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♡ ⁺ 4 › KOOKGI

"excelente calificación "
› school au +18

El silencio en el aula era casi tan frío como la afilada mirada de Min Yoongi, tan evidente como el tierno enamoramiento de Jeon Jungkook, y tan incesante como la lista de alumnos que el profesor tenía entre sus manos, mientras anunciaba las calificaciones finales del curso.

Esa era la situación, pero Jungkook no podía decir que estaba nervioso por su resultado, él en realidad se sentía bastante confiado, como cada vez de acuerdo a su desempeño. Era sólo tal vez, que se sentía un poco preocupado por cómo saldría Yoongi esta ocasión. Es bastante común que tenga calificaciones bajas, y aún más que él se angustie por ello

"¿Debo ser un tonto por preocuparme más por su calificación que él mismo?". Seguro que sí, cuando se trata de cálculo integral cada quién debería pensar en cómo salvar su propio pellejo y no agregar cargas ajenas que entorpezcan el paso. "Sólo quiero que no tenga problemas, es tan idiota y aún así me gusta tanto, que complicado es..."

-Min Yoongi - Jungkook tragó saliva cuando el profesor mencionó aquel nombre. Tan sólo escucharlo podía desconcentrarlo de esa forma, a veces odiaba tal efecto. Y él seguramente ni siquiera se enteraba de algo, Jungkook estaba seguro.

La repartición de sus calificaciones finales del primer corte, era un momento de tensión para todos. Pero para Jungkook, lo era aún más tener que estar siquiera unos metros cerca de Yoongi, lograba ponerse tan nervioso, y cientos de veces se encontró detestando dicho hecho de debilidad. No era que él fuese una clásica proyección del chico tímido, en realidad sólo era más serio de lo esperado en cada ocasión, y en su mayoría los demás no tienden a eso.

-Aquí. - El mencionado contestó desde algún lugar del salón, y Jungkook no pudo evitar buscarlo con la mirada, aunque en realidad ya sabía dónde estaba, siempre lo sabía, le gustaba mucho como para no saberlo. Se fijó en su rostro sereno y la forma en la que su perfil era tan maldito para su bien, porque no podía ser real que le gustara un poco más cada vez que lo mirase.

Lo observó atentamente durante el tiempo que le fue posible, sólo hasta que le fue permitido porque el pelinegro le regresó la mirada, haciéndolo sentir descubierto en su falta; rápidamente miró al frente de nuevo, avergonzado, esperando que su indiscreción no fuera tan llamativa para el chico de piel pálida. Sus ojos casi se sentían chispear por el segundo de contacto contra los de Yoongi, y eso parecía exagerado. Tomó aire y esperó que no significara la gran cosa para Yoongi, después de todo él no era la clase de chico que gustase de captar atenciones, al contrario, solía siempre evitar los problemas, y Yoongi era uno escrito en letras mayúsculas.

-Cincuenta. - Declaró el maestro. Y juró que Yoongi maldijo, lo cual lo hizo sonreír mínimamente por las comisuras de sus labios. -Modere su vocabulario, esa calificación aún puede bajar más.

Jungkook quiso regresar sus ojos a él, de verdad quería hacerlo para poder decirle con la mirada que se relajara un poco y que guardara la compostura para evitarse problemas por su tan mal hablada boca y su volátil buen humor, pero claramente no tenía el valor para ello, y las voces de los demás concentradas en Yoongi lo hicieron detenerse, él no debería prestarle atención, no como todos, o lo descubrirían. Él ni siquiera podía preguntarle la hora sin titubear, siquiera mirarlo era un gran reto, porque cielos, Jeon Jungkook era la cosa más extraña en ese lugar llamado escuela, y Min Yoongi para él la más jodidamente atractiva, tenía mucho que perder. Se sentía inseguro de muchas cosas como para atreverse a algo.

-Jeon Jungkook, cien, como siempre.

Jungkook se ajustó los anteojos con su dedo índice y asintió suavemente con su cabeza hacia el profesor, que le había dado una sonrisa de satisfacción. Lo esperaba, pero aún así no se acostumbraba a que los demás lo felicitaran o bromearan por ello.

Se escuchó en el aula un eco bajo de bullicio generado por algunos de sus compañeros. Tal vez hablaban de él, tal vez se quejaban o se sorprendían, daba igual, no le tomó mucha importancia. Simplemente bajó un poco la cabeza y se mantuvo escuchando como fondo la voz del profesor, prosiguiendo con la lista de calificaciones.

Quería voltear a mirarlo, ver qué hacía.

Estaba tan mal que sus ojos desearan tanto el placer de ver a Yoongi y aprenderse un poco mejor cada una de sus expresiones, quería hacerlo en verdad, simplemente ser como alguien que disfruta de ver un bello rostro, un lindo paisaje, una grata muestra de arte o un buen hecho inverosímil y atrapante.

Pero tenía miedo de que lo descubrieran haciéndolo, de ser juzgado en medio de su contemplación, no deseaba que desvelaran su secreto, que sus miradas discretas revelaran a todos su atracción por Yoongi, su atracción por algo tan lejano y ajeno que jamás le pertenecería. Porque después nadie podría olvidarlo y sería el centro de atención de todos, en especial cuando Yoongi era tan conocido por todos en la escuela.

Escuchó el sonido que anunciaba la hora de una nueva clase, todos empezaron a retirarse del aula, él sin embargo pretendía rezagarse como siempre, para evitar el tumulto en la puerta. Se tomó su tiempo al guardar sus cosas, en compañía del profesor y algunos otros que platicaban de últimas.

-No me sorprendió su buena calificación, Jeon. Mantenga ese promedio y el próximo año estará rodeado de prestigiosas universidades buscando su admisión, enhorabuena. - El profesor sostuvo su maletín y dedicó unas palabras a Jungkook de felicitación, él asintió, con una sonrisa agradecida. Eran palabras que ya tenía memorizadas casi por completo después de cada entrega de calificaciones, podría decir que acostumbrado estaba. -Joven Min, podría contemplarlo de igual manera, por el bien de su futuro.

Jungkook giró su rostro, encontrándose con que Yoongi aún estaba sentado en su lugar. Se sorprendió, porque eran los únicos alumnos allí. De repente se sintió atrapado de lleno en medio de un desierto hirviendo, con sólo Yoongi siendo agua. Y eso era extraño, ¿por qué tenía que sentirse de esa forma sólo por lo que él catalogaba como una estúpida atracción pasajera?

Observó cómo Yoongi rodó sus ojos ante las palabras del maestro, como si estuviera fastidiado de oírlo. Jungkook se sintió un poco cohibido porque estaba involucrado en ese fastidio.

-Acerca de eso, ¿habrá algo que pueda hacer para rectificar mi calificación? - La expresión de Yoongi mostraba un total desinterés que no encajaba con sus palabras.

-No en esta vida, Min. - Estableció el maestro. Yoongi hizo una mueca, porque quiso golpear fuertemente la cara de ese sujeto. Jungkook lo dedujo, tal vez porque él también quiso hacerlo. ¿Por qué no darle alguna oportunidad? Es decir, él se la daría.

-Puedo hacer un trabajo extra, o algo así...

-No planeo calificar trabajos a deshoras por causa de su irresponsabilidad.

Jungkook sujetó su mochila con fuerza, quería salir de ese lugar, porque la voz de Yoongi le causaba un escalofrío, que a pesar de la situación, resultaba inquietantemente placentero, pero no podía simplemente pasar por en medio de ambos justo en esa conversación, así que simplemente guardó silencio, como siempre. Mantuvo su discreta atención puesta en la conversación, le interesaba, Yoongi lo hacía.

-Por favor, profesor... - Yoongi incluso había pensado en la opción de hacer servicio social en la escuela para tan siquiera aprobar la materia, era la única que tenía en un número tan bajo, y a pesar de que aceptaba que fue por holgazán, haría lo que fuera por recuperarla. Tener que suplicar un poco a alguien que en realidad quería golpear era algo que podía sobrellevar.

-Bien... - El profesor pareció meditar la situación por un momento, entonces sus ojos se detuvieron en Jungkook. -Podría llevar una asesoría.

Yoongi asintió, pero después se quedó pensativo durante un momento, ciertamente no le agradaba la idea de un tutor. "Gran pérdida de tiempo". Realmente no quería eso.

-Pero no hay cursos de asesorías hasta finales y...

Los pasos de Jungkook interrumpieron a Yoongi, puesto que había intervenido para salir del aula rápidamente; estar mucho tiempo en un mismo lugar con él lo ponía muy nervioso. Además, su intuición o algo parecido le decía que algo malo estaba por pasar.

- ¡Jeon, espere! - El llamado lo puso en alerta, pero tuvo que detenerse entonces, y volverse hacia ellos. Miró al profesor, sintiendo su cuerpo frío por el sólo hecho de que pudo notar la mirada fija de Yoongi puesta en él. Estaba mirándolo y aún no se desmayaba por ello. -Sé que significará trabajo extra innecesario para usted, ¿pero podría ayudar como asesor para Min en un trabajo de recuperación?

‹ ✏️ ›

Jungkook sintió su sangre cambiar de temperatura a una gélida. En un momento que no anticipó, pudo ver frente a él toda su vida pasar y recrearse hasta hacerlo llegar a justo ese momento, en el que Yoongi cruzaba la puerta de su casa con un aura hostil y desinteresada, y arrojaba su mochila al suelo sin contemplación mientras se dejaba caer sin más al cómodo sofá de su sala.

"Vamos, Jungkook. Sólo es un tipo caliente y malo en cálculo integral, sólo es alguien a quién darás ayuda para pasar un examen... Sólo es Min Yoongi y te gusta tanto." Jungkook se vió obligado a tomar aire y deshacerse de todos sus pensamientos, porque todo lograba distraerlo y llevarlo a sentirse aún más nervioso. No puede ser tan obvio después de todo.

-Podemos pasar al comedor, allí trabajaremos con más comodidad. - No supo realmente qué rezo satánico tuvo que ofrecer para lograr que sus palabras no salieran de forma entrecortada, ni terminara dando la impresión de ser un perdedor o algo así. Simplemente se mantuvo de pie, a lado del sofá en donde Yoongi reposaba, con sus manos juntas frente a él y evitando la mirada inquisitiva del contrario detrás de sus lentes.

Yoongi como respuesta, solamente pudo atinar a seguir mirándolo con detalle, como si algo, lo más mísero, se le estuviera escapando y lo necesitara para terminar de entender el hecho. El hecho era Jeon Jungkook, y que jamás habían cruzado más de dos o tres palabras seguidas, era que sin el horrible uniforme se miraba más simple y sin embargo interesante, era también que quería quitarle esos lentes y mirarlo a los ojos para ver si descubría un poco de lo que todos decían de él.

Era confuso desde un punto de vista general, porque para todo el mundo Jeon Jungkook tenía de interesante lo que él tenía de paciente, y era extraño que quisiera indagar un poco y quitarse la curiosidad acerca de él. Pero no tenía nada que perder, además, él siempre fue alguien observador y podía estar seguro de que había una buena razón para que se sintiera tan intrigado.

- ¿Y si mejor vamos a tu habitación o algo así? - Sugirió, levantándose sin ganas de su cómoda posición. Mientras buscaba la mochila que había dejado de lado en el suelo, casi pudo asegurar, por su lenguaje corporal, que Jungkook se puso verdaderamente nervioso por algo tan simple como esa petición. Se permitió sonreír un poco.

-Ah, sí, está bien... - Contestó, sintiéndose fuera de su zona, aún cuando estaba en su propia casa, y eran sus propias reglas. Quería dejar de lado esa constante incomodidad que la mirada de Yoongi puesta en él le causaba, así que tuvo que indicarle que lo siguiera sin más, en dirección a su recámara. ¿Eso no era como simplemente acrecentar su debilidad? Bueno, ahora tendría algo con lo qué soñar.

Yoongi lo siguió sin problema, mientras rápidamente maquinaba su siguiente movimiento. Era tan gracioso, todo estaba presentándose muy fácil para que él pudiera actuar y conducir las cosas a su favor. No era como si no lo hubiese hecho antes, como si no estuviera dándose cuenta él mismo, de que tal vez los rumores que corrían sobre Jeon Jungkook no eran tan erróneos.

-Hey Jungkook. - La voz de Yoongi no se hizo esperar demasiado una vez que entraron a la habitación y la puerta se cerró por la temblorosa mano de Jungkook. Quería golpearse fuertemente así mismo en ese momento, por estar actuando de esa forma, y también por haber descubierto que seguramente adquiriría una ligera obsesión por el sonido de su nombre saliendo de ese par de labios.

