“ control ”
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Yoongi suspiró, recargando su cuerpo cansado en el respaldo de su silla de oficina.
Le dolía la cabeza y trató de aminorar la sensación acariciando su sien con dos dedos. Tenía mucho trabajo aún y no tenía ganas de escuchar lo que sea que Jimin estuviera por decirle, pero por lo menos podía utilizarlo como pretexto para un pequeño descanso.
— ¿Qué necesitas?
—Oh, ¿es que no puedo solo pasar a saludarte? Soy tu primo favorito, así soy de genial.
—Tú no vienes a mi planta solo a saludarme, tú no pierdes el tiempo así.
Yoongi lo miró serio, inclinando su cabeza un poco, mostrando incredulidad. Sus palabras no estaban mal intencionadas realmente, de hecho lo decía porque Jimin era justo como él en ese aspecto: no desperdiciaban su tiempo.
Si Jimin estaba ahí era por una razón, con un objetivo. Y Yoongi sabe lo bueno que es su primo para salirse con la suya, por lo que se siente un poco intrigado, pero no necesariamente dispuesto a tolerar un teatro de engaño para él. Quiere que sea directo.
—Bueno, lo sabes. — Jimin dejó de lado su bolso dorado y acomodó su platinado cabello llevándolo hacia atrás con un sofisticado movimiento de su mano. —Quiero que contrates a alguien.
Yoongi agudizó su mirada fiera en los bonitos ojos maquillados de su primo, pensando. Jimin no era la clase de empresario que se preocupaba por los empleados, es decir, esa parte prefería dejársela a Yoongi, y los dos estaban bien con eso.
El omega peliplata solo se conformaba con tener a su equipo de trabajo cercano bien estructurado, los demás departamentos o lo que fuese asunto estrictamente administrativo le aburría y procuraba ignorarlo, él solo se inmiscuía en los procesos de creación. Para todo lo demás estaba Yoongi.
Por lo que las palabras dichas en el aire lo tomaron por sorpresa. Jimin nunca le había sugerido un candidato para ningún puesto que no fuese de su interés. Había algo extraño.
— ¿Me estoy perdiendo de algo?...
—Ya, sé que es extraño que yo me meta en estas cosas de contratación, recursos humanos y todo eso tan aburrido, pero... Juro que tengo una razón importante.
Los labios rosados de Jimin se curvaron en una sonrisa felina que poco a poco le dio a Yoongi las respuestas que estaba buscando, y que además había sospechado, aunque no estuvo contento por tenerlas.
—Dime que no se trata de lo que estoy pensando...
—Es un tipo genial, Yoongi. En serio, hacía mucho tiempo que no conocía a alguien tan atractivo. Y no me refiero solo a su aspecto físico, que por cierto es fantástico, él es... Es decir, sí, el hombre es una escultura andando, pero él también es demasiado inteligente y tiene mucho talento para diseñar, es... Mierda, es un jodido buen elemento, Yoongi. Quiero que trabaje con nosotros.
Yoongi juntó toda su fuerza de voluntad para no rodar allí mismo sus ojos y voltear del rostro de Jimin. Ahí estaba otra vez, su ingenuo primo hablando maravillas de un alfa más.
Como que, Yoongi estaba acostumbrado a oírlo parlotear cada cierto tiempo de un nuevo y fantástico hombre, que casualmente resultaba ser el más perfecto del mundo (cada uno de ellos lo era) y después de unos meses olvidarse de él. Era de esa forma con Jimin. Yoongi no era nadie para juzgarlo, pero era un poco aburrido para él.
—Oye, sabes que no me meto en tus aventuras y todo eso, pero estoy seguro de que traer uno a tu esfera laboral está bastante alejado de tu estilo.
—Ah, ya lo sé. ¿Ves qué tan importante es para mí?
—De cualquier forma tu equipo de trabajo está completo, no necesitas más diseñadores. Sin mencionar que es una pésima idea. No contrataré a alguien solo porque te está jodiendo.
Jimin bufó una clase de melancolía que hizo a Yoongi sentirse curioso, el chico parecía incluso decepcionado de algo, y era muy difícil hacer caer el ánimo de Jimin de esa forma cuando previamente había alardeado de su más reciente conquista sentimental.
—Me gustaría tanto que tuvieras la razón... — Jimin recargó su rostro en su mano sobre el escritorio, dándole a Yoongi un puchero infantil.
— ¿A qué te refieres?
—Jeongguk no me está jodiendo. Lo he intentado, ¿sabes? Le envío señales y toda esa mierda fácil que hace que los alfas hagan lo que yo quiera, pero... No entiendo, por alguna razón no funciona con él. Sabes bien que nunca nadie me ha dicho que no, o ha evadido mis coqueteos, pero... Jeongguk es, él es tan... Es un maldito buen alfa en toda la regla, ni siquiera nota lo mucho que babeo por él, y si lo hace... Oh, si lo hace déjame decirte que es un experto en ignorarme.
Yoongi miró la frustración en el rostro de su primo y por puro instinto tuvo que reír. Jimin se cruzó de brazos y lo miró mal, mientras él no podía dejar de reír. Bien, en concreto la situación era triste para su primo, pero no podía hacer nada por ello.
—Disculpa... — Yoongi tuvo que obligarse a decir eso entre risas ante la mirada amenazante de Jimin.
—No estoy contandote un chiste.
—Lo siento, es que... — Yoongi trató de calmarse, talló su rostro y negó tontamente. Bien, por lo menos la visita de Jimin le había dado una pequeña dosis de relajación y carcajadas. —Nunca había escuchado que alguien se quejara de un alfa por tener una mínima de decencia humana.
—No te burles. Claro que me gusta que sea caballeroso conmigo, pero también quiero que al dejarme en la puerta de mi casa me de un beso terrible y que me folle hasta el cerebro. Hay un perfecto equilibrio entre tratarme bien y joderme más que bien, ¿lo entiendes?... — explicó el chico, como si fuese lo más obvio del mundo. —Pero Jeongguk... Dios, él de verdad parece ser el único alfa en el mundo que no tiene intenciones de sobrepasarse conmigo. Lo cual es... Bueno, realmente eso está muy bien, en cierto punto lo está... Si quisiera que me respetara, claro. De momento quiero todo lo contrario, pero él no parece querer colaborar.
Yoongi se cruzó de brazos y analizó la situación de un Jimin frustrado frente a él. Bien, no iba a negar que sería interesante conocer al único alfa en el planeta tierra que le ha planteado un contundente reto a su lindo primo, pero no podía aceptar así como así.
—Suponiendo que pase la entrevista... ¿Cuál es tu plan? Porque si no tienes una relación sentimental con él, no entiendo porqué razón quieres darle empleo.
—Uh, ¿para caerle mejor y llegar a gustarle?...
—Muy cerca de una relación de abuso de poder para mí, no lo apruebo.
— ¡Yoongi! — Jimin lloriqueó en su asiento. —No lo voy a chantajear o algo así... Hablo en serio cuando digo que es talentoso, él podría diseñar para ti. ¿Mencioné además que es guapo como el infierno? Él incluso podría modelar, aunque dijo que no estaba interesado en eso, pero solo hay que convencerlo.
Yoongi suspiró. Lo que Jimin decía sonaba como un montón de problemas juntos. En primer lugar, estaba su política laboral de no mezclas en su departamento; llevar esa decisión le había costado muchas críticas y desacuerdos, la idea de no tener a alfas y omegas trabajando juntos en un solo piso era tan buena como mala, pero él tenía sus fundamentos y no importaba si una gran cantidad de personas lo consideraban un idiota discriminador.
Él no trabajaba con alfas, preferencialmente. Y estaba a favor de contratar a personas por sus capacidades y desempeño, pero en especial estaba totalmente a favor de apoyar cualquier causa que beneficiara a los omegas en la mayor parte de sus ámbitos de vida, incluso por encima de los alfas.
Él era uno de los pocos omegas en el país, junto con Jimin, que contaban con las oportunidades y ambientes adecuados para sobresalir. Yoongi sabía de las injusticias laborales que muchos otros omegas pasaban, desde despidos injustificados, la negación de ofertas por significar futuras incapacidades de maternidad o celo, y por supuesto, el propenso índice de acoso sexual y los riesgos de abuso a los que se exponían, por solo querer salir adelante.
La visión de Yoongi en su proyecto era clara y firme: crear un entorno laboral seguro para la mayor cantidad de omegas que pudiera emplear.
Cuando tomó el rumbo de la agencia, había sido duramente criticado por los socios accionistas, que por supuesto, eran alfas en su mayoría. Ellos creyeron que podrían manipular a Yoongi, que podrían influir en él solo por creerse superiores. Yoongi les demostró desde el primer momento que él no planeaba ceder, y seguía sus convicciones.
Para su fortuna, sus padres estaban de acuerdo con sus ideales, lo cuál le daba un gran soporte. Su padre alfa confió en él al ponerlo a cargo de su patrimonio familiar, y aprobaba todas las ideas y emprendimientos que había ofrecido, y su padre omega estaba orgulloso por su empeño en querer hacer las cosas bien.
Por otro lado estaba la familia de Jimin, su tío aún seguía trabajando activamente en la empresa por lo que la participación de su primo era en colaboración, pero también lo apoyaban.
Yoongi estaba consiente de su posición privilegiada, en la que solo por tener un estatus económico favorable, Jimin y él podían ser omegas respetados y escuchados. Cualquier otro omega allá afuera, no tenía las mismas oportunidades que ellos. Solo estaba tratando de hacer un bien de acuerdo a sus posibilidades.
Dejando de lado el hecho de que Jimin le estaba pidiendo que contratara a un alfa, las razones por las que estaba siendo motivado no le gustaban para nada. Solo porque el hombre fuera un interés romántico para su primo sonaba lo suficientemente repudiable para él. No era muy diferente a cuando los alfas patrones pedían favores sexuales a los omegas que empleaban para mantener o conseguir sus empleos. Eso era todo en lo que estaba en contra, no le gustaría apoyar algo así.
Y si el tipo era tan bueno como decía, era algo que tenía que averiguar. No podía arriesgarse a mostrar preferencias en sus contrataciones, mucho menos tratándose de un alfa. Solo debía hacer a Jimin entrar en razón.
—Es un alfa, Jimin. Yo no contrato alfas aquí.
— ¡Yoongi! Tu siempre hablas de capacidades y desempeño y todo eso cuando se trata de trabajo, sin importar si se trata de alfas, betas u omegas. Creo que rechazar a Jeongguk por ser alfa no sería muy ético de tu parte.
—No lo estaría rechazando solo por eso. Es cierto que elegiría a un omega por encima de un alfa, pero es porque ya hay suficientes empresas allá afuera que hacen lo contrario. No puedo contratarlo justo aquí, en mi piso.
Jimin hizo una mueca, cruzando sus brazos en una infantil pose, que hizo a Yoongi suspirar. Sabía que el chico solo estaba maquinado su siguiente táctica, su siguiente paso hacia su objetivo. Yoongi era bueno evadiendo las cosas, pero no lo era tanto con Jimin. Por alguna razón, Jimin tenía una forma de mirarlo que le hacía decir: "bueno, ¿qué podría salir mal?".
—La temporada otoño-invierno. Deja que sea tu asistente, que sea su prueba.
—Jimin... No tengo intenciones de capacitar a alguien en plena ejecución, eso sería agotador.
—Yo me encargo de instruirlo, tú solo tenle paciencia. De verdad, Yoongi... No vas a arrepentirte. Jeongguk debe estar con nosotros, y no solo lo digo por mí, el tipo es genial para la compañía. Te lo prometo.
Yoongi suspiró y negó con la cabeza, aún cuando sus labios pronunciaron un inseguro: "de acuerdo", para seguido escucharse un chillido de felicidad por parte de Jimin.
Tenía un mal presentimiento de todo eso.
Por la tarde avanzada, Yoongi había revisado el currículum de Jeon Jeongguk, probablemente demasiadas veces. Más de lo necesario. Quizá solo estaba tratando de convencerse así mismo de lo mala que había sido su decisión de ceder ante Jimin.
Era un buen perfil, decidió. Con su formación académica y su preparación laboral no tenía ninguna objeción, Jimin estaba en lo cierto con eso, él entraría en la carpeta de los aspirantes. No tenía ningún antecedente delictivo ni acusaciones de nada malo en particular, eso era incluso más importante que todo lo anterior para Yoongi. Era un alfa limpio, en lo que respecta al significado genérico de la palabra. Aunque eso lo intrigaba aún más.
Yoongi tenía un extraño presentimiento. No necesariamente malo, pero sí fuera de lo común. Algo lo tenía de esa forma. Y no le gustaba tener esas sensaciones, regularmente la intuición venía por parte del lobo, él no confíaba mucho en el suyo; por lo que antes de continuar con su trabajo de releer el currículum del alfa, buscó en su escritorio los supresores que siempre guardaba para casos de emergencia.
Estaban ahí, tenía varias cajas. Nunca, desde que puso un pie en el edificio por primera vez, se le había olvidado algo tan importante como eso, y creyó esta vez, que por pura casualidad la incesante preocupación que lo seguía pudiese tratarse de un descuido con eso. Pero no, no había nada mal y aún así seguía sintiéndose intranquilo, como si su lobo estuviese a la espera de algo estresante.
