XVIII. Sincerándome
Canción del capítulo:
Sincerándome de Carlos Rivera
No sé si es amor, pero siempre hay algo que está ardiendo entre nosotros, y tan extrañamente así vamos por la vida; sin jaulas, sin etiquetes ni condiciones. Yo solo sé que me encantas, que sin tenerte me enloqueces y que me basta con saber que existes para estremecer todas mis ganas —J. Walien.
Quedarse a solas con Namjoon no es algo que esperaba que sucediera tan rápido y mucho menos que su mejor amigo fuera cómplice de ello. Apenas lo conocía, pero desde que el mayor estuvo presente en su último show en Tazzys, es más, se atrevía a decir que desde que él y Jungkook se lo encontraron en el pasillo del edificio del pelinegro, ha habido cierto coqueteo imposible ignorar.
Hasta el momento, el hombre sentado frente a él ha demostrado ser un hombre bastante directo y sin miedo al qué dirán, es por ello que experimentaba un escalofrío recorrer su espalda cada vez que levantaba su mirada para encontrarse con los ojos penetrantes de Namjoon. No podía pensar en otra cosa que no fuera el sentirse vulnerable ante la mirada de un dragón que estaba a punto de hacerlo cenizas. Aquella sensación no le gustaba para nada, como si su presencia imponente lo minimizara, pero tal era la contradicción que de todos modos sentía que esos ojos eran como imanes atrayendo toda su atención.
La mirada de Namjoon era una mezcla de peligro y dominación, y Jimin entendió en ese instante que estaba en desventaja, que sus atrevimientos podrían salir mal, veía las chispas de la determinación encenderse y sin duda era algo que su intuición no dejaba pasar desapercibida.
Hace mucho tiempo que no estaba con un chico, ni siquiera recordaba lo que se sentía, durante los últimos tres años solo ha estado con mujeres, lo que por supuesto era completamente diferente. Aunque nunca tuvo problemas de estar con alguien de su mismo sexo, siempre prefería irse por la vía segura y menos complicada. Por años se convenció de que su mayor atracción estaba dirigido a las mujeres, pero esa noche solo recordaba la razón por la que ha mantenido ese pensamiento por tanto tiempo.
Su familia y el resto del mundo era la única razón, ha tratado de evitar a toda costa, cualquier cosa que le causara dolor de cabeza, pero al final estuvo en una relación; por costumbre, por quedar bien, por complacer, fue feliz durante los primeros años, pero luego todo se convirtió en un desastre del que muchas veces intentó salir, pero simplemente volvía al mismo circulo vicioso una y otra vez.
¿Fue por amor? No, volvió tantas veces con ella por no defraudar, por cumplir con las expectativas de alguien más y quizás la de sí mismo al aferrarse a la idea de que las cosas mejorarían, pero nunca sucedió más que pelea tras pelea, una desilusión tras otra, hasta que ya no quedó nada.
Entregaba demasiado cuando realmente le gustaba alguien y a veces se odiaba por ello, porque podía demostrar ser un hombre fuerte, pero la realidad es que es bastante sensible y quienes más daño le han hecho, más que Inah, han sido los de su mismo sexo. Quizás tenía miedo de las cosas que podría sentir por un hombre y por ello cuando tenías las dos opciones, prefería a las mujeres.
Durante todo el día se ha sentido tan tímido alrededor de Namjoon, no sabía cómo sentirse cada que había algún roce entre sus cuerpos o cuando sus miradas se encontraban, ni hablar de todos esos momentos en los que lo llamó "lindo" o "pequeño", hace mucho tiempo que no ligaba con hombres, mucho menos con aquellos que suelen ser tan directos como el anfitrión de la casa.
—¿Para que soy bueno? —preguntó Jimin acomodándose en su lugar.
—Para pasar tiempo conmigo —contestó Namjoon dejando en manos del contrario la botella de vino vacía que había dejado sobre la mesita de muebles—. ¿O estás cansado?
—Soy un hombre de vida nocturna —dijo al recibir la copa que ahora llenaba con el vino que quedaba en la botella.
—Es cierto —murmuró Namjoon—. Entonces, ¿toleras más el vino que las cervezas?
—En realidad, me embriago cuando tomo mucho —señaló antes de darle un sorbo a su bebida.
—Así que, aquella vez que nos conocimos, ¿habías tomado mucho?
—Dios, no me lo recuerdes, que vergüenza —pidió Jimin presionando sus dedos contra su sien.
Temía que Namjoon tocara ese tema y sucedió mucho más rápido de lo que esperaba, siquiera quería responder a su pregunta, no quería recordar en voz alta lo que fue de esa noche. Los dos estaban solos, así que nadie podría sacarlo de aquello, no tenía otra alternativa más que enfrentarlo.
—Si tomé mucho esa noche —expresó Jimin con la mirada en sus pantalones cortos, mismos que intento bajar más hasta sus rodillas ya que estaba mostrando mucha piel de sus piernas al estar sentado.
—Fue por una ruptura, estaba muy molesto y triste —confesó Jimin, levantando su mirada para encontrarse con la de Namjoon puesta en sus piernas, lo que hizo que sonriera, de algo si estaba orgulloso en ese momento y era de tener buenas piernas.
—Así suelen ser las rupturas —musitó Namjoon moviendo el vino que quedaba en su copa—. ¿Esa persona te rompió el corazón?
—En realidad, fue algo de los dos, iba a ser mi esposa —admitió esperando que su compañero se sorprendiera al respecto, pero su expresión era neutra que no podía deducir que estaba pensando.
—¿Y qué pasó?
—No funcionó.
—Ya veo, a veces las cosas no funcionan, lo bueno es que te diste cuenta antes de casarte —señaló alzando sus cejas.
Jimin solo asintió con la mirada en la copa de vino aún llena, sentía que él era el único que hablaba, en ese momento sintió la necesidad de también saber cosas de él.
—Si —susurró Jimin—. ¿Y tú qué?, ¿has estado con un hombre antes o soy el primero?
—Podría decir que eres el primero con quien tomo la iniciativa —expresó—. Pero he estado con hombres, mujeres, trans, bueno, soy pansexual, me gustan las personas independientemente de su género o sexo.
—¿Entonces no te intereso porque soy hombre? —preguntó Jimin sin poder ocultar su repuesta por la respuesta de Namjoon, no esperaba recibir toda esa información en una sola oración, es decir, tenía la sospecha de que él era una persona bastante liberal, pero no que lo fuera tanto.
Le sorprendía, pero también le gustaba y le parecía interesante, nunca había conocido a una persona así.
—No, me interesas porque eres Jimin.
El pelinegro solo sonrió y tomó de lo que quedaba de su vino, mismo que era bastante bueno, tan solo por la presentación podría decir que no era barato, eso y el sabor que tenía era muy diferente al vino tinto barato que ha tomado cuando no es el que sus padres suelen comprar para las cenas.
No tenía nada más que decir, pensó en preguntar otra cosa, pero sentir la intensa mirada de Namjoon sobre el mantuvo su mente en blanco.
—¿Es mucho si digo que quiero besarte ahora mismo? —la pregunta tomó a Jimin desprevenido, casi se atragantó con su propia saliva al escuchar las palabras de Namjoon, ni siquiera fue capaz de mirarlo a la cara de inmediato.
—Ni siquiera me conoces —fue lo primero se le ocurrió responder cuando finalmente lo miró a los ojos.
—No hay que conocer a las personas para besarse, pequeño —señaló Namjoon—. Pero está bien, puedo decir que te conozco lo suficiente como para que me gustes y quiera besarte, ahora.
—¿Qué es lo suficiente?
