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tennis


Los chicos de Grace Field estaban más que molestos por la repentina aparición de aquel grupo de estudiantes, los de Grand Valley parecían no haber notado la presencia de los contrarios.

Todos se encontraban cenando en el buffet principal del hotel, el gran grupo de amigos se sentó en una de las mesas del lugar, la mayoría aún estaban malhumorados, contando con Gilda, Don y un poco Anna.

— Aún no puedo creer que estén aquí. — dijo Gilda tomando un bocado de su comida.

— ¿Y si nos dicen algo? — Anna era la que estaba más preocupada por ese lado.

Y es que, a lo que decían sobre ellos, eran chicos con un humor realmente pesado, eso decían los rumores, por lo que tenían un poco incómoda a Anna, aunque fuese una chica valiente, no quisiera que esas 2 semanas la pasase agobiada por ellos.

Los únicos que no comentaban nada al respecto eran aquel trío de amigos, no tenían mucho que aportar en esa platica, y bueno Norman, el no quería meterse mucho en la conversación.

Era una plática que prácticamente no tenía una respuesta alguna porque todo lo que sabían era por medio de otras personas que les dijeron otras personas, prácticamente pura habladuría.

Pararon cuando una chica de cabellos cortos y rubios, acompañada de otro chico se pararon en frente de su mesa.

— Me parece que si son Nigel... — la chica susurró a aquel chico. — ¿ustedes son los chicos del colegio Grace Field, verdad? — sonrió, más no obtuvo respuesta alguna, todos en la mesa se le quedaron viendo sin saber que decir.

— Eh... — trato de hablar el otro chico llamado Nigel, pero el sonido de un micrófono se escuchó por todo el lugar.

Un hombre de cabellos negros y mechas blancas se paró en frente de todas aquellas mesas, no parecía estar muy interesado en lo que diría, más bien se veía obligado a hacerlo.

— Buenas noches, me presento soy el entrenador Yuugo, del colegio Grand Valley, estem... — saco una nota y leyó de ella. — ah si, mhm, los estudiantes del colegio Grace Field están cordialmente invitados al torneo de exhibición de los chicos de tennis, — seguía leyendo, con dificultad pero lo estaba haciendo. — se llevará acabo a las 11:00pm del día 20 de Junio y... ¿quien rayos escribió esto?


Los que se encontraban en el lugar se miraron entre todos, algo avergonzados por el "discurso" mal hecho sobre su invitación.


— Bueno, esto ya se habló con sus maestros y nos veremos el día de mañana en el Elite Court Training Center, sigan disfrutando su cena, o lo que sea. — desconectaron las bocinas y el sujeto se fue a una de las mesas con el grupo de chicos que habían visto hace rato.

— Y sigue siendo un fracaso para hablar en público. — dijo la chica. — Soy Gillian, — sonrió. — ¿están emocionados por mañana? —y como era de esperarse, ninguno dijo nada. — Mañana jugarán los hermanos Greco.

— ¿Hermanos Greco? — preguntó Emma.

— ¿No los conocen? están por entrar a los torneos challenger y futures, practicamente van a clasificar como profesionales.

— Creo que he oído de ellos. — mencionó Norman, claramente sabía, más nunca los había visto.

— ¿Ustedes también juegan tennis? — pregunto con curiosidad Emma.

— No, Nigel y yo practicamos básquet, pero somos amigos de los Greco. Mañana podemos ir por ustedes y darles los mejores lugares para que vean el partido, tenemos que irnos, ¡bye! — dijo Gillian para jalonear el brazo de su amigo y caminar devuelta a su cena.



Todos se miraron confundidos, lo que había pasado hace unos momentos era extraño, esos chicos no fueron groseros con ellos, pero no por eso entrarían en confianza rápido.

Y bueno, ¿Ray que pensaba? No quería asistir, el fue principalmente para descansar, no para ver a supuestos niños engreídos presumiendo que son buenos jugando tennis.

¿Pero que más podía hacer? Si ya el colegio había hablado con el suyo, no se podía hacer nada a cambio, era un aguantarse y ya, o eso pensaba Ray.

Solo quedará esperar hasta el día siguiente para ver qué pasa.



Ray no pudo dormir bien por los ronquidos de Natt y Don, ni siquiera lanzándoles las almohadas de su cama se quedaban callados, su iPod era una opción, pero no quería que al día siguiente quedara sin batería, así que se resistió toda la noche hasta que amaneciera.

Los chicos se levantaron a las 8:00am, Ray fue el primero en aprovechar en tomar una ducha para arreglarse lo más pronto posible y así ir al bufet a desayunar algo, Norman se apuró para ir junto con su amigo y acompañarlo, el cuarto se había hecho un desastre gracias a los otros dos chicos que no encontraban los calzoncillos de Don.

Salieron del cuarto para así caminar por los pasillos del lugar.


— Se ve que no descansaste muy bien. — habló Norman.

— ¿Dices que tengo cara de culo?

— No me refería a eso, — corrió una gotita de la cíen de Norman por la respuesta de su amigo.  — lo digo porque escuche los almohadazos que le dabas a Don mientras el roncaba cada vez más fuerte. — río por lo bajo. — ¿Estás emocionado por el partido?

— Con que no me de el sol directo a la cara, estoy bien, ¿tu?

— Un poco si, no soy muy fan de los deportes que digamos, pero no suena mal.



Los dos entraron al buffet, vieron a lo lejos a Emma junto con Gilda y Anna, no dudaron en acercarse y saludarlas. Gilda y Emma ya se encontraban desayunando, pero Anna estaba esperando a su "enamorado" que todavía no llegaba, así que Ray la acompañó a ver qué podían desayunar.

Le pesaba un poco el hecho de que sólo lo acompañó porque Natt aún no llegaba, pero seguía siendo su amigo, dentro de lo que cabe, por más que el hubiese querido que las cosas fueran distintas, nada podía cambiarlo.

Escogieron rápido lo que comerían y regresaron a la mesa. Los de Grand Valley los solicitaron a las 9:40am para que ya estuvieran listos afuera de los autobuses, aparte de que era largo el recorrido, los que iban a participar en el torneo tenían que estar preparados desde antes.

Ellos comieron con tranquilidad, aún faltaba rato para que se diese la hora de salida, charlaron un buen rato, hasta que por fin llegaron aquel dúo de chicos, para ellos si era tarde, pero como trituraban la comida en segundos, no fue un gran problema para ambos amigos.

La más emocionada de todos era Emma, jamás había visto un partido de tennis antes, al menos no en vivo, y es que a ella le gustaba todo lo que estuviese relacionado con correr, eso hace en sus tiempos libres y es muy buena en ello, no dudaba que le fascinaría ver ese torneo y ver cómo jugaban los tal llamados "hermanos Greco".

Ciertos entrenadores comenzaron a llamar a los chicos para que fuesen saliendo a la entrada, la mesa de amigos tomaron sus cosas y salieron del lugar, Ray miraba con anhelo las hamacas, se imaginaba ahí acostado bebiendo una piñada, "en unas horas más" pensó Ray.

Subieron al autobús, esta vez el iría con Norman, así que podía sentirse más en confianza y hablar con el, y así fue. Hablaban de cualquier tema en específico, más que nada sobre el hotel y lo que tenían planeado hacer en esas 2 semanas. Ambos pensaban un poco similar, por lo que conectaban muy bien, no por nada eran mejores amigos.

Hubo un momento donde pararon de hablar, Norman estaba hablando ahora con Emma, claro que el otro chico fue invitado a la plática, pero decidió no unirse ya que su amiga estaba insiste e insiste que ya quería llegar, así que no se molestó en sacar su iPod, ponerse sus audífonos de cable y escuchar algo de música. No quería quedarse dormido de nuevo porque sabía que estaría más cansado que antes, decidió esperar de regreso para dormir las horas de sueño que había perdido por sus amigos.

No pasó más de 1 hora en que ellos llegaron al dicho centro, según los entrenadores, habían llegado a buena hora, se bajaron y vieron aquel lugar, era grande, muy grande, los del lugar les dieron la bienvenida y los adentraron a las canchas. No creían que en esas distancias jugaban aquellos chicos, pues eran canchas de tennis profesional.
Subieron las gradas encontrándose con la chica de cabellos rubios de la noche anterior.



— Así que aquí están, — los saludo. — vengan, estos son los mejores lugares, me lo van a agradecer. — y no mentía, quedaban justo en medio, donde se podía ver claramente las dos mitades de la cancha. Todos se sentaron. — Les van a encantar los dobles mixtos.

— ¿Que es eso? — preguntó Emma, pues estaba sentada justo al lado de ella, quedando a un lado Norman y del otro Ray, después llegó Anna y se sentó junto con el de cabellera oscura.

— Cada tenista tiene una pareja mientras se enfrenta al par contrario, hay dobles masculinos y femenino, en este son: una mujer y un hombre, donde van a jugar los Greco, créanme si les digo que los van a sorprender.


Fue ahí cuando hablo el árbitro, dando la bienvenida a los espectadores y así recibir a los jugadores, salieron 4 personas, unos que parecían ser ya mayores de edad, y los otros de la edad de los que veían el partido, fue ahí cuando el árbitro presentó a los tenistas, así, presentando a los hermanos.

La mayoría de chicos y chicas estaban atraídos por aquel par hermanos, que a simple vista se veía lo atractivos que eran. Las mujeres veían al hermano, Ace Greco, que no podían negar que era un chico bastante guapo, alto y de buen físico, desde la distancia se notaba el encanto del joven, lo que volvía locas a las chicas.

Por su parte, Azul Greco recibía las miradas de los chicos de ambas escuelas, de muy bonita cara, buen estilo, y un maravilloso físico, que hasta cualquiera de las chicas moriría por tener.


— ¿Viste su conjunto? Es hermoso. — hablo Gilda.

— ¡Que bonitas piernas! — dijo Anna.


Y era cierto, el cuerpo de la chica estaba perfectamente tonificado y con un ligero bronceado, por lo que sentía desde allá abajo de la cancha, la baba que soltaban los chicos por ella.

Ray vio a su al rededor, observó como todos la veían boquiabiertos, hasta su amigo albino tenía las mejillas de un tono rosado carmesí por ella, y pues bueno, también no era muy visto ver a una chica así de atlética en su colegio como la dicha Azul Greco.

El que parecía prestarle más atención al público, era Ace, le encantaba ver cómo todas esas féminas lo miraban embobadas, pero en la única que logró fijar su atención con totalidad, fue en Emma.

Algo muy característico en el, era ser una persona bastante coqueta, claro, no con cualquiera, pero si a él le atraía lo que estaba viendo, no iba a dejar en sus adentros todos esos encantos que quisiera soltar, y gracias a la chica de cabellera naranja que lo estaba observando, no pudo evitar regalarle una sonrisa ladina, poniendo un poco nerviosa a la fémina.

El partido ya estaba por comenzar, quienes sacaban primero eran los hermanos, específicamente Ace, pero el partido se atrasaba por el botando la pelota mientras veía gustoso a la persona que le robó toda su atención, Azul dejó su posición para mirar atrás suyo, frunciendo el ceño por el comportamiento extraño de su hermano, que después logró captar el porque estaba así.

Camino a paso lento para tomar la pelota que Ace seguía botando, cuando dejó de sentir el tacto de esta, volteó al piso para ver si había salido rodando, pero lo único que se encontró fue a su hermana sosteniendo la pelota.


— El partido es acá abajo, no arriba. — le lanzó devuelta la pelota, este la atrapó sin dificultad alguna, Azul camino devuelta a su posición para que ahora si ya comenzase el juego.


