Capítulo 65: Amuleto de la suerte
– ¡Qué miedo…!
Una noche lluviosa arremetió en su hogar; las pobres láminas de dónde vivían provocaban la intensificación del sonido de la lluvia, y con ello el ambiente todavía era más aterrador, además de frío y oscuro.
Un trueno golpeó en la lejanía y la niña se levantó corriendo hasta llegar a otra mujer, sentada en la cama principal de la habitación con ambas manos entrelazadas con un collar de perlas. La mayor volteó a la niña, dándole como respuesta una sonrisa cálida.
– ¿La lluvia te asusta?
– ¡Por supuesto que sí, onee-chan! ¡Es tan fría, suena muy feo, y es tan… tan…!
La mayor soltó una ligera risa que provocó el repentino enfado de la menor.
– ¿¡Por qué te ríes!? ¡No es nada divertido!
– Claro que lo es. Me divierte mucho ver tus pucheros de niña pequeña tratando la lluvia…
– ¡Yo no soy una niña pequeña! ¡Yo soy grande--!
Otro rayo golpeó, provocando de nuevo miedo en la pequeña niña que buscó refugio debajo de la abundante túnica que usaba la mayor. Ella sonrió de nuevo y puso una mano sobre la cabellera de la niña para tranquilizarla con un toque…
– ¿Qué te parece… si rezamos un poco? ¿Eso calmará tus miedos?
– … ¡Si, si! ¡Por favor, Gangam onee-chan! ¡Qué sea rápido antes que otro rayo se aparezca!
Ambas bajaron de la cama, se pusieron bajo rodillas, y pusieron las manos entrecruzadas frente a la orilla del inmueble, siendo que la menor tuvo que usar una caja de madera para estar a la altura, y comenzaron un rezo a la diosa que veneraban desde hace varias generaciones atrás…
Queridísima Lakshmí, por favor ven a mi vida…
Llena mi hogar con tu sagrada presencia ~♪
Hónrame con tu protección y tus caminos prósperos…
Por favor trae tus riquezas tanto espirituales como materiales~♪
Ayúdame a encontrar la plenitud y el éxito… ~♪
Lo estuvieron repitiendo largas veces y en repetidas ocasiones; la lluvia a su alrededor comenzaba a hacerse menos notoria, e incluso los rayos que caían dejaban de asustar a la menor. Todo porque ella se encontraba allí… esa figura de hermana mayor se encontraba presente, para darle calma a la pequeña.
Un rato después, la mayor abrió los ojos y se dió cuenta que la pequeña ya estaba dormida. La tomó en brazos y la depositó cuidadosamente sobre la cama, poniéndole una cobija para cubrirla del frío, y finalizó con un beso en su frente.
Esa fue la última imagen que tuvo la mayor antes de irse a dormir también, imagen que fue acompañada del último verso del manthra* a Lakshmí:
– Aumenta mi buena fortuna, por favor, para que pueda ayudar a los demás…
– ¡Qué giro de eventos ha acontecido, damas y caballeros! ¡Después de tantos intentos fallidos, por fin lo ha logrado, tanto la humana poética como la belleza divina…!
» ¡Ambas han herido a su rival! ¡Lakshmí pudo conectar un golpe directo y Gangadevi ha… ha…!
» ¡Ha cortado la carne de Lakshmí! ¡Por primera vez la diosa de la fortuna está derramando sangre!
Las palabras del presentador nórdico asustaron a los dioses, en especial a los del Svarga que conocían a la diosa… ¿Una humana había logrado cortar la carne y tirar la sangre de la diosa de la fortuna? Imposible.
Rudra estaba con el rostro molesto y ambos puños cerrados con fuerza, logrando herir sus propios nudillos y tirar pequeñas gotas de sangre al suelo. También Shiva tenía expresión molesta, aunque pensó otra cosa:
« Qué bueno que no peleé con ella en ese momento… »
A pesar de estar enojado con ella, Shiva no pudo evitar reconocer que la mujer no era solo palabras; en el momento de su reunión la espada había sujetado su brazo y lo había lanzado por los aires con facilidad. Pero, si hubiera querido, también lo habría rebanado…
Lakshmí tenía los dedos en la herida para detener el sangrado, que no era mucho pero para ella le era sorpresivo. Volvió a llevar su mano al frente para ver de nuevo las gotas que decoraban sus yemas… Su propia sangre.
– ¡No puede ser…! – las hermanas de Lakshmí estaban asustadas en su mayoría. – ¡Nuestra hermana está… está…!
– ¡No me lo quiero creer! ¡A-Lakshmí está siendo derrotada…! – Santhana se cubrió el rostro conambas manos – ¡No quiero ver! ¡Avísenme cuando lleve la delantera!
Por su parte, Adhi tenía el rostro con su ojo abierto y una expresión de sorpresa total. Aunque fuera la que mejor entendía la habilidad de su hermana menor, no podía comprender lo que acababa de pasar…
« Mi hermana es la única con el poder divino de las leches termales de Kedarnath de controlar el aura del destino, moviéndola para crear desgracia o fortuna según lo que quiera… Dependiendo sus emociones.
» También le afecta a ella misma: con esa habilidad, su propia aura aumenta constantemente. Siempre carga la fortuna y se vuelve invencible, a cambio de absorber el aura de su alrededor… O sea, crear desgracia a quienes la rodean.
» Pero esa espada… Esa espada consiguió hacerle una herida a su cuerpo… ¿Acaso… Acaso esa arma divina especial… pudo romper el aura del destino de mi hermana? »
La discusión en la humanidad, siendo que muchos de los presentes fueron devotos de Lakshmí, se hizo contradictoria aunque mantuvieron voz baja para evitar ser escuchados por la diosa por miedo a un castigo.
Entre los que la apoyaban, Ala-ud-Din era el único que emitió un grito de exclamación en favor de la reina hindú:
– ¡Tú puedes, Gangadevi! ¡Mata a esta estúpida muda!
Por su parte los generales militares tenían expresiones de sorpresa e incredulidad.
– N-No… no me lo creo… – habló Bonaparte con los ojos fuera de órbita – No me lo puedo creer…
– ¡Quién lo diría! – Gengis Khan se tragó su orgullo, así como su filete entre dientes, y dio una carcajada – ¡Esa cara bonita sí sabe pelear!
– Qué interesante… – sonrió de lado Barca, poniendo una rodilla al frente para recargar el brazo que sostenía su barbilla – Al parecer la pelea no está perdida. Ese golpe no la mató, y esa espada sí es capaz de hacerle daño… Aunque me pregunto cómo pudo hacerlo.
Alejandro Magno se mantuvo con el rostro apacible y serio, los brazos cruzados, y un suspiro lento por parte de sus labios.
– Veamos cómo proceden.
Así también los espectadores en la habitación de Hlökk se encontraban sorprendidos del cambio de táctica en Gangadevi.
– … ¡Por fin! – exclamó Hlökk – ¡Esa loca arrogante por fin hizo algo bien!
– Mejor dicho… Ya consiguió un resultado. – le corrigió Jack – Hasta ahora, la diosa Lakshmí ha sido quien tuvo la ventaja haciendo con su poder divino…
» A mi parecer, puede manipular la suerte y el curso de la pelea con esa técnica de flor. No sé cómo, pero lo hace.
– ¿Pero, qué se supone que hace esa humana? – preguntó Hrist con curiosidad – ¿En qué es buena? ¿Solo sabe manejar esa espada divina como cuchillo de mantequilla?
