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Segundo Epílogo

¿Y bien? ¿Ya estamos listos?

– Veamos, veamos… Palomitas asadas al carbón, pantallas encendidas, muslitos como almohadas… Siento que algo me falta.

– ¿Qué fue eso último que dijiste?

– Claro que falta algo, o más bien sobra algo… ¡La mujer sigue fuera de la cocin--!

– ¿¡Seguirás con eso, idiota!?

La mano de aquella mujer se lanzó con toda su fuerza a la cabeza del hombre de cabello claro, con un golpe que resonó en su cráneo y lo dejó temblando.

Solo podría tratarse de una única persona, o mejor dicho valkiria:

La valkiria del tiempo, pues nació con un don de profecía muy poderoso, casi equiparable con la profecía de su padre Odín.

Tal vez por eso ella era quien tenía el carácter más fuerte entre las hermanas valkirias, solo por debajo de su difunta hermana mayor Brunhilde; la más orgullosa, la más firme, y capaz de explotar como un volcán en erupción, muy consciente del poder de las decisiones…

Tal vez por eso ella era la única capaz de hacerle frente a los Einherjers de manera agresiva, aquellos asesinos de dioses en el pasado y en el futuro. Habiendo soltado ese golpe para el primer hombre, el segundo se le acercó de forma cuidadosa.

– Mi chi-chiquitita, no te me esponjes tanto.

– No me digas de esa forma… – Skuld se volteó al segundo con una gran expresión de ira – ¡Odio que este idiota te esté metiendo esas ideas en la cabeza! ¡De por sí eres insoportable, como para que este… este afeminado te haga más insoportable!

– ¡Oye…! No permitiré que hables así de él… ¡Podrá ser machista, misógino, poco ético y moral, cavernícola con cada letra, pero es una hermosa dama!

» Y no solo eso… ¡Mírame a mi! ¡Yo también tengo mi encanto femenino!

De inmediato aquel hombre comenzó a presumir su joven figura con las poses más femeninas posibles, que podría lograr debido a su distribución corporal poco robusta y compacta, que contrastaba bastante con los demás asesinos de dioses.

Pero las apariencias engañan, pues después de todo él también fue un asesino de dioses…

Bueno, casi, pues hace 1000 años fue el comodín de la humanidad que le dio batalla al iluminado Buda Gautama, terminando en una rendición del bando divino.

No por eso hay que desacreditar las hazañas del profeta del siglo, como la parcial destrucción del puente de mundos, el Bifröst, que lo conllevó a un encierro en el Helheim…

Pero después de esa etapa como criminal de la humanidad y de Einherjer que igualó la iluminación más fuerte de los Cielos, ahora se dedicaba a la… “comedia”.

Una pieza clave para el entretenimiento en el Valhalla, como por ejemplo con las gemelas mellizas, o para disipar la  constante furia de su compañera valkiria Skuld.

– ¡Mira, mira! ¡Yo también tengo mucho de mujer!

– … Me avergüenza que quieras presumir eso.

– ¡Que no te dé vergüenza, preciosa, mi exquisita existencia!

– No es como que sea muy… Espera, ¿Cómo rayos me llamaste?

– Aquí entre nosotros, alguien debe tomar el rol de la mujer… ¡Y viendo cómo es tu carácter, no tengo más opción!

» Yo seré tu hermosa damisela en apuros, para darte la oportunidad de rescatarme del castillo del dragón…

– Eres un--

– Y, tal vez… Tal vez podría darte como recompensa algo que pueda satisfacer tu sucia y pervertida mente… Pero no, mi cielo; no puedo darte mi corazón ni mi alma para que no los corrompas… ¡Pero no importa! ¡Todo mi cuerpo puede ser tuyo--!

– ¡¡Idiota, eres un idiota!!

Skuld perdió la compostura y procedió a golpear a Nostradamus con toda la fuerza, usando brazos, piernas e incluso su cabeza, hasta dejar al profeta del siglo tumbado en el suelo.

