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Jihyo apenas había terminado de cambiarse cuando Mina ya la estaba esperando afuera con una orden en mano. Con quejidos murmurados se acomoda mejor su vestuario, el cual lo lleva un poco desordenado ya que se cambió con prisas por parte de la japonesa, y toma la charola donde se encuentra aquella bebida para después emprender la marcha hacía la mesa que le indicó su amiga.
En mitad de su andar no puedo evitar soltar una leve sonrisa al ver aquella persona de espaldas a ella, pues logra identificarle con rapidez, gracias a su ropa, como la persona que vió caerse minutos antes en la entrada de la cafetería. Afortunadamente se recompone antes de llegar a la mesa, algo que agradece pues sería muy grosero de su parte reírse delante suya.
—Gracias por esperar, aquí está su orden— Jihyo se inclina para dejarle aquel chocolate caliente. Cuando vuelve a enderezarse, se da cuenta del rostro de aquella chica que la observa detenidamente ocasionando que se congele en su lugar debido a la sorpresa. Pensamientos de "¿qué hace aquí?" llenan su mente, pues le preocupa las intenciones de una persona que espía a otra detrás de una pared.
Y es que sí, Jihyo la reconoció rápidamente, pues la forma de los ojos que tiene la más alta es imposible de olvidar y comparar. Además, por su actitud, sabe perfectamente que también la recuerda.
—Compermiso— Jihyo se despide cuando ve las intenciones de ella en querer hablar, y como si la estuviera persiguiendo una manada de perros chihuahuas, sale disparada de dónde se encuentra huyendo así de Tzuyu. Esta última solo puede ver como se aleja sin poder hacer nada para evitarlo.
[...]
Jihyo suspira sonoramente mientras baja su cabeza abatida. ¿Será algún castigo de su anterior vida lo qué le está pasando en esta? Ahora mismo está comenzando a pensar eso, pero mientras más le da vueltas al asunto, se da cuenta de una cosa: ¿no está siendo muy egocéntrica al pensar qué aquella persona está aquí por ella?
"Seguramente solo vino porque le agrada el ambiente y sabor de la cafetería, así que quiere disfrutar una tarde tranquila y lo de ayer seguramente fue una mala coincidencia que estuviera ahí." Comienza a razonar comenzando a sentirse un poco tonta de haber "alterado" la realidad. "Solo estoy exagerando las cosas". Termina por aceptar mientras se da reproches mentales y aquel tema lo deja de lado.
Por otra parte, Tzuyu sigue todavía un tanto desanimada por sus deducciones sobre que Sailor Mars huye de ella. ¿Acaso es tan difícil conocer a una persona? Pues ahora está probando ese punto. Y es que la razón es que no quiera, sino que no puede. Ahora mismo le gustaría tener la valentía de Nayeon; ella al percartarse de que la Sailor Venus se podría tratar de aquella chica llamada Mina, no dudó en regresar a hablar con ella y confirmarlo. ¡Hasta le dió una forma de estar en contacto! Su amiga se atrevió a hacer eso y ella solo está ocupando una mesa mientras bebé de su chocolate y le da miradas indiscretas a la pelinegra, quien se mueve por el lugar con un aura feliz atendiendo a los clientes.
"Que lamentable". Piensa Tzuyu al darse cuenta de lo que está haciendo. Vino aquí por una razón, pero ahora se cuestiona si es lo suficiente para haber regresado. Solo fue una simple atracción, ¿no? Nada más. Probablemente mañana se le pasará.
Tzuyu decide retirarse, no sin antes pagar la cuenta. De nuevo Sailor Mars se acerca a ella para encargarse del proceso.
—Gracias por venir. Ten un lindo día— la taiwanesa siente que se derrite al ver la forma en que sus ojos se entrecierran expresando que debajo de su mascarilla hay una genuina sonrisa.
—Hmh. Gracias— Tzuyu asiente torpemente antes de salir de la cafetería con rapidez.
En todo el camino de regreso a su casa se mostró tranquila, pero una vez que llega y entra a su habitación, se deja caer sobre su cama posando una mano sobre su pecho sintiéndose todavía afectada y con un solo pensamiento rondando su mente:
"Debería regresar de nuevo mañana, después de todo el sabor del chocolate caliente estuvo bueno".
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