XIX. El muro de las artes
Te quiero aquí, cerquita del mar y el atardecer, mientras te posas en mi hombro y vemos la luna nacer —Roos.
El sueño se apoderó de sus cuerpos después de que Jungkook tocará dos canciones más, aunque sin cantar. Se rieron con complicidad ahora que había cierta intimidad entre ellos, no porque estaban solos en la playa, bajo la luz de la luna, lo que, por supuesto era algo romántico, sino porque ambos han sido más sinceros entre ellos respecto a sus sentimientos.
Taehyung deseaba poder ser mucho más honesto con el chico que ahora se encontraba durmiendo a su lado, pero seguía tendiendo esa idea en la cabeza de que no es algo tan sencillo para decírselo al hombre que le gustaba. Se propuso contarle todo lo de Juwon en cuanto volvieran a Gangnam, encontraría el momento para hacerlo, al menos eso esperaba. Entendía que, si quería dejar a Juwon completamente en el pasado, debería empezar por contarle toda la verdad a Jungkook si es que realmente quería tener algo con él.
Se supone que estaba cambiando su forma de ser, de ser tan despreocupado en temas del amor, como lo fue en su anterior relación. Esta vez quería hacer mejor las cosas; aunque no había un manual para ello, entendía que su actitud hacia las relaciones amorosas no debería ser la misma si la última vez le fue tan mal. El amor nunca ha sido lo más importante para él, siempre ha estado apegado al trabajo y a su vida profesional, todo lo demás lo hacía para mantener su imagen de ser un hombre exitoso, ¿pero de que le valió? Al final fue como clavarse el mismo el cuchillo.
En medio de aquella nube de pensamientos y los pequeños ronquidos de Jungkook, quien dormía profundamente a su lado, terminó tan dormido como su compañero.
La mañana se sintió mucho más cálida que el día anterior, Taehyung podía sentir el calor que hacía en la recámara cuando apenas abrió sus ojos, se había despertado a causa de este, pero luego se dio cuenta de que no se debía precisamente al clima sino al cuerpo que lo abrazaba por detrás casi cubriendo su cuerpo completamente.
Su mirada bajó al brazo tatuado alrededor de su cintura, en ese momento se sintió tan pequeño estando entre los brazos de Jungkook, no estaba totalmente despierto cuando se dio cuenta de lo cálido que se sentía el cuerpo del pelinegro contra el suyo, pero lo estuvo cuando sintió algo duro pegado a su trasero, no quería moverse muy rápido porque eso lo espantaría y por los ronquidos podía asegurar que este dormía profundamente.
Ahora que estaba más consciente de lo que pasaba, sintió la respiración de Jungkook en su cuello y seguido de ello su piel erizarse. Estaba prácticamente encogido entre los brazos del azabache.
—Jungkook —susurró suavemente y cuando este lo contestó volvió a llamarlo, esta vez moviendo un poco su brazo, pero sin apartarlo completamente.
—Un rato más —pidió Jungkook con voz ronca, apretándolo aún más entre sus brazos.
Taehyung estaba seguro de que no se había dado cuenta de la situación en la que estaban, entendía perfectamente qué sucedía con su cuerpo porque él también era hombre y le pasaba, lo que no esperaba era que sentiría a Jungkook por primera de esa manera, no cuando este seguía medio dormido y sin darse cuenta de que lo estaba abrazando, lo que probablemente hizo toda la noche.
—Jungkook, puedo sentir tu erección —dijo esta vez en un tono de voz más alto.
En el momento que sus palabras fueron pronunciadas sintió la mano del contrario moverse de manera abrupta, Taehyung casi se cayó de la cama por el rápido movimiento de Jungkook, quien gritó mientras se levantaba de la cama con rapidez, buscando de manera desesperada algo con que cubrirse y lo primero que alcanzó fue la almohada.
—¡Oye! —chilló Taehyung lanzándole su almohada lo que provocó que las manos temblorosas dejaran caer lo que cubría la erección que seguía allí—. No tenías que tumbarme de la cama —se quejó Taehyung tratando de reprimir la risa que estaba a punto de estallar por la actitud de su compañero.
Involuntariamente su mirada terminó en el bulto del pantalón de Jungkook, quizás su atención terminó en ese lugar por la desesperación del pelinegro tapar lo que él ya había sentido contra su trasero.
—Dios mío, discúlpame —expresó Jungkook volviendo a cubrir con algo de torpeza su entrepierna, como si Taehyung ya no hubiese visto y sentido su erección matutina.
—¿Está todo bien?
La voz de Hyun-jin del otro lado de la puerta hizo que ambos se quedaran en completo silencio y que sus miradas viajaran directamente al cerrojo de la puerta, temerosos de que fuera abierta y se encontrara con aquella escena.
—Di algo —masculló Taehyung con sus ojos muy abiertos. Jungkook fue quien gritó más alto, así que creía que él debía contestar al llamado de su amigo.
—Está todo bien, Hyun-jin —contestó Jungkook aun con su mirada puesta en los ojos de Taehyung. Su cabello estaba desarreglado y sus labios ligeramente hinchados, llegó a notar algunas marcas de cama en sus brazos, pero lo que por supuesto le sorprendió es el hecho de que incluso recién levantado se veía hermoso, ya empezaba a creer que el solo lo veía con esos ojos porque le gustaba, porque no podía ser cierto que se viera bien estando recién despertado, sin nada de arreglo, sin siquiera ducharse o lavarse los dientes.
Taehyung se levantó de la cama cuando escuchó pasos alejarse de la puerta, acomodó mejor su cabello y caminó hasta el cuarto de baño.
—Pensé que sería yo el que abrazaría en medio del sueño —dijo en cuanto estuvo frente a Jungkook.
