Capítulo 38: Viridis Affinitatis
La sangre corría de su oreja a ligera gotera constante; no le dolía mucho pero era una sensación nueva en su vida.
Era la primera vez que un arma de fuego atravesaba su cuerpo.
– ¡Esto… no lo puedo creer! – Heimdall parpadeó varias veces desde su asiento volador – Del mismo modo que Jack el Destripador atravesó el cuerpo de Hércules con cuchillos, ahora Emiliano Zapata usa una pistola que atraviesa la oreja del Dios Cernnunos…
» ¡Nos ha tomado a todos por sorpresa! ¡El primer truco que ha realizado este humano contra su rival!
Los Dioses tuvieron una oleada de amargos y tristes recuerdos respecto a la anterior cuarta batalla; la misma manera que su héroe griego cayó en trampas que lo mataron, y ahora Cernnunos estaba cayendo en el mismo agujero…
– No puede ser… lo mismo que hace un milenio…
– ¡No lo creo! ¡¿Esto significa qué…!?
Lugh estaba en completo silencio; en vez de dar una opinión subjetiva sobre lo que acababa de ver decidió analizar lo que podría ocurrir a continuación. Una actitud objetiva y hasta cierto punto positiva para ver el lado bueno de la pelea…
– ¡Ahhhhh! ¡Maldito idiota! ¡Lo van a hacer pedazos!
… Muy contraria a la reacción de Morrigan.
– ¡Ese estúpido se dejó disparar! ¡Que tan idiota tuvo que haber sido! ¡Nadie en su sano juicio se queda viendo cómo recibe una bala!
– No puedes echarle la culpa – le habló Lugh con calma – Fue un ataque repentino. Pensó que el arma divina de ese humano era el cuchillo y lo usó como defensa, y después pudo mover su cabeza para no salir malherido. Hizo algo inteligente.
– ¿¡Qué importa no es estar tan "malherido"!? ¡El punto es que mate a ese insecto! – la Diosa hizo un puchero – ¡Quiero vengar a mi Loki!
Lugh se llevó la mano a la cara con vergüenza.
– No debí haberte traído. Solo haces berrinche y en cualquier momento harás una tontería…
– ¡Solo los tontos dudan de él!
La voz de Teutates llamó la atención del par, en especial a Morrigan.
– ¿Huh?
Taranis y Teutates hablaron al mismo tiempo con emoción.
– Están hablando de nuestro maestro, Cernnunos, el celta de las astas, ¡El primero en derrotar a los Fomoré cuando invadieron nuestras tierras! Aunque tuvo sus reservas al principio…
– ¡Nuestro maestro ha enfrentado peores rivales que ese humano! ¡No es nada comparado con sus grandes hazañas!
Por el contrario, Esus estaba con un semblante bajo y tímido pero expresando el mismo sentimiento que sus compañeros.
– Es cierto. Cernnunos, nuestro maestro, podrá enfrentar y derrotar a ese humano sin importar los contratiempos.
Morrigan suspiró por lo bajo, volviendo a ver el campo.
– Espero que digan la verdad mocosos.
– ¡Ya lo verás bruja!
– ¿¡Cómo me volviste a llamar!?
Los mexicanos en las gradas por el contrario celebraban, de hecho lo hacían casi todo el tiempo, y en especial el Ejército Libertador del Sur.
– ¡Zapata! ¡Zapata! ¡Zapata!
– ¡Vamos hermano! ¡Tú puedes contra ese Dios de pacotilla!
– ¡Ess pendejo no es nada!… Ya le chingaste una oreja…
– ¡Ahora chíngatelo a él!
Palafox se limitó a sonreír con orgullo sin querer decir nada. Villa le volvió a mirar de reojo, para después de unos momentos levantarse de su sitio y caminar hasta al lado de Palafox.
– Escuché que tú eres Manuel Palafox, ¿No es así?
– ¿Eh? – Palafox se sorprendió – ¡Si, soy yo!
Pancho se sentó juntó a él y le tomó del hombro.
– No creo que nos hayamos conocido mucho en vida.
– No. Me temo que no fue así.
– Así que, aprovechemos este momento, ¿Qué te parece?
Zapata con su pistola en alto miró orgullosamente al Dios que seguía sorprendido.
– Yo recibí los golpes en la cabeza, pero no soy el pendejo… – rió aunque no por mucho tiempo por el dolor de sus heridas – ¿Quiere continuar o ya se acobardó, compadre vegetariano?
Cernnunos respiró profundo; ya estaba un tanto preparado desde que hubo presenciado el primer Ragnarok. Calmando su sorpresa fijó su rostro serio en el humano.
– No te creas la gran cosa. Apenas me has hecho una herida.
– Pero desde ahora podré hacerle las heridas que quiera. – levantó la pistola para apuntar a Cernnunos juguetonamente – Solo debo apuntar y disparar.
– ¿Tan fácil lo crees? Inténtalo de nuevo.
El Dios celta flexionó las piedras y se arrojó al ataque saltando a Zapata; las gradas se activaron y emocionaron de nuevo.
– ¡La pelea se ha reanudado! ¡Cernnunos vuelve a atacar con todo!
Cernnunos acortó distancia con gran rapidez, por lo cual Zapata preparó su revólver para disparar de nuevo; esta vez estando de pie con total control de sus puntos de equilibrio, pudo apuntar con mejor precisión y dar un disparo que fue directo a la frente del cráneo del Dios, justo en medio de sus ojos.
La bala recorrió su camino casi de inmediato llegando al Dios celta antes que la mayoría de espectadores pudiera percibir.
– ¡Otro Dios menos! – Lífthrasir gritó con gran emoción viendo el disparo.
Pero tanto Hlökk como Eva no estaban del todo de acuerdo con ese desenlace, más porque sospechaban lo que podría ocurrir después. Y su predicción fue tal cual de alguno modo previeron:
Cernnunos dirigió su mano a las ropas para tomar una extraña herramienta metálica divina; una especie de dona incompleta, al parecer hecha completamente de oro y plata, cubierta de símbolos celtas por doquier. Metió su mano derecha en aquella herramienta, para usarlo como una nudillera, y lo interpuso con extrema rapidez entre el disparo de Zapata y su cara. El arma golpeó la bala la cual se hizo añicos al instante.
– ¡Zapata dispara de nuevo pero Cernnunos logra deshacer la bala con su torque divino!
– ¡Sigue así Cernnunos! – exclamó Morrigan con los ojos brillantes – ¡Ya mátalo! ¡Ya mátalo! ¡Ya mátalo!
Taranis y Teutates sonrieron al igual que la Diosa, pero el tercer alumno aunque estaba sonriente no del todo contento. Esus vio que el resultado no era tan esperado como lo veían los otros:
La bala se había fragmentado y desviado la fuerza principal, pero unos pocos pedazos de bala volaron hasta incrustarse en su brazo. Eran muy pequeños e insignificantes para provocarles dificultades mayores, pero estaba recibiendo daño.
« Su torque es un objeto para cautivar a la naturaleza, no un arma divina que pueda desviar esas balas. Si sigue recibiendo esos pequeños pedazos de forma constante… » pensó Esus con preocupación « En cualquier momento estará en grandes problemas. »
Al ver que Cernnunos no retrocedía, Zapata decidió saltar hacia atrás y comenzar a correr en reversa, con su revólver al frente en mano para continuar disparando al Dios.
Cernnunos por su parte uso el torque en su derecha y en la izquierda un brazalete, igual a su arma divina en cuanto al diseño, para destruir las balas que le llegaban; sin embargo los diminutos fragmentos resultantes seguían impactando en varias direcciones, hasta que al cabo de unos momentos sus brazos y cuerpo empezaron a llenarse con gotas de sangre inflantes.
Zapata disparó 8 balas más que dejaron sangriento a Cernnunos en varias partes de su cuerpo. Sin embargo cuando volvió a jalar el gatillo ya no sacó nada.
– ¡Tras esa ráfaga de balas, Zapata ya no dispara más!
– ¡Diablos! – Eufemio se asustó – ¡Se le acabaron las balas; debe recargar!
Zapata bajó la punta de su arma para recargarla, lo cual fue una apertura que Cernnunos pudo aprovechar.
– Un arma peligrosa, pero no infinita.
El Dios celta retomó su carrera con gran rapidez hasta alcanzar a Zapata. Al ver que no había escapatoria, Lífthrasir cerró sus ojos con miedo mientras que Hlökk se quedó mirando con los ojos muy atentos.
El Dios acortó distancia y estuvo a punto de dar otro puñetazo sobre el mexicano; pero, en el preciso momento, Zapata se rindió con el revólver. Metió la mano detrás de su chaqueta para dejarlo y tomar el fusil en su espalda, sujetándolo con ambas manos.
Dio unos pasos atrás para esquivar el golpe del celta, y levantó su arma para usarlo a manera de golpe; la punta del fusil cargaba una bayoneta afilada, que al contacto con el brazo de la deidad le abrió un corte largo y profundo.
El momento también le permitió girarlo y usar la cantonera para dar un golpe directo, que en combinación con su enorme fuerza, desorientó al Dios celta un poco para hacerlo retroceder un par de pasos, al tiempo que en el brazo corría la sangre de su nueva herida.
– ¿¡Pero qué…!? ¡Zapata ha usado la bayoneta de su fusil y ha… ha realizado un profundo corte en su brazo! ¡Además que ahora él dio un golpe directo!
Los humanos mexicanos de nuevo se encendieron en celebración y triunfo, mientras que los Dioses celtas se consternaron y confundieron por el nuevo ritmo del combate.
Ares y Hermes estaban sorprendidos con los ojos muy abiertos; pero Atenea, usando en ese momento Conciencia de Guerra para adivinar la pelea, sonrió como una pequeña niña.
– ¡No puedo creerlo! ¡Ese humano tiene sorpresas por doquier!
– ¿¡Cuántas armas divinas tiene!? – exclamó Ares asustado – Primero ese cuchillo gigante… luego las balas de su arma… y ahora el fusil.
– En primer lugar, se llama machete. Y no era un arma divina. – le corrigió Hermes.
– En segundo lugar, – continuó Atenea – ¿Por qué se sorprenden que tenga muchas armas? Cuando ese lindo Jack mató a mi lindo Herc, también tenía muchas armas.
– ¿"Lindo Herc"? ¿¡"Lindo Jack"!?
– Pero al final no eran las armas que cargaba. Todo consistía en sus guantes divinos que convertían lo que tocaba en armas.
– ¡Eso es cierto, Hermes onii-chan! – comenzó a explicar la Diosa mientras comía papas fritas – Pero no siempre fue así. Ustedes que lo presenciaron en vivo deberían saberlo.
» Durante toda la pelea, Jack uso lo que tenía en sus manos: tijeras gigantes, cuchillos, navajas, paraguas. No fue hasta el reloj para cortar el brazo de Hércules cuando uso el verdadero potencial de su arma divina…
» Con eso en mente, no debe ser una sorpresa que este humano, Emiliano Zapata, también tenga un arsenal. El machete, que era una distracción, las balas del revólver, tal vez el revólver mismo y el fusil.
– En ese caso, va a hacer lo mismo que hizo Jack el Destripador – concluyó Hermes, al entender a su hermana – Arrinconar a Cernnunos para sacar su verdadero potencial. Tal vez un arma oculta, o tal vez una habilidad oculta…
La Diosa ni siquiera lo meditó, sino que aplaudió y dio una respuesta negativa.