– Es mucho más que eso…
Sasaki se aclaró la garganta y él se encargó de explicar para las valkirias presentes.
– Yo tuve que estar bastante tiempo con ella, para ayudarla a practicar el uso de una espada tan grande como esa, así que conozco un poco de ella…
» En primer lugar, esa espada no es fabricación de Brökk ni Eitri; esa arma es suya.
– ¿Qué? ¿En serio?
– Me parece que está hecha de un material que fue bendecido por un antiguo dios de la fortuna, pero no sé los detalles.
» Volviendo a lo principal: tal espada, que decidió llamar "Taabeej*" está forjada con minerales bendecidos, con el poder de controlar la fortuna. Así como Lakshmí.
– ¿¡En serio!? – todos se sorprendieron bastante.
– Su bendición funciona como el collar bendito de Jingū: le permite esquivar al rival a tiempo, acertar sus ataques, que el filo sea más delgado para cortar y la hoja más dura para resistir. En resumen, un aumento de poder inmediato que le da las habilidades necesarias para enfrentar a cualquier oponente.
– ¡Vaya que le ha funcionado! – respondió Hlökk en tono sarcástico – Si hubiera hecho eso hace pocos segundos atrás, se habría ahorrado la molestia de recibir un golpe en la cara.
– Eso fue porque su espada también tiene límites; a diferencia de la de Jingū, su bendición no está activa todo el tiempo. Debe usar el… "el código" para activarla.
– Según recuerdo, era lo mismo con Jingū. – comentó Hrist, haciendo memoria de su Volund con la emperatriz – Para que funcionara ella debía estar al límite emocional; ya fuera con determinación para ganar o cuando sentía miedo por morir…
– Más o menos así también funciona esa espada… Antes de ser una arma, ese mineral estuvo en contacto directo con Gangadevi por mucho tiempo… "Escuchando" la voz poética de la reina, desde que era pequeña hasta su adultez.
» Ese es el "código" de su arma: Gangadevi debe cantar o entonar sus poemas en voz alta para activar la bendición de Taabeej, y con ello acceder a las habilidades divinas que le otorgan. De acuerdo a lo que siente y lo que entona, es la reacción de su arma; cambio de forma, fuerza de ataque, velocidad de reacción…
» Se podría decir que funciona como el arma divina de ese dios de la fortuna que enfrentamos hace 1000 años… ¿Cuál era su nombre?
– ¿Te refieres a Bishamonten? ¿El dios que…?
Hlökk no terminó la frase, siendo que se refería al mismo dios que terminó con su amada hermana mayor hace un milenio.
– ¡Si! Funciona como el poder de ese dios. – asintió Sasaki.
– Espera un segundo… – Simö volteó ante ciertas palabras que dijo el espadachín – Dijiste "cambio de forma"… ¿A qué te refieres con eso…?
En la arena de batalla, Gangadevi tenía el filo levantado de su arma divina directamente a la diosa; sonrió y sus labios comenzaron a moverse para seguir con su melodioso momento…
Es un conocedor de los lugares santos…
De las armas y de las escrituras, un deleite de las virtudes…
Un maestro, no un maestro ~♪
Se utilizaron cien flechas, espadas y otras armas…
Para destruir todo tipo de armas ~♪
Era sincero, era un arquero muy fuerte…
Sabía montar a caballo, conocía mi dolor ~♪
Era experto en el arte de la compasión…
Veía la tierra como si fuera una confluencia ~♪
De nuevo el cántico de la humana cautivó a los humanos y a los dioses; además de su belleza exterior, la humana tenía una voz melodiosa y perfecta que acurrucaba los oídos de todos a su alrededor.
La espada de Gangadevi cambió su color de aura, siendo que ahora se vio rodeada por un color claro y luminoso parecido al dorado, aunque en tono más claro; una vez que terminó de cantar, la humana posicionó la espada al frente con su mano izquierda…
Y ocurrió el cambio:
El sonido de una rueda se produjo y el filo de la espada se estiró al ritmo del sonido, llegando a estirarse más del doble de su tamaño original. El filo se convirtió un largo y delgado espagueti que se enrolló en círculos para rodear a la humana, siendo que el mango que sostenía fue lo único que se mantuvo igual.
– Me refiero… – respondió Sasaki a la pregunta de Simö – A qué, literalmente, la espada puede cambiar de forma; una arma que se transforma de acuerdo a las necesidades de Gangadevi.
Teesara Shlok. Raajakumaar Aakarshan
[ Tercer verso. Encanto del Príncipe ]
– Este es mi preciado amuleto de la suerte, a quien he dedicado más amor que a mi propio esposo y rey… ¡Con esta arma te superaré, diosa de la fortuna!
Sin dudar comenzó a arremeter en embestida frontal, moviendo el arma divina Taabeej para hacer de ella un látigo metálico gigante. Ante lo que estaba presenciando Lakshmí, sin tiempo de reaccionar más por su herida, activó su habilidad divina.
Bhaagy aur Durbhaagy. Padma
[ Fortuna y Desgracia. Flor de Loto ]
La diosa con sus ojos pudo percatarse de nuevo de la gran diferencia de aura del destino que tenía su rival en esos momentos: el arma divina tenía un aura de color distinto, siendo ahora de color dorado blanquecino, mientras que el hilo que destilaba era de mayor tamaño y era incierto; el hilo anterior era firme y decidido a golpearla, pero este vibraba y se movía de lugar como si fuera incapaz de decidir su propio destino. Por primera vez, Lakshmí se encontraba con algo semejante.
« ¿De… ¡De qué se trata eso…!? »
– Una maravillosa habilidad de la fortuna… ¡Pero la mía es mucho mejor!
Sus labios se abrieron y comenzó a entonar los versos:
Jugaron con flechas digeridas y elefantes…
Y vieron una larga guirnalda floreciente de hermosos árboles sentimentales ~♪
Sus caderas y sus ojos brillaban como su luna natal…
Y estaba en problemas infantiles ~♪
Estaba tan orgulloso de su belleza que no podía mantenerse en pie…
Y debió haberse perdido la victoria y la conquista ~♪
La espada divina comenzó a emanar brillo divino con resplandor semejante a fuego metálico, al tiempo que el cuerpo de la humana se torcía a manera de adaptarse a su arma divina; un látigo metálico como ese era difícil de manejar. Cómo bailarina de arte escénico, su ataque fue estético y aterrador con toda su fuerza cargada en ambos brazos.
Teesara Shlok. Haathee kee soond
[ Tercer verso. Trompa de Elefante ]
El látigo cortó distancia en un santiamén, provocando también bastante daño en la línea recta que golpeó en el suelo de la arena de batalla. Un ataque inminente caería en Lakshmí…
La diosa se asustó de aquello y abrió bastante sus ojos teniendo su habilidad divina activada; la flor de loto cambió de color, a uno morado, lo que al parecer provocó que la espada divina cambiara su curso de último segundo y terminará por enterrarse en la arena en vez de golpear a la humana.
Dioses y humanos en las gradas quedaron sorprendidos que el arma divina fallara; Adhi y sus hermanas reconocieron el resplandor morado de la flor de loto…
– ¡Se trata de A-Lakshmí! ¡Corran por sus vidas!
– ¡Cállate, Santhana! – Adhi le golpeó al instante.
Gracias al grito de su hermana, Lakshmí se percató que había activado la parte oscura de su habilidad que le hizo temblar; decidió cerrar ambas manos y desactivar el Padma por completo.
Un gesto que llamó la atención de Gangadevi.