Aprovechó su búsqueda para tomar su dosis de pastillas, se supone que las tomaba después de una comida pero no había necesidad esa ocasión. Era viernes y solo quedaban unas horas para salir de la oficina, llegaría a casa para tomar un agradable baño caliente, tal vez encargaría pizza y podía cocinar una pasta en salsa de crema para acompañarla. Era un buen plan.
Dio un último vistazo a la información de contacto de Jeon Jeongguk. La indecisión en su expresión no concordó con los movimientos de sus manos: encendió la pantalla de su computadora y entró a la bandeja de su correo, rápidamente redactó una cita para entrevista y la envío al correo electrónico del alfa pese a la extraña sensación de que estaba haciendo algo malo.
Una vez enviado dejó salir el suspiro que había estado reteniendo. Ni siquiera era su trabajo contactar directamente con los aspirantes a contrato, cierto que el filtro era él pero siempre era trabajo de recursos humanos manejar todo el proceso. Se dijo así mismo que éste era un caso particular, por eso él debía encargarse de primera mano.
Dejó de lado el papeleo y se dispuso a terminar las últimas tareas para así poder finalizar su día, pero la notificación de una respuesta rápidamente llamó su atención.
"Buenas tardes, CEO Min. Le agradezco su respuesta y confirmo de recibida la fecha estipulada para la entrevista. Jeon Jeongguk."
Yoongi esperaba no cometer un error.
La extraña presión asfixiandolo se prolongó durante los siguientes días, y exactamente se intensificó a las horas previas de la llegada de Jeon Jeongguk.
Yoongi, por supuesto, tenía una explicación clara. Era simplemente ansiedad, él tenía días sintiéndose así por el trabajo y la constante preocupación de los asuntos de la empresa. Eso era todo, no estaba enfermo ni había nada mal con él.
—Pareces enfermo. ¿Hay algo mal contigo?
Yoongi gimió un suspiro al escuchar la voz de Jimin, entrando a su sitio con pasos firmes y una mirada inquisidora a su aspecto. Dio un sorbo a la taza de café que se había preparado antes de empezar con el trabajo y dirigió un semblante tranquilo hacia el hombre que aún lo miraba intrigado.
— ¿De qué hablas? Nunca he estado mejor.
—Tu sarcasmo no es ni un poco gracioso.
—No quiero que lo sea.
Jimin rodó la mirada y desechó la idea de seguir indagando sobre el estado de Yoongi. Él lo conocía muy bien, tenía unos días luciendo así, es decir, Yoongi siempre parecía tener un palo en el culo con esa cara seria y la mirada espeluznante, pero había algo que lo tenía amplificado últimamente, y Jimin no podía decidir si la razón estaba entre el exceso de trabajo, la medicación hormonal (la cuál él rechazaba tenazmente) o algún problema personal del que se estaba perdiendo. Esperaba obtener la respuesta antes de que Yoongi pudiera hacerse daño.
—Como sea. ¿Puedo pedirte un favor?... — Jimin sonrió encantadoramente y cruzó sus brazos frente a él, dándole a Yoongi una mirada anhelante y casi podía decir (si no lo conociera) que tierna. El omega pelinegro suspiro y asintió, dejándolo continuar. —Sobre Jeongguk, cuando termine la entrevista, ¿me escribes antes de que salga de tu oficina? Quiero encontrarlo cuando esté por salir.
— ¿No puedes escribirle tú mismo? — Yoongi se quejó. —En el contrato no está que debo ser tu maldito cupido o una mierda parecida.
—Ugh, tan agrio... — Jimin hizo una mueca y luego juntó sus manos contra su pecho de forma suplicante. — ¡Por favor, Gi! Quiero que parezca casualidad, ¿entiendes? Nos toparemos fuera para conversar de cómo le fue, sin que parezca planeado, no quiero que piense que estoy acosándolo o algo así, solo que di buenas referencias de él, ¿sabes? Creo que así podrá confiar más en mí y poco a poco...
—Ya. Suficiente. Entendí.
— ¿Lo harás?
— ¿Has pensado que tal vez no le gustas?... — la pregunta tomó desprevenido al omega platinado, quién se limitó a hacer un puchero.
—Pero soy muy lindo, le gusto a todos.
—Bueno, señor centro del universo, entiendes que no puedes gustarle a todo el mundo en realidad, ¿cierto?
—No quiero gustarle a todo el mundo. El mundo me importa una mierda. Solo quiero que Jeongguk me joda y piense que Dios tiene mi cara cuando me vea al despertar por la mañana, ¿es que es mucho pedir?... — Jimin actuó dramático, robando una risa pequeña a Yoongi mirando su monólogo. —Oye, lo entiendo ¿si?... Puede que no le guste, pero... Solo haré lo que esté en mis manos. Si él me rechaza entonces me apartaré, no lo haré incómodo para ninguno, seguiremos siendo amigos.
—Y me dejarás con un maldito alfa a mi cargo después de que fracases, ¿cierto? Yo pagaré por tus platos rotos.
—No seas tan fatídico. Quizá termine gustándote también.
—Ni hablar. No estoy interesado. No quiero a un alfa rondándome ni tratando de meterse en mis pantalones...
—Hablaba de su trabajo... — Jimin sonrió felino, un brillo en su mirada filosa hizo a Yoongi tragar saliva y darse cuenta de que estaba siendo examinado por su inquisidor primo.
—Correcto. — Su trabajo, por supuesto. Estaban hablando de trabajo
—Hey, Gi... No estoy en eso del poliamor pero aceptaría cualquier cosa con tal de que te metas con un alfa y dejes los estúpidos supresores. En serio, estoy dentro. Aunque se trate del alfa que me gusta, no soy un tipo celoso, pero no estoy interesado en un trío, déjame decirte...
—Basta. — Yoongi cortó lo que sea que Jimin estuviera por decir para seguir burlándose de él, y lo comprobó al escucharlo reír escandalosamente tras la sensación caliente de su rostro. —Por favor retírate de mi oficina. Habemos quienes si venimos a trabajar un poco.
—Bien, bien... Te dejo a ti y tu mente sucia. Y por favor, escríbeme. Debo asegurar a nuestro hombre.
—Jimin. — Yoongi advirtió sin ninguna pizca compartida de la gracia de Jimin.
El chico solo sonrió ampliamente y dio un saltito alegre en su lugar, tomó sus cosas y salió corriendo de la oficina antes de que Yoongi pudiera cambiar de opinión sobre su petición por culpa de su adicción a molestarlo.
Finalmente llegó la hora.
Yoongi se propuso recordar cómo respirar cada tres segundos en caso de que sus pulmones lo olvidaran y terminaste desmayado en suelo como un idiota frente al hombre en cuestión.
Joder. Eso era todo lo que podía pensar. Estaba jodido.
Solo necesitó un instante de Jeon Jeongguk invadiendo su sitio para arrepentirse de haberle hecho caso a su caprichoso primo y ponerlo, en primer lugar, en ésta situación tan desaconsejable. Él se sentía... Abrumado, en el mejor de los casos; en el peor: intoxicado.
El hombre tenía una expresión ilegible ahí puesta, con movimientos elegantes y precisos cuando hizo presencia en su oficina y aceptó tomar asiento frente a él cuando se lo indicó, sin rozar lo ansioso o lo nervioso, no había tensión en su postura que lo demostrara, y si lo estaba, era bueno disimulándolo.
—Entonces, Jeon, te formaste en... — Yoongi comenzó, leyendo la información que había extraído del currículum de Jeongguk y que necesitaría para evaluarlo.
Jeongguk asintió y respondió sus preguntas con voz recta y serena. Yoongi hizo un esfuerzo en no detallar la agradable caricia que dejaba en su oído tras escucharlo; profunda y suave, pero elocuente y amable. Sentía como... Un vibrar en su pecho, como una respuesta propia a la voz invasora en sus sentidos. No le gustó.
Era el maldito omega. Era ese lado suyo con el que no se llevaba bien y constantemente trataba de ignorar, era esa cosa en su cerebro que lo arruinaba y lo tenía en una vorágine de conflictos con él mismo. Lo tenía bajo control, siempre lo tenía, éste alfa desconocido no iba a cambiar nada...
—Correcto, y tú... — Yoongi quiso continuar hablando, se maldijo por no lograr enlazar la oración continua y parecer dubitativo mientras leía los papeles frente a él. Sus manos tambalearon con el bolígrafo en la mesa y se esforzó por regular su respiración. No estaba pasándole esto. —Uh, tú... Dices que tienes experiencia en el diseño de marcas y costura ¿cierto?
Jeongguk asintió, permitiéndose sentir intrigado por la poca convicción que Yoongi parecía tener en entrevistarlo. No sabía si eso era un indicio de que no obtendría el trabajo pero, sabía que algo andaba mal. Notaba claramente la tensión puesta sobre los hombros del hombre frente suyo.
