¿Dónde comienza el dolor?
La tarde recién caía y el sonido de los autos fuera, tres pisos más abajo era lo único que se escuchaba, lo único a parte de sus desordenados gemidos, unos que que jamás habían sido tan altos, no cuando el estaba conmigo, no cuando decía que me hacía el amor, cuando lo único que hacía era saciar sus instintos y tomar lo que parecía le correspondía por derecho.
Ahora mismo me hacían tanto eco cada palabra que profeso mientras estaba allí, en el mismo lugar en donde se encuentra ella, recibiendo su pasión y cada muestra engañosa de amor, que endulzaba tan maravillosamente mi ser, que me hacía volver estúpido.
Ellos eran inconcientes de mi presencia, complentamente ajenos a mi dolor, absortos en la lujuria, una que los alimentaba de placer mientras mi corazón se rompía en mil pedazos.
Estoy sufriendo, pero no les daré en el gusto de verme destruido, nadie debería tener el derecho de ver tu dolor si fue el causante de ello.
Sequé mis lágrimas con fuerza antes de girar sobre mis talones y caminar hacia la salida, dejando tan solo una pequeña evidencia de que estuve allí, una que le recordara que aunque se sintiera pleno y libre, la venda de mis ojos había caído por fin.
"Dime, ¿Algún día volveré a sentir?"...
Cuatro meses antes
La clase había terminado hace unos minutos, los libros esparramados sobre la mesa eran recogidos con rapidez, sin perder el valioso tiempo que tenía para llegar cuánto antes a su hogar.
Su padre era un empresario exitoso, uno que viajaba por el mundo ofeciendo asesorías a millonarios y a personas famosas que lo requerían.
Había visitado tantos lugares y había desaparecido por tanto tiempo de su lado, que el solo hecho de saber que se encontraba allí, esperando por el junto a su madre, le hacía ansiar profundamente llegar de inmediato.
Tenía tanto apuro que ignoro a cualquiera que se acercará a el y salió de la universidad a paso apresurado.
Aseguraba que jamás habia llegado tan rápido a su casa.
Abrió la puerta con premura y corrió por los pasillos siguiendo las voces, dos de ellas bastante conocidas y una extraña, a la cual no le tomó atencion ya que staba enfocado en el reencuentro con su padre.
—Papá — corrió hacia sus brazos y como si fuese un koala se subió sobre el hombre que reía y lo sostenía feliz— estás aquí, al fin.
Está vez tardaste más de lo que acostumbras — reclamó —
—Lo sé cariño —lo bajó con cuidado— Déjame verte, has crecido tanto — acaricio sus cabellos— son... Azules — rió — sigues tan impredecible como siempre —
Las dos personas restantes sonreían, disfrutando de ese encuentro que resultaba hasta divertido por su interacción.
— Si, el rojo termino por aburrirme, ahora responde.
¿Porque demoraste tanto?
El semblante del hombre decayó considerablemente.
—Lo lamento hijo, los negocios me atraparon por un largo tiempo y sabes que siempre quiero darles lo mejor, mientras más trabaje me podré encargar de mejor forma de lo que necesiten — Hablo calmado—
Taehyung asíntio de inmediato a las palabras de padre, sabía que stoso su esfuerzo era por su bienestar.
Los ojos del menