XXIII. Te quiero
Si no hacemos lo que sentimos, cuando sentimos, ¿para que vivimos? —Lucia Hormigo.
La presencia de aquel hombre fue visiblemente como un detonante para Taehyung, Jungkook vio cómo su sonrisa desapareció por la presencia de este y luego lo escuchó gritar, aunque no entendió mucho lo que discutían fue suficiente con ver con las expresiones molestas del castaño para saber que algo andaba mal.
Cuando vio que el hombre empezó a gritar también, se apresuró en quitarse la guitarra que seguía colgando de su hombro y se acercó expectante. Aunque era un asunto de ellos dos, tenía pensando meterse si Juwon intentaba algo, como usar su fuerza bruta.
Se sorprendió al escuchar la discusión que tenían, como el otro le gritó: "ser padre", "el cuarto de tu hijo está en casa", fue en ese momento que todo tuvo sentido para él, pero entendió todo mejor cuando Taehyung le gritó con todas sus fuerzas todo lo que le hizo pasar y cuanto lo odiaba.
Jungkook dio un paso adelante al ver que Juwon hizo lo mismo, se fue acercando cuando Taehyung lo empujó varias veces; estaba llorando y gritando, nunca lo había visto de esa manera y le dolía verlo así: con sus mejillas rojizas y empapadas de lágrimas le hizo ver todo el daño que le hacía su exesposo, pero aún peor que haya utilizado contra él un tema que evidentemente era una debilidad para Taehyung.
Cuando Juwon lo tomó por los hombros Jungkook dejó de mantenerse al margen de todo y lo empujó con fuerza lejos de Taehyung, se detuvo frente al castaño que seguía sollozando y sintió su sangre hervir al ver en los ojos de Juwon como este lo miraba con enojo.
—No te metas en esto —advirtió señalándolo con su dedo índice.
—Le haces daño, ¿que no ves? —enfatizó Jungkook haciéndose a un lado para dejarle ver al hombre frente a él lo mal que se veía Taehyung llorando.
—No es asunto tuyo, no te metas en esto guitarrista —replicó tajante y con desprecio.
—Juwon, vete de aquí, estás haciendo un escándalo —le pidió Hoseok tratando de alejarlo del cuerpo del Jungkook, quien no se movió un centímetro lejos de Taehyung, incluso mantuvo una mano detrás para hacerle saber que no se moviera y que estaba allí para protegerlo.
—Nadie se meta —gruñó Juwon—. Esto es entre Taehyung y yo, ninguno de ustedes lo conoce por más de 10 años. Ninguno de ustedes fue quien se casó con él, así que manténganse alejados.
—Él no quiere verte, lo ha dejado claro —declaró el pelinegro tratando de mantener la calma en medio de toda la situación, pero el hombre estaba dispuesto a lo que sea.
—¿Que vas a hacer? ¿pegarme? —cuestionó acercándose a Jungkook con su mentón elevado—. Adelante hazlo.
A pesar de que era todo lo que quería hacer desde que vio a Taehyung gritar y derramar la primera lágrima por su culpa, pero eso solo lo arruinaría todo el éxito que tuvo la banda esa noche.
—Tantos músculos para nada —declaró amenazante—. Apártate de mi camino.
Juwon lo empujó para que se alejara de la única persona que quería proteger, pero este solo se tambaleó un poco y aquel fue motivo para que Taehyung reaccionara con violencia, pegándole un puñetazo a su exesposo en el rostro.
—No le pongas un dedo encima —demandó empujándolo con la única fuerza que le quedaba.
En el instante que Juwon intentó sujetarlo de las manos, Jungkook lo apartó tomándolo por el cuello de la camisa. Estaba cansado de que pensara que Taehyung no tenía a nadie que lo protegiera de lo que sea que él quisiera hacerle en ese momento.
No le importó que fuera más alto, porque él era más fuerte. No entendía como una persona que supuestamente amó a Taehyung quería obligarlo a estar con él, no entendía cómo podía hacerlo llorar y no parecer que le importara el hecho de que le estaba haciendo daño.
—Si vuelves a tocarlo, no respondo —declaró Jungkook demandante, mirándolo directo a los ojos para que supiera que no le tenía miedo y que se arriesgaría por Taehyung si en ese momento era necesario.
—Parece que ya cogiste valor, niño —dijo con burla.
Jungkook apretó sus labios en una fina línea, levantó su puño listo para golpearlo, pero en ese instante las manos de alguien evitaron que lo hiciera. Cuando giró su cabeza hacia esa persona vio a Namjoon a su lado.
—No lo hagas, te meterás en problemas —susurró solo para él.
Al final dejó ir al hombre que se mofaba de él, pero al parecer el único propósito de Juwon era seguir molestando a Taehyung que también se encontraba a su lado. La mano de su exesposo volvió a tomarlo de la muñeca cuando este tenía su atención puesta en la mirada llena de ira de Jungkook.
Antes de que el pelinegro pudiera hacer algo, Namjoon y Hoseok son quienes intervienen alejando por enésima vez a Juwon de Taehyung, vio como estos lo alejaron tanto como pudieron y le decían cosas que solo ellos podían escuchar.
