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Capítulo 47: Un pozo lleno de oscuridad

Seco, profundo, frío, infinito…

Oscuridad.

Un pozo lleno de oscuridad.

Eso sintió la semidiosa valkiria sexta entre las décimo quintas hermanas, tras haber sido atravesada por el arma divina mágica de Cernnunos y, tras haber sufrido un gran dolor, por fin dejar ir su espíritu al Nilfheim…

– Hermanas… lo siento por no volver con ustedes, pero… me alegro que no hayan sido ustedes quienes sufran esto…

El vacío de almas.

Sus ojos apagaron su brillo, su texto se fragmento y sintió un último suspiro salir de su cuerpo.

Las amo… Y díganselo a Geir…

Tras eso, su cuerpo tuvo la sensación de desvanecerse para inmediatamente después entrar en esa oscuridad.

Como si fuera una mentira la historia de la luz al final del túnel, y en vez de eso ella se estuviera adentrando al túnel para nunca ver la luz de nuevo.

Eso sería todo para ella.

« Así es la muerte en el Nilfheim… Se siente tan raro y… tan solitario… »

Ese fue su último pensamiento, antes que su vista se sumergiera en la nada y su mente se apagara por completo.

Y después de eso…

¿Nada?

NO

De repente volvió a sentir la apertura de sus ojos; aunque todo era oscuro, su cuerpo se sintió estar en algún lugar. Como si estuviera sumergida en esas tinieblas a manera de agua, pero…

 ¿Cómo…? ¿Cómo era posible eso?

« ¿Qué…? »

Antes de darse cuenta, se sintió caer en ese lugar. Como si la gravedad de repente despertara e hiciera su trabajo de llevarla al fondo, aunque ella solo pudo sentir el jalón repentino.

« ¿¡Qué es esto…!? ¿¡Qué está pasando!? »

Mientras caía montón de recuerdos le golpearon la cara, reviviendo todos y cada uno de ellos:

Su estancia en el Valhalla con sus hermanas mayores y menores, en especial los momentos de reunión dónde actuaban como una familia.

El anuncio del primer Ragnarok de parte de Brunhilde y la reunión especial que tuvieron minutos antes del primer combate.

La llegada de Brunhilde y Geir para acompañarla a la habitación de su primer y favorito compañero Einherjer: Simö Häyhä.

El combate contra Apolo, que a pesar de las circunstancias y las adversidades, terminó por ser una gloriosa victoria para la humanidad.

La aparición de 2 valkirias más, Líf y Lífthrasir, que se volvieron más que hermanas menores como pequeñas hijas para ella.

La desaparición de Geir que la llevó a ir hasta los Campos Elíseos para enterarse del segundo Ragnarok que ya estaba comenzando.

Su última reunión en Gimlé, dónde aceptó el pedido del Volund de Zapata y se despidió de Simö asegurándole que obtendría otra victoria más.

Los ojos oscuros de la serpiente Deo Ceruninco instantes antes de abrir su hocico y, con su enorme fuerza y magia, atravesar su vientre como mantequilla con tal de proteger a Zapata…

Todo eso le llenó de asombro y terror.

¿Por qué… por qué estaba viendo toda su vida pasar frente a sus ojos? ¿Por qué…?

Siguió cayendo y cayendo, cada vez más rápido; en un pestañeo, aquella caída se vio interrumpida pasando ahora a un nuevo sitio físico.

Ya no era una oscuridad tenebrosa, sino…

Una habitación. Casi común y corriente.

Poco a poco su cuerpo recuperó sus sensaciones, siendo de lo primero una respiración agitada que demostraba lo anonadada que se sentía, y después la vista para encontrarse en una habitación de piedra iluminada con antorchas.

Su sudor corrió frío por su cuerpo hasta su espalda, que sentía algo frío, duro y liso bajo; probablemente una mesa de piedra.

Pero no quería saber en dónde estaba acostada.

– … ¿Eh?

¿Estaba viva? ¿Pero… por qué…?

Lentamente se irguió sobre la mesa, aunque se sintió más extraña todavía al no sentir dolor ni cansancio.

Y más todavía al escuchar otra voz junto a la suya.

– Ay ay, chinga… Que putazo me acabo de dar…

Mist se sentó y volteó a su espalda de donde procedió la voz: enorme fue su sorpresa al ver que, en una mesa rectangular de piedra igual a la suya había otra persona que hasta ese momento nunca creyó volver a ver:

Emiliano Zapata. El mexicano se sentó en su lado y se pasó la mano sobre su cabello.

– No volveré a tomar antes de… dar una verguiza cabrona…

 – ¿Qué? ¿Emiliano…?

Las palabras interrogativas sorpresivas llamaron la atención del humano, quien a su vez volteó a Mist.

– ¿Eh? ¡Chamaca! ¡Eres tu!

– Espera… – Mist señaló a su propio cabello para indicarle esa zona al humano – Tu cabello… ¿Qué le pasó?

Emiliano se pasó la mano por la cabellera, dándose cuenta que estaba peinado de manera distinta como si todo estuviera abultado de un lado. Pero no le preocupó para nada.

