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Dos








Santa.

Mierda.

¡Se ha corrido! ¡Diciendo mi nombre!

¡Y yo sigo aquí, parada como estúpida!

Vi como ese líquido blancuzco, o su... semen, cayó al retrete. Jaló la cadena de este para que se fuera, subió sus boxers y luego se acercó a lavarse al lavamanos.

Yo seguía... ida.

No fue hasta que él se giró para salir que me atreví a moverme. Entré en pánico; tanto que, al dar un torpe giro para intentar escapar, choqué de lleno contra el marco de la puerta.

—¡Auch! —solté un gemido, llevando las manos a mi nariz mientras cerraba los ojos por el dolor punzante que sentí de inmediato.

—¿Sunnie? ¿Estás bien? —su voz llegó clara y preocupada a mis oídos. Oh, cierto. Yo solo quería escapar, no llamar su atención.

—E-em... Sí, solo... —busqué desesperadamente una excusa creíble—. Estaba por entrar y... bueno... choqué con el marco. —Pésimo. Soy pésima para esto.

Jungkook me miró, ladeando la cabeza, su expresión incrédula.

—¿Entrar? Sunnie, estás de espaldas al baño. —Su tono cargado de curiosidad me hizo girarme con lentitud, y ahí estaba él.

Aún sin camisa, su cabello despeinado caía sobre su frente, pequeñas gotas de sudor decoraban su piel como si acabara de terminar un entrenamiento intenso. Me observó fijamente, arqueando una ceja con una mezcla de confusión y algo más que no pude descifrar de inmediato.

Jodidamente sexy.

—Bueno, es que yo... bueno, tú... —comencé a balbucear, el calor subiendo rápidamente a mis mejillas. Pero no terminé de hablar, porque, antes de darme cuenta, Jungkook tomó mi brazo con firmeza.

De un movimiento fluido, me jaló hacia el interior del baño, cerrando la puerta de un golpe con el pie. Mis pensamientos se atropellaron cuando sentí la fría madera de la puerta contra mi espalda, su cuerpo demasiado cerca.

Con una mano atrapó las mías, levantándolas sobre mi cabeza y sosteniéndolas con facilidad. Sus ojos, que usualmente me miraban con calidez o diversión, ahora estaban oscuros, intensos, con las pupilas dilatadas. No podía leerlos. ¿Era ira? ¿Lujuria?

Inclinó ligeramente la cabeza mientras me examinaba. Su mirada recorría mi figura, deteniéndose un momento en mi rostro, como si buscara algo. El aire se volvía más pesado a cada segundo, y yo apenas podía respirar.

Este no era mi Jungkook.

 Me sentía aterrada, Jungkook jamás había sido así. Siempre solía ser algo serio y reservado, muchos lo llamarían intimidante, pero a mi me mostraba su lado juguetón y competitivo, sin olvidar su lado cursi. 

Sentí el calor de su palma libre posarse en mi cintura, colándose bajo la tela de mi camisa. Mi piel reaccionó de inmediato, erizándose al contacto. Tragué en seco, mi mente en completo caos.

—No mientas, Sunnie. —Su voz era un susurro bajo, pero diferente, más grave, más... cargada de algo que no entendía. Se acercó lentamente, su rostro a escasos centímetros del mío, sus labios peligrosamente cerca.

—No sirve de nada. Sé que me estabas espiando. —Sus palabras, pronunciadas con una tranquilidad inquietante, me hicieron abrir los ojos de par en par.

—Q-q-qué... Y-yo no... —traté de negarlo, pero mi voz se quebró al sentir cómo su mano comenzaba a acariciar mi cintura con una lentitud deliberada.

Corrió un poco su cabeza. Sentí su nariz en mi cuello acto seguido lo sentí aspirar ahí. —Hueles bien, demasiado bien.

—K-kook... —susurré

—Tranquila —musitó con su voz ronca y dejó un beso en mi cuello al que yo respondí con un leve sobresalto. —Jamás me aprovecharía —besó de nuevo el mismo punto pero luego mordió levemente provocando que un gemido involuntario saliera de mis labios. Soltó una risilla que me pareció de lo más sensual.

¡Oh Dios ayudame!

Sentí molestia en mi intimidad con solo esa risa, ¿yo estaba exitandome? ¡¿PERO QUE MIERDA?!

—L-lo... estas... h-haciendo —susurré, mas pareció un gemido. Otra risilla abandonó sus labios, y mordió el lóbulo de mi oreja.