– ¡No! ¡Eso no sucederá esta vez!
– ¿Qué? ¿Por qué dices eso?
El celta levantó su brazo, para percatarse del dolor en esa herida profunda además de su sangre que manchaba el suelo con plantas. Zapata respiró algo sorprendido y con una sonrisa en el rostro.
– ¿No había dicho que no le podría hacer más daño, vegetariano?
El Dios celta estaba sorprendido pero no se dejó llevar por miedo ni terror; al contrario, desde que empezó la batalla, con ese cambio de arena y aquel tipo de humano frente suyo, estaba mentalizado con un prejuicio sobre el humano.
– No está fuera de lugar, con un ser engañoso como tú.
– ¿"Engañoso"? ¿Yo? – el mexicano rió con sarcasmo – ¿En qué momento le he visto la cara? Solo estoy usando mis cartas, y recomiendo que usted haga lo mismo.
– No importa. Podrás usar los trucos que quieras, No ganarás.
– ¿Trucos? No creo que me esté prestando atención.
Zapata tomó el fusil, en especial para usar la cantonera, mientras Cernnunos afirmaba el torque en su mano. Y se acercaron uno al otro para comenzar un intercambio de armas.
Cernnunos atacó con los puños en alto y su torque en la mano izquierda, mientras Zapata uso la bayoneta y la cantonera del fusil para golpear y a veces defenderse. El celta, al ver como sus puños impactaban sobre el fusil, pudo darse cuenta que también era un arma divina, aunque… distinta.
El mexicano trataba de crear distancia para atacar con más facilidad, pero el Dios celta astado no lo permitió; en todo momento, sus largos brazos con gigantescos y potentes puños se acercaban al humano para darle un golpe.
– ¿Por qué dices que no será lo mismo? – inquirió Hermes con curiosidad.
– ¡Es muy obvio, onii-chan 1 y onii-chan 2!
– Deja de decir eso por favor.
– En primer lugar, no creo que ese humano tenga una habilidad divina tan poderosa como crear armas con un toque; es muy exclusiva y especial, que esa semidiosa de cabello morado sería muy tonta si lo usa pronto. Pero el punto no es ese; el punto es que Cernnunos no es idiota como el lindo Herc.
– ¿¡Eh!? – Ares se molestó un tanto – ¡N-No le digas así a Hércules!
– Entonces… – preguntó Hermes con duda – ¿Sabes la historia de Cernnunos? ¿Por eso lo escogiste como cuarto luchador?
– ¡Por supuesto! Sé que, en estas condiciones que vemos ante nosotros, Cernnunos no es tan poderoso para que una habilidad divina tan poderosa sea usada en su contra, pero con la fuerza suficiente para que termine la pelea en poco tiempo.
– Pues ha pasado más de lo que esperábamos – comentó Hermes por lo bajo.
Atenea hizo añicos la envoltura de sus papas y lo arrojó al suelo.
– Cernnunos no es ningún idiota. Muy probable, desde que comenzó la pelea, ha estado consciente de los más mínimos detalles que podría hacer ese humano, para evitar trucos y engaños que lo encasillen a un evento final. Sé que es por eso que, cuando supo el cambio de arena, también puso una condición para pelear; si ese humano tiene una ventaja, él tendrá la suya propia.
El Dios celta siguió arrojando golpes mientras Zapata trataba de atinar otro corte o al menos un golpe. A pesar de que llevaban un ritmo bastante equilibrado, Cernnunos mostraba más control y dominio en su intercambio.
En un momento Zapata logró despegarse, para entonces empezar a retroceder con dicho impulso; en cuanto se percató, Cernnunos se dió la tarea de perseguirlo sin mostrar piedad alguna.
– ¡Zapata retrocede mientras que el Dios celta lo persigue! ¡Como si fueran un gato y un ratón, empieza una persecución en las calles de esta ciudad mexicana!
Hlökk apretó los dientes con molestia muy evidente.
« Chico… ¡No te quedes sin hacer nada, maldita sea! ¡Atácalo! »
Con sus piernas de cabra Cernnunos dio rápidos saltos que alcanzaron a Zapata en pocos segundos. El mexicano estaba de nuevo casi acorralado por el Dios, cuando…
Sin previo aviso el humano saltó a su costado para esquivarlo; había esperado en el momento preciso para hacerlo de forma que Cernnunos ni siquiera se dio cuenta de ello. El celta siguió su camino hasta una casa de piedra al final de la calle donde ambos estaban luchando.
Tal vez no se dio cuenta del acto repentino del humano, pero sí de algo que solo él y algunos espectadores se percataron, por lo que clavó los pies en el suelo para frenar su embestida lo más pronto posible.
Aunque no tuvo el éxito que esperaba: terminó por chocar contra la casa y sobre su cabeza los escombros se derrumbaron con violencia hasta enterrarlo por completo, terminando con una pila de rocas.
– ¡De último momento Zapata esquivó la embestida del Dios celta! ¡Y aunque se frenó, no pudo evitar el derrumbe de una construcción de la arena sobre sí mismo!
Los Dioses se preocuparon, en especial sus 3 alumnos y Morrigan, quien más bien parecía estar a punto de tener una convulsión de todas las emociones eufóricas que soltaba.
– ¡Maestro! ¡No puede ser!
– ¡C-Cayó en la trampa de ese sucio humano! ¡Ese gigantesco pedazo de estiércol!
Lífthrasir sonrió con diversión, aplaudiendo en sincronía con las voces fiesteras musicales de los mexicanos espectadores.
– ¡Siiii! ¡Zapata está jugando con ese Dios como se le antoja!
– Mi hijo lo está haciendo muy bien – Eva sonrió con orgullo de madre, llevándose una mano al pecho – ¡Muy bien hecho, hijo!
– Eso no quita que haya recibido golpes a propósito – refunfuñó Hlökk por lo bajo – Sé que tal vez sea parte de una estrategia que le enseñó Jack, pero está tomando muchos riesgos y no le da seriedad a su oponente, ¡Ya debería haber usado sus armas para no salir herido y destrozarlo de una vez!
– ¡Todo es parte del plan, nee-sama! – exclamó Lífthrasir de inmediato – Incluso si sale herido, no hay problema… ¡Podría usar su propia sangre como un arma divina! ¡Así como Jack el Destripador para matar a Hércules!
Hlökk bufó con su típica molestia, pero esta vez cargando un sarcasmo de hermana mayor.
– Pero no estás consciente de algo, pequeña.
– ¿Qué cosa nee-sama?
– Yo estoy aquí.
Lífthrasir no entendió la referencia, hasta que después de pensarlo varias ocasiones se dio cuenta de lo que quería decir su hermana: que Zapata no estaba haciendo Volund con "La Inestable".
– ¡Ah! ¡Entonces Zapata tiene armas divinas normales! ¡Solo eso!
– Eso es lo que decidió Geir. Usar las armas hechas por Brökk y Eitri, sin ninguna valkiria que dé ayuda adicional.
– ¡Pero rompieron las reglas con Jingū! – Lífthrasir se quejó de inmediato – Si ocurrió una vez, podrían volver a hacerlo, ¡Zapata podría usar Volund y así tener mucha mayor ventaja en la pelea!
Hlökk se quedó callada un momento para luego negar con la cabeza.
– Ves mucha televisión, pequeña.
– ¡Pero no tenemos televisión en el Valhalla!
– Menos mal.
Los escombros se removieron, para que de la enorme pila de rocas destruidas surgiera de nuevo el Dios celta.
Sobre su cuerpo cargaba las heridas por los pedazos de las balas que disparó el humano, el corte en su brazo por la bayoneta, su oreja perforada y… nada más. Las pierdas cayeron por su cuerpo junto a una nube de polvo que se dispersó por el lugar, pero no parecía que alguna le hubiera hecho daño alguno.
– ¡Cernnunos se vuelve a levantar y se muestra ileso de ese derrumbe!
El celta giró su cabeza varias veces, en especial hacia la zona detrás de la casa derrumbada para ver algunos animales, los que habían estado en su presentación, correr en la lejanía; eso le hizo tranquilizar su rostro.
Después giró su cabeza hacia si mismo y confirmar que ese derrumbe no le había provocado nada más que una sensación de pesadez sobre su cuerpo. Volteó y vio al humano al final de la nube de polvo a varios metros de distancia lo que le provocó una confusión muy grande.
Por su parte, Zapata tomó de nuevo el revólver con su mano izquierda, guardó el fusil poniéndolo en su espalda, y con la derecha tomó balas de las cintas en su pecho para recargar su arma de 10 municiones; cerró el arma, la preparó y adquirió una postura defensiva.
El Dios celta salió de los escombros sin darles importancia. Zapata, que apenas había visto cuando Cernnunos volteó a ver su cuerpo, suspiró con pesadez.
– Tal parece que se checó para comprobar si lo estoy engañando, ¿no?
Cernnunos no le contestó, lo que hizo bajar un poco más el semblante del humano.
– ¿Cree que lo estoy engañando? ¿He dicho algo para que piense eso? – soltó una risa baja, bajando su guardia para parecer más amistoso – Hay una verdad que le quiero decir, compadre.
– ¿Hmm?
– Podré perdonar a los que roban y matan, pero nunca a los que traicionan. Es por eso estoy aquí: para limpiar el mal título que nos dejó esa vieja pendeja. Así que, en chinga le pido una disculpa.
– ¿Una… disculpa?
– Si me he ganado su confianza… ¡Es todo un halago, la mera verdad! Pero le dejaré en claro cuál es el este pedo.
Cernnunos le prestó más atención que antes. Zapata levantó la pistola en la mano izquierda y el puño con la derecha.
– Espero no haber dicho o hecho algo para traicionar su confianza. Bueno, excepto lo del machete, pero espero entienda eso fue solo un capricho para pelear un poco. Fuera de eso, no tiene derecho de acusarme como un "engañador"; tal vez misterioso, pero no mentiroso. Así diríamos que… es usted mismo quien se está engañando.
El Dios celta respiró molesto; de hecho, la razón por la que había volteado antes no era porque estuviera pensando en un engaño, pero seguía pensando en un posible futuro engaño.
– ¿Piensas que voy a creer ciegamente las palabras de un bandolero como tú?
– Bandolero, dice usted… – Zapata suspiró con la misma molestia que mostró el Dios – Este pedo será un muy mal desmadre.
– Dices que no hay engaños… Eso lo decidiré yo, aunque sé que es mentira.
De inmediato Cernnunos volvió a arrojarse contra el humano; con sus piernas corrió y saltó con todas sus fuerzas. En tanto, Zapata volvió a tomar postura ofensiva y comenzó a correr de espaldas para descargar sobre Cernnunos las balas de su revólver.
El resultado fue el mismo que el anterior: las balas cortaban la distancia en un santiamén para chocar con el torque y brazalete de Cernnunos; se hacían añicos al contacto con el metal divino del celta, y la mayoría de los pedazos golpeaban el cuerpo del Dios generándole heridas diminutas que derramaban su sangre divina.
– ¡Vamos general!
– ¡Tú puedes contra ese Dios!
– ¡Mata a ese pendejo!
Los miembros del Ejército Libertador del Sur exclamaron muy alegres; aunque destruyera las balas Cernnunos salía herido en todo su cuerpo. No importaba que no dieran el impacto principal, las balas ya cumplían el propósito de herir al Dios.
Por su parte las deidades no estaban a gusto con el desarrollo de la pelea: al comienzo tuvo la ventaja, pero ahora las cosas habían cambiado drásticamente. Ahora Zapata tenía al Dios Cernnunos acorralado…
O eso parecía.
En cuanto se acabaron las balas de su revólver, Cernnunos apresuró el paso para alcanzarlos mientras que Zapata actuó con rapidez inhumana: abrió su arma, con los dedos de su mano libre expulsó las balas de las cintas hacia el arma, y volvió a cerrar para ponerla en marcha de nuevo.
Pero, en cuanto iba a disparar de nuevo, se dio cuenta del movimiento de Cernnunos; en vez de ir dicho al humano, se desvió hacia los edificios que rodeaban la calle.
– Ya confirmé que esto no es arma divina. – susurró Cernnunos a si mismo en referencia a la ciudad – Pero puede ser… Un arma humana.
Sin esperar más, el celta estiró su mano y golpeó una pequeña casa de piedra, haciéndola pedazos al instante. Y continuando con su movimiento, la palma extendida levantó los escombros con polvo para arrojarlos hacia Zapata como si fueran proyectiles veloces.
– ¡Cernnunos usa la ciudad misma en contra del humano! ¡Le arroja escombros de una casa que acaba de destruir!
Las mujeres, las que anteriormente se había referido Zapata, gritaron en coro asustadas con gran preocupación.
El humano recibió todas las rocas casi de lleno; sin pensarlo sin pensarlo descargó su revólver sobre la lluvia del escombros, logrando destruirlas todas gracias a la condición divina de sus balas.
Pero antes de darse cuenta acababa de descargar por completo las municiones del revólver, y al girar la cabeza vio a Cernnunos avanzar desde detrás de la ráfaga de piedras hacia él con un salto repentino. En ese momento Zapata lo entendió.
– ¡No puede ser! – Lífthrasir exclamó a voz en cuello, también entendiendo – ¡Los escombros fueron una distracción!
– ¡H-Hizo lo mismo que mi hijo! ¡Le puso una distracción para dar su verdadero golpe!
Hlökk se llegó un dedo a la boca y mordió con tal fuerza que se consiguió una pequeña herida con sangre, así como hubiera hecho Brunhilde.
Ahora era Zapata quien estaba acorralado; saltando hacia atrás no tenía forma de esquivar al Dios, quien con su puño cerrado estaba por dar un golpe directo. Solo le quedó hacer lo mismo que antes:
Impuso sus pies en el suelo en cuanto lo tocaron, tiro el revólver hacia atrás al suelo y levantó ambas manos para sujetar el puño de Cernnunos y detenerlo en seco. El choque supuso una ráfaga de viento que sopló en la arena por completo; casi tiro a Zapata, pero pudo hacer la misma hazaña que antes.
– ¡Cernnunos casi atina su puño directo, pero Zapata ha vuelto a detenerlo usando sus manos desnudas!
El mexicano impuso de su propia fuerza para detener al Dios; sin embargo, poco a poco Cernnunos ganaba terreno con su puño cerrado que sujetaba el torque divino.
– Aunque seas más fuerte que el promedio de tu raza, no puedes superarme en eso – Cernnunos apretó los ojos con molestia, aplicando más fuerza en su puño – Ríndete.
El mexicano tenía el rostro fruncido por el esfuerzo, pero no fue impedimento para que riera de forma burlona.
– Solo… solo un pendejo… ¡Haría eso!
El mexicano siguió esforzándose, hasta que tras su largo intento consiguió hacer retroceder al Dios celta; unos pocos centímetros, pero era un resultado muy real.
– ¡No puede ser! – los ojos de Taranis y Teutates se abrieron en gran sorpresa – ¡Un simple humano… está empujando a nuestro maestro!
Morrigan tenía la misma expresión; sin embargo, por lo bajo de la vista sus manos se abrieron para que surgiera en ellos un pequeño rastro de magia negra. En cuanto se hizo un poco más visible para el líder de los celtas, Lugh tomó la mano de la Diosa, de manera que deshizo la magia de inmediato.
– ¿Qué estás haciendo Morrigan?
– ¿Yo? ¡Nada, nada! – rió la Diosa de la guerra y muerte, muy similar a cómo lo hubiera hecho el Dios nórdico de las travesuras Loki – Solo pensé que a Cernnunos le vendría muy bien un poco de ayuda… ¿Acaso quieres que nuestro colega sea derrotado por un humano?
– Ni se te ocurra hacerlo – más que orden, el Dios celta habló como una petición desesperada de un rostro aburrido y poco amigable – De lo contrario me meterás en líos con Zeus-sama y Thor-sama.
– ¡Pero el viejito nos permitió hacer lo necesario para ganar este Ragnarok!
– Si, pero Thor-sama no. Y le tengo más miedo a Thor-sama que al viejito.
– Nunca creí que esas palabras saldrían de tu boca.
– Además, que hagas uso de tu magia me dice que desconfías de Cernnunos, ¿Crees que no podrá vencer?
– ¡Por supuesto que sí y no! ¡Para eso lo metimos en la lista, en vez de a mí!
– Lo sé… – Lugh dejó las manos de la Diosa y volvió a mirar a las pantallas de la arena – Cernnunos nos ha demostrado que puede contra cualquiera a su paso. Incluso a mi me cuesta darle batalla.
– ¿Hablas de la vez que se portó como un idiota por las muertes de Dana y Llyr? ¡Era un gran imbécil en ese entonces!
– ¡Hey! – Teutates levantó la voz – ¡No te atrevas a hablar mal de mi maestro!
– Esta vez tiene razón Morrigan. – dichas palabras de Lugh sorprendió a los 3 pequeños Dioses – Por ese tiempo Cernnunos tenía ideas exageradas en cuanto a su filosofía.
– ¿Me… Me estás… dando la razón…? – los ojos de Morrigan brillaron con emoción – ¡Nunca creí que oiría esas palabras estando viva! ¡Es como un milagro!
– Pero, Lugh-sama… – Taranis trató de refutar – ¡Nosotros también vimos en esa época!
– Ustedes vieron lo que Cernnunos quería que vieran, y así siempre ha sido: responsable con sus inferiores y sincero con sus iguales. Sus ideales de la naturaleza siempre han sido más que su sentido común… Pero…
Lugh sonrió con gran orgullo.
– Es justo por eso que sé que no perderá.
En la arena el Dios celta siguió imponiendo su fuerza física para empujar al humano; sin embargo Zapata tampoco cedía y conseguía igualar el gran calibre del Dios. La situación estaba muy igualada entre ambos.
– ¡Cernnunos y Zapata han llegado a un nuevo equilibrio! ¡Ambos, humano y Dios, han igualado sus fuerzas físicas, a pesar de sus diferencias!
– ¡Esto es impactante! – Forseti también reaccionó de esa manera – Un simple humano igualando en puños a un Dios… ¡Es cómo Aquiles contra Huitzilopochtli-sama!
Syf dejó de lado su malestar, que tenía desde que Thor desapareció, para desviar la mirada a las pantallas que transmitían el combate.
A decir verdad, se sorprendió al momento de ver al celta astado igualado así; no tanto por conocer al Dios, que lo conocía, sino que también pudo visualizar a su esposo Thor; presenciar ese duelo le trajo recuerdos e imaginaciones curiosas, que le abrieron los ojos grandemente.
– Si… Es impactante…
Por último, Zapata se atrevió a dar un paso nuevo: con un veloz movimiento, soltó una de sus manos que sostenían el puño de Cernnunos para dirigirlo a su cinturón en dirección al revólver. El celta lo vio mientras su mente reaccionó a la misma velocidad que la mano del humano.
« Va a usar su arma, pero no tiene munición. O va a recargarla o… ¡O la usará para golpear! »
El humano tomó su arma del cañon a manera de usarla como una nudillera; la levantó y direccionó para golpear al Dios, al tiempo que éste retiró su puño.
Cernnunos apretó el torque y volvió a lanzar otro golpe directo, el cual fue esquivado rápidamente por Zapata. A su vez, el humano lanzó un golpe con la pistola que dio sobre el brazo fornido del celta, logrando hacer un moretón al poco tiempo.
El celta trató de dar más golpes con ese mismo puño levantando nubes ligeras por la fuerza tremenda que empleaba, pero el humano de alguna manera se movía con más rapidez que antes, al esquivarlo a tiempo para después atinarle golpes certeros aunque no tan fuertes. Cernnunos también se percató de esa extraña rápida reacción.
El humano levantó su arma para golpearle de nuevo, al tiempo que Cernnunos estiró su otra extremidad con un manotazo directo para alejarle.
– Golpes así no funcionarán contra mi.
– Eso veremos.
De inmediato el mexicano levantó su pierna y pateó el cuerpo de Cernnunos. El golpe no fue efectivo en cuestión de daño; el cuerpo del celta era muy macizo y lleno de músculos gruesos como para herirlo, aunque logró generarle un leve dolor que le llamo mucho la atención.
Esa fue una patada desesperada que no iba a ser efectiva para hacer daño… pero ese no era el objetivo principal.
La patada dió suficiente impulso al mexicano para salir disparado hacia atrás de forma que pudo escapar del área de combate contra el Dios.
– ¡Zapata ha atinado una patada en el Dios celta para alejarse de él!
– ¡Vamos hermano!
– ¡General Zapata!
– ¡Apúrate cabron! ¡Ya hazlo mierda!
Cernnunos se dio cuenta de la estrategia del humano y comenzó a correr para perseguirlo.
Con su mano libre Zapata tomó un par de balas, abrió el revólver y lo preparó a tiempo; aunque, a diferencia de los otros disparos, esta vez el mexicano hizo girar varias veces su brazo como una hélice y entonces apuntó rápidamente para disparar al Dios celta.
La bala se dirigió a toda velocidad al celta, aunque estaba bala parecía cargar mucha más fuerza y velocidad que las anteriores; Cernnunos interpuso el brazalete de su brazo para defenderse, y ocurrió un tercer evento singular:
El metal explotó al contacto con el brazalete, con una fuerza tan tremenda que esparció una ligera onda de choque y detuvo en completo seco a Cernnunos, además de esparcir una pequeña nube de niebla. Los espectadores se sorprendieron bastante.
– ¿¡Eh!? ¿¡La bala de Zapata ha explotado y detenido a Cernnunos de un solo impacto!?
El Dios celta miró su brazalete con gran sorpresa; el dolía la muñeca ay tenía una abolladura sobre su defensa divina, aunque aún no había atravesado el metal.
– ¿¡Pero qué fue eso!? – exclamó Ares asustado – ¿¡Cómo pudo ese humano detener a Cernnunos con tanta facilidad!?
– Ese humano tiene más sorpresas con cada segundo que pasa. – concordó Hermes con una sonrisa.
– ¡Eso es efecto de bala!
Atenea con los ojos muy brillantes exclamó para llamar la atención de sus hermanos mayores.
– ¿A qué te refieres con "efecto de bala"?
– Es una habilidad poco común… – Atenea empezó a hurgar en las bolsas de su chamarra – La capacidad de lanzar objetos sin que obedezcan las leyes de física… ¿Cómo se los explico, mis onii-chan 1 y 2?
– ¿Así como los cuchillos cúrveos de Jack el Destripador? – inquirió Hermes.
– ¡Exacto! Al realizar el tiro de un objeto, se puede lograr que tenga un efecto. Por ejemplo, el asesino podía lanzar cuchillos a largas distancias que tuvieran trayectorias cúrveas; este bandolero revolucionario pudo lograr en el aire impulsar su disparo para que tuviera mucha más fuerza que uno normal.
– ¿En serio? ¿¡Ese humano puede hacer eso!? – preguntó Ares confundido.
– Es muy difícil de lograrlo, algo que incluso yo practicando mucho pocas veces he logrado. Que una arma tenga trayectoria cúrvea no tanto, pero hacer que una bala disparada sea más fuerte… Eso significa que tal vez pueda provocar otros tipos de efectos en sus balas, y eso es…
De repente, Atenea sacó la lengua para chupar su labio inferior en berrinche.
– ¡Rayos! ¡Es una gran posibilidad para aprender! ¡Cuánto me habría gustado luchar contra ese humano!
Atenea siguió rebuscando en su chamarra, hasta llevarse la gran y poco agradable sorpresa que ya no tenía más dulces.
– ¡Demonios! ¡Ya no me quedan dulces! ¡Necesito más, o de lo contrario, mi IQ va a disminuir a niveles drásticos ! ¡Por no mencionar que mi hermosa figura se perderá!
– No seas exagerada hermana. – se burló Hermes, provocando que la Diosa soltara un puchero infantil junto a un ligero llanto.
Cernnunos se sacudió los brazos con pesadez; ese disparo había sido mucho más perjudicial que los anteriores, y volteó a mirar al humano.
– Solo sabes hablar mentiras. Este es otro de tus estúpidos trucos.
– ¿Otro truco? ¿Por qué solo piensa mal de mi? – el mexicano rió por lo bajo – Tiene muy mala imagen de mi, compadre, ¡Algo que unas chelas podrían cambiar!
Zapata giró el revólver en su mano y lo levantó para exponerlo.
– ¿Quiere saber la verdad? La verdad es que soy muy bueno en esto de los balazos.
– ¿Disculpa?
– ¡Por supuesto! Me pude quebrar a los pendejos que estuvieron chingando a mi pueblo con una de estas… También con un fusil, como el que tengo en la espalda, y con balas como las de estas cintas… ¡Esa es toda mi verdad, compadre vegetariano! Si lo llegó a sorprender en alguna otra cosa, ¡De una vez le pido disculpas!
Cernnunos se sorprendió por la sinceridad y facilidad en su habla. Pero todo lo que hizo fue erguirse por completo, mover un poco la cola que tenía tras sus piernas, y levantar su cabeza para mostrar mejor sus astas como de alce.
– Así que todo lo que haces es disparar con tus armas de fuego y tener fuerza como de un Dios. No creí posible que un bandolero tuviera esas características, pero no importa.
– ¿Hm?
– Todo lo que tienes y cuentas para pelear está en tus manos. En cambio, yo cuento con todo el mundo a mi favor.
– ¿De qué habla compadre?
El Dios celta respiró muy hondo, y juntó sus manos en una palmada al frente. Después susurró con voz profunda de forma que se escuchó en todo el estadio.
– Viridis Affinitatis… Magia y vida de la Madre Tierra… ¡Ven a mi!
Una ráfaga de viento surgió en el campo de batalla; corrientes fuertes de aire fueron directo al Dios celta como si los estuviera succionando. Zapata tuvo que tomar el sombrero en su cabeza para evitar que saliera volando.
– ¿Pero qué…?
– ¡Es esto! – Morrigan sonrió emocionada – ¡Por fin!
– ¡Maestro! – los 3 pequeños Dioses se emocionaron de la misma manera.
De los árboles, arbustos y plantas predentes en el campo de batalla surgió un polvo como polen, de color verde fosforescente que surgió de sus ramas, hojas y raíces, el cual voló por medio de las corrientes de viento hasta el Dios celta. Dicho polen recorrió su cuerpo, su capa pesada en la espalda y los músculos corpulentos, para concluir su viaje en sus enormes astas de alce, llenando el hueso y musgo que los conformaba.
Cernnunos volvió a abrir los ojos, los cuales ya no eran dorados sino del mismo verde fosforescente que el polen; separó sus manos y levantó la derecha, formando con la mano y dedos una especie de garra animal.
– Frasan Fèidh*!
[Frasan Fèidh – "Embestida trueno del ciervo" en gaélico escocés]
Sin esperar más, descendió su mano y realizó su ataque. El polen absorbido por sus cuernos se movió en el cuerpo del celta con gran rapidez para alcanzar su brazo. Mientras recorría desde el cielo al suelo, la magia salió de sus dedos y formó una gigantesca cabeza de ciervo que poco después salió por completo de su mano y recorrió su camino al humano.
– ¡Eso es…! – Ares y Hermes se sorprendieron bastante.
Debido a que la forma del ataque del Dios celta era muy parecido al primer éxodo de Hércules, el León de Nemea.
La cabeza de ciervo corrió al mexicano muy veloz, destruyendo a su paso todo sobre el suelo de la calle. Zapata se dio cuenta del peligro y emprendió la huida, aunque se dio cuenta poco después que no iba a escapar a tiempo.
Tomó su revólver e imitó el tiro con efecto que le había hecho al Dios hace unos momentos; disparó la bala que a su vez recorrió con gran fuerza y velocidad, y al contacto con el ciervo detonó en una gran explosión que liberó una nube de polvo que cegó lo que había enfrente.
Estuvo a tiempo de cantar victoria, pero hubiera sido muy en vano.
Detrás del humo, despejándolo en su totalidad como si fuera una cortina muy ligera, y la cabeza de ciervo chocó de lleno en el humano. Al momento del impacto, la magia se disipó en una onda de choque que creó un enorme cráter en el suelo, derrumbó un par de casas a los lados de la calle, y el mexicano salió volando por los aires.
Su espalda golpeó en el edificio donde finalizaba la calle; atravesó la casa, de lado a lado, y terminó al otro lado; chocó boca abajo con fuerza sobre el suelo y escupió de su sangre en gran cantidad. Sus ropas se rasgaron, su revólver y su fusil salieron volando y su sombrero cayó al suelo lejos de él.
– ¡Esto es… increíble! – Heimdall exclamó con los ojos fuera de órbita – ¡Con un golpe de frente, el Dios celta se ha deshecho del humano! ¡Al igual que Hércules uso el león para golpear a Jack el Destripador, Cernnunos ha usado el ciervo para encarar a Emiliano Zapata!
Los 3 alumnos del celta gritaron con gran emoción, a la par que los demás Dioses celtas a sus espaldas.
– ¡Maestro! ¡Eso fue genial!
– ¡Muy bien, maestro! ¡Eso era todo lo que necesitaba!
Lugh sonrió con orgullo y de reojo miró a Morrigan con arrogancia.
– ¿Ahora qué, Morrigan? ¿Te parece que Cernnunos necesita tu magia oscura?
– ¡Argh! – la Diosa hizo un puchero – ¡Cállate Lugh! Si hubiera hecho eso desde el principio, todo ya habría terminado.
– Tal vez.
En el palco de las chicas Lífthrasir tenía los ojos como platos mientras que Eva había soltado un grito de susto por ver lo que le hicieron a su hijo.
– ¿Eso… que fue…?
– Nuestra desventaja.
Hlökk, con la mirada baja y sombría, empezó a explicar.
– Ese chico pidió ventaja para la pelea, que ha mantenido bien hasta ahora al moverse entre las calles que ya conoce. Pero Cernnunos también había pedido una ventaja para si mismo.
– ¿Una ventaja? ¿Cuál es esa… ventaja, nee-sama?
– Cernnunos es el Dios de la naturaleza celta. Todos los Dioses que cuidan y controlan la naturaleza, así como lo hace él, tienen la misma magia en común. "Viridis Affinitatis", la afinidad verde.
» Esa magia les permite recolectar la energía y sustancia de la naturaleza, para usarlo a su favor: el latir y los rugidos de animales, el verdor y fuerza de plantas. Tener vida natural a su alrededor da a los Dioses naturales mayores capacidades: fuerza, velocidad, resistencia, vitalidad…
» En el caso de Cernnunos, esos gigantescos cuernos le permiten una única capacidad de entrar en contacto con la naturaleza, recolectar la magia verde en masivas cantidades, y soltar fuertes ataques y hechizos poderosos que podrían derrotar a cualquiera fácilmente.
Hlökk resopló por lo bajo.
– En pocas palabras, entre más naturaleza haya a su alrededor él se vuelve más poderoso. Esa es la ventaja que tiene Cernnunos.
Lífthrasir chilló en voz baja, mientras los ojos de Eva transmitieron su ahora enorme preocupación y miedo.
– ¿E-Eso quiere decir… que…?
– ¿Zapata no tiene chance en esta arena…?
– Por eso tiene que terminar todo esto lo mas rápido posible. Mientras más tiempo pasen en esa arena de batalla, Cernnunos se hará más poderoso; sus cuernos recolectarán más magia, y será nuestra perdición.
– ¡No puede ser! – la pequeña valkiria exclamó asustada, al mismo tiempo que molesta – ¿¡Y por qué aceptaron esa desventaja, nee-sama!?
– No lo sabíamos. Nosotros fuimos los primeros en escoger peleador; lo comunicamos con los Dioses, y después de avisarles que el chico quería cambio de arena, ellos solo respondieron con que su peleador también quería cumplir una petición. No nos dijeron quién era, ni qué pidió; era la única manera de cumplir el capricho de este chico.
– ¡Entonces, no debieron aceptar la arena! ¡Zapata no debió haber luchado allí si tendríamos que cumplir una condición que nos daría desventaja!
Hlökk respiró hondo antes de dar su siguiente declaración.
– Para ganar esta guerra, a veces tendremos que luchar con mucho en nuestra contra. Ahora Cernnunos ha logrado dar un golpe directo con su ventaja, pero…
La valkiria abrió los pops para mirar fijamente al campo de batalla.
– No sólo este cambio de arena. Ese chico tiene sus propias ventajas.
El mexicano escupió mucha sangre al suelo, y con mucha dificultad trató de levantarse del suelo usando sus manos.
– Chingada… Eso me tomó por sorpresa. Fui muy pendejo por quedarme parado…
« ¡Maldita sea! ¿¡Qué rayos te pasa en la cabeza!? »
Zapata rió por lo bajo, para extender la mano izquierda y tomar su sombrero que después depositó sobre su cabeza.
– Fue una pendejada, pero ahora tendremos más cuidado.
Una vez que terminó de levantarse por completo, estiró su espalda hasta que crujió ron sus vértebras, y con ello pudo sentirse mucho mejor que antes.
– ¡Así está chingón! Ahora… – dobló las rodillas, solo para tomar el revólver, guardarlo en su cinturón, y después adquirir el fusil como ambas manos en un agarre ofensivo para usarlo – No hemos terminado, ¿Verdad que no?
« ¡Por supuesto que no! »
– Awebo. Entonces sigamos nuestra pelea.
Fecha de publicación: 2 de junio del 2022
ASFD
Nota de autor: Muy buenas gente. Creo que hasta ahorita la pelea apenas logró activarse por completo; y con esto también estamos por entrar a la siguiente fase de la pelea UwU.
Si tienen ideas posibles a incorporar, pónganlo en los comentarios (sin miedo al éxito; tal vez alguna se haga canon UwU).
Sin más que decir, ¡Los leo en el siguiente capítulo!
Recordatorio: La publicación de capítulos es cada 21 días.
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