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Fourteen

–¿¡Va a nacer!? ¡Faltaba una semana! –Jake escuchaba atento para hacer cualquier movimiento.– ¿Como que Sunghoon no contesta el teléfono? Iré en tres tiempos. Tú solo respira y estate lista.

No hacía falta preguntar, estaba más que claro que Wonyoung había roto fuente.

Agradeciendo que haya leído su mente, Jake acompañó a Heeseung a su auto partiendo a toda velocidad.

–Necesites que marques el número de Sunghoon. –Heeseung le pasó como pudo su teléfono mientras manejaba.– Y si no te contesta desde mi teléfono agradecería que lo llames desde el tuyo.

Con los nervios de punta acató las ordenes que Heeseung le dió. No quería parecerlo, pero el hecho de que en unos meses más estará en la misma situación hacía que se le bajase la presión.

Ignorando su miedo, marcó el número del futuro padre intentarlo localizarlo. Siendo fallida la misión anotó el número en su teléfono manifestando que pudiera contestarle a él al ser un número desconocido.

Hola, estoy en una reunión importante así que ahora no puedo atender. –Sunghoon al fin había contestado de su teléfono. Jake no dudó ponerlo en alta voz por si Heeseung quería hablar.

–¿Por qué mierda no me contestas a mi ni a tu novia pero si a un número desconocido? –espetó molesto Heeseung.

¿Heeseung? ¿Pasó algo con Wonyo? –dijo esta vez preocupado Sunghoon.

–Sunghoon, habla Jake. No me cortes y escucha con atención. –habló firmemente.– Wonyoung acaba de romper fuente y nosotros vamos llegando a buscarla. Tú ve directamente al hospital y espéranos ahí, ella te necesitará a más que a nadie.

S-Si, está bien. Estaré ahí en nada. –Cortó la llamada seguramente para tomar sus cosas y hacerle caso a lo que Jake había dicho.

No dijeron nada ya que en cinco minutos ya estaban en la entrada de la casa de Wonyoung.

Heeseung bajó rápidamente buscando la llave de respaldo que estaba debajo de la maceta y entró lo más rápido que pudo con Jake a su siga.

–¡Heeseung! –La pobre estaba apoyada apenas en el sillón con la frente sudorosa y quejidos de dolor.

–Tranquila, ya estamos aquí. –Con mucho cuidado tomó el brazo de la chica ubicándolo detrás de sus hombros para que se apoyara en él.– Duraznito estará bien, Sunghoon va en camino.

–E-En muestra habitación, arriba –soltó otro gemido de dolor.– Está e-el bolso con las cosas. ¡Park Sunghoon estarás en abstinencia de por vida!

Heeseung solo pudo reír internamente y llevó con cuidado a la chica al auto. Jake por su parte subió con prisa en busca de aquel bolso del que mencionó su amiga llevándolo en su hombro.

Ya dentro del auto, Jake en la parte trasera iba aguantando con la chica mientras estaba haciéndolo lo posible para respirar adecuadamente. Apretó su mano dándole un dolor insoportable a Jake pero mucho no podía hacer, no podía comparar ese dolor como su amiga lo estaba pasando en ese momento.

Sunghoon los esperaba con la silla de ruedas al frente de sala de urgencias, impaciente de que algo pudiera pasar. Se tranquilizó al ver el auto de su amigo y corrió para ayudar con su novia.

–Cerezita ya estoy aquí, todo estará bien.

–Cierra el hocico y llévame a sala de partos ahora Sunghoon. –Habló molesta y entre quejido Wonyoung. Con la respiración errática.

Con prisa llegó con la silla al lobby, siendo inmediatamente atendidos por los gritos desgarradores de Wonyoung quien fue llevada inmediatamente a la sala de partos junto con Sunghoon.

Era hora.

Mirar la foto de la primera ecografía de su bebé que tenía en su billetera se volvió su pasatiempo mientras hacían tiempo en la sala de espera.

En el pasar del tiempo los padres de Sunghoon y Wonyoung llegaron esperando alguna noticia de su futuro nieto.

Obviamente los saludó pero no quería intervenir en el como se sentían en ser futuros abuelos.

Heeseung volvió sentándose a su lado trayendo dos vasos en sus manos, con una sonrisa entre labios.

–Supuse que por el embarazo no puedes tomar café, así que te traje un té. Te hará bien para el rato.

–Gracias. –Dijo Jake mientras guardaba la foto en su lugar y recibía el té a gusto.

–¿Qué era eso? –preguntó con cierta curiosidad tomando un sorbo de su café.

–Era la primera ecografía de mi bebé.

Heeseung asintió entendiendo.

–¿Ya sabes que será o aún es muy pronto?

–Tengo cita con el doctor la próxima semana para saber qué será, te miento si te digo que no estoy nervioso. –mencionó Jake, soltando una pequeña risita.

Tenía la oportunidad. Tal vez sonaría muy invasivo, pensaba. No era de su familia como para decirle libremente.

No quería asustarlo pero en ningún momento mencionó que iría con alguien.

–¿Irás solo o Jay te acompañará? –preguntó con timidez, Heeseung.

–Jay tiene cosas que hacer ese día así que iré solo. –se encogió de hombros.– no me afecta en realidad. Yo solo seré feliz con que será mi bebé.

Vamos Heeseung, era ahora o nunca.

–¿No quisieras que te acompañara?

Jake se sorprendió, incluso no pensó que le preguntaría ese tipo de cosas.

¿Se sentía conmovido? Por supuesto, el mayor estaba siendo muy dulce con él. Sin embargo no quita el hecho que pensara que le incomodaría.

–¿Lo dices enserio? –preguntó Jake, sosteniendo inseguramente su vaso entre sus manos.

–Claro, si piensas que me incomodaría estás equivocado. Estaría muy feliz de contarle al bebé de los chicos que tendrá un amiguito o una amiguita. –Heeseung infló su pecho, sintiéndose orgulloso.

Jake solo pudo reír despacio negando con la cabeza.

–Está bien. Me iré desde mi casa porque ese día no iré al trabajo. Nos juntamos aquí en el hospital. –Mencionó Jake.

–Qué dices, puedo perfectamente ir a buscarte.

–Ya haces mucho con acompañarme.

–Y no me molestará llevarte también. –dijo Heeseung mirando a sus ojos, aquellos que con tan solo mirarlos le dedicaría el mundo.– ¿estás claro?

Jake asintió sintiéndose un poquito avergonzado.

Ya era tarde y habían estado toda la tarde sin tener una señal de Wonyoung o Sunghoon. Sin mirar el reloj podían decir que era como media noche y estaban cansados, sobre todo cierto chico que tenía una pancita encantadora.

Heeseung lo notó, en como después de un rato sus ojitos pestañeaban de más, tratando de no ser cerrados pero se notaba que no aguantaría mucho.

Con mucho cuidado le quitó el vaso –ya vacío– entre sus manos dejándolo en el suelo y con mucho cuidado hizo que se apoyara en su hombro.

–Hyung. –reclamó en un tono cansado dejándose llevar de igual forma.

–Sshh... fue un día muy largo. Duerme un rato, te despertaré si sucede algo.

Y con esa información, Jake cayó en brazos de morfeo.

Heeseung se dedicó a ver su rostro detrás de esas largas pestañas.

No había tenido la oportunidad de presenciar tan de cerca su rostro. Notando sus pequeñas pequitas que tenía alrededor de su nariz y mejillas que no eran visibles pero si adorables, esa piel medio caramelizada que brillaba a la luz del día y opacaba en las noches, sus labios carnosos en forma de corazón que sin darse cuenta formaban un lindo puchero mientras dormía apoyado en su hombro.

Cada día se daba cuenta de como caía más a sus pies, daría todo por el si se lo pedía. Heeseung quería ser quien estuviera en sus mejores y peores momentos. Una situación tan simple y complicada a la vez.

Tal vez y quizás, puede llegar a entrar al corazón del pequeño chico a su lado.

Sunghoon llegó con una cara de cansancio debajo de la mascarilla y delantal que se le había otorgado al entrar al quirófano. Teniendo a todos los presentes en la sala de espera expectantes de su respuesta o algo hiciera.

Jake despertó desorientado cuando Heeseung pegó un salto en su puesto por la sorpresa del futuro padre, no entendiendo lo que sucedía. Frotó sus ojos y vió donde todos estaban mirando.

–Ya nació, Sunoo nació. –Pequeñas lágrimas salían de los ojos de Sunghoon.

Sin duda, ese había sido el mejor día de su vida.

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