– Oh… Un almohadazo*

– Un… ¿Qué?

En ese momento la valkiria recordó algo importante: la herida de Deo Ceruninco. Volteó a su estómago para confirmar si estaba allí, pero se dio cuenta que solo tenía una enorme cicatriz que cubría toda su zona abdominal, además que al mirar a su lado derecho encontró su mano completa.

– ¿Eh…? ¿¡Dónde está mi herida…!? – miró a Emiliano, llevándose otra sorpresa – ¡T-Tu brazo…!

– ¿Eh? ¿Qué tiene mi…?

Emiliano levantó ambas manos con duda, pero fue justamente eso que le hizo darse cuenta de lo que hablaba Mist: su brazo izquierdo estaba existente y completo.

– … ¿¡Qué chingados..!? – retiró la manga de su camisa para encontrar a la altura del hombro, donde había impactado la flecha negra, una cicatriz que rodeaba todo el brazo – ¡Lo tengo en una sola pieza…!

– ¡¿Qué está pasando!? ¿¡En dónde estamos, por qué estamos completos… y por qué estamos vivos!?

Unos revoloteos de alas invadieron el lugar; una puerta se abrió y aparecieron un par de aves, distintos en apariencia pero ambos eran cuervos.

– ¡Otro más! – exclamó el ave blanca, Hugin, de inmediato – Con este ya van 3.

– ¡No entiendo qué hacen allá arriba! – le respondió el oscuro, Munin – Recibimos 3 pero el marcador está empatado.

– Yo tampoco lo entiendo, pero… ¡Estoy seguro que nuestra señora si lo entiende!

– ¡¿De qué sirve si no nos explica nada!?

Hugin y Munin volaron hasta ambos reposar sus patas; el cuervo blanco decidió reposar en las rodillas de Emiliano Zapata para de esa manera hablar con él.

– ¡Hola, Emiliano Zapata! Antes que nada déjame presentarme: yo soy Hugin, y él es mi hermano Munin. Somos servidores y asistentes personales de la señora Hela, quien te desea lo siguiente: ¡Bienvenido a Nilfheim: el descanso eterno de las almas caídas del Ragnarok!

Una presentación mucho mejor que la que tuvieron con Aquiles…

– … ¿El qué?

… De no ser por la respuesta de Zapata.

Ambos cuervos le miraron bastante sorprendidos.

– ¿Disculpa?

– ¿Cómo saben mi nombre? ¿Por qué sus nombres son tan raros? ¿Qué rayos estará el Nil no sé qué?

– No puede ser… – Munin se alarmó de inmediato expresando enojo en su rostro – ¡¿Acaso la semidiosa de cabello morado no te explicó nada!? ¿¡Qué tan tonta puede ser esa niña!?

– No, no fue así.

La respuesta de Mist les hizo darse cuenta a Hugin y Munin de la presencia de la valkiria, más cuando el cuervo negro vio que había puesto sus patas a reposar sobre la cabeza de la valkiria.

– Según lo que ví en el Volund, no le puso atención a mi hermanita.

– Lo siento chamaca, pero era algo aburrido de escuchar – rió por lo bajo Emiliano, con fingida inocencia – Muchas palabras extrañas qué aprender.

– Mira quién lo dice.

Munin levantó vuelo sorprendido en gran manera.

– ¡Una semidiosa! ¿¡Cómo puede ser posible!?

– ¡No seas idiota! – le contestó Hugin – No necesitas lógica. Solo tuvieron que usar ese método de unión de almas, que les enseñó el traidor de Buda. La Flor de Loto*.

– ¡Eso ya lo sé! Me refiero a que los anteriores llegaron solos, pero este humano llegó con una valkiria.

– ¡Porque usaron las armas divinas fabricadas por Brökk y Eitri! O al menos eso dijo Aquiles todo el tiempo que ha estado aquí.

– Entonces a este humano lo enviaron con Volund a pelear… pero…

Munin se quedó con la duda.

– ¿Para qué? Ya tenían armas divinas.

– ¿Por qué no?

Extrañamente Emiliano ya se había acostumbrado a esas aves, aunque fueran las primeras que había visto hablar, y les hizo plática.

– ¡La neta, se siente bien perrón hacer eso! ¡Es como tomar el mejor tequila del mundo de putazo sin terminar pedo! ¡Es lo más chingón que he hecho!

Ambos cuervos se miraron bastante confundidos.

– Si… este humano es raro. Y habla raro.

– Eso que allá abajo hay más raros todavía.

– ¡Esperen un momento!

Mist llamó la atención de los presentes con su grito; la valkiria respiró varias veces agitada tratando de procesar todo eso, pero ese era en primer lugar el problema que tenía.

– No lo entiendo… ¿¡Por qué rayos seguimos vivos!?

Hugin suspiró sabiendo que esa pregunta ya debió haberse hecho.

– Es la misma pregunta que hacen todos, no se preocu--

– ¿¡Por qué!? – en cambio, Munin se enfadó bastante – ¿¡Por que siguen diciendo que el Nilfheim es un vacío de almas cuando en teoría no lo es!? ¡Publicidad engañosa!

– ¡Nuestra señora lo ordenó y lo sabes! ¡Obedécela!

– ¡Cómo sea! – en su vuelo Munin fue a la salida, seguido de Hugin – ¡Vámonos! ¡Hay mucho qué explicar!

– ¡Cómo digan, aves extrañas! – Zapata se levantó de un salto y extendió una mano a Mist de manera caballerosa – Vámonos chamaca.

– Está bien.

Mist le tomó la mano y bajo de la mesa, para después ambos caminar por el pasillo que conectaba la habitación con el exterior.

Siguiendo a los cuervos, ambos les explicaron su nueva situación con el mismo discurso que le habían dado a Aquiles momentos atrás: la eterna residencia en Nilfheim, además de todas sus ventajas y desventajas.

– Así que… ¿Estamos en Nil no sé qué para siempre?

– Nilfheim. Así es.

– En cambio, este lugar no es malvado sino que podremos hacer lo que queramos.

– Es correcto.

– Por lo tanto… – Emiliano sonrió como un genio – ¡Si quiero vivir en libertad, para cumplir mi deseo debo salir de este lugar! ¡Qué bien!

Hugin y Munin le miraron con obviedad.

– No… Así no funciona.

– Si le dices eso a nuestra señora, te responderá con un "No"… O puede darte una respuesta sarcástica.

– Aunque hace mucho no dice nada sarcástico… – comentó Hugin – Tal vez un poco de eso haga de su hogar un poco más acogedor.

Ambos cuervos comenzaron a discutir sobre eso, mientras que Mist se sintió muy nerviosa y ansiosa; en cuanto lo notó, Emiliano no dudó en preguntarle al respecto.

– Chamaca ¿'Tas bien?

– ¿¡Eh!? ¡Si--! Digo, no… – tartamudearon sus labios y se rascó las manos un poco – Es solo que… que…

Sin hacerse esperar, las lágrimas se asomaron en sus ojos.

No lágrimas de tristeza, sino de alegría.

– Las… Las voy a volver a ver… a mis hermanas… Creí que nunca más podría estar con ellas, y ahora…

Emiliano le sonrió, posando su mano sobre la cabellera de Mist para acariciarla a manera de calmarla.

– No pinto nada bien para nosotros en nuestra pelea con el compadre vegetariano… ¡Pero, al menos no la pasaremos mal aquí!

Mist sonrió de acuerdo con él mexicano, hasta que notó la manera en que le acariciaba la cabeza.

– Por qué… ¿Por qué me acaricias como si fuera Papaya?

– … Eso no es cierto… – Emiliano no evitó soltar una risa que molestó un tanto a Mist.

– ¡Eres un idiota--!

– ¡Ya llegamos, caballero y semidiosa!

Ambos salieron a la luz del balcón para encontrar la vista que abarcaba toda la sala de los caídos, Eljudnir. A diferencia de la llegada de Aquiles, ahora los Einherjer y valkirias estaban mucho más tranquilos; todos discutiendo en grupos, murmurando entre sí, o simplemente sentados sin nada qué hacer por el momento.

– Así que… – Emiliano no pudo evitar emocionarse en gana manera – ¡Aquí están los héroes del primer Ragnarok! ¡Neta, que chingón!

– La mayoría. – le respondió Mist – Conociste a los otros allá arriba.

¡Hao!

Un grito abajo les llamó la atención, por lo cual se asomaron para encontrar una escena particular montada en una mesa circular justo a lado de las escaleras para bajar del balcón.

En aquella mesa circular, habían unas 4 personas sentadas a su alrededor: una de ellas tenía las piernas cruzadas en un cómodo sofá, una venda que cubría sus ojos, extrañas uñas doradas largas en la mayoría de sus dedos y se le podía ver un curioso tatuaje en la mejilla derecha.

– Esta combinación me gusta mucho. La victoria mira a mi favor… ¡De nuevo!

Tal hombre era Qin Shi Huang, primer emperador de China y sexto peleador del primer Ragnarok.

– ¡Idiota…! ¡Recuerda que eso no se dice!

A su lado estaba sentada una mujer con aspecto infantil que con circulares coletas peinando su cabello a los costados de una diadema:

La valkiria de la defensa, Alvitr.

Moumantai, mi querida tomboy… – Qin Shi usó una mano para acariciar la cabeza de la valkiria – Lo tengo bajo control. Confía en tu rey.

Alvitr solo alcanzó a soltar un puchero de molestia junto a un sonrojo coqueto; una risa malvada al otro lado de la mesa interrumpió el momento de ambos.

– ¿Creíste ser capaz de vencerme, emperador…? Te crees superior a mi por haber comenzado tu reino, pero yo… yo presencié y orquesté el final del mío de manera que obedeciera mis órdenes… ¡Ni siquiera los Dioses pudieron evitarlo!

Aquella persona realizó un golpe en la mesa con la palma extendida de manera violenta y autoritaria.

– ¡Tú diste el comienzo, pero yo dicto el final!