El acompañante de ambos soltó una carcajada al ver la cómica escena mientras se sobaba la cabeza por el anterior golpe que había recibido.

– ¡Pero qué idiota…! ¡Una mujer ganándote, debería darte vergüenza!

– Y tú… ¡Tú, maldito afeminado!

– Hey… Sabes que a mi me queda mejor este corsé que a ti, así que no muestres tanta envidia.

– ¡Nada de eso! ¡Deja de actuar como un… un…!

– Di lo que quieras de mi, tesoro… Ese primer golpe solo te lo permití por cortesía, pero ya sabes…

» Yo puedo hacer lo que se me dé la gana, cuántas veces quiera y cómo quiera. Después de todo, yo soy el más fuerte en esta sala, y puedo apostar que también en estos Campos Elíseos…

» ¿Quieres que juguemos quién puede someter a quién?

Aquel hombre de cabello claro y ojos dispares, uno dorado y otro rojizo oscuro, volteó con su mirada feroz hacia Skuld, provocándole un escalofrío bajo su rostro firme y fuerte.

Sobre la declaración anterior, aunque es cierto que la valkiria Skuld tenía un fuerte carácter, incluso ella misma sabía diferenciar entre aquellos que podía mantener a raya con su temperamento de aquellos que debía mantenerse alejada o al margen; por ejemplo, los dioses que podrían matarla con un solo dedo…

Otro de ellos era aquel hombre:

No solo por su historial como fundador de reinos, creador de la espada Excalibur, hechicero de la antigüedad y precursor la civilización humana tal cual es conocida…

También, para este segundo Ragnarok, fue designado como una de las 3 cartas de triunfo de su hermana menor Geir; los humanos más fuertes de quienes era 100% seguro que conseguirían una victoria contra cualquier dios, con sus turnos guardados para la aparición de los futuros Primigenios o en caso de que el marcador estuviera en su contra.

Su simple aura y presencia en esos momentos, que se hizo muy similar a la de un demonio, fue lo que detuvo a Skuld de darle un segundo golpe.

– … Está bien… Deja de hacer tonterías, ¿Quieres?

– … ¡Deja que haga lo que quiera, mamá!

Pero de inmediato el rostro de Merlín cambió de nuevo al de un niño berrinchudo, acompañado de una rabieta que hizo en el suelo.

– ¡Estuve encerrado en esa prisión como por 2000 años, sin pensar en nada más que en mi clara venganza contra esa hermosa y suculenta jovencita que me encerró después de engatusarme!

» ¡Mierda, he esperado mucho tiempo por este momento, para que quieras impedirme cumplir el propósito de mi vida! ¡Por fis, por fis, por fis!

– … En serio me das vergüenza.

Skuld suspiró por lo bajo, para después patear a Merlín quien solo reaccionó con un bajo grito de dolor fingido.

– Bien… Supongo que ya estamos listos para ver el siguiente combate.

– ¡Claro que si! ¡Me emociona mucho! – Nostradamus se levantó de golpe para tomar asiento junto a Skuld – ¡Estoy ansioso por apoyar de nuevo a mi patria!

– ¿Apoyar de nuevo…? ¿Acaso tuviste una visión solo para ver la pelea antes que suceda?

– Casi… ¡Solo tuve una visión para saber quiénes pelearían! ¡No me pude aguantar las ganas!

– Bueno… Al menos no hiciste más que eso. Así evitaré que me sueltes algún spoiler, otra vez.

– ¿Y tú, mi querida?, ¿Todavía no la has previsto?

– No… Lo que se me hace extraño. Normalmente tendría una visión vaga sobre la sigueinte pelea, como me estuvo ocurriendo desde hace rato. Pero no he visto nada…

» Supongo que está bien. Así puedo conservar la sentir emoción e incertidumbre por el futuro. Al menos, sé que no tengo que ir a esa pelea y estar involucrada, como mis hermanas Hrist y Mist.

» A menos que mi teléfono vaya a sonar a todo volumen diciendo que debo pelear contra otro de esos idiotas.

