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II. Música, pasión, armonía

Los hombres amontonan errores en sus vidas y crean un monstruo al que llaman destino —John Keats.

Park Jimin no podía creer lo que le contaba su mejor amigo, conocía a Jungkook desde que eran unos niños, sus padres siempre han sido amigos desde la universidad, así que ellos eran prácticamente como hermanos de otra familia, por supuesto que lo conocía como a la palma de su mano, el mismo chico que acababa de decirle que ya tenía una solicitud llena en el bar que el recién le había propuesto tocar.

El Jungkook que él conocía evitaría a toda costa ser el que diera el primer paso, buscaría cualquier excusa para no tener mucha interacción, pero aparentemente una fuerza ajena a él -como le había relatado el mismo- lo había empujado a entrar a Tazzys y preguntar por el anuncio.

Le costó más de un minuto procesar esa información, porque se supone que estaba allí para convencerlo de que fueran juntos, se había preparado mentalmente para usar las palabras correctas para que Jungkook accedería a usar el encanto que usaba muy poco, casi nunca, para lograr tener algo.

—¿Entonces estamos esperando una llamada para una especie de entrevista? —cuestionó el menor, empujando su cabello hacia atrás.

—Es así.

—¡Eres el mejor líder, te amo! —chilló saltando de emoción y abrazándolo con el mismo sentimiento haciendo que este se ensuciara la ropa del ramyeon que comía.

—No lo soy, pero aceptaré el cumplido —comentó antes de darle un bocado a lo que se supone era su cena.

—Esperaré tu noticia, calentaré mi voz para que nos vaya de maravilla. ¿Qué tocaremos?

—Jimin, ni siquiera sabemos si nos llamaran.

—¡Claro que lo harán! —chilló dándole un ligero golpe en su hombro—. Así que debemos tocar algo que nos salga perfecto.

—Es un bar de jazz, así que supongo que nos pedirán que toquemos eso.

—Y si no, deberíamos estar listos para todo, uno nunca sabe —concluyó Jimin desde la puerta—. Nos vemos luego, te amo.

—Yo también —susurró más para sí mismo cuando su amigo desapareció de su vista.

Jungkook estaba acostumbrado a esa clase de afecto con Jimin, lo que siempre era confundido con algo más cuando estaba "saliendo" con alguien más, pero aún no había llegado esa persona en su vida que permaneciera tanto tiempo como para tener el poder reclamarle por la cercanía entre ellos o que su mejor amigo fuera razón de ruptura.

Es Jimin, quien ha sido más que solo su mejor amigo, sino también su cómplice, ha estado a su lado en las buenas, malas y peores, a tal punto que no entendía como llegaba a soportar sus constantes cambios de humor. Han sido solo ellos desde siempre y definitivamente eso no cambiaría por un tercero que llegara a su vida.

Al siguiente día, Jungkook estuvo todo el tiempo pendiente del teléfono mientras trabajaba, estaba ansioso de recibir aquella noticia, en el momento que llenó la solicitud no pensó en preguntar en que tiempo debía esperar la llamada y es por ello que ahora se encontraba relativamente desconcentrado de sus asignaciones del día.

—¡Jungkook! —escuchó la voz chillona de su hermana mayor que acababa de estirar por el mostrador tres cajas color rosa con diferentes postres y el logo de la pastelería destacando en las tapas de cada una.

Eun-joo lo miraba con el ceño fruncido al ver que este tenía toda su concentración en el móvil en sus manos, por lo general siempre hacia todas las entregas rápido para volver a casa en cuanto cerraran, aquel día estaba distraído y bastante torpe.

—¿Qué te pasa hoy? —cuestionó la mujer que pegaba a las cajas la dirección a la que iba cada una.

—Estoy esperando una llamada importante.

—Por favor, concéntrate, hay mucho trabajo hoy, tengo que ayudar a Seokjin y hay muchos clientes en espera.

—Sí, lo siento.

—Bueno, conduce con cuidado.

Jungkook volvió a salir disparado con las tres cajas en mano. Intentó mantener la concentración durante el día y los tres días siguientes, no recibir, aunque sea un no como respuesta le estaba enloqueciendo.