Aquella era Cleopatra VII, faraona de Egipto y recientemente tercera peleadora en el segundo Ragnarok.

Qin Shi y Alvitr la vieron con sorpresa y algo de asombro, mientras ella mantenía su sonrisa serena, confiada y orgullosa con la palma extendida.

– No. Así no se hace. Tonta.

Pero la voz de la cuarta persona sentada a un costado de ambos interrumpió el momento de gloria de Cleopatra; Sakata no Kintoki, duodécimo peleador en el primer Ragnarok.

– Así no se juega el póker. Lo que hiciste termina tu turno, y por cierto solo bajas una carta de tu baraja que seguro vale menos que lo que sea que tenga Zheng. Así que él gana.

Revolvió la baraja de cartas en sus manos, tomando las jugadas de Qin Shi y Cleopatra, terminando así otro "duelo amistoso" entre el emperador de China y la faraona de Egipto.

La mujer chilló con mucha frustración.

– ¡Demonios!

¡Hao! – Qin Shi volvió a felicitarse, siendo que esta vez Alvitr le abrazó emocionada.

– ¡Lo hiciste ♡!

– No puede ser… matemáticamente posible… – Cleopatra levantó la vista a él – ¿¡15 partidas seguidas y no he podido vencerte, emperador!?

– Un rey nunca pierde… ¡Y un rey sabe jugarlo si lo juega por 1000 años!

– ¡Maldita sea--! Ya ni modo.

De repente el semblante de Cleopatra cambió, de estar furiosa y rabiosa a soltar un bostezo de aburrimiento y apoyarse en su asiento para tratar de dormir.

– Me doy por vencida. Ya estoy acostumbrada.

En el balcón, Mist no evitó emocionarse por ver en vivo otra vez a su hermana menor, aunque ahora con una actitud muy diferente estando en presencia del emperador.

– No puede ser… ¡Es mi hermana Alvitr! ¡Ella está… con Qin Shi Huang!

– Y por cierto muy cariñosos que son~ – sonrió pícaro Munin – A veces es agresiva con todos, pero con ese humano siempre tiene su lado de novia.

– ¡Hey! – Hugin le llamó la atención – ¿¡Cuántas veces debo decirte que no te metas en la vida de los demás!?

Mist atinó a reír divertida.

– ¡Debo hablar con ella! ¡Seguro me contará todo los detalles! – volteó a su Einherjer con el rostro radiante – ¡Vamos, vamos--!

Pero descubrió que junto a ella ya no había nadie.

– ¿Eh? ¿Dónde está Emiliano?

– ¿Qué? – Hugin se percató de ello en cuanto lo dijo – ¡Es cierto! ¿En dónde se metió que ni lo vimos?

– ¿No se dieron cuenta? ¡Acaba de bajar del balcón para ir a dónde juegan los reyes!

La respuesta de Munin hizo que ambos voltearan a abajo, viendo que Emiliano terminaba de descender las escaleras, se estaba ajustando las mangas de su camisa, ya habiéndose quitado y tirado al suelo su chaqueta oscura y el sombrero que "había llevado".

En cuanto lo vio, Mist supo lo que iba a hacer; su rostro palideció y se dirigió a las escaleras de inmediato.

– No puede ser… ¡Emiliano, detente!

El mexicano iba caminando mientras murmuraba para si mismo; pasó cerca de Qin Shi y Sakata, que llamó la atención de ambos además de la valkiria del primero.

– ¿Eh? ¿Quién es él?

– Zheng, ¡Lo acabamos de ver pelear! ¡Es Emiliano Zapata!

– … ¡Es cierto! – Sakata se levantó de inmediato, extendiendo su mano para recibirlo – Acaba de terminar su pelea que por desgracia perdió, aunque llegó más rápido de lo que esperaba… ¡Hola compañero, cómo--!

– ¡Oye, vieja!

Emiliano pasó de largo a Sakata ignorándolo por completo; Cleopatra escuchó la voz con familiaridad, que le hizo levantar la vista para encontrar al mexicano acercándosele con rapidez.

– ¿Eh…? ¿Tú…? ¡Tú! – se levantó de su asiento para identificarlo – ¡Campesino Emiliano, eres tú! Así que perdiste tu pelea, aunque ya lo sabía puesto que la acabo de ver--

El mexicano cerró su puño y besó sus nudillos ligeramente.

– Perdóname, jefa, por hacer esto.

Sin dudar, en cuanto llegó a Cleopatra, le dio un puñetazo directo al rostro.

La egipcia cayó de espaldas generando mucho escándalo con lo cual llamó la atención de todos los presentes en Eljudnir; el primero de ellos era Sakata que ni entendió nada de lo que ocurrió.

– ¿¡Pero qué--!?

– ¡Maldito idiota…! – Cleopatra se irguió y llevó una mano a la cara, donde se le formó un pequeño bulto rojizo – ¡Eso me dolió!

– ¡Mucho más tus mamadas! – Emiliano empezó a reclamarle – ¡¿Por qué chingados nos traicionaste pinche culera!? ¿¡En qué chingados estabas pensando cuando hiciste eso!?

– … ¿¡En serio!? ¿¡Aún sigues enojado por eso!?

– ¡Por supuesto que si!

El mexicano se precipitó para darle otro golpe de lo colérico que estaba, pero Sakata lo sostuvo de los brazos de inmediato para detenerlo.

– ¡Oye! ¡Así no hacemos las cosas--!

– ¡Suéltame cabrón!

el humano comenzó a forcejear para liberarse, sorprendido bastante al rey celestial al sentir una fuerza física que le rivalizaba con facilidad.

« ¿¡Pero qué…!? ¡Es demasiado fuerte! »

– ¡Yo me hago cargo!

Qin Shi Huang se había levantado y posicionado entre la egipcia y ambos 2 hombres; entonces Sakata accedió a sus palabras.

– ¡Todo tuyo!

Emiliano iba con bastante impulso, que ni siquiera se fijó en Qin Shi al frente quien levantó sus manos para detenerlo:

Chi You. Forma de Armadura.

En su palma izquierda recibió el puñetazo de Zapata que redireccionó a su costado, para con la derecha extenderla y devolver el golpe de Emiliano a su estómago; al mexicano se le salió el aire por la boca y fue expulsado hasta el otro lado de la habitación, chocando con fuerza en la pared contraria.

Todos quedaron boquiabiertos, mientras que Mist terminó de bajar las escaleras.

– … ¿¡Pero qué les pasa!? ¡Acabamos de llegar!

– … ¡Hermana!

Alvitr se acercó corriendo a Mist; se sintió sentimental por haberla visto hace pocos momentos dar su vida en la cuarta pelea, pero…

Verla completa frente a ella era como un alivio emocional que debería satisfacerla…

– ¡Fue tu Einherjer quien llegó a ocasionar problemas!

… De no ser por la reciente situación.

Mist volteó a Emiliano de inmediato.

– ¿¡Qué rayos te pasa!? ¡Acabamos de llegar!

– ¡¿Eso qué!? ¡Llegamos al mismo lugar dónde está esa pendeja!

– ¡No me hables en ese tono, campesino!

– ¡Vuélveme a decir así, vieja pendeja hija de la--!

Zapata se levantó para volverla a enfrentar, pero una figura nueva le detuvo: se trataba del último en llegar, Adán el padre de la humanidad.

– ¿¡Qué están haciendo!?

El mexicano perdió todo indicio de pelea en cuanto lo vio y reconoció: hace 1000 años lo había admirado y se había conmovido viendo su duelo contra el DPDC Zeus hasta morir de pie arrodillando al dios más poderoso de Grecia.

En ese momento, teniéndolo de frente aunque sus estaturas fueran muy distintas, el mexicano no pudo más que retirar su peinado extravagante para ponerse de rodillas frente a su padre.

– ¡Jefe! ¡Aquí estás, vivito y coleando!

– … ¿Qué? – Por supuesto aue Adán no extendió, pero no le impidió seguir preguntando – ¿Qué está pasando?

– ¡Perdóneme, jefe, pero tuve que partirle su madre! – se puso de pie de nuevo y apuntó a la mujer – ¡Esa pinche vieja nos traicionó cuando más la necesitábamos!

– ¡Deja de hablar en ese léxico! – Cleopatra tomó asiento con la mano en la cara – ¡Si, si! ¡Ya sé lo que hice! Por eso estoy aquí, ¿No es suficiente?

– ¡No deberías estar rodeada de estos héroes, hija de tu--!

– ¡Detente! – Adán se interpuso con las palmas en alto – Ya hablamos de eso con ella. No tienes qué actuar así; incluso ella también es una heroína, solo que no conoces toda la historia.

El mexicano no expresó estar de acuerdo con esa respuesta, pero…

No le quedaba de otra.

– Está bien. Si usted lo dice…

– Por favor ya no peleen.

– No prometo nada… – dicho eso el humano dio la vuelta para irse y dejando el espectáculo que él mismo había armado.

Por otra parte, Mist ya había aprovechado el momento para ponerse al corriente con sus hermanas, y con su hermano mayor.

– ¡Hércules! – se arrojó sobre él para abrazarlo como pudiera.

– ¡Mist! Tan enérgica cómo siempre.

– ¡Más ahora que estoy con mis hermanas y contigo!

El griego rió para dejarla en el suelo, al tiempo que las otras se reunieron alrededor de la valkiria del humo: la amable Randgriz, la inteligente Reginleif, la fuerte Prour, la bipolar Alvitr, la loquilla Alrune y…

– ¡Brunhilde!

La mayor y perfecta hermana.

Mist se envolvió en un cálido abrazo con su hermana de cabello negro; estando ambas envueltas en su abrazo, la primera pudo notar cierto temblor en las manos de Brunhilde.

– ¿Hermana mayor? ¿Estás bien?

– ¿Eh? ¡Si, si! Es solo que… – Brunhilde se permitió el momento para expresar sus emociones, cosa que antes no hacía – No puedo sacarme de la cabeza… la imagen que acabo de ver de ti, por ser… atravesada por Deo.

El comentario le provocó revivir el recuerdo a Mist; solo atinó a negar con la cabeza para tratar de sacarlo de allí.

– Ya no importa. Ahora estoy con ustedes.

– ¡Claro que importa! Significa que nuestra hermanita Geir tiene mucho trabajo qué hacer – Brunhilde se separó de Mist – Con el marcador en empate por segunda vez, ella sabrá que no puede escoger a cualquiera. Debe tener un buen candidato, una estrategia de pelea, todo en orden y planeado.

– Eh… solo si es capaz de pensar…

La menor desvió la mirada con pena provocando la curiosidad en Brunhilde.

– ¿Por qué dices eso? ¿No crees que Geir sea capaz de hacer el mismo trabajo que yo? ¿La subestimas--?

– ¡No, no! Para nada. De hecho, ha podido seguir tus pasos de manera perfecta, es solo que… – Mist se rascó la cabeza repetidas veces – Digamos que… en estos momentos ella seguramente está… indispuesta.

– … ¿Indispuesta? ¿A qué te refieres?

La valkiria no quería decirle nada de lo que había estado haciendo Geir en esos momentos mientras ocurría el combate; para desviar su atención, cosa que también llamó a la suya, fue percatarse de la aparente ausencia de alguien en Eljudnir.

– Oye, Brunhilde. Se supone que aquí caen todos los caídos del Ragnarok, del primero y del segundo, eran humanos o valkirias…

– ¿Si?

– Entonces… ¿Dónde está Aquiles?

– ¡Ah, sobre eso! – Brunhilde levantó su pulgar derecho para señalar al lugar – Se encuentra allá, con ella.

Mist siguió la dirección del pulgar, encontrando que apuntaba a una puerta hecha con huesos custodiada por Garm, el perro infernal de las tinieblas, quien estaba acostado al frente. La imagen le causó miedo a la valkiria que solo pudo volver a preguntar, para aclarar su nueva duda.

– ¿"Allá, con ella"? ¿Qué quieres decir con eso?

– Oh, es tu primer día aquí. Lo había olvidado.

Brunhilde se aclara la garganta para tomar la palabra y explicar.

– Se encuentra en la habitación personal del Palacio Hel, para… tener una entrevista personal con la reina de las almas, Hela.

– … ¿¡Qué!? ¿¡Aquiles está con Hela!?

El semidiós griego tragó saliva sintiéndose intimidado, mientras la figura femenina frente suyo soltó un suspiro.

– ¿Y bien? ¿Cuáles son tus preguntas… Aquiles?

El semidiós no respondió sino que mantuvo la mirada por debajo:

En primer lugar, la Diosa emitía una extraña aura que le decía que era un gran peligro; por un momento se sintió cobarde de poder enfrentar al Colibrí del Sur pero no levantar la mirada ante la reina del Nilfheim, pero… sus instintos lo mantenían por debajo.

Eso le permitió percatarse más de la decoración del lugar: una sala de estar, con chimenea al fondo para crear un ambiente cálido, sillones separados por una mesa donde cada uno tenía asiento, siendo que Aquiles estaba como niño pequeño mientras Hela se recargaba con comodidad estirando brazos y piernas.

En segundo lugar; la segunda razón de hecho era más ridículo de lo imaginable, pero para Aquiles era verdad:

« Ella… es muy atractiva… »

Si. Aquiles no era bueno estando frente a mujeres atractivas.

Por coincidencia la reina del Nilfheim lo era: su ropa oscura de cuero resaltaba mejor su figura femenina bien delineada, las proporciones atrayentes a la vista, y junto a su elegancia al moverse la hacían bella de admirar.

El único "defecto" era el rostro, cubierto por su fleco de cabello y una máscara inexpresiva, aunque en ese momento era probable que estuviera seria. Habiendo pasado un rato, la nórdica se movió para levantarse.

– ¿No tienes dudas? En ese caso--

– ¡N-No! – Aquiles casi se levantó de su asiento para evitar que se fuera – Lo siento por la tardanza. Es solo que… no sé por dónde empezar…

La nórdica volvió a acomodarse en el sofá, cruzando las piernas un par de veces.

– Muy bien.

– Y-Yo…

El semidiós aclaro su mente lo mejor que pudo, empezando entonces con las primeras preguntas y más sencillas que tenía.

– Más bien… Usted… sabe que mis padres se llamaban Peleo y Tetis, ya que dijo sus nombres hace un momento… ¿Cómo lo sabe?

Hela tardó poco en responder.

– Mi habilidad como reina de los muertos me permite leer almas. Algunos la usan para predecir a un oponente, pero yo la uso para conocer pensamientos y recuerdos de quién esté a mi alrededor.

La respuesta fue extrañamente satisfactoria para Aquiles, aunque eso significaba otra cosa que le preocupó.

– ¿E-Eso quiere decir… que usted sabía… que y-yo… pensaba de usted…?

– Solo si quiero te leo. En cuanto noté tus tontos pensamientos lascivos decidí no darte más atención.

Aquiles se avergonzó bastante de sí mismo.

– L-Lo lamento…

– ¿Siguiente pregunta?

