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—¿Estás bien?— Nayeon se sienta frente a Tzuyu en una de las pocas mesas que se encuentran fuera de la cafetería. La había visto salir hace minutos y se decidió por seguirla al preocuparse de que no regresó.

—Solo me duele el estómago— dice con simpleza. Su cabeza se encuentra sobre sus brazos, los cuales están flexionados encima de la mesa. —Debí de hacerle caso a Sana y Dahyun sobre pedirle directamente una foto— añade luego de unos segundos en silencio.

—¿Entonces por qué no lo hiciste?

—Es difícil. Para mí lo es— responde haciendo trazos invisibles sobre la madera. —¿Cómo lo haces?— dice a los pocos segundos levantando su mirada y observando directamente a la persona delante suya.

—¿Hacer qué exactamente?— Nayeon se pregunta muy seriamente que es lo que pasa por la mente de Tzuyu en estos momentos.

—Ser como eres. Puedes llegar a ser muy sincera, directa y valiente ante diferentes situaciones. Con Mina eres así y, bueno, a mí me gustaría ser así con Jihyo, pero tengo miedo de que, si lo sigo intentando, pueda llegar a arruinar todo— confiesa jugando con sus dedos, tratando de que eso llame su atención y no la expresión sorprendida de Nayeon que solo la hace avergonzar más. —Y tengo que admitir que te admiro por eso.

En todos los años que se han conocido y son amigas, es la primera vez que la escucha decir eso, así que, para Nayeon, aquello es totalmente nuevo y, para su sorpresa, se siente bien. No es un sentimiento de superioridad, más bien es uno cálido.

—Eso fue muy profundo— es lo primero que dice después del silencio que se instaló cuando Tzuyu terminó de hablar. —Entonces lo que sientes si va en serio. ¿De verdad te gusta Park Jihyo?

Tzuyu se encoje en su lugar al escuchar aquella pregunta; ella aprieta sus labios entre sí mientras siente un calor recorrer sus mejillas por completo. Se siente avergonzada de oír esas palabras en voz alta.

—Me sorprende que lo dudes después de todo lo que ha pasado— contesta agachando su mirada. —Me gusta lo suficiente como para seguir intentando acercarme a ella— aquello no puede evitarlo decir con una sonrisa, pero después esa expresión desaparece por completo. —Pero a veces siento que no puedo hacerlo. He pensando tanto en lo que diré o haré, pero cuando llega el momento, me doy cuenta que no tengo el valor suficiente y termino en un rincón observando como todos son más felices que yo— Nayeon puede notar como saca parte de su frustración en cada palabra que dice y ella se queda en silencio dejando que siga desahogadose un poco más. —Es como si yo misma me privara de mi propia felicidad. Es estúpido.

—¿Es por eso qué te complicas tanto?— Tzuyu no se esperó aquello por parte de su amiga, y aunque quisiera, no pudo contradecirla, así que asiente con su cabeza.

—Busco las formas más complejas para que Jihyo me note. Pienso que sí lo hago, podré hacer que ella sea quien se acerque a mí y al final no tener que esforzarme y atreverme a tanto— reconoce dejando caer nuevamente su rostro entre sus brazos notablemente frustrada.

—Está bien, Tzuyu. No todos tienen la misma facilidad para comunicar lo que pensamos y sentimos como otros. Yo sé que en algunas ocasiones lo has intentando, lo hiciste cuando fuiste directamente con Jihyo y le dijiste que te interesa, y eso demuestra mucho de ti— Nayeon le dice dándole leves palmaditas en su cabeza. —Pero si no lo sigues intentando como esa vez, Jihyo nunca se dará cuenta de lo que realmente sientes y al final las dos no harán nada y todo quedará como está ahora— Tzuyu asiente ante; entiendo perfectamente lo que dice. —Así que ya es suficiente de charlas, ven— Nayeon se pone de pie para tomarla del antebrazo e intentar que se levante.

—¿Por qué? ¿Quieres hacer algo?— Tzuyu hace lo que le pide pero aún sin comprender todavía para que.

—La verdadera pregunta es: ¿qué quieres hacer tú?— le responde cuando deja caer sus manos sobre los hombros de la contraria. —Es el momento de que comiences a tener valor, y lo digo en serio. Así que dime, ¿qué quieres hacer?

Tzuyu se queda en silencio razonando muy bien sobre aquella pregunta. Hay tantas cosas pasando por su cabeza, pero no hay nada que más desee en corto plazo que hablar con Jihyo. Nada más ni nada menos.

—Quiero hablar con ella— si Nayeon es sincera, esperaba algo más, aún así no la cuestiona y simplemente le regala una sonrisa.

—Bien, entonces ve con Jihyo y dile todo lo que pase por tu mente— la anima mientras va detrás suyo dándole pequeñas empujones hacía la entrada de la cafetería.

—Espera, ¿tengo qué hacerlo ahora?— Tzuyu clava sus pies sobre el suelo comenzando a sentirse nerviosa e insegura de continuar.

—Otra vez te estás deteniendo— Nayeon le dice cuando ya no puede hacerla avanzar. —¿Sabes? Es normal dudar, yo lo hago todo el tiempo, pero cuando me sucede eso me pongo a pensar en si me arrepentiré después si no hago lo que anhelo, es por eso que prefiero arriesgarme antes de pasarme la vida pensando en un "hubiera". Así que cuando estés lista estaré aquí dentro esperándote— es lo último que Tzuyu escucha de ella antes de verla empujando la puerta para entrar a la cafetería.

Una vez dentro, Nayeon suelta la puerta, pero antes de que esta se cierre por completo, es detenida por la mano de Tzuyu, quien sigue los pasos de la coreana hasta posicionarse a su lado.

