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Twenty two

–¿Conociste un museo de chocolate?

–Si.

–¿Tenían umpa lumpas?

–Los guardias no eran tan altos en realidad.

–¿Y conociste a Willy Wonka?

–Okey Jorge el curioso. Mamá está muy cansado al igual que tú, se te cierran las pestañas del sueño. –Mencionó Heeseung mientras ayudaba a su hijo a ponerse pijama ya que el pobre no se podía el cuerpo de lo cansado que estaba.

–Quiero que mami me cante.

Jake sonrió, notando cuanto lo extraño su bebé estos días que estuvo en el extranjero. Siempre que le pedía que cantara era porque tenía pesadillas o estaba muy mimoso.

En este caso fue que no estuvo presente, y eso entristeció un poco a Jake.

–¿Qué te gustaría que mami cante? –Jake se recostó mientras arropaba a Riki.

–Esa de Coldplay.

–¿Fix you? –Asintió mientras observaba expectante esa voz que tanto le gustaba.

Acariciando los cabellos de su hijo, comenzó cantando con la dulce voz que contenía.

Heeseung escuchaba atento la voz de su amado y observaba a los dos amores de su vida estar juntos una vez más. Escuchar a Jake cantar era como escuchar a los mismos ángeles para Heeseung y lo mejor es que solo ellos tenían el privilegio de escucharlo todos los días.

–Lights will guide you home. And ignite your bones. And I will try to fix you~ –Con un beso en la cabeza se levantó de la cama de su pequeño que ya hacía placidamente dormido.– Buenas noches pequeño soldado.

Salió de la cama de su hijo con cuidado de no despertarlo y caminó junto a su novio a su cuarto.

Sin previo aviso, Heeseung lo cargó estilo princesa a la habitación sacándole algunas risas.

–Puedo caminar por mi cuenta Lee Heeseung.

–Si, eso lo dejamos para después. –Tiró el cuerpo de su novio en la cama que compartían, acostándose a un lado.- Ahora quiero que me cuentes como estuvo el viaje.

Frotó sus ojos con cansancio, dedicándole una sonrisa al mayor.

–Suiza es increíble, es como un campo moderno y tan avanzado todo. Los cursos fueron realmente increíbles, no te imaginas la cantidad de sabores que el chocolate tiene. Los paisajes, es como estar en un campo todo el tiempo. –Volteó para quedar frente a su novio.– Te traje un regalo, espera.

Y antes que pudiera pararse, fue jalada y atraído hacia los brazos de Heeseung, quien lo apretó en sus brazos.

–Mañana me entregas mi regalo, ahora quiero estar contigo y dormir juntitos.

Jake sonrió y se acurrucó, disfrutando el calor de los brazos de su pareja.

–Los extrañé mucho. –Musitó el menor.

–Nosotros igual te extrañamos mucho. –Heeseung besó la coronilla de su novio.– Niki te hizo un dibujo hoy.

–¿Enserio? ¿Y qué es?

–Ya mañana lo descubrirás. A ti también se te caen las pestañas del sueño, tuviste un vuelo muy largo. –dijo Heeseung toqueteando la nariz de Jake.

–Es mentira~ –Exclamó berrinchudo el menor– También quiero saber como estuvieron ustedes.

–Nosotros estuvimos bien. Niki se portó muy bien, incluso las veces que me acompañó a la oficina estuvo bien. Mis colegas lo adoran y él se deja querer.

Jake soltó una risita.

–Hijo tuyo tenía que ser.

Heeseung lo miró ofendido y Jake no evitó reírse. Un ataque de cosquillas llegó a sus costillas y no evitó retorcerse evitando los dedos de su novio.

–¿Entonces como dijiste?

–N-No dije n-nada. –Habló entre cortado.– ¡No me pellizques los pechos!

Lo apartó inmediatamente dándole un golpe en el brazo.

Heeseung lo miraba en la misma posición donde había quedado, riendo a carcajadas. Admiró como lo miraba con el ceño fruncido, intentando lucir enojado pero para él era lo más tierno del mundo.

–Ya amor, perdón. Tampoco me digas esas cosas que sabes que solo tengo ojos para ti. –Tomó sus manos besándolas.– No tengo la culpa de ser tan guapo.

Jake sonrió entrelazando sus manos, el mayor si tenía. Estos años junto a Heeseung han sido los mejores de su vida y el mayor le hacía saber todos los días cual enamorado estaba.

Los días en Suiza fueron increíbles para él aunque igual extrañó un pelin demasiado a su pequeña familia. La compañía de Heeseung y las travesuras de su bebé era lo que mantenían completo y se notó la ausencia en el viaje de negocios que realizó junto a su hermano.

Se encontraba cansado, pero el estar con ellos recargaba las pocas energías que le quedaban.

Nuevo día para Heeseung y una mañana bastante ajetreada donde abogados novatos acaban de llegar al buffet y tuvo que dirigir la junta directiva.

Luego después de años su jefe había jubilado todos pensarían que su hijo, Choi Jongho sería quien heredaría ese buffet. Sin embargo todos los quedaron impresionados cuando le cedió el puesto a Heeseung.

Resultaba que Choi Jongho había decidido irse a vivir al extranjero junto su ahora esposo, Jeon Yunho.

Y quien era su padre para negarle algo así a su consentido hijo.

En ese momento, Heeseung tuvo dos motivos para celebrar.

Así asumió orgulloso su nuevo cargo.

No iba a decir que era un trabajo fácil pero era si deber para luego no se perdieran en el intento de hallar algo por su cuenta. Hizo un recorrido por todo el edificio mostrando cada piso del fragrante edificio que le correspondía como CEO.

En ese momento se encontraba organizando casos que eran de suma importancia para la empresa, incluso no había almorzando siendo ya las cinco de la tarde y quedaba aproximadamente una hora para que terminara su horario laboral.

Se encontraba exhausto, pero si el no hacía ese trabajo nadie más lo haría.

La puerta fue abierta de golpe sin siquiera ser tocada y si no fuera porque conocía las pisadas de memoria habría el hecho el regaño de su vida a sus empleados.

Pero no era nadie más que Park Sunghoon, el segundo a cargo de la empresa.

–¿Ya hiciste el recorrido a los novatos?

–Si. –limitó a responder sólo eso, concentrado en su laptop.

–¿Los contratos de están listos?

–Chaeryeong está en eso.

–¿Has comido?

–Sunghoon, ¿No tienes algo mejor que hacer?

–Yunjin y Chaewon se llevaron a los niños a pasar el día fuera, ahora deben estar en algún parque de diversiones.

Heeseung pasó su palma por su cara, frustrado.

–¿Cúal es tu punto?

Sunghoon caminó hasta estar frente del escritorio de Heeseung.

–Salgamos a tomar algo. Hace tiempo que no salimos por la sobrecarga de esta empresa. –Apoyo sus antebrazos cargando su peso en el escritorio.– Seríamos Jungwon, Jay, Wonyoung, Jake y tú.

Heeseung le dedicó una mirada seria, teniendo probabilidades de lo más probable en responderle era un "no".

La puerta de la oficina fue tocada y Heeseung gritó un adelante para quien estaba al otro lado pudiera pasar.

–Hablando del Rey de Roma. –dijo Sunghoon.

Jake entró con un semblante tranquilo, dedicandole una sonrisa a los ya presentes.

–¿Están chismeando sobre mi? Con razón me picaban las orejas. –Mencionó Jake.

–Tu noviecito no suelta el computador y no quiere salir con nosotros.

Jake lo miró con ojitos confundidos.

Oh no, esos ojitos eran perdición para Heeseung, sabía que era débil ante ellos.

De brazos cruzados se acercó a revisar qué era el trabajo que mantenía frustrado a su novio y Jake frunció el ceño cuando vió de lo que se trataba.

–Hee, esto pertenece al departamento judicial. Estás teniendo trabajo que no te corresponde.

El mencionado bajó la mirada algo avergonzado, sintiendose como un niño regañado.

–Sunghoon, ¿Nos puedes dejar a solas, por favor?

Y el mencionado no tardó ni un minuto en acatar la orden y cerrar la puerta de la oficina.

Jake enojado daba miedo.

El mencionado se apoyó en el escritorio, observando a Heeseung quien jugaba con sus manos aún con la cabeza baja.

–Perdón. –Musitó el mayor.– Quería ver si existía la posibilidad de entregar las cosas a tiempo.

Jake tomó el mentón de su novio viendo como hacía un puchero por la tristeza. No podía regañarlo cuando sabía que el mayor era alguien de buen corazón y queriendo ayudar al resto, a veces incluso pansandose a llevar él mismo.

Jake tomó asiento en las piernas de su novio permitiendo que se hundiera en la cavidad de su cuello. Acarició las hebras azabaches del mayor, dándole unos minutos de tranquilidad.

–Me duele mucho el corazón cuando esos ancianos se aprovechan de ti. Tienes que aprender a poner límites. Ya tenemos de todos y nunca nos ha faltado nada.

Heeseung apretó suavemente esa cintura que tanto le encantaba mientras inhalaba el aroma de su amado, agradeciendo tenerlo en ese estresado y cansador día.

–Niki me ha mencionado que ha querido un hermanito. –notó la tensión del menor bajo sus manos.– Siempre me pregunta porque no tiene hermanos como Hyerin y Eunchae o Sunoo y Minjeong. –acarició la espalda a su amado para aligerarle la carga.– Sé que el parto no fue nada fácil, estuve a nada de perderte. Por eso necesitaré tu ayuda para explicarle la situación.

Ahí es cuando la ansiedad que tuvo se esfumó rápidamente.

El día que nació Niki tuvo una hemorragia que estuvo a punto de matarlo pero alivianadamente unas horas despúes del susto que hizo pasar a todos despertó viendo de nuevo a su pequeño retoño en brazos de su amado.

Ese retoño que desde lo tuvo en sus brazos por primera vez juró que protegería de todo lo malo que existía en ese maldito mundo.

Amaba mucho a su hijo y agradecía a su pareja que tuviera el mismo amor por él.

Varias veces se ha planteado esa pregunta de volver a tener otro bebé y nota que muy muy en el fondo, Heeseung quiere tener hijos biológicos con él. No se lo dice pero sabe que tiene ese pequeño gran sueño.

Nunca habían planteado la pregunta pero Jake nunca había negado la opción.

–¿A qué te refieres con explicarle la situación? –Espetó Jake.

–Explicarle que es peligroso para mamá tener otro bebé y que es suficiente para darle el doble de amor a solo él. –Mencionó suave Heeseung mientras acariciaba sus muslos.

–Heeseung. –El nombrado lo miró.– Tú tambien quieres ser papá,

–Ya soy papá, de un increíble bebé puma.

–Sabes a lo que me refiero. –dijo Jake causando el silencio entre ellos causando la incomodidad, suspiró.

–Es muy peligroso para tí, ¿Qué pasaría si esta vez de verdad te mueres? –Exclamó preocupado.

–¿Y qué pasa si un avión cae arriba de un edificio? Amor –Llamó cariñosamente a Heeseung queriendo tener su atención.– Sé que te encantaría tener una niña, una parejita.

Ahí es cuando Jake tocó el punto dulce de Heeseung. Sabía que el sueño del mayor era tener una niñita, una princesita cual proteger de cualquier imbécil que se atreva a mirarla y consertirla en todos los caprichos que se le vengan a la mente.

La mirada del mayor se ablandó, dedicándole una sonrisa a su amado.

–¿Qué tan seguro es que sepas mis debilidades? –Aseguró el agarre en la cintura.

–Tanto como tú te sepas las mías. -Sonrió travieso, observando como iba vestido y lo sexy que lucía con corbata. Con movimientos lentos y sensuales empezó a jugar con la corbata del mayor.

–Ajá... como está. –Heeseung llevó lentos y suaves piquitos al oído del menor, haciendolo estremecer.

–S-Si... –Sacó al mayor de ese lugar para besarlo mientras hacía lentos movimientos encima de él.– Sabes, después de comer podría decirle a Jay que se lleve a Niki y no sé, –Besó la comisura de sus labios– mientras nosotros podríamos empezar a trabajar en darle ese hermanito a Niki...

–Es buena idea. –Volvieron a besarse con lujuridad, con esas miradas que solo Heeseung le daba cuando estaba Ethan, no Heeseung.

Chupó el labio inferior del menor, dejándolo hinchado y húmedo. Observando como ya su pequeño tenía esos ojos de presa no sabiendo que el cazador estaba apunto de comérselo.

–Pero podríamos empezar ahora, no tengo ningún problema.

En un movimiento rápido ya lo tenía sobre su escritorio, siendo un desastre con los jadeos que soltaba debido a los besos húmedos que el mayor dejaba sobre su cuello y clavículas.

–Hee... –decía a duras penas Jake.

–Dime bebé –Dijo con voz grave y profunda.– Pídeme lo que quieras y lo tendrás.

–T-te quiero a ti. –movió sus caderas rozando sus intimidades.– Fueron muchos días s-sin tenerte...

—Muchos Suizos tuvieron que comerte con la mirada. Lo que no saben es que soy el único que puede comerte completo.

Heeseung atacó sus labios una vez más con una mano firme en sus caderas y en la otra deshaciendo su corbata. Jake enredó sus piernas en las caderas del mayor para impedir cualquier distancia.

Sentirlo ya erecto lo hacía sentir tan caliente, sentir como su miembro ya goteaba y querer que Heeseung estuviera dentro de él.

Que tomara el control sobre él.

Ser un desastre bajo suyo.

Estar-

Su celular empezó a sonar. Sacándole un gruñido a ambos.

–Sigue, después contesto. –espetó molesto dejando su teléfono a un lado.

Una vez más, quien era para negarle algo a su bebé.

Continuó desabotonando la camisa negra del mayor dejando su pecho al descubierto. Con delicadeza pasó su mano por el torso del mayor sonriendo complacido.

–¿Te gusta lo que vez bebé?

Sonrió mordiéndose el labio.

Tomó al mayor de la nuca para seguir con los besos húmedos siendo lo único que se escuchaba en la oficina del mayor.

Lamentablemente una vez más, fue interrumpido por su maldito teléfono. Jadeó furioso y aunque él no quería, seguiría llamando.

–Yunjin, si no es importante te juro que-

Nos volvimos.

Jake frunció el ceño confundido de lo que su amiga decía.

–¿Tan pronto? Apenas y los pasaron a buscar.

Yunjin respiró profundo.

Necesito que te sientes para decirte esto ¿si?

Confundido y algo preocupado por el tono que ocupó su amiga se sentó en la silla de Heeseung.

–Huh Yunjin, me estás asustando. ¿Los niños están bien? ¿Les pasó algo?

Silencio al otro lado de la línea.

Regresó.

CRACK

Su sangre se congeló y su teléfono cayó directo al suelo.

Esto no podía ser real.

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