– ¡No, mi amor! – Nostradamus se lanzó directamente a los pies de Skuld para abrazarla mientras lloraba de forma sarcástica – ¡No dejaré que ningún hombre musculoso ni mujer pechugona te arrebate de mi lado!

– … ¿En serio? – las venas en el rsotro de Skuld se hincharon con ese comentario – Después de que me intentaste vender para la cuarta ronda, que sabrías que perderíamos… ¿Te atreves a decir eso?

– Detalles menores, preciosa, pero ese hombre necesitaba una mujerzuela, y no pude evitarlo.

– ¡¡Eres un…!! – Skuld volvió a atacar a Nostradamus con golpes a puño cerrado y patadas hasta dejarlo tumbado en el suelo.

– Silencio que ya empezó mi novela… – Merlín se acomodó con una gran sonrisa infantil en el rostro, sobre un sofá muy esponjoso en donde se hundió – ¡Aquí venimos con mi parte favorita! ¡Las presentaciones!

– … Veamos a quién decidió enviar mi hermanita.

El trío de personajes visionarios del futuro se sentaron en sus asientos respectivos para ver el desarrollo de aquella batalla: de acuerdo a los mensajes que Geir había dado a Skuld, habría un cambio en el orden de los combates después del desastre que ocurrió respecto a Atlach-Nacha…

Habría una nueva séptima ronda para decidir el desempate entre dioses y humanos: las siguientes representantes en ambos bandos serían Jeanne D'Arc, la doncella de Orleans por los humanos, y Atenea, la guerrera del Olimpo por los dioses.

– ¡Pero mira eso! – Nostradamus aplaudió con emoción – ¡2 angelitos muy bonitos! ¡Y una es francesa, como yo!

– En especial esa Juanita… – Merlín se pasó una mano por su barbilla con mirada nada decente – Recuerdo que esa jovencita intentó sobrepasarse conmigo, pero…

» Como bien hombre que soy, la puse en su lugar y la mandé a la ver--

– ¡Idiota! ¡Eso no se le hace a una mujer, sea quien sea! – sin pensarlo 2 veces Skuld estalló la furia de su puño en la cabeza del mago artúrico.

– No recuerdo que fuera así… – comentó Nostradamus por lo bajo – Según recuerdo, tú estuviste detrás de ella todo el tiempo, acosándola hasta que ella pidió a la pequeña Geir la habitación mas alejada de ti… Y también molestaste a los demás Einherjers con tu actitud tan frívola.

– Parece que nadie soporta el estilo merliniano. – suspiró Merlín antes de recibir otro golpe de Skuld.

– Ahora entiendo mejor porque decidiste no ir a la junta que tuvo Geir hace un rato. Seguramente esa pobre jovencita estaba ahí.

– ¡No, mujer! Nada de eso. Sabes que mi tiempo no ha llegado… ¡Entrar en esa reunión me habría vuelto objetivo de esa jovencita sabrosa de cabello morado!

– Si, eso es cierto, supongo que por eso eres tan raro… Y última vez que le dices así a mi hermanita.

– Debo esperar hasta que yo mueva mi pieza, o todo se irá al caño… Hay que esperar.

– Si, lo sé, lo sé…

Los 3 suspiraron por lo bajo y volvieron a las pantallas, aunque Skuld volteó para ver por un instante a Merlín…

El único humano que se negó rotundamente a participar en el Ragnarok: ni cuando su hermana mayor Brunhilde intentó reclutarlo hace un milenio, y también cuando Geir intentó reclutarlo hace unas horas atrás, pero gracias a la insistencia de la menor fue que aceptó. Con una sola condición:

« No me llames hasta que yo te diga. Yo decidiré cuando y contra quién pelearé; fuera de eso, no me llames para nada. »

La valkiria de la profecía se había molestado bastante por la actitud del mago, pero después de presenciar sus conocimientos y habilidades que sobrepasaban incluso los que ella tenía con millones de años de existencia… Sabía que debía respetarlo. Y también que tenía un motivo muy conciso para decir aquello de forma tan tajante.

