio un salto bajando del escenario, caminando con las manos en las caderas hacia el lado opuesto del campo, saludando efusivamente y desde lejos a su amorcito y a sus amigos. Freddie se levantó del suelo y caminó hasta reunirse con su valkiria, mientras que ella le tomaba las manos y le miraba a la cara.

 - ¿Por qué te has rebajado a eso, Freddie? No tenías que hacerlo... yo sólo...

 - Sveid, Sveid... - él la calmó, como si no pasara nada - Es que no ha pasado nada malo. Mírame, estoy bien, no he perdido nada. No he perdido orgullo, dignidad, respeto a mí mismo. No he perdido nada, y te he ganado a ti de vuelta - él sonrió, mirando el brazo de la mujer, lleno de grietas como si su piel fuera de porcelana - Siento lo de tu brazo...

- Lo podría haber perdido si no hubieras llegado... no moriría, pero espero que eso no perjudiciase el Volund... debería haber hablado de eso con la hermana Alvitr... - murmuró bajando una poco la cabeza.

- Tu brazo sigue enganchado a tu hombro y yo tengo la confianza revitalizada. Es hora de que hagamos el Volund y hagamos a esa diosa volar por los aires - él le tendió una mano - Si tanto le gustan las explosiones, que pruebe las nuestras.

Ella sonrió levantando la cabeza, tomando su mano con fuerza y apretándola a la vez que su cuerpo empezaba a brillar.

 - Freddie... vamos a ganar, convéncete de ello, y verás como no vuelves a venirte abajo.

El humano asintió, antes de ver desaparecer a la valkiria, volviendo el micrófono a su mano. Justo a tiempo de que la diosa terminase de dar saltitos saludando a sus celtas, amigos y futuro esposo como si estuviese en un combate.

 - ¿Ya podemos seguir? - preguntó ella con las manos en las caderas.

 - ¡Podemos seguir, combatiente! - le dijo poniendo su boca cerca del micrófono, haciendo que su voz se escuchase alta y clara por todos los espectadores - ¡Tengo más ganas que antes de enfrentarme a ti!

- ¿Oh? ¿En serio? Eso es bueno... parece que te has dado cuenta por fin que esto no es un juego de cantar - ella se rascó la mejilla con un dedo.

- Era consciente desde el principio, pero hablar con el amor de tu vida me ha restaurado las energías.

Con esas palabras, la multitud estalló en vítores, poniéndose de pie y volviendo a animar a su representante humano. Aplaudían contentos de que estuviese ahí de pie, con valor y confianza, les conmovió que hiciese algo, para muchos, vergonzoso por salvar a su valkiria, y que su dignidad y ego estuvieran intactos, con ganas de darlo todo.

 - Lo entiendo, lo entiendo... a mí no me gusta verme mal delante de mi amorcito - Morrigan se relamió - ¿Sabes una cosa? Cuando acabe el Ragnarok, voy a casarme. Hice una promesa antes de salir aquí.

El brazo de Freddie se tensó ante esas palabras, mirando a la diosa fijamente. Sonrió un poco, pero tenía un nudo en la garganta.

- Freddie, ¿qué ocurre? - preguntó Sveid al verlo flaquear levemente - ¿Y tu confianza?

 - ¿Oíste eso? Ella se casará luego...

 - Sí, con el heredero del trono de Asgard... no me hace mucha ilusión, en realidad. Pero sólo lo hará si sale viva de aquí. 

- ¿Quieres decir que lo sabías de antes? - preguntó él para sí mismo - Por eso saliste a ayudarme, ¿Quieres asegurarte de que ella no se case?

- En parte fue una coincidencia que me escogiesen a mí, en parte, el destino. Los nórdicos creemos que el destino siempre se sale con la suya. Si debe ser así, así será. Se que Odín-sama está complacido de alguna manera con que yo sea la que se enfrente a Morrigan. No debes preocuparte por eso... todos queremos salir vivos de aquí para seguir con nuestras vidas en el futuro, como es normal... pero, ¿No ves lo que ha conseguido hacer en ti con solo una frase?

Freddie levantó la mirada, observando a Morrigan. Ella seguía sonriendo de lado. Era perfectamente consciente del efecto de sus palabras frente a un humano emotivo. 

 - Con una sola frase con la que ni siquiera te ha atacado... te ha quitado toda la confianza que tenías. No puedes permitir eso... porque si te ve triste, dubitativo... se aprovechará de ti y además, ¡Se alimentará de tus malas emociones! ¡Le estaremos dando un poco más de poder!

- Está bien... - él inspiró e inhaló profundamente, mirando a las gradas, donde todos seguían esperando por él - Estoy listo, Sveid.

 - Tranquilo, haz lo que estás pensando. Vamos directos a por ella, ya que parece que espera por nosotros.

