
XVIII. El muro de las artes Pt2
Tengo mis latidos, al servicio de tu corazón —Ray Meza.
La ventaja de que Taehyung fuera el dueño del bar, es que podía cambiar el sábado para tocar en cualquier otro día de la semana con Blue Notes y así poder pasar el fin de semana completo en una casa de playa en la isla Jeju, con su novio.
Se sentía tan feliz porque todo salió como lo planeado en la cita, ya no estaría equivocándose con los acordes durante los ensayos con la banda. Lo mejor de todo es que tenía buenas noticias, su mente ha estado al pendiente de la banda y de la dirección que ellos tenían destinado seguir desde que se presentaron en el centro comercial.
Antes de iniciar el ensayo que esta vez seria en la casa de Hyun-jin, ya que es de los pocos que vive en una casa y no en un apartamento en donde tenía que seguir una serie de reglas que no les permitiría hacer todo el ruido provocado por los instrumentos, especialmente la batería que Cyrus cargaba.
Consiguieron una furgoneta usada para transportar sus instrumentos sin problemas, le gustaba lo que estaban haciendo, no era el único que estaba al tanto de las cosas que debían hacer o empezar a construir. Jungkook no podía sentirse más agradecido de haber encontrado personas que amaran la música tanto como el, y no solo eso, sino que también estuvieran dispuestos a empezar desde cero.
No eran los más famosos, apenas y tenían un pequeño grupo de personas que los conocía como banda, todo gracias a la frecuencia con la que tocaban en Tazzys y aun cuando el bar de Taehyung es lo que le ha abierto las puertas de cierta forma, ellos tenían seguro que no querían ser una banda de bares. Su ambición iba más allá de tocar canciones de otras personas.
—Lo dices tú o lo digo yo —señaló Jimin dejando parada de pie frente al micrófono que acaba de acomodar delante de la batería en la que Cyrus se encontraba sentado.
—¿Tenemos algo que hablar antes del ensayo? —preguntó el rubio.
—Sí, tengo algunas cosas que decirles.
—La primera es que este sábado no tocaremos Tazzys —señaló Jungkook dejando la guitarra en el suelo, caminando hacia el frente.
Estaban en la terraza de la casa de Hyun-jin, misma que era mucho más grande de lo que esperaban, hacia frio afuera, pero era el único lugar donde podrían tocar sin molestar mucho.
—¿Dónde tocaremos entonces? —cuestionó Hyun-jin.
—Quiero decir, por esta semana tocaremos miércoles, jueves y viernes.
Jimin se giró para sonreírle a sus compañeros, quienes luego pronunciaron al unísono un: "Ahhh" que dejó a Jungkook bastante confundido.
—Tiene algo que hacer en el fin de semana —afirmó Cyrus al ponerse de pie—. ¿Lo hiciste?
—¿Hacer qué?
Aun en ese punto en el que todo mundo ya sabía el tipo de relación que él tenía con Taehyung, seguía haciéndose el desentendido con el tema, porque solo le hacía quedar como estúpido enamorado, y estaba estúpidamente enamorado de ese hombre, pero se supone que a su edad no debería comportarse como un adolescente y estar sonrojándose cada que le mencionaran su nombre.
—Claro que lo hizo, no ven lo resplandeciente que vino al ensayo —opinó Jimin—. Ya ni me cuenta nada, esta tan ocupado con su lindo jefe.
—Bueno Jim, no soy el único que no cuenta nada —señaló Jungkook—. Te he visto salir del apartamento de Namjoon y fingir que ibas a verme a mí, es obvio que ustedes tienen algo.
—Eso no es un secreto para nadie, solo la mantenemos privado porque no es nada serio —explicó entrecerrando sus ojos—. Ahora bien, ¿tú y Taehyung ya son novios o no?
—Lo somos —afirmó bajando la mirada, sabía que se sonrojaría de recordar lo bien que la pasaron—. Fuimos al festival y luego lo llevé a un restaurante británico.
—¿Y luego? —preguntó Cyrus alzando sus cejas.
Jungkook lo miró confundido sin saber que decir exactamente.
—¿Nada de acción? —preguntó esta vez Jimin.
—A ver, a ver —Jungkook alzó sus manos—. Estoy aquí para darles las noticias, no para que ustedes me cuestionen.
—Bien, con relación a la recién información —empezó diciendo Hyun-jin mientras el resto de sus compañeros solo se reían bajito—. ¿Por qué no tocaremos el sábado?
Jungkook se llevó una mano a la sien. Era casi imposible no hablar sobre él y Taehyung.
—Hyunie, es obvio que tiene planes para pasar el fin de semana con su nuevo novio —opinó Cyrus tomando al pelirrojo por los hombros quien empezó a reírse también—. Parece que dejaron la acción para ese día, Jimin después nos cuentas a donde fueron.
—¿Yo? No tengo idea.
—Eres su mejor amigo, en algún punto lo sabrás —dijo Hyun-jin.
—Bueno ya —determinó Jungkook—. El me invitó a una casa de playa en la Isla jeju, dejen de insinuar cosas y de preguntar, es vergonzoso tener que hablar de esto con ustedes.
—Las ventajas de que tu novio sea el jefe —comentó Cyrus.
—Ya dejen al líder tranquilo—les pidió Jimin tratando de ocultar su risa—. Él tiene algo importante que decirnos.
Jungkook dejó de ocultar su rostro entre sus manos y mantuvo su espalda erguida, mientras su mejor amigo le hacía ademan con las manos para que empezara a dar la verdadera buena noticia. Por supuesto que él estaba al tanto de lo que iba a decir, en cierto sentido todo se ha dado de una manera rápida gracias al hombre con el que claramente el compartía cama de vez en cuando.
—Como les había comentado antes, estuve componiendo mucho y ya tengo dos canciones listas que me gustaría que tocáramos...
—Diles donde —le interrumpió Jimin emocionado.
—Estaba en eso, Jim —replicó sin poder evitar sonreír—. Estamos dentro de quienes se presentarán en el festival universitario en la Universidad Nacional de Seúl. Namjoon nos ayudó a postularnos con los videos que hemos subido y nos dieron un tiempo bastante bueno para presentarnos.
—¡Si! —chilló Jimin dejando salir su emoción a flote, contagiando a los demás que empezaron a saltar y a abrazarse.
Era importante para ellos tocar en otros lugares, darse a conocer poco a poco. Jungkook tenía la esperanza de que alguien los notara ese día, que tuviera la oportunidad de firmar contrato con una disquera, no se rendiría con ello hasta conseguirlo, aunque sabía que no sería para nada fácil.
—Espera, espera —dijo Cyrus separándose el abrazo grupal—. ¿Desde cuándo estuvieron planeando esto?
—Hace un mes —contestó Jungkook—. Jimin habló con Namjoon, no sabía que él podría ayudarnos con eso, el solo me pidió que terminara las canciones para poder convencer a los organizadores de que podían elegirnos sin pensarlo.
»Cuando tuvo respuesta, nos dijo que estábamos dentro del evento. Lo mejor de todo es que es fin de este mes, claramente como somos una banda que no es conocida y que ni siquiera tiene un sello discográfico seremos de los primeros en tocar. Estaremos con un montón de otros artistas famosos, lo que quiere decir que tenemos que prepararnos para dar el mejor show de nuestras vidas, tocar nuestras nuevas canciones y aprovechar cada segundo.
—Namjoon hyung, me dijo que lo mejor de todo esto, es que será en un espacio abierto bastante grande, que si nos van a pagar porque el evento será con entradas y que debemos aprovechar la oportunidad de que estaremos con idols y un montón de personas influyentes —explicó Jimin.
—Aun me sigo preguntando como es que él logró hacer que nos eligieran, no imaginé que esto nos pasaría tan rápido.
—Te sorprenderías con lo bueno que es convenciendo a las personas, tiene una labia y cautiva de una manera —respondió Jimin, quien dejó de hablar al notar como lo estaban mirando sus amigos.
—Al parecer tú lo conoces profesionalmente mejor que yo que soy su vecino y casi su familia por la relación que tiene con mi cuñado —consideró Jungkook volviendo a tomar su guitarra.
—No me juzguen, el tipo está buenísimo, no lo pueden negar.
La semana estuvo llena de actividades para Jungkook, tanto que apenas pudo hablar apropiadamente con Taehyung fuera de los días que visitaba el bar con Blue Notes. Él ya sabía que estaba concentrado en los ensayos para el festival, en hacer que las canciones de compuso se escucharan bien con los demás instrumentos.
Por primera vez fue difícil congeniar con toda la banda, aunque él tenía la idea clara de cómo se escucharían las canciones, aun había algo que no terminaba de convencerlo y eso hizo que se quedaran más tiempo ensayando, que se cansaran más y que debido a todo esto, a la presión que el mismo Jungkook estaba poniendo, discutieran en más de una ocasión.
Los días transcurrieron en un ajetreo inevitable para Jungkook, estaba pensando en todas las cosas que podrían salir mal. Dentro de pocas semanas tendrían que presentarse en el lugar del evento con sus instrumentos para ensayar y hacer pruebas de sonido, era un verdadero concierto. En la banda, Jimin es quien suele ser el perfeccionista, pero durante esos días Jungkook cruzó los límites que su mejor amigo si tenía.
Estaba al borde y extrañaba a Taehyung. Aunque se veían en el bar, no era lo mismo a pasar tiempo con él, hablar. Desde que se hicieron novios no han podido conversar apropiadamente más allá de los buenos días y las buenas noches.
El sábado parecía ser eterno, cada noche en la que se quedaba hasta tarde trabajando en otras canciones, buscando mejorar el sonido, pensando en cómo debían presentarse, en qué orden cantarían, no podía dejar de desear que el fin de semana llegara para descansar de todo eso.
Jungkook sabía que en el momento que estuviera con Taehyung se relajaría y descansaría mucho más. Que dejaría de preocuparse tanto por cada cosa.
El sábado prometía un día estupendo y lleno de mucha diversión. El clima era el mejor para ir a la playa, según las indicaciones de su novio irían a la misma zona en donde se encuentra la casa de playa de Namjoon, misma que no pudieron alquilar porque no estaba disponible para ese fin de semana.
Taehyung tuvo la idea de irse en coche para disfrutar mejor del paisaje, algo a lo que Jungkook no pudo negarse, en realidad el no tuvo mucho que decir porque no era quien estaba planeando todo y este apenas le daba muchos detalles porque también quería que fuera sorpresa.
En el momento que bajó a encontrarse con Taehyung que lo esperaba junto a su auto frente al edificio en el que vivía, no lo pensó dos veces antes de correr hacia el a pesar de que su mochila pesaba al igual que su bolso de mano, mismo que dejó en el piso para poder abrazarlo fuerte.
Parecía que pasaron años desde la última vez que se besaron u abrazaron. Se extrañaron como si no hubiesen visto la noche anterior.
Antes de iniciar su viaje, Taehyung quiso hacer una parada en el bar porque quería llevar uno de sus mejores vinos a la Isla Jeju. Al llegar se encontraron con algunos de sus empleados recibiendo la mercancía de esa semana.
Jungkook espera pacientemente dentro del auto que en ese momento tenía la capota cerrada. Eran alrededor de las nueve de la mañana cuando apartó la mirada de su móvil, había pocas personas caminando por la zona. Sus ojos se posaron en quien acaba de pasar junto al auto, sin nada en mente siguió la silueta de aquel chico fue en ese momento cuando se llevó una gran sorpresa.
Se bajó del auto apresurado al darse cuenta de que se trataba de un antiguo compañero de la facultad, de los poco con los que se llevó realmente bien. El chico se dio la vuelta en cuanto Jungkook gritó su nombre aun junto al Cadillac de Taehyung y este caminó hasta el pelinegro que le sonreía.
A pesar de que Jungkook no sabía cómo debía saludarlo, correspondió el abrazo que por supuesto le sorprendió.
—Cuanto tiempo sin saber de ti, Ingyu —expresó en cuanto se separaron.
—Lo mismo digo —expresó—. Mírate lo mucho que cambiaste, tienes más tatuajes y dejaste crecer tu cabello.
Jungkook sonrió cuando el pasó una mano por su cabello. Ingyu siempre ha sido un chico alto, más alto que él. Siempre llevaba el cabello corto solo con algunos mechones cubriendo parte de su frente, se cuidaba bastante la piel y era más que evidente por lo brillante que lucía bajo el sol. Es de esos chicos que siempre llama la atención, con su sonrisa encantadora de dientes cuadrados.
—No he cambiado mucho, sigo siendo el mismo —expresó Jungkook—. ¿Cómo te va en la actuación?
—Bastante bien, voy camino a una grabación —dijo sin dejar de sonreír—. ¿Y tú que has estado haciendo?
