Los creyentes aseguran que la muerte es el comienzo de la inmortalidad, pero siguen estando aterrados de ella. Lo que pasa después de la muerte es algo completamente desconocido para todos, y por naturaleza, le tememos a lo desconocido. Es por eso que aunque digan creer que la muerte los hará infinitos, prefieren no averiguar si en realidad será así o no. Es por eso que muchas personas quisieran poder esquivar la muerte, han soñado toda su existencia con encontrar el elixir de la juventud eterna. Después de haber vivido por más de 1000 años, Jimin sabe que la inmortalidad muchas veces no es algo positivo. No es un regalo, sino una maldición. Cuando la locura del poder te supera, la muerte parece más una victoria que un castigo. Y te das cuenta que no todos tienen el privilegio de ser pasajeros. Algunos, como él y sus hermanos, tienen que ver nacer y morir a todos a su alrededor durante años. Todos avanzan pero ellos siguen estancados en el mismo lugar, viviendo a veces con poca esperanza pero sabiendo que no podrán morir. Estando programados y hechos para algún día tener un fin, la inmortalidad se convierte en lo más insoportable, y entonces algo sale mal.

— ¿Sabes qué? no soy conocido por tener mucha paciencia, pero ayer esperé y esperé. Al final, no sirvió de nada. — el rubio hizo una dramática pausa, soltando un suspiro —. En cuanto esa patética bruja me dio información... la maté. Cometí un error, amor. No debí matarla, tú lo sabes y yo lo sé. Estuvo mal. — suspiró una vez más, fingiendo que lo sentía tan intensamente que no podía ni dormir, como diciendo "es una pena", y sentado frente a aquella desconocida mujer que lo observaba como si estuviese hablando con el mismo diablo.

Sonriendo repentinamente, con la sonrisa más retorcida que llegó de la manera más abrupta, sus ojos miraron fijamente a los de la bruja. Se pasearon por toda su oscura piel morena y sus infinitas capas de cabello rizado que se movían con la brisa, y llegaron hasta su delgado cuello, donde su pulso estaba acelerado. Tiene miedo. La sonrisa del vampiro original se volvió más amplia.

— No debí matarla. — se inclinó hacia la bruja, tomando un mechón de su largo cabello y jugando con este. El destello de malicia en su mirada y la coquetería en su sonrisa estaban presentes en cada palabra que salía de su boca —. Pero fui un impulsivo, me dejé llevar por el momento y le quité la vida. Si la hubiese dejado vivir, lograría que ella me dijera dónde está esa bruja que conspira contra mí. No lo pensé bien, claramente. Si ella viviera, encontrar a esa maldita bruja sería fácil. Y yo no estaría aquí, robando tu tiempo.

— Es mejor que te vayas. — gruñó ella, dándole un manotazo a Jimin para que apartase sus manos —. No tengo nada que decirte.

— Escucha, linda. No es nada personal, ¿de acuerdo? No creas que viajé desde Busan a Seúl sólo para que me hablaras sobre mi futuro, no. Nada de eso. — con delicadeza, tomó las manos de aquella bruja entre las suyas y las acarició —. Yo sé perfectamente lo que eres, no creas que soy como uno de esos humanos tontos que se creen que sólo eres una mujer común disfrazada de adivina. Yo llevo más tiempo en la tierra que tus padres, y que tus abuelos. Y así como conozco de tus poderes de bruja, sé que hay muchas otras brujitas irritantes paseándose por toda la ciudad... — la chica intentó alejar sus manos de las del rubio, pero este las apretó con más fuerza —... Si yo quiero, voy y busco otra bruja que sí quiera darme la información que necesito. Porque como ya te dije, no viajé desde Busan para que me leyeras las cartas tú y solamente tú, porque seguramente de especial no tienes nada. — acercando despacio a sus labios las delicadas manos de la chica, que temblaban a pesar de lo mucho que ella se esforzaba en ocultar el terror, dejó un suave beso en ellas —. No es que necesito que seas tú la que me cuente todo sobre esa bruja que conspira contra mí, no. Lo que pasa es que no sería muy amable de tu parte no ayudarme, ¿no lo crees? Eres la primera persona con la que hablo desde que llegué a la ciudad y... simplemente estoy un poco perdido. — tras dejar la última caricia, mirándola a los ojos, finalmente soltó sus manos —. Necesito información ahora mismo, ni un día más ni un días menos.

Intentado no agitarse demasiado y manteniendo aquella dura expresión en su rostro a pesar de querer huir, ella finalmente habló.

— ¿Qué puedo hacer por ti?

Intentando no mandar a la mierda la poca paciencia que le quedaba, Jimin sonrió falsamente.

— Ya te lo he dicho incontables veces, pero parece que tienes algún problema con tus oídos. — fingió reír con diversión —. Y debido a que la situación lo amerita, lo voy a repetir una vez más. Yo busco a una persona. Una bruja muy poderosa. Su nombre es Kim Nahyun, estoy enterado de que planea mi muerte. Cosa que es imposible de lograr, pero de todos modos necesito tener una agradable conversación con ella como la que tenemos tú y yo ahora. Quizá puedas ayudarme a encontrarla, Elisa.

Esa fue la gota que derramó el vaso. Aquel vampiro, por alguna razón, sabía su nombre. Elisa era considerada la más valiente entre su grupo de amigas brujas, pero estar hablando con una leyenda como Park Jimin no le dejaba nada de valentía. Se decía que ni siquiera en el infierno se encontraría ser más diabólico que el híbrido.

— No, no la conozco. — habló despacio y con cuidado, aterrorizada por lo que el vampiro original podía hacer con ella si se enojaba. Aunque algo le decía que ya estaba enojado, y que esa sonrisa sensual que tiraba de sus esponjosos labios no tenía que engañarla.

— No, amor. Es a mí a quién no conoces. — se inclinó hacia ella —. Si supieras quién soy no jugarías con mi paciencia.

— Te conozco. — le aseguró ella —. Una parte de ti es vampiro, la otra lobo. Eso te convierte en un híbrido.

— El híbrido original, de hecho. Pero esa historia es para otro día. — fingió sonreír con amabilidad —. Y ahora, amor mío, por favor solo abre la boca y dime todo lo que sepas de esa tal Kim Nahyun.

Se tomó unos segundos para observar a su alrededor, esperando que ninguna otra bruja la viese hablando con quién podía ser sin problemas el hijo de satanás. Después se inclinó hacia adelante, más cerca de ese precioso, pero peligroso enemigo, y le susurró en tono confidencial.

— Las brujas no hablan de más en la calle. — explicó, angustiada —. El rey vampiro Jeon no lo permite. Y lo siento, pero son las reglas, no puedo romperlas. No hasta que Jeon esté fuera de la ciudad para siempre.

Jeon.

Jeon.

Jeon.

Jeon.

¡Jeon!

¿Cómo un simple apellido puede desordenar la cabeza de un vampiro original? Ni siquiera tiene tiempo para reaccionar cuando la bruja se pone de píe y empieza a recoger sus cosas, sólo puede pensar en algo. Y se repite sin descanso. El rey Jeon.

Afortunadamente, logra recuperarse rápido. Con la velocidad que le ofrece su naturaleza de vampiro, se pone de píe también y toma a la bruja de la mano para evitar que haga algún otro movimiento.

— Las reglas del rey vampiro... — ladeando una sonrisa, la miró a los ojos — ¿Dónde supones que yo pueda encontrar a ese tal Jeon?

— Está bien, te lo diré. — le respondió ella, extendiéndole un pequeño trozo de papel con su mano —. Es mi dirección. No podemos ser vistos juntos, eres un vampiro y yo una bruja. Sólo las brujas que pertenecen al escuadrón de Jeon Jungkook pueden mezclarse con vampiros, esas malditas traicionaron a su gente para jurarle lealtad a ese vampiro y obtener beneficios.

Si Jimin fuese tan sólo un pobre mortal, al escuchar ese hombre habría muerto ahí mismo de un ataque al corazón. Y es que sentía que todo se hacía lejano e irreal, borroso, que todo se le venía encima. Nunca se puede escapar del pasado, siempre estará ahí.

— Odio a los traidores. — comentó, apretando la mandíbula. Y tomó el trozo de papel con la dirección de la chica.

— Tu hermano Taehyung ha hecho mucho por nosotros. Y honestamente, no confío en ti, para mí eres de lo peor que ha pisado esta tierra... pero confío en él. — dijo sincera —. Nos ayudará a acabar con el reinado de Jeon Jungkook si él no decide renunciar hoy mismo. Y nos prometió que todos sus hermanos vendrían a pelear junto a él, así que imagino que tú no sólo estás aquí para encontrar a la bruja que quiere hacerte daño, sino para cortar la cabeza del rey. Y si vas a pelear, te necesitamos vivo. Yo no puedo decirte nada de Kim Nahyun, pero Jeon Jungkook sí. Si tienes los huevos para pararte frente a el rey, ve con él. Conoce a cada una de nosotras, pues somos sus esclavas. Él puede ayudarte.

¿De qué se había perdido? Tenía demasiado que procesar.

Al parecer su ex novio, que le fue infiel, estaba vivo. Y además, era un rey. Su hermano Taehyung estaba en Seúl, sin haberle avisado antes. Y como si todo ya no fuese una locura, se suponía que tenía que participar en un guerra con sus hermanos contra Jeon Jungkook; el que causó su más grande decepción y tristeza.

Estaba alucinando, estaba volviéndose loco...

¿O acaso aquella bruja había dicho todo eso?