Twenty one
5 años después...
Ponerse sus pantuflitas y su bata de mañana, era una costumbre que tenía en esas frías mañanas de invierno.
Agarró su croquera y lápices a pasos sigilosos para no despertar a su papá que sabía lo cansado que estaba. Instaló sus materiales en la mesa de centro del living y prendió el televisor colocando su serie favorita de los fines de semana.
Molang y sus amigos.
La concentración era la máxima al punto que sacaba la lengua hacia un lado era la que mantenía para que su dibujo sea igual a la caricatura que veía. No había niño de 5 años más apasionado en lo que hacía que Shim Riki.
Y como no, si era una super sorpresa para su mamá.
–Niki.
Sí, un detalle. No le gustaban que le dijeran Riki. Niki le gustaba más. Además, fue de las primeras palabras que aprendió a decir.
Nini, Niki...
No había muchas diferencias en ellas.
–¡Papá! –Corrió y abrazó al mayor por las rodillas.– Mira lo que hice.
Heeseung sonrió al ver lo talentoso que era el pequeño y acarició sus cabellos.
–Está muy bonito bebé, ¿Te parece que lo pongamos en el refrigerador?
–No, es para mamá. Está muy lejos y quiero darle una sorpresa.
Heeseung sonrió y tomó a su hijo en brazos. –Cuando podamos se lo daremos. ¿Qué quieres para desayunar?
–¡Panqueques de dinosaurio! –exclamó el pequeño emocionado.
–Panqueques de dinosaurios será entonces.
☕︎...
–Niki...
–No.
Heeseung contó hasta tres en su mente cerrando los ojos para no perder la paciencia que le quedaba.
La hija menor de su mejor amigo, Minjeong cumplía dos añitos y como la princesa de mamá y papá que era, quisieron hacer temática de princesas y príncipes claro, con el color rosado que era el código de vestimenta.
Solo había un problema. Al pequeño Shim Riki no le gustaba el rosado.
–Sunoo, Haerin y Eunchae estarán de rosado también, no serás el único. –trató de convencer Heeseung
–El rosado es feo, no me gusta. –dijo en berrinche cruzando sus brazos formando un puchero.
Discusión padre e hijo fue interrumpida por los toques de la puerta principal. Heeseung lo tomó como un respiro, luego quizás se convencería con ponerse al menos la camisa.
Y pudo sentir un alivio cuando vio quien tocaba la puerta era su padre. -Niki no se quiere vestir.
–Hola papá, ¿Cómo estás? Yo estoy muy bien, gracias por preguntar hijo ¿Como te encuentras tú? –dijo Seokmin en burla y ofensa por la forma de haberlo recibido.
–Perdón, ¿Como estás papá? –Heeseung le dio un abrazo.– Ha sido un lío.
Seokmin entró tranquilamente mirando con burla a su hijo.
–Con solo verte aún en ropa de casa, si me imagino. –soltó una pequeña risa.
Bufó ignorando el comentario por sus apariencias. –¿Ya comiste?
–Sí, almorcé hace poco no te preocupes. Ve a darte una ducha, yo me encargo de Niki.
Con los pies casi arrastrándolos se dirigió a duras penas a su habitación.
–Se nota que lo extrañas.
–¡Lo sé! –gritó desde su baño.
Negando con la cabeza, Seokmin subió a la habitación de su nieto, observándolo desde la puerta viendo como jugaba con sus peluches pero seguía sin ponerse la camisa.
–¿Quien ha de estar en el castillo del Rey Arturo? –Dramatizó poniéndose en el personaje que interpretaba siempre a su nieto.
–¡Abuelo!
El pequeño Niki con una sonrisa de oreja, corrió desde su cama a los pies de su abuelo para colgarse en estos.
–No soy abuelo, Rey Arturo viene con una misión para el soldado Shim.
Se paró derecho con la mano en la altura de su cabeza.
–Soldado Shim está a sus servicios, Rey Arturo.
–Muy bien soldado Shim. La misión de hoy es proteger a la princesa Minjeong de cualquier ser malvado que la ataque, ¿Está dispuesto a cumplir la misión?
–¡Por supuesto! –Saltó emocionado
–Excelente. La primera parte de la misión consiste en –Se agachó a la altura de su nieto para poder mirarlo a los ojos.– vestirse con la armadura que la princesa asignó para el día de hoy.
Niki frunció los labios y las cejas cruzándose de brazos, una vez más. No le gustó la misión.
–Esa armadura es muy fea. La princesa tuvo que elegir otro color.
–Pero. –tomó al pequeño en brazos.– el rosa proviene del rojo. En los tiempos antiguos el rojo y el rosa demostraban poder.
–¿Enserio?
–Enserio. Los antiguos guerreros lo ocupaban para demostrar su valentía en sus grandes batallas contra dragones y bestias gigantes.
–¡Entonces debo ocupar la armadura rosa! –El pequeño Niki empezó a carcajear cuando su abuelo le hizo cosquillas.
–Así es soldado, prepárese para su siguiente misión.
–¡Si Rey Arturo!
A pasos apresurados bajó de los brazos de su abuelo vistiendose por su cuenta y con gran entusiasmo.
–Niki ya estás lis-
–Vamos papá, hay una princesa que salvar.
Heeseung se sorprendió al ver como su hijo corrió emocionado entre sus piernas. Miró a su padre que lo miraba con una expresión relajada encogiendose de hombros.
–Ya lo oíste, no pueden llegar tarde.
–¡Feliz cumpleaños Minnie!
–Niniiii.
A pasitos torpes corrió la pequeña para abrazar a Niki que la esperaba con los brazos abiertos para darle un gran abrazo.
–Te traje un regalo, princesa Minnie.
–¿Degalo? –preguntó curiosa mirando a sus padres si eso estaba bien o no.
–Recíbele el envoltorio a Niki, cariño. –Aseguró su padre.
Con el permiso de su papi, la bebé inspeccionó la caja intentando descrifrar lo que había dentro. Con ayuda de su mami, quitó los adhesivos y abrió la caja entre sus manos.
–SKYEEEE. –Gritó emocionada al ver a la cachorra de su serie favorita.
La verdad es que Niki se esmeró en buscar el regalo ya que junto a Sunoo, Minjeong y él les encantaba ver aquella caricatura y recordó que de todos los cachorros, Skye era la favorita de Minjeong.
–¿Como decimos por el regalo Minnie? –Le indicó su padre.
–Gacias Nini.
Niki hizo una reverencia a lo que hizo reír a la pequeña.
–A sus órdenes, princesa.
Niki se fue a jugar a la habitación de Sunoo, donde estaban sus primas Haerin y Eunchae y el anterior mencionado. Los adultos ayudaron a ordenar el salón para que los niños pudieran comer antes que ellos.
Jungwon es quien parecía lejano de las conversaciones del resto. Lucía ansioso mientras observaba su teléfono, con una pierna inquieta y una uña en su boca debido a la ansiedad de no recibir ninguna llamada de su novio.
Levantó su vista al notar que Heeseung puso su mano en su rodilla indicádole que parara con su mal hábito.
–Hey, es un vuelo de catorce horas desde Suiza. Pronto nos informarán donde se encuentran. –Intentó tranquilizar el mayor.
–Se supone que Yunjin iría en busca de ellos, diez días ha sido un martirio. –Mencionó angustiado.
–Está todo bien Jungwon, prometieron que llegarían hoy y así será.
No dijo nada más pero seguía con la angustia. Las niñas y él extrañaban mucho a Jay, diez días sin su novio y sus dos hijas no fue para nada fácil estar con las dos pequeñas él solo.
Quien lo mandaba a tener una puntería para tener mellizas.
En fin, son cosas que pasan.
Wonyoung le pidió si podía ir a buscar a los niños a la habitación de arriba mientras ella se ocupaba de Minjeong para que le cantaran cumpleaños feliz.
Sunghoon se encargó del pastel -que obviamente encargaron en la cafetería TFW, como no- colocando la velita con el número dos para su hija. Revisó que todos los invitados estén en el comedor y para su suerte no hacía falta llamar a nadie.
Entró al comedor dando al inicio del canto de cumpleaños para la pequeña Minjeong. La niña miraba a todos curiosos, aún no entendía porqué todos fijaban su atención en ella, ni siquiera sabía que hacer mientras ellos cantaba. Se sintió algo intimidada al tener todos esos ojos sobre ella pero sus ojitos fueron al pastel frente a ella y su expresión cambió cuando vió que tenía dibujos de los paw patrol. Estaba toda la patrulla canina, sin duda era el mejor cumpleaños que haya tenido.
Eso sentía, en sus cortos dos años.
Papá y Mamá le indicaron que debía soplar las velas que estaban adelante suyo y así lo hizo. Sopló con todas sus fuerzas con ayuda de sus padres y pudo apagar las velitas sin problema alguno.
Todos aplaudían emocionados. Ella no entendía pero igual quiso hacerlo.
–Bavoooo. –Aplaudió la pequeña cumpleañera con sus manitas.
Sunghoon tomó a su esposa de las manos para acercarla y besarla dulcelmente. Los demás aplaudieron el dulce gesto de la pareja mientras los niños hacían muecas de asco sacándole risas a la pareja que mantenían la felicidad con los ahí presentes.
Grato momento fue interrumpido por el timbre de la casa. Heeseung se ofreció a abrir la puerta mientras los demás atendían a los niños.
–Jungwon vuelve a marcar una vez mi teléfono y juro que lo bloqueo. –Habló cabreada Chaewon, la novia de Yunjin.
–Estás exagerando. –Musitó el mencionado.
–Casi bota el celular a la carretera. –Dijo Yunjin, entrando después de su novia.
–Es modelo, gana el doble que le costó ese teléfono de última generación. –Fastidió Jungwon.
Chaewon se limitó a rodar los ojos y no hacerle caso.
Detrás de ellas, entraron dos chicos con dos grandes maletas.
Los niños curiosos asomaron sus cabecitas para ver quienes era y se emocionaron al ver quienes era.
–¡Mami!
–¡Niñas! –Jay se agachó para tener a sus hijas entre sus brazos.
–¡Mamiii!
–¡Nini! –Jake levantó a su hijo y lo apretó entre sus brazos.– No sabes cuanto te extrañé bebé.
–Yo también te extrañé mucho mami pero ya no soy un bebé, protejo a la princesa Minjeong de todos. –Dijo orgulloso alzando su pecho.
–Oh bueno, el brillante caballero no tiene porqué ver los regalos que traje. –dijo jugando con la mente de su pequeño.
–No si quiero. Si soy tu bebé, quiero mis regalos. –puchereo.
Jake rio y besó su regordeta mejilla.
–Siempre serás mi bebé, aunque seas un viejo arrugado como una pasa.
Bajó a su hijo y dejó que a rastras entrara su maleta con ruedas a la casa.
Su vista viajó a la alta silueta frente suyo, quien con esos ojitos de bambi que tanto había extrañado le dedicó su rostro lleno de felicidad. Se acercaron lentamente fundiendose en un abrazo, uno que se notaba cuanto se extrañaban.
Las videollamadas no eran nada comparado a esto.
–Bienvenido a casa. –Susurró en su oído trasmitiendole sentimiento a flor de piel.
–Mi casa es contigo y Niki.
Y sin muchos enredos, juntaron sus labios en un beso, Jake con sus manos en la nuca de su novio mientras las manos de este encajaban perfectamente en su cintura. Un beso que transmitía el cuanto se habían extrañado esos días y cuanto se necesitaban uno al otro.
Heeseung no era nada sin su otra mitad, y Jake se sentía vacío sin Heeseung a su lado.
Cuídense, tomen agüita y coman sus comidas.
Gracias nuevamente por el apoyo.
Lxs adoro.🤍
Nos leemos pronto~
–hanrling. 🪐
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro