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[...]
—Nunca más vuelvo a subirme en un auto que Nayeon maneje.
—¿Por qué te quejas? Llegamos en una pieza— responde la susodicha mientras se baja del vehículo.
—De milagro— Tzuyu suspira mientras se quita el cinturón de seguridad e imita a la mayor. —Ya bájense par de tortolitas— dice golpeando con la palma de su mano la puerta trasera para que la pareja en los asientos de atrás se separen de su abrazo.
—Ya vamos— Dahyun murmura irritada al ser interrumpe en su momento junto a Sana.
—¿Es éste el lugar?— pregunta Nayeon mientras ve la fachada arriba-abajo: una cafetería en una esquina con paredes exteriores de ladrillo gris y tiene mesas fuera donde se encuentran pocas personas.
—Sí, lo es— responde Dahyun llegando a su lado con Sana tomada del brazo. Estuvo a punto de mencionar que fue un lugar recomendado por una amiga, pero el grito agudo de su novia la interrumpe.
—¡No puede ser que lo hayas recordado!— ella chilla mientras ve con ojos brillosos el lugar que está al otro lado de la calle.
Dahyun se muestra confundida al no entender el porque de la repentina emoción de Sana y a lo que se refieren sus palabras.
—Esta cafetería es dónde venía con Dahyun muy a menudo en las tardes, ¡amabamos mucho este lugar!— les explica a Tzuyu y a Nayeon, pero, sin saberlo, también le termina explicando a Dahyun, quien al instante entiende todo: ¡esta es la misma cafetería que no recordaba cuando habló con Chaeyoung! Ahora mismo se siente tan aliviada de este golpe de suerte porque sabe que es un detalle que le encantó demasiado a su novia.
"Chaeyoung terminó ayudándome más de lo debido sin querer, luego tengo que buscar una forma de agradecerle". Dahyun lo asegura sin borrar la sonrisa en su rostro.
Tzuyu y Nayeon se miran de reojo comunicándose con la mirada la evidente situación; saben que Dahyun no planeó esto, es más, se dieron cuenta de que había olvidado por completo el lugar al notar su expresión confusa, pero decidieron callarse: no quieren que su amiga pase por otra situación igual como lo fue la serenata, además, así ellas se terminan salvando de paso.
—¿Jeong vendrá?— pregunta Tzuyu cuando comienzan a cruzar la calle para ir directo a la cafetería.
—Sí, dijo que ya viene en camino— contesta Nayeon al guardar su celular dentro de su bolsillo. —Por cierto, ¿qué tiene de especial esta cafetería?
—El valor sentimental— responde Sana.
—Pero debe haber algo más para haber venido justo aquí, ¿no?— interviene Tzuyu mientras ve sobre su hombro a Dahyun.
—Me enteré de algo nuevo y pensé que sería buena idea traer a Sana para que lo vea— contesta a la par que sube los escalones que están antes de llegar a las mesas exteriores.
—¿Así? ¿Y qué sería...— Nayeon estira sus manos para empujar la puerta de cristal, y al momento de quitar su vista de sus amigas para ver el interior, se queda estática. —...eso?— balbucea con sus ojos recorriendo el lugar.
Dejando de lado el diseño moderno estilo industrial que muestra la cafetería con paredes de ladrillos rojos; piso y mesas de madera junto a sillas de metal; luces cálidas con sillones y butacas cómodos —destacando así un ambiente cómodo en un espacio frío, acompañado de un delicioso aroma a café y pan dulce por doquier— se encuentran decoraciones relacionadas con Sailor Moon colgadas en las paredes, y cuando pensaba que era todo lo que miraría de dicho anime, sus ojos se encuentran con tres chicas de pie al lado del mostrador donde se ven diferentes donas y pasteles. Todas ellas van vestidas de alguna Sailor.
—Le acabamos de encontrar el paraíso a Tzuyu— comenta cuando ve a la taiwanesa todavía pasmada en su lugar con los labios ligeramente separados. —Y también a Sana— añade al notar la sonrisa crecer en la misma.
—Esto es demasiado lindo— Sana exclama dándole otra pasada al interior de la cafetería, y cuando termina, se gira para ver a su pareja. —Dahyun ¡vamos!— dice antes de tomarla del brazo y arrastrarla en busca de una mesa.
Tzuyu por fin sale de su anonamiento cuando escucha a Sana, y estuvo a punto de seguirlas, pero fue detenida por la mano de Nayeon en su muñeca.
—Dahyun nos invitará si no las molestamos— le susurra y Tzuyu abre su boca sorprendida para después asentir con energía. Parece que haber estado de pie con un ramo de rosas en la calle tiene sus frutos.
Las dos buscan un lugar y terminan dando con uno hasta el otro lado de la cafetería cerca de los baños.
—Nunca pensé en venir a un café cosplay— habla Nayeon al sentarse y acomodarse sobre la silla. A pesar de que la mitad de su rostro este cubierto, Tzuyu presiente que está sonriendo al ver la forma de sus ojos.
—Algo me dice que te hace feliz estar aquí. No sabía que te gustaba Sailor Moon— menciona mientras juega con su sobresito de azúcar que se encontraba dentro de un bote de cristal sobre la mesa.
—Lo miré hace años, es solo la nostalgia— responde encogiendose de hombros.
Las dos miran a lo lejos como una chica llega a atender a Sana y Dahyun, y a juzgar por como habla ella con la coreana, dedujeron que se conocen de algún lado. Luego le preguntaría a su amiga.
Una chica más llega a su mesa para dejarles amablemente la cartilla y se fue al segundo. Tzuyu no pudo ni verle bien el rostro, solo sabe que fue alguien vestida de Sailor Jupiter.
—Creo que tú si estás emocionada, Tzuyu— menciona Nayeon de manera burlona mientras reposa su mentón sobre la palma de su mano.
—Para nada— ella niega con su cabeza mientras sigue viendo el menú y haciendo su esfuerzo para no soltar una risa.
Mientras observa la cartilla, Tzuyu alcanza a escuchar una puerta abrirse, así que, por inercia, mira hacía arriba y se encuentra a una chica vestida de Sailor Mars salir disparada del baño para llegar al mostrador donde se encuentran sus compañeras. Parecen hablar de algo importante al ver sus expresiones corporales, pero no puede indagar más porque la voz de Nayeon llama su atención.
—¿Ya tienes en mente qué pedir?
—Sí— responde sin más dejando el menú sobre la mesa, todavía viendo de reojo a las chicas intercambiar palabras. Cuando parece que por fin la discusión termina, una se acerca.
—¿Ya saben qué ordenar?— pregunta con voz suave y amable aquella chica vestida de Sailor Venus.
Cuando Nayeon la escucha, levanta su mirada del menú para observar a la recién llegada. Tzuyu espera que su contraria pida la orden, pero se extraña cuando pasa el tiempo y su amiga se queda varios segundos sin decir nada mientras sigue observando a la chica. Tzuyu ve como esta comienza a incomodarse un poco por la intensa mirada, así que sin querer que Nayeon pase más vergüenza, le da un sutil golpe con su pie debajo de la mesa.
—¿Eh? ¡Ah, sí! Pero aún estamos esperando a una amiga— suelta una risa nerviosa al recomponerse de su anonamiento. Tzuyu trata con todas sus fuerzas de aguantar la risa al ver el rostro sonrojado de Nayeon.
La chica entiende y se retira dejándolas solas, eso le da paso a Nayeon para encogerse en su lugar debido a la mirada fija de Tzuyu en ella.
—No digas nada— murmura con la mirada baja.
—No pensaba decir algo— se defiende alzando sus manos en una pose de rendición. —Pero no sabía que tu personaje favorito es Sailor Venus— no puede evitar decirlo para después estallar en una risa.
—Cállate— Nayeon deja caer su frente sobre la mesa sintiéndose totalmente avergonzada y patética por aquella escena.
—Ya, tranquila, seguro no piensa mal de ti— Tzuyu la anima dándole leves palmaditas en su cabeza.
—No me vas a dejar en paz con eso, ¿verdad?
—No— contesta ganándose un suspiro de irritación por parte de su amiga.
[...]
—Bien, el siguiente cliente yo lo atiendo, lo prometo— declara Jihyo decidida mientras hace ejercicios de respiración. Después de haber discutido por quien iba a atender a las dos chicas y Mina proclamandose como su heroína, ella se siente más segura.
O eso cree.
—Pasó algo muy raro— Mina habla al llegar junto a Jihyo y Momo, quienes se encuentran detrás del mostrador.
—Si ví— se pronuncia la nipona, quien desde su lugar, tuvo una vista clara de lo que sucedió en aquella mesa.
—¿Qué pasó? Me distraje preparándome mentalmente— Jihyo dice mirando a sus amigas.
—Una chica se me quedó viendo muy extraño, por un momento pensé que se iba a burlar de mí pero parecía estar en su propio mundo.
—En pocas palabras: Mina enamoró a alguien— Momo habla para burlarse de su compañera, quien rápidamente niega con su cabeza muy nerviosa.
—¡Momo!— exclama en bajo. —No digas eso...— susurra lo último totalmente avergonzada mientras se cruza de brazos.
—Aw, estás avergonzada— Jihyo estira sus manos para apretar sus mejillas. —¿No es esto lo qué querías, Mina? Iniciar una historia de amor como en un anime— le recuerda sus palabras para molestarla.
—¡Me voy!— se gira sobre sus talones para ir con las personas que recien entran a la cafetería en un intento de huir, algo que consigue, pero sabe que no se escapará de esto tan fácilmente.