Freddie sonrió asintiendo, volviendo a poner el micrófono frente a sus labios, concentrándose.

Love of my life don't leave me

Las bolas de luminosa energía que salían por el final del micrófono comenzaron a materializarse en el aire. El público aplaudía ante esa preciosa canción que tantos conocían.

You've taken my love and now desert me

Algunas de esas esferas eran alargadas, y otras simplemente cambiaban de forma en lo que el creador conseguía con su garganta.

Love of my life, can't you see?

Bring it back, bring it back, don't take it away from me

Because you don't know what it means to me...

Tras esas estrofas, sus ataques surcaron el cielo en dirección hacia Morrigan, que los miraba atentamente con algo de sombro, haciendo sus ojos brillar por el fulgor de los ataques. La ronda de explosiones comenzó alrededor de la diosa, creando una humareda de polvo, escuchándose sólo las explosiones y el muro quebrarse a sus espaldas.

 - ¡Vamos, no pares ahora! ¡Le estamos dando!

You'll remember when this is blown over,
And everything's all by the way
When I grow older, I will be there at your side to
Remind you

Mientras que los ataques acústicos del bando humano impactaban entre la gran bola de polvo y humo que se formaba, se creaban nuevos y más con su canción. Geir comenzó a saltar animando, emocionada por eso, ya que en todos los minutos que llevaban de batalla, no habían sido capaces de golpear a Morrigan. Lo mejor de todo era el apoyo del público, que animaban como en ninguna otra pelea y disfrutaban con la canción.

How I still love you, I still love you...

Su turno de atacar terminó cuando la última explosión sonó fuertemente, elevando al cielo una torre de humo al otro lado del campo de batalla. Los espectadores estaban muy contentos, ya que mientras que el humo se iba, podían ver el destrozo que había hecho en el suelo y en la pared, y también vieron como la barrera algunas veces se agitaba, pero estaba intacta.

 - ¡Toma esa, Morrigan!

 - ¿Qué tal esas explosiones? ¡No te ha dado tiempo a apartarte!

 - No puedo mirar... ¿Se ha muerto ya?

 - Yo solo quiero que no muera Freddie...

Las peticiones por el bando humano eran claras. El combate había avanzado ya varios minutos y Morrigan no tenía ni un rasguño. Solo esperaban a que el humo desapareciese. En realidad, querían verla ahí, herida. Si no estaba, ya vieron que ella podía teletransportarse y sería todo en vano, por eso deseaban que estuviese ahí y herida.

Mientras que el humo se marchaba hacia el cielo, dioses y humanos aguantaron la respiración mientras las cámaras grababan todo para asegurarse de no perder nada. Entre los restos de muros y el agujero de la tierra, una silueta empezó a formarse. Morrigan salía del cráter por su propio pie, volviendo al campo de batalla.

 - Explosiones a mí...

Los humanos miraron con horror cómo esa cantidad de ataques y explosiones sólo habían logrado despeinarla un poco. Ni siquiera su ropa estaba sucia. Sonreía como siempre, con las manos en sus caderas y su postura relajada.

 - Vaya caras... ¿De verdad pensabais que iba a haber otro resultado? Incrédulos... Soy la diosa de la destrucción celta. ¿Creéis que algo puede destruirme a mí?

Ella levantó sus brazos solemnemente. Los celtas, a sus espaldas, comenzaron a hacer ruido, chocando sus armas y gritando contentos, complacidos del poder que tenía su Suprema. Los otros dioses del panteón se miraban entre ellos tranquilos, y más arriba, en las gradas, Lugh se cruzaba de brazos tranquilo. Ninguno había dicho nada.

 - ¿N-Ni un solo rasguño? - preguntó Geir con los ojos bien abiertos - ¡Pero... mirad ese cráter donde estaba ella! ¡Le han atacado con una Volund, deberían ha...!

 - Geir, está bien... - Hrist la mandó callar con una mano, sin quitar la vista del combate - Sí, le han atacado con Volund... y no le han hecho nada. ¡Y se está burlando de mí!

Hrist cambió drásticamente a la que ruge al ver que por una pantalla, Morrigan le estaba sacando la lengua, bajándose un párpado a la vez, lo que hizo que sus uñas arañasen la piedra del muro.

Ante el silencio que Freddie y Sveid tenían en ese momento, Morrigan sólo sonrió más, contenta de su aturdimiento interno.

- No sois conscientes... lo dijo Heimdal cuando salí por ese portón de ahí - ella lo señaló con el pulgar - Soy la Diosa Suprema del panteón celta. ¡Soy la reina Morrigan! ¡Y como reina tengo una imagen que dar! ¡No puedo verme mal! Por eso tengo este cuerpazo también, je.

Ella se señaló con las manos de arriba a abajo con lentitud y un erotismo un tanto desconocido.