Jimin se encontraba junto a Yoongi, quien solo le maldijo a Juwon en voz baja todas las cosas que le podrían pasar si continuaba con ese escándalo. Cyrus y Hyun-jin detrás de Jimin estaban más pendientes del estado en el que estaba Jungkook, quien se veía realmente enojado tomando a Taehyung de sus hombros para mantenerlo cerca de su cuerpo.
—¿Tu que me miras? —cuestionó Yoongi al notar como el vocalista principal de la banda lo observaba haciendo mohín con sus labios.
—Me sorprende lo malhablado que puede llegar a ser una persona —declaró viendo de arriba a abajo al hombre lleno de tatuajes que tenía al lado, maldiciendo toda clases de cosas que solo llegaron a escuchar Juwon, Namjoon y el otro hombre que Jimin supuso era la pareja del chico tatuado.
—Si te crees tan hombre vuelve a aparecer en la vida de Taehyung, vuelve a hacer algo como esto y que yo me entere —amenazó Jungkook—. Tengo mejores formas de lidiar con hombres como tú que solo con mis puños y será mejor que lo dejes en paz si no quieres vértelas conmigo. Señor Lee Juwon, se su nombre y tengo muchas maneras de usarlo contra suyo si vuelve a acercarse a Taehyung.
Taehyung lo miró sorprendido de sus palabras, no recordaba haberle dicho el apellido de su exesposo, pero Jungkook parecía estar hablando en serio cuando lo amenazó.
Juwon terminó zafándose de las manos de Hoseok y Namjoon, para luego desaparecer por las grandes puertas del centro comercial.
Toda la atención de Jungkook se fue a Taehyung, quien estaba temblado con las lágrimas aún visibles en sus mejillas, lo primero que hizo fue rodearlo con sus brazos y pegarlo contra su pecho que estaba agitado por todo lo que acababa de decir, él no era de meterse en peleas, hasta podría decir que era la primera vez que hacía algo como eso.
—Perdóname por hacerte pasar por esto —se disculpó Taehyung en un hilo de voz, aferrándose al cuerpo de Jungkook, cerrando sus ojos y sintiendo su aroma floral.
—No tienes que disculparte —aclaró Jungkook dándole palmaditas en la espalda—. Todo estará bien, estoy aquí para ti, siempre lo estaré.
Seguido de aquellas palabras tan reconfortantes para Taehyung, el pelinegro sintió como este suspiró y dejó caer sus hombros que antes estaban rígidos. Ambos cerraron sus ojos ignorando por completo que sus amigos presenciaban la escena al igual que las pocas personas que pasaban por su lado.
—Gracias por estar —masculló Taehyung hundiendo su rostro en el cuello de Jungkook, abrazándolo más fuerte.
—Está bien, todo estará bien, miel —susurró Jungkook apretándolo contra su pecho, sus manos en la cintura del hombre que se aferraba a él.
—¿Miel? —cuestionó Taehyung apoyando su mejilla de los hombros de Jungkook, respirando su aroma que de alguna manera le tranquilizaba.
—Mielcito, eres mi mielcito —susurró Jungkook sonriendo.
—¿Qué clase de apodo es ese?
Sentir el cuerpo de Taehyung moverse bajo sus brazos a causa de su risita, le hizo sentir mucho mejor saber que la causa de su risa era él. Apretó sus dedos sobre su espalda y confirmó que este haya dejado de temblar por todo el escándalo y las fuertes emociones que tuvo que manejar en cuestión de minutos.
—Es tuyo —respondió Jungkook en un susurro cuando Taehyung se alejó lentamente de su cuerpo, dejando ver aquella sonrisita en su rostro.
Jungkook limpió las lágrimas de sus mejillas con su pulgar, acomodó su cabello y mientras lo miraba a los ojos dijo: —Me dices honey todo el tiempo, entonces tu eres mi miel, porque eres una dulzura y tu color de piel es así, como la miel, desde ahora serás mi mielcito —susurró de manera que solo el pudiera escucharlo.
—Honey, no es literalmente miel, es como decirte cariño —le aclaró Taehyung aun con sus manos en las caderas del pelinegro.
—Lo sé, pero quise usar ese apodo contigo, no arruines el romanticismo hyung —se quejó Jungkook entrelazando sus dedos con los del castaño.
Cuando miraron a su alrededor notaron que sus amigos terminaron de recoger todas sus cosas, por lo que juntos y tomados de la mano se acercaron al grupo que se encontraba cerca del escenario.
El primero en preguntarle a Taehyung cómo estaba fueron Hoseok y Yoongi, quienes tuvieron que presentarse ellos mismos con el resto de chicos que apenas conocieron ese día.
—Me siento horrible por hacerlos pasar por esto —expresó Taehyung dirigiéndose a la banda—. Yo sé que ustedes nos sabían de esto y tampoco debieron enterarse de esta manera, así que me disculpo por todo el escándalo en una noche que es de ustedes.
—No, hyung —se adelantó en hablar Cyrus—. No te preocupes por eso, lo importante es que estés bien.
Hubo un silencio entre ellos mientras Jimin le tendía la guitarra a Jungkook, quien tuvo que dejar ir la mano de Taehyung para ello y no fue hasta que Yoongi habló que ese silencio entre ellos desapareció.
—Deberíamos ir al bar que queda a pocas cuadras de aquí para relajar el ambiente y celebrar —sugirió Yoongi—. Hay una tensión de mierda después de que ese idiota apareciera a joder.
—Con calma, amor —le pidió Hoseok.