—En mi defensa, hace mucho tiempo que no duermo con alguien más, no recordaba que tenía este hábito —declaró Jungkook viendo con algo miedo en sus ojos como las manos de Taehyung se acercaban a la almohada que aun sostenía.
—No me molestó, solo me dio mucho calor —admitió Taehyung arrebatándole la almohada de las manos, arrojándola a la cama—. Tú haces la cama y yo el desayuno, me ducharé primero.
Jungkook se quedó petrificado junto a la cama sin poder creer la osadía de Taehyung, lo primero que hizo fue asegurarse de su erección había bajado aun cuando el castaño ya no podía verlo, de solo recordar el momento sentía sus mejillas arder.
Durmió abrazado a Taehyung, quizás toda la noche, y se sintió tan cómodo, ya no recordaba lo que era dormir con alguien que le acelerara el corazón, era un sentimiento que pensó no volvería a experimentar, dormir con el definitivamente superó sus expectativas aun cuando lo único que hicieron fue dormir.
En cuanto estuvieron cambiados, bajaron juntos hasta la cocina, donde solo se encontraban Cyrus y Hyun-jin, aparentemente igual que ellos, recién levantados, la diferencia estaba en que estos tenían el ceño fruncido mientras bebían un caldo. Eran los efectos del vino de la noche anterior, fueron los que más tomaron, así que era de esperar que tuvieran resaca.
—Estoy muriendo del hambre, hyung, haznos de comer, Jimin y Namjoon no están —informó Hyun-jin recostando su cabeza de la mesa, con Cyrus frente a él poniendo sus ojos en blanco.
—Taehyung se ofreció para hacerlo —declaró Jungkook viendo como el hombre buscaba en la nevera algo que pudieran hacer para desayunar, pero antes de que propusiera el menú que tenía en mente, la llegada de Namjoon y Jimin llamó la atención de todos.
Namjoon caminaba detrás de Jimin con bolsas del supermercado, mientras que Jimin sostenía vasos de café, ambos con sus gafas de sol puestas y una sonrisa que tenía al resto presente en la cocina cuestionándose que había pasado entre ellos que ahora parecían mucho más cercanos.
Jungkook conocía a su mejor amigo, no podría decir mucho de Namjoon, pero él sabía que ese brillo en el rostro de Jimin solo podría significar una cosa: sexo. De solo pensarlo quiso gritar y hacerle todas las preguntas que tenían en mente, justo como el hacía cada que sospechaba que pasaba algo con alguien que le gustara, en este caso Taehyung, el tema de todas sus conversaciones amorosas, se alegraba de que finalmente el no sería el que recibiría el interrogatorio.
—Trajimos café y desayuno —anunció Namjoon dejando las bolsas sobre la encimera.
Taehyung se movió casi corriendo hasta donde se encontraba Jungkook de pie junto a Hyun-jin, con su mirada aun puesta en los dos hombres que acaban de llegar.
—Que sea el almuerzo, honey —susurró Taehyung al llegar a su lado.
Aquel apodo fue suficiente para que la atención de Jungkook volviera a Taehyung, llevó su mirada a sus labios que esbozaban una sonrisa a medias y todo lo que quiso hacer en ese momento fue tomar su rostro entre sus manos y besarlo, pero no podía hacerlo mientras estuvieran en medio de la sala junto a sus compañeros de viaje.
El desayuno transcurrió mucho más caótico que el día anterior, las energías de Cyrus y Hyun-jin volvieron con el primer bocado del desayuno, quienes empezaron a contar todas las cosas que el otro hizo mientras dormían, aunque tenían camas separadas parece que su noche fue tan divertida como la del resto.
La temperatura de esa mañana era bastante caliente, por lo que no fue una mala idea considerar ir a la playa antes de que el día se volviera aún más caluroso.
—¿Deberíamos llevar cervezas? —preguntó Namjoon al terminar de limpiar la piscina.
—¿No es muy temprano para tomar? —cuestionó Taehyung al colocarse una gorra roja que escondía su cabello casi por completo.
—¿Que son un par de cervezas con este calor que está haciendo? —señaló Jimin con una sonrisa ladina.
Jungkook estaba listo para meterse a la playa en el instante que bajaran las escaleras, mientras que el resto estaba preocupándose por que cosas deberían llevar: toallas, cervezas, grandes paraguas para el sol, sillas plegables y un montón de otras cosas que ni siquiera llegó a contar, estaba ansioso por llegar a la playa, el clima estaba bueno para sumergirse en el agua hasta que sus dedos quedaran arrugamos como pasas.
—Me parece extraño que no hayas traído tu guitarra —comentó Taehyung mientras bajaban las escaleras.
Cyrus y Jimin corrieron hacia el mar en el instante que dejaron las dos sillas y el paraguas, Jungkook quiso hacer lo mismo, pero tenía las manos ocupadas con cervezas y aperitivos que Taehyung hizo rápidamente. Dejó todo con cuidado sobre una de las toallas y acomodó el resto de las cosas junto al castaño.
Estuvo a punto de correr detrás de sus amigos, pero la mano de Taehyung lo detuvo. Por encima de sus hombros vio que este le extendía el protector solar.
—Ponte un poco —susurró luego de dejar una parte del líquido en su palma.
No pudo ocultar su sonrisa, porque le gustaba la manera en la que Taehyung lo cuidaba, era algo que le salía tan natural, como si estuviera acostumbrado a hacer este tipo de cosas, a llevar la organización de las cosas, ver que todo saliera bien, lo que resaltaba aún más que fuera el mayor de todos ellos.
Vio a Taehyung acomodarse la camisa azul con estampados florales, de esas que se compran en las tiendas de suvenires en países calurosos, ya le estaba pareciendo raro el que no usara nada semi-formal, así que en cuanto lo vio con aquella camisa que le llegaba los muslos fue cuando sintió que estaba frente al Taehyung d siempre, aunque le encantaba el casual en pijamas y recién levantado.