– No sé que fue eso… ¡Pero es mejor para mí! ¡Primer obstáculo superado!
El cofre del rey era tan grande…
Que la puerta estaba cerrada ~♪
Los dos pechos del ciervo…
Que eran como los cuencos de agua de los elefantes…
No se movieron hasta que estuvieron afuera~♪
Asiento de Aris, dedos duros y rojos…
Y brazos tan hábiles como barras de hierro ~♪
Su cuerpo giró con mucha flexibilidad, moviendo a la par sus piernas para conseguir un aumento de potencia en su golpe; ambas manos empuñaron el arma divina y movió un corte lateral al tiempo que el metal giraba como una cuerda.
Teesara Shlok. Lohe Kee Salaakhen
[ Tercer verso. Barras de hierro ]
El filo del arma avanzó en un santiamén como látigo giratorio hacia la diosa, girando a su vez y causando gran destrucción en la arena de batalla como si fuera una rueda. Lakshmí miró aquello con espanto, atinando únicamente a cerrar los ojos, apretar las extremidades de su cuerpo, y saltar con la esperanza de escapar del ataque de la humana…
Cosa que, por milagro sucedió. De hecho, la forma de escape fue muy peculiar: el giro del látigo y el salto de la diosa coincidieron de manera que parecía que Lakshmí estaba saltando la cuerda.
Una imagen que dejó perpleja a Gangadevi.
– … ¿Eh?
– ¡Aunque haya creado una nueva arma divina, la reina poética se encuentra con problemas para volver a dañar a la diosa de la fortuna!
Syf suspiró con decepción, apartando la vista de la arena de pelea.
– Todo parece indicar que está decidido.
– ¿No es eso… una conclusión muy pronta? – intervino Ares – Digo… No creo que debamos subestimar tan pronto a la humana.
– Que haya conectado ese primer corte fue sorprendente. Incluso me hizo dudar, pero… Ahora la situación es diferente: aún con esa arma, no puede acercarse a Lakshmí.
– ¡Me lleva un carajo…!
Las puertas del palco griego se abrieron de golpe, dejando entrar a la diosa de la sabiduría y la guerra Atenea, con expresión eufórica y cabello desaliñado; tal entrada repentina asustó a ambos dioses.
– ¡Hermana! ¿¡Qué rayos haces aquí, en ese… ese estado!?
– ¿Dónde… dónde…? – tomó una bocanada de aire y expulsó todo en un suspiro – ¿¡Dónde se metió mi hermano favorito, Hermes!?
– … ¿Eh?
– ¿No se suponía que había ido contigo a "planear tu entrada triunfal"? No importa… – Syf volteó la mirada – Ya comenzaron esas 2 mujeres a pelear, ¿No te interesa?
– ¡¿Cómo voy a estar interesada si perdí a mi hermano mayor favorito!? ¡Estaba detrás de mí, tan solo 2 pasos de distancia, y justo cuando llegue a mi habitación para sacar las hojas de color, los plumones y las tijeras, de repente me di cuenta que lo perdí!
» ¡Lo busqué en todos los Campos Elíseos, de arriba a abajo, y no lo vi en ninguna parte! ¡En cuanto se aparezca, lo voy a golpear tanto que--!
De repente la diosa prestó atención a la batalla, en especial al arma divina de Gangadevi, su rostro molesto, y la herida facial de Lakshmí que sobresalía tras su aspecto estético y perfecto. Sus ojos se abrieron en emoción.
– ¿¡Ya comenzaron!? ¿¡Por qué no me avisaron antes!?
De un salto se montó en la silla de Ares, tratándose de hacer espacio en el pequeño espacio incluso si tuviera que sentarse en él; aquello provocó la molestia del dios de la guerra.
– ¿¡Qué haces aquí!? ¡Busca tu propio asiento!
– ¡No seas malo, hermano mayor idiota! Después de todo… – le guiñó un ojo de manera coqueta – Así de cercanos éramos, ¿No lo recuerdas?
– ¡Deja de decir tonterías! ¡Seguro te refieres a ese narcisista de Apolo!
– ¡Ups! Supongo que me confundí de hermano, otra vez… – se golpeó la cabeza inocente – ¡Qué torpe soy ~☆!
Ares terminó por suspirar fastidiado, pero siendo incapaz de mover a su hermana menor; decidió dejar que se sentara en su regazo, aunque alejó su cabeza de ella para evitar que le hiciera alguna broma pesada. Atenea sonrió y se llevó ambas manos a la barbilla.
– Entonces, díganme, ¿Cómo va la desesperada elección del lindo Shiva?
– ¡Parece que la fortuna de la India divina es más poderosa que la fuerza destructiva de la India humana!
Ante la conclusión de Heimdall, los dioses de Svarga se levantaron con emoción y vítores de triunfo; Saraswati levantó uno de sus puños al tiempo que su sonrisa se extendía por su rostro.
– ¡Bien hecho, amiga! ¡No dejes que esa estúpida mortal te haga daño!
– Aunque ella tampoco ha conseguido mucho… Solo esquivar y esquivar… – comentó Parvati con duda – Si sigue así, no conseguirá nada.
– Por el momento no importa. Siempre y cuando no salga más herida que ese corte, todo estará bien… Ya encontrará la manera de golpearla para acabar con ella.
– Pero… – Parvati tragó saliva, para expresar una verdad que conocía como su mejor amiga – Siempre actúa en compañía de alguien más. Ahora… está peleando sola. No sé si podrá…
Saraswati bajó los ánimos tan solo escuchar aquello que era verdad: a pesar del poder y potencial, siempre requería ayuda de alguien para actuar. Pero, en Ragnarok, debía hacerlo sola…
Gangadevi respiró profundo, para comenzar a analizar con lentitud la situacion en que estaba. No era nada favorable, pero… Tal vez, solo tal vez…
« Tal vez eso funcione… »
– Debe sentirse muy bien tener esa distancia entre tú y yo… Estar lejos de mi alcance, sin poder tocarme… Huyendo.
– … ¿Huh? – Julio César se sorprendió de las palabras de Gangadevi – ¿Acaso está…?
–¡La provoca! – Gengis Khan exclamó con gran voz – ¡Una provocación para cambiar la balanza!
– Una estrategia cobarde, pero ideal para que la diosa se abra más al combate… – comentó Barba con una media sonrisa – Aunque… se nota que hace eso porque sus neuronas apenas se encendieron.
– … Siempre y cuando su arrogancia no tome control de ella, le funcionará. – fue la conclusión de Alejandro Magno.
Las palabras de Gangadevi tomaron por sorpresa a Lakshmí, quien abrió los ojos y puso atención a lo que le decía.
– … ¿Qué?
– No me hagas caso, por favor… Solo es un tonto comentario… – Gangadevi alardeó un poco – Digo… Una diosa tan bella y fuerte como tú, haciéndole caso a un humano… Con razón tiene tu distancia. Lo entiendo… Un dios sería incapaz de tener un duelo contra un mortal.
» Más bien, no debería suceder algo como el Ragnarok. Eso degradaría el orgullo y la divinidad en un dios, ¿No?
Shiva entendió a dónde iban las palabras de la humana, que le hizo apretar su asiento en molestia hasta hacer pedazos parte de ella; Kali y Durga notaron el cambio de emociones en el dios, que les asustó a ambas.
– ¿¡Señor Shiva!?
« Deja… deja de decir tonterías… ¡Pelea de frente! »
Gangadevi siguió hablando con tono arrogante y despectivo q Lakshmí, sonriendo y dando también un paseo de lado a lado como si se estuviera exhibiendo.