—Eres el vocalista de Blue Notes, mejor amigo de Jungkook, lindo, te gusta más el vino que las cervezas y te gusta comer cuando la comida está caliente. Te emborrachas cuando tomas mucho, pero toleras altos grados de alcohol, eres tierno cuando estas ebrio y estuviste a punto a casarte con una dama, pero terminaron y ahora estas soltero.
—¿Cómo es que ha acertado en todo? —cuestionó Jimin riéndose, acomodándose en el sillón de manera que ahora estaba totalmente de frente a Namjoon.
—He prestado atención.
—De todos modos, yo no te conozco a ti, joder, al menos invítame a una cita primero —consideró Jimin riendo bajito, tomando otro trago de vino.
—¿Ese es el problema? —cuestionó Namjoon al ponerse de pie, dejando a Jimin confundido—. No te muevas de ahí.
No pudo evitar sonreír para sí mismo al ver como el hombre salía casi corriendo, bajando los pequeños escalones del vestíbulo que daba a la entrada, escuchó como este movía cosas, no tenía idea de lo que estaba haciendo, pero se hizo una idea cuando vio a Namjoon volver con velas en pequeños frascos, mismas que dejó sobre la mesita de muebles frente a él, eran exactamente cuatro, dos moradas y dos rojas.
—¿Qué es esto? —cuestionó Jimin tratando de no reír muy fuerte.
—Una cita, por supuesto —respondió Namjoon como si fuera la cosa más obvia.
El chico alto volvió a desaparecer de su campo de visión, notó que esta vez fue a la cocina, no podía evitar reír en voz baja al ver cuáles eran las intenciones de Namjoon en ese momento, era tan espontaneo y despreocupado, algo que estaba causando un efecto en él, no podía no sentir interés por alguien como él.
Esta vez llegó a su lado con un plato con pequeñas rebanadas de pan con queso blanco encima, sonrió aún más cuando este encendió las velas y apago las luces. ¿De verdad estaba haciendo de ese momento solo para poder besarlo? Porque estaba llenando todos los requisitos para ganarse aquel beso.
—¿Ahora hablaremos de nuestros colores favoritos y demás? —preguntó con una sonrisita que no pasó inadvertida por Namjoon, su rostro apenas era iluminado por la tenue iluminación de las velas, pero era lo suficiente como para poder apreciar la expresión de su rostro, se notaba mucho más relajado y hasta divertido, lo que quería decir que estaba cómodo.
—En realidad hablemos de cosas más interesante, por ejemplo, ¿cómo te gustan que te besen? —preguntó Namjoon tomando la copa de vino de Jimin de sus manos para dejarla sobre la mesita de noche y dejar en su lugar un pedazo de pan que preparó rápidamente, mientras tanto el llenaba ambas de copas con más vino.
Jimin se quedó en silencio, tomando de la bebida que fue recién servida, sintiendo en su paladar en increíble combinación entre el queso y el vino, estaba casi seguro que había sido a propósito el que Namjoon trajera queso a la mesa cuando ambos tomaban vino.
—Me gustan que me sorprendan —finalmente contestó Jimin, volviendo a dejar la copa sobre la mesa, algo que Namjoon también hizo.
Mientras se acomodaba en el sofá subiendo su pierna izquierda, mantuvo su mirada fija en el hombre frente a él y esta vez no la apartó, incluso se tomó el atrevimiento de prestarle más atención a sus piernas expuestas, tal como él ya había hecho al escanear todo su cuerpo mientras estuvieron en la piscina. No podía negar que tenía un gran cuerpo, sus piernas eran grandes y bien formadas, ni hablar de su pecho y de cómo su camiseta negra se pegaba a su cuerpo casi de una forma provocativa.
En el instante que llevó su mirada a su rostro, este se encontraba a escasos centímetros de su rostro. Lo siguiente que sucedió fue su mano levantar levemente su mentón con la mirada en sus labios, hasta que finalmente se acercó más hasta que sus bocas se encontraran en un beso que ambos esperaban tener.
La diferencia de estatura era considerable incluso cuando estaban sentados, mientras Namjoon tuvo que inclinarse hacia él, Jimin levantó más su mentón para estar al nivel de sus labios. El contraste era mucho más excitante de lo que imaginó que seria, amaban que ambos tuvieran labios gruesos.
Jimin sintió como los labios de Namjoon se deslizaron suavemente desde su labio inferior al superior, lo que provocó que este abriera más su boca, dándole permiso de hacer mucho más que solo besarlo con sus labios.
En medio del beso que empezó a ser mucho más intenso, Jimin levantó su pierna derecha dejándola caer sobre las piernas de Namjoon; solo podía pensar en que no podía reprimirse de besar a un hombre como el, alto, increíblemente atractivo, que había armado una cita en cuestión de segundos para besarlo y en cierta forma también cumplir con sus expectativas, no solo con besarlo tan bien como lo hacía en ese momento.
Casi jadeó cuando sintió las manos de Namjoon tomarlo fuerte por la cintura, usó ambas manos para levantarlo y dejarlo a horcajadas sobre su regazo, sus frentes pegadas y con sus labios entreabierto rozándose ante el movimiento de sus cuerpos. Jimin lo tomó del cuello con ambas manos y volvió a unir sus labios, esta vez en un beso mucho más apasionado, sus lenguas se encontraron en un pequeño juego que se convirtió en una desesperada necesidad entre sus cuerpos de sentirse.
El chico encima de su regazo tomo sus manos, las llevó hasta su cintura y el mismo las deslizó hasta su espalda baja, entendiendo perfectamente la petición de Jimin, Namjoon le dio un apretón de nalgas que provocó en el contrario un jadeo en medio del beso tan húmedo, sensual, acelerado y algo desastroso debido a como sus lenguas chocaban a cada segundo.
Namjoon sintió como Jimin tomó su labio inferior entre sus dientes, mordiéndolos tan solo un poco, lo suficiente para que esta vez le diera una nalgada antes de tomarlo de la cintura y atraerlo mucho más a su pecho, lo que hizo que Jimin quedará más alto.
El sabor al queso y el vino, mezclado con el sabor natural de sus labios, los pequeños jadeos en cada roce entre las manos de Namjoon con el trasero del chico sobre él, la manera en la que las pequeñas manos de Jimin removían su cabello, como si no fuera suficiente, como si deseara más, algo que el mayor estaba dispuesto a darle si no fuera porque estaban en medio de la sala de estar.
Jimin se alejó cuando escuchó un jadeo por parte de Namjoon, eso y el poder sentir como crecía el bulto presionado contra su trasero. No iba a negar que su manera de besarlo era demasiado excitante para él, es por ello que se fue apartando poco a poco antes de hacer una locura en medio de la sala de estar, cuando cualquiera de los chicos podía bajar y encontrarse con lo que seguía a ese beso que evidentemente terminaría en algo más.
Las manos de Namjoon seguían en su trasero cuando ambos se apartaron con sus reparaciones agitadas. Jimin limpió la comisura de sus labios y luego la del hombre que acababa de besar con tanta vehemencia. En ese momento percibió el aroma de las velas, lavanda y rosas, un olor exquisito que ahora los rodeaba. Sonrió y volvió a acomodar el pelo de Namjoon que el mismo desordenó.
—Sabía que eras este tipo de besador —consideró Namjoon—. Ahora que no besamos y tocamos, podemos seguir con nuestra cita, es momento que me digas que es lo que te gusta de mí, porque evidentemente te gusto mucho, pequeño.
Jimin solo sonrió sin moverse de su lugar, seguía estando a horcajadas sobre él, aunque sus labios no llegaban a rozarse, estaban bastantes cerca uno del otro y le gustaba estar así.