—Tienes que entrar, vamos.
—Alguien tiene que cuidar las cosas.
—No hay nadie más que nosotros aquí, es privada, vamos —le pidió Jungkook tomándolo de la muñeca, pero el castaño ejerció fuerza al negarse una vez más.
Ya todos estaban dentro del agua, desde su lugar podía escuchar las risas y el jugueteo de sus amigos. Tomó ambos manos de Taehyung y casi lo arrastró hasta llegar a la orilla, pero seguía negándose a entrar.
—Si no lo haces te besaré en frente todos.
—Hazlo.
Sin realmente esperárselo, Jungkook se acercó peligrosamente al rostro de Taehyung, quien dudaba que realmente fuera a hacerlo sabiendo lo tímido que este era, pero en ese momento lo tenía a escasos centímetros de su rostro, sujetando sus dos manos y sin despegar su mirada de sus ojos que lo observaban sorprendido.
—Apuesto a que pensaste que no lo haría —masculló sobre sus labios.
Aunque Jungkook se encontraba de espaldas a sus amigos, podía escuchar como estos silbaban y hacían aún más algarabía, lo que por supuesto hizo que bajara la guardia y que Taehyung se escapara de sus manos. Sin pensarlo corrió tras él, escuchando como este reía cuando corría por toda la orilla de la playa, salpicando el agua con sus pies.
Su voz gruesa se volvió ligeramente más aguda cuando dejó salir un grito en el momento que las manos de Jungkook lo tomaron de la cintura con fuerza, y de repente estuvo entre los brazos del pelinegro, quien lo cargó en forma nupcial y lo metió a la playa.
—¡Jungkook! —gritó cuando salió debajo del agua, solo pudo ver al chico frente a él empapado de agua, con su cabello largo echado hacia atrás y riendo sin parar.
Su risa lo distrajo por un momento, pero fue esa risa lo que inició una guerra de agua entre ellos, con los demás metiéndose en la pequeña pelea.
No podía negar que fue muy divertido nadar con ellos en el mar, muchas veces se enganchaba en la espalda de Jungkook cuando este nadaba y dejaba flotar sus pies desde que sus manos volvían a sujetarlo por la cintura. Estaba tan contento de crear recuerdos tan felices con él. Aunque no estaban solos, podía decir que se sentía casi como estar constantemente en una cita y agradecía no haberse quedado en casa después del juicio. Hasta el momento, ha sido su mejor decisión desde que es un hombre completamente soltero y disponible para el hombre que le gustaba.
Namjoon y Jimin fueron los primeros en salir y verlos desde lejos, con cervezas en manos y sus gafas de sol puestas. Le siguió Taehyung en el momento que vio a Jungkook nadar junto a Cyrus, estaba exhausto por haberse movido tanto dentro del agua, necesitaba un descanso.
Se sentó junto a Jimin sobre su toalla extendida en la arena, y sonrió para sí mismo al ver como Jungkook se divertía con sus compañeros de banda. Hace tanto tiempo que no se divertía de esa manera, hasta ese momento no se había dado cuenta de lo monótono que era su vida, aunque su único acercamiento a la diversión y la felicidad plena era trabajar en el bar de su padre, descubrió que podía ser feliz fuera de Tazzys.
Vio a Jungkook salir de la playa, moviendo su cabello negro de un lado a otro, su pantalón negro estaba pegado a sus piernas lo que le permitía ver lo realmente definidas que estaban, hasta ese momento se dio cuenta de su traje de baño era bastante corto y ajustados, es por ello que podía ver sus tonificados muslos.
Mientras más acercaba con el resto de sus amigos detrás, más Taehyung se perdía en su caminar, en ese movimiento de sus hombros de un lado a otro, con su cabello largo mojado y una sonrisa que parecía ser dedicada únicamente a él. Estaba ensimismado con lo increíblemente bien que se veía, estaba a punto de fingir un desmayo y obtener respiración boca a boca de aquel hombre, justo como en las películas en las que el salvavidas es un hombre muy sexy, exactamente como se veía Jungkook cuando camina hacia él.
Si se acercaba a él como lo hizo en la orilla de la playa, no le importaría besarlo frente a todos.
—¿Nadie más entrará otra vez? —fue lo primero que preguntó Jungkook.
—Al menos yo no, ¿a qué saliste entonces? —cuestionó Jimin.
—Me molesta el t-shirt —dijo bebiendo una botella de agua en cuestión de segundos.
Taehyung se sorprendió un poco cuando este le extendió una botella de agua aun cuando su atención estaba puesta en su mejor amigo, ni siquiera fue capaz de negarse. Destapó la botella y la llevó a sus labios, pero se arrepintió de ello en el instante que vio como Jungkook se quitaba la camiseta luego de haber arrojado la botella a la pequeña nevera con hielo donde estaban las demás bebidas.
No fue el ver su abdomen marcado o sus tatuajes descubiertos, fue el piercing en su ombligo lo que hizo que escupiera el agua que estuvo a punto de tragar. Llevó una mano a la boca escuchando como sus amigos gritaban y silbaban, pero la atención de Jungkook estaba únicamente en Taehyung, quien levantó su rostro completamente enrojecido, con sus ojos muy abiertos, mirando fijamente el accesorio que decoraba su ombligo.
Con eso confirmaba lo impredecible que podía llegar a ser Jungkook, nunca se imaginó que este tendría un piercing en ese lugar, solo podía escuchar a sus amigos hablar de ello, pero él estaba demasiado sorprendido como para decir algo al respecto, solo fue capaz de darle un asentimiento al chico cuando este preguntó si estaba todo bien.