– ¿Eh? ¡S-Si…! Quiero saber sobre… sobre… ¿Solo nosotros estamos aquí abajo? ¿No hay nadie más?

– En teoría debería haber más "invitados". A lo largo de la existencia han muerto muchos Dioses y criaturas semidivinas que deberían entrar, pero quedaron excluidos por mi ausencia.

– Disculpe, ¿A qué se refiere con eso?

Hela se levantó de su asiento para caminar un poco.

– Verás, Aquiles… Antes de llegar aquí estuviste en un lugar oscuro, frío y vacío, como si estuvieras sumergido en la nada, incapaz de hacer algo para salir… ¿No es así?

– … Si, así fue.

– Ese vacío es el Nilfheim que todos conocen. Existe por un motivo; la destrucción completa e instantánea de un alma es prácticamente imposible, por lo que los caídos del Ragnarok caen en ese vacío donde lentamente se olvidan hasta que… no queda nada.

– Okey, pero… ¿Eso qué tiene… que ver…?

– No siempre viví aquí como reina del Nilfheim; durante el tiempo que no estuve presente, las almas de esos Dioses y criaturas semidivinas quedaron en ese vacío hasta el olvido. Así que: no hay nadie más aquí.

El griego se sintió un poco intimidado por esa respuesta.

– G-Gracias…

– No me agradezcas.

– ¡Por cierto…! – su agradecimiento provocó formular su siguiente pregunta – ¿Por qué nos mantiene vivos? O mejor dicho… ¿Por qué no permitió que quedáramos en ese olvido?

Hela se quedó quieta en su sitio de pie para responder con un…

Siguiente pregunta.

– … ¿Eh? ¿No responderá mi duda?

– Hay cosas que no debes saber… o no quiero que sepas. Esa pregunta no tendrá respuesta hasta que yo quiera, ¿Entendido?

Aquiles no tuvo que decir más; quiso insistir pero su cuerpo le dijo que no debía.

– De acuerdo… De hecho, tengo otra pregunta… – volteó a la dirección de la puerta que conectaba al exterior – ¿Cómo podemos estar aquí, como si… si estuviéramos vivos?

– Mi habilidad no sólo es para conocer almas; también puedo manipularlas. En su caso, en vez de quedar olvidados en el vacío, los tomé y di cuerpos para sentirse vivos.

El griego por un momento se sintió molesto, porque esa respuesta le llevaría a una pregunta sin respuesta. Así que optó por otra con posible solución.

– ¿Dónde… dónde están los Dioses?

– … ¿Eh?

– He visto solo a los Einherjer, nosotros los humanos, y a las valkirias aquí en Nilfheim. También Hércules, quien supongo que está aquí por haber sido humano, igual que yo… el perro de Hades, el ejército de Lu Bu Housen, y otros que no identifico, pero…

» ¿Dónde están los Dioses caídos del primer Ragnarok? De hecho, debió aparecer el cocodrilo que peleó contra mi amiga Jingū, pero no lo he visto llegar… ¿Dónde están ellos?

La reina de los muertos quedó callada por largo tiempo, hasta que soltó un sonido que llamó la atención de Aquiles obligándolo a levantar la mirada.

– Ja.

Una risa sarcástica en su expresión indiferente.

– ¿Qué?

– Eres… eres el primero que pregunta eso. El primer humano que me pregunta el destino de los Dioses caídos del Ragnarok…

La deidad se dirigió a unos anaqueles colocados sobre la chimenea.

– Los otros Einherjer y valkirias solo preguntaron cosas personales que querían saber, además que la mayoría intentaron salir del Nilfheim. Pero tú… tú eres el primero y tal vez único que se ve interesado en el destino de sus rivales.

En las repisas había algunas esferas como del tamaño de un balón mediano; uno de color verde fue elegido para reposar en la mano de Hela.

– Cómo dije, mi habilidad me permite manipular almas y hacer lo que quiera con ellas. Puedo darles un cuerpo no vivo para que vivan, y otras cosas: usarlos como títeres… permitir que reencarnen en el mundo de los vivos, o…

Hela volteó par arrojar la esfera a Aquiles, quien la tomó de sorpresa.

– Encerrarlos.

El griego se sorprendió, más viendo la esfera que tenía en su mano.

– ¿Esto en mi… mano es… es el alma de un Dios?

– No de cualquiera. Esa es el alma de quién preguntabas: Sobek, dios de los reyes, segundo Poseidón, y primer Dios caído en el segundo Ragnarok.

Aquiles tragó saliva sintiéndose asustado por tener un alma divina de manera tan simple; Hela se le acercó y extendió la mano para recuperar la esfera.

– Es más fácil manejarlos así. No se pierden en el olvido y no debo hacerme cargo de que hagan tonterías aquí abajo.

Una vez que Aquiles la devolvió, Hela la puso en su sitio junto a las demás esferas que ligeramente rozó con la punta de sus dedos.

– Poseidón, el Dios de Dioses y segundo hermano del Olimpo; Apolo, el segundo más poderoso en Grecia y Dios del Sol; y Susano'o no Mikoto, el señor de las tormentas y hermano gobernante sintoisa. Junto con Sobek, son las almas divinas que guardo, sin mencionar los que caerán en este segundo Ragnarok.

– Pero faltan almas…

Aquiles se mostró confundido mientras volvía a contar para asegurarse.

– Son 3 almas del primer Ragnarok que tiene usted en esas esferas; Hércules está allá abajo, y Buda no perdió por lo que sigue vivo, pero… Le faltan 2 almas más.

» Las almas de Loki y Odín.

El semidiós solo podía estar confundido y pensativo, sin darse cuenta que Hela tenía una de sus manos apretadas tras su ropa de cuero.

– ¿En dónde est--?

– Siguiente pregunta.

– ¿Eh? ¡No quiero saber nada de ellos! ¡Solo si se encuentran en el vacío o--!

– Siguiente pregunta.

El griego por primera vez insistió, en especial por haber leído algunos libros que hablaban de Hela pocos momentos antes de esa entrevista.

– Se supone que los libros de mitología dicen que Loki es su padre. No sé que tan verdad sea eso, pero--

La reina del Nilfheim apretó su mano con tanta fuerza que destruyó la roca de la chimenea que estaba sujetando; el acto sorprendió y asustó a Aquiles a tal grado de callarlo al instante.

La nórdica volteó su rostro a Aquiles, del lado dónde estaba presente su máscara, para dirigirle la luz del ojo en señal de amenaza.

Siguiente… Pregunta.

El griego se sintió aun mas amenazado que antes; apenas fue capaz de agachar la cabeza en señal de disculpa junto con sus palabras.

– De nuevo lo lamento.

– Si es todo lo que quieres saber, vete.

Aquiles asintió y se levantó para ir a la salida, pero aún en ese momento le surgió una duda que quiso ver si tenía respuesta.

– Solo quiero saber algo más… ¿Por qué… Por qué una mascara y su propio cabello cubren su rostro? ¿Es por lo que dicen los mitos acerca de usted…?

Hela quedo de espaldas mirando las esferas; su puño cerrado indicaba que todavía estaba enfadada, pero tras unos segundos de completo silencio lo relajó con lo cual su actitud estaba más calmada que antes.

Así fue que respondió con palabras no verdaderas pero… tampoco mentirosas.

No te dejes influenciar por lo que dicen los mitos acerca de nosotros los Dioses. Esos libros solo te cuentan lo que suena más heroico, hermoso y sublime para cautivar a la humanidad, pero… la verdad nunca es así.

– Entonces… ¿Usted no está… medio--?

– Siguiente pregunta.

El semidiós solo atinó a asentir un poco con la cabeza; sintió bastante curiosidad y quería hacer una última pregunta, pero decidió no insistir más en ello imaginando lo que podría ocurrir.

– G-Gracias por su tiempo, Hela-sama. Me retiraré.

La deidad nórdica se quedó de espaldas contemplando la colección de almas en sus repisas, escuchando a Aquiles salir por la misma entrada donde lo había acogido y pasar sobre Garm para retirarse por completo.

Una vez que escuchó el sonido de la puerta cerrarse con lo cual ella se quedaba en completo solitaria, levantó su mano para tocar levemente su rostro.

Sus dedos los pasó por el borde inferior de la máscara, para tomarla y retirarla un momento y de esa manera contemplarla. Soltó un suspiro sarcástico por lo bajo, para después decir unas palabras fuera de tono con unas voz más dulce que la anterior.

– "¿Puedo ver su rostro?" Qué estúpida última pregunta…

Fecha de publicación: 09/10/22
ASFD

Nota de autor: Muy buenas gente; cada vez más cercanos al momento que estoy esperando.

Por otra parte espero les haya gustado este capítulo del Nilfheim (aunque tal vez no tanto el que los Dioses no estén con nuestra waifu zombie; si había considerarlos tenerlos presentes, pero el desarrollo de Hela no me lo permitió). Espero que a futuro tal idea pueda hacerse canon UwU.

Por lo mientras una nueva pregunta que podría hacerse canon; ¿Algo en especial que les gustaría ver en el reino de los muertos? Ya que tendremos mucho de historia en  ese lúgubre sitio gobernado por la zombie sabrosa.

La siguiente publicación será en cualquier momento, así que estén atentos. Hasta entonces… ¡Los leo en el siguiente capítulo!

PD 1: Vayan a la votación de popularidad si no la han respondido todavía; ¡Me gustaría mucho saber su opinión y sus favoritos!
(Enlace en el tablón de mensajes de mi perfil)

PD 2: ¿Le han dejado dudas estos capítulos? En "Noticias Ragnarok" hay una sección para dejar todas sus preguntas. Vayan pronto mientras aún sigue abierta UwU.

***

Nuevos términos

* Almohadazo: Golpe hecho por una almohada; usado para el peinado hecho por estar mucho tiempo pegado a una almohada (generalmente).

* Flor de Loto: también llamado "Destinos compartidos"; se quedará con el primer nombre por gusto propio, pero ustedes pueden llamarlo cómo les guste :3

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