—Tus hoyuelos, soy débil con esa cualidad —susurró Jimin hundiendo sus dos índices en ambas mejillas del contrario—. Y tu sonrisa, es muy linda, tus dientes son perfectos, que envidia.
—Bueno, gracias —masculló Namjoon con una sonrisa de lado.
—Y tus ojos tienen forman de ojos de dragón.
—Eres la primera persona que me dice eso.
—¿Sabías que ojo de dragón representa equilibrio entre poder, amor y sabiduría? —cuestionó Jimin.
—¿De dónde sacaste esto? —preguntó algo sorprendido.
—Lo leí en un libro.
—Eres muy sabio, eso te hace mucho más atractivo ¿lo sabias?
—Lo sé. He sido un estudiante aplicado toda mi vida, así que se muchas cosas, ¿eso te sorprende? —preguntó Jimin, deslizando sus manos por el pecho del contrario, hace mucho que quería hacer eso, vio que era el mejor momento para hacerlo considerando que las manos de Namjoon seguían sobre sus nalgas.
—Claro que lo hace —replicó consiguiendo una sonrisa llena de satisfacción por parte del pelinegro. —¿Y qué hay de mis labios?
—No lo sé, debería estudiarlos mejor para llegar a una conclusión —replicó Jimin con su mirada puesta en sus labios.
—Tenemos toda la noche para hacerlo, ¿crees que eso sea tiempo suficiente?
—No lo sé, quizás necesite más de un día.
—Eso es mucho, pero me parece justo.
Lo que quedaba de la noche no fue distinta para Taehyung, quien no había dejado ir los labios de Jungkook desde que este cerró la puerta con seguro. El ambiente entre ellos se volvió increíblemente sensual, no podía decir que era porque se encontraban solos en una habitación, pero mientras besaba al guitarrista no se limitó a las cosas que llegaban a su mente mientras sus cuerpos estaban así de cerca.
De todos los besos que habían compartido durante el día, Jungkook podía decir que aquel era su favorito, mucho más despreocupado, sensual y tan apasionado como el primero que tuvieron en la playa.
Taehyung tomó el control en el momento que apretó sus caderas y lo pegó de la pared cerca de la ventana frente a la cama y una vez más volvió a pasar su lengua por el piercieng en su labio, por reflejo, Jungkook empujó su lengua contra la del contrario, ambos jadeando ante el contacto.
Las manos de Jungkook tomaron de la cintura a Taehyung deslizándola por debajo de su camiseta y sintió como su piel se erizó por el contacto de sus dedos.
La manera en la que sus labios ahora se movían, era casi desesperada. Los dedos de Jungkook acariciando la suave piel de Taehyung, sus labios en un juego indecoroso, entre pequeños jadeos casi susurrados. El castaño volvió a tomar de la cintura a Jungkook, esta vez para establecer una distancia que en ese momento era necesaria; era cierto que quería llevar las cosas un poco más despacio con él, darle tiempo a lo que estaban iniciando.
—Jungkook —murmuró Taehyung sintiendo los dedos del contrario acariciar su espalda baja con suavidad.
—Mmm —masculló sin querer dejar ir sus labios todavía.
—Honey, será mejor que nos vayamos a dormir ahora.
—Sí, tienes razón.
Al apagar las luces y acostarse juntos en la cama, ninguno de los dos pudo conciliar el sueño, a pesar de que sus cuerpos no podían rozarse por la distancia que mantenían uno del otro, el corazón de Jungkook no dejaba de latir fuerte, mientras que Taehyung estaba estático en su lugar, con la mirada en el techo a pesar de que no podía ver absolutamente nada, solo una pequeña luz que se filtraban por debajo de las cortinas del ventanal frente a ellos.
El silencio entre ellos era tanto que podían escuchar sus respiraciones y suspiros, no habían pasado ni 20 minutos desde que se acostaron, pero sentían que habían pasado horas tratando de dormirse sin poder lograrlo. Empezaron a dar vueltas en la cama, Jungkook estuvo a punto de disculparse cuando se encogió en su lugar tratando de encontrar una posición cómoda, lo que hizo que sus piernas rozaran con el cuerpo de Taehyung.