– Escapar de una humana, mantener distancia… Obvio, algo que haría un dios ante un peligro. Así que, cuénteme, diosa de la fortuna…
» Usted que conoce el destino, ¿Los dioses están huyendo de su calamidad inminente al pelear en este Ragnarok? ¿Cree que… los dioses sean capaces de ganar aunque sea una vez?
La pregunta fue acompañada de la mano de Gangadevi para apuntar a Lakshmí, que dio a entender a la diosa que era su turno de responder; esto mientras los dioses se enfadaron contra ella.
– ¿¡Cómo se atreve?!
– ¿¡Huyendo!? ¿¡Es una tonta!?
– ¡Maldita arrogante! ¡Cierra la boca!
– ¡La diosa de la fortuna no necesita huir!
Lakshmí parpadeó un par de veces, sorprendida del monólogo de Gangadevi así como de las palabras de abucheo que soltaban los dioses contra la humana; respiró profundo y dio a conocer su respuesta…
– … ¿Eh?
Una respuesta nula.
El vocabulario de Gangadevi fue, de hecho, demasiado poético que provocó que Lakshmí perdiera la conversación; solo entendió que le hablaba y que los dioses estaban enojados.
Pero no terminó de entender el por qué.
– ¿Qué? ¿Me preguntaste algo…? – Lakshmí volteó un poco apenada – ¿Me lo puedes… repetir…?
Gangadevi quedó en blanco.
– … ¿En serio?
« A esta diosa… ¿¡Qué rayos le pasa!? »
Lakshmí se llevó una mano a su cabeza para pensar, lo que le hizo de nuevo tocar la herida en su mejilla; todavía fresca, con una ligera gotera que escurría poco a poco y manchaba el suelo y parte de su vestido. Eso le hizo percatarse de las palabras de la humana; no de todo el monólogo con intento de destruir su autoestima, sino de un concepto que tenía más que claro.
« No debo… No debo huir. Debo darlo todo. »
Su cuerpo se relajó y estiró los brazos, al tiempo que cerraba sus ojos; sus labios se movieron un poco y con ello apareció de nuevo la flor de loto brillante bajo sus pies. Esta vez, su habilidad fue un poco diferente pues el aura que emanó envolvió el cuerpo de la diosa y cubrió en especial su cuerpo torácico, incluyendo los brazos, el pecho y parte del cuello.
– ¡¿Qué pasa!? ¡la habilidad divina de Lakshmí está cambiando…!
Rudra suspiró un poco más calmado al ver lo que estaba haciendo Lakshmí; él también era de los pocos que conocía y entendía la habilidad suya.
« El aura del destino que ella misma posee la vuelve fuerte y resistente… Pero, también, puede usarla a su favor. Concentrándola en un punto en concreto, la puede manejar como una… arma divina… »
Varios hilos de luz fluorescente surgieron del cuerpo de la diosa, recorriendo sus brazos hasta llegar a sus manos, y de allí envolverse en conjunto para formar un tejido brillante que llamó la atención de la humana y los espectadores del mismo bando.
Con ello levantó ambos brazos, uno dejándolo con la palma abierta para mantener la flor de loto, y el otro con puño cerrado para usarlo en ofensiva. Ahora la diosa portaba los hilos del destino como un par de guantes para combatir.
– Lamento la… la tardanza… Volvamos… a pelear…
Padma. Artha
[ Flor de Loto. Abundancia material ]
– ¡Qué emoción! – exclamó Atenea, dejándose sonrojar de la sorpresa – ¡Ahora las cosas irán de mal en peor para esa jirafa humana!
– … ¿Jirafa humana? – Ares arqueó la ceja.
La diosa se precipitó a la ofensiva frontal moviendo sus pies con toda la velocidad que pudiera, aunque no era demasiada; una ventana que debía aprovechar Gangadevi al máximo. Sus labios se abrieron y con ello la espada-látigo encendió su poder divino para actuar en su favor.
Un giro de su cuerpo, cual bailarina de ballet, y la espada brilló al tiempo que desde sus espaldas se movió para ejecutar su ataque.
Teesara Shlok. Haathee kee soond
[ Tercer verso. Trompa de Elefante ]
La espada-látigo comenzó a cortar distancia con gran rapidez; Lakshmí sabía que no podría cortar su hilo o modificarlo, a menos que usará su poder de la forma que más temía. Ganar sin necesidad de lastimar a los demás, pero… ¿Cómo podría hacerlo? ¿Si no puede alterar la suerte del arma divina, cómo podría…?
« Si… ¿Si muevo mis hilos…? ¿Eso funcionará…? »
Una idea que debía intentar: sus dedos de la mano extendida se movieron levemente, y con ello, la propia aura del destino de Lakshmí se vio afectada; sus hilos la hicieron moverse de lugar en un instante, tal que el parpadeo de Gangadevi ni siquiera pudo percibir el movimiento.
Para la humana, Lakshmí apareció y desapareció de su campo de visión en el momento en que la espada cayó dónde se supone que estaba, haciéndola sentir gran confusión.
« ¿¡Pero qué…!? ¡Ella estaba ahí! »
Lakshmí también se sorprendió que su plan hubiera funcionado, la cual no desaprovechó; volvió a mover su hilo y se hizo aparecer enfrente de la humana, a un escaso metro para mover su puño cerrado en dirección a su rostro.
Otro golpe que parecía que conectaría directamente, así como la primera vez…
Incluso el más mínimo error en un ensayo…
se convierte en motivo de alegría ~♪
Pratham Shlok. Vijayanagar Saamraajy
[ Primer verso. Imperio Vijayanagar ]
La espada de Gangadevi hizo sonar el giro de rueda y se transformó de nuevo en la espada original, la cual levantó en un santiamén y la interpuso entre ella misma y su rostro para recibir el puñetazo de Lakshmí; la hoja del arma fungió como escudo, que resonó en el estadio al momento de choque.
Gangadevi abrió los ojos con mucha sorpresa.
« Ese golpe fue… ¡Demasiado fuerte! ¡Mi Taabeej lo sintió hasta los--! »
Lakshmí continuó poniendo fuerza en el brazo hasta conseguir lanzar a la humana por los aires, con gran potencia que consiguió arrojarla varios metros de distancia.
Una vez que Gangadevi aterrizó en el suelo y se estabilizó, Lakshmí comenzó a mover sus propios hilos para acortar distancia con más rapidez que antes; apenas le dió tiempo a la humana de reaccionar, levantando su espada con ambas manos y comenzando un duelo.
La espada divina de Gangadevi contra los hilos envueltos en el puño de Lakshmí. El choque simultáneo se dió entre ambas, siendo que Lakshmí atacaba con golpes sin cesar mientras que Gangadevi bloqueaba los ataques con su espada.
El primer duelo uno contra uno de frente en la sexta ronda.
– ¡Por primera vez, diosa y humana pelean de frente! ¡La diferencia es nula: ambas están igualadas en habilidades de combate!
Cada golpe del puño de Lakshmí golpeaba con intensidad en la hoja divina de Taabeej, consiguiendo el resueno del arma como si de un pequeño eco se tratase; parecía que en cualquier momento el arma se partiría en pedazos ante la fuerza de ataque de la diosa.
Eso también estaba temiendo Gangadevi al recibir constantemente los ataques de la diosa.