Ray veía la escena, no se lograba escuchar muy bien lo que estaban diciendo, aparte de que también traía puestos sus audífonos, pero comenzaba a estresarse un poco por el hecho de que no iniciaban lo que supuestamente ya tendría que empezar.
Tomo su iPod y cambio la música, pico y pico el botón hasta que se puso en pantalla
"Meet me halfway" dejándola reproducir.

Ace trato de regresar a su compostura de antes cuando el árbitro dio señal del inicio del juego, botó la pelota unas cuantas veces, se colocó y dio el primer servicio, ejecutando un potente saque hacia el lado izquierdo de la cancha.

El hombre respondió con un golpe de revés, enviando la pelota devuelta al chico. Parecía ser una lucha entre ambos, ambas chicas esperando su oportunidad para jugar, pero Azul no se quedaría esperando a que su hermano quisiera pasarle la bola a la mujer del lado contrario.

Azul se iba acercando poco a poco a la derecha donde estaba su hermano, el desde atrás logró captar lo que intentaba hacer, así que el paso la pelota a la mujer, ahora eran ellos dos los que estaban respondiéndose entre ambos. Cuando llego la distancia que necesitaba, fue cuando la mujer respondió con un revés, esperando a que el chico Greco respondiese, fue todo lo contrario.

Azul se aventó a la derecha, recibiendo la respuesta de la mujer que iba directamente para su hermano, haciendo un drive perfecto, enviando la pelota al lado izquierdo de la cancha, la mujer a duras penas salvo la pelota de que no rebotase 2 veces, elevándola a lo alto, Ace no espero a que rebotase la pelota, haciendo un remate, y así, ganando el primer punto.

Ray no sabía si era porque la canción estaba reproduciéndose, pero no podia dejar de mirar ambos lados de la cancha y el cómo aquella pelota volaba por los aires cada vez que respondían los dobles, o, probablemente porque los Greco habían sido los primeros en ganar un punto.

El juego siguió continuando, cada vez se iba poniendo mejor que el anterior, en total, los hermanos llevaban 3 puntos y los contrarios 1.
Ray parecía tener la adrenalina consumida desde sus bombeos sanguíneos, Norman daba pinta de que se desmayaría en cualquier momento y Emma, ella mordía su cachete interno por los nervios.

4 puntos de los hermanos Greco, primer game ganado.



— Les dije que eran buenos. — hablo Gillian, al ver abajo de la cancha, se acercó un poco mas a Emma.— Oh, y parece que alguien está esperando por ser felicitado. — señaló al tenista masculino joven, que ya estaba mirándola.



Emma con algo de timidez, le dio una leve sonrisa, lo que hizo que el chico estallase por sus adentros, dejándolo anonadó de nuevo. Los amigos de Emma habían notado esos dichos comportamientos, creándoles un poco de confusión, más que nada a Norman, que se encontraba frunciendo el ceño mientras veía a Ace.

Y por primera vez, Azul miro a las personas de las gradas, más que nada a esa chica con una curiosa antena en su cabello, vio con quienes estaban, un chico de cabellos blanquecinos, que rápidamente se fijó en la mirada de esta y la quito velozmente por la pena, una chica de cabellos verdes que trataba de regresar a la realidad a su amiga, y por último a un chico de cabellos oscuros, que ya la miraba desde hace rato.

Ella tenía que aceptarlo, era lindo, ¿quería que el también pensase lo mismo de ella? Por supuesto, y lo haría sacando su primer servicio.

Azul ahora se encontraba detrás de la línea de la cancha, intercambiando roles con su hermano, se posicionó e hizo su saque, consiguiendo un nuevo punto, ambos hermanos festejaron con un choque de manos, y Gillian, tenía que actuar a su manera.



— ¡Eso Azul! Rómpeles el trasero. — la chica que era llamada solo rodó los ojos, sabía cómo era su amiga.