De nada servía el que se disculpara por un roce, cuando minutos antes estuvo tocándolo por debajo de su camiseta. No iba a negar que quiso extender su mano en más de una ocasión con la intención de sentir la suavidad de la tela de satín del pijama de Taehyung, sin embargo, volvió a dar vueltas hasta darle la espalda.
—¿No puedes dormir? —la voz ronca de Taehyung casi hizo eco en medio del silencio de la habitación.
Por su voz, Jungkook se dio cuenta de que estaba mucho más cerca de lo que pensaba, quería entender porque estabas tan nervioso si ni siquiera estaba haciendo algo o estando tan cerca aun cuando compartían la misma cama, pero no podía controlar el latido desbocado de su corazón. Escuchar su voz ronca en medio del silencio, casi hizo que se estremeciera en su lugar.
—No, no puedo dormir —masculló en respuesta, agradeciendo que su voz no haya salido temblorosa.
—Yo tampoco —respondió Taehyung al salir debajo del edredón y encender las luces de la recámara, lo que hizo que Jungkook abriera los ojos expectantes a lo que él diría y haría luego, pero se adelantó cuando se le ocurrió una idea.
—¿Quieres salir? —cuestionó Jungkook al levantarse—. Podemos hacer algo hasta que nos de sueño —sugirió.
—¿Crees que podamos ir a la playa a esta hora? —cuestionó Taehyung dudoso, aún de pie junto al interruptor.
—Sí, mientras nos mantengamos cerca de la casa, creo que no será un problema —consideró Jungkook—. Llevaré mi guitarra.
—Abrígate, hace frío afuera. No quiero que enfermes —le pidió el azabache, buscando en su mochila el abrigo que había empacado solo por si acaso.
—Lo mismo para ti, hermoso.
—¿Seguirás diciéndome así siempre que puedas? —preguntó Jungkook tomando el gorro negro en sus manos.
En ese momento agradecía mucho el haber empacado más cosas de las necesarias porque de no ser así en ese momento no tendría como abrigarse.
—Claro —respondió Taehyung al terminar de colocarse el abrigo gris.
Taehyung abrió la puerta de la recámara listo para salir y se detuvo en medio del umbral cuando que vio que Jungkook no dejaba de mirarlo mientras se acerca a la puerta, quien siquiera se dio cuenta de que le faltaba algo.
La mente de Jungkook seguía asimilada los apodos que Taehyung le tenía, pensando en cuál de los dos se escuchaba mejor cuando eran dirigidos únicamente a él, aún más cuando este usaba su pijama y ahora un abrigo, aun le seguía impresionado lo hermoso que era al natural, casual, sin mucho arreglo, solo él siendo demasiado atractivo como para dejar de mirarlo.
No quería apartar su atención de él, su belleza era única, estaba seguro que no había visto a alguien lucir así de hermoso en pijamas y con el cabello levemente desarreglado. Podía asegurar que se debía a su doble nacionalidad, solo había visto a su madre desde la distancia, pero podía decir que era una mujer hermosa, así que no tenía dudas de que él tenía atributos de ella.
—¿No ibas a traer tu guitarra? —preguntó Taehyung al ver que Jungkook llevaba sus manos vacías.
—Sí, cierto —masculló antes de darse la vuelta para tomar la guitarra en manos.
—¿Qué fue lo que te distrajo? —preguntó Taehyung desde el pasillo.
—Tu, por supuesto.
—Te entiendo, yo intento mantener mi mente clara cuando te tengo en frente —expresó Taehyung tomando a Jungkook del brazo mientras este cerraba la puerta y no lo dejó ir.
Las velas apagadas sobre la mesita de muebles y las copas vacías no pasaron desapercibidas por ellos, se dedicaron una mirada cómplice antes de salir de la casa sigilosamente por el patio. Mientras bajaban las escaleras Jungkook tomó la mano de Taehyung, quien iba detrás suya cuando el guiaba su camino hacia la playa.
Las luces del exterior de la casa iluminaban un gran parte de la playa por lo que no fue necesario que dejara encendido el foco del teléfono cuando se sentaron en un par de rocas planas que encontraron a pocos pasos de las escaleras.
Mientras acomodaba la guitarra sobre sus piernas, estuvo a punto de preguntarle a su acompañante si queria que tocara para el algo en específico, pero el rostro de Taehyung una vez más captó su atención por completo; esta vez fue su turno de apreciar la belleza de Taehyung mientras estaban al aire libre.
La luz de la luna y las estrellas iluminaban sus ojos mientras este tenía su mirada puesta el cielo, con las manos escondidas en los bolsillos de su abrigo gris, su cabello castaño era movida por la brisa fría de la noche. Sus labios estaban ligeramente entre abiertos y sus ojos se movían de una estrella a otra.
En este momento que las palabras no eran necesarias entre ellos, como una noche mágica de la que solo ellos eran participes, ambos sentados en la playa a la luz de la luz, teniendo de fondo el sonido de las olas del mar, fue cuando Jungkook sintió en su corazón que había llegado el momento.
—Tae, quiero mostrarte algo —masculló aun con la mirada en el perfil del chico que ahora tenía su atención en él.
Se sentía con la confianza de llamarlo Tae y de cumplir con lo que le había dicho aquella noche que el castaño llegó a la azotea de su casa cuando terminaba de componer, nunca olvidaría sus ojos rojos por haber llorado, ahora sabia casi con certeza que era por ese hombre que alguna vez fue su pareja.
—¿Qué es? —cuestionó Taehyung curioso.
—Una canción —replicó Jungkook peinando su cabello que era movido por la brisa—. Solo si me prometes que no te reirás de mi canto, no se cantar.
—Lo prometo —susurró Taehyung levantando su mano—. Espera, ¿es esa canción que terminaste de escribir cuando estuvimos en la azotea de tu casa?
Jungkook solo asintió tragando en seco, aunque en su mente ya empezaba a arrepentirse de ello, ya había tomado la decisión de mostrársela porque parecía ser el mejor momento para ello. Sentía que si no lo hacía en ese momento, no encontraría otro mejor momento para hacerlo.
Puede que Taehyung ahora supiera más cosas de él, pero tenían tantas cosas que queria decirle de como se ha sentido en los últimos años, de lo difícil que ha sido para el reconocer su verdadera identidad cuando fue influenciado durante toda su vida por sus padres, la sociedad. Aunque aún no lo ha descubierto, el escribir la canción que estaba a punto de mostrarle se sintió mucho más liberado.
Aquella canción fue el desahogo que tanto necesitaba, porque plasmar en letras era como sacar todas esas emociones aclimatadas en su pecho, mismas que han estado pegadas a su cuerpo como imanes. Por años y años, reprimidas, aguantando cada día la presión que los imanes de estas emociones causaban.
Escribir esa canción se sintió como tener a alguien dentro suyo tratando despegar aquel trozo de imán de un hierro, que era su propia alma siendo desgastada por ser un hombre guiado por los gustos, la vida de otros; tal como una marioneta que era movida al antojo de quien quisiera tomar el control. Su vida, su pasión, su ser era más de otros que suyo propio, y siempre estuvo en su poder el que no fuera de esa manera, pero: ¿Qué tan fácil era ir por el camino asfaltado cuando solo conocía el que está lleno de piedras?
Mostrarle aquella canción a Taehyung sería como dejar el corazón en sus manos, sería como abrir su alma y que el viera al menos una parte de su dolor. Su cuerpo estaba compuesto por felicidad, pasión, pero sobre todo tristeza, dolor y grandes decepciones hacia sí mismo.