—Por cierto, soy fan de Blue Notes, menos de este —dijo señalando con su dedo a Jimin—. Me mira mal, con desprecio, sin ofender.
—¿Cómo no me va a ofender? —cuestionó Jimin poniendo sus ojos en blanco—. Idiota.
—Bueno, nos dividimos —interrumpió Namjoon antes de que Yoongi pudiera responder—. Y vamos a ese bar.
Los únicos en el auto de Taehyung fueron Jungkook, Hoseok y Yoongi, quien no dejaba de preguntarle al guitarrista que estuvo en el asiento copiloto como podía ser mejor amigo de alguien como Jimin.
—Yoongi, lo vas a incomodar —expresó Taehyung mientras estacionaba el auto—. Compórtate, es su mejor amigo y además, Jimin es una persona bastante divertida y agradable.
—Puede que lo sea, pero me mira con cara de culo y no me gusta, a la próxima que me mire así le parto la cara.
—Dios, que insoportable estas —señaló Hoseok mientras se bajaban del auto—. Vinimos aquí a relajarnos no a que tú busques problemas, encima fue tu idea y estás haciendo un escándalo porque el chico lindo te miró mal.
—¿Chico lindo? Así que crees que es lindo y me lo dices en mi puta cara —se quejó—. ¿Acaso te gusta?
—¿Son siempre así? —preguntó Jungkook dejando a la pareja detrás mientras cruzaban la calle.
Aunque dejaron de prestar atención a lo que decían, ambos sabían que seguían discutiendo sobre Jimin.
—Lamentablemente si —dijo Taehyung—. Ves a Yoongi hablar de esta manera, pero es un amor de persona, solo debe entrar en confianza y es como bolita llena de amor, por algo Hoseok lo ama tanto.
—No lo imagino siendo muy amoroso, pero tú lo conoces mejor que yo, así que te creo —declaró Jungkook en cuanto se encontraron con el resto en la entrada del lugar que parecía todo menos un bar como había asegurado quien lo propuso.
En el instante que todos voltearon a verlo, este solo se encogió de hombros con una sonrisa cómplice y su pareja a su lado mirándolo con el ceño fruncido.
—No puedes enojarte conmigo, amor mío —declaró Yoongi apretando las mejillas de Hoseok a propósito, pero este no dejó de mirarlo con seriedad.
—Esto no es un bar, es una discoteca y bastante vulgar al parecer—Jimin fue el primero en decir lo que ninguno fue capaz de mencionar a pesar de que cruzaba por sus mentes.
—Si tienes algún problema te puedes ir, imbécil —señaló Yoongi volteándose a ver al pelinegro que seguía junto al más alto de todos, sabía que su nombre era Namjoon y que era vecino del famoso Jungkook, y desde su perspectiva parecía ser el escolta de Jimin.
—Hey, sin ofenderse —comentó Namjoon.
—Tranquilo, una cara de sapo no me ofende.
Yoongi se rio de manera estruendosa llamando la atención de los demás, le dedicó una sonrisa ladina a Jimin.
—Vete a la mierda, cantante de quinta —expresó acomodando su camisa de estampado floral y las cadenas que colgaban de su cuello antes de mostrarle su dedo del medio al pasar por junto a Jimin para tomar la delantera.
—He venido aquí, el ambiente es bueno y hay buena música, aunque a veces es repetitiva —expresó Cyrus antes de seguir los pasos de Yoongi, quien saludó al hombre de la entrada antes de colocarse en la fila para entrar, mientras que el resto solo imitó su acción.
—No lo quería decir, pero Cyrus es mi favorito de la banda. ¿Me firmas el pecho? Prometo no tatuármelo —declaró Yoongi al volver junto a ellos.
Jimin puso sus ojos en blanco, Namjoon se mantuvo detrás de el con una mano en la cadera del contrario. Hyun-jin y Cyrus se encontraban en primer lugar en la fila, mientras que Taehyung y Jungkook era los últimos, quienes solo observaban y escuchaban toda la discusión en completo silencio, la mano de Taehyung se encontraba descansando sobre su espalda baja permitiéndole a Jungkook tocar sus dedos mientras esperaban.
—¡Min Yoongi! Sigo aquí —vociferó Hoseok desde el fondo de la cola a la que se agregaron más personas.
—También es tu favorito, pero el señor perfección parte 2 no te lo dirá así que te lo digo por el —admitió—. Aunque ahora se debate entre fueguitos o lluvia dorada —dijo apuntando con su dedo índice al Hyun-jin y Cyrus.
A medida que se fueron acercando, pudieron escuchar aún más la música que venía de dentro. Estaba tan repleto de personas como imaginaron que estaría, las luces rojas y azules parpadeando, la música retumbaba en sus oídos, pero eso fue lo al parecer le subió los ánimos al resto del grupo que inicialmente pensaban que irían a un lugar mucho más tranquilo.
—Conseguí un buen lugar —informó Yoongi en voz alta, haciéndoles señas para que lo siguieran en medio de todas las personas que bailaban o cruzaban con bebidas en las manos.
Jungkook siguió los pasos de Taehyung, caminó detrás suyo sin dejar ir su mano.
Terminaron sentándose en uno de los sillones grises en forma de U, rápidamente Cyrus fue el primero en ir a la barra con Hyun-jin caminando y bailando detrás suyo, de todos era el más joven y el que parecía acoplarse mucho mejor a ese ambiente. Aunque no eran unos viejos, la mayoría ya no tenían tiempo como para andar de fiesta en clubes. No tenían e tiempo, ni la suficiente energía.
