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Intro: Poit Of View

Se conocieron en su último año escolar, siendo el japonés quien había repetido el último año. Por lo tanto, solo quería terminar y largarse de esa cárcel como él lo decía.

Su suerte no fue la mejor cuando la profesora le mencionó que haría grupo de trabajo con los mellizos del curso.

Shim Jaeyun y Shim Jongseong.

Se sabían que eran completamente opuestos.

Por un lado el menor, Jake, era amado por todos. Su personalidad tan cálida y amigable pero no se dejaba pisotear. Daba una energía muy linda, como un golden retriever cachorro.

Por otro lado el mayor, Jay, era todo lo contrario. Era selectivo con sus amistades y desconfiado, irónico y daba miedo según lo que decían pero no crean que es malo. Es buena persona y se preocupa por los que quiere. Como un gato negro.

Ama a su hermano más que nada y siempre estará dispuesto a cuidarlo.

Yuta rogó por lo que más que pudo que si podría hacer el trabajo solo pero la única respuesta que recibió no se encontraba a su favor.

"Debes tener las herramientas para poder hablar con los demás, en la universidad no les importarán si no te sientes bien o no. Te pondrán la nota mínima de igual manera."

Y sin tener contraargumentaciones, obligado trabajó con los mellizos.

Se sintió incómodo estar sentado frente a Jay que no le quitaba la mirada de encima, por lo mismo su mirada iba a todas partes excepto el pelinegro frente a él.

Jake volvió con vasos de agua para los tres en la mesa donde tenían el material para trabajar. El dúo no lo notó debido a su tensión así que carraspeó para llamar la atención.

"Hyung, ¿le parece bien si comenzamos?

Yuta asintió agradeciendo por el vaso de agua que le había traído.

Avanzaron mucho más de lo que esperaban en tan solo una hora. Soltando un suspiro Jay se sacó sus lentes diciendo que iría al baño.

Yuta y Jake quedaron en un silencio un tanto incómodo ya que antes no habían cruzado palabras que no se hayan tratado sobre el trabajo.

"Lamento si Jay lo ha incomodado mucho hyung, el no es muy abierto con la gente pero en realidad es alguien genial.

"No me interesa si le caigo bien o no, Jake. –le dio media sonrisa.– Quisiera terminar rápido este infierno."

"¿Qué le gustaría hacer después de la escuela?"

"...Me gustaría estar en una Banda de rock."

El trabajo salió mejor de lo esperado.

El día de la presentación la profesora los felicitó por lo bien que estaba hecho teniendo así una calificación alta.

Días después Yuta no volvió a hablar con los mellizos pero mantuvo una relación probablemente no de odio. Aunque Jake se le intentaba acercar a veces siendo amigable.

"Hyung, ¿por qué no se sienta con nosotros?"

"Yuta hyung, ¿puedo acompañarlo?"

"¿Se encuentra bien, hyung? Cualquier cosa puede contar conmigo."

No sabía porqué el menor se le acercaba tanto si solo habían conversado por el trabajo y un cruce de pequeñas palabras para tener una conversación normal pero de todas maneras no le molestaba. Mientras no sea muy invasivo con su espacio personal, lo encontraba bien.

Había veces que Jake se quedaba a su lado en silencio mientras el leía o practicaba con su guitarra. Preguntaba si se sabía alguna canción o algún libro que le recomiende.

Y como Yuta era muy perspectivo, notó que su relación con el menor iba cambiando.

Cada vez se abría más con Jake haciendo que la presencia del chico le molestara menos.

Jake igual se abrió, le dijo que su sueño era estudiar gastronomía porque con Jay querían abrir una pastelería. No le llamó mucho la atención pero lo escuchó.

Igual le contaba como se imaginaba él frente al público alabándolo por lo que hacía. No quería tener pareja porque sabría que le restaría parte de su tiempo.

Cada vez se conocían más y sin darse cuenta, comenzaban a generar sentimientos por el otro.

No fue hasta el día de la graduación donde estaban padres y alumnos reunidos, Jake tomó la muñeca del mayor y llevarlo detrás del gimnasio.

"Creo que me gustas mucho Yuta, entenderé si no sientes lo mismo pero necesitaba decírtelo hoy o nunca podría."

Como un cobarde, huyó y lo evitó. Sin embargo no le dió respuesta.

No fue que se vieron hasta la fiesta de gala, se encontraba junto a su hermano y sus amigos.

Sin importar los gritos y amenazas de Jay, se llevó a Jake del salón no escuchando las quejas del menor.

"¿Cuál es tu problema? Huyes después de confesarte mis sentimientos y llegas a raptarme de estar con mis amigos porque se te da la regalada gana."

Lo cayó con un beso y sus manos alrededor de su cintura.

"Lamento no haberte dado una respuesta pero necesitaba aclarar mi mente y tener una respuesta clara para ti."

Después de esa noche empezaron una relación.

Era bonita para los ojos de todos, yendo a todas partes juntos. Mientras Jake estaba en la universidad Yuta cantaba en bares logrando así ser un poco reconocido con sus letras y guitarra, todo a mano de sus esfuerzos.

Jake estaba en sus altibajos cuando sentía que el mundo se le venía encima, lo agradecía mucho pero años después se empezó a aburrir.

Jake se graduó con honores de gastronomía y con lo que habían ahorrado junto a su hermano todos estos años mientras estudiaban lograron abrir su tan soñada pastelería.

Jake enserio quería sentirse feliz, lo estaba. Pero Yuta cada vez estaba más distante.

En el departamento que compartían se sentía vacío la mayoría de las veces ya que Yuta llegaba a altas de la noche con olor a cigarro y alcohol.

Lo dejaba pasar porque estaba enamorado.

Tenía el ego cada día más alto debido a que sus "fans" lo tenían en un mismo altar.

Ya no era lo mismo que los primeros años, no lo mismos besos, no los mismos abrazos, no las mismas caricias, no los mismos toques.

Incluso el hacer el amor ya no era lo mismo.

La relación visible nada más para sus cercanos ya que si era realmente pública, armarían polémica. Qué dirían si Yuta tenía un novio y vivía con él.

De igual manera, lo dejaba pasar porque estaba enamorado.

Un día Jake estaba junto a Jay en la pastelería viendo las ganancias de ese mes, estaban de lo más bien cuando un mareo preventivo le vino de la nada.

"Yunie, ¿Estás bien? Te traeré un vaso con agua."

"Estoy bien, debe ser porque no he dormido muy bien."

Jay lo dejó pasar, pero de igual estuvo al pendiente de su hermano.

Los días siguieron y Jake seguía con los mareos y sus ganas de vomitar salían a flote cada vez que olía Ramyeon que era preparado por su hermano. Algo muy extraño para todos porque sabían que era su comida favorita.

Su mejor amiga, Yunjin, —quien nunca le calló bien su novio— se encontraba a su lado en la cocina, dándole un té después de haber vomitado lo poco que había desayunado. La chica tenía sospechas que no quería decir porque no quería más preocupaciones para su amigo, pero la cosas estaban pasando los límites.

"Jakey... ¿Yuta y tú se han estado cuidando últimamente?"

Por supuesto que no.

La última vez que tuvieron relaciones fue después de un recital del japonés. Estaban tan hipnotizados por el extasis del momento que ni se acordaron de la protección.

Y ahí se encontraban, en el estacionamiento aún sentados en el auto viendo quien se bajaba primero a la farmacia.

"Bien, solo porque soy chica iré. Pero apenas lleguemos a tu casa lo harás."

Y así fue. Llegando a su hogar y agradeciendo que su novio no estaba ingresó al baño para seguir las instrucciones de la caja. Esperó con el alma colgando de un hilo que saliera el resultado.

Salió del baño con lágrimas corriendo sin parar por sus mejillas.

Dos rayitas, estaba esperando un hijo de Yuta.

La mayor lo abrazó dándole consuelo diciéndole que todo estaría bien.

"Quieres tenerlo, ¿Verdad?"

Estaba más seguro de que sí.

Siempre quiso formar una familia, aunque esté frijolillo venga de improvisto lo querrá de igual forma.

Ahora solo quedaba contarle la verdad a Yuta.

Yunjin botó la caja y preguntó si quería que igual botara la prueba a lo que él respondió que no, que él mismo se la mostraría a su novio.

Dejando un beso en su frente de fue deseándole la mejor de las suertes.

Siendo las nueve de la noche Yuta había llegado al departamento que compartían, hoy estaba tranquilo y en sus cinco sentidos. Había sido un día tranquilo en el trabajo a lo que no tuvo que recurrir al alcohol y los cigarros para aliviar el estrés.

Vió al menor sentado en el living con una mirada perdida y extrañado fue donde él preguntando porqué estaba así.

"Prométeme que no reaccionarás mal."

La expresión del japonés cambió a una de preocupación y preguntó una vez más que le pasaba y porqué estaba tan pálido.

Jake le pidió que estirara sus manos a lo que le hizo caso. Al sentir un tipo de palo de plástico en sus manos sintió el verdadero terror. Bajó la mirada confirmando su terror.

Era una prueba de embarazo, con estado positivo.

Sabía si reaccionaba de una manera impulsiva lastimaría al menor con sus palabras y no era el mejor momento para hacerlo. Solamente lo atrajo a sus brazos permitiéndole llorar todo lo que le quedaba.

Después de un rato ya estando más calmado, sintió como su bonito novio iba quedándose dormido en sus brazos. Lentamente lo llevó a la habitación y lo acostó en la cama que compartían, acurrucando a ambos entre las sábanas.

Sin embargo al día siguiente pensando que se encontraría durmiendo en los brazos de su novio, lo único que sintió fue el otro espacio vacío.

Se levantó de la cama y la ropa que era de su novio ya no estaba en la mitad de su closet, la maleta de viaje tampoco estaba.

Recorrió por todo el departamento esperando encontrar alguna señal del mayor pero nada.

Finalmente en el medio de la mesita del living encontró un sobre, lo abrió encontrando una carta y unos cuantos billetes. Esto no estaba pasando, esto era una pesadilla.

"Gracias por hacerme feliz todos estos años, de verdad te amé demasiado. Pero la verdad no creo que sea capaz de hacerme cargo de un bebé. Sé que el dinero que dejé no es suficiente pero algo de mi aporte tienes.

Lo siento."

Yuta se había ido.

Shouganai: Palabra que usamos cuando se deja de hacer frente a un asunto para que las cosas sigan su curso natural, sería algo como "abandonarse a la suerte".

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