—Si es muy personal, no tienes que cantarla, solo puedes tocarla y yo escucharé —expresó Taehyung al ver que este tamborileaba sus dedos en la guitarra, aun sin empezar a tocar.
—Quiero mostrártela, hasta ahora solo Jimin la ha escuchado, pero quiero tocarla para ti para demostrarte que realmente me gustas mucho y que confío en ti —dijo Jungkook acomodando una vez más la guitarra.
Taehyung espero pacientemente hasta que el pelinegro empezó un suave rasgueo en la guitarra, su mirada estuvo en los dedos de Jungkook cuando tocaba la melodía de la canción, pero su mirada se levantó al instante cuando escuchó su voz.
—Puede que no sea el romántico que te imaginas, y a veces no ser feliz, aunque sonría, puede que me cueste aceptar que a veces tengo miedo enfrentar todo lo que yo odio de mí.
Su voz era suave y melodiosa, el sonido de la guitarra quedaba perfecto con el sonido de su voz, estaba sorprendido, eso no podía negarlo y mucho menos ocultarlo.
—Pero no es fácil si me enseñaron, que debo ser siempre el mejor, el héroe la persona de honor, hay días que lo debo fingir.
Entendía perfectamente porque estaba nervioso antes de mostrarle la canción, de solo escuchar como su voz temblaba cuando el tono fue más alto, casi como si estuviera gritando a los cuatro vientos sus sentimientos. Lo vio cerrar los ojos cuando cantó: "pero no es fácil cargando mi pasado", sentía las lágrimas en las esquinas de sus ojos de solo ver la pasión con la que Jungkook le cantaba aquella canción.
Era una canción que se sentía tan íntima, tan suya, es como si él estuviera diciéndole entre la melodía de su guitarra y su voz: "mírame, te estoy mostrando mi verdadero yo, lo que soy realmente cuando nadie más me ve, esto soy yo y quiero que lo conozcas". Cada palabra, la melodía y su manera de cantarla, solo incrementaba sus ganas de abrazarlo por horas y decirle que estaba bien sentirse de esa forma, que él no era el culpable, que el también a veces queria revelarse contra el mundo.
—Y a veces quiero huir desesperado, cansado de evitar decepcionarlos. De ser el queda bien.
Escuchar un suspiro de su parte cuando cantó "y lo necesitaba decir", fue la gota que derramó el vaso, Taehyung sintió las lágrimas deslizarse por sus mejillas. Jungkook no levantó su cabeza por completo cuando sintió los brazos del castaño alrededor de su cuello, lo que causó que dejara su guitarra a un lado. Taehyung lo apretó contra su cuerpo, se apartó tan solo por un momento para mirarlo con sus ojos brillante a causa de las lágrimas que el guitarrista apenas había notado.
—No queria hacerte llorar, no llores —le pidió Jungkook al tomarlo de la cintura haciendo que este se sentara sobre sus piernas con sus pies a un lado mientras aun lo abrazaba fuerte.
—Eso fue hermoso, Jungkook, tu voz me encanta —masculló sacudiendo su nariz—. Podría escucharte durante toda la noche.
—Gracias, hyung. —Taehyung pudo escuchar la voz de Jungkook en su oído.
—Ya no tendrás que sentirte, así, ¿ok? —le aseguró Taehyung al apartarse, tomando su rostro con ambos manos, mirándolo a los ojos.
—Lo sé —susurró Jungkook deslizando su pulgar por las mejillas de Taehyung, apartando sus lágrimas.
—Gracias por compartirla conmigo —musitó Taehyung, acercándose al rostro de Jungkook con la única intención de sellar sus labios en un beso.
Jungkook le mostró la canción que ha estado escribiendo a Taehyung. ¿Qué les pareció? 🥺
Por otro lado, el Minimoni está que arde🫣🔥
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro