Capítulo 18.2: Guerra de Egipto. Tercer humano
Geir llegó hasta la sala de los registros Akáshicos.
Tras entrar, vio a Jack sentado en una silla junto a la mesa de los registros, tomando té en una taza y con la tetera y una taza extra puestos sobre la mesa. A su vez, cuando el hombre inglés vio a la valkiria entrar, sonrió y extendió su taza en señal de saludo caballeroso.
- Good evening, ma'am.
- Hola Jack - sonrió Geir, sin sentirse sorprendida por la presencia del hombre en la sala - Supongo que lo sabes, pero ya terminó el segundo encuentro.
- Estuve enterado - contestó Jack como ligereza - Una victoria muy similar a la del caballero Kojiro... y también la primera victoria a manos de una mujer...
Pensó en aquella idea unos segundos, antes de soltar una diminuta sonrisa sarcástica para si mismo.
- ¿Has visto a mis hermanas? - preguntó Geir, y de inmediato se dio cuenta del error de su pregunta ante por lo que se corrigió ante portes de que hablara el hombre - Quiero decir; me refiero a Líf y Lífthrasir. Las mandé aquí para que pudiera hablar con Hrist y Sasaki a solas sobre la intervención de Jingu.
Jack tomó un poco de su te y asintió con la cabeza.
- Si, las vi llegar aquí, sin embargo... ambas se fueron por caminos separados después de un tiempo.
- ¿Eh? ¿Caminos separados? ¿A qué te refieres?
- Traté de reunirlas, pero lograron escaparse de mis manos. Escuché que tuvieron una discusión por algunas cuestiones del segundo combate que no compartían, y por estar escogiendo opciones para el tercer combate.
- Si. Yo les deje escoger a alguien mientras me esperaban...
- Ninguna de las 2 estuvo de acuerdo con la otra, y caminaron en direcciones separadas, cuando traté de juntarlas para que no se perdieran. Pero, como le digo, fue en vano.
- Así que ambas se pelearon...
Geir pensó unos segundos en ello, tras lo cual solo movió una de sus manos como si no tuviera importancia.
- Siempre hacen lo mismo. Si no están jugando, están discutiendo, y muchas veces terminan peleadas y separadas, pero siempre se reconcilian.
Tomó su teléfono y mandó un mensaje.
- Ellas podrán solucionarlo, pero por lo mientras le pediré a Leonidas que las busque para que no anden solas en este estadio.
- De acuerdo. - respondió el inglés.
- Y... también hablaré a mis demás hermanas. Debemos de elegir al siguiente peleador de la humanidad.
Mientras lo hacía, sus manos temblaban ligeramente al recordar sus conclusiones pesimistas que había tenido hace unos momentos. Jack dirigió su ojo especial a la valkiria y pudo notar perfectamente una esencia de preocupación.
- Parece que está preocupada por todo este asunto... - Jack tomó la taza de cerámica extra - ¿Le gustaría un poco de té?
- ¿Eh? - la valkiria estaba divagando un tanto cuando Jack le habló, por lo que le sorprendió verlo con la taza extra levantada - ¿Disculpa?
- ¿Un poco de té?
- ... Si, por favor.
Jack sirvió la taza y se la extendió a la valkiria, quien la tomó en sus dedos pequeños y finos y tomó del contenido de la misma.
- ¿? ¿Cómo haces que tus té sepan así de bien? - la valkiria estaba sorprendida por el sabor del mismo a pesar de solo ser un poco de agua.
- Un caballero no revela sus secretos... - sonrió el hombre.
- Típico de ti...
El teléfono que la valkiria dejó en la mesa sonó repetidas veces, lo cual sorprendió a ambos por igual.
Geir cambió su bebida por el dispositivo para atender al mismo, y tras leer lo que le habían mandando mostró clara sorpresa.
- ¿Son sus hermanas? - preguntó Jack interesado.
- No. Es... - leyó el mensaje otra vez, pero no entendía su significado - Es de... El informante de los Dioses...
- ¿Oh?
- Se supone que me enviaría el orden, pero tan solo dice... "Ya sabes quien sigue..."
Geir lo pensó un par de veces, dando una vuelta en la sala antes de convertirse a su sitio anterior.
« ¿Ya sé quien sigue? Tal vez se refiera a que peleará alguien que conozco... ¿¡Entonces el siguiente será Zeus-sama!? ¿¡Saldrá a pelear así de pronto!? Bueno, hace mil años hizo lo mismo, pero...
» Fuera de eso, también conozco un poco a Hela-sama pero he escuchado que no es muy partidaria de estas cosas, por lo que no creo que ella sea la siguiente... Y ellos 2 son los únicos que conozco... ¿A qué se refiere este mensaje? »
- No, no lo entiendo. Yo no sé quién va a seguir, o... no sé si es algún tipo de acertijo...
Jack se quedó en silencio, pensando en aquellas palabras. Un recuerdo golpeó su mente, y aunque sabría lo que iba a despertar emocionalmente hablando decidió continuar.
- ¿No será... con respecto a la derrota de ese Dios cocodrilo?
- ¿Hmmm?
- Recuerdo que algo similar pasó cuando perdió el Dios de los mares en la ocasión pasada. Los Dioses de Grecia quisieron vengar su muerte, por lo que mandaron a su peleador para limpiar el marcador... Aunque...
No tuvo que decir más, ya que Geir conocía perfectamente lo que seguiría.
Jack se refería al comienzo de su pelea, la cuarta ronda, contra Hércules. Geir, incluso mejor que Jack, sabía sobre ese asunto puesto que junto con Brunhilde se enteraron que Hércules sería el siguiente y la pequeña valkiria pudo ver cómo su onee-sama escogía al asesino para quebrantar a su justiciero hermano mayor.
El estómago le dio vueltas al recordar ese comienzo de la cuarta pelea, y también sé sintió grandemente incómoda al estar parada junto al asesino de Hércules. Como signo de respeto Jack solo agachó la cabeza levemente.
- Esa es mi opinión. Puede que este mal, pero... Cualquier ayuda bastaría en estos momentos...
Geir solo permaneció en silencio, con su teléfono en mano y el mensaje abierto. Y rápidamente su mente comenzó a trabajar.
« Bien... creo que lo de menos ahora es sentir esta incomodidad por este tema... » se llevó una de sus manos a su barbilla « Si lo que Jack dice es verdad... Eso quiere decir que enviarán a un Dios egipcio para pelear en venganza de la muerte de Sobek... ¿Quiénes eran los Dioses egipcios en la lista? »
La valkiria busco entre sus archivos la lista de peleadores de ese Ragnarok, y al encontrarla recorrió uno por uno los nombres allí escritos. En cuanto vio aquellas 3 letras, se detuvo en seco y un miedo le invadió completamente; apenas fue capaz de pronunciar palabras.
- N-No puede ser... La siguiente de los Dioses... será Nut-sama...
-¿Eh? ¿"Nut-sama"?
Las otras 5 hermanas valkirias entraron entraron la habitación con frenesí y rapidez: ellas 5 son Hlökk, Sigrune, Skuld, Skogul y Mist.
- Leímos tu mensaje.
- ¿Ya empezaremos hermana?
- ¿Ya comenzará la siguiente pelea?
- ¡Me siento muy nerviosa!
- ¡Tranquilas todas! - habló Hlökk, tratando de encabezar el grupo - ¡No podemos entrar de esta forma y causar un alboroto! Primero, veamos lo primero...
Con más calma, las 5 se dirigieron a Geir, al mismo tiempo que Hlökk se sorprendía grandemente al ver al Jack en esa habitación.
- Ma'am...
- ¿Qué haces aquí? ¡Deberías estar en tu propia habitación!
- Traté de cuidar de sus pequeñas hermanas...
- ¡No es excusa suficiente para tenerte por ahí!
Estaba a punto de seguir discutiendo, pero cuando ella y sus otras 4 hermanas se encontraron su la menor con una mirada paralizada todas se tranquilizarnos enseguida y le prestaron atención.
- ¿Qué ocurre? - preguntó Sigrune discretamente.
- No... - Geir caminó a la mesa de los Registros Akáshicos para apoyarse en la misma - Nut-sama será la siguiente.
- ¿¡Nut-sama!? - todas las valkirias gritaron al unísono, completamente asustadas al oír dicho nombre.
- T-Tiene sentido. Sobek perdió ante Jingū, y seguramente Egipto quiere vengarlo.
- ¡No puede ser! ¡No puede ser! - Skogul se movió de un lado a otro en la habitación - ¡Estamos perdidos!
- Si esa Diosa realmente es la siguiente... Estamos muy jodidos...
Geir tecleó en su teléfono con sus manos temblorosas, mientras Jack se levantaba de su asiento.
- Ese nombre me es desconocido... ¿Por qué causa tanto terror entre ustedes?
- Ella... Nut-sama... - comenzó a explicar Skogul - De acuerdo con lo que nos informó Thor-sama en este milenio... Es la Diosa madre de la Trinidad de Egipto, los que estaban por encima de Sobek.
- ¡Oh!
- Es una Diosa que representa la bóveda celeste; prácticamente todos los cielos, incluso los reinos de los Dioses. Además, recuerdo que por si fuera poco tiene el título de Primigenia...
- ¿"Primigenia"?
- No sabemos mucho de ellos - habló Mist - Ellos nos se habían dado a conocer hasta este milenio. Son las deidades más poderosas de todas y se diría que fueron los primeros Dioses del universo. Mucho antes del tiempo mismo...
- ¿En serio puede existir un Dios tan antiguo?
- Y no sólo eso... Sino que en teoría son más poderosos incluso que Zeus-sama...
- ¿¡Está confirmada!? ¿¡Nut-sama realmente será la siguiente!?
Geir miraba su teléfono con nervios, esperando la respuesta de su informante nace la pregunta que le había lanzado. Tras un largo rato de temblor y silencio, hubo una respuesta.
- "¡Muy bien, acertaste! Nut es la tercera"... - Geir se quedó atónita - ¡¡Mierda!!
Todas las valkirias se asustaron en terrible manera.
- ¡Estamos jodidos!
- Con Nut como tercera, será una derrota segura.
- No creo que podamos hacerle frente. Si ni siquiera se sabe si Zeus-sama podría hacerles un rasguño, mucho menos uno de nuestros Einherjer.
Geir apretó sus manos con todas sus fuerzas, al tiempo que cerraba sus ojos en inclinaba su cabeza al suelo.
- Demonios, demonios...
« Brunhilde-neesama... estamos en un callejón sin salida, y no sé que hacer. Sé que estoy pérdida, pero... tu sabrías darme un consejo y tu sabrías como salir de esto. Por favor, necesito una respuesta tuya, onee-sama... ¿Qué hago? »
En ese momento, unos pasos fuertes se comenzaron a escuchar fuera de la habitación, como si estuvieran marchando, hasta quedar justamente frente a la puerta. Todas las valkirias se miraron unas a otras, sorprendidas.
- ¿Eh?
- ¿Y eso?
- ¿De qué se trata?
Las valkirias caminaron para ver que era lo que ocurría. Geir abrió la puerta y se asomó por la misma, y encontró un pequeño grupo de soldados egipcios en formación.
- ¿Eh? - Geir parpadeó un par de veces - ¿Y ustedes qué hacen aquí?
- Oh, pequeña niña. Vine para hablar contigo.
La compañía egipcia se abrió paso y apareció Cleopatra, vestida de manera más formal y vistoso, como si fuera una faraona mucho más exagerada.
- ¡Cleopatra! - la valkiria menor se confundió al verla allí - ¿Cómo nos encontraste?
- Esos detalles son los menos importantes. Yo vine a hablar de lo que... supongo que ya debiste habrá comocido... - Cleopatra arqueó una de sus cejas a la menor - Supongo que ya conoces sobre los planes que tu hermana mayor la bipolar llevó a cabo.
- Si... sobre mi hermana Hrist, ¿verdad? Sobre su cambio de peleador.
- Si, a eso me refiero. - concordó la egipcia - No sé si sepas también... pero cuando cambie de opinión, una de tus hermanas me desafío para dejarme de lado a pesar de la manera tan cordial en que actúe~
- ¡Hey! ¡Así no fueron las cosas! - exclamó Hlökk enfadada asomándose entre sus hermanas y siendo detenida por las mismas.
- Si, ella misma me habló del desacuerdo que tuvieron antes de tocar la campana del segundo combate - concordó Geir.
- Bueno... aprovechando que todas tus hermanas están aquí, te daré mi opinión la cual espero que sea respetada - Cleopatra levantó su mentón con orgullo - Sigo molesta por esa resignación de permanecer con el cambio de peleador, por lo que vengo a reclamar lo que merezco. Quiero el tercer puesto del Ragnarok.
- ¡Eh!
Todas las valkirias mostraron sorpresa al oír la declaración de Cleopatra. La primera de ellas en hablar fue la valkiria que acompañó a Simo Häyhä.
- E-Eh... No creo que se pueda.
- ¿Eh? ¿Qué no se puede? - Cleopatra cambió instantáneamente su mirada arrogante por unos ojos rebosantes de enojo - ¿Y por qué no, si se puede saber?
- Verás, Cleopatra... Hay un pequeño lo inconveniente...
Geir estaba comenzando a explicar, pero Hlökk se libró del agarre de sus hermanas y fue a plantar cara a la mujer humana.
- ¡Por qué, a pesar de esa carta linda que cargas, ni siquiera tienes la menor idea de quien será tu oponente! Y nosotros que lo sabemos... ¡Estás momento seguras que te partirá la cara!
- ¿¡Disculpa!? - Cleopatra de inmediato se enfadó en gran manera contra la valkiria - ¿¡Cómo te atreves a hablarme así!?
Antes de que pudiera hacer algo contra la valkiria, Geir la tomó de los goteros y la arrastró hacia el sentido contrario.
- ¡Hlökk! ¡Esa no es la manera ni las palabras de decir eso!
- ¡Es que... esa tonta humana me pone tan de malas!
Geir arrastró a Hlökk y la dejó en brazos de Jack, quien ya había salido de la habitación. El caballero solo le limitó a rodear a la valkiria con sus brazos y evitar que la misma logrará escapar. Tras ello, la más pequeña regresó a Cleopatra mientras veía como sus hermanas combinaban confusión y muchas ganas de reírse.
- No, esa no fue para nada una forma de hablarte, Cleopatra. Lo sé...
- Lo único que me impide cortarle la cabeza es que es su hermana, además que este no es mi reino. Pero... No se podía esperar nada de la valkiria que hizo volund con un asesino sin escrúpulos.
- ¡! - Jack y Hlökk se quedaron en silencio.
- Verás Cleopatra, como te decía. Mi hermana dijo muchas cosas, y una de ellas es verdad.
- ¿Y cuál es?
- Que nosotras sabemos quien será el siguiente Dios.
- ¿Y bien? ¿Por qué tanto misterio?
Geir respiró profundo, ante la tensión y presión que generaba la mujer.
- La siguiente de los Dioses será Nut-sama.
Cleopatra se quedó completamente sorprendida en cuanto escuchó ese nombre, tanto que todas sus emociones negativas desaparecieron de inmediato y permaneció con una mirada vacía.
- Tú ya conoces a esa Diosa. Creciste escuchando sus historias, le rendiste culto en tu adultez; conoces sus títulos, y también deberías ser consciente del tipo de poder que posee. Y eso que conoces es poco comparado con lo que es en verdad.
Cleopatra dirigió sus ojos a Geir silenciosamente.
- No tenemos a nadie entre los Einherjer para que pueda enfrentarla, y creo... que tu tampoco podrías...
La humana se quedó en silencio total, mirando fijamente a Geir y luego mirando al vacío. Tras ese largo momento de quietud, se dio media vuelta repentinamente.
- Niña, ven conmigo.
- ¿Eh?
- En nuestro viaje a este lugar, recuerdo haber estado con unos enanos que se llamaban herreros divinos, halardeando que eran capaces de crear armas divinas que podrían matar al mismísimo Zeus. - el semblante de la mujer se volvió oscuro y sombrío - Tenemos que hablar con esos enanos de inmediato, sin perder ni un segundo. Necesitaré las mejores armas que tengan para destruir a Nut...
- ¡P-Pero...! - Mist trató de intervenir, pero su tartamudear no le dejó.
- Majestad Cleopatra - Jack se acercó a la discusión con cuidado - No sabemos si usted pueda pelear contra semejante-
- No necesito la opinión de nadie más. Michos menos la de otra valkiria y la de un asesino en serie. - declaró con arrogancia Cleopatra, volteando hacia Geir.
- ¿¡Eh!? ¿¡Quién te crees para hablar así!? - Hlökk se retorció en los brazos de Jack para tratar de escapar.
- Ya declare lo que quise declarar. - Cleopatra levantó una de sus manos - Yo seré la tercera peleadora, y nadie de ustedes es suficiente para hacerme cambiar de opinión.
Geir se quedó en silencio, pero a diferencia de sus hermanas no tan sorprendida por la arrogancia de Cleopatra. En cambio, todas ellas estaban enojadas y sorprendidas por su actitud, mientras que a Jack podía ver aquel color de superioridad destilar de Cleopatra de una forma enfermiza.
Cleopatra volvió a dirigir la vista hacia Geir.
- ¿Y bien? ¿Me acompañarás ya?
La valkiria se quedó quieta un instante, pensando en ello. Y, en cuanto dio el primer paso hacia Cleopatra, Mist la tomó del brazo y la detuvo.
- ¿¡Hermana!? ¿¡Vas a ceder!?
- ¿¡En serio hermana!? ¿¡Dejarás a esta mujer pelear solo porque quiere!? - Hlökk azotó los pies en el suelo un par de veces.
- No... - respondió Geir - No es porque quiera. Pero... Ella tiene buenas habilidades en el campo de batalla. Lo vi en sus entrenamientos, leí todo su expediente... Creo que es lo que necesitamos...
- ¿¡Y si pierde!? - gritó enojada Hlökk - ¡2 derrotas ante una!
- No me importa lo que tanto les esté preocupando a todas ustedes... - sonrió Cleopatra con malicia - Yo me encargaré de traer una pelea que esos malditos Dioses que tanto adoré jamás serán capaces de olvidar...
...
Esperando la entrada de Heimdall, en ambos lados de las gradas murmuraban con expectación y emoción. Tras los comentarios sobre la victoria de Jingū Kougou le seguían otros que comunicaban buenas expectativas de la tercera ronda.
Mientras los humanos se sentían felices y orgullosos por haber conseguido su primer empate tan pronto, los Dioses se sentían angustiados y preocupados mientras pensaban en quien sería el encargado de cambiar el marcador, tanto de los Dioses como de los humanos.