—Toco música con mi banda, aquí en Tazzys —señaló el bar junto a ellos, donde el camión bajaba cajas con alcohol, los empleados de Taehyung intentaban disimular que lo miraban, pero él llegó a darse cuenta.
—Oh, al final si terminaste dejando la actuación y dedicándote a la música —expresó con su mirada puesta en el letrero—. Es buen bar, aunque solo he venido una vez.
—Deberías venir algún día —sugirió dedicándole una sonrisa—. Tocamos miércoles, viernes y sábados, excepto este sábado.
Ingyu solo asintió igual de sonriente.
—¿Vas a algún lado ahora? —preguntó con su mirada puesta en el Cadillac que seguía con la puerta de copiloto abierta—. Te invito un café.
—Lo siento, estoy de camino a un viaje con mi novio —se disculpó Jungkook.
En el momento que su amigo estuvo a punto de responder, Taehyung salió del bar con dos bolsas en sus manos. Su expresión alegre desapareció en cuanto vio al chico alto que se encontraba de pie frente a Jungkook.
Todo estuvo bien hasta que vio como el chico miraba y le sonreía a Taehyung, solo sabía que había alguien así de alto y atractivo en la vida de Jungkook, no pudo evitar cuestionárselo hasta dudo en acercarse a ellos, pero ver la sonrisa de su novio dudó que fuera quien estaba pensando que era.
—¿Listo? —preguntó Taehyung al ver que hablaban animadamente.
Saludó al desconocido con una pequeña reverencia y caminó hasta el interior del coche sin decir más. No esperó que los presentara, porque en el fondo tenía miedo de saber quién era o quien fue para Jungkook, que se veía tan contento al hablar con él.
—Si —le susurró Jungkook al ver que Taehyung dejaba las dos bolsas en el asiento trasero.
Se despidieron con un abrazo mientras el contrario le dice lo bueno que fue verlo después de tanto tiempo.
—Puedes pasarme tu contacto y así tomamos ese café juntos, si no es problema —le pidió Ingyu.
Jungkook le sonríe con inocencia y le pasa su número sin problemas, pero igualmente tratando de apresurarse en subir al auto.
—Perfecto, que disfrutes tu viaje —le dijo antes de que Jungkook entrara al coche sonriendo.
—Wow, pensé que nunca volvería a verlo en mi vida —expresó colocándose nuevamente el cinturón de seguridad.
—¿Quién es él? —preguntó Taehyung mirando como el chico seguía su camino por la acera cuando él arrancó el auto.
Estaba celoso, y no podía ocultarlo. Era un hombre alto, bien vestido y con una sonrisa hermosa. Se notaba que trabajaba para el entretenimiento, es la única cosa que podría explicar que fuera tan atractivo.
—Es un compañero de la universidad —expresó al ver que había recibido un mensaje de Ingyu.
—¿Solo compañero?
—Sí, ¿por qué? —cuestionó Jungkook aún sin levantar su mirada.
—Por cómo te miraba, hasta te pidió el número —declaró Taehyung apretando su mandíbula, fue en ese instante que el pelinegro se dio cuenta de que estaba celoso—. Creo que no te ve solo como un compañero.
—Bueno... —susurró Jungkook haciendo una pausa—. Tuvimos sexo una vez.
—Woa, entonces no es solo un compañero, parece que alguien quiere repetir —consideró con su voz grave.
Jungkook dejó salir una risa estruendosa al ver la reacción de Taehyung. Conocía perfectamente el nombre de lo que su novio parecía estar sintiendo en ese momento.
—Mielcito, estás celoso —expresó aun riendo—. Qué lindo te ves así.
—No me causa risa, te abrazó y coqueteo en frente de mis narices un tipo que ya te ha visto desnudo —dijo seriamente, mientras que Jungkook no podía dejar de reír.
—Lindo, estoy bromeando, claro que nunca tuve sexo con él, solo quería verte celoso —señaló tomando la mano de Taehyung—. Quizás uno que otros besos aquí y allá.
—Jungkook, deja de bromear con eso —le pidió Taehyung aun apretando su mandíbula.
El pelinegro se volvió a reír, esta vez más bajito. Buscó la mano de Taehyung y entrelazó sus dedos.
—Ya, ya, ya —dijo besando su mano—. La verdad es que siempre me invitaba a un café, pero no tenía mucho tiempo para eso, pero no creo que le gusten los hombres. Solo somos amigos.
—¿Así como lo eres de Jimin? —preguntó.
—No, Jimin y yo tenemos un vínculo formado porque nos conocemos desde pequeños. Es casi como mi hermano —explicó Jungkook dejando ir la mano del hombre al ver que iba a necesitar ambas manos para conducir.
—Entonces es menos especial —consideró Taehyung.
—Claro, ni siquiera tenía mi número.
—Pero ahora si lo tiene.
—No saldré con él si no quieres —le hizo saber buscando entre las cintas de Taehyung alguna que ambientara el interior del auto. Se supone que decidieron irse en coche para que fuera más divertido.
—No soy esa clase de novio, no te prohibiré hacer cosas, confío en ti, aunque no mucho en los demás, pero en ti si —explicó subiendo la capota, provocando que sus cabellos fueran movidos por la brisa.
—Entendería que desconfiaras después de lo que te hicieron —susurró Jungkook pasando las cintas de cada artista que tenía Taehyung.
Pasó a Elvis, Justin Timberlake, The beatles y se quedó con la de Jackie Wilson y Michael Jackson, no podía decidirse entre esos dos artistas.
—Sí, pero tú eres Jungkook, no eres igual al resto.
—Es cierto, puedes confiar en mi, querido novio —expresó ladeando la cabeza hacia el.
Al final eligió la cinta de Michael Jackson, por lo que fueron todo el camino catando esas canciones. El viento en su rostro, Jungkook levantando sus manos para sentir la brisa colarse entre sus dedos. Taehyung lo miraba de reojo sonriente al ver lo feliz que estaba.
Lo vio con la barbilla sobre su brazo apoyado sobre la puerta del auto, con sus ojos achicados a causa del viento, mirando hacia el horizonte. Primero estuvieron rodeados de altas montañas llenas de árboles, luego se dieron de cuenta de que estaban entrando a Jeju cuando todo el viento a su alrededor cambió.
This wind is blowin' my mind
A summer's disregard. A broken bottle top. And a one man's soul. They follow each other on the wind ya know.
Man in the mirror estaba de fondo cuando a su vista se asomó un cielo más azul, el mar y molinos de viento. Jungkook cerró sus ojos, sintiendo la brisa en su rostro. Estuvo cantando en susurros la cancion que se reproducía, hasta que llegó esa parte del coro, fue entonces cuando levantó su mirada y puso su atención en Taehyung, quien también lo miró, como si supiera lo que estaba pasando por su mente.
— I'm starting with the man in the mirror. I'm asking him to change his ways —cantaron al unísono con una sonrisa en el rostro.
Empezaron a ver casas y locales, bajaron por una colina, aun podían apreciar el mar que tenían a su izquierda. Se quedaron fuera de una tienda de conveniencia donde pretendía comprar la comida que prepararían en cuanto llegaran, pero ninguno quiso salir del auto hasta que terminara la canción que ellos no dejaron de cantar.
Las personas que entraban a la tienda o pasaban por el estacionamiento se le quedaban mirando, pero a ellos no podía importarles menos. Estaban en medio de su burbuja, con micrófonos imaginarios cantando al unísono con la voz de Michael Jackson ese "na na na na".
Cuando finalmente se terminó canción, entraron a la tienda riendo y no dejaron de hablar de lo diferente que se sentía estar allí. Que era casi como viajar a otro país, ya que no tenían los altos edificios a los que están acostumbrados o las casas lujosas.
Al llegar a la casa, Jungkook se dio cuenta de que se quedarían en lo que parecía ser un pequeño pueblo donde la gente era tan alegre como ellos lo estaban, aunque muy probablemente estaba lleno de turistas como ellos, ya que había muchas casas de playa por la zona.
El alojamiento que eligió Taehyung se encontraban después de un camino diminuto por el que solo cabía un auto. La casa no era de dos pisos, sino lo suficientemente espaciosa solo para dos personas, se encontraba alejada de las demás casas, casi escondida y aislada, pero sin llegar a estarlo por completo.
Estaba rodeada de muros hechos de esas paredes grises que dejaba en claro el lugar en el que estaba, para Jungkook esas formas de las piedras alrededor de las casas y en las calles era algo que solo se podría apreciar en la Isla Jeju, pero Taehyung no dejaba de decir que le recordaba al ambiente que hay en Dublín, Irlanda.
Aunque no era espacioso de manera inmensa, a Jungkook le gustó la sencillez y lo acogedor que era el interior. Las paredes pintadas de un blanco hueso, piso de madera, la atmósfera que se respira es precisamente un ambiente para parejas, íntimo.
Al fondo del pasillo de la entrada, a la izquierda se encontraba la única habitación de la casa. Donde se dividía el pasillo, a pocos pasos de la recámara tenían el baño y frente a este la puerta corrediza blanca que daba a la cocina de encimeras blancas y un desayunador de dos sillas cubierto en madera marrón oscuro. La forma triangular del techo en esa área hacía que se viera mucho más grande de lo que realmente era.
Al salir de la cocina, siguiendo la dirección contraria a la recámara. Jungkook se encontró con una sala de estar, pequeña pero acogedora. Con una mesa de picnic para cuatro personas, cafetera que reposaba sobre la repisa de madera junto a esta un pequeño parlante para poner música. De frente a la mesa un pequeño entarimado que ocupaba todo ese lado de la pared, estaba cubierto por una alfombra negra, mismo que hacía la función de mueble, tenía algunos cojines grises y azules, lucia como esos sillones de ventada estadounidenses.
En el exterior, tras cruzar las puertas corredizas negra de la sala, tenían una pequeña piscina sobre un piso de madera, el muro de piedras era más alto en la zona de la piscina, mucho más cerrado pero aun así desde allí podían ver por un lado una parte del terreno lleno de pasto verde, a lo lejos algunas casas y del otro lado el mar, la playa privada.
—¿Te gusta? —cuestionó Taehyung sacando las cosas de las bolsas, con Jungkook ya cambiado de ropa acercándose a él.
—Me encanta aquí, se siente como una luna de miel esto —admitió.
—Para que eso pase, tendrías que pedirme matrimonio primero.
—Tú también puedes hacerlo.
—En caso de que algo así pase, ¿quién cree que lo pida primero?
—Creo que tú.
—Te recuerdo que el romántico eres tú.
—Dejaremos que el destino lo decida —declaró colocándose detrás del castaño que lavaba algunas verduras.
Lo tomó por la cintura y apoyó su barbilla del hombro de Taehyung, cerró sus ojos y aspiró su aroma, permitiéndose a sí mismo relajarse.
El día iba tan rápido cuando estaban juntos. Cocinaron y almorzaron entre conversaciones sobre música y películas. Cuando vieron el reloj, ya eran las cinco de la tarde, lo que quiere decir que estaba a punto de ocultarse el sol.
A pesar de no tener nada planeado, a Jungkook le pareció que Taehyung estaba demasiado preparado para hacer un montón de cosa que supuestamente no estaban planificadas, como ir a ver el atardecer a la playa, algo que ya consideran como algo suyo, algo que los unía sin dudas.
Llevaron un vino, copas, frutas, queso, una manta, incluso cargo en su canasto velas dentro de un frasco muy parecido al de la flor de "El principito".
Definitivamente Taehyung había pensado en todo aquello. Deseaba demostrarle a Jungkook que él también podía ser romántico a la antigua, es por ello que caminó intencionalmente hacia ese lugar que no era desconocido para ninguno de los dos.
Fue donde tuvo lugar su primer beso de los tantos que le siguieron. Jungkook miró a Taehyung con una sonrisa que se fue ensanchando a medida a que se fueron acercando ese lugar que era de ellos.
Las mismas gaviotas, el cielo amarillo y los molinos de viento a lo lejos. Esa era la intención de Taehyung, que fueran una vez más a ese lugar, esta vez mucho más preparados.
Se sentaron sobre la manta con las velas sin encender junto a las frutas, tomaron vino juntos mientras disfrutaban del atardecer. Cuando el sol empezó a ocultarse detrás de las nubes y las montañas, Jungkook acercó más su cuerpo al de Taehyung y entrelazó sus manos.
Ese lugar era más que especial para ellos, fue donde se confesaron sus verdaderos sentimientos, donde sus labios se conocieron por primera vez. Donde plasmaron sus iniciales en un muro que llamaron el "Muro de las artes" haciendo alusión al puente de las artes de Paris.
Abrazó a Taehyung por encima de sus hombros, besó su mejilla, les sirvió más vino y a medida que fue oscureciendo más y más, encendió las velas dejándolas en un lugar seguro.
Tenían la botella de vino casi por la mitad cuando se hizo de noche por completo.
Se tumbaron sobre la manta con la mirada en las estrellas del cielo despejado. Taehyung tenía su cabeza recostada en el abdomen de Jungkook, mientras que este enterraba sus dedos en el sedoso cabello castaño de su novio o acariciaba su brazo de vez en cuando.
—Si pudieras guardar un recuerdo para siempre en una caja de cristal y sacarlo como si fuera DVD que podrías ver como una película, de esa manera no lo olvidarías nunca y lo tendrías a la mano siempre que quieras recordarlo, ¿Cuál seria? —preguntó Taehyung.
El tiempo no importaba, en ese momento todo lo que merecía de su atención era el momento que compartía con Taehyung. Escuchar su voz grave con las olas del mal de fondo y el pequeño sonido de las velas dentro de los frascos.
Era mágico, ese momento entre ellos dos, era simplemente mágico.
De repente estaban haciéndose preguntas poco comunes. Quizás eran los efectos del vino y del ambiente en sí, pero le gustaba. Tenerlo así de cerca, con su cabeza recostada de su pecho, escuchado como su corazón latía.
—¿Puede ser más de uno? —preguntó Jungkook.
—Sí, pero tienes que decir las razones.
—Cuando toqué por primera vez en frente de otras personas, cuando te besé por primera vez, cuando hicimos busking en el centro comercial, cada instante en el que me sonríes y este momento.
—Son muchos recuerdos, tendrías muchas películas —masculló dándose la vuelta sobre la manta, mirándolo a los ojos desde su lugar—. ¿Puedo saber por qué?
—Cuando toqué por primera vez frente a otras personas para no olvidar mis inicios y como empecé a vivir mi vida —explicó Jungkook acariciando el rostro de Taehyung con sus dedos—. Cuando te besé para no olvidar el sentimiento que causaste en mi. Cuando hicimos busking para seguir recordando como la música me hace sentir vivo, si estuviera en un momento difícil en el que esté perdiendo el rumbo por alguna razón, vería ese CD para recordarme porque hago lo que hago.
»Una compilación de las sonrisas que me dedicas para recordarme lo feliz que pude hacer a una persona que no fue a mi mismo. Para tener siempre en mente que no eras producto de mi imaginación sino que realmente esa sonrisa angelical existe y que muchas de esas sonrisas fueron para mi.
»Este preciso momento, para recordar lo mucho que te quiero y lo dispuesto que estoy en este momento de darte todo lo que pidas. Para recordarme que soy valioso para alguien que me trajo a un lugar especial y preparó un momento como este con poca planificación.
—Jungkook —lo llamó Taehyung mientras acariciaba la barbilla del contrario.
—Mmm —murmuró Jungkook mirando hacia abajo para poder mirarlo a los ojos. Mismos que se encontraban iluminados, a pesar de la poca luz, podía ver lo cristalinos que estaban.
—Te quiero muchísimo —masculló sin apartar su mirada.
—Y yo a ti, mielcito —susurró—. Ahora es mi turno de preguntar. Si pudieras volver al pasado ¿qué es eso que cambiarias y que revivirías?
—Solo si pudiera saber que eso no influenciaría en que te conozca luego, creo que cambiara mi mentalidad sobre el amor cuando estuve en la facultad, le daría más importancia y quizás me hubiese ahorrado mucho dolor —admitió con la mirada en el cielo—. Reviviría todas las tardes que estuve con mi padre en el bar en Londres, cada momento que pasé con el y guardaría cada uno de esos recuerdos en un frasco.
No hizo falta que se explicara, Jungkook entendió a la perfección lo que quería decir.
El que empezara a hacer frío fue lo que causó que recogieran todas las cosas, pero antes de volver a la casa. Jungkook no quiso irse de allí sin antes volver al muro.
El muro de las artes seguía guardando los recuerdos que dejaron grabados con sus iniciales. Allí donde se guardaba la memoria de un beso, una caricia y un cariño que ya ha florecido, escribió con una piedra la fecha en la que se volvieron una pareja formal, dejando en el muro:
JK
TH
22/7/22
06/10/22 :)
Volvieron al interior de la casa casi corriendo debido al frío que empezaba a hacer.
Jungkook se sentía plenamente feliz. Tanto que mientras Taehyung terminaba de salir de su ducha eterna con agua caliente, él preparó la cena. Apagó las luces y encendió las velas que dejó sobre el pequeño comedor de la sala, corrió las cortinas de la puerta que daba al patio y puso música suave en el pequeño parlante.
No esperaba menos de la reacción de Taehyung al encontrar la sala únicamente iluminada por velas, la botella de vino en el centro junto con las dos copas que tenían antes.
Disfrutaron de su velada cual restaurante cinco estrellas. A pesar de que uno de los platos le quedó un poco salado, Taehyung fue bastante considerado al decir que todo estaba muy bueno, cuando claramente él era quien tenía mejores dotes culinarios.
Las luces tenues, la música lenta en el parlante y ellos bailando en medio de la pequeña sala. Jungkook con sus manos sobre los hombros de Taehyung, casi con su barbilla sobre su hombro, mientras que las manos del mayor reposaban sobre su cintura, en un baile lento en el que sus pechos se rozaban.
Por alguna razón, Jungkook se sentía algo nervioso mientras estuvieron sumidos en esa danza donde lo único que se escuchaba era la voz grave de un nuevo artista llamado Giveon, cantando una canción que ninguno había escuchado antes, pero con la que se sentía bastante identificados en el momento.
"How deoes it feel" era el título de esa canción. Jungkook no fue capaz de hablar, solo procuró tomar la mano que Taehyung le extendía, apegándolo más a su cuerpo, de modo que terminó recostando su cabeza sobre el hombro de su pareja, abrazándolo por el cuello.
La canción estaba por terminar y Jungkook no tiene idea de lo que sucederá en los próximos segundos, pero su corazón no dejaba de latir fuerte, sí estuvieron tomando vino, pero estaba plenamente consciente de todo lo que estaba sucediendo.
Él sabe cuándo una canción está en su última estrofa, definitivamente la que estaban escuchando estaba en su última estrofa. Jungkook se separó lentamente de Taehyung, no tanto como para que haya un gran espacio entre ellos, pero tampoco tan cerca como para llegar a besarlo; sin embargo, los planes de su novio eran distintos.