« ¡Tanta fuerza…! ¿¡De dónde la está consiguiendo!? ¡No me digas que… ¿Su fuerza aumenta?! »
La diosa levantó el puño y lo lanzó hacia la humana con la intención de hacer un nuevo ataque frontal…
Pero, instantes antes de conectar el golpe, Lakshmí se detuvo y dejó la palma de su mano extendida a escasos centímetros de la espada de Gangadevi. Eso preocupó bastante a la humana de nuevo.
« ¿¡Se detuvo!? ¡¿Entonces, en dónde--!? »
Lo que vio Gangadevi de último momento fue que Lakshmí detuvo su palma en ese momento, para preparar la otra mano a sus espaldas que volvió en un puño; allí concentró bastante cantidad de hilos que emanaron otro resplandor divino todavía mayor y, sin dudar, lanzó su puñetazo directo a la humana.
Srinivas
[ Morada de Sri ]
El puño lo dirigió a la cara de la humana, haciéndole subir la espada para que pudiera protegerse con el filo…
Pero no fue así.
En el instante previo al impacto, Lakshmí movió el hilo del puño de manera que cambió de ruta a último momento, ahora dirigido y conectando en su estómago. A pesar de la malla de protección, el golpe fue lo bastante intenso para provocar que Gangadevi escupiera una gran cantidad de sangre y aire.
« Ese golpe… ¡Fue muy fuerte! ¡Más que los--! »
Aprovechando la postura que tenía, Lakshmí levantó el puño y consiguió conectar otro puñetazo en la mandíbula de Gangadevi, aún cuando tuvo que saltar para alcanzar su estatura; el golpe resonó en su cráneo y en cada nervio de su esfera, haciéndola elevarse en los aires unos centímetros.
La diosa retiró su puño y volvió a cargarlo de hilos para moverlo en otro golpe de frente que probablemente rompería la cara de Gangadevi de una vez…
Era como si las dos escrituras que impiden…
La propagación de la mentira estuvieran enojadas ~♪
El puño de Lakshmí fue detenido en seco en el aire, haciéndole voltear a la diosa para ver de qué se trataba:
La espada-látigo de la humana había vuelto, ahora para envolver con el filo el puño radiante de la diosa y detener su avance como si se tratara de una soga sujetando su brazo. Una técnica que tomó por sorpresa incluso al dios Shiva.
Teesara Shlok. Gusse Mein Likhane Se Roka
[ Tercer verso. Escritura enojada impedida ]
– No… ¡No te creas la gran cosa por haberme… golpeado…! – exclamó con furor Gangadevi, escupiendo sangre de sus labios.
La diosa se asustó de la respuesta de Gangadevi, pero no por eso se detuvo; todo lo contrario, le surgió un nuevo plan en manos.
Sus pies hicieron un ligero juego de movimiento con las puntas, como una pequeña coreografía de ballet, y entonces el empeine de su lado derecho se vio envuelto en hilos divinos al tiempo que levantaba aquella pierna con gran velocidad además de mover su propio hilo para hacerla avanzar en un santiamén.
Una patada directa a la humana, que por la postura en que estaba y el uso de su espada-látigo sería incapaz de evitar.
Padma. Dharma
[ Flor de Loto. Deber ]
El pie de la diosa golpeó de lleno en el pecho de la humana; a pesar de la armadura defensiva, sintió que tal impactó en todos los órganos y huesos de su caja torácica. Casi como si se le salieran los órganos por la espalda…
La sorpresa se vio en su rostro, al tiempo que su boca de nuevo escupió sangre aunque esta vez la cercanía provocó que sus líquidos cayeran en Lakshmí; el nudo de la espada-látigo se deshizo y en un santiamén la humana salió volando por los aires hasta impactar con el muro de contención.
– ¡L-Lakshmí ha… ha cambiado la batalla en… en un santiamén! ¡Con tan solo unos cuantos golpes, ha derribado a la reina poética!
En la sala de los Primigenios, Tezcatlipoca con ambos brazos cruzados apoyado en una pared bufó con cierta satisfacción.
– Tanta palabrería y tanto espectáculo para terminar así. Muy patético la verdad… – Sus iris se alargaron como los de un gato – Solo espero que esa diosa le dé su lección. De lo contrario…
– ¡La golpearon! ¡No puede ser~!
Por el contrario, Deví mostró un rostro preocupado cuando vio a la humana impactar en el muro de contención de nuevo ante ese ataque directo. Acomodó la cabeza sobre Audumbla, a quien usaba como cojín, y su rostro mostró berrinche infantil.
–¡No me lo creo! ¡Con un físico exquisito, actitud valiente, y palabras fuertes…! ¡Es una hermosa candidata! ¡No la quiero perder!
– ¡Hey! – Tezcatlipoca le regañó – ¡No deberías apoyarla! ¡Está peleando para matar a una de tus hijas!
– Mis niños son muy fuertes, pues yo misma hice a cada a uno de ellos… ¡Estará muy bien!
Audumbla mugió por lo bajo, a lo cual asintió el temible dios azteca.
– Se supone que esa humana te rendía culto en el pasado… ¡Y ahora está contra ti! ¡Y habla tanta mierda…!
Deví quedó en silencio por unos instantes, a lo cual sonrió por lo bajo y se mordió un labio además de expulsar un poco su lengua.
– Tienen razón. Es una chica muy mala… Tendré que darle su merecido castigo~ – Palabras silenciadas por la cola de Audumbla que le golpeó.
Un rechinido de puerta provocó que Tezcatlipoca volteara su punto de atención, a lo cual se encontró con otra figura divina que le ponía de malas; en especial por lo ocurrido en esa pelea.
– Miren quién decidió despertar…
– ¿Será…? – Deví se levantó de un salto y acercó a las habitaciones para ver de quién se trataba – ¡Nut-chan! ¡Mi hija y mejor amiga!
– No soy tu hija… Y ya deja de hacer ruido.
Deví se abalanzó a la diosa, quién estaba envuelta en un ligero vestido con su Manto del Cielo, y la abrazó por completo, hundiendo a la pequeña diosa egipcia en su prominente delantera.
– ¡Cuánta preocupación tuve que sufrir! ¡No sabes cuánto temí que no volvieras a despertar!
– … Me imagino… – Nut levantó las manos y como podía se trató de separar de la diosa hindú – Déjame… respirar…
– ¿¡Qué te hace despertar a estas horas!? ¿¡Qué quieres hacer!?
– … En primer lugar, silencio… – en medio de su intento de escape, un rugido estomacal surgió en la escena provocando el silencio de Deví y la vergüenza en Nut – En segundo lugar… Tengo hambre.
– ¡No te preocupes! ¡Yo cocinaré~!
Deví se separó de Nut y, con su magia divina, creó un delantal divino que puso en su cuerpo; se dirigió corriendo a la cocina mientras que Nut tomó asiento en un pequeño banco sobre la barra del comedor, puso su barbilla sobre la orilla, y reclinó su cabeza.
– Bueno. Aunque quiera, no voy a negar tu cocina… ¿Eh? – su atención fue a las pantallas – ¿Esa tontería del Ragnarok todavía continúa…? ¿Quién está ganando?
La humana salió del crater que había abierto, con la boca llena de sangre; eso la ponía de mal humor.
– Tonta… diosa…
« ¡No te dejes llevar por tus emociones! ¡Tienes que pelear con objetividad, de lo contrario--! »
– No… No quiero tu consejo… ¡Solo haz tu parte!
Sus labios escupieron toda la sangre acumulada, tras lo cual aspiró una gran cantidad de aire para reanudar su cántico especial.