« No entiendo qué está pasando en su cabeza… Tiene más acceso al futuro de lo que yo tengo. Pero algo es seguro…

» Sabe muchas cosas que necesitamos apra ganar este Ragnarok. »

La pelea entre Atenea y Jeanne D'Arc comenzó a transmitirse en las pantallas: las primeras estocadas de Atenea, la armadura adaptable de Jeanne, las estrategias múltiples de la diosa de la guerra, el estado angelical de la guerrera francesa…

– ¡Qué hermosa joven! – exclamó Skuld dejándose llevar por sus emociones.

– ¿Verdad que si? En especial por sus-- – Merlín respondió de la misma forma aunque lo decía de otra manera, lo que provocó que Skuld le diera un golpe en la cabeza.

– Cierto, una linda-- – Nostradamus no pudo terminar su frase tampoco ya que Skuld también le golpeó.

– Es una hermosa y muy fuerte joven… ¡Más por ese poder especial que está usando! ¡Por fin le está haciendo daño significativo a esa niñita de Zeus!

– Es cierto. Gracias a ese Shakti está haciendo todos esos milagros.

Shakti… Con que así se llama esa cosa… – Skuld se llevó una mano a la barbilla – ¿Dónde había escuchado ese término antes?

– No lo sé… ¡Seguramente en un recetario!

– Si… – después de unos segundos, Skuld entendió sus palabras y le soltó otro golpe a Merlín – Pero… Esa cosa tan fuerte… ¿Cómo la consiguió, siendo solo una niña que vivía en el campo?

– Pues… – Nostradamus tragó saliva y tomó la palabra – Según lo que he estudiado en mis 3 horas en Internet, así como las historias que me contaban de niño, esa niña se la pasaba sacando chismecito a los ángeles, hasta que la quemaron por hablar basada.

– Terribles pero correctos factos, mi Michelín.

– ¿Hablar basada? ¿Factos? – Skuld suspiró por lo bajo – Odio cuando usan esos términos que no entiendo. Pero, supongamos que esa historia es verdad…

» ¿Le es posible a un ángel darle un poder tan grande que pueda rivalizar con un dios? ¿No suena demasiado conveniente para ella, o es que los dioses cada día son más tontos para no prestarle atención a sus ángeles?

– Pues… Mira lo que pasó con Raiden, Adán, Jack, Qin Shi… ¡Incluso mírame a mi! ¡Soy profeta y ese hippie iluminado me permitió también tener la iluminación!

– Es lo que veo… Pero, sin ser clasista ni nada… ¿Por qué escogieron a esa jovencita?

– Oye, mujer, déjame el clasismo a mi… Que por cierto, tienes toda la razón, si yo fuera un dios en mi cabeza me pasaría la idea de darle poder a una jodida pobre--

– No pregunté tu opinión. – de un golpe Skuld le calló la boca a Merlín.

– Aunque es cierto… – Nostradamus se pasó la mano por la barbulla – Los dioses no son tan tontos para permitir su perdición. Por ejemplo, con ustedes las valkirias, siendo que su Volundr original no es capaz de rivalizar a los dioses, por lo que se tuvo que acudir con el hippie para refinar la creación de armas divinas…

» Entonces, pensar que un ángel tuvo acceso a un poder descomunal para los dioses y decidió dárselo a una campesina que encontró por ahí… De cualquier forma que lo pensemos, no cuadra.

– Por eso me gusta más la segunda opción… – Merlín sonrió de oreja a oreja mientras recuperaba la compostura –Mi opción favorita, por cierto, y la correcta porque yo lo digo…

» Quien le dio esos poderes no fue un ángel. Sino… Alguien fuera de la jurisdicción de los dioses… ¿Quién podría ser?

Nostradamus se llevó una mano a la barbilla para pensar un poco más, lo mismo que Skuld quien se interesó bastante en la conversación entre ambos; después de unos segundos, tambos tuvieron una respuesta distinta:

– ¡Un súper ángel!

– ¡Un demonio!

Merlín quedó en blanco.

– … Con razón son marido y vieja.

– ¿¡Cómo me llamaste…!? ¡¿Ehh!?

Hubieran seguido discutiendo de ese tema con más libertad, hasta que se dieron cuenta que la batalla entre Atenea y Jeanne tomó un rumbo distinto; la diosa ctuando de forma más agresiva, la humana respondiendo con una acelerada evolución, hasta que Atenea derramó su sangre para activar a Palaidos, con la cual destruyó la mitad del cuerpo de Jeanne.

– ¿¡Pero qué rayos!? ¿¡En qué momento esa diosa se volvió tan fuerte!?

– ¿Qué te sorprende? Es la hija favorita de Zeus…

– Seguramente compró su puesto con buena genética y favoritismo de los altos mandos.

– ¡D-De todas formas…! Aún si lo que dicen es verdad… ¡Ella también está… está…!

Los gritos de Skuld hicieron que ambos hombres pusieran más atención, lo que les hizo darse cuenta.

– ¡Ya veo! ¡Ella también está haciendo lo de Juanita!

– Y por su propia cuenta, sin usar angelitos… Mucho más fuerte de lo que debiera ser.

– Así que eso concluye con todo lo que estamos viendo… – Merlín bostezó y se acomodó en su sitio, llamando la atención de Nostradamus y Skuld.

– ¿A qué te refieres?

– Esa diosa acaba de soltar uno de los ataques más poderosos que he visto en mi vida, tanto que creo que ni siquiera yo podría hacerle frente… ¿Esperan en serio que esa campesina se ponga de pie de nuevo y termine con la victoria? No sean tan ilusos…

» A partir de este momento, la batalla ya terminó. Lo siguiente que ocurrirá es postergar lo inevitable.

Ambos quedaron en silencio por unos segundos.

– … Ya veo… – Nostradamus bostezó y se volvió a sentar – Qué mal. En fin, ¿Cambiamos de canal?

– ¡Uy, si! Hace poco vi que estrenarían un documental de por qué los hombres han perdido respeto en el hogar--

– ¡¿Quieren callarse!? – Skuld golpeó a ambos con toda la fuerza de sus puños – ¡¿No se están dando cuenta de lo que está pasando!? ¡Volveremos a perder! ¡Será otra pelea más que la humanidad perderá!

– Si, ya lo sabemos. Que mal por mi francesita. – suspiró Nostradamus con dramatismo – Pero así es la vida. A veces pierdes a una francesita, y a veces te das cuenta que mantener a una familia con una valkiria es difícil.

– Lo mismo pienso… – suspiró Merlín con el mismo sentimiento dramático – Si tan solo esa francesita me hubiera aceptado el cafecito y el motel al que la invité, le habría dado unos cuantos hechizos de protección…

» “Empoderar”, “Mayor velocidad”, “Resistencia a la magia”, “Don para ser un artista versátil”, todo lo necesario… ¡Qué lástima que mi florecita se tenga que morir sin haber estado en mis brazos!

– ¡Son un par de idiotas! – Skuld volvió a arremeter contra ambos – ¡¿Acaso no lo están entendiendo!?

» Mi hermana está pasando por mucho dolor y tristeza con cada una de estas derrotas. Siente que… No está siendo lo suficientemente buena para manejar esta guerra, como lo fue Brunhilde en su momento… Aunque ella tuvo sus propios métodos, que no fueron para nada los correctos…

» Y por si fuera poco, la humanidad perecerá si perdemos… ¡¿Acaso no son también ustedes humanos!? ¡¿No les importa que su raza sea eliminada por culpa de esos malditos dioses!?

– La verdad no mucho… – Nostradamus bostezó por lo bajo – Los del Helheim tienen mejor atención al cliente.

– Yo tampoco siento tanto apego a la humanidad; después de todo ni siquiera soy 100% humano. Además…

Merlín se llevó ambas manos a la nuca para acomodarse en el respaldo de su asiento.