Taehyung lo tomó de la cintura con ambas manos y junto sus labios en un beso y no cualquier beso, uno lento y pasional. Jungkook estaba seguro que se podían escuchar los latidos de su corazón por encima de la música, estaban tan nervioso que ya podía sentir sus manos temblar tan solo con un beso.
—¿Vamos adentro? —cuestionó Taehyung pegando sus frentes.
Jungkook asintió mordiéndose el labio con nerviosismo. Conoce la propuesta detrás de esa invitación, tal parecía que esa era el momento, no cuando él estaba medio ebrio y caliente, por lo que la valentía que tuvo esa noche después de la boda de su hermana, no la tenía esa noche.
Entre ellos se habían repetido una y otra vez que el momento llegaría, pero Jungkook no pensó en que haría cuando eso llegara. Podía sentir el calor subir por sus mejillas y solo agradecía que no había suficiente luz como para que Taehyung lo viera sonrojarse.
Ahora estaba dejándose besar por Taehyung, quien lo condujo hasta la habitación sin despegarse de sus labios. Terminó sentado sobre su regazo, a horcajadas sobre él, tomándolo del cuello para profundizar el beso, las manos de Taehyung se colaron por debajo de su ropa y él no tardó en hacer lo mismo, acariciando su espalda con sus dedos.
Si no controlaba sus nervios en los próximos segundos, haría el ridículo frente a Taehyung. Un ridículo abismal.
Sentir su boca caliente contra la suya, las manos de Taehyung en sus nalgas y escucharlo jadear por como él se movía en círculos encima suyo, aceleraba su pulso y sentía que el corazón le estallaría de lo emocionado que estaba.
Solo podían detenerlos de lo que estaba a punto de pasar, que se acabara el mundo, que se abriera la tierra. No tenían sus teléfonos cerca, él no estaba ebrio así que era poco probable que vomitara, no estaban en un lugar en el que no deberían hacerlo.
Todo estaba alineado para sucediera y eso lo ponía tan nervioso como subirse al escenario y cantar frente a millones de personas.
—Dios que buen cuerpo tienes —susurró Taehyung quitándole la camiseta, sin querer apartarse de sus labios.
Sentir los dedos de Taehyung recorrer todo su cuerpo, le encendía de una manera que empezaba a dudar que fuera normal sentirse tan caliente. La camiseta de su pareja desapareció en medio de un beso que dejó de ser lento, convirtiéndose en un beso desenfrenado en el que su piercing hacia fricción con la lengua que el otro pasaba por la comisura precisamente con la intención de tomarlo entre sus dientes.
—Te deseo —masculló Jungkook sobre la boca del contrario—. Joder, no dejes de tocarme.
Jungkook lo tomó de la nuca, presionando sus labios en un beso más necesitado, lleno de una pasión desbordante que fue evidente en el jadeo que se escapó de su boca, mismo que fue provocado por el fuerte apretón de Taehyung en su trasero.
—¿Qué tanto me deseas?
Lo sujetó con fuerza de la cintura y lo dejó reposar sobre su espalda en la cama.
—Mucho —susurró Jungkook con la respiración jadeante. Arropó con sus piernas la cintura del hombre que se encontraba encima suyo.
Su piel se erizó al sentir los largos dedos de Taehyung deslizarse por su pecho, rodear su ombligo hasta finalmente posar su mano sobre el bulto en sus pantalones.
—Puedo sentirlo —masculló apartando el cabello de su rostro—. Y me gusta lo que puedo sentir con mis manos.
La voz de Taehyung se escuchaba mucho más grave y era tan sexy. No pudo sostenerle la mirada por más de un minuto. Escuchó como este se rio bajito y volvió a besarlo.
—Tócame tú también —le pidió—. Quítame la ropa, bésame y explora mi cuerpo con tus manos, honey.
Había algo en Taehyung, en la manera que le daba permiso para tocarlo, en el tono de su voz, que le enloquecía. El no supo qué hacer con sus manos más que abrazarlo por sus hombros y regresarle el beso con la misma vehemencia, en su mente las cosas que estaban ocurriendo no estaban del todo claras, se sentía como en una nube y su amante solo lo tocaba por encima de la ropa mientras lo besaba.
Eso era suficiente para volverlo loco.
Obediente a sus peticiones, Jungkook pasó sus manos por el pecho de Taehyung y se sorprendió al sentir sus brazos más duros de lo que realmente se veían. Ladeó su cabeza permitiéndole besar su cuello, mientras que el exploraba con sus dedos la piel medio desnuda de Taehyung.
Ante la desesperación provocada por las manos de Taehyung en su entrepierna y los besos en el cuello, ya no lo soportaba más. Es por ello que con ambas manos lo tomó por la cintura, que no recordaba que fuera tan pequeña como la suya, le dio la vuelta hasta dejarlo boca arriba.
—Deja de provocarme de esa manera —le pidió Jungkook acorralándolo entre sus brazos, mismos que apoyaba a cada lado de la cabeza del castaño que lo miraba con una sonrisa ladina.
Sus labios estaban hinchados y rojos. Su cabello desordenado.
—Que buen efecto causa en ti —expresó dedicándole una sonrisa traviesa—. Me gusta.
Tratando de controlar sus manos temblorosas, se quitó los pantalones de chándal e hizo lo mismo con la ropa de Taehyung, quedando ambos únicamente en ropa interior. Jungkook hizo un recorrido de besos desde su mandíbula hasta su pelvis.
Lo miró desde su lugar y vio como este tenía los labios entreabiertos.
—¿Qué haces?
—¿Qué hago? —preguntó Jungkook devuelta—. Estoy explorando tu cuerpo y leyendo tu lenguaje corporal, ¿o de qué forma sabré dónde tocar más?
Taehyung lo observó confuso mientras este se alejaba de su cuerpo, caminando hacia al armario donde tenían sus cosas. De allí volvió con un frasco pequeño de lubricante y un preservativo, lo que hizo que le sonriera desde su lugar.
—Viniste preparado.
—Cortesía de Jimin.
—Yo también vine preparado —masculló moviendo sus caderas de un lado a otro con la mirada fija en el chico que se acercaba a él con las mejillas enrojecidas—. Por cortesía de Yoongi.
Desde su lugar podía ver como las manos de Jungkook temblaban. Sabía que estaba nervioso desde que empezaron a besarse y que acorralándolo entre sus brazos era su manera de disimular todo ese nerviosismo.
El Jungkook atrevido con el que estuvo hace un par de días, no era el mismo que tenía en frente, este se movió dudoso hacia su cuerpo, lo acarició, volvió a besarlo y lo tocó por encima de su ropa interior.