[...]
Jeongyeon llega por fin después de "varios años" según palabras de Nayeon y se sienta con ellas. Para fortuna de Nayeon, Sailor Venus no vino a atender su orden, así que se salvó de quedar como burla frente a sus dos amigas, en cambio vino Sailor Mercury la cual, raramente, se le hizo conocida.
—Por cierto, ¿dónde están las reconciliadas?
—Mira detrás de ti— le responde Tzuyu señalando con la mirada. Jeongyeon gira su torso para ver a la pareja en una mesa en el exterior tomándose fotos.
—Tengo una duda: ¿Sana lloró con "Mi Razón de Ser" de fondo?— pregunta Jeongyeon regresando su mirada a sus amigas. Las dos asintieron al mismo tiempo. —Lo sabía.
—No me sorprendería si alguien nos haya grabado desde su ventana para después subirlo a Twitter y decir "ojalá algo así" con caritas llorando— dice Tzuyu sintiendo su cuerpo estremecer por ese escenario imaginario.
—¡No nos des mala suerte!— Nayeon le reclama tapándose los oídos, también sintiéndose temorosa por ese posible futuro vergonzoso.
—No importa lo que hayan hecho, al final valió la pena: salvaron al grupo del incómodo ambiente que tenían Sana y Dahyun solo por no querer adoptar un gato— Jeongyeon las felicita.
—Este es el verdadero final feliz— dice Nayeon mientras muestra el reciente tweet de Sana a través de su celular.
[...]
Una vez que todas comieron y los bolsillos de Dahyun se vaciaron, las chicas se separan para dirigirse a sus respectivos hogares. Jeongyeon se llevó a Sana y Dahyun ya que viven cerca, y como Tzuyu y Nayeon son prácticamente vecinas, se quedaron juntas.
Aunque hay algo que no entiende del todo Tzuyu y es la razón por la cuál no se han movido ni un centímetro del estacionamiento.
—¿Ya me vas a decir qué estás esperando?— le pregunta a Nayeon quien está pensativa, pues en el interior de su mente se desarrolla una batalla para decidir que hacer o no hacer.
—Si no lo hago me voy a arrepentir— Tzuyu la escucha murmurar antes de verla bajarse del auto.
—¡¿Nayeon?!— le grita desde el asiento de copiloto, pero, como era de esperarse, Nayeon no la escucho o no la quiso escuchar. Esta suspira un poco irritada y se baja para seguir a su amiga: necesita entender que es lo que sucede.
La ve cruzar la calle y entrar de nuevo a la cafetería. Tzuyu frunce el ceño confundida: "¿Se le habrá olvidado algo?" Es lo que piensa. Sin embargo, cuando llega a las escaleras del local y mira a través de la pequeña ventana que da vista hacía el interior, ahí es cuando entiende todo.
Nayeon se encuentra jugando con sus manos detrás de su espalda mientras se acerca a la chica vestida de Sailor Venus que está limpiando algunas mesas. Puede notar la torpeza en las accciones de su amiga y eso le hace reír, nunca pensó volverla a observarla así.
Tzuyu suspira mientras se cruza de brazos; ver aquello solo la hace pensar en ella. No se imagina en un futuro corto verse así como lo está Nayeon, Sana y Dahyun. Duda mucho que pronto quiera dedicar canciones a alguien en especial.
La taiwanesa estuvo a punto de regresar al auto, pero escucha ladridos provenientes del callejón de al lado. Curiosa, asoma su rostro y ve a un perro sentado frente a una puerta abierta donde sale una tenue luz y a un lado de el se encuentra un gato lamiendo su pelaje. Los dos parecen como si estuvieran esperando algo, y ese "algo" aparece. De la puerta, que puede llegar a deducir que es otra salida de la cafetería, aparece la chica que había visto salir del baño vestida de Sailor Mars. Ve como ella se agacha a la altura de los dos animales y les tiende lo que parecen ser sobras de comida.
—Tenían mucha hambre, ¿verdad?— pregunta tiernamente cuando los ve comer rápido, atreviéndose a estirar su mano para acariciar sus lomos suavemente. Tzuyu no puede evitar dejar escapar un suspiro con una sonrisa enternecida, pero se asusta cuando el can parece darse cuenta de su presencia al ver en su dirección y comenzar a ladrarle. —¿Quién está ahí?
Tzuyu se asusta, pues no quiere que la vean como una acosadora o algo por el estilo, así que sale detrás de la pared para defenderse y decir que solo pasaba por ahí, pero cuando ve el rostro descubierto de aquella chica y su mirada en ella, se queda atónita. No entiende que es lo que le pasa, de la nada perdió el habla y eso le molesta porque seguramente se ve como una tonta, pero no puedo hacer nada contra aquellos ojos que la ven fijamente.
Es como si le hubieran dado un disparo directo al corazón.
[...]
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