Si es lo que tenemos qué hacer para ganar, estoy de acuerdo con cualquier método…

» Enviar al matadero a aquellos que sabemos que van a perder, pero asegurando la victoria para el futuro, es mucho más valioso que llorar a cada rato… Es algo que tanto tú como tu hermana deben saber y estar conscientes:

» Vale mucho más el sacrificio de un alma que su vida. Deberían estar ya dispuestas a sacrificar los que sean necesarios para--

– ¡No hables así que me pones más de malas!

Skuld se levantó hasta Merlín para tomarlo del cuello y elevarlo de su asiento, dejando que sus pies colgasen en el aire debido a sus diferencias notables de estatura.

– Dices eso y aquello… Cumplir con esto, hacer lo otro porque así debe ser, vivir solo para morir… ¡Qué tonterías!

» ¡La vida, sea humana o divina, no se trata solo de cumplir un rol y esperar que para tu muerte lo hayas cumplido! ¡La vida misma tiene valor! ¡Eso es algo valioso que estamos buscando proteger, cueste lo que cueste--!

– ¡Ja! Ahí lo tienes… – Merlín rió por lo bajo – “Cueste lo que cueste”. Eso implica también sacrificar vidas~

– … Claro que no. Significa…

Skuld se quedó en silencio tratando de pensar las propias palabras que había dicho, pero estando en un callejón sin salida.

– … Mierda…

La valkiria soltó a Merlín y volvió a su asiento, junto a Nostradamus, llevándose ambas manos a las rodillas con cara un tanto apesadumbrada.

– Tú misma lo acabas de decir, así que no te pongas así… Hacer lo que sea necesario para salvar a los humanos y a tu hermanita. Yo también hago eso… Solo que no es como tú quieres.

Skuld ya no dijo nada más, sino que su mente comenzó a dar vueltas y vueltas.

« No… Ya no puedo permitir esto. No puedo seguir viendo cómo permitimos estos actos de omisión tan deplorables, esperando en silencio por esa victoria…

» No, no puedo seguir aquí mientras mi hermana sufre por esto. Tengo que hablar con ella-- »

– Ni se te ocurra.

Los ojos de Merlín se giraron a Skuld al mismo tiempo que la valkiria terminaba sus pensamientos de forma abrupta, como si él le hubiera leído la mente…

No, en realidad eso fue lo que pasó.

– Ya te dije que solo debemos intervenir cuando sea necesario, así que no intentes ir de chismosa cuando no es tu rol, ¿Quieres?

Skuld solo tragó saliva, un poco asustada por recordar que Merlín era mucho más de lo que aparentaba, e impotente ante la verdad que exponía el mago: ella así como él y Nostradamus sabían de la importancia del futuro y no intervenir…

– … ¿Eh? ¿Qué es eso?

Pero un evento externo cambió el punto de atención de la valkiria, que después se volvió el foco de Merlín y Nostradamus: la continuación de la séptima ronda, con Jeanne levantándose una vez más y activando su estado angelical para retomar las armas contra Atenea.

– ¡Vaya! – Nostradamus rió por lo bajo – Parece que nadie le ha dicho a esa francesita que la pelea ya acabó.

– ¿¡Ven eso!? – Skuld rió en voz alta un poco muy emocionada – ¡La pelea no termina hasta que ella decida! ¡No es ningún peón que seguirá órdenes!

– Si, mi amor, ya te oímos, ahora siéntate en mis piernas.

– ¡Cállate enano! – Skuld le propinó una eufórica patada a la cara de Nostradamus.

Pero Merlín estaba completamente sorprendido por lo que estaba viendo; de todas formas volvió a tomar asiento.

Es una pérdida de tiempo… Pero a ver con qué sorpresa sale Jeanne D’Arc.

El trío de personajes volvió a tomar asiento para ver el desarrollo de lo que quedaba de la séptima ronda: el intercambio entre Atenea y Jeanne que llegó a su punto cúspide cuando la humana logró el despertar de su armadura divina, el intercambio imposible e inhumano de la humana que concluyó con la destrucción de la Égida, el poder de Atenea que colapsó su cuerpo y alma…

Hasta la estrategia suicida de Jeanne, con que logró partir el cuerpo de la diosa de la guerra, y ponerle punto final a la séptima ronda.