No imaginó que sentir sus manos en su entrepierna se sentiría tan bien, pero necesitaba más. Estaba ansioso por llevar las cosas más rápido, pero se cohibió y se dejó que todo se diera al ritmo de Jungkook. No quería presionarlo o apresurarlo.
—¿Puedo? —preguntó Jungkook tocando la orilla de sus pantalones.
Sin darle una respuesta verbal, Taehyung lo empujó por los hombros haciendo que este cayera de lado en la cama. Presionó los hombros de Jungkook contra el colchón mientras se subía a horcajas sobre él, sintiendo su erección contra su trasero.
—Puedes hacerme lo que quieras, sin miedo.
—No lo digas de esa manera —le pidió Jungkook aun sorprendido por el repentino cambio de posición.
—¿Cómo?
Taehyung levantó sus caderas apoyando sus manos de los antebrazos de Jungkook. Sin dejar de mirarlo a los ojos.
—Desesperado.
—Estoy desesperado —admitió tocando el piercing en el ombligo del pelinegro, causando que este jadeara.
Dejó de estar a horcajadas sobre él, se metió entre sus piernas y se inclinó hacia su cuerpo de manera que sus intimidades se rozaban, acercó su boca al oído de Jungkook.
—Quiero que me hagas todas las cosas que has estado imaginando, sin dejar ninguna fantasía fuera —masculló levantando una pierna del menor—. Soy tuyo, puedes hacerme lo que te plazca, ten por seguro que te diré si algo no me gusta, pero no te cohíbas de hacer música con mi cuerpo.
Taehyung levantó su rostro solo para mirar a Jungkook a los ojos mientras sus labios se rozaban. El pecho del pelinegro subía y bajaba constantemente.
—Te mostraré la melodía de mi amor. Escucharé cada ritmo y armonía de nuestros cuerpos en medio de una pasión sin medidas. Me convertiré en un experto de la música y leeré las partituras de nuestra lujuria.
Jungkook sonrió orgulloso por la manera en la que adaptó sus propias palabras a algo mucho más pasional y lascivo. Desapareció el espacio que había entre ellos, besándolo frenesí, jugando con su legua, haciendo un desastre entre sus bocas.
Jadeó cuando Taehyung se alejó hizo que elevará sus caderas y bajó su bóxer, le levantó las piernas sobre sus hombros y pasó la prenda hasta dejarlo completamente desnudo.
—Interesante —fue lo único que dijo al apreciar la desnudez de Jungkook.
Su piel era tan blanca como la leche, en la yema de sus dedos se sentía tan suave como la lana.
Verlo cerrar sus ojos mientras subia y bajaba su mano por su erección, como jadeaba con su voz medio ronca y medio chillona, una combinación perfecta para que se volviera su nuevo sonido favorito.
Se dejó caer hacia atrás, quedando acostado boca arriba con las piernas de Jungkook a pocos centímetros de su cabeza. Puso una de sus piernas en el pecho del hombre que lo miraba expectante desee su posición.
Con la mirada en los ojos grandes y llenos de lujuria de Jungkook, alzó tan solo un poco sus caderas y bajó su ropa interior por sus piernas, permitiéndole ver todo de él, especialmente lo húmedo que estaba por él.
En el instante que el chico pasó una mano por su pantorrilla, Taehyung volvió a levantarse, esta vez colocándose a su lado con el lubricante en manos, se encontraban a la misma altura, hasta podía sentir la respiración de Jungkook detrás suyo, en su nuca.
Giró su cabeza tan solo un poco para verlo a los ojos. Su espalda se encontraba casi contra el pecho jadeante de Jungkook y sin decir mucho pasó una pierna por encima de las del pelinegro, la otra extendida, lo que le dejaba en una posición casi de mariposa.
—Tu mano —le pidió Taehyung destapando el bote de lubricante.
No entendía nada de lo que estaba haciendo Taehyung, pero le encantaba que tuviera el control. Una de sus piernas se encontraba por encima de las suyas, estaba abierto, ligeramente de lado, no lo estaba por completo, lo mejor de todo aquello es que al estar apoyando de su antebrazo, Jungkook podía ver a la perfección su entrepierna y estaba sorprendido, aunque lo disimulaba muy bien, estaba muy sorprendido por la anatomía de su novio.
Taehyung llenó tres de sus dedos de lubricantes y no hizo falta que este le dijera que debía hacer a continuación.
Estaba excitado, tanto que se sentía desfallecer, tenía la sospecha de el castaño seria así de atrevido en el sexo, pero era mucho más de lo que llegó a imaginar. Prácticamente se desnudó frente a él, restregándole en la cara su trasero a su disposición, como si estuviera marcando en acciones lo que le dijo en palabras.
—Prepárame —ordenó tomando su muñeca y llevando sus dedos hasta su entrada, lugar que el tanteó antes de introducir el primer dedo.
Un gemido fue liberado en cuanto empezó un movimiento lento en su interior. Taehyung pasó un brazo por los hombros de Jungkook y lo tomó de la nuca para que lo besara.
—Otro —le pidió en medio del beso húmedo.
—Estas muy estrecho —masculló Jungkook incrementando el movimiento de sus dedos.
—Imagina lo bien que te sentirás —expresó Taehyung dedicándole una mirada llena de lascivia—. Otro, vamos honey.
Seguía estando nervioso, pero escuchar como este gemía bajo su toque, como su respiración contra con su boca era errática, la manera en la que apretaba su brazo y como le decía que hacer, fue lo que hizo que estuviera más tranquilo que antes.
Con cada gemido que salía de su boca, más crecía el fuego en su interior. No podía dejar de pensar en lo bien que se sentiría estar dentro suyo. Al ver como Taehyung arqueaba su espalda y gemía cada vez más alto, se dio cuenta de que estaba tocando ese punto y que debía detenerse en ese instante.
Lo movió hacia el centro de la cama para que estuviera más cómodo, con su cabeza hundida entre las almohadas. Taehyung vio a Jungkook tocar con curiosidad su erección, se sorprendió cuando este se metió entre sus piernas, dejándolas sobre sus hombros, besando su entrada y para su sorpresa se llevó su mimbro a la boca casi con desesperación.
—Maldición —gimoteó al sentir como la boca caliente de Jungkook subía y bajaba al compás de sus dedos entrando y saliendo de su interior.
La sensación era simplemente exquisita, gloriosa. Le llenaba de una excitación inmensa. Pero cuando este lo miró con su intimidad casi completamente en su boca, sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo.
Sus ojos brillosos, su boca llena de su virilidad, el juego de tijeras de sus dedos en su interior, le estaba dando tanto que le era casi imposible asimilar el millar de sensaciones que le provocaba.
Jungkook se separó cuando sintió que el mismo podría correrse si seguía mirando a Taehyung poniendo los ojos en blanco y frunciendo sus cejas. Se colocó en medio de las piernas de Taehyung, tratando de ponerse el preservativo, pero sus manos temblorosas no le ayudaban en lo absoluto.
—Déjame ayudarte.
Taehyung tomó el preservativo entre sus dedos y lo pasó por la extensión del hombre que dejó salir un jadeo mientras su mano arropó su erección en el proceso, volvió a su anterior posición y esperó a que Jungkook se inclinara y finalmente lo hiciera, pero había algo de duda en su rostro.
—¿Seguro que quieres hacer esto conmigo? —preguntó dejando caer más de ese líquido a base de agua en la entrada de su novio.
Taehyung vio como Jungkook intentaba cubrirse con las manos, entonces entendió el motivo de su pregunta.
—Claro que quiero, no te avergüences.
—No creo que pueda satisfacerte cuando claramente entre los dos tu eres el que mejores dotes tienes —expresó dejando el lubricante a un lado, finalmente acomodándose mejor entre las piernas de Taehyung.
—No es el tamaño, es como lo uses, honey.
Jungkook solo asintió mordiéndose el labio una y otra vez. Estaba tan nervioso que podía sentir todo su cuerpo temblar, pero también estaba tan excitado, deseaba tanto a Taehyung que dudaba que el contrario supiera la magnitud con la que lo deseaba como nunca lo ha hecho con alguien más.
Sus pechos estaban pegados cuando sus cuerpos se volvieron uno. Una vez más, fue mucho más de lo que llegó a imaginar que sentiría, sobrepasaba lo que alguna vez llegó a pensar.
Movimientos lentos que dejaban en el aire gemidos y jadeos combinados entre la voz grave de Taehyung y la aguda de Jungkook. Sus pechos subían y bajaban sincronizados, ambos corazones latiendo ante la adrenalina y la lujuria que invadían su interior.
Taehyung abrazó a Jungkook con sus piernas con la intención de que este fuera más profundo. Los brazos del pelinegro estaban a cada lado de su cuerpo, una mano acariciando su cabeza con suma delicadeza.
Luego de tres fuertes embestidas, Taehyung levantó su mentón hasta llegar a morder el lóbulo de la oreja de Jungkook. Solo fue cuestión de escuchar los gemidos de su novio en su oído cuando sin poder evitarlo estalló en un orgasmo que hizo temblar todo su cuerpo.
Su abdomen seguía contrayéndose por haber llegado al clímax mucho antes de siquiera empezar, su respiración era jadeante mientras apretaba el cuerpo de Taehyung entre sus brazos, aun apoyado en sus antebrazos, escondió su cabeza entre el cuello de su novio, totalmente avergonzado.
—Dios, lo siento, soy un inútil, perdóname —dijo aún con la respiración agitada—. Esto no me había pasado nunca.
—Tranquilo —masculló Taehyung aun abrazando su espalda—. Suele pasar, me ha pasado.
—Estaba muy nervioso, tan emocionado que no lo pude controlar, perdóname —se disculpó aun escondiendo su rostro.
—No tienes que explicarme, ¿puedes mirarme por favor? —le pidió Taehyung tratando de empujarlo hacia arriba por sus hombros, pero este ejerció fuerza para no hacerlo.
—No puedo mirarte a la cara ahora. Lo arruiné, que vergüenza —masculló apretando sus ojos.
—No arruinaste nada, está todo bien, de verdad —aseguró—. Y me estás aplastando.
—Perdón —musitó al levantar su mirada, encontrándose con la sonrisa ladina de Taehyung.
Claro que aquello fue solo una trampa para hacer que el diera la cara.
—No te estoy aplastando, ¿cierto?
—No, no lo haces, pero sigues dentro de mí —expresó acariciando la espalda de Jungkook.
—Déjame hacer que termines o te dolerá —le pidió mirándolo con aquellos ojos grandes, tan cristalinos que sentía que podría ver su reflejo en ellos.
—Estoy bien, no es necesario, honey.
—Quiero hacerlo.
—Quítate el preservativo y durmamos juntos, ¿sí?
—¿Podemos dormir así? —preguntó Jungkook casi haciendo pucheros.
—¿Así como?, ¿tu encima de mí?
—Si —dijo mientras se quitaba el preservativo y lo echaba al zafacón que tenían en la recamara.
—¿Te das cuenta de que eres mucho más grande y pesado que yo? —cuestionó
—Cierto.
—Pero me encantaría dormir así, solo por un rato —expresó Taehyung abriendo sus brazos, listo para volver a recibir a Jungkook entre sus brazos.
Antes de que volviera a esconder su cabeza entre su cuello, llegó a ver una sonrisa de emoción y tristeza al mismo tiempo. Aunque sabía que su cuerpo terminaría con calambres, no fue capaz de decirle que no, porque sabía que Jungkook estaría toda la noche pensando en lo que sucedió.
Le ha costado hacer que él se considerara valioso, y después de asegurarle de que no debía sentirse menos por la diferencia de tamaño entre ellos, que haya tenido un orgasmo precoz sabía que solo aumentaría sus inseguridades.
Jungkook no dejaba de pensar en las posibles razones que lo llevaron a hacer el ridículo de esa manera en su primera vez con Taehyung, pudo haber sido el tiempo que tenia sin haber tenido sexo, sus nervios y el no poder controlar su emoción de finalmente estar de esa manera con el castaño y lo arruinó.
Llegó tan rápido e incontrolado, que no apenas pudo asimilarlo hasta que estuvo ahí, haciéndolo quedar en ridículo, como un adolescente hormonal frente al hombre que quiere.
Taehyung quedó en completo silencio, sus cuerpos aun desnudos, Jungkook con su cabeza recostada de su pecho. El pasando una mano por su cabello y otra por su brazo lleno de tinta negra, mientras sus piernas se entrelazaban sobre él edredón de la cama.
De momento, Jungkook lo abrazó más fuerte y Taehyung no pudo hacer más que apretarlo contra su pecho y besar su cabeza. Dejándole claro que estaba allí y que no se iría a ningún lado.
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