La oscuridad rodeaba completamente el estadio; únicamente unos reflectores gigantes enfocaban su luz en el centro del estadio. La arena tenía una forma cuadrada: de cada lado había un portón gigante con el nombre "humanidad" y "Dioses" escrito en su puerta; una muralla muy alta recubría las gradas, y el espacio dentro era mucho más grande que en las peleas anteriores, por lo que el estadio mismo era enorme comparado con antes para tener dicho espacio para la pelea.
Geir entró en su palco, y se dio cuenta de que ninguna de sus 2 hermanas pequeñas estaba ahí presente, lo que realmente la sorprendió. Por ello tomó su teléfono y mando un mensaje a sus hermanas mayores.
"¿Alguien sabe el paradero de Líf y Lífthrasir?"
Atenea había pedido el típico sillón que se uso para ver el primer Ragnarok para acostarse en el mismo mientras seguía comiendo sus papas fritas. Zeus estaba sentado a un lado del sofá, y Hermes permanecía detrás del mismo de pie. Sin embargo el asiento de Ares, al otro lado del sillón, se encontraba vacío.
- ¿Y dónde está el estúpido de Ares? - preguntó Atenea sin mucho interés a Hermes.
- Creo que fue a dar una vuelta a los jardines. No lo vi después que terminó el segundo encuentro.
- Probablemente vaya a buscarlo... - habló la Diosa, antes de volver a dirigir su mirada a la arena - Pero primero... ¡Quiero ver la entrada de Nut-sama!
- Esto será muy emocionante de ver - sonrió Zeus con clara diversión emergiendo de su rostro - Cómo dije, la última vez que vi a un Primigenio pelear fue cuando derroté a Cronos. Fuera de eso, conocí en este milenio un poco de esos Dioses, pero... Nunca vi y casi no escuche nada de Nut...
- Por lo poco que sabemos, ella ha sido la más reservada en ese grupo - comentó Hermes - La Trinidad principal de Egipto nos contaron lo que ellos saben de ella desde antes de su desaparición, antes de la Titanomaquia. Pero durante este milenio no tuvimos novedades.
- ¡Al parecer yo soy la única que no conoce nada de Nut! - exclamó Atenea con algo de indignación, y acto seguido comió un montón de papas - ¡Pero no importa! ¡Para eso estoy aquí el día de hoy: para actualizarme!
Los Dioses de Egipto estaban en silencio y penumbra, sintiéndose bastante molestos y enojados.
La Trinidad principal, Horus, Osiris e Isis, sentados en el palco especial que le pidieron a Zeus para ver mejor la pelea, se hallaban en silencio y con miradas de odio dirigidas hacia las gradas de la humanidad.
El único que parecía estar en calma era Khonsu, quien seguía sustituyendo el puesto de Hathor; pero, a pesar de su apariencia física, su corazón seguía dolido.
Geir miraba de un lado a otro mientras pensaba una y otra vez. El teléfono vibró, y tras verlo con rapidez encontró los mensajes de sus hermanas que negaban, todos y sin excepción alguna, saber sobre el paradero de las 2 valkirias menores.
- Diablos... - habló para si misma, mordiéndose un dedo debido a sus nervios - Si nadie sabe nada de ellas quiere decir que de verdad tuvieron una discusión. Hace mucho que no hacen eso, pero, ¿Por qué justo ahora?
Heimdall entró en la arena, vestido completamente de ropas egipcias que denotaban realeza y majestad. Tomó su Gjallarhorn con firmeza y mientras caminaba hacia el centro de la arena, habló con gran voz, atrayendo la luz de los reflectores.
- ¡El Ragnarok ha llegado a un punto que se creía olvidado!
Tanto la humanidad como los Dioses dejaron de lado sus murmullos de inmediato y voltearon para ver al Dios nórdico mensajero. Geir, por instinto, dejó su asunto pendiente para prestar atención momentánea hacia la arena.
- Los Dioses consiguieron la primera victoria en la primera batalla, mientras que la humanidad empata en la segunda batalla... ¡Tras mil años de espera por este evento, ahora vemos que los humanos y Dioses han alcanzado los mismos números en el marcador!
» ¡Con este contexto, den su respuesta para la siguiente pregunta que les haré, que seguramente es la misma respuesta para todos...! - el Dios levantó sus manos y con un dedo en cada mano señaló a ambos lados de las gradas, rebosante de emoción y diversión - ¿¡¿¡ESTÁN LISTOS PARA LA TERCERA PELEA DEL RAGNAROK!?!?
De inmediato los gritos de emoción y afirmación inundaron todo el estadio. Heimdall sonrió al tiempo que volvía a descender sus brazos a su altura.
Mientras Heimdall aún seguía hablando, la valkiria seguía con su preocupación por sus hermanas menores que conseguía incluso golpear en su estómago. Sin poder ni querer evitarlo, no se quedó quieta ni un segundo más en el palco.
- No lo soporto. Debo encontrarlas y saber que están a salvo.
Se dio la vuelta para salir del palco, pero en cuanto llegó al marco de la puerta se topó con la menor de las pérdidas, Lífthrasir, quien al parecer confundida entraba por la misma.
- ¡Lífthrasir! - se sorprendió Geir, y de inmediato se agachó para estar a su altura.
- ¡Onee-sama! - Lífthrasir, un tanto asustada, se lanzó a su hermana - Estaba pérdida en este enorme laberinto. Me alegra haber recordado como llegar aquí.
- Tranquila, tranquila... - Geir le correspondió con un abrazo de inmediato, y también sin esperar más le soltó su siguiente pregunta - ¿Dónde estaban Líf y tu?
- ¡P-Perdón por preocuparte, onee-sama! - la menor tembló ligeramente al decir esas palabras - Estábamos... viendo los Campos Elíseos nada más... y de repente estaba pérdida.
- Calma, calma. Estoy aquí contigo - Geir le besó la frente mientras la sostenía en sus brazos. Sin embargo, aun tenía su preocupación anterior, por lo que no pudo evitar soltar sus palabras - Me tenían muy preocupadas. Por favor, nunca vuelvan a hacer eso... De ahora en adelante, se quedan conmigo, con una de nuestras hermanas, con algún Einherjer, o con alguien de confianza. Pero, mientras estemos en los Campos Elíseos, no anden solas de nuevo.
- Si, hermana. - Lífthrasir pudo calmarse en los brazos de Geir.
- Ya, tranquila pequeña. Estoy aquí...
Tras unos instantes, Geir se percató de que ni detrás ni cerca de Lífthrasir no estaba su otra hermana, por lo que se separó de ella.
- ¿Lífthrasir? ¿En dónde está Líf?
- ¡N-No quiero hablar de ella! - la menor puso un puchero en su rostro y volteó a un lado, lo que provocó que Geir le mirara con autoridad.
- Lífthrasir, acabamos de quedar en algo. Dime en dónde está Líf.
La decimoquinta hermana seguía con su puchero y mirando hacia otra dirección. Antes de que que Geir volviera a hablar, la pequeña se le adelantó.
- Hay unos jardines con fuentes, como en el Valhalla. La vi irse por unos de ellos.
- Gracias - la mayor se incorporó y tomó su teléfono - Le mandaré mensaje a Hlökk y a Leonidas para que vayan a buscarla ahora mismo.
- Si, onee-sama.
- Ya que todos ustedes están tan emocionados como yo... - Heimdall levantó una de sus manos al cielo - ¡Es hora de presentar a los peleadores que librarán esta batalla!
Todos gritaron de emoción en las gradas, llenos de buenas expectativas. Atenea se removió con gran felicidad en el sillón.
- ¡Esto va a ser increíble!
- Ni que lo digas, hermanita.
- ¡Espero poder retener todo lo que está a punto de ocurrir! - sonrió la Diosa, abriendo aún más sus ojos - Oportunidades de ver a un Dios extremadamente roto en acción son pocas...
- ¡Por eso pronto verás a tu padre en acción - rió Zeus entrando en la conversación.
- Papito, hablo de Dioses de verdad.
- ¿¡Ehhhhhhhhhh!?
- Ahora si. Esos humanos lo verán... - habló en voz baja Horus, apretando uno derecho sus puños - ¡Esos humanos verán que no deben manchar el nombre de Egipto!
Khonsu solo permanecía quieto y en silencio, mirando el escenario con cierto desagrado al recordar que Sobek nunca hubiera pedido eso.
- ¡Comenzando con el lado de la humanidad, tenemos a nuestro tercer peleador...! ¡No! ¡Mejor dicho... ¡Nuestra tercer peleadora humana!!
- ¿Eh? ¿Otra mujer?
- ¡Mandarán a otra peleadora!
- ¡Ya vimos lo que puede hacer una mujer!
- ¡Espero que sea tan fuerte como Jingū!
De inmediato, del lado occidental de la arena, el portón metálico que contaba con la inscripción correspondiente para la humanidad, se abrió de par en par con gran lentitud. Y al mismo tiempo, el suelo de la arena comenzó a vibrar con cierto toque de batalla.
- ¿Eh? ¡El suelo...!
- ¡Está temblando!
- ¿¡Qué es esto!?
A la par, un gran número de soldados romanos que estaban en las gradas comenzaron a lanzar gritos de apoyo y porras para la presentación de aquella peleador. Los demás humanos miraban todo con confusión.
- ¡Esta mujer es conocida y alabada en la historia como uno de los símbolos supremos de belleza! Se le conoce por su gran conocimiento estético que ha inspirado la historia de la belleza, pero... ¿Acaso su lápiz labial y sus sombras la trajeron al Ragnarok? ¡¡No!!
De la puerta abierta, aparecieron una gran cantidad de soldados egipcios caminando en varias filas en formación, del mismo modo que si fuera un ejército listo para pelear. Todos en las gradas miraron con sorpresa y expectación. Lífthrasir se asomó en el palco y al identificar a los soldados sonrío emocionada.
- ¡E-Esos son...! ¡Eso significa que...!
- Libro muchas batallas y guerras en y por su nación. Guerras civiles para tomar el control de su trono, y guerras extranjeras para demostrar el poderío y su autoridad. Pero... ¿Acaso los miles de soldados que comandó, las naves que dirigió, y las tierras que tomó la trajeron a los Campos Elíseos? ¡¡Noooo!!
Tras caminar un buen tramo en la arena, los soldados se detuvieron en una formación de defensa, y enterraron sus armas en el suelo a fin de tener sus manos libres.
- Con sus habilidades de persuasión y capacidad de labia conoció a muchos gobernantes de naciones e imperios. Años de pasar junto a la realeza le dieron las palabras que querían escuchar los reyes para tenerlos en la palma de su mano, pero... ¿Sus palabras y gestos cautivadores que le afirmaron el trono de Egipto fueron lo que le han dado derecho a estar en este campo de batalla? ¡¡No, no, no!!
- ¿¡Acaso dijo Egipto!?
- ¿¡Va a entrar otro peleador de Egipto!?
- Igual que ese Dios cocodrilo.
- ¡Esperen! Ahora que lo recuerdo... Una mujer de Egipto iba a entrar en la pelea anterior.
- ¡Es cierto! Eso significa...
- ¿Entonces... esta mujer es quién iba a pelear en la segunda ronda?
- ¡Parece que si!
- ¿Pero quién es? ¡No recuerdo a alguna mujer que tuviera esas características!
Los soldados más cercanos a la puerta de entrada se pusieron de rodillas y tomaron en sus brazos y hombros un cojin gigante, en donde venía sentada la mujer. Entre 7 personas sostuvieron y levantaron dicho cojin, debido al gran peso que traía.
Lentamente, pero en continuo movimiento, aquellos hombres pasaron el cojin a los soldados que estaban en frente, y así sucesivamente, de forma que la mujer reposando en la almohada se movía sobre el ejército egipcio para llegar hasta la arena. Por su parte, los soldados romanos seguían haciendo ruido de celebración mientras avanzaba la húmero sobre su ejército.
- Lo que la ha traído a esta mujer a esta arena es su gran y terrible perseverancia. A pesar de los obstáculos, ella nunca se rindió sino que siguió luchando y luchando hasta conseguir sus objetivos...
» Lo que la trajo hasta los Campos Elíseos es su realeza y majestad. Su título fue indiscutible cuando lo consiguió; sus conocimientos del trono le dieron la eterna fidelidad de su pueblo y de su ejército; su determinación, coraje, estrategia y firmeza le dieron la corona que nadie nunca ha podido sostener... - con su mano libre apuntó al ejército egipcio - ¡La corona de un rey que ni siquiera se debe ensuciar los pies!
» ¡Lo que la trajo hasta formar parte de los peleadores del Ragnarok es su divina y poderosa ambición y orgullo como reina! A pesar de las circunstancias, nunca cedió ante sus adversarios... ¡A pesar de la derrota, nunca la reconoció frente a sus enemigos! ¡A pesar de la inminente caída de su nación, ella glorificó su tierra hasta hacerla incluso mayor que los cielos de los Dioses!
La mujer sentada con gran serenidad sonrió con arrogzncia y orgullo flameante ante esas palabras.
- ¡Aquella reina que era la destinada a enfrentar al Dios de los reyes, Sobek, ha entrado a la arena para demostrar el otro lado de la gloriosa realeza que tanto consiguió! ¡Mientras Jingū Kougou y Sobek pelearon por los sentimientos del rey, esta mujer ahora demostrará el poder y la deidad de un gran rey de la humanidad!
Finalmente el cojin llegó hasta el frente del ejército egipcio, y entre 8 soldados tomaron el cojin de sus orillas para depositarlo suavemente en el suelo, mientras los soldados romanos de las gradas seguían en su bullicio.
La mujer bufó llena de un notable e inquebrantable ego, y usando movimientos finos y sensuales pisó el suelo con sus pequeñas pies y se levantó lentamente. En las gradas, todos quedaron sorprendidos y anonadados mientras la mujer caminaba con delicadeza para llegar al centro de la arena por su cuenta, al tiempo que los romanos terminaban su celebración.
- ¡Aqui está la última reina de Egipto, descendiente de la dinastía Ptolemaica! ¡¡¡Su nombre es... CLEOPATRA VII!!!
{ Cleopatra VII | Egipcia }
[ Tercera representante de la humanidad ]
La humanidad se quedó muy sorprendida y atónita ante el nombre. Sin embargo, a diferencia de Jingū, con gran calidez de palabras y gritos de ánimos recibieron a la faraona mostrando el apoyo que sentían por ella.
- ¡Increíble!
- ¡Es Cleopatra VII, la reina de Egipto!
- ¡Tenía que ser ella! ¡Lo sabía, lo sabía!
- ¡Se ve muy fuerte con esa armadura!
- ¡Y también es muy bella, más de lo que presumían!
Hombres y mujeres halagaron de muchas formas distintas a la mujer; Cleopatra recibió todo con una sonrisa llena de orgullo y emoción, mientras levantaba sus brazos hacia los costados.
- Maravilloso... ¡Así es como debe entrar un rey al Ragnarok! No esperaba menos...
Los Dioses, al contrario, estaban sorprendidos y atónitos al ver a la humana y su físico; sus sentimientos eran asombro más que admiración. Afrodita en su propia habitación personal sonrió con avaricia.
- Así que ella es la tan bella humana que todos han presumido... No puedo negarlo, es una muy hermosa recompensa que obtener ♡
En cambio, los Dioses de Egipto, que soltaron muchas palabras llenas de indignación y confusión.
- ¡No puede ser! ¡No me lo creo!
- ¡Una de las humanas que nos rindió culto y después nos abandonó!
- ¡Ahora está dispuesta a pelear contra nosotros!
- ¡Esto es inaudito e indignante!
- ¡Debemos ganar esta pelea!
- ¡Más le vale a nuestro representante aplastar a esa blasfema!
Isis, Horus y Osiris se quedaron en silencio abrumador al identificar a aquella mujer, especialmente la Diosa. Los 3 conocían suficiente de ella gracias a los informes que obtuvieron de Sobek: la reina de Egipto que desafío incluso a los Dioses, creo su propio reino, y tuvo en su mirada al mundo mientras blasfemaba contra el panteón Egipcio.
Los 3 se llenaron de rabia y enojo mientras seguían viendo a la mujer, pero especialmente Isis era la ofendida de ellos.
- ¿¡Qué hace esa maldita aquí!?
- Esa blasfema... ¡No tiene derecho a estar en el Ragnarok!
Osiris se limitó a mirar con enojo al palco de la valkiria.
Khonsu, por su parte, se interesó mucho en Cleopatra y comenzó a pensar largamente.
« Es muy curioso que esta mujer sea la que enfrentará a Nut-sama en esta batalla... y pensar que, como dijo Heimdall, iba a pelear contra Sobek. Pero, tal parece que algo pasó y al final Kougou fue la peleadora del segundo combate. »
Khonsu siguió pensando de más y de repente su mente iluminó una idea.
« ¿Eh? ¿Y esta coincidencia? Esta mujer egipcia iba a pelear 2 veces contra algún Dios egipcio... ¿Por qué es una coincidencia que se diera una pelea entre 2 similares de forma tan exacta? » el Dios halcón sigue meditando la situación, mientras su semblante lucía preocupado « Creo que debería informarle a alguien de este asunto. Después de los movimientos de Gautama en el Ragnarok pasado no podemos permitir alguna fuga de información. »
El Dios halcón se dispuso a retirarse de inmediato, pero Isis lo notó y lo detuvo con sus palabras.
- ¿A donde crees que vas?
- Isis-sama, tengo que hablar con Zeus-sama y Thor-sama de inmediato sobre-
- No te he dicho que te muevas, así que no te mueves de tu sitio.
- ¡P-Pero, Isis-sama...!
- Hasta el final de esta pelea podrás hacer lo que te plazca - el gran enojo que sentía la Diosa nublaba incluso su juicio - Pero mientras tanto, no te mueves no un centímetro.
Al percibir todo aquello Khonsu solo pudo tragar saliva y mirar la arena con silencio, pero con una gran impaciencia.
- ¡Es Cleopatra! ¡La gran faraona de Egipto! ¡Ella será la tercera en pelear! - Lífthrasir sonrió emocionada al verla en la arena.
- Si, así es pequeña.
- ¡Y más poderosa se ve con aquella armadura!
Aquello era lo más evidente en ella. La razón por la que tanto hombres la habían cargado era la armadura divina que usaba: para compensar la ambrosía de Aquiles y el volund y las piedras de Jingu, Brökk y Eitri le forjaron y reforzaron una armadura especial que ambos habían creado hace tiempo.