– ¡¡LA GANADORA ES… JEANNE D'ARC!!

Las pantallas procedieron a mostrar el letrero del resultado final de la batalla: un desempate con 4 victorias para la humanidad meintras que 3 para los dioses.

Una situación que puso de muy buen humor a la valkiria.

– Lo hizo… ¡Lo hizo! ¡Carajo, lo logró! ¡Logró… vencer a esa maldita consentida!

– No me lo esperaba… ¡Pero debo admitir que fue fantástico! – Nostradamus también dio un salto con mucha emoción – ¡No puedo creer que lo haya logrado! ¡Esa santa hija de perra logró ganar cuando nadie creíamos en ella!

– ¡Carajo…! ¡Qué bien se siente ganar! ¡Mucho más ahora que nadie esperaba nada de esa bonita jovencita!

Skuld y Nostradamus se abrazaron uno al otro y comenzaron a saltar con gran emoción, y no fue hasta que se dieron cuenta de lo que estaban haciendo que se despegaron y se sonrojaron un poco por su actuar.

Normalmente se llevaban muy pesado, en una especie de relación de amor-odio, así que esos momentos donde ambos compartían sentimientos positivos, pues… Era un poco incómodo.

– … Lo siento por no creer en esa francesita…

– … Perdonado… – la única vez que Skuld que mostró algo que no fueran sus emociones fuertes y agresivas.

Pero la tercera persona en la sala no estaba festejando, y mucho menos llorando o lamentándose…

Merlín estaba en su asiento, perplejo y con los ojos muy abiertos, viendo el letrero que dictaba como ganadora a Jeanne, y ambas manos en la boca.

– ¡¿Cómo te quedó el ojo, afeminado de mierda!? – Skuld aprovechó la sorpresa para abalanzarse a Merlín con una expresión burlesca – ¡¿Quién estaba jodiendo con sacrificar para ganar!? ¡Mira cómo ganamos!

– Por cierto… – Nostradamus también aprovechó el momento – Hicimos una apuesta hace 0.01 segundos que yo acabo de ganar, así que págame hijo de perra.

– … Imposible…

Pero Merlín no respondió a ninguno; se levantó de golpe y fue a los estantes de libros viejos, sacando uno tras otro, con un rostro pálido.

– No puede ser, no, no, no… ¡Algo debió salir mal!

– ¿¡Huh!? ¡¿De verdad querías que Jeanne muriera!? – a Skuld se le marcaron las venas de rabia.

El consejero de reyes siguió buscando hasta encontrar un libro empastado con oro aunque bastante viejo; abrió sus páginas y hojeó su contenido hasta encontrar el texto que necesitaba confirmar.

– … No, no puede ser… Aquí dice que esto no… ¿O será que…?

Merlín dejó ese libro de lado y buscó en otros más, provocando la curiosidad de Skuld y Nostradamus, quienes tomaron el primer libro para ver el texto al que se refería el mago. Skuld quedó helada al leer aquel pequeño párrafo…

– … Debes estar bromeando… ¿¡Esto no debía pasar!?

– ¿De dónde sacas tantos libros tan interesantes? – bufó Nostradamus por lo bajo con un puchero – También quiero esa suscripción para tener esa biblioteca tan interesante, y no tener que ser el juguete de mi mujer.

– ¡¿Cómo me llamaste!?

Merlín encontró el segundo libro, que de hecho era uno que había abierto hace relativamente poco tiempo: se acercó al par para comparar los textos escritos en ese segundo libro, con el párrafo del primero que todavía sostenían Skuld y Nostradamus, haciendo que ellos también entrasen en la misma confusión a la que había llegado el mago.

– … Ya veo… No, en realidad no entiendo… – Skuld se llevó una mano a la cabeza – Esto es correcto, pero…

– Esto también debería ser correcto… De hecho, fue lo que estaba por pasar, si la francesita no se hubiera levantado de nuevo.

– Ambas cosas tienen razón… Pero acaba de suceder todo lo contrario… Entonces, ¿Qué diablos…?