Luego se sentó allí en una gran ciudad…
Con un vaso de caballos de esmeralda…
Quee adornaban la tierra ~♪
Estableció su posición y gobernó el resto del universo…
Sin ningún problema. ~♪
Un aura pesada comenzó a destilar de la espada-látigo de la humana, volviendo el ambiente oscuro; Lakshmí se sorprendió de aquello y sus ojos se abrieron de par en par.
Agrada a los enemigos del enemigo…
Y da felicidad a los corazones de las flores ~♪
La gente pensaba constantemente en Dios…
Como si hubiera aparecido en la tierra ~♪
La rueda se hizo sonar, provocando el cambio de arma de la humana; ahora se trataba de un hacha gigante con una hoja semirrecta en su extremo. Tan grande era el arma que Gangadevi, a diferencia de las otras, debía sujetarla con ambas manos. Su aura era de un color lila oscuro pesado, que denotaba un sentimiento de superioridad en la humana.
Paanchavaan Shlok. Brahmaand Kee Sarakaar
[ Quinto verso. Gobierno del Universo ]
– Con esto… ¡No fallaré!
De nuevo la humana se atrevió a atacar; con alta velocidad en las fuerzas de sus piernas, recortó distancia y, desde antes de llegar con la diosa, sus labios comenzaron a moverse para continuar el poema:
Swami, que tenía inteligencia experta…
Y conocía los medios de escape…
Disfrutó de la nueva prosperidad de la justicia ~♪
No notó nada en su círculo de amigos…
Así como tampoco les prestó atención a sus amigos ~♪
Su hacha divina comenzó a brillar en gran manera, llamando la atención de Lakshmí; de inmediato movió la espada de lado a lado, como si estuviera soltando cortes en el aire, pero… No era exactamente así. Cada golpe lanzado al aire generaba una ráfaga de viento potente; tal que cada ráfaga avanzó a velocidad sónica y consiguió crear cortes profundos en la arena de batalla.
Uno solo de esos cortes significaría, sin lugar a dudas, ser partido en mil pedazos de manera violenta.
Paanchavaan Shlok. Svaamee Mandal
[ Quinto verso. Círculos de Swami ]
Las ondas de corte golpearon por todo el campo de batalla, yendo el línea recta hacia Lakshmí quien no pudo más que abrir las palmas de sus manos, con el Padma activado y los guantes de hilos ya cubriéndola, además de mover sus piernas tan rápido como le fuera posible…
Esto, aunado a su movimiento de su propio hilo para aumentar su rapidez, le permitió saltar de un lado a otro para esquivar los cortes de la humana. Cada uno golpeaba el suelo con tanta intensidad que provocaba un temblor, los cuales sumados le hacían perder el equilibrio a la diosa…
Tal que, sin darse cuenta, ya tenía a Gangadevi a escasos centímetros de ella. La humana abrió los labios, tomó otra bocanada de aire, y preparó el siguiente recital:
Todos los días, los lados del escabel del rey…
estaban marcados con manchas de color lila ~♪
Una vez más, por las letras de mi destino…
Fui librado de la enemistad de las armas mundanas ~♪
Paanchavaan Shlok. Saansaarik Shastron Se Shatruta
[ Quinto verso. Enemistad de armas mundanas ]
El hacha avanzó hacia Lakshmí como una estocada directa con intención de acabar la pelea en un instante, tal que Lakshmí apenas pudo reaccionar a ella…
Interpuso ambas manos, con las palmas abiertas, para detener el choque del arma divina; se liberó una ráfaga de viento violenta debido a la fuerza de la técnica, pero fue detenida en seco por Lakshmí. Eso también puso de malas a Gangadevi.
– ¡Tú… solo déjate golpear!
Gangadevi le arrebató el arma y comenzó a moverla de lado a lado con impaciencia, liberando otra técnica de su arma divina.
Paanchavaan Shlok. Svaamee Mandal
[ Quinto verso. Círculos de Swami ]
Su hacha se movió frenéticamente de lado a lado, generando un centenar de ondas de choque que impactaron en la arena de batalla por todos lados, creando muchas grietas en el suelo y provocando nubes de polvo, así como escombros por doquier. Con su habilidad de Padma activada, Lakshmí podía ver en tiempo real el movimiento previo de las rocas y escombros que surgían, por lo que moviendo los hilos pudo librarse de todo ello.
Pero su aura… El aura del destino de Gangadevi… Lo que antes pudo mover con facilidad, ahora se veía obstaculizado en gran manera, ¿Tal vez… esa arma divina cambia formas era el obstáculo? ¿Una propia caja de la fortuna para proteger a la humana?
Los golpes de Gamgadevi, poco a poco, comenzaron a alcanzar el muro de contención de los espectadores, lo que significaría que en cualquier momento los ataques de la humana podrían impactar a los presentes; justo en el sitio dónde se hallaba los dioses de Svarga.
Lakshmí no quería eso.
« ¡No puedo dejar que les haga daño…! »
Padma. Dharma
[ Flor de Loto. Deber ]
Su pie se envolvió en cintas del destino, así como parte de su pierna hasta la rodilla, y levantó aquella pierna derecha en un movimiento circular de baile; con los dedos la diosa consiguió tomar el filo del hacha, y arrojar su filo hacia el suelo repentinamente para alejar el arma de los ataques que podrían avanzar hacia los espectadores.
Gamgadevi se sorprendió de su fuerza repentina para lograr ese movimiento, pero no se dejó llevar; al contrario, se le abrió la oportunidad.
Todos los días, los pueblos de la tierra…
Que se dedicaban a la ocasión…
Clamaban por la protección de Dios ~♪
Paanchavaan Shlok. Prthvee Ke Log
[ Quinto verso. Pueblos de la tierra ]
El hacha se volvió a mover en un golpe contundente de frente, que por la distancia Lakshmí no tuvo tiempo para esquivar; el filo del arma golpeó en los guantes de hilos de Lakshmí, recorriendo por su brazo hasta llegar a su antebrazo que estaba sin protección, en dónde se formó un corte profundo del arma.
La sangre salió disparada, además que la fuerza del golpe provocó que Lakshmí tuviera que retroceder un par de pasos a sus espaldas; eso le dió más ventaja a Gangadevi para continuar su arremetida.
Junto con su resplandor, su cuerpo también se elevó…
Y parecía una estrella llena de fama ~♪
Estaba rodeada de virtudes…
Y mis hombros se hicieron profundos con mi voz ~♪
La rueda se hizo sonar y el hacha divina cambio de forma a la espada-látigo; entonces tomó el arma del mango con ambas manos y lanzó su filo al frente, fungiendo como un látigo enrollado que lanzó con todas sus fuerzas.
Teesara Shlok. Gaharee Aavaaz Ka Taara
[ Tercer verso. Estrella de la voz profunda ]
El golpe no fue certero debido a la poca distancia entre ambas peleadores, además de la rapidez con que se movía Gangadevi que ni siquiera se daba tiempo de procesar lo que estaba haciendo; el filo del arma golpeó directamente en el lado derecho de la diosa y, por la fuerza repentina, la mandó a volar por los aires.
El látigo había golpeado su hombro derecho, abriendo otra herida sangrienta además de cortar parte de la armadura que llevaba en su zona del cuello; los dioses del Svarga, en especial Parvati y Saraswati, quedaron atónitas ante lo que veían.
Gangadevi sonrió al tener por fin resultados y cambió los versos, para continuar con su ataque y tratar de ir por la cabeza de Lakshmí…
Bhaagy aur Durbhaagy. Padma
[ Fortuna y Desgracia. Flor de Loto ]
La flor del destino se encendió debajo de los pies de Lakshmí además que la diosa levantó ambas manos al frente con las palmas y dedos estirados…
Aquello resultó en la inmovilidad total del látigo de Gangadevi; justo como había pasado con su espada al comenzar el combate, quedó inerte en el aire sin moverse a ningún lado, lo que sorprendió de nuevo a Gangadevi.
– ¿¡Huh…!?
De parte de Lakshmí, ella había encendido otra de sus habilidades múltiples con los hilos del destino que solo ella podía manejar:
« Si no puedo controlar su hilo… tal vez… tal vez pueda crear una red de hilos… que lo detengan… »
Padma. Kama
[ Flor de Loto. Deseo ]
– ¡De nuevo la pelea toma intensidad! ¡La velocidad y ferocidad en la ofensiva de Gangadevi han logrado cortar el cuerpo de Lakshmí nuevamente!
Incluso Hermes abrió sus ojos con sincera sorpresa.
– Quién lo diría… De verdad una táctica de velocidad está funcionando contra la diosa de la fortuna. En especial con esa curiosa… espada cambia-formas, capaz de rebanar como la mantequilla la gruesa piel de un elefante… – sus ojos se dirigieron al espartano – ¿Le gustaría compartir información de esa arma conmigo--?
– No. Qué tú me cuentes cosas, no quiere decir que yo lo haré.
– … Entiendo… – Hermes solo se quedó sonriendo con calma – De todas formas, lo averiguaré pronto~
La humana estaba sorprendida que Lakshmí pudiera detener la espada tan en seco como la primera vez; eso también le estaba poniendo furiosa a decir verdad.
Las cosas no estaban saliendo cómo había planeado; todo parecía ser tan a la suerte además que de manera injusta para ella… Justo como aquella niña pequeña de sus recuerdos…
« ¡Concéntrate, mujer! ¡Deja de pensar en eso--! »
« … Ya te dije… ¡Qué no me digas qué hacer! »
Gangadevi apretó el agarre que tenía de la espada y dió un tirón con todas sus fuerzas, con la intención de de liberarlo de los hilos divinos de Lakshmí. Por desgracia… el agarre que mantenía la diosa era por mucho superior a la fuerza de la humana.
Aunque movió varias veces para intentar que el arma se despegara, simplemente no conseguía liberar su arma; sin importar cuántas miradas eufóricas diera para asustar a Lakshmí, ella se mantenía con las manos estiradas para mantener su técnica.
Al parecer, debía actuar con otro verso de su poema. Gangadevi respiró hondo, expandiendo ambos pulmones lo más posible para mantener su verso por largo tiempo, y abrió los labios para continuar el canto…
Pero, justo en ese momento, en su pecho y estómago dieron lugar un dolor interno. Cansancio por estar cantando tanto en una batalla tan intensa.
Sin evitarlo soltó el mango de la espada y cayó se rodillas al suelo, tosiendo con gran fuerza y dolor hasta el grado que de nuevo sangre salió de su garganta hasta manchar el suelo. La vista poco a poco comenzó a nublarse, siendo que ya había tocado los límites que se impuso desde que tenía esa arma en su control.
« Maldita… sea… ¿Por qué ahora…? »
– Tal como lo sospechamos… – concluyó Magno con decepción – Una pelea física es la fortaleza de esa diosa, mientras que es la debilidad de Gangadevi. Está decidido.
– Aunque, pudo hacerle daño… – respondió César pensativo – Su espada pudo cortarla un par de veces más. Todo gracias a su velocidad--
– No sirve de nada su velocidad si no la puede aprovechar. El punto es matar a un dios, no hacerle daño… Eso no nos dará la victoria.
La respuesta renegada de Magno molestó al emperador de Roma pero decidió no decir nada más; por su parte, Ala-ud-Din se levantó de su asiento con molestia severa en el rostro.
– ¿¡Qué te pasa, estúpida reina humana!? ¿¡Para esto estás aquí; para ser humillada!? ¡Levántate, maldita!
Lakshmí levantó los brazos para ver la herida en su antebrazo así como el corte que atravesaba el hombro; le estaba doliendo bastante, cosa que no le agradaba en lo absoluto. Tenía ganas de terminar la pelea de una vez y regresar a reponerse de sus heridas…
Pero también volteó a Gangadevi, quien estaba en el suelo tosiendo y en ese estado grave. Esa condición suya le dió a conocer a Lakshmí un hecho que era irrefutable:
« Ella es… Es muy fuerte. Además de muy veloz… Puede seguir el ritmo de mi flor en segundos… Y ahora está reponiendo su cuerpo mortal…
» Ella… Ella está dando todo de sí para ganar. Si ella lo está haciendo…
» Yo también debo hacerlo. Yo debo terminar esto, cómo debe ser… »
Bhaagy aur Durbhaagy. Padma
[ Fortuna y Desgracia. Flor de Loto ]
Su flor de loto encendió el campo de batalla, para después crear las redes de hilos divinos que tejieron las manos de la diosa para volver a aquellos guantes resplandecientes. Y sin perder tiempo, movió su propio hilo para acortar distancia y llegar hasta Gangadevi.
– ¡A pesar de haberla herido de manera tan drástica, Lakshmí de nuevo se lanza contra Gangadevi!
En un abrir y cerrar de ojos, la diosa se posicionó sobre la reina humana, quién solo pudo abrir sus ojos en sorpresa ante la inminencia de Lakshmí.
Su postura y su cansancio humano le impidieron siquiera moverse para esquivar el puño divino que lanzó Lakshmí; inevitablemente iba a recibir se nuevo su golpe, que podría ser el último en recibir…
Srinivas
[ Morada de Sri ]
En un instante se produjo el choque del puño de Lakshmí que produjo una explosión que resonó en el campo de batalla, levantando los escombros pgoducidos así como polvo de la arena y una luz divina púrpura, que resplandeció y cegó por unos instantes la vista de todos los espectadores.
– ¡Increíble! – obviamente, la única que no despegó la mirada fue Atenea – ¡Qué espectacular poder!
– ¡Ten cuidado! – Ares interpuso su mano en la cara de su hermanita.
El humo se disipó con lentitud, dejando ver la enorme catástrofe que estaba dibujada gracias al golpe de Lakshmí; todo pintaba, al ver la postura de la diosa con su puño hacia el suelo, que había logrado conectar el nuevo ataque con éxito.
Pero… ¿Por qué? Si era así, ¿Por qué el rostro de Lakshmí tenía los ojos abiertos en sorpresa?
¿Por qué su voz volvió a temblar?
– … ¿Qué? ¿A qué le golpeé…?
La nube se siguió disipando hasta dejar ver en su totalidad algo nuevo; los generales militares dejaron de lado sus expresiones escépticas y también mostraron sorpresa, así como aquellos en la habitación de Hlökk, los dioses en las gradas, los líderes de Svarga…
Todos pudieron verlo: aquel resplandor verde que se hizo notar además del nuevo artefacto, que anunció Heimdall:
– ¿¡Pero qué…!? ¡La armadura de Gangadevi ha… desaparecido…! ¡Ahora la humana sostiene un… un enorme escudo para… bloquear a Lakshmí…!
Todos pudieron verlo mejor en cuánto el humo desapareció: la humana estaba usando prendas ligeras que cubrían su pecho y hombros, pero la armadura ya no estaba presente; en cambio, su brazo sostenía un gigantesco escudo hindú, interpuesto entre ella y el puño de Lakshmí.