 - Una reina celta no puede ser herida. No puede tener cicatrices profundas ni mucho menos perder un miembro. ¡Un cuerpo así te hace ganar el respeto y la dedicación de sus guerreros! ¡He trabajado mucho en mi cuerpo para lograrlo junto a mi magia negra! ¡Y vosotros, vulgares humanos... no conseguiréis ver una gota de sangre salir de mí, JAMÁS! ¡Ni tampoco veréis una lágrima, ya sea de dicha, odio o tristeza! ¡Soy la reina celta perfecta!

Ella levantó ambos puños al cielo, resguardada con los gritos de guerra de los celtas y druidas a sus espaldas, que le hacían sentirse más poderosa al ver que a sus espaldas estaban los suyos animándola. 

Mientras que los humanos seguían intentando explicar qué había pasado ahí, los dioses hablaban. En el palco griego, Ares meditaba sus palabras.

 - Una reina celta perfecta... hum... podría asegurar que no existe algo así - comentó el dios de la guerra - ¿O puede que hayamos encontrado en Morrigan la forma de evitar que el Volund hiera a los dioses?

- Eso es demasiado idílico... - Zeus le quitó importancia con una mano - Además, no queremos eso. Por algo seguimos haciendo el Ragnarok, queremos seguir saboreando estas batallas sin tener la consciencia tranquila de que ganaremos aburridamente. Además, Morrigan no es inmune al poder del Volund.

- Sólo mejoró su cuerpo hace mucho tiempo, hermano Ares - Hermes le miró con su simpática sonrisa - Ella quería eliminar algunas cosas de su cuerpo... algunas viejas heridas, y recurrió a la magia negra para mejorarse.

- ¿Mejorarse en qué sentido? ¡Oh! ¡Tiene poder de regeneración! ¿Es eso?

 - A simple vista parece que sí, pero no es así... - Hermes se acarició la barbilla - Ella se entregó por completo a la magia negra. Su sangre, su piel, sus órganos, sus huesos... todos se perdieron y fueron sustituidos por magia negra. Sólo su alma sigue intacta. Con eso, cualquier herida puede restaurarse siempre y cuando tenga poder, si es que es capaz de hacer daño a su cuerpo mágico.

 - ¿Quieres decir que si corto a Morrigan por un lado... su interior es completamente negro? ¿Y se cerraría?

Hermes dio una pequeña risita.

 - Algo así, algo así... desde luego, no verías su cuerpo como el de algún otro. Es el precio a pagar por el poder... ver tu cuerpo interno ser sólo la sombra de lo que fue y ni siquiera poder escuchar los latidos de tu corazón. Con eso, la ley celta de que los soberanos deben estar intactos, se cumple diariamente, y eso que es muy estricta. Bien... veamos ahora qué hacen los humanos para combatir eso... si es que se dan cuenta de que esto sólo puede terminar en un combate de desgaste.

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¡Saludos, queridos míos! ^^

Os dejo por aquí la preguntita de la que os hablé. La verdad es que lo he estado pensando mucho, y he llegado a una conclusión: Yo creo que Freddie Mercury no debe tener un flashback al pasado.

No me peguen, os lo explico, hay varias cosas: lo primero de todo es que es un personaje relativamente reciente para nosotros (Random: Zoba, Simo Hayha se murió después de Freddie. Yo: Si ya, pero el momento de esplendor de Simo fue mucho antes, Freddie tuvo su auge hasta su muerte y sigue siendo una figura muy importante y querida en la actualidad) y por eso mismo que es reciente, querido y amado, me dolería darle un pasado que no le gustase a la gente o que no estuviese a su altura.

Otra razón sería que recientemente ha salido una película de su vida, como la de Elvis que es más reciente, y se la ha visto medio mundo. Repito: no quiero joder a Freddie, que no es que vaya a hacerlo, solo que no puedo manipular su vida como la haría con un dios o como Shuumatsu que a veces se inventa unas mamadas flipantes... pero lo seguimos viendo y amando.

No recuerdo si había otra, pero igual, si no tiene pasado, lo compensaré. Algunos de los puntos que sabéis que siempre tienen relación con su rival, como en los combates pasados, irán saliendo en la batalla y ellos se irán dando cuenta de ciertas cosas, como ahora que Freddie sabe que si Morrigan gana, se casará. Sabe que le espera un mundo bonito fuera, como a él, que volverá con Mary y sus amigos. Irán saliendo similitudes, quien le conozca ya sabrá que también hay algo por ahí con una relación tóxica y todo eso.

En resumen, la pregunta es si les parece bien que este personaje no tenga flashback para evitar joderlo, ya es perfecto como es.

Y ahora, los votos :3

Bando de los dioses - Morrigan

Bando de los humanos - Freddie Mercury





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