Su mirada volvió al chico de cabellos oscuros, confirmando si había visto su anotación de punto, y así fue.

Así fue por varios puntos...




50 minutos pasaron, y el partido había terminado por los 2 sets ganados por los parientes y 1 por los adultos, se dieron el saludo final entre los 4.

Después hicieron partidos individuales, femeninos y masculinos, jugaron igual 3 sets, Azul ganando por diferencia de 2 games, y Ace quedando en empate con el hombre, decidió omitir el tie-break y prefiero dejarlo así, en fin de cuentas había sido una buena jugada.



— ¿No hay trofeo? — pregunto Don.

— Los torneos de exhibición no son para ser premiados, tampoco se otorgan puntos para el ranking, solo es para ver el talento de los tenistas.— Gillian abrió la envoltura de una paleta de caramelo y la metió a su boca. — ¿Ven a esos de allá? — señaló a unos adultos hablando con el entrenador que había hablado la noche anterior. — Son los mejores entrenadores de las universidades del tennis, por suerte el entrenador Yuugo consiguió que los vieran jugar, es muy difícil conseguir cita con ellos.



Pues era cierto, en los últimos años, el tennis se había vuelto un deporte muy solicitado, causando una enorme ola de chicos deseando las mejores becas para las mejores universidades.
Azul y Ace tenían que admitir que gracias a su entrenador consiguieron contactos para que pudieran verlos jugar y solicitarles becas, por más cascarrabias que fuera.


— Por cierto, nunca me dijeron sus nombres, si no me los dicen no haré que conozcan a los mellizos, solo aviso.


Fue ahí que se presentaron con ella, los únicos que no lo hacían con esa intención y que eran los mas cuerdos, eran el trío de amigos, ya que los demás morían por conocerlos, aunque era de aceptar que tenían un poquito de miedo que fuesen groseros como solían decirles los de su colegio, no les quitaba la curiosidad por saber más de ellos.

A Emma, aunque le emocionase la idea de conocer a Ace, le parecía más emocionante conocer a la fémina, después de todos esos partidos que ella jugó, para Emma era de admirarse, más que por lo bonita que era, le parecía admirable la fuerza que contenía y lo rápida que era.

De pronto el celular de Gillian sonó, contesto y no tardó en colgar.


— Me hablan de allá abajo, pero puede y nos veamos en el hotel, ¡adiós valleys! — se despidió y caminó por las gradas hasta bajar aquella escalera.



Ahora los hermanos estaban con su entrenador, Yuugo, al parecer "platicando" de que posibilidades había para que les ofrecieran algunas becas.



—  Dicen que se contactarán conmigo dentro de 1 mes más para hacer una reunión y platicar sobre qué becas las favorecen y toda esa mierda. — el hombre mayor rascó su nuca algo cansado, ambos chicos se quedaron callados pensando. — Al menos digan gracias, hijos del demonio.

— Así que si los admiten, ustedes me van a mantener, ¿verdad Azul? — llegó la de cabellos rubios.

— ¿Quien eran esos? — Gillian ladeó su cabeza confundida. — Con los que estabas. — Azul levanto la ceja.

— Si, dilo ya — siguió la corriente Ace, se acercó un poco más a Gillian para susurrarle. — ¿Quien es tu amiga la de cabello naranja?

— Niños malcriados, — reprochó Yuugo. — tenemos que irnos ya, luego pueden hablar sobre sus problemas adolescentes. Tomen una ducha rápida y agarren cosas, apúrense que si no los dejo aquí y se vayan a pata.



Claro que era capaz su entrenador de dejarlos ahí varados y a ver cómo le hacían para volver, así que no querían arriesgarse, no de nuevo...

Los del colegio deportivo iban en camiones separados a los demás, así que la mayor parte del camino estuvo en silencio por lo dormidos que estaban la mayoría, en especial los Greco.
Tardaron el mismo tiempo de recorrido que de ida, entonces no se molestaron en descansar en todo ese transcurso de camino, lo único que querían hacer al llegar era irse a sus habitaciones y despertar hasta al día siguiente, pero tenían que llegar a comer, la poca fruta que comieron de regreso no les iba a ser suficiente.

Ahora mismo estaban en uno de los restaurantes del hotel, uno de comida italiana, los greco, junto con su grupo de amigos, estaban comiendo en el área de afuera del restaurante, que era un tipo "terraza", junto con ellos, estaba, obviamente Gillian, y sus amigos: Zack, Oliver, Nigel, Violet, Paula y Sandy.

Todos parecían estar disfrutando de su comida y platicando como siempre, pero Azul estaba destrozada, aunque parecía que había ganado con facilidad aquellos sets, claro que el cuerpo le quedó más que cansado, se sentía molida completamente, causándole un leve dolor de cabeza, y las pláticas variadas entre sus amigos no le ayudaban en lo mínimo.



— ¡Son los de Grace Field! — señaló al trío. — Vengan aquí. — se quedó parada en su lugar esperando a que los chicos fueran a la mesa.



Dudaron un poco en si ir o no, desde lejos se sentían las miradas intimidantes del gran grupo, pero les daba un poco de confianza que Gillian y Nigel estuvieran ahí, al menos para Norman y a Emma, así que decididos, se acercaron al lugar a saludar.

Saludaron a la rubia y con algo de nerviosismo saludaron a los demás, se tomaron por sorpresa que no fueron ignorados, sino un saludo un tanto amable, de cualquier modo, parecían conocer a su amiga de los pines, así que no estaban bajo alerta.

Quien no pareció darse cuenta de la presencia de los tres amigos, fue Azul, o bueno, más bien estaba evitando la escena, el dolor de cabeza iba aumentando, pensó qué tal vez comiendo sus alimentos específicos le harían disminuir el dolor, pero este no se iba, tanto así que se encontraba sosteniendo su cabeza, le pesaba.

Gillian fue la primera en preguntar si se encontraba bien, pero su pregunta no fue solo para ella, más bien fue escuchado por todos los presentes, lo único que hizo en ese momento fue limitarse a soltar un suspiró, ¿en serio tenía que hacer eso?

Quito su cabeza de sus manos y se cruzó de brazos, así levantando su cabeza para mirar a la dirección de su amiga.


— Si. — respondió sin mucho detalle, dirigió sus ojos al trío de amigos. — Hola. — sonrió un poco que no era legible de ver si era una sonrisa o una mueca.


Ellos asintieron como "saludo", no sabían cómo hablar o actuar frente a ella, pero tampoco era una artista o algo por el estilo, era una persona completamente normal.

Los orbes cafés de Azul conectaron con los orbes grisáceos del desconocido, ella no sabía quién era ni mucho menos sabía su nombre, el solo sabía que practicaba tennis y que se llamaba Azul, un nombre muy característico que digamos, pero, aunque fuesen completos extraños, se sentía una leve conexión a primera vista, lo que le revolvió el estómago de Azul.

Ya cansada de las punzadas de su cabeza, optó por levantarse de la mesa y tomar la pequeña botella de agua que estaba bebiendo.


— Siéntense. — todos voltearon a verla extrañados.

— No es necesario, solo vinimos a saludar. — dijo Norman.

— Aparte es su lugar, no queremos molestar — hablo Emma.

— No aguanto la cabeza, me voy a ir a recostar un rato, así que tomen asiento. Provecho. — así como hablo con naturalidad, tomó sus cosas y se fue caminando hasta desaparecer del lugar.

— Está algo rara desde que inició el día, ¿sabes algo Ace? — Oliver preguntó al hermano.

— Lo único que me contó fue que no pudo dormir bien ayer, tampoco desayuno hoy en la mañana, probablemente está muertisima. — negó con su cabeza repetidas veces y tomó un pedazo de su carne.