La última vez que Jungkook estuvo en un club nocturno fue con la única intención de tener sexo con alguien y borrar de su mente el nombre de Ji-seok, lo que por supuesto fue momentáneo.
Un par de tragos fue suficiente para empezar a divertirse como tenían planeado hacer, el grupo se dividió y ahora estaban todos en medio de ese gentío que saltaba y brincaba al ritmo de la música, excepto Jungkook y Taehyung, quienes se quedaron en los sillones con la excusa de que cuidarían la mesa.
La música era movida por lo que Jungkook no pudo evitar moverse al ritmo de esta en el mueble, Taehyung a su lado estaba callado, solo tomaba y tomaba, lo peor es que el sabia porque lo hacía y no supo que decir, todo lo que hizo fue mantener silencio mientras su mente viajaba una vez más a esas palabras que seguían retumbando en su interior tan fuerte como la música del exterior.
"Ser padre", esa frase seguía intacta en su mente y se aferraba a mantenerse allí. Llevó su atención a Taehyung a su lado, no fue necesario preguntar porque ya era visible que estaba tan sumergido en sus pensamientos como él, la única diferencia es que Jungkook no tomaba porque todo lo que tenía en mente es que debía cuidarlo.
La imagen de Taehyung llorando le seguía causando un malestar en medio de su estómago, la manera en la que le gritó a su exesposo fue tan solo una demostración de todo lo que dolió y seguía doliendo mientras este permaneciera apareciendo en su vida.
Se encontraba recostado del espaldar del sillón, lo que le permitió tener una visión del perfil de Taehyung, quien se encontraba con la mirada perdida en el vaso de whisky que tomaba, con sus antebrazos apoyados de sus piernas.
No quiso interrumpirlo, entendía más o menos como se sentía, porque no podría asegurar que sabía cómo era divorciarse o perder la esperanza de formar una familia, lo que si sabía escomo se siente perder algo con lo que habías planeado toda tu vida, conocía ese sentimiento en el pecho que le hacía cuestionarse sobre sí mismo, sobre su persona, así que sabía que la mejor forma de aliviar esos sentimientos era afrontando esas emociones.
Así que lo dejó, no dijo una sola palabra, solo permaneció a su lado sin decir mucho, pero dejando reposar su mano sutilmente en su espalda baja.
Se imaginó un Taehyung llorando en la habitación de un bebé y sintió su corazón estrujarse, no sabía con exactitud qué había pasado realmente, pero entendió que definitivamente era un tema sensible para él; fue entonces cuando tuvo sentido el que esté no quisiera tocar el tema de los hijos cuando le habló del embarazo de su hermana durante su última cita.
Le dolió de solo imaginar las cosas por las que tuvo que pasar, de saber que la persona que él solía o entendía que amaba, le dio a otra persona lo que él quería tener: una familia.
Aunque en sus planes nunca ha estado la idea de siquiera tener un matrimonio con alguien, Jungkook pensó que formar una familia con la persona amada debía ser algo muy bonito.
Se imaginó a sí mismo en una casa acogedora llena de plantas por todos lados, discos de vinilo por aquí y por allá, un hermoso toca discos de madera, niños corriendo por todos lados y Taehyung en medio de todo aquello.
La imagen mental era hermosa.
No dijo nada al respecto, pero sonrió al imaginarse tener una vida así con él, y era la primera vez en toda su vida que se atrevía a verse en un futuro lejano con alguien más, la única vez que lo hizo era un adolescente y realmente pensaba que estaría para toda su vida con su primer amor.
Y por primera vez, sintió que ya tenía algo que darle a Taehyung que nadie más ha podido darle: la oportunidad de ser llamado padre, tener una familia y ser amado como merece.
Pensar en ello definitivamente le dio motivos para hacer de aquella noche solo el inicio de algo hermoso que quería construir con él. Podía darle su espacio para pensar, pero también podía ser parte de su antídoto para curar el dolor que seguía palpable en su corazón.
Quería demostrarle que nunca más debía sentirse de esa manera mientras estuviera con él, porque lo quería y más que solo decirlo en voz alta, le demostraría que sus sentimientos hacia él iban más a allá de la atracción, más allá de un beso o una caricia. Que simplemente cruzaba la barrera de su dolor y llegaba a su corazón como una caricia al alma, como un antídoto a todo lo que sufrió, que sus sentimientos hacia él eran tan sinceros como un abrazo a todo su ser en el que le susurraba sin articular palabra alguna que lo quería.
—Bailemos —le pidió Jungkook al ver que el hombre estaba a punto de servirse más de aquella bebida alcohólica.
—No tengo ánimos para eso, honey —dijo con sus ojos inyectados en alcohol, era la primera vez que lo escuchaba ebrio.
—Lo tendrás si bailas con tu guitarrista favorito —le dijo tomando su mano, invitándolo a ponerse de pie junto a él.
A duras penas Taehyung se levantó, aún con aquella expresión triste en su rostro, pero él se encargó de hacer que se divirtiera en medio de la pista. Bailaron juntos la música movida que retumbaba en sus oídos, y vio como el castaño fue sonriendo poco a poco.