En las noches no podía dejar de pensar en que quizás no fueron seleccionados para la entrevista; no conocía la posición exacta del hombre que no había dejado de ver en sus tardes de ejercicios, pero tenía en duda si le había agradado lo suficiente como para dar una buena primera impresión; lo cual puso en duda al recordar que ni siquiera iba vestido como una persona decente, estaba algo sudado, y las palabras que cruzó con el podían ser contadas con una mano.

La solicitud de Blue Notes había llamado la atención de Taehyung desde un principio, pero no solo dependía de él, era una decisión que se tomaba de manera unánime con su equipo y él siempre tomaba en cuenta la opinión del resto.

El anuncio estuvo por una semana en la puerta del bar, no esperaba que tuvieran tantas solicitudes que evaluar en siete días, pero después de tres días, pudo seleccionar con su equipo a las tres cinco bandas que podrían tener lo que ellos buscaban en innovación musical, entre ellos estaba Blue Notes.

Al tercer día de espera, Jungkook finalmente recibió una llamada de un hombre que no era el mismo que lo recibió, lo supo porque no era el tono de voz suave y grave del hombre.

Estaba emocionado porque eso solo significaba que tenían una gran oportunidad de presentarse como la mejor opción que ellos tenían para poder tocar en su bar, así que inmediatamente tuvo todos los detalles, lo primero que hizo fue escribir en el chat grupal que debían prepararse para presentarse durante el fin de semana en una entrevista en Tazzys.

Esa misma tarde, volvió a casa caminando después de haber hecho el ejercicio necesario del día, su mirada terminó en el letrero de Tazzys que suele ser lumínico en las noches, no pudo pasar desapercibido a quien abría y saludaba a los empleados en la entrada con una sonrisa. Estaba vestido con un pantalón formal gris, con su camisa blanca por dentro, zapatos de vestir impecables e incluso una corbata.

Su manera de vestir le causaba cierta intriga, primero porque estaba muy diferente al resto de los empleados del bar cuando se supone que él también era uno, al menos eso creía; segundo porque era extraño ver a personas de su edad, si era la que él tenía en mente, vestir así de formal fuera de eventos de esa índole.

Taehyung levantó su mirada cuando todos ya estaban dentro del lugar, se había quedado dormido leyendo y cuando vio la hora ya tenía veinte minutos de retraso antes de que sus colaboradores llegaran al trabajo.

Su mirada se encontró con la del pelinegro que caminaba del otro lado de la calle, con aquella ropa holgada, solo que en esa ocasión tenía su cabello largo siendo movido por la brisa y una camiseta negra de mangas cortas que dejaba a la vista lo que parecían ser tatuajes, algo que para Taehyung le daba un aura aún más intimidante, pero sin dejar de lado la ternura de su rostro.

Jungkook quiso apartar la mirada cuando el hombre lo encontró mirándolo, si lo hacía, eso haría más evidente los nervios que empezaron a presentarse en el momento que el chico le dedicó una sonrisa acompañada de una reverencia en forma de saludo, que el pelinegro respondió con un asentimiento antes de desviar su mirada y acelerar el paso, algo que Taehyung notó, como este empezó a caminar rápidamente, lo que le hizo sonreír sin apartar su mirada del chico hasta que ya no pudo verlo más.

La banda tuvo un día y medio de antelación para poder prepararse, como era de esperarse la emoción de sus compañeros de banda era mucho más grande que la de Jungkook, quien a pesar de estar exhausto por todo el trabajo que tenía últimamente, aceptó que tocaran más de tres canciones de diferentes géneros musicales, lo que obviamente fue propuesta de Jimin, quien siguió insistiendo en que debían mejorar algo diferente cada que tocaban otra vez y así terminaron volviendo a casa bastante tarde en la noche, aun con su mejor amigo insatisfecho por los resultados.

—¿Puedo quedarme contigo hoy? —cuestionó Jimin mientras este lo dejaba frente al edificio de su apartamento.

—¿Por qué?, ¿pasó algo? —preguntó Jungkook antes de bajarse del auto.

Era raro que su amigo quisiera quedarse en su apartamento sin que hubiese pasado algo con la persona que suele o solía compartir su casa, nunca sabia en que situación estaban ambos; durante el último año ha querido evitar hablar mucho de ello con él y Jungkook tampoco preguntaba mucho al respecto para no incomodarlo.

—No quiero hablar de eso ahora, solo no quiero volver a mi apartamento y encontrarla en mi puerta, está obsesionada y sé que terminaremos juntos otra vez si la vuelvo a ver tan pronto.

—Está bien, pero sabes que me despierto temprano.

—Sí, puedo dormir en el sofá, como la última vez.

No era algo nuevo para Jimin tener que quedarse con su amigo por la terrible y casi vergonzosa situación sentimental en la que estaba, medio le mentía a su amigo respecto a lo que él tenía con ella, no quería verse como todo lo que ella un millón de veces le ha dicho que era, tampoco le contaría a Jungkook que todos los años en los que han estado más o menos juntos en una relación ha sido por puro interés y estatus social.

Aunque intentó dormir, no pudo hacerlo por completo pensando en que podría hacer para perfeccionar su voz para la presentación que tendría al siguiente día, aunque por los ronquidos de Jungkook que podía escuchar desde el sofá gris de la sala, supo que el mayor estaba profundamente dormido, así que hizo lo mismo.

Jimin se arrepintió de haberse quedado en el sofá y no pelear con Jungkook para dormir juntos en la misma cama cuando el dolor de su cuello fue imposible de ignorar en cuanto su mejor amigo lo despertó, quien ya estaba listo para dejar el apartamento a irse a trabajar.

Jungkook sabía lo difícil que era su amigo en las mañanas, así que se mantuvo al margen por la mala cara y las maldiciones a primera hora de la mañana cuando intentó encender su motocicleta para llegar a la pastelería más rápido, tuvo que aceptar que Jimin lo dejara en el trabajo aun cuando este estaba de malas por haberse despertado tan temprano.

—Si necesitas algo me llamas. Por favor, ya déjala, no está haciendo ningún bien seguir con ella, Jimin.

—Es muy temprano para tocar ese tema, nos vemos a las 5:30 en Tazzys.

Como siempre, evitaba hablar de ello cuando notablemente necesitaba hacerlo, pero Jungkook no tenía tiempo para discutírselo en ese momento.

Su presentación estaba prevista para que fuera a las seis de la tarde, se supone que el bar abría a las siete de la noche y se supone que estarían otras tres bandas presentándose.

Estuvo tan ocupado durante el día que siquiera tuvo tiempo de pensar en la presentación que tendría esa noche, iba de un lado a otro entre los edificios de Gangnam, haciendo todo lo posible para llegar a tiempo a cada entrega. Ya le había comentado a Eun-joo que saldría antes para poder llegar a casa y cambiarse de ropa, pero cuando miró la hora en su reloj ya empezaba a hacerse tarde.

Corrió hasta su apartamento, se metió a la ducha casi tropezándose con la bañera, pero se maldijo en voz baja cuando se dio cuenta de que la mayoría de sus ropas decentes aún estaban en casa de sus padres, no tenía nada que pudiera ponerse para la presentación.

No tenía tiempo para pensar, así que la única solución a todo eso era ir a casa de sus padres, lo cual para empezar era una terrible idea porque estaba a 30 minutos de su apartamento y él tenía 40 minutos para estar en Tazzys. Se supone que debía dar una buena primera impresión y ya se sentía lo suficientemente avergonzado por haber dejado su solicitud en el bar después de ejercitarse.

Jungkook tomó su mochila y las llaves de su moto, bajó las escaleras corriendo y rogando que su motocicleta encendiera porque realmente perdería mucho tiempo en el autobús; tampoco le daba tiempo de ir a la tienda y tomar prestado el coche de su hermana.

Taehyung llegó al bar exactamente cuándo iniciarían las entrevistas y presentaciones, el estaría desde la barra, acomodando las sillas y preparándose para abrir mientras el resto de su equipo hacia el proceso de avaluación. Se sorprendió cuando al parecer las tres bandas ya estaban listos con sus instrumentos, pero en cuanto entraron se dio cuenta de que entre ellos no estaba el rostro que ya era conocido para él, lo cual le pareció extraño, porque recordaba perfectamente que se presentó como líder de la banda de "Blue Notes" y ellos definitivamente estaban allí.

Mientras escuchaba las presentaciones de cada uno y fingía no hacerlo al limpiar las mesas, se preocupó cuando los minutos pasaban y el pelinegro guitarrista aún no estaba en el interior del bar. No lo conocía, pero esperaba no haber elegido mal al seleccionarlos entre todas las demás bandas que dejó de lado.

Por otro lado, Jungkook agradeció poder haber llegado a casa de sus padres en el tiempo que tenía estimado, dejó el casco sobre la moto y entró corriendo al interior, encontrándose únicamente con la mucama. Algo más que agradeció, porque desde la última conversación que tuvo con sus padres lo que menos necesitaba era tener que verlos, incluso esa fue una de las razones por las que dejó parte de sus cosas.

Recogió el resto de sus pertenencias que permanecían impecables en su vieja habitación, misma que le traía más malos recuerdos que buenos, todas las veces que lloró en silencio, de frustración sin saber qué hacer, o simplemente por cosas que él no entendía en el momento y que realmente nunca llegó a entender.

Una vez se cambió de ropa, pasando por sus piernas un par de pantalones negros ajustados, los usaba muy poco y casi siempre para ese tipo de ocasión, una camiseta del mismo color, una chaqueta jean de color gris; peinó su cabello con algo de volumen en la parte superior y echándolo a un lado de manera que solo tenía algunos mechones en su frente.

Se encontró con su madre al llegar al pie de las escaleras, quien, por supuesto, lo abraza en el momento que lo ve.

—Mi pequeño, ¿Cómo has estado?, ¿estás comiendo bien? Te ves más delgado.

—Estoy bien, mamá, tengo algo importante que hacer y debo irme, saluda a papá de mi parte —comentó en cuanto se separó del abrazo, con su madre aun acariciando su rostro y mirándolo con dulzura.

—No te estas alimentando bien, Jungkook, no nos ha visitado desde que te fuiste, así que no he podido cocinarte, come algo antes de irte.

—Madre, de verdad tengo que irme ahora.

—Increíble que llegues y quieras irte sin saludarnos apropiadamente.

En el momento que escuchó la voz de su padre, Song-jin, detrás de él, supo que no podría salir de allí tan fácilmente. Apretó el puño a sus costados y luego de un suspiro se dio la vuelta para saludar con una reverencia a su padre, él siempre ha sido tan estricto que aun siendo un adulto independiente, le temía y mientras siguiera siendo su hijo, lo haría.

—Padre, tengo algo importante que atender, no puedo quedarme. Solo vine a buscar el resto de mis cosas.

Realmente estaba reuniendo el mismo valor que y tuvo cuando les dijo que odiaba la carrera que ellos eligieron para él, que haría lo que le hiciera sentir vivo por dentro no muerto, fue la primera vez que los enfrentó y les llevó la contraria, pero poder hacer eso le costó tres años en la facultad y otro más dedicándose a ello. Así que ese momento no era diferente y lo hacía porque esa presentación era importante para él, aunque para sus padres puede que fuera una tontería.

—Tu madre quiere darte comida, no puedes rechazarte a ello.

—¿Puede ser rápido, por favor? —cuestionó casi en súplica mirando a su padre a los ojos, quien sólo asintió y lo abrazó por los hombros mientras lo guiaba a la cocina.

—Y... —empezó a decir su madre dejando sobre la encimera las cosas que tenía para darle—. ¿Estás viviendo con algún chico?

—No, mamá —masculló ansioso—. Vivo solo.

—¿Y Jimin?

—¿Qué pasa con él?

—Pensé que ustedes...

—Ya te lo he dicho un millón de veces madre, solo es mi mejor amigo desde hace siglos, lo sabes bien. Que sea gay no quiere decir que todos los chicos con los que hable sean algo mío o me gusten, no es así —contestó Jungkook, tratando lo más que pudiera mantener el tono de voz.

—Ten cuidado en cómo le hablas a tu madre —pronunció su padre sentado en la mesa del comedor a poca distancia de donde se encontraban él y su madre.

Jungkook volvió a suspirar y posterior a ello disculparse en un susurro, su madre sonriéndole y asintiendo muy contraria a la actitud a la defensiva que siempre tenía su padre. Ansioso de poder salir de allí, buscó su móvil para ver qué tiempo tenia para llegar, aun cuando sabe que ya es tarde y antes de poder ver la hora le entra una llamada de Jimin.

—¿Dónde estás? —cuestionó Jimin—. Somos los próximos, Jungkook, tienes que llegar.

—Tuve un problema, varios en realidad, por favor haz tiempo hasta que llegue —le pidió y sin tener que verle la cara Jungkook sabía que estaba rodando los ojos y fulminando a quien sea que estuviera frente a él.

En lugar de escuchar una respuesta de su parte, todo lo que hay del otro lado es puro silencio, tampoco contestó cuando lo llamó por su nombre más de dos veces, miró la pantalla de su móvil y en ese instante, todo empeoró, ya no tenía carga en el móvil; por supuesto que para esa hora no tendría si lo usó durante todo el día.

—Te empaqué comida para tres días. Mantenla en la nevera y aliméntate bien, Jungkook —le pidió su madre extendiéndole el pequeño bolso, mismo que tomó despidiéndose con rapidez, sin darle tiempo a su padre de reprocharle.

Song-jin lo vio desaparecer por el umbral de la cocina y solo escuchó como encendió su moto para marcharse. Llevó su mirada a su esposa aún desconcertada y dijo:

—¿No se lo dirás? —cuestionó.

—¿Qué cosa? —preguntó terminado de acomodar las cosas que había usado.

Aunque era algo que hacía su ama de llaves, siempre que tenía a Jungkook en casa entraba a la cocina para alimentarlo porque conocía a su hijo y era evidente para ella que no estaba comiendo bien.

—Que ese chico llamó para saber cómo estaba nuestro hijo.

—No, eso no le hará ningún bien. No tiene que saberlo, le hizo daño que se fuera, no hay que desenterrar esos sentimientos. No seas cruel, es tu hijo.

—Bueno.

Jungkook salió disparado de allí, sin poder creer todo lo que le estaba pasando, sentía que en cualquier momento se pondría a llorar y ver que había más tráfico para volver, le enloquecía.

Aunque no era muy propio de él, maldijo para sí mismo cuando la moto se apagó a medio camino. No tenía tiempo para ponerse a revisar nada, corriendo llevó la motocicleta al estacionamiento más cerca y toma el autobús para llegar al bar, tenía su mochila y su guitarra colgando de sus hombros, no tenía idea de cuál era la hora, y solo rogaba que hubiera una oportunidad para él.

Quería creer que todo ese contratiempo le estaba evitando algo peor o quizás tocar en Tazzys no era algo que estaba destinado para él.

Llegó al bar corriendo, con la respiración agitada, y se dio cuenta de inmediato que Tazzys ya tenía sus puertas abiertas al público, lo que quería decir que ya su tiempo de poder presentarse había terminado. Encontró a sus compañeros de banda en la entrada del bar con sus instrumentos en manos, Jungkook esperaba que Jimin le dijera que habían tocado sin él, pero la mirada que le dedicó le dijo todo. Decepción era todo lo que había en sus rostros.

—Ya nos podemos ir. Ya no tenemos oportunidad —comentó Jimin cuando Jungkook llegó a su lado, dejando su guitarra en el suelo.

—Lo siento, lo siento mucho, pasaron muchas cosas tuve que... —dijo con la respiración agitada dejando caer su mochila sobre sus pies—. No importa, lo siento de verdad.

Jimin notó los ojos brillosos de su amigo, como este se mordía el labio nervioso y les dedicaba una mirada suplicante con sus cejas levemente alzadas. Lo conocía y sabia que con la más mínima cosa que dijera, las lágrimas que sostenía en la orilla de sus ojos rodarían por sus mejillas.

—¿De verdad no hay algo que podamos hacer? —cuestionó Hyun-jin mirando como Jimin se preparaba para irse.

Hyun-jin era el corista de la banda, el único que parte de Jimin usaba el micrófono y tocaba el piano como si él y aquel instrumento fuera uno solo, era el menor de los cuatro, pero nunca estaba bajo discusión su pasión, destreza y talento con el piano.

—Ya hemos quedado mal, si lo hacemos que te hace creer que nos...

—¡Ya basta con esa mierda negativa! —gritó Jimin rápidamente arrepentiendose por haberle gritado a Jungkook, sabiendo lo sensible que se pone cuando lo hacen—. Podemos intentar esperar a que cierren y pedirles una segunda oportunidad, y tú serás quien hable, estamos aquí por ti y se supone que eres el líder.

—Sabes que yo no soy bueno para esas cosas.

—Entonces nos largamos de aquí.

—¡Bien! Lo haré

Jungkook no quería decepcionarlos más, se supone que era el líder, que es el tipo de cosas que tiene que hacer. No tenía otra opción más que pedir otra oportunidad, si es que acaso todavía tenían una.

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