Prólogo
Los Dioses, de manera ruidosa, comenzaron a ocupar sus lugares en las sillas que estaban dispuestas en aquella enorme sala de conferencia del Valhalla. Pero, a pesar de tanto movimiento, el ambiente no tenía una sensación agradable... se podría decir que había un silencio extraño.
Han pasado alrededor de 1000 años después de su última conferencia entre todos ellos. Desde la declaración de Brunhilde de pelear contra los Dioses, el comienzo del torneo del Ragnarok, y también... de la gran derrota que sufrieron los Dioses perdiendo el mismo. A pesar de que ya había pasado bastante tiempo, ninguno de los Dioses era capaz de olvidar las cosas que habían pasado en aquel torneo. Ni eran capaces aún de creer que fuera posible que los humanos lograrán superar y ganar a sus creadores.
Con ese pensamiento en sus mentes, todos ellos fueron tomando sus asientos, discutiendo entre ellos sobre lo que estaba a punto de ocurrir en la conferencia; la ultima que llevarían a cabo en el Valhalla, por acuerdo unánime entre ellos.
Muchos de ellos no habían tenido contacto con Zeus, presidente de la conferencia; pero todo estaban de acuerdo en conocer como reaccionaría el gran Zeus, presentándose frente a los Dioses después de su pelea en el Ragnarok. Querían conocer la vergüenza que muy probablemente cargaba el padre de los Dioses después de aquella victoria para los Dioses pero derrota para el anciano.
Mientras tomaban asiento y todos ellos seguían hablando, también podían sentir cierta soledad en el ambiente. Sin las palabras grotescas y ruidosas de Loki, la presencia amenazante de Poseidón, los ruidosos cuervos de Odín, el carisma y amabilidad de Hércules… Todos sentían en gran manera la falta que generaban los Dioses que habían muerto en el Ragnarok.
Aunque, la única excepción era Buda; muchos Dioses, después de ver la manera en que se rindió frente a Michel Nostradamus en su combate, se habían vuelto seguidores de Buda. Sin embargo otros, al considerarlo un cobarde por ser el único de los Dioses que había perdido su combate pero aún seguía con vida, lo odiaban y buscaban la manera de poder matarlo. Pero, pocos eran los Dioses vivos que habían conocido los movimientos que hizo Buda para alterar el torneo, como por ejemplo la "Flor de Loto" que ayudó enormemente a las valkirias para hacer frente a los Dioses, y muchos otros movimientos que realizó el Dios logrando incluso arreglar victorias y derrotas en ambos bandos.
De repente, las puertas de la conferencia se abrieron de golpe, y por ellas entró nada más y nada menos que Zeus acompañado de Hermes. Todos de inmediato se sentaron en sus asientos y guardaron silencio, pero mas que nada prestaron total atención esperando a que el anciano descendiera por las escaleras para conocer los sentimientos que tenía el Dios.
Pero, la reacción que obtuvieron fue la menos esperada: Zeus descendió por las escaleras con un sentimiento más alegre del que habían visto cuando se convocó la reunión pasada. Todos estaban muy sorprendidos por ello, pero ninguno se atrevía a decir ni una sola palabra para revisar sacar a la luz algún tema que fuera imprudente para el padre del Cosmos.
- ¡Hola a todos de nuevo! - anunció alegremente, llamando la atención de todos nuevamente - Ya ha pasado mucho tiempo desde que nos reunimos en el Valhalla para estas conferencias.
- Pero, Zeus-sama - le dijo Hermes a modo de susurró, mientras aún bajaban las escaleras - Solo han pasado 1000 años.
- Oh, es cierto… Fue hace 1000 años cuando nos reunimos… - entonces, habló con más emoción - ¡Y ocurrió todo lo del Ragnarok y eso! ¡Cómo olvidarlo! En especial... nunca olvidaré el brazo perdido de Shiva...
- ¡Hey, anciano! ¡No te burles de mi! - gritó el Dios de la destrucción, mientras se levantaba de su asiento.
Ninguno de los Dioses tampoco olvidaron cómo fue la pelea que tuvo, finalmente, Shiva: peleando contra Raiden Tameemon, el rikishi sin igual; un combate que iba encabezado por el humano, y más aún después de que el mismo usara toda su fuerza para arrinconar al Dios de la India. A pesar de que había logrado encabezar el marcador, con 3 - 2 favor a los Dioses, el mismo había quedado con las marcas de su casi humillante victoria. En especial, el hecho de que le faltaba y le seguiría faltando durante toda su vida uno de sus brazos.
- ¡Hehe! - Zeus llegó hasta su silla, que estaba situada en el centro de la sala, y se sentó pesadamente - Hace tiempo que esa bajada de escaleras no era tan divertida como lo fue ahora…
Comenzó a mover las piernas juguetonamente, mientras tomaba el pequeño mazo de madera con el cual, tras un par de golpeteos, declaró por iniciada aquella nueva reunión.
- Bien… ¡Empecemos con esto! - gritó con emoción - En primer lugar, tenemos que encontrar otro sitio para hacer nuestras reuniones cada 1000 años...
- Tiene razón Zeus-sama - le apoyó Hermes a su lado - Habíamos quedado con las valkirias que el Valhalla será para ellas.
- ¿Entonces qué hacemos aquí? - inquirió Afrodita.
- Bueno... No preparamos ningún otro sitio - bromeó Zeus - No había pensado que necesitaríamos otro sitio para hacer nuestras reuniones hasta hace 3 días, y no cambiaría las invitaciones de un momento para otro.
- ¡P-Pero..! ¡Thor-sama puede abogar para que sigamos haciendo nuestras reuniones aquí!
Todos miraron al Berserker del Trueno, quien ahora tomaba el mando como el Dios supremo en Asgard después que su padre Odín fuera asesinado tras el Ragnarok. Junto a él, Forseti se emocionó levemente.
- ¿Thor-sama?
- No... - habló con voz firme - Hemos hecho un trato con Brunhilde, la anterior líder de las valkirias. No romperé el acuerdo que hice con ella.
- ¡Pero ella está muerta!
- ¡Esas semidiosa no son nadie para reclamarnos!
- ¡Debemos matarlas y ya!
- ¡Dije que no! - exclamó Thor, asustando a todos y convocando nuevamente el silencio. - Los humanos recibieron su trofeo por ganar el torneo, que han sido estos 1000 años de paz total... Las valkirias también tienen su premio, que es la autoridad total del Valhalla. Así que el Valhalla ya no es de los Dioses.
- ¡Así se habla Thor-sama! - susurró emocionado Forseti.
- Bien... ya que no tenemos otro sitio para hacer nuestras reuniones... ¡Yo ofrezco los Campos Elíseos!
La oferta de Zeus llamó mucho la atención de los Dioses del panteón griego, mientras que los demás Dioses pensaron en la oferta.
- Tenemos suficiente espacio para hacer estas reuniones, así que no hay problema en ello. Y pienso que muchos de ustedes tienen cercanía geográfica con mi panteón. Así que, si alguien más no tiene una opción, me gustaría ponerlo a votación...
Tras un par de minutos, todos los Dioses levantaron sus pequeños carteles con los cuales tomaban la decisión. Entonces, el porcentaje se dio a conocer: 87% a favor y 13% en contra.
- Bien, con esto, los Campos Elíseos serán la sede de la conferencia de los Dioses hasta nuevo aviso... - habló Zeus con firmeza - Y bueno... ¿Qué otros temas tenemos que discutir?... ¡Oh si! Thor-chan... ¿Cómo va Asgard después del Ragnarok?
- ... Ha ido bien... - comentó el Berserker - Hace poco llamé a unos herreros asgardianos para mantenimiento sobre cuestiones de defensa en mi reino, pero en general hemos logrado mantenernos al cambio que nos dejó el Ragnarok...
- Ya veo... ya veo...
Todos entonces se quedaron en silencio total. Se miraron unos a otros, el ambiente pesaba más y más y el silencio solamente pudo convertirse en un ambiente muy incómodo para absolutamente todos los Dioses. Apenas el movimiento leve que las islas hacían y del crujir se los asientos era perceptible para toda la conferencia.
- Disculpen, todos... - comentó Shiva con cautela, llamando la atención del todos en la corte - Parece ser que nadie está dispuesto alragsil tocar ese tema... Así que yo lo haré...
- Error, Shiva - le corrigió Zeus rápidamente - Creo que todos estamos dispuestos a hablar de ese tema. Pero... nos falta alguien...
Todos prestaron atención ante esas palabras.
- Jeje... nos falta una valkiria aquí presente para poder discutir eso...
…
- ¡Míranos, Onee-sama!
- Las estoy viendo...
Frente a ella, un par de pequeñas niñas, que a pesar de su edad real parecían ser simples niñas, jugaban en las columnas que conformaban el pasillo del Valhalla, a un lado de los pequeños jardines.
Tras haber pasado un milenio desde el Ragnarok, Geir había cambiado demasiado con respecto a como era en aquel entonces; su cuerpo había crecido y ahora tenía una mentalidad mucho más madura. A pesar de que aún mantiene ciertas características propias de ella: muy emotiva en muchos momentos especiales, e incluso llegar aquel llorar incluso si la situación no lo ameritaba,. Pero, tratando de seguir el ejemplo de su hermana, siempre se mantenía firme ante todas las situaciones.
Más que por voluntad propia, lo hacia por ella. Por Brunhilde.
El fin del Ragnarok significó nuevos pasos que dar para ella: en primer lugar, el puesto como líder de las valkirias que había adoptado Brunhilde por ser la primogénita, y ahora le era cedido a Geir como última voluntad de la mayor. También su puesto como administrativa principal en el Valhalla, después de que tras el Ragnarok ese paraíso se volvió propiedad total para las valkirias, pero la mayor responsabilidad cayó en los hombros de la menor.
Y finalmente el principal cuidado de aquellas pequeñas nuevas valkirias que habían llegado al mundo: Líf y Lífthrasir, quienes habían sido traídas gracias a Thor. Después de que nacieron, les fueron dadas a la menor como primer encargo ahora que ella se encargaría totalmente de las valkirias. A pesar de que durante los primeros años había sido una tarea muy difícil debido a su inexperiencia en el asunto, con ayuda tanto de sus hermanas como de los Einherjer, a quienes les habían dado el derecho de vivir en el Valhalla tras sus esfuerzos por salvará la humanidad, finalmente había logrado criar al pequeño par de valkirias aprendices, quienes gracias a la hermana mayor de todas ellas, Brunhilde, ahora podrían vivir en tranquilidad en ese paraíso.
- Si que han crecido mucho las 2... - susurró alegremente Geir, mientras miraba a sus 2 pequeñas hermanas y recordaba todo lo que había ocurrido durante su crianza.
- ¡Ahora nosotras somos las valkirias que guardan este lugar! - exclamó Líf mientras jugaba, quien tenía mejillas redondas, ojos verde esmeralda, y cabello castaño como el de Rangdriz, la cuarta hermana de las Valkirias. - ¡Yo Brunhilde-sama, detendré la voluntad de los Dioses!
- ¡No estás sola hermana! - declaró Lífthrasir, quien tenía cabello más brillante, como una combinación entre rojo y café, y ojos de color aqua algo oscuro, con tonalidad hacia el azul turquesa - Yo, la segunda hermana de las Valkirias, Hrist, te ayudaré...
- ¡Y también todas ellas! ¡Las 13 hermanas valkirias! ¡Guiadas por el pequeño par que no tiene miedo ante nadie! - ambas se pusieron en posiciones defensivas - ¡Líf y Lífthrasir!
- Ustedes si que tiene mucha imaginación - comentó Geir a las pequeñas.
- ¡Por supuesto! Nosotras 2 no tenemos miedo a ninguna cosa en el mundo... - habló orgullosamente Líf, mientras cruzaba los brazos.
- Pero, solo hay algo que hemos visto con terror...
Y las 2 pequeñas hablaron al unísono cuando el mismo pensamiento cruzó por sus cabezas.
- ¡El cambio de emociones de la hermana Hrist! - ambas se abrazaron - ¡Eso sí que da mucho miedo!
- Si que tienen razon - río levemente Geir - La hermana Hrist cuando se enoja da mucho miedo. Aún recuerdo una ocasión en que me iba a aplastar de un abrazo.
- ¿¡En el Ragnarok, verdad!?
Ambas hermanas dejaron de lado lo que estaba haciendo y pusieron sus oídos en la hermana Geir, tratando de escuchar lo que sea que quisiera decir acerca del Ragnarok.
Thor les había contado a las pequeñas, antes de quedar al cuidado de Geir, sobre los eventos del Ragnarok; las 13 fieras batallas que se llevaron a cabo entre Dioses y Humanos, buscando la supervivencia de los seres humanos quienes habían sido condenados por los Dioses. Y desde entonces, el simple escuchar cómo había sido aquel torneo había despertado un espíritu aventurero y guerrero dentro de las pequeñas, y desde que comenzaron a habitar en el Valhalla, sus corazones se agitaban de emoción y sus mentes volaban en la imaginacion al escuchar las palabras de sus hermanas mayores contando por experiencia propia como habían vivido el Ragnarok.
Ambas quedaban completamente fascinadas y atónitas frente a todo lo que escuchaban: la firmeza de Hrist incluso ante Poseidón, la integridad de Hlökk a pesar de la oscuridad de Jack el Destripador, aunque a las pequeñas les daba risa el modo en que la hermana Hlökk actuaba con molestia cuando les hablaba de Jack. Esto, y los 13 combates que habían librado Dioses y Humanos hace un milenio, y aunque lo escucharán miles y miles de veces en ese milenio, ninguna de las 2 podía aburrirse ante ello.
Geir río al recordar ese desbordante amor por el Ragnarok, y acarició la cabeza de la castaña que estaba más cerca de ella.
- Así es, Líf. Eso ocurrió en el Ragnarok, cuando la hermana Hrist fue Elegida para luchar contra Poseidón.
- ¡Y como era! - se acercó la segunda - ¿Cómo fue ese momento?
- Pues, verás Lífthrasir... - habló Geir a la pelirroja - Me impresiono mucho la actitud de la hermana Hrist. 2 - 0 íbamos en el marcador, favor a los Dioses, y ella estaba enfurecida. Pero... Brunhilde-neesama se encontraba en calma, averiguando al oponente perfecto para pelear contra el Zeus de los Mares...
- ¿Tranquila, Brunhilde-neesama?
- Pero la hermana Hrist siempre nos ha dicho que ella estaba furiosa.
- Cada quien de nosotras cuenta su parte de la historia... Así que solamente queda en ustedes el interpretar lo que les contamos...
- Thor-sama nos habló mucho de ese Poseidón - habló Líf con emoción - Nos decía que era un cretino, arrogante, y bastante egoista.
- ¡Y no sólo eso! ¡Si no que atacó atacó a su propio hermano!
- Si que lo era - siguió hablando Geir - Acabo con su hermano, Adamas, cuando quiso pedirle ayuda en una revuelta celestial...
- ¡Pero yo nunca atacaría a mi hermana por esa razón! ¡Estamos juntas en todo!
- ¡Si que si! ¡Si los Dioses quieren enfrentarnos, entonces se las verán con nosotras 2 juntas!
- ¡Ya me lo imagino! - Geir abrazó a ambas pequeñas.
- Además, ese Poseidón simplemente era muy débil...
- ¡Porque encontró su muerte en Sasaki Kojiro, el inigualable bajo los cielos que fue el primer ser humano en matar a un Dios!
- Si que lo fue. - susurró Geir, recordando los eventos que antecedieron a la elección de Kojiro para el tercer combate.
« Había entrado a la sala, ese día, llena de enojo y odio hacia lo que había pasado... Haber visto como la hermana Reginleif moría a pesar de que no había sufrido ni un solo rasguño frente a Zeus fue algo que realmente me dejó sorprendida, y estaba enojada por eso que ocurrió. Estaba muy enojada, y en especial con Hilde-sama, porque no me había contado que el Volund era una unión en donde ambos compartirían sus almas, incluso hasta la muerte... Estaba tan enojada que le fui a reclamar por lo que paso, pero despues de eso... »
- ¿Y qué ocurrió después de eso? - preguntó Líf emocionada - ¡Cuéntanos sobre el tercer combate!
- ¡Eso ya no le corresponde a ella!
Una tercera figura apareció en el pasillo, y las pequeñas hermanas se emocionaron al verlo. Se separaron de su hermana, y corrieron hacia él hasta abrazarlo, cosa que provocó que casi se cayera el hombre.
- ¡Sasaki Kojiro-san!
- ¡Jeje, tengan cuidado! Pueden tirar a este viejo.
- Hola Kojiro - le saludó con alegría Geir.
- Hola a las 3... Estaba pasando por aquí, y quise saber como se encontraban mis 2 valkirias favoritas.
- ¿¡Tus favoritas!? - Líf y Lífthrasir sonrieron ampliamente, mientras sus ojos brillaban.
- Claro que si. Mis favoritas... Así que díganme donde se encuentra Hrist.
- ¡Hey! ¡Pero si la hermana Hrist solo es una!
- Yo sé perfectamente que ella cuenta como 2...
- ¡Eso es trampa! ¡Nosotras somos tus favoritas!
- ¡Así es! ¡Nosotras seríamos mejores espadas que la hermana Hrist!
- ¡Jaja! ¡No dudo de ustedes!
Geir río cálidamente, hasta que observó que a un par de metros de ellos seríamos encontraba una figura delgada y masculina observándolo a todos ellos: Hermes. Geir se sorprendió, cosa que ocultó de las valkirias y de Sasaki, y rápidamente se separó de ellos.
- Si me disculpan... Tengo que atender algo...
- ¿? Bueno, como digas... - habló Sasaki sin darle mucha importancia a sus palabras.
Geir comenzó a andar hacia la dirección de Hermes, quien se ocultó en la vuelta del pasillo. Continuó la valkiria hasta llegar a él.
- Saludos, Geir, líder de las valkirias - ella sintió de inmediato que aquel saludo era una forma de sarcasmo.
- Hola, Hermes-sama... ¿Qué hace aquí? Creí que había quedado|
- Oh, por favor. No nos pongamos agresivos tan rápido: es la primera vez que cruzamos miradas en 1000 años...
- ... ¿Qué ocurre? ¿Qué... quiere?
- Esa es la pregunta correcta. Y lo que quiero... mejor dicho, requiero, es que usted me acompañe ahora mismo.
- ¿? ¿Acompañarle?
- Por supuesto. Debemos asistir a la conferencia de los Dioses... Si me permite guiarla...
Geir, sin poner resistencia, decidió seguir al Dios griego. Sin embargo, durante su caminata, algo le vino a la mente a la valkiria.
- ¿A dónde vamos? Físicamente hablando.
- Vamos a la sala en la que los Dioses estuvieron haciendo las conferencias durante 7 millones de años...
- ¿Disculpa? Creí que ustedes tenían ordenes estrictas de no regresar aquí nunca más, a excepción del panteón Nórdico.
- Bueno, si lo pones de ese modo tan meticuloso... su hermana Brunhilde nos dio chance de usar el Valhalla por una única ocasión para decidir nuestro nuevo sede del parlamento...
- Eso fue inmediatamente después de que terminó el Ragnarok.
- Pero, como sabes, nunca tuvimos esa reunión, además de que Brunhilde nunca puso una fecha de expiración....
- ... De acuerdo. Pasaré esto...
- Muchas gracias, Majestad.
- Y bueno... ¿Exactamente que quieren discutir conmigo?
- Hay muchas cosas... en lo personal, presiento que uno de esos temas podría ser su lugar en el parlamento.
- ¿Mi lugar?
- Al fondo que ahora no tiene mucha importancia, pero... ahora que el Valhalla es de las valkirias, necesitamos los Dioses algún modo de saber que ocurre aquí. Así que probablemente obtenga usted una silla en el parlamento...
- Emmm... ¿Gracias?
- Por eso dije "probablemente". Su hermana mayor dejó uno que otro hueco que hemos de reparar, ya sea usted o nosotros; pero, además, hay más temas de discusión en el que la podemos involucrar...
- ¿?
Ambos llegaron a la sala del parlamento. Hermes, con un gesto de caballerosidad, abrió la puerta del mismo.
- Después de usted...
Geir, en cuanto puso un pie dentro de aquella sala, pudo recordar ese mismo movimiento que había realizado hace 1000 años cuando entró acompañada de Brunhilde para interrumpir en la conferencia. Y no sólo eso: la ferviente discusión que estaban teniendo los Dioses y semidioses unos con otros en esos precisos momentos hizo que la valkiria recordará todo con más claridad.
- ¡Debemos dejarlos vivir! ¡Ya nos demostraron que son capaces de superarnos!
- ¡No! ¡Por supuesto que no! ¡Debemos vengarnos por lo que pasó en el Ragnarok!
- ¡Hay que exterminarlos! ¡Aplastarlos de una vez!
- ¡No! ¡Los humanos son dignos! ¡D-Deben vivir!
- ¡Los humanos s-son el cáncer de la Tierra! ¡Deben ser exterminados!
- ¡Ese es un maldito y estudio pretexto para decir que tienes miedo!
- ¿¡Cómo me llamaste!?
- ¡Queremos la revancha contra ellos!
- ¡No! ¡Ellos nos harán pedazos! ¡Otra vez!
Todos los Dioses de la fortuna, a excepción de Bishamonten, defendían con fervor y enojo su decisión de exterminar a la humanidad.
- ¡Deben morir!
- ¡No han recibido su castigo divino!
- ¡Esos humanos han de pagar...! - Ebisu encabezaba las quejas y demandas de ellos - ¡Deben ser destruidos de una vez! ¡Por eso los Dioses de la Fortuna votamos en contra de la humanidad!
- Bah! - Buda, sentado muy lejos de los Dioses de la fortuna, levantaba fervientemente su cartel a favor - Los humanos son buenos. No deberíamos eliminarlos; ya demostraron que son grandiosos...
- ... - Bishamonten no separaba ningún instante su mirada de aquel Dios, a quien aun consideraba un traidor divino.
- No deberíamos exterminarlos... Son buenos en lo que hacen - habló Afrodita con interés - Yo estoy a favor de la humanidad...
- ¡Shiva-sama sufrió mucho daño por culpa de ese maldito peleador de sumo! ¡Debemos cobrar venganza!
- ¡Le quitaron un brazo a mi padre! ¡Nunca perdonaré esto!
- ¡Nosotros, los Dioses de la India, estamos en contra total de la humanidad! ¡Queremos exterminarlos!
Todos en el panteón de la India, a excepción de Shiva que miraba con desinterés en conflicto que se había armado, levantaban el tache de su pequeño cartel con mucha emoción.
- Diría que... sigan vivos... - masculló Ares con timidez.
- Esos humanos despertaron mi interés en aquel entonces... cosa que nunca dejaré pasar - hablaba Thor con firmeza en sus palabras.
- P-Pero Thor-sama...
- Nuestro panteón está a favor de la humanidad.
- Vaya... - comentó Geir en voz baja para si misma - Si que se ha armado una gran discusión.
- Esto no se compara en nada a la primera reunión que tuvimos con Zeus como presidente del consejo - le susurró Hermes con diversión - Verlo tan joven tratando de tomar las riendas era divertido...
- ¡Oh! ¡Pero ya ha llegado nuestra invitada especial: Geir-chan!
Inmediatamente todos los Dioses se quedaron en total silencio, mirando a la semidiosa que estaba parada al frente de las escaleras por las que había pasado Brunhilde. Geir, sintiendo como todas las emociones del consejo arremetiendo hacia ella, tragó saliva y respiró hondo.
- ¡Que bueno que has llegado, Geir-chan! ¡Nos tenias preocupados a todos!
- ... - Casi de inmediato la chica supo de que se trataba el asunto.
- Verás, nosotros los Dioses tenemos un gran problema como podrás ver... - comenzó a explicar el anciano - Hemos llegado a la decisión sobre si debemos o no eliminar a la humanidad, lo mismo que ocurrió hace 1000 años... ¿Lo recuerdas?
Geir solo se mantuvo en silencio, escuchando todas las palabras que tenía que decir el Padre del Cosmos.
- Pero, ocurrió algo inesperado... ¡La conferencia ha llegado a un 50 - 50 de votos, de manera exacta! Tenemos a los Dioses que defienden la supervivencia de la humanidad por el próximo milenio, y aquellos que no quieren esto, sino que quieren eliminarlos de una vez. Así que hemos decidido hacer una votación mediante argumentos, pero ninguno puede ponerse de acuerdo sobre lo que queremos exactamente... Por eso se me ocurrió una nueva propuesta.
- ... No lo digas... - Geir supo perfectamente a donde iba el asunto, pero su corazón anhelaba profundamente que Zeus no dijera esas palabras - No lo digas...
- Por eso... se me ocurrió una nueva opción para ponernos de acuerdo; opción que podrá tranquilizar a todos: un segundo Ragnarok.
Todos los Dioses se miraron unos a otros y comenzaron a murmurar unos con otros. Geir miró a todos, mientras sus emociones cambiaban internamente en gran magnitud.
- ¿Un segundo Ragnarok? ¿Se puede?
- No lo sé. No he leído la Constitución del Valhalla...
- No suena mala la idea...
- Había olvidado que existe esa posibilidad...
- Pero... pueden aplastarnos...
- ¡Pero esta vez tenemos la ventaja!
- ¡Podemos ejecutar el castigo divino!
- ¡Mi padre será vengado adecuadamente!
- ¡Podemos aplastarlos esta vez!
Tras unos cortos minutos de decisión entre todos los Dioses, finalmente todos terminaron con una decisión unánime que expresaron con una voz que parecía ser la misma:
- Queremos la revancha contra los humanos... ¡Queremos un segundo Ragnarok!
ASFD
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