Mintió, no estaba todo bien, porque lo primero que cruzó por su mente cuando lo vio con su pecho al descubierto, fue pasar sus dedos desde el centro de su pecho hasta llegar a ese arete que brillaba a causa del sol, era de plata y se veía tan bien, le quedaba perfecto a su cuerpo. No recordaba haberlo visto aquella noche de lluvia en su apartamento, estaba casi seguro de que no estaba allí, es un accesorio imposible de notar cuando lo tenía de esa manera, frente a él.
Era muy sexi y en cierta forma tan atrevido y sensual el que él tuviera un erete en su ombligo. No había duda de que Jungkook era todo lo contrario a lo que él ha tenido en su vida amorosa/sexual, y cada día que pasaba con el mas lo confirmaba, no solo por su apariencia con tanto sex-appeal sino también por lo sincero que este llegaba a ser.
Aquella tarde soleada, cuando las olas del mar se deshacían en la orilla y el cantico de las aves en el cielo los acompañaban, fue cuando se dio cuenta de que le encantaban los tatuajes de todo su brazo hasta sus hombros, la gran cantidad de aretes en sus orejas, sus piercings y su cabello largo, especialmente si estaba mojado. Nunca pensó que algún día llegaría a gustarle un hombre con tal apariencia, pero debía admitir que le fascinaba cuando venía específicamente de Jungkook, el mismo que sostenía en su mirada la vía láctea, una expresión llena de ternura, todo lo contrario a lo que expresaba su cuerpo grande y tonificado.
No iba a negarlo, le causaba cierta curiosidad como sería tener sexo con él, porque definitivamente aquel piercing en su ombligo todo lo que despertaban en el eran pensamientos sexuales que esta vez no se preocupó con dejar en el fondo de su mente.
—¿Taehyung? —escuchó una voz lejana llamarlo.
—¿Si?
—¿Qué si prefieres volver a la piscina? —le preguntó Jungkook, respondiendo por Namjoon, quien había llamado la atención del castaño que seguía mirando de reojo el piercing del pelinegro.
—Sí, creo que es mejor, ya tenemos bastante tiempo aquí —consideró tratando de mantener su mirada en el rostro de Jungkook—. Solo si ustedes están de acuerdo.
—¡Vamos! —chilló Hyun-jin tomando la delantera, llevándose con él una de las sillas y algunas toallas.
El ánimo estaba igual de energético que cuando salieron de la casa, a Taehyung se le dificultó prestar atención a lo que hablaban, incluso cuando mencionaron su nombre, tener a Jungkook caminado junto a él con el pecho al descubierto era motivo de desconcentración para él, solo estaba al tanto de que almorzarían dentro de poco.
A diferencia de los demás que se quedaron en el interior de la casa, esta vez discutiendo la hora en la que debía salir para poder llagar a sus trabajos a tiempo, Jungkook se quedó en la piscina, disfrutando de cada momento libre que tenía porque sabía que era su último día para disfrutar al máximo, en algunas horas todo volvería a la normalidad, aunque al menos no sería tan monótono porque tenía a Taehyung, lo que no dejaba de preguntarse es: ¿cómo serían las cosas entre ellos cuando volvieran ahora que parecían tener algo?
Taehyung dejó a Hyun-jin quejándose de que tendría que ir a la facultada, tratando de convencer a los demás de que salieran más temprano, caminó sigilosamente hasta la piscina, donde se encontraba Jungkook nadando de un extremo a otro.
—Hola, nadador —saludó Taehyung mientras se sentaba en la orilla de la piscina, con sus pies metidos en el agua.
—Pensé que estarías planificando con los demás el almuerzo de hoy y la hora de salida—dijo Jungkook desde el otro lado de la piscina, hundiéndose nuevamente en el agua.
—Aún tenemos tiempo para almorzar, ¿ya tienes hambre? —preguntó Taehyung moviendo sus pies de un lado a otro, dedicándole una sonrisa al hombre que ahora estaba de frente a él.
—Aún no —negó Jungkook—. Me gusta pasar tiempo contigo, así que si no venías yo buscaría la forma de estar contigo.
Taehyung no podía ocultar su satisfacción cuando Jungkook le decía ese tipo de cosas, siempre las decías cuando menos se lo esperaba y debía admitir que era la mejor parte. Que él fuera tan sincero, podría acostumbrarse a ello y aprendería a serlo también.
—¿Desde cuando tienes ese piercing? —preguntó Taehyung con la mirada agachada.
Aunque él era mucho más osado y menos tímido que Jungkook, hacer esa pregunta hacía que sus mejillas se sintieran calientes, porque detrás de esa pregunta estaban esos pensamientos que tuvo en cuanto vio el arete en su ombligo.
—Ya lo tenía cuando te conocí —explicó—. No me lo viste cuando estuviste en mi apartamento porque lo estaba limpiando —dijo con una sonrisa pícara.
—¿No te duele hacerte todo eso? —cuestionó Taehyung viendo como Jungkook se colocaba a su lado, apoyando sus antebrazos en el pavimento.
Casi inconscientemente llevó sus dedos hasta la oreja que tenía llena de aretes, luego por su ceja que también tenía perforada y por último su brazo tatuado.
—Algunas partes duelen más que otras, pero es tolerable —contestó impulsándose hacia atrás, dejando su mano suspendida en el aire.
No dijo nada más, solo asintió y sonrió, observando cómo el cuerpo de Jungkook hacía hondas al moverse de un lado a otro. Ninguno apartó la mirada del otro, se podía sentir una increíble tranquilidad con la pequeña brisa que atravesó el patio y el agua de la piscina que se sentía tan agradable.
—¿Qué haces? —preguntó Taehyung divertido al sentir las manos de Jungkook en sus pies debajo del agua.
—¿Te incomoda?
—No, me da cosquillas —admitió tratando de no echarse a reír por el cosquilleo que le causaban sus manos, una sensación que iba desde la punta de sus pies hasta llegar a recorrer todo su cuerpo—. Y ganas de querer besarte.
—¿Y por qué no lo haces? —cuestionó Jungkook dedicándole una sonrisa aún sin dejar de subir y bajar sus manos por sus piernas.
—Porque probablemente nuestros compañeros nos estén mirando —declaró mirando de reojo hacia atrás, pero sin llegar a ver mucho de lo que hacían dentro de la casa.
—¿Sabes? Me gusta cuando me dices honey —admitió Jungkook tratando de imitar el acento de Taehyung cuando usaba ese apodo con él.
—¿Ah sí?, ¿es la palabra o el acento? —cuestionó Taehyung alzando sus cejas.
—Ambas cosas —masculló apartando su mirada, sonriendo a medias.
—Oh darling, eres tan tierno —expresó completamente en inglés, y Jungkook sonrió al escuchar su tono de voz ligeramente diferente con aquel acento, no podía decir que era como estar frente a una persona diferente, en definitiva, su voz era mucho más grave, pero al mismo tiempo suave cuando hablaba en ingles británico.
—Me gusta, me encanta tu acento —respondió en el mismo idioma.
—Oh, tienes buen inglés —expresó Taehyung.
—Solo un poquito, no sigamos hablándolo porque puede que haga el ridículo pronto —declaró Jungkook dejando ir las piernas de Taehyung, para luego sentarse junto a él, lo suficientemente cerca como para que sus rodillas rozaran.
—Me parece que nos iremos a casa esta noche —comentó Taehyung moviendo una vez más sus pies dentro del agua.
—Imagino que Hyun-jin debe estar temprano en la facultad —masculló Jungkook—. Me gustaría que nos divirtamos más, es decir, tu y yo, porque no sé cómo serán las cosas cuando volvamos y quiero disfrutar cada momento ahora que estamos aquí y podemos hacerlo, ¿podrías?
—Claro que podemos, también quiero pasar más tiempo contigo —señaló Taehyung—. Además, lo dices como si nos fuéramos a separar en cuanto volvamos a casa, todo estará muy bien, no dejaré de llamarte o escribirte cuando salga del bar, eso no te molesta, ¿cierto?
—Claro que no me molesta, hyung.
Aunque no fue la intención de alguno de los dos, sus pies se entrelazaron debajo del agua cuando estos movían sus pies de un lado a otro, el que sus pies se rozaran despertó en ellos una sonrisa y una mirada llena de complicidad. Empezaron a reír cuando se convirtió en un jugueteo entre sus pies.
—Taehyung —lo llamó Jungkook en un tono de voz bajo, sin mirarlo a la cara. Su mirada estaba puesta en como sus manos estaban a nada de llegar a tocarse mientras estaban apoyadas en el suelo.
—¿Si?
—Gracias por venir, no sé qué tanto necesitabas este viaje para sentirte mejor, pero creo que a mí también me hacía falta porque no creo que hubiese encontrado la manera de decirte lo mucho que me gustas.
—Sabes que vine aquí por ti, ¿cierto? Y si no lo hacías tú, yo te hubiese dicho primero lo mucho que me gustas.
—Dios, las ganas que tengo de besarte ahora mismo —admitió levantando su mirada, haciendo contacto con la de Taehyung.
Los largos dedos de Taehyung empujaron hacia atrás el cabello húmedo de Jungkook, con sus pulgares delineó sus largas cejas y apreció sus grandes ojos sin deshacer la cercanía que ahora había entre sus cuerpos. Deslizó sus manos hasta llegar a su cuello y tirar de este para juntar sus labios.
Sentir el caliente de su boca sobre la suya, siempre se sentía como besarlo por primera vez, se hizo presente el cosquilleo en sus pies que seguían tocándose debajo del agua, las manos de Taehyung ahora acariciando las mejillas de Jungkook, mientras que el solo fue capaz de reaccionar al dejar caer su mano en el regazo del castaño.
Sus ojos se cerraban por inercia en el instante que sentían sus labios tocarse, como si ambos quisieran percibir cada emoción que traía la unión de sus bocas.
—Espero que eso haya sido una respuesta clara de que yo también quería besarte —susurró apretando con su pulgar la barbilla del pelinegro.
—Me quedó claro.
—Por favor, bésame siempre que te plazca, que el resto del mundo no nos importe, no dudes de que yo te devolveré el beso.
Jungkook sabía que al menos uno de sus amigos estaría mirándolos, se dio cuenta de ello cuando ambos entraron a la casa. Esta vez Taehyung tomó la iniciativa para preparar el almuerzo y no le permitió al pelinegro que lo ayudara, quien terminó resignándose cuando el ayudante de cocina fue Cyrus.
Le costaba no tener su atención en Taehyung aun estando en el sofá junto a su mejor amigo, todo lo que quería hacer era pasar tiempo junto a Taehyung porque en el fondo sabía que las cosas cambiarían un poco cuando volvieran a sus rutinas y tenía miedo de que fuera mucho.
Aunque él había dicho que su relación había terminado, seguía siendo algo muy reciente y por supuesto que le causaba miedo el pensar que probablemente quien fuera su ex pareja, quizás intente ganarse otra vez el corazón del hombre que a él le gustaba tanto como para querer hacer lo mismo, ¿y quién era frente a una relación de 8 años? Eso era mucho tiempo, muchas costumbres de las que Taehyung tendría que desprenderse, el mejor que nadie sabía lo difícil que era empezar de cero.
Podría ser un buen soporte considerando que ya sabía lo que era volver al inicio, pero después del tiempo que ha pasado con él en apenas dos días, quería ser mucho más que solo un soporte, y sabía que le costaría un poco llegar a tenerlo como quería, que quizás se volvería impaciente y no se conformaría con un par de besos, ¿debía hacerlo?, ¿es lo que eran?, ¿amigos con beneficios? No es una etiqueta que quería tener con Taehyung si es que en algún momento le ponían nombre a lo suyo.
"¿Qué tanto te cuesta creer en la palabra del otro?", se dijo a si mismo mentalmente, no debería seguir preocupándose por la anterior relación de Taehyung, cuando él ya le había dicho que era cosa del pasado. Todo lo que podía hacer era creer en él y confiar en que todo saldrá bien, al menos de eso quería convencerse.
—¿Otra vez sobre pensando? —la voz de Namjoon llamó su atención.
—No lo hago.
—Tu mirada lo dice todo —dijo Namjoon en un tono de voz que solo ellos llegaban a escuchar, lejos de la discusión entre Hyun-jin y Jimin por lo que verían en la televisión y la animada conversación entre el cocinero de esa tarde y su ayudante de cabellera rubia.
—No lo puedo evitar cuando alguien me gusta mucho —admitió.
Taehyung se movía de un lado a otro en el espacio de la cocina, tan ágil como si fuera su propia cocina, llegó a ver su sonrisa cuando Cyrus cortaba algún vegetal de la manera incorrecta.
—Veo que hablaron y al parecer eso no fue lo único que han hecho —señaló viendo como la mirada de Jungkook seguía en los hombres en la cocina.
—Tengo miedo de que todo esto solo sea momentáneo y que volvamos a la realidad cuando lleguemos a Seúl —masculló.
—Aprende a disfrutar el presente y deja de preocuparte del mañana, hyung —le aconsejó—. No conseguirás nada más que preocupación y dolor de cabeza pensando en lo que podría pasar, lo que sea que estés pensando probablemente nunca suceda —dijo—. Confía en ti, puedes ganártelo, eres el único que lo duda. Si, ustedes son muy diferentes, pero polos opuestos se atraen.
—¿Tú crees? Has visto el tipo de persona que es, es decir, yo no soy alguien a quien él pueda presentar a sus padres, prácticamente es mi jefe, mis esperanzas de ganármelo no son muy altas.
—Si no estuviéramos en frente de los demás te golpearía por pensar de esa manera. —Namjoon lo fulminó con la mirada—. Vino aquí por ti, se ha pasado el día contigo y estoy seguro que siente lo mismo que tú, ¿me equivoco?
—Nos gustamos, eso es todo lo que nos hemos dicho.
—Ahí tienes, empezaste con buen pie.
—Ahora entiendo porque le gustas a Jimin, sí que eres su tipo —comentó inspeccionando a Namjoon—. Aunque él quiera negar su gran atracción por los hombres.
Sus aspiraciones con Taehyung iban más allá de solo el deseo o la lujuria, ya lo había pensado antes y mientras más cercanos eran, más seguro estaba de ello. Taehyung es como su tipo de hombre ideal con el que no podría tener algo tan profano como "amigos con beneficios", y estaba casi seguro que a estas alturas de juego de su vida tampoco es lo que el castaño buscaba tener, o quizás sí, esperaba que no porque su ambición con él era mucho más grande.
El sonido de la comida que prepara Taehyung y Cyrus, los gritos del resto que miraba el partido de fútbol en la televisión, fue todo lo que llenó el interior de la casa que antes estaba silenciosa. Luego de su corta conversación con Namjoon, Jungkook mantuvo su atención en el juego, discutió en más de una ocasión con su mejor amigo, quien en más de una ocasión quiso refugiarse en Namjoon a pesar de que ambos eran menores que él y que no había mucho que pudieran hacer más que quejarse.
De vez en cuando la mirada de Taehyung terminaba en los chicos que celebraran cada gol, pero su atención estaba especialmente en aquellos ojos grandes brillantes y la sonrisa que aparecía en su rostro cuando su equipo estaba a punto de ganar, los pequeños bailecitos que hacía a modo de celebración lo tenían sonriendo mientras terminaba de servir la comida.
Jungkook terminó frente al refrigerador luego de haber gritado tanto durante el partido que seguía en pie. Mientras tomaba agua escuchaba no pudo evitar escuchar la conversación de Taehyung y Cyrus; estaban hablando en inglés y podía entender perfectamente que estaban hablando de él, no sabía si lo hacían a propósito porque él estaba en la cocina o si ya tienen rato en ello.
—¿Si saben, que puedo escucharlos y entenderlos? —cuestionó Jungkook al cerrar la nevera que antes cubría parte de su rostro.
Tenía la sospecha de que en el momento que el resto se enterara de la nacionalidad de Taehyung, los primeros que empezarían en hablar en inglés serian ellos. Aunque el coreano de Cyrus era bueno, era canadiense y por supuesto que se iba a sentir cómodo hablando en su idioma natal con alguien que no mezclaría el coreano con el inglés.
—¿Entonces tenías un crush con Cyrus? —preguntó Taehyung mientras dejaba algunos tazones sobre la mesa.
No esperaba esa pregunta por parte de Taehyung, lo primero que hizo fue desviar su mirada hacia el grupo de chicos en la sala de estar, quienes para su suerte no estaban al tanto de las cosas que se conversaban en la pequeña cocina.
—¿Le constaste eso? Cyrus se supone que somos amigos, compañeros de banda —se quejó Jungkook.
—Me sentí algo intimidado, lo siento.
—Debo admitir que es raro que sean amigos cuando tuvieron algo... romántico —señaló Taehyung, haciéndole ademán a Jungkook para se acercara a él y lo ayudara con los demás utensilios que debió dejar sobre el comedor.
—No tuvimos nada, por eso somos amigos —aclaró Jungkook—. Además, fue hace mucho tiempo.
—¿Entonces ya no te gusto? —preguntó Cyrus dejando de hacer lo que hacía para mirarlo a la cara, Taehyung también lo miraba expectante.
—Claro que no, si fuera así no creo que fueras mi amigo —expresó Jungkook empezando a ponerse nervioso por la mirada de los hombres que se les ocurrió interrogarlo—. Además, no te gustan los chicos, lo dejaste bien claro hace tres o cuatro años atrás.
—¿Entonces ya no te parezco atractivo? —cuestionó sin mirarlo, Jungkook solo miró a Taehyung a los ojos, quien no había dejado de observarlo. Estaba a su lado, en silencio, como si estuviera esperando que dijera algo equivocado.
—¿Es esto alguna clase de prueba? —preguntó Jungkook nervioso por lo determinante que era la mirada de Taehyung
—No pienso seguir respondiendo, tu y yo somos amigos nada más —dijo apuntando con su dedo a Cyrus, quien sonrió con algo de complicidad. —Tu y yo, bueno... estamos en ya veremos que somos, pero amigos sí que no, tú si me gustas, mucho —dijo esta vez señalando a Taehyung, quien terminó sonriendo y besando rápidamente la mejilla de Jungkook.
—Bueno, acabas de confirmar todo lo que he dicho, gracias —expresó Cyrus.
—¿Estabas celoso? —cuestionó Jungkook con su mirada puesta en el rostro de Taehyung.
—¿Celoso yo?
—Si.
—No tendría por qué estarlo, ¿o sí?
—No —masculló.
Esta vez fue Jungkook quien besó su mejilla antes de que Taehyung saliera casi corriendo de su lado y le avisara a los demás que el almuerzo ya estaba listo.
Aunque la mesa fue preparada para que comieran allí, terminaron comiendo en el suelo, encima de los cojines que Namjoon no usaba como parte de la decoración, sino que tenía guardado en el pequeño armario cerca de la entrada de la casa. El ambiente se llenó de halagos por lo realmente buena que estaba la comida.
Mientras el resto hablaba y de vez en cuando bromeaban, Jungkook no dijo ni una sola palabra, apenas y levantó su mirada de la comida, repitió dos tazones de arroz, ni siquiera estaba tan hambriento, simplemente le encantaba el sabor de la comida y el saber por quien fue preparada le gustaba aún más.
La tarde, casi noche llegó mucho más rápido de lo que ninguno esperaba, Jungkook le propuso a Taehyung que fueran juntos a la playa, ni siquiera hizo falta el uso de palabras para ello, bastó apuntar con su mentón hacia el exterior para que este siguiera sus pasos escaleras abajo, dejando a sus amigos en el interior de la casa terminando de acomodar sus cosas.
Salieron casi como si estuvieran escabulléndose, ambos sonriendo y mirando hacia esperando no ser vistos por alguno de sus compañeros o interrogados en medio de su escapada a la playa. Dejaron sus maletas en la sala de estar y caminaron juntos hasta ese lugar donde se besaron por primera vez, ninguno dijo nada más que: "que buen clima", "que lindo se ve el cielo a esta hora".
—Me gustó venir a este viaje —expresó Taehyung tomando a Jungkook del brazo, recostando su cabeza del hombro contrario mientras caminaban a pasos calmados.
—No lo digas como si no fuéramos a vernos más —contestó Jungkook dejando su mano sobre la de Taehyung.
Ambos se quedaron de frente al mar, con la mirada en el sol que casi se ocultaba detrás de las nubes y las montañas. Jungkook no quería que el momento terminara, si pudiera quedarse con el de esa manera, con la brisa ventilando su aroma a melocotón y lavanda. Si darse cuenta cerró sus ojos apoyando su cabeza de la Taehyung, sintiendo su respiración tranquila; escuchando su voz grave y baja cuando este hablaba de lo diferente que se veía el cielo en la playa.
Cuando ya no pudo escucharlo y este quitó su cabeza de su hombro, se vio en la obligación de hacer lo mismo. Vio como el hombre empezó a caminar lejos de él dejando a su paso las marcas de sus zapatos en la arena.
Se quedó como un idiota mirando su silueta, llevaba un pantalón marrón de vestir con una camiseta blanca sencilla y sus acostumbrados zapatos de vestir. Lo miraba y le recordaba a esas películas románticas que su hermana siempre veía en la televisión, con las que lloraba cuando el protagonista le decía a la chica que la amaba y la besaba luego, sabía que su hermana adoraría a Taehyung si llegaba a conocerlo algún día, estaba seguro que incluso su madre lo amaría, la cuestión estaba en si la familia de Taehyung pensaría lo mismo de él.
—¿No piensas venir, petal? —cuestionó Taehyung haciéndole ademan con las manos.
Otro apodo a la lista, y cada uno le gustaba más que el anterior. No tenía seguro cuál era su significado, pero por el sonido de la T cuando fue pronunciado con aquel acento supo que se trataba de alguna palabra en inglés.
—¿Eso qué quiere decir? —preguntó cuándo se acercaba a el—. ¿Tendré que acostumbrarme a estos apodos y a que me hables en ingles de vez en cuando?
—Primera respuesta, te dejo de tarea el significado, te va a la perfección el apodo —dijo tomando su mano y guiándolo a la enorme roca que tenían a pocos pasos—. Segundo, es posible que me escuches hablando más en inglés ahora que aparentemente pasaremos mucho más tiempo juntos.
—¿A sí?, ¿tienes planeado invitarme a salir, hyung?
—Claro que sí, ¿pensabas que no?
—No estaba seguro.
—Bueno, eso hiere mis sentimientos después de todos los besos que te he dado —declaró llevándose una mano al pecho, dejando ir la de Jungkook al volver a estar de frente al mar. Sus ojos se agrandaron un poco más cuando vio las aves nadar a nivel del agua.
Jungkook llevó su atención al gran muro de piedra detrás de ellos y buscó con la mirada algo filoso, tomó en sus manos una roca que era lo suficientemente filosa para hacer lo que tenía en mente.
—Tengo miedo de que solo sean besos, mucha gente se besa porque si —susurró casi avergonzado de admitir lo que ha estado pensando en la mañana. Taehyung volvió su atención al hombre que ahora le daba la espalda.
—Nosotros no —replicó Taehyung tan tranquilamente, lo que hizo que Jungkook sintiera la necesidad de ver su expresión y deducir porque se escuchaba tan relajado y ciertamente se notaba que lo estaba—. No sé qué crees que tenemos, pero te aseguro que no soy alguien aventurero en ese sentido, no dudes de eso, honey.
—Yo tampoco soy de aventuras —dijo Jungkook sosteniendo la roca con fuerza—. Esto es lo que haremos, escribiré mis iniciales aquí y tu harás lo mismo.
—¿Cómo en las películas?, ¿es esto algo parecido al puente de las artes en Paris? —preguntó acercándose más a Jungkook, quien empezó marcando sus iniciales en el muro alto.
—Algo parecido, pero mucho mejor —expresó concentrado—. Es más tuyo y mío porque aquí nos dimos nuestro primer beso, hay que dejar el recuerdo marcado, ¿no crees?
Taehyung observó con detenimiento el rostro de Jungkook mientras se mordía el labio inferior cuando toda su atención estaba en dejar sus iniciales, parte de su cabello estaba recogido en una coleta alta, dejando su frente al descubierto, a pesar de que no estaba mirándolo de frente podía apreciar el brillo de sus ojos grandes y gracias a la luz solar, no pasó desapercibido algunas marcas en su rostro y sus lunares; tenia uno en el parpado, donde iniciaba su oreja, en la esquina de su nariz redonda, los tres en su mejilla que formaban un triángulo.
Si tuviera que escribir un poema, definitivamente lo haría de Jungkook. De la naturalidad y sencillez de su belleza. De la ternura de sus ojos y la sensualidad de sus manos tatuadas. De su cabello largo, de sus pequeños y finos labios, sus dientes de conejo, de él. porque valía la pena escribir todo un libro hablando únicamente su hermosura.
—Eres tan romántico —susurró Taehyung recibiendo la roca que el menor le extendía.
—Soy un músico, las historias de amor empezaron por una canción.
—Ya lo creo.
Terminó escribiendo sus iniciales justo debajo de las de Jungkook, quien lo miraba atento mientras lo terminaba. El ambiente en la playa no era muy distinto a cuando se besaron en ese lugar por primera vez, no cuando lo primero que hizo Taehyung al terminar de escribir sus iniciales fue dejar caer la roca que les servía de marcador y tomar a Jungkook de la cintura.
—La mejor manera de marcar el recuerdo, es besándonos —dijo sobre los labios entreabiertos del azabache—. ¿No lo crees?
Asentir fue lo único capaz de hacer cuando sus manos estaban sobre el pecho de Taehyung sintiendo el latir de su corazón; el movimiento fue tan rápido que apenas pudo reaccionar cuando tuvo los labios de Taehyung besándolo con suavidad, deslizó las manos por su pecho y terminó enterrando sus dedos en el cabello voluminoso del hombre que mantuvo su agarre fuerte en la cintura.
Las manos de Taehyung en su cintura encendía todo su cuerpo en llamas, es como si sus grandes manos estuvieran destinadas a encontrarse con su cintura para besarlo de la manera que lo hacía.
Separarse de su boca no era una opción para Jungkook, quería quedarse allí para siempre, besándolo, tomándolo del cuello, con sus dedos sintiendo la suavidad su cabello castaño, su corazón latiendo como loco contra su pecho. No necesitaba nada más que un beso suyo para querer quedarse allí para siempre.
Tuvieron que apartarse cuando lo que les quedaba de aire era poco, aunque aceptarían quedarse sin aliento si eso significaba que sus labios seguirían explorando el sabor del otro.
—¿Puedo besarte así siempre que quiera? —cuestionó Jungkook.
—Siempre que quieras, petal.
Con una sonrisa de tonto enamorado, iniciaron el camino de vuelta a la casa, pero Jungkook se detuvo a medio paso al recordar que no habían colocado lo más importante en su recuerdo de la isla.
—¡Hay que poner la fecha de nuestro primer beso! —gritó caminando a pasos apresurados, buscando con la mirada la roca que antes habían utilizado.
—¡22! —vociferó Taehyung desde su lugar, obteniendo como respuesta un dedo pulgar hacia arriba.
Sonrió al colocar la fecha debajo de sus nombres y corrió hacia Taehyung que lo esperaba con la misma sonrisa, haciéndole ademan con las manos para que se apresurara.
—Ese será nuestro muro de las artes —declaró Jungkook en cuanto llegó a su lado.
—Como el puente de París.
—Pero solo nuestro.
A pasos lentos y chocando hombro con hombro, se alejaron del muro de piedra que ellos mismos denominaron como su muro de las artes, no estaban en el país del amor, tampoco tenían un candado, pero aquello era mucho más especial por el simple hecho de ser solo de ellos. Era romántico e íntimo. No tenían una etiqueta, pero había dudas de aquel era el inicio de algo bueno.
Sus nombres estarían grabados por mucho tiempo en ese muro que recordarían como el lugar en el que se confesaron por primera vez. Las olas del mar, las gaviotas y la puesta del sol.
El muro de las artes guardaría los recuerdos que dejaron grabados con sus iniciales, allí yacería las memorias de un beso, una caricia y un cariño que empezaba a florecer a subir como la marea del mar hasta llegar tan alto como las gaviotas frente al ocaso de la tarde en la que sus labios se conocieron por primera vez.
JK
TH
22/7/22
Uno de mis capítulos favoritos. Como dejaron sus iniciales en el muro🥺
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