Jeongguk era bueno leyendo a las personas, de hecho, podría decirse que es como su superpoder: darse cuenta de cosas difíciles de encontrar. Yoongi estaba lidiando con algo, si era un desacuerdo completo a su postulación para el trabajo, u otra cosa que no conocía, estaba matandolo de curiosidad.
—Así es. Es el área en el que me especializo. Puedo adaptarme. — Jeongguk miró cómo el hombre asintió y se removió en su asiento con la mirada clavada en el escritorio, ni siquiera la levantaba para escuchar su respuesta; algo definitivamente estaba mal. —Señor Min... — llamó su atención, dispuesto a dejar en claro su postura. —Soy plenamente consiente de su política de trabajo sobre alfas y omegas. Entiendo que esto es una irregularidad en la regla, y aprecio que esté dándome la oportunidad de postularme... Solo quiero dejarle claro que no supondré ningún problema a ello ni una amenaza a su proyecto.
—Está bien. Ve a recursos humanos, dile a una de las secretarias que te ponga en contacto con un reclutador. Continuarás el proceso con ellos y te darán indicaciones sobre cuando comenzarás
Jeongguk miró perplejo el cómo Yoongi soltó el bolígrafo que había estado usando para modular su ansiedad y apartó finalmente la mirada de sus documentos para encararlo.
El encuentro fue tenso pero significativo. Jeongguk se dio cuenta, por el ceño fruncido de Min y sus labios apretados, de que no quería seguir conversando. Miró algo más, algo que normalmente las personas no notarían con facilidad: una chispa detrás de sus pupilas
Min Yoongi parecía... Abatido. Él podía decirlo por la forma en la que su mirada orbitó por toda la oficina para evitar toparse con él, y por cómo su pecho parecía estático al retener la respiración por momentos. Él quería que se fuera de ahí de inmediato, no necesitaba ser un genio.
—Lo haré. Gracias por atenderme señor Min. — Jeongguk se puso de pie, y Yoongi lo imitó. Se tendieron la mano para despedirse cordialmente y Jeongguk fue consiente del tacto caliente y sudoroso en la piel del hombre. No lo pensó por mucho y dio media vuelta para salir de ahí.
Eso había sido extraño. Pero tenía el trabajo, así que estaba bien.
Yoongi tomó el teléfono en cuanto Jeongguk salió de la oficina y pudo respirar con normalidad nuevamente. Marcó la extensión de recursos humanos con dedos temblorosos, y al tiempo desabrochó el primer botón de su camisa de vestir, sintiendo que le cortaba el aire. ¿Hacía tanto calor en febrero regularmente?
Jodida mierda. Eso había sido un desastre.
—Consigue que Jung Hoseok reclute a Jeon Jeongguk, lo envié con ustedes para terminar la contratación... — Yoongi fue áspero al hablar cuando la secretaria contestó. —Sí, que él se encargue, dile que programe la inducción correspondiente y... Yo le diré a Hoseok qué hacer después, y... Entrando la semana se puede presentar.
Explicó las dudas de la mujer y finalmente suspiró cuando pudo cortar la llamada. Pasó una de sus manos por el rostro y arrastró su cabello, cerrando los ojos para tratar de recobrar la compostura. Respirar. Respirar y... No. Eso no estaba siendo suficiente.
Con manos rápidas buscó su teléfono móvil e inmediatamente contactó a su médico personal y buen amigo. "Es urgente". Tecleó cuando Namjoon le preguntó si debía agendarlo para esa tarde o esperaría por su cita de rutina. Cuando leyó una hora para poder asistir soltó el aliento que había estado reteniendo y emprendió marcha en alistar las cosas para salir.
Había olvidado por completo lo que Jimin le había pedido, y lo recordó súbitamente, cuando la palma de su mano con la que se había despedido de Jeon Jeongguk cosquilleó. Mierda, tendría que disculparlo y explicarle después.
Pero él no podía decirle nada sobre... Sobre lo que estaba pasándole ahora, sobre la abrupta reacción que había tenido por la presencia de Jeon Jeongguk, por la forma en la que toda su persona logró colarse por sus sentidos como una clase de veneno gaseoso que lo hizo sentir tenso y alerta. Invadido y sofocado.
Estaba asustado, sí. Porque había olvidado que era capaz de tener esas sensaciones. Las había estado evitando por tanto tiempo que... Por un momento pensó que las había eliminado, siquiera neutralizado a su favor pero seguía siendo la misma mierda. Él seguía... Sintiéndose de esa desagradable manera. Solo que no recordaba jamás que hubiese sido tan intenso, por lo menos no desde su adolescencia cuando inició sus ciclos.
Realmente lo detestaba.
El tiempo pasó volando en medio de la consternación por el desconocimiento de su propio cuerpo, y pronto se encontró entrando al consultorio de Namjoon y quitándose el saco que lo cubría. Como que, de repente se sentía un poco asfixiado, incluso con el botón que había desabrochado de su camisa.
—El medicamento falló. — Explicó insípidamente, sin deseos de hablar mucho sobre ello y obtener una rápida solución a su padecimiento, pero por la forma en la que los ojos inquisidores de Namjoon se estrecharon en torno a él y lo evaluaron como máquina super estandarizada, supo que no la tendría fácilmente.
— ¿Es así?
— ¿Cómo que si es así? Por supuesto. Estoy diciéndotelo. — Yoongi fue áspero al hablar, casi grosero si Namjoon no lo conociera tan bien como para saber que ese era uno de sus modos habituales.
— ¿Quieres tomar asiento? Por favor — Namjoon preguntó, señalando la silla frente a él en el escritorio, pero fue más una orden que Yoongi terminó acatando después de bufar. —Bien. Ahora explícame qué pasó. Porque no hay forma de que la medicación que tienes preescrita falle así como así.
—No lo entiendo tampoco... Fue, una maldita cosa extraña y... Necesito algo más fuerte o... Mayor cantidad, no estoy seguro. — Yoongi no miró a Namjoon a los ojos en ningún momento, y él sabía que ese era uno de sus mecanismos de autodefensa cuando las cosas se le salían de las manos.
—Pues explícame la maldita cosa extraña con detalle porque no hay forma de que esté dándote mayores dósis solo porque crees que falló un día.
—Fue... — Yoongi tragó saliva y miró al techo, dejándose caer contra la silla y asimilando lo que estaba por decir. Bien, Namjoon era el doctor, él sabría qué hacer, no tenía porqué volverse loco al respecto, no había sido nada. —Fue un alfa. Yo... Uh, tuve una entrevista está mañana con uno y, bueno... Fue una mierda a decir verdad, ni siquiera pude hacerle bien las preguntas, probablemente contraté a un idiota y no lo sé. Pero es que cuando entró a la oficina... Como que, su... Su olor...
Yoongi negó con la cabeza, trayendo nítidamente la memoria de cómo su cabeza dio vueltas con solo un segundo de Jeon Jeongguk entrando a su burbuja. Una burbuja que él mismo se había encargado de fortalecer y de hacer infalible. Infalible a cualquier alfa, infalible incluso hacia él mismo y su irremediable instinto omega. Él solo... Estaba tratando de autopreservarse, él estaba haciendo lo correcto por el bien de la empresa, su trabajo, su familia y su vida. Él estaba bien. ¿Lo estaba?
— ¿Tomaste el medicamento por la mañana antes de verlo?
—Sí. Sí, lo hice. Hice todo lo que dijiste, lo hago siempre como dices, lo sabes. — Yoongi habló rápido, así de rápido como quería una solución.
— ¿Qué síntomas sentiste para que pensaras que falló? Detectar aromas simplemente no es un indicio de ello. Los erradicadores no anulan los efectos de las personas a tu alrededor, solo lo hacen en tí.
—Entonces deberías darme los supresores también, esos sirven para eso ¿no? Si tomo ambos podré dejar de detectar las feromonas de los demás y ellos las mías...
—Te lo dije antes, eso no es muy aconsejable. Mucho menos para ti, que llevas un buen tiempo tomándolos.
Yoongi bufó frustrado. Excelente, Namjoon de nuevo dándole un sermón sobre sus poco acertivas decisiones personales. Estaba un poco cansado, solo quería ir a casa y dormir. Olvidarse de... Del incesante nudo en su vientre bajo que se arremolinaba con ansias y preocupaciones. Quería solo... Dejar de pensar en todo eso que había sentido.
—Sentí... Como si no pudiera respirar bien, es decir... Aguanté un poco la respiración para no olerlo y poder hablar, y... Me temblaban las manos, un poco, sí. Y estaba un tanto mareado, sentí como un nudo de nervios en el estómago, Fue... Fue el lobo. Fue el maldito lobo.
Yoongi cedió finalmente. Era claro incluso cuando no quería admitirlo. Todo se había tratado de su lobo conmocionado por un alfa, de ese sucio instinto que tanto despreciaba, que le hacía sentir débil y ridículo por una necesidad física tan desbordante. Estaba fuera de sí, ni siquiera podía culpar a Jeongguk, para ese punto se aceptaba plenamente como el único responsable. Por ser un omega y no poder tener su propio control.
—Gi, no puedes deshacerte del lobo... — Namjoon murmuró condescendiente, mirando con reparo a su amigo.
No podía negarlo, para ese punto sentía un poco de lastima por él. Yoongi siempre había actuado de esa forma, tan en conflicto con su naturaleza omega, tan disgustado con ser un cambiaformas, tan enojado con el animal con el que compartía mente... Namjoon no sabía cómo ayudarlo más.
—Lo sé. No es lo que quiero... Yo solo... — Yoongi suspiró, no seguro de cómo excusarse. No seguro de nada. En teoría, parecía que ese era su objetivo.
—Escucha, te conozco desde hace muchos años, y créeme cuando te digo que entiendo cómo te sientes. No eres el primer ni el último omega que desearía no serlo. Respeto tu decisión sobre no querer tomar compañía de alfas, y estás en todo tu derecho de negarte como persona, y es mi trabajo ayudarte... — Namjoon fue cauto al hablar, nunca se había sincerado de esa forma con él, siempre le había advertido y aconsejado, pero nunca había tratado de hacerlo cambiar de convicciones ni mucho menos juzgarlo por sus elecciones. Pero ahora estaba preocupado por él. —Pero como lobo es diferente... Puedes llenar al hombre de medicamentos y evitar a toda costa a los alfas, pero no puedes hacer que el lobo no lo quiera. Y está bien, tu decides no tener pareja, pero no puedes decidir no afrontar un celo; eso es cosa del lobo. Tratar de eliminarlo, solo va a hacerte cosas como ésta.
Yoongi miró la expresión seria de Namjoon al hablarle, tan refinado y amable que sintió su estómago revuelto. No sabía si era por eso o por la realidad de las palabras reflejándose ante él.
— ¿Entonces qué?... ¿Entrar en celo y ya?
—Pide una incapacidad de celo. Hazlo como todos los demás omegas y tómate un tiempo para estar en casa y desintoxicarte. Ya te lo digo, no necesitas un compañero por más que el lobo te diga que sí, pero déjalo afrontarlo, siquiera chillar un poco por ello. No te hará daño en absoluto detenerte un momento y cuidarte.
—Una incapacidad... — Yoongi soltó una risa amarga sin algún toque de gracia en ella. ¿Esa era la solución? El problema en cuestión. —No puedo hacer eso, tengo que dirigir la empresa. No puedo botar el trabajo una semana solo para quedarme en casa siendo miserable.
—Vas a quedarte en casa siendo un omega. Deja de pensar que estás condenado por ello. La empresa estará bien, créeme. Después podrás arreglar lo que quieras, primero solucionate a tí mismo.
—Joder Namjoon. ¿Eso es todo? ¿No vas a ayudarme?
—No hay nada más que pueda hacer por ti. Aumentar la dosis es ridículo y peligroso. Has tomado este medicamento antes, y te topaste con alfas a lo largo del tratamiento y nunca te había pasado esto. ¿No te parece extraño que ahora sí?
—Por supuesto, por eso vine a que lo arreglaras... Ese tipo, no sé por qué reaccioné así con él, pero necesito hacer algo si no quiero volverme loco...
Yoongi necesitaba arreglarlo. Él iba a trabajar con ese sujeto, él iba a estar a su lado prácticamente a todas horas mientras lo instruía, él no iba a poder ingnorarlo o huir cada vez que su lobo quisiera...
—Al lobo le gusta lo que le gusta, Yoongi. — Namjoon dijo simple, casi levantando una sonrisa en sus comisuras. —Parece que este alfa le ha gustado más que cualquier otro como para hacértelo saber incluso con la medicación encima. Supongo que tendrás una debilidad en la que trabajar.
Yoongi no podía creer que salió del consultorio de Namjoon sin ninguna solución a su problema.
Lo que hizo después probablemente lo haría ganarse un regaño o una ola de condescendencia que no necesitaba hacia su persona, pero fue la única alternativa que su cabeza formuló: tomó los supresores junto con los erradicadores. Namjoon no tenía por qué saberlo, y él no podía dejar el trabajo.
Él iba a tener el control. No el lobo.
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