- ¿Mmh?... Puedes sentarte ahí, si quieres... - Señaló un sencillo escritorio situado en una esquina de la recámara. Evitó notoriamente encontrarse con su mirada, y podía jurar que sus pensamientos estaban reflejándose claramente en cada una de sus acciones, estaba en su habitación a solas con Yoongi, cómo debería mantenerse estable ante eso.

- ¿Por qué estás tan tenso? Puedes relajarte un poco... - El pelinegro habló, con aire de alguien despreocupado y simple. Se cruzó de brazos y no quitó ni por un segundo sus ojos de Jungkook, parecía alguna clase de poder sobre él, eso era, sólo tenía que mirarlo y de repente se entorpecía, y era casi lindo. -Escucha, voy a dejarte las cosas claras...

Yoongi arrojó de nueva cuenta su mochila al suelo y encontrando divertida la situación, se aproximó hasta Jungkook, quién se vio un poco sorprendido por tan repentino actuar y terminó recargándose contra la orilla del escritorio, ante la corta distancia separándolos. Su reacción obvia se representó por su corazón latiendo con más fuerza, y por su rostro mirando hacia abajo en medio de esa nueva clase de tortura ejercida por su salvador y verdugo al mismo tiempo.

-Hay muchas cosas raras acerca de ti, y no estoy seguro de qué creer si tú siempre has sido tan reservado y toda esa mierda de la que hablan... - Comenzó a decir, totalmente consciente de que su cálido aliento podía rozar tentativamente los labios del chico alto frente a él. Sonrió un poco, porque Jungkook apartó sus ojos, presa del pánico que toda esa nueva e increíble situación le traía. -Pero hay dos cosas que sí sé bien... - Prosiguió, y sus manos hábiles se alzaron para tomar los lentes de Jungkook y dejarlos a un lado sobre el escritorio. Analizando su rostro se preguntó porqué antes no se había tomado el tiempo de hacer algo como eso, ya que los expresivos ojos que se estaban abriendo poco a poco frente a él y lo miraban expectantes, eran realmente lindos. -La primera, es que quiero pasar la materia con un trabajo excelente, que sé bien tú puedes realizar... - Explicó, elevando una sonrisa de confianza para el castaño, que se estaba tomando la libertad de mirarlo con una atención que le sentaba agradable. -Y la segunda, es que no me molestaría acostarme contigo para conseguirlo. Ahí está el trato, Jeon.

Yoongi pensó que si esperaba alguna respuesta por parte de Jungkook tendría que golpearlo o algo así para que reaccionara, así que mejor hizo lo único correcto que en ese instante podía suceder, y alcanzó a atrapar el labio inferior de Jungkook, adueñándose como si siempre hubiese sido suyo el derecho, iniciando sin ninguna clase de desasosiego, ese primer y ansioso beso entre ambos.

Le agradó, pudo sentirse libre de guiar ese par de labios torpes en medio de su trampa, disfrutando él mismo del trayecto, de que poco a poco, tal vez en medio de una lucha, Jungkook se dejaba desenvolver y hacía su postura menos rígida, más moldeable, más perdida contra la suya.

Decidió que no tenía prisas, que era muy egoísta y que quería eso también, casi tanto como el estúpido trabajo; que la boca de Jungkook humedeciéndose contra la suya era más de lo que hubiese imaginado obtener, y que podía disfrutar de un encuentro tan casual y repentino como ese sin ningún prejuicio, en especial si las manos nerviosas de Jungkook jugueteaban indecisas sobre su cadera, buscando si era bueno o no atreverse a siquiera seguir respirando.

Jungkook quería despertar, porque si ese era un sueño estaba seguro de que se le haría tarde para levantarse a la escuela. Lo que pasaba no lo entendía del todo, Yoongi simplemente estaba ofreciéndole sexo a cambio de que hiciera su trabajo, y no podía creer que estaba aceptándolo. Porque claro, ¿acaso existía en él la fuerza de voluntad para empujarlo lejos de su cuerpo y privarse de la maravillosa sensación que empezaba a crearse deliberadamente en su cuerpo? No podía, los labios de Yoongi tenían tan buen sabor que comenzaba a ansiar el descubrir si el resto de su cuerpo también lo tenía.

Los brazos de Yoongi encontraron el lugar correcto cuando se enredaron alrededor del cuello de Jungkook, sus cuerpos encontraron la manera de estar completamente juntos sin ningún mínimo espacio de distancia, era sugestiva cada respiración, cada movimiento, porque los hacía sentir aún más cerca si era posible. Jungkook no quiso saber si estaba mal, si estaba bien, si dentro de unas horas se mortificaría por ello, solamente quería más de Yoongi y esa magia que estaba haciendo en su cuerpo.

Yoongi se encontró satisfecho al finalizar el beso entre ambos, que había tomado una fogosa dirección con el propósito de consumirlos. Miró la linda tonalidad que los labios y el rostro de Jungkook habían adquirido por el esfuerzo, y también el cómo esa obra podía aún perfeccionarse más. Se sintió invadido por una repentina ola de adrenalina, que fue empujada por la mirada destellante de Jeon aprendiéndose de memoria su rostro.

Es que le gustaba mucho, si es que podía admitirlo sin verse comprometido. Se sentía como el inventor de una maravilla, una que él solamente tenía el privilegio de disfrutar, y quería hacerlo bien, deseó en ese instante que Jungkook lo tomara con más firmeza de las caderas, y que sus besos dejaran de lado todas esas inhibiciones y lograran llegar hasta lo más profundo de su garganta, quiso que Jeon lo deseara lo suficiente como para despojarlo de cada maldita pizca de razón con cada centímetro que pudiese adentrarse dentro de su cuerpo sin ninguna contemplación. Y eso sonaba hasta en la estrecha brecha del desespero, ¿qué había de malo en ello?

Quería ver qué tanto caos podía causar en ese lugar, en ese cuerpo, en ese intachable sujeto que ahora mismo se sentía caliente y susceptible ante sus toques. Tal vez ambos querían lo mismo, y ambos lo conseguirían.

-Jeon, no seas tan tímido. Me gusta duro... - Murmuró ese secreto en su oído, sin importarle qué tan exigente o ansioso podía sonar. Sólo pedía lo que quería, y si lo hacía todo solamente él no sería justo.

Jungkook pensaba que no podía sentir más placer que el que ya tenía, pero era fácil desmentirlo, sobre todo si las manos de Yoongi lo despojaban de sus prendas y marcaban caminos de caricias por cada centímetro expuesto. Él también quería tocarlo, sus manos cosquilleaban por la sensación de la tersa piel de Yoongi contra sí, era ideal, un tacto acorde a todas sus expectativas, un conjunto de deseos cumplidos. Era además indudable, el panorama erótico que le fue presentado poco a poco, Yoongi quedando desnudo ante sus ojos y merced, porque ambos cuerpos se atraían como imanes, y se querían puros y sin restricciones. Las prendas quedaron revueltas a sus pies, solo las finas telas de los bóxer terminaron por mantenerlos a distancia.

El castaño suspiró con los ojos cerrados, cuando la respiración de Yoongi se albergó en la curva de su cuello, jadeó ido en el nuevo tumulto de emociones que le provocaba la lengua de Yoongi marcándolo y probándolo con ímpetu, estaba también ese bendito atrevimiento que había tenido para descender su mano entre sus cuerpos y tomarlo sin vergüenza alguna entre su palma por sobre la tela, acariciándolo desinhibido en el acto y asegurándose bien de que lo que había creado, era suyo.

-Yoongi... - Jungkook entreabrió sus ojos, su suspiro fue atrapado por la sonrisa ladina de su delirio frente a él. Su mirada brillaba con un toque que jamás olvidaría, era algo así como una promesa de que no se alejaría si seguía haciéndolo sentir tan bien.

El pelinegro se permitió disfrutar del estremecimiento que le causó escucharlo, y aún así no tuvo suficiente. Puso sus manos en la cadera de Jungkook, y poco a poco lo guió, para separarse del escritorio e invertir posiciones, ahora quedando él recargado y Jungkook frente a él. Le sonrió suave, como si su respiración no estuviera entrecortada y su cuerpo lleno de marcas.

-Anda Jungkook... - Susurró, dejando que sus manos se pasearan libremente por el pecho del castaño, sintiéndose tan bien al estar inmerso en esa burbuja cálida en la que sólo ellos dos existían. Sin prisa aparente, giró su cuerpo lentamente, dando media vuelta hasta poder darle la espalda a Jeon, y recargarse contra la orilla del escritorio, ofreciéndose. -Haz bien el trabajo. - Yoongi probablemente se refería a los dos trabajos que le incumbían. Uno debía ser presentado para entregar formalmente en tinta y papel, y el otro debía realizarse entre sus piernas.

Jungkook posicionó sus manos sobre la cintura del contrario, y como si fuese el oxigeno mismo que necesitaba, se encargó de deslizar la última prenda que lo alejaba de su calvario, casi suspirando de placer ante la escena ofrecida. Su ser entero palpitó de anticipación, y sus ojos hambrientos viajaron por el cuerpo de Yoongi ofrecido de esa manera ante él. Quería despedazarlo, y era la primera vez que se encendía tanto ese lívido en él y ansiaba extinguirlo dentro de Yoongi. Le resultaba casi surrealista el hecho de que estuviera deseando algo y esto le fuese ofrecido sin más. Tratándose de Yoongi. "Es increíble. Yoongi es increíble".

Fue guiado por un instinto que desconocía habitable en él, se relamió los labios, al tiempo que sus pulgares acariciaban la piel ofrecida de la cadera de Yoongi. No fue consciente del momento en el que ejerció más fuerza, y su agarre se intensificó contra la piel blanquecina, lo sujetó fuerte, y se olvidó por completo de sí mismo al obtener un roce.

-Ah... - Un jadeo ante la presión, Yoongi se dejó recargar de lleno sobre el escritorio, encima de algunas hojas, cuadernos y libros, no le importaba, solo quería empezar a concentrarse en la sensación de ser embestido, especialmente por el que creyó era el chico mas tonto de la escuela. No sonaba tan mal para el decirlo, al contrario, estaba emocionado de esa nueva faceta, e impresionado de haber logrado revelarla.

Lo sintió duro contra su piel, frotándose contra su cuerpo, Jungkook estaba tomando un ritmo firme, fuerte y Yoongi confirmó, placentero. Lo supo por su propio miembro húmedo debajo de él, cosquilleando por tener algo de atención.

-Maldición, Jungkook, ¿podrías ya?... - Las palabras de Yoongi fueron interrumpidas por el abrupto movimiento de su cuerpo, siendo recargado por completo sobre la madera. Casi tuvo tiempo de protestar por haber sido interrumpido tan insolentemente, pero prefirió usar ese aliento para gemir cuando sintió una caricia caliente y un recorrido húmedo abrirse paso entre sus piernas. Sus manos sujetaron con fuerza el borde del mueble, ¿estaba pasando eso de verdad?

Soltó una exclamación potente, lo más que su voz entrecortada se lo permitió, de repente sintió como toda la sangre de su cuerpo comenzó a hervir, como si estuviese expuesto al infierno mismo. La nube de lujuria instaurándose con vehemencia en su mente, extendiéndose a todas sus ideas. Oh, nadie nunca le había hecho eso.

-Jungkook, Jungkook... - Sus llamados parecían súplicas, y no estaba seguro de qué era lo que quería decir al exclamar su nombre con tanto ímpetu. Tal vez estaba asustado de la cantidad vertiginosa de placer que estaba envolviéndole los sentidos, conforme la lengua de Jeon lo profanaba más a cada segundo. La sensación de tener tal atención, el aliento ardiente y de repente una de las manos de Jungkook tomando su virilidad para acariciar tortuosamente su punta húmeda, lo estaban llevando al límite. Pensó morir de placer, ¿era posible?

No supo reconocer siquiera el momento en el que en su vientre se formó fuertemente el cúmulo de placer, que explotó ante los gentiles toques que Jungkook estaba dando sobre su pene. Gimió fuerte, mientras el orgasmo lo derrumbaba por completo. Dejó un momento de pensar, porque las estrellas a su alrededor estaban deslumbrándolo. Aunque poco fue el tiempo que le fue concedido, pues sintió la mano de Jungkook ayudarlo a levantarse del escritorio para darle la media vuelta y mirarse de una vez. Sus rodillas flaquearon y tuvo que sostenerse de sus brazos para no caer. Suspiró avergonzado e intentó con todas sus fuerzas recuperar la compostura, pero la mirada profunda de Jungkook analizándolo, le causó estragos de placer en el cuerpo. El contacto fue roto por Jungkook, quien con una fuerza que Yoongi no había notado, dirigió al más bajo hacia la cama que estaba a sus espaldas; fue recostado en ésta y el frió de las sábanas le dio escalofríos, pero los ojos curiosos de Jeon recorriéndolo lo volvieron a encender de una forma sorprendentemente rápida.

-Abre tus piernas. Demuestra que puedes ganarte una excelente calificación.

Yoongi no estaba en condiciones para negarse, incluso si no tenía el jodido trabajo, se encontró descubriendo que lo que más necesitaba era abrirse. Abrirse para Jungkook. Y así lo hizo, pronto sus piernas fueron a rodear la cadera de Jungkook y la intromisión fue innegable. Se arqueó al momento de recibirlo y se deleitó por la sensación de ser tomado. El escozor al principio, que le construyó olas de placer conforme lo sentía llegar más profundo dentro suyo. "Mas, mas... Lo quiero todo". Sus ojos volvieron a sus órdenes y entonces se permitió devorarlo con ellos, recorrió desde su desaliñada expresión, con el entrecejo tenuemente fruncido y la mandíbula tensa, hasta la forma en la que su pelvis danzaba en su dirección, marcando un ritmo firme; la mejor parte fue cuando lo miró tomarlo de las caderas y dar con fuerza contra él. Una vez, dos más y pronto dejó se encontró perdido nuevamente por la estimulación en su interior. Jadeante, sentía que no podía tener suficiente, la escala de placer de nuevo se estaba alcanzando y Jungkook sabía exactamente la fuerza y la profundidad que deseaba.

Jungkook miró cómo poco a poco el cuerpo de su chico brilló por el esfuerzo, la piel de sus caderas estaba levemente irritada debido a la fuerza que ejercía para sostenerlo, la expresión de sumisión y sus jadeos graves sonaban como el hechizo de una sirena. No podría desintoxicarse jamás de él.

-Beso... - Una palabra fue todo lo que logró decir Yoongi, mientras su aliento era arrebatado por la fuerza de Jungkook follándolo. Lo quería, y no tenía miedo de pedirlo. Y Jungkook tampoco de dárselo.

Fundieron sus labios, y pronto fue para que sus lenguas de igual manera se adentraran una a la otra, la densidad de sus cuerpos abrumó sus sentidos, y el inminente orgasmo de nuevo acechando. Yoongi levantó sus brazos y envolvió a Jungkook con ellos, así como con sus piernas, buscaba tenerlo más cerca si eso era posible; su aroma, su calor la sensación de su piel y el sonido de sus jadeos... Lo quería totalmente. Sus manos se enredaron en los mechones oscuros de Jeon, mientras sus bocas seguían luchando la una con la otra.

Bien, él no iba a admitir en voz alta que se trataba del mejor sexo que había tenido, tal vez era el hecho de que lo sentía mucho más íntimo que alguna otra experiencia, más conectado, y apasionado en torno a él, no solo en la búsqueda del autoplacer. Y eso lo volvía loco, que alguien lo priorizara en algo tan íntimo no lo había descubierto antes, y sería verdaderamente difícil renunciar a tal sensación.

Finalmente una profunda estocada que dio en el movimiento preciso para que el cuerpo de Yoongi se crispara de anticipación, lo apretó fuertemente, con brazos y piernas para que su orgasmo se construyera unido. Nimio fuerte cuando lo sintió, y el jadeo ronco que Jungkook emitió sobre su boca lo hizo llegar tan solo un segundo después de sentirlo. Se embriagó de la sensación, y no pretendía estar sobrio de ella. Mientras ambos eran cubiertos por la nebulosa de placer, su labio inferior fue atrapado por los dientes de Jungkook en una traviesa mordida, y pensó que ahí mismo se derretiría nuevamente.

- ¿Tengo el trabajo?...

-Oh, tienes un cien... - Jungkook encontró la fuerza para dejarse caer junto a Yoongi lentamente, después de haberse recuperado un poco.

- ¿Puedo tener tu número también?... - Preguntó Yoongi, mirando con detalle el perfil del rostro del contrario. Jungkook se encontró sorprendido ante la petición, pero guardando la calma, se limitó a relamer sus labios y sonreír un poco. Yoongi también sonrió al verlo.

-Seguro. Por si algún día necesitas más asesorías.

-Sí, claro. Por eso.

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