"Eso fue rápido". Nayeon se sorprende un poco ya que realmente pensó que tendría que esperarla aunque sea unos minutos, pero se alegra de ver confianza en Tzuyu.

Nayeon quita su mirada de su acompañante para comenzar a observar la cafetería muy cuidadosamente en busca de Jihyo, pero no la mira por ninguna parte.

—¿La ves?— le pregunta en bajo a Tzuyu y esta simplemente niega con su cabeza. —Está bien, vamos a sentarnos y le mandamos un mensaje a Jeongyeon para ver si sabe algo— sugiere antes de ir hacía el lugar disponible más cercano, pero una vez que llega a el se da cuenta que Tzuyu no fue detrás de ella. Estaba a punto de hacerle una seña para que se acerque, pero la detiene el verla retroceder en sus propios pasos antes de salir de la cafetería de nuevo.

"¿Y ahora qué le pasó?". Nayeon suspira dejándose caer sobre el asiento totalmente confundida por el repentino cambio de actitud de su amiga.

[...]

Tzuyu pensó en algo, y si quiere hablar con Jihyo, le gustaría hacerlo a su manera.

Es por eso que cuando no la vió por ninguna parte, algo llegó a su mente que la hizo salir de la cafetería sin esperar alguna reacción de Nayeon.

Tzuyu ignora todo a su alrededor y sigue caminando hasta dar vuelta en un camino conocido por ella. Cuando avanza un poco más, puede ver perfectamente a la figura recargada en la pared de la puerta trasera de la cafetería.

—Algo en mí me decía que vendrías— es lo primero que le dice Jihyo a Tzuyu cuando se encuentra lo suficientemente cerca como para escucharla.

Tzuyu realmente esperaba verla aquí, lo único que la sorprende es su vestimenta, ya no tiene aquel traje de Sailor Mars, ahora solo viste ropa casual.

—¿Esperabas qué lo hiciera?— Tzuyu habla una vez que se detiene delante suya.

—Después de lo sucedido en la cafetería sobre aquella competencia improvisado de comer un flan enome... lo deduje.

—¿Quién te lo dijo? No estabas ahí cuando empezó— Tzuyu recuerda, aunque se arrepiente de haberle preguntando, pues comienza a temer un poco en su respuesta.

—Yoo Jeongyeon— Tzuyu cierra sus ojos lentamente deseando verdaderamente haber escuchado el nombre de Mina o de una de sus otras amigas, no el de Jeongyeon.

Jihyo se da cuenta de la mueca que hace la taiwanesa y rápidamente habla no queriendo provocar una pelea entre las amigas.

—Pero yo fuí la que se lo preguntó. Tenía un poco de curiosidad sobre lo que pasó y ella solo respondió mis dudas.

—¿Te dijo algo más?— Tzuyu le interroga comenzando a sonrojarse ante la posibilidad de que le haya dicho algo que la pusiera en evidencia. Confía en que Jeongyeon no habló de más, pero no pierde nada preguntando.

—No— Jihyo no llega notar el suspiro de alivio que sale de los labios de Tzuyu. —Solo me dijo que competiste para ganar las fotos con Sailor Mars y perdiste.

—Bueno, sí, así pasó, pero... es vergonzoso admitirlo— Tzuyu le dice ocultando parte de su rostro con sus manos. —Seguro piensas que fue algo ridículo.

—¿Por qué pensaría eso?— Jihyo ladea un poco su cabeza sin dejar de verla. —No, no creo que haya sido así. Para mí fue algo valiente de tu parte. ¿Comer ese flan solo por una foto?— ríe levemente al pensar en ello. —Ah, Tzuyu, de verdad me llegas a sorprender mucho.

—Bueno, en realidad fue por dos fotos. Confiaba mucho en la frase de "quien no arriesga, no gana"— la contraria le corrige y Jihyo solo se le queda viendo unos segundos antes de reír aún más.

—En serio... eres increíble— dice intentando calmarse, algo que logra en pocos segundos. —Pero respondeme algo, ¿estás bien? No creo que haya sido agradable participar en esa competición.

—Sí, me encuentro mejor que antes— le contesta y Jihyo asiente lentamente. Tzuyu nota que algo parece ocupar la mente de la coreana, pues se ha quedado en silencio.

—Me alegra escuchar eso. Por cierto, ¿tienes algo qué hacer por el resto del día?— escuchar eso ocasiona que el corazón de Tzuyu comience a acelerarse. Ella intenta por todos los medios mantener la calma, ya que seguramente está emocionandose antes de tiempo, pero esas palabras logran ilusionarla.

—Además de aburrirme en mi casa, no tengo nada más que hacer— responde tratando de sonar como normalmente se escucha.

—Genial. Entonces... ¿quieres salir algún lado conmigo? Es mi forma de recompensar tu gran intento. No puedo regalarte una foto ya que no se nos tiene permitido, aunque esa parte Mina la olvidó completamente con Im Nayeon...— lo último lo dice en bajo, pero después carraspea antes de dirigirse nuevamente a Tzuyu. —¡Pero Jeongyeon-ssi me dijo que te esforzaste mucho! Y aprovechando que Mina me dejó salir temprano, pensé en invitarte a salir. ¿Qué dices?

La pregunta suena tonta a oídos de Tzuyu. Jihyo sabe el interés que tiene en acercarse a ella, ¿y todavía le pregunta eso? Aquella oportunidad es lo que Tzuyu ha querido desde hace días y ahora por fin está pasando. No puede estar más feliz. Así que soltando el aire que no se había dado cuenta que mantenía retenido en sus pulmones, ve a Jihyo con una gran sonrisa. Tan grande que se sorprende por sonreír así.

—Claro, me encantaría.

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