Por otro lado, Jimin se encontraba perdiendo la cuenta de todas las cosas que había tomado esa noche, por primera vez sintió que resistía el alcohol bastante bien, lo que para Namjoon era una historia completamente diferente. Tenía al chico moviéndose contra suyo de manera descarada, él sabía que no estaba completamente ebrio, pero sí lo suficiente como estar tan atrevido.
Las últimas ocasiones que estuvieron juntos, Jimin ha demostrado ser bastante ético, por lo que nunca han pasado de un par de besos. Después de la casa de playa, se vieron un par de veces en el bar, Namjoon lo invitó a cenar, pero todo se quedó en besos un tanto inocentes en comparación con la primera vez que sus labios se tocaron.
Era un chico divertido que sabía cómo caerles bien a las personas rápidamente, pero se dio cuenta de que era más tímido de lo que muestra cuando está en el escenario; las tres veces que salieron juntos se sintió como estar con una persona diferente a la que era Jimin el artista.
Le gustaba de él que fuera centrado y sorprendentemente bastante intelectual. Tenían diferencias que resultaban obvias, como, por ejemplo, el que Jimin fuera metódicamente organizado hasta para la hora de comer, cuando Namjoon era todo lo contrario, pero esa diferencia entre ellos es lo que contrastaba tan bien.
—Tengo un nuevo labial puesto, es muy suave, ¿quieres ver? —cuestionó Jimin bailando frente a él, moviendo sus caderas de un lado a otra como si estuviera hecho de goma.
—¿Que si quiero ver que tan suave es tu labial? —preguntó acercándose al oído del castaño que le sonreía con picardía, quien solo asintió en respuesta.
—Vamos al baño —le pidió tomándolo de la mano y guiándolo por el tumulto de personas.
Le resultaba algo gracioso que él fuera quien lo guiaba a los baños tomándolo de la mano, se veía como un pequeño arrastrando un gran oso de peluche.
Cuando llegaron a la zona de los baños, que para su sorpresa era mucho más decente de lo que esperaban, Jimin los encerró con seguro en la puerta de entrada después de asegurarse de que no había nadie.
—Acércate —le pidió Jimin señalando sus labios carnosos—. Es de sandía, por eso se ve rojo, es muy suave.
Namjoon lo tomó de la cintura, pegando sus cuerpos mientras este estiraba sus labios. El más alto movió su cabeza de un lado a otro, tan solo rozando sus labios por encima de los de Jimin, sintiendo la dichosa suavidad de la que le hablaba.
No siquiera fue necesario que diera su opinión cuando tuvo a Jimin tomándolo de la nuca para besarlo con hambruna, abriendo su boca y dándole permiso de usar su lengua en el proceso, algo que por supuesto hizo.
Jimin se rio en medio del beso al sentir las manos de Namjoon bajar lentamente de su cintura hasta llegar a sus nalgas, mismas que apretó varias veces sin dejar de besarlo.
—Me gustas mucho —dijo Namjoon entre besos—. Te quiero besar todo el cuerpo.
—Mmm —saboreó Jimin con sus manos apoyadas del pecho de Namjoon—. No dejes de besarme.
Se besaron más y más, hasta que la respiración les empezaba a faltar. Las traviesas manos de Jimin se deslizaron por debajo de la camiseta del hombre que no dejaba de besarlo con ímpetu, y se sorprendió de lo que sus dedos tocaron cuando acarició su pecho.
—Vamos a tu casa —pidió casi como si fuera una orden, lo que hizo reír a Namjoon.
—Vamos a mi casa entonces —señaló dejando un último beso sobre sus labios.
El resto de la noche Jungkook y Taehyung siguieron bailando hasta que sus pies dolieron, hasta que su respiración estaba tan agitada de tanto bailar que les costaba respirar.
Jungkook detuvo sus movimientos solo para apreciar al hombre, que estaba muy borracho, bailando frente a él. Su frente estaba algo sudorosa, pero aun así se veía hermoso mientras bailaba en medio de todas las personas que los rodeaban. La música era bastante movida y a pesar de que estaba repleto de personas, toda su atención estaba únicamente en Taehyung.
—¿Por qué bailas tan sexy? —preguntó Taehyung arrastrando la lengua.
Volvieron a su mesa a petición de Jungkook, quien notó que Taehyung ya estaba muy ebrio, aquel comentario era un claro ejemplo de ello. Le quitó el vaso de whisky que tomaba en su mano, mismo que se quejó al instante, haciendo un berrinche, aún con aquel traje lucía tan tierno estando borracho, sus mejillas se veían más rellenas, sus labios más abultados y sus párpados casi cerrándose.
—Deberíamos volver a casa, estás muy ebrio —dijo sujetándolo de la cintura cuando este estuvo a punto de caerse.
Ignoró las quejas de Taehyung negándose a salir del club. Jungkook buscó a sus amigos, pero solo logró encontrarse con los amigos del castaño que seguía balbuceando a su lado.
—Nosotros nos vamos más tarde, Cyrus y Hyun-jin se van con nosotros —señaló Hoseok.
Tal parecía que ellos eran los únicos sobrios en aquel lugar.
—Honey, e-erres hergmoso —balbuceó Taehyung tropezándose más de una vez a medida que avanzaban hacia la salida.
—Tu eres el hermoso aquí —declaró Jungkook sosteniéndolo fuerte de la cintura, mientras el contrario se sujetaba de su brazo.