La humana poética también tenía una expresión de sorpresa en el rostro, que no pudo ocultar por más que quisiera; lo único que pudo hacer fue acompañarla con una sonrisa.
– No eres la única con suerte, diosa de la fortuna. Yo también tengo suerte… A mi manera.
¿De qué se trataba? De una sola cosa:
Völundr.
Hecho con Skogul, la quinta hermana valkiria y compañera de Nikola Tesla. La "Fortaleza alta" ha entrado en juego.
En el cuarto de la valkiria trilliza, todos tenían el rostro molesto y disgustado por la situación que acababan de presenciar; de nuevo habían cometido tal acción.
– Otra vez… pusimos en riesgo a una de nosotras para que… ¿Para esto…? – Hrist comenzó a temblar, a punto de estallar – No. No debimos hacerlo--
– Pero no podemos hacer nada. Menos con el mensaje que envió Skogul cuando se encontró con esa mujer… – le respondió Sasaki para calmarla – Si no hubiéramos accedido, habríamos tenido que buscar a alguien más.
– No. Tiene razón… – respondió Simö – No debimos aceptar.
– … Espero que esa tonta no le haga daño a Skogul… – sentenció Hlökk con rostro también muy malhumorado.
Mientras que todos compartían el mal presentimiento al respecto, Jack estaba prestando especial atención a la batalla. No por lo que ocurría en esos momentos, sino por todo lo que había estado ocurriendo desde que Sasaki les explicó cómo funcionaba la espada Taabeej.
« Un collar bendecido por los cielos… Una espada humana con fortuna divina… So amazing.
» I'm wondering… ¿Quién habrá sido el responsable de tales bendiciones a nuestro favor…? »
– Hermana… Ya me siento mejor.
– Bien por ti.
– … ¿Ya puedo ver la pelea?
– No.
– ¡Por favor! ¡Prometo no llorar!
Por su parte, en Gimlé todavía se encontraban unas mujeres en la zona de emergencias; Sigrune, la duodécima hermana valkiria, cuidando a Lífthrasir la décimo quinta. Ante la respuesta de su mayor, la menor hizo un puchero de molestia.
– ¡Por favor, onee-chan! ¡Quiero ver la pelea!
– Dijiste tú misma que no lo harías.
– Pero por qué me sentí mal por Ng Mui… ¡Pero ya no! ¡Ya me siento mejor!
– No es no.
– ¡Pero… quiero verla! ¡Quiero saber qué está pasando!
– No mucho… – Sigrune revisó su teléfono, donde sus mayores le mandarían el resultado de la sexta ronda; todavía nada – No han terminado. Espera.
– … ¿Un pequeño vistazo?
– No. Además… ¿No prefieres ver a Jingū?
El motivo por el qué estaban allí, aparte de cuidar que Lífthrasir no viera la pelea, era por Jingū: justo después de terminar el combate anterior, fue llevada por las enfermeras al quirófano para ser atendida de manera adecuada. Aunque estaba en buen estado gracias a Sasaki y Hrist, todavía estaba en un coma delicado del que podría no despertar…
« Supongo que esa… "Bendición de los dioses" es más fuerte de lo que parece… » Sigrune había pensado en eso más de una vez « No sólo para derrotar a Sobek, sino para seguir viva a pesar de sus heridas… »
– ¡Si, si! ¡Quiero verla! ¡Quiero ver a Jingū!
– Yo también…
Unas palabras externas, en un tono aterrador y oscuro, provocó la atención de ambas valkirias para encontrar a una tercera mujer en Gimlé: la diosa egipcia del amor, Hathor.
– Usted… – Sigrune no la reconoció – ¿Quién es usted?
– Yo… yo… – Hathor movió sus pies a la entrada del quirófano, con ambas manos apretadas – Apenas… Pude salir de su cuarto… sin que el señor Anubis me viera… Y por fin la encontré.
Lífthrasir abrió los ojos con miedo, aferrándose a la pierna de Sigrune.
– ¿Qué pasa, onee-chan?
– … Yo… Yo… La voy a matar…
– ¡Oiga!
Esas palabras provocaron su intervención, separándose de Lífthrasir para interponerse entre la diosa y el quirófano.
– ¡No puede entrar! ¡Está en--!
– Quítate mestiza.
De un golpe Hathor mandó a volar a Sigrune, haciéndola chocar con la puerta del quirófano que se mantuvo cerrada; Lífthrasir fue hacia su hermana en miedo y asombro.
– ¡Sigrune onee-chan!
– Voy a matar a esa humana… ¡Quítate de mi camino!
Hathor levantó una mano a Lífthrasir y Sigrune en ataque; deshacerse de ambas y con ello tendría el camino libre para matar a Jingū, para vengar a su amado cocodrilo…
– ¿Qué haces?
Una mano oscura detuvo su camino, reteniendo su muñeca en seco con un apretón nada amistoso; Hathor levantó la eufórica mirada y se llevó una desagradable sorpresa.
Bishamonten, el líder de los 7 dioses de la fortuna.
– … ¿¡Qué haces!? ¡Quítate!
– No toleraré un asesinato sin sentido, Hathor.
– ¡Ya tenemos suficientes problemas por su culpa, egipcios!
A su lado apareció Ebisu con expresión eufórica, llevando una mano a su pistola en caso que la necesitara; Hathor seguía muy molesta al respecto, pero también se llevó una sorpresa al ver la reacción de ambos dioses.
– ¡Traidores…! ¡Ustedes también son--!
– ¡No nos hables en ese tono, diosa! – Ebisu expulsó su arma – ¡No te atrevas a acusarnos de eso--!
– Suficiente, Ebisu. – Bishamonten soltó a Hathor y cruzó sus brazos, entre la puerta del quirófano y la diosa – Dejaré que te vayas, si es ahora. De lo contrario, te meterás en más problemas.
Hathor tenía muchas ganas de comenzar una pelea en ese mismo momento, aún cuando fuera contra 2 de los Ejecutores del Cielo; sabía que en número era inferior, pero en poder… tal vez tendría una oportunidad.
Aunque… si 2 de los Ejecutores del Cielo estaban ahí… Tal vez los demás estén cerca…
– … Esto no se quedará así… ¡Volveré por esa maldita! – refunfuñando con mucho enojo, la diosa se dió media vuelta y huyó de Gimlé.
Eso dejó a Sigrune y Lífthrasir con expresiones de sorpresa, siendo que habían estado en primera fila para ver cómo Bishamonten y Ebisu defendían tanto a Jingū como al par… ¿Por qué?
Fecha de publicación: 28/09/23
ASFD
Nota de autor: Hola, mi querida gente
Otro nuevo capítulo con muchas respuestas, aunque también más preguntas por responder. La pelea ya ha dado comienzo, siendo Lakshmí con su habilidad de alterar el destino y Gangadvei con su arma cambia formas, con ayuda de Skogul…
¿Por qué Skogul aceptó hacer Volund con Gangadevi? ¿Podrá esta unión superar el poder de la fortuna de Lakshmí? ¿Por qué Bishamonten defiende a la primera mujer humana asesina de dioses? Todo esto y más en el siguiente capítulo… Bueno, tal vez no todo, ¡Pero ya tendremos más respuestas!
Sin más qué decir… ¡Los leo en el siguiente capítulo!
Recordatorio: La publicación de capítulos es cada 21 días.
***
Nuevos términos
* Manthra – Tipo de oración para los dioses hindúes.
* Taabeej – "Amuleto" en hindi.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro