¿Sabías que cada 28 segundos las células de la piel se regeneran?
Es por eso que siempre tenemos la necesidad de tocar, abrazar, sentir piel con piel. Mientras la memoria no olvida nunca la sensación, el cuerpo olvida y siente el vacío cuando el aire lo acaricia.

También refleja lo que de verdad nos marca. Las cicatrices exteriores, las heridas físicas, siempre se acaban curando. A veces desaparecen, otras dejan marca para que las recuerdes durante toda la vida. Sin embargo, las que de verdad nos afectan son las heridas internas. Aquellas que se quedan grabadas en nuestro corazón y mente, que nos acompañan y hasta nos cambian nuestra manera de ser para toda la vida.

Las células de la piel se regeneran en medio minuto y olvidan, las heridas físicas cicatrizan, pero las heridas internas te cambian a su antojo.