—Si —suspiró— Tal vez un poco.

Maldigo su voz tan sexy.

Se pegó más a mi cuerpo sintiendo su erección en mi vientre, liberé un pequeño jadeo.

—Pero es tu castigo por ponerme tanto —rozó su nariz en mi mejilla, que en este punto, ambas se encontraban al color de un tomate.

Se restregó un poco en mi, provocándole un gruñido. Yo mordí mi labio para no exhibir lo que sentía. Estaba comenzando a sentir aquella humedad de la que solo habia leído. Si antes tenia dudas, ahora ya no. Esto era la excitación.

Pero estaba mal.

—S-sueltame...

—No parece que quieras eso —se restregó una vez más, ahora si gemí y él rió. —No, no quieres eso. La excitación no nos deja pensar claro.

Se separó de golpe, soltando mis manos y dando un paso atrás.

¡¿Pero qué?!

Bajé la cabeza al instante, estaba sonrojada a más no poder. El soltó otra risilla y yo alce la vista.

¿Que era tan gracioso?

—¿D-de que t-te ríes? —tartamudee

—Sal de aquí —me sonrió

—Este es mi baño —bufé

—Si —pasó una mano por su cabello y lo echó hacia atrás.
—Pero no querrás que duerma así ¿verdad? —vió su erección y yo desvíe la mirada.

—Yo...

—Además se que tampoco querrás ayudarme con ella —se acercó de nuevo a mi rostro. Posó una de sus enormes manos en mi mejilla.

—Jungkook... e-esto es malo.

—Shhh —susurró casi rozando mis labios. —Debo hacer esto antes de que me arrepienta.

—Hacer q...—no termine de hablar pues sus labios se posaron sobre los míos, donde los movió un momento y luego se separó para volver a unirlos. 

Sus labios eran suaves y cálidos, mis ojos se cerraron por inercia cuando los sentí sobre los míos por segunda vez. Era magnífico, sus labios tenían atrapado el mio superior, haciendo que soltara un suspiro. Sentí como su otra mano subía a mi otra mejilla para así acercarse aún más, torpemente traté de seguirlo, se estaba tornando un tanto desesperado, mis manos un tanto temblorosas se aferraron a sus antebrazos, un escalofrío recorrió mi espalda al sentir como su lengua delineaba mi labio inferior pidiendo permiso para entrar en mi boca, lo ignoré y el se dio cuenta de ello por lo que quitó su mano derecha de mi mejilla y la posó en mi glúteo para apretarlo. Su apretón me hizo jadear, y en ese momento él aprovechó para introducir su traviesa lengua, soltó una risilla al lograr su cometido. 

Esta se movía libremente explorando mi cavidad bucal con añoro. Fascinante. Sin embargo eso no quería corresponderlo, el gruñó por eso y apretó de nuevo mi trasero ahora con más fuerza, llegando a sentir dolor pero por increíble que parezca... Me gustó.

¡Diablos!

Ahora si me había mojado y en serio. Tímidamente moví lengua también, Jungkook acarició mi mejilla como si estuviera animandome. Nuestras lenguas bailaban la una con la otra, escuché uno que otro gruñido por parte de él, sumado con el sonido húmedo que producíamos, y he de confesar que  me pareció un sonido de lo más incitante y estimulante.

Ambos necesitábamos aire.

Y yo en serio me estoy volviendo loca.

Somos mejores amigos.

¡Amigos!

Nos separamos y Jungkook tomó mi labio inferior entre sus dientes para tirar de él. 
¿Donde aprendió a besar así?.

—Definitivamente no me arrepentiré de esto. —unió nuestras frentes.

—Tu y yo... no deberíamos hacer esto —hablé agitada.

Esto estaba mal, muy, muy mal.

—Lo sé —se separó completamente de mi y se relamió los labios. —Ve a dormir yo debo hacer algo —rasco su cabeza.

Oh cierto. Aun tiene aquella erección que me provocó un sentimiento extraño al pensar que era por mi.

—Si... yo... me voy. Lo siento —bajé la cabeza y me di la vuelta para abrir la puerta pero antes de salir, él me llamó.

—Sunnie —me giré— Olvida esto ¿si? —asentí— Y no espies a las personas mientras están en el baño —me sonrió.

Lo vi algo shockeada.

Jamás olvidaría lo que pasó esta noche.

Y solo así, cerró la puerta en mi cara.









Nota: que vergüenza diomio

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