– ¿Cómo puede una profecía romper otra profecía?

El trío de personajes se quedaron pensando en silencio por largos minutos, hasta que Merlín accionó: cerró los libros de golpe, y volvió a su actitud poco seria.

– Nope, ¡No tengo la menor idea! Así que…

» Tenemos que acudir con alguien que sí sepa la respuesta… ¡Nos vamos de aquí!

– ¿¡Ehhh!? ¡¿Alguien más sabe esa respuesta!? ¡¿No se supone que eres el hombre más sabio de la humanidad!?

– En primera… Prefiero el término de “femboy”. – Merlín le guiñó un ojo de forma coqueta.

– Eso nunca pasará.

– En segunda… Que sea mitad humano me quita muchos privilegios. Me pone al mismo nivel de las mujeres, los negros y los pobres, lo cual me disgusta.

– ¡¿Qué dices!?

– Así que, tenemos que buscar a alguien que no tiene límites de mi tipo. Alguien que tenga acceso a todo el conocimiento, y alguien que pueda discernir todo el conocimiento para entender qué acaba de suceder… Y creo conocer a la persona indicada que podría ayudarnos…

» ¡De hecho, ahora mismo está en su patio, cerrando las fugas que tiene en el techo de su casa!

– … ¿Qué? ¿¡Cómo puedes saber eso con tanta exactitud!?

– ¿No lo saben? Un hechicero lo hizo… ¡Vengan! ¡Necesitamos outfits para la ocasión!

– ¡Si, si! ¡Yo también quiero!

Nostradamus y Merlín fueron al armario para tomar vestimentas así como empaquetar todo lo que pudieran en un par de mochilas, que se llevaron a las espaldas.

– Listo… ¡Vámonos!

– ¡Amorcito, no estás lista! ¡Mueve ese cuerpo de reloj de arena!

Skuld suspiró por lo bajo.

– En serio… ¿Qué diablos estoy haciendo con mi vida?

Merlín iba al frente, usando un bastón de madera con un zafiro en uno de sus extremos para sostenerse.

Próxima parada, además de la mía… Las profundidades del Helheim.

– ¡Uy, yo conozco un camino! – Nostradamus levantó una mano – Un atajo y amigos míos que nos pueden ayudar a llegar más fácilmente.

– Las entradas fáciles son para los culos abiertos. Nosotros, los verdaderos alphas, tomaremos el camino difícil que pondrá en peligro nuestras vidas.

– ¡Uy, eso suena más interesante…! – Nostradamus cambió su gorro por un sombrero de estilo detective – Me encantan las aventuras que conllevan arriesgar la vida innecesariamente.

– … Bien por ustedes. – Skuld volvió a tomar asiento – Yo me quedaré aquí por si mi hermana me necesita. Vayan con cuidado, a ver a qué dios le rezan--

– ¡Nada de eso, mi cielo! – Nostradamus tomó a Skuld de uno de sus brazos – ¡Vámonos, querida, que será la mejor luna de miel de nuestras vidas!

– ¡¿Quéeeee!?

– No podemos dejar cabos sueltos… – Merlín tomó el otro brazo de Skuld – ¡Nada de acusarnos con Geir ni con nadie! ¡Serás cómplice de nuestro crimen de guerra por el bien de la humanidad!

– ¡¿Quéeeeeeeee!?

– ¡Vayamos hacia allá, de inmediato! – Merlín levantó su bastón con el zafiro que brilló bajo la luz de la habitación, al mismo tiempo que erguía su pierna para abrir la puerta de golpe – ¡Hora de cometer crímenes contra los dioses!

Skuld solo pudo mirar a ambos hombrecitos con rostro apenado y triste.

« … Brunhilde… Geir… ¡¿Por qué rayos permitieran que termine en esta situación!? Espero salir viva de esto… ¡Para matarlas a ambas! »

Fecha de publicación: 05/12/24
Autor: ASFD
Editor: Darklord331

– FIN DEL SEGUNDO ARCO –

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