Geir había estado presente mientras los enanos le dieron muchas indicaciones e instrucciones a Cleopatra de su armadura mientras terminaban de forjarla. Recordó que hubo unas cuantas discusiones entre Cleopatra y los enanos, pero Geir era experta en prestar poca atención durante esos momentos.
Lo más simple tanteo entre todas esas conversaciones era que esa armadura, de apariencia dorada pulida y llena de forma excesiva de adornos, joyas y telas decoradas, era la arma ideal para la misión de Cleopatra.
- ¡Esa mujer será capaz de derrotar a su oponente! - sonrió de orgullo Lífthrasir - ¡Incluso sería capaz de derrotar al mismísimo Zeus!
- ¡Tu imaginación vuela mucho, pequeña!
- Pero, un momento - Lífthrasir volteó a Geir - Enviaste a la peleadora de la humanidad primero... ¿Entonces, eso significa que...?
- ¿Si?
- ¿¡Ya sabes quien peleará contra Cleopatra!? - Lífthrasir sonrió aún más al riesgo que aplaudía con emoción - ¡Dímelo, dímelo! ¡Quién será su rival!
- Ahora es momento de darle la bienvenida a su contrincante... - Heimdall apuntó al otro lado de la arena, la puerta de los Dioses - ¡Al representante que los Dioses han mandado para la tercera pelea del Ragnarok!
Las gradas se quedaron en silencio para prestar atención a las palabras de Heimdall. Incluso Cleopatra dejó de ver a su alrededor para contemplar la presentación de su rival que tanto ansiaba conocer. Heimdall se sorprendió mucho ante tanto silencio y quietud.
- ¡Tanto silencio en las gradas solo significa una cosa, a mi parecer! ¿¡Quién será la divinidad encargada de tomar las riendas del marcador empatado, para darle la victoria o la desgracia a los poderoso Dioses!? ¡Para comenzar esta tercera ronda, tendremos una sorpresa tan emocionante como en la pelea anterior! - sonrió Heimdall - ¡En este caso, el representante de los Dioses será... la primera Diosa en pisar el Ragnarok!
- ¿¡Dijo Diosa!?
- ¿¡Los Dioses mandarán a una mujer!?
- ¡Esto será emocionante!
- Jeje... - Cleopatra susurró para si misma - Así que ese dichoso informante no está equivocado.
- ¡La humanidad ya lució a su primera mujer en el Ragnarok, Jingū Kougou! ¡Pero es hora de que los cielos muestren su ferocidad y poder enviando a su primera mujer divina, que castigará a la humanidad!
Los reflectores se apagaron, y de inmediato el cielo se llenó de una oscuridad casi total. Las nubes se hicieron negras y concentraron sobre la arena de los Campos Elíseos, y todos en las gradas quedaron confundidos y sorprendidos.
Cleopatra se asustó levemente al notar tanta oscuridad alrededor suyo, mientras que Lífthrasir palpaba todo su alrededor con sus manos.
- ¿¡Y esta oscuridad, onee-sama!?
- ¡Ni idea! - exclamó Geir.
- No se ve nada.
- ¡Debe ser la presentación de esa Diosa!
- ¡Pero todo está oscuro! ¡No veo nada!
- ¡Hey, no me toques!
Unos segundos después, unas pequeñas luces empezaron a emanar del cielo. Como si se tratara de un lápiz atravesando una caja oscura, en el cielo se dibujaban varios puntos blancos que soltaron luz radiante sobre determinados puntos
Así la arena comenzó a iluminarse nuevamente poco a poco y en todas direcciones; y mientras el tiempo pasaba, el cielo se llenaba de más puntos, de forma que tras unos segundos parecía la galaxia estar literalmente en el estadio. Lífthrasir dejó de moverse, y con gran emoción su vista al cielo.
- ¡Onee-sama! ¡El cielo está hermoso!
Heimdall siguió hablando con fuerza en sus palabras mientras miraba al cielo con determinación.
- Después del nacimiento del Sol llegó el aire. Después del aire, siguieron el cielo, la bóveda celeste que está sobre nuestras cabezas, y la tierra, la misma que pisan los mortales que hoy son juzgados...
El cielo estrellado fue aumentando más y más, hasta generar una luz más o menos equivalente a la de los reflectores sobre la arena.
- ¡El cielo tuvo como trabajo cubrir con su cuerpo, la bóveda celeste, a los mismísimos Dioses! ¡Con ese trabajo como cielo divino, se le dio la gran responsabilidad el cuidar de las deidades pertenecientes de la tierra de Egipto!
- ¿¡Que!? ¿¡Dijo lo que escuche!?
- ¿¡Otro Dios egipcio!?
- ¡Tiene que ser una broma!
Mientras la humanidad se confundía y discutían sobre la participación consecutiva de los Dioses de Egipto, en las gradas de la divinidad todos sonreía con emoción y furor, gritando con frenesí.
- ¡Eso es! ¡Con otro Dios egipcio ganaremos!
- ¡Vengaran la muerte de Sobek!
- ¡La sangre del D-O-D reclama justicia!
- ¡Vamoooooos!
- ¡Pero esta Diosa también tiene un tan conocido y poderoso papel como... la madre de todos los Dioses! Si Zeus-sama fue conocido una vez como padre del Cosmos... ¡¡Ella es la madre del Cielo!!
De repente, la oscuridad en el cielo comenzó a comprimirse en el centro del estadio. Como si fuera una sábana a punto de ser recogida de la mesa, la realidad misma se deformó formando un tumulto en el centro lleno de oscuridad y luz.
- ¡Gracias a su inteligencia e ingenio al pedir consejo de los más sabios, fue capaz de romper el juramento del Sol! ¡Aquella juramento que dictaba que el Cielo y la Tierra no tendrían más hijos!
Isis y Osiris sonrieron ante aquellas palabras, mientras que Horus se sintió grandemente cómodo.
Por su parte, en el cielo, el tumulto de negro y blanco que se deformaba y tomaba otras formas, al final comenzó a descender con lentitud hacia la arena, como si fuera alguna especie de líquido viscoso.
La humanidad se llenó de mucho miedo y asombro ante los movimientos de aquel líquido, y los Dioses, especialmente los de Egipto, se sentían inferiores al ver dicha presentación, pero al mismo tiempo orgullosos.
- No sólo rompió ese juramento hecho por el Sol... ¡Sino que ella dio a luz a 5 Dioses, los cuales el día de hoy se les conocen como los regentes más poderosos de la tierra de Egipto!
El líquido siguió descendiendo más y más como si fuera una gota, mientras la oscuridad del cielo desaparecía y se concentraba en esa sustancia.
De repente, cuando aquella sustancia estaba cerca del suelo, de la parte interior de la gota se dispersaron gotas más pequeñas que formaron una especie de telaraña, por la cual fluyó ese líquido dando lugar a una especie de vestido largo y vasto.
De la parte superior de la gota, surgieron, de entre todos los brillos blancos, un par de color dorado, que giraron un momento hasta fijarse en la dirección de Cleopatra. En ese momento, la humana admiró con cierto terror lo que serian los ojos de su rival.
La gota siguió con su trayecto, y el líquido de aquella oscuridad brillante comenzó a comprimirse y estirarse, tomando una su propia forma. De entre las luces que lucían en el cuerpo, se pudo distinguir bajo la falda unos largos fideos que tras comprimirse a su debida forma se dieron a conocer como sus piernas, y a los costados salieron otros largos fideos que se convirtieron en sus brazos.
- ¡¡Esta poderosa Diosa, la bóveda celeste de Egipto, ha descendido de su trono celestial para enfrentarse a la poderosa faraona de su propia tierra!! - Heimdall gritó, lleno de miedo por la presentación de aquella Diosa pero con un gran frenesí en su corazón por lo que estaba aquella punto de ocurrir - ¡¡Por primera vez en el Ragnarok, un humano peleará cara a cara contra el Dios a quien le rindió culto!! ¡¡Y un Dios conocerá cara a cara a uno de sus súbditos más fervientes!! ¡¡¡Esta es la primera lucha entre 2 seres que tanto se conocieron!!!
La figura femenina de la Diosa tocó el suelo con uno de sus pies, y al instante la oscuridad y las estrellas del cielo fueron completamente absorbidas por su cuerpo.
Sin embargo, parte de esa oscuridad llovió sobre el suelo alrededor de la Diosa, y se conectó mediante largos y delgados hilos con la cabeza de la deidad, tomando forma de una cabellera, negro azabache en sus puntas y en su raíz pero luminosa en su parte central. Como si el cabello tuviera vida, el mismo se recogió del suelo y llegó hasta estar cerca de su portadora, hasta quedar en un peinado bellamente escalofriante.
La oscuridad llena de estrellas en su cuerpo se volvió más firme, dando la forma de la ropa que portaba aquella divinidad; un vestido desde el pecho hasta los pies, oscuro y al mismo tiempo lleno de luz. Para finalizar, en su cabeza apareció una corona extravagante: una especie de jarrón con un par de alas de ave a los costados y una serpiente enrollada.
La Diosa terminó de formarse y se irguió con lentitud, mientras dirigía su mirada seca y tenebrosa hacia Cleopatra. Los Dioses de todos los Reinos estaban atónitos ante dicha presentación, incluso los mismos Dioses de Egipto temblaron de miedo.
Únicamente la Trinidad principal de Egipto sonreía con malicia.
- Es hora de nuestra venganza.
- ¡¡Y el nombre de esta divinidad es... NUUUUUUUUUUUUUUT!!
{ Nut | Egipcia }
[ Tercera representante de los Dioses ]
Ambas peleadores se miraron cara a cara, separadas por unos pocos metros, con muchas diferencias entre ambas:
Cleopatra mostraba seguridad y confianza arrogantes que se expresaban en sus ojos arqueados y en la sonrisa que se dibujaba, además de que su postura corporal junto a la armadura transmitía su preparación para lanzar el primer golpe.
Nut, en cambio, miraba con sus pequeños ojos dorados luminosos un interés genuino y curioso en su contrincante, pero la escasez del movimiento ocular día a entender que tenía intenciones de acabar el combate de inmediato.
La diferencia de complexión entre ambas también era abrumador. Cleopatra, cargando su armadura divina, era mucho más alta y la complexión física que le daba la hacia verse mucho más grotesca, como si fuera un superhumano. Nut, en cambio, parecía una niña en cuanto a estatura aunque su cuerpo estaba bien desarrollado y con una complexión acorde a su apariencia, pero en definitiva parecía una frente a la humana no era más que una niña.
Geir se quedó en completo silencio y preocupación, mientras Lífthrasir intimidada por la presentación de Nut solo podía abrazarse a una pierna de su hermana mayor pero sus ojos brillosos estaban llenos de emoción por ver aquel combate.
Los Dioses del palco griego, Zeus y Hermes, miraban con gran seriedad mientras que Atenea se sentía intimidada, por primera vez desde el despertar de Xiauhcóatl en el primer combate, ante la presencia de Nut.
Con la lejanía de ambas peleadoras, los gritos de emoción de Heimdall al fondo, y la multitud a la expectativa, estaba a punto de dar comienzo la tercer pelea del Ragnarok:
Nut contra Cleopatra. El primer combate entre un Dios y un humano que se conocieron en el pasado.
ASFD
...
Nota de autor: como pueden ver, aquí está terminada la presentación de la tercera pelea, y el segundo capítulo que les prometí. Me tarde más con este porque no me di viene mis tiempos, y antes de darme cuenta solo tenía el capítulo anterior listo xd. Espero que el retraso haya válido la pena.
En fin, ¿Qué otras noticias quiero darles?
En primer lugar, para la emisión del siguiente capítulo, estaré preparando un evento especial (si es que se le puede llamar así), así que esten atentos gente para lo que se viene UwU
En segundo lugar. Ya tengo escrito una buena y larga parte de este enfrentamiento, y les puedo decir que hasta el momento es el combate más largo que he hecho en cuestión de capítulos. Siento que mucho de lo que tengo es relleno innecesario :"v.
Así que o bien cortaré los capítulos y resumiré más esta pelea, o bien (lo que me más me gustaría hacer) habrá ocasiones en que haya doble capítulo. Conforme vaya avanzando en la pelea, les iré informando de lo que pasará.
Y, como último recordatorio, y el típico de siempre:
La publicación de capítulos es cada 21 días. Así que atentos para cuando ya comience bien la tercera pelea.
Sin más que decir, ¡Los espero en el siguiente capítulo!
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