Jungkook buscó las llaves del auto entre los bolsillos del dueño, lo que hizo que este estallara en risas diciendo que estaba haciéndole cosquillas. Terminó dejando al castaño en el asiento copiloto y se sentó detrás del volante completamente nervioso porque nunca ha conducido un Cadillac.
Cuando puso en marcha el coche agradeció haberle puesto mucha atención a Taehyung mientras conducía, aun cuando sus razones no hayan sido precisamente aprender sino más bien admirar su manera tan elegante de conducir.
Lo más difícil de todo el camino a casa del castaño, es que este no se quedaba tranquilo en su lugar, seguía bailando torpemente y riéndose de cualquier cosa que veía en la calle. Más de una vez en el trayecto intentó sacar la cabeza por la ventanilla y el que estuviera tan inquieto solo ponía a Jungkook más nervioso, tenía que cuidar de él y de su auto caro.
—Vamos arriba, mielcito —dijo Jungkook al ayudarlo a salir, este estaba mucho más tranquilo, notablemente con nauseas, lo sabía por la expresión en su rostro que conocía a la perfección por su mejor amigo.
—Quiero vomitar —dijo más claro que todo lo que había dicho durante su salida y camino a casa.
Rápidamente Jungkook lo llevó hasta la esquina donde se encontraba la basura y palmeó su espalda mientras dejaba salir todo. Vio como este se sujetaba del poste de luz para mantener el equilibrio y seguir caminando hacia la entrada de su departamento, pero Jungkook lo levantó en brazos cuando Taehyung intentó caminar y solo se tambaleó en el proceso.
—Será menos peligroso si te cargo —consideró llevándolo en brazos hacia la entrada, donde saludó al portero que le dedicó una sonrisa a Taehyung cuando este le saludó aleteando su mano.
Jungkook sonrió cuando este recostó su cabeza de su pecho cuando entraron al ascensor, al llegar a la puerta tuvo que esperar a que el castaño dejara de jugar y recordara el código de acceso de la entrada.
—Tienes que ducharte —declaró Jungkook buscando él interruptor para encender las luces.
—Nooo
—Sí, apestas a alcohol y vomito —dijo estrujando su nariz frente al castaño que lo miraba con ojos de cachorro casi haciéndole pucheros.
—Bieeen, lo que tshuú degas —se quejó arrastrándose hacia el baño con Jungkook detrás suyo tratando de sujetarlo, pero este lo alejó fingiendo estar molesto con él.
—Deja la puerta abierta por si sucede algo me gritas —dijo desde el umbral de la puerta viendo como este intentaba quitarse la americana que llevaba puesta.
—¡Agh! —chilló frustrado—. Ayuudaghme con la ropaa.
—No quiero que te sientas incómodo —susurró Jungkook acercándose a él.
Taehyung no dijo nada, este solo tenía su ceño fruncido al no poder quitarse la ropa por la torpeza de sus dedos, así que Jungkook terminó desabotonado su camisa, y pantalones con manos temblorosas.
—¿Por qué eshtas nervioso? —preguntó Taehyung con una sonrisita—. No es cuomo si fueramos a tener sesho.
—Tu cuerpo desnudo me pone nervioso, hyung —admitió porque sabía que probablemente no recordaría mucho al siguiente día.
Lo dejó solo en ropa interior debajo de la ducha y salió del cuarto de baño con su corazón acelerado. Esperó pacientemente en la entrada del baño, atento a cada cosa que podía escuchar, hasta que vio a Taehyung tan solo con una toalla blanca envuelta alrededor de su cintura, el agua chorreando desde la punta de su cabello, deslizándose por su pecho que veía por primera vez con mucha más atención, percibiendo en él un cuerpo tonificado, no era muy musculoso pero sus brazos se veían más fuerte y su abdomen más marcado.
—La cabeza me da vueltas —dijo siguiendo su camino hacia el pequeño tocador que tenía junto al estante de libros.
Jungkook seguía observando su cuerpo, teniendo la idea en su cabeza de que debajo de esa toalla no había nada más de ropa. Apreció su espalda desde el umbral del baño y vio como este se sentaba frente al espejo con el secador en manos, lo que hizo que se moverá rápidamente a donde estaba el.
—Déjame secarte el cabello, te puedes quemar —dijo al colocarse detrás suyo, quitándole suavemente el secador de las manos.
Le seco el cabello moviendo su mano entre las hebras húmedas, concentrado únicamente en ello, si desviaba tan solo un poco su atención de su cabello, empezaría a ponerse muy nervioso y solo haría el ridículo.
Notó a través del espejo como este empezaba a cerrar sus ojos mientras movía sus dedos entre su cabello, terminando de secarlo, sonriendo por como Taehyung se estaba quedando dormido.
—Listo —susurró Jungkook dejando el secador en su lugar—. Vístete y ve a la cama, me iré cuando te duermas —le pidió dándose la vuelta con la intención de dejar la habitación, pero la mano de Taehyung lo detuvo al sujetar su muñeca.
—Quédate —masculló lentamente.
Jungkook se quedó paralizado cuando el hombre lo abrazó por la cintura, apoyando su mejilla de su abdomen.
—¿Seguro? —cuestionó Jungkook, sin saber a dónde llevar sus manos, misma que terminaron acariciando la cabeza de Taehyung.
—Sí, le diré a mamá que no venga hasta la tarde —declaró en un tono de voz aún más bajo.
—Está bien —afirmó—. Tengo que ducharme primero, ¿tienes ropa que me puedas prestar?
—Dudo que te quede de brazos —consideró Taehyung levantando su mentón y apretando los bíceps del otro con una sonrisa ladina—. Son muy grandes...
—Vamos a la cama —pidió Jungkook después de aclararse la garganta.
La posición en la que se encontraban no le estaba dejando pensar con claridad, el rostro de Taehyung estaba muy cerca de su entrepierna, dedicándole una sonrisa coqueta y apretado sus brazos que ya no estaban cubiertos por su abrigo jean que antes llevaba puesto. Esa posición no le dejaba nada bueno que pensar.
Se aseguró de que Taehyung se acostara en la cama después de haberse cambiado por su pijama de rayas azules, caminó hasta el closet con cierta timidez, no le gustaba mucho la idea de hurgar en su ropa, pero era necesario si no quería dormir incómodo con esa ropa y solo con su bóxer, lo que sería casi como una batalla para él considerando que posiblemente Taehyung estaba caliente por el alcohol que aún seguía en su sistema.
Se sonrojó cuando tomó un par de pantalones cortos y su mirada se desvió a la pequeña cajita que tenía en la esquina del closet con lo que parecían ser juguetes sexuales y junto a esa caja, otra más con ropa interior de encaje, rápidamente cerró las puertas del closet y corrió hasta el cuarto de baño.
—Que promiscuo eres Jeon Jungkook —susurró para sí mismo mientras dejaba que el agua bajara por su cuerpo.
Bajó su mirada hacia su miembro notando la erección que no bajaba ni siquiera con el agua fría, no podía asegurar con que se había excitado, pero solo tenía en su mente a Taehyung en aquella posición frente a él, y se lo imaginó usando alguno de los juguetes que vio en el closet estando sentando frente a él, pero lo peor de todo fue imaginárselo usando lencería de encaje y los mismos juguetes.
Cerró sus ojos debajo del agua y trató de pensar en cualquier otra cosa, se relajó lentamente hasta que finalmente pudo terminar de ducharse y borrar aquellos pensamientos de su mente antes de cometer una locura en el baño del hombre que estaba despertando en él pensamientos tan sucios.
Cuando estuvo cambiado, se preguntó cómo dormiría con él sin volver a pensar en ello, pero se las ingenió al recostarse entre las sábanas, mantuvo una distancia entre ellos que fue acortada por el mismo Taehyung al abrazar su pecho y subir una pierna sobre su cuerpo.
Jungkook se quedó paralizado en su lugar, con la mirada en el techo que estaba completamente a oscuras.
—Buenas noches, honey —susurró en voz baja apegándose más a su cuerpo.
—Buenas noches —dijo devuelta, sin moverse ni un poco, con el miedo de tener cualquier tipo de roce que le hiciera perder la cordura.
Ya era una especie de milagro el que hayan dormido juntos tantas veces sin hacer nada más que eso, pero estaba seguro que, si Taehyung seguía coqueteándole en momentos así, terminaría haciendo cualquier cosa menos dormir.
A la mañana siguiente, Taehyung fue el primero en despertar con un terrible dolor de cabeza, se estiró en la cama sentándose en la orilla de la misma y se quedó allí con la mirada perdida en el movimiento de la cortina que se movía por la brisa d, olvidó cerrar las ventanas el cruzar la puerta que daba al balcón de su habitación, estuvo a punto de ponerse de pie cuando escuchó la voz de Jungkook darle los buenos días.
Se dio la vuelta acomodando su cabello rebelde, encontrándose con la sonrisa del hombre que mostraba su brazo tatuado por encima de las sábanas blancas, Jungkook se encontraba de espaldas al closet, con su cabello completamente desarreglado, pero su voz ronca fue lo que hizo que se quedara estático en su lugar.
—¿Tienes resaca? —preguntó en la misma posición, estirando su mano hasta llegar a tocar la de Taehyung sobre la cama.
—Sí, como no tienes idea.
—Nada que una buena sopa no quite —declaró Jungkook parándose de la cama, ambos se lavaron y cambiaron de ropa antes de salir de la recamara.
Taehyung le buscó cada utensilio o ingrediente que le pidió mientras este se movía dentro de la pequeña cocina, mientras que él lo vio sentado desde el comedor redondo. Sentía que su cabeza explotaría y las extremidades de su cuerpo dolían, no recordaba cuando fue la última vez que paso por aquello; hace mucho tiempo que no se emborrachaba de esa manera y todo fue por Juwon, a quien no quiso recordar mientras tenia a Jungkook cocinando algo para él y tarareando alguna canción que no reconocía.
—Bebe más agua, la necesitas.
—Debiste darme agua ayer antes de dormir.
—Lindo, ayer fue una noche difícil para mí, no dejaste de coquetearme de una manera bastante sexual... —admitió Jungkook dejando dos tazones de sopa humeando sobre la mesa—. Apenas podía pensar con claridad.
—Perdón, fue el alcohol.
—Lo sé, por eso te dejé descansar de inmediato —declaró empujando la sopa frente a el—. Ahora come esto y te tomas la pastilla.
El silencio reinó entre ellos mientras comían, en el exterior solo puede escuchar el cruzar de los autos y alguno que otro claxon. La mirada de Jungkook terminó en las plantas de Taehyung en el balcón y casi de manera instantánea recordó la razón de la resaca del hombre que se encontraba frente a él, muy silencioso para su gusto.
Si, sabía que tenía resaca y que eso era insoportable, pero notó en su expresión de que seguía pensando lo que pasó con Juwon, de tan solo tener la imagen de ese hombre siendo el culpable del sufrimiento y las lágrimas de Taehyung, le enojaba.
—Sabes... —masculló Jungkook moviendo la sopa con su cuchara—. Puedes hablar conmigo de cómo te sientes, sé que quizás estas tan acostumbrado a no hacerlo que prefieres lidiar con ello solo.
—No, no es eso —susurró Taehyung con la mirada en su sopa—. Solo... pienso en las cosas que tuviste que pasar por mi culpa, no quiero que se haya arruinado la presentación por idiota.
—No es tu culpa, miel —declaró Jungkook acercando su silla a la del castaño—. Tu no sabías que él se aparecería y te haría pasar por todo eso, no te culpes por nada de eso, el único culpable fue el hombre que te hizo perder los estribos, te hizo llorar y te lastimó con sus palabras.
Taehyung tomó la mano de Jungkook y sonrió a medias escuchando las palabras de aliento del azabache.
—Él no lo merece, Taehyung, no merece que estés así por su culpa. No merece que gastes tus energías emocionales en él, sé que es difícil simplemente dejar de hacerlo, pero ¿sabes que aprendí con el único hombre que fue mi pareja?
—¿Qué?
—Que tú eres el único que tiene control de tus emociones, que cosas como estas suceden en nuestra vida para hacernos más fuertes; cuando él se fue a ser sacerdote me di cuenta que no valía de nada alcoholizarme para olvidarlo, porque nunca lo haces del todo —explicó Jungkook apretando las manos de Taehyung—. Son el tipo de personas que permanecerán en tu mente y corazón por mucho tiempo, nunca conseguirás sacarlas por completo porque al final del día son parte de lo que eres en el presente y serán parte de lo que te convertirás en el futuro.
—Odiar tampoco borrará el tiempo que pasaron juntos o las cosas que sentiste por esa persona, no vale de nada el rencor, eso únicamente te hará ver la vida más gris —susurró mirándolo a los ojos—. Ji-seok, se fue cuando yo estaba convencido de que viviría toda mi vida con él, estábamos iniciando la facultad cuando tomó la decisión de irse a otro país, recuerdo que soporté tan poco la noticia que terminé desmayado.
—¿Todavía lo amas?
—Hay una parte de mi corazón que siempre lo hará, aunque no de la manera que estás pensando —aclaró—. Me refiero a que: Yo soy Jungkook, el del pasado, presente y futuro, y viviré toda la vida con esos sentimientos, con ese dolor que me hizo ser el hombre que soy hoy.
» No podría ser el Jungkook que está siendo honesto contigo en este momento, si no hubiese sido el Jungkook que amó a ese hombre. Lo que quiero decir es que, el no merece que te castigues a ti mismo por algo que tú no puedes controlar cuando él fue quien clavó la daga en el corazón. Lo que pasaste con el siempre será parte de ti, pero solo tú decides que tanto influirá en la vida del Taehyung del futuro.
—No quiero guardar ningún tipo de sentimiento hacia ese hombre, lo desconozco tanto, Jungkook —musitó apretando la mano del contrario sintiendo su labio temblar—. Se volvió tan cruel e insensible, es como si fuera una persona completamente diferente y me enoja que estés metido en este lio todo por estar conmigo.
Jungkook acercó más su silla hasta el punto que sus rondillas se tocaban, con sus dedos levantó el mentón cabizbajo del castaño.
—Eso es lo que menos importa.
—Claro que importa, tus sentimientos importan.
—Mientras pueda seguir estando contigo de esta manera, todo lo demás es irrelevante para mí —masculló acariciando con su pulgar el mentón de Taehyung—. Ahora bien, ¿no has considerado hacer algo al respecto para que el desaparezca de tu vida? Se supone que están divorciados y no tienen razones de por medio para tener que verse.
—Como hijos.
—Si.
Jungkook sin querer mencionarlo directamente, porque sabía que ese tema debía seguir siendo sensible para Taehyung, algo que el castaño notó y agradeció en su interior.
—Sí, lo estuve pensando desde que se apareció después del divorcio —comentó con la mirada puesta en Jungkook—. Creo que lo haré hoy, hablaré con mi abogado.
Jungkook le dedicó una sonrisa, besó su frente y se levantó para tomar los dos tazones casi vacíos y llevarlos a la cocina. Cuando se dio la vuelta, se encontró con Taehyung de pie en el umbral de la cocina y pronto sintió sus brazos rodearlo en un abrazo.
—Te quiero —susurró Taehyung escondiendo su cabeza entre sus hombros—. Quiero que este sentimiento sea parte del Taehyung del futuro; quiero decirlo ahora porque si no lo hago le daré mucha vuelta, así que...
Hizo una pausa dejando salir una bocanada de aire aferrándose aún más al cuerpo de Jungkook, como si simplemente no fuese suficiente tener su pecho pegado al de él para que se diera cuenta de lo fuerte que latía su corazón.
—Te quiero mucho, honey.
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