— ¿Como se atrevió a mal viajarse tan feo? — Zack estaba molesto, se suponía que deberían estar al pendiente de si la persona está alimentada antes de un partido, ¿que no?

— Le dije que podía comer de mi avena después de jugar, pero ella me dijo que no que porque ya era tarde.

— Desayunada o no, le partió el culo a esa mujer. — dijo la de cabello morado, Violet.



Le dieron la razón a su amiga y comenzaron a hablar de un tema nuevo.

Los tres amigos no sabían que hacer, no sabían cómo aportar a esa plática en la que estaban siendo invitados por Gillian, solo hasta que Ace le cedió su lugar a Emma, ella estaba insegura si en aceptar, pero no quería ser grosera, así que acepto su asiento.

Norman iba a sentarse en el lugar donde había estado sentada Azul momentos antes, pero el jugador de tennis le ganó el lugar, sentándose junto con Emma, el tic en el ojo de Norman comenzó a salir a la luz.

Ray por su parte, decidió no sentarse, más bien quería irse, lo único que deseaba hacer era irse a tomar una siesta, así que se despidió de sus amigos y trato de hacer un saludo de despedida a los deportistas.

Camino por los alrededores de las incontables albercas que había, entre otros lugares de comida y zonas de entretenimiento, estaba realmente exhausto, que ni siquiera se molestó por ver qué otras cosas había en el hotel.

Pasó por algunas habitaciones, las cuales estaban divididas por dos partes, una por las de mujeres y otras por los hombres, esto para que fuera más precavida la estadía y no pasasen algún otro tipo de cosas. Aun así, tenía que pasar cercas de las habitaciones del sexo contrario, no eran muchas por las que tenía que pasar, pero el solo pedía llegar ya a su cama calientita.

Al pasar por esos cuartos escucho múltiples quejas de una chica, así que volteo a ver, era Azul, daba la impresión de que no podía abrir la la puerta su habitación, metía y sacaba la tarjeta de acceso, y aun así el sistema no se ponía de color verde, Ray trato de acercarse para al menos ayudarle y que ya no sintiese pena por ella, total, ellos estaban consumidos por el mismo sueño.


— ¿Necesitas una mano? — se posicionó al lado de ella, Azul pareció no darse cuenta de su presencia.

— No, necesito una maldita tarjeta... — cuando giró su cabeza al azabache, se quedó callada y se limitó a soltar un suspiro. —  perdón, es que llevo rato intentando entrar pero parece ser que está mal la tarjeta.



Ray se puso frente a la puerta, ella se desvió un poco para dejar que el se encargase, tomo la tarjeta de la fémina e intento pasarla por el sistema, que seguía negándosela, así que saco de su billetera una tarjeta que era más pequeña que la normal, era blanca, la pasó por dicho sistema y le dio acceso, abriéndose la puerta.



— Probablemente la tarjeta no tenga ya magnetización, cuando vayas a cambiarla, asegura que te den una de estas, — mostrándole la tarjeta blanca. — deben de darte una de emergencia, aunque se supone que ya deberían de tener una de las personas con las que compartes cuarto.

— Creo que Violet la tiene. — trato de recordar mientras agarraba sus cosas, las había dejado tiradas en el piso por la desesperación. — ¿Cómo es que era tu nombre?

— Ray.

— Pues muchas gracias, Ray, yo soy...

— Azul, si, yo creo que la mayoría sabemos tu nombre ahorita. — interrumpió el azabache devolviéndole la tarjeta, ella sonrió.

— ¿Y qué tal les pareció el partido? ¿Les bajamos el ego? — Ray frunció el ceño confundió, ¿a que se refería?

— Pues nada mal, aunque esperaba algo mejor. — le siguió el juego, ella rio por su comentario.

— Tendré que tener en cuenta el entrenar mejor para Ray, entonces. Muchas gracias, chico Ray. — se despidió de el y entró a su habitación.



El suspiro y camino a su cuarto.

"Su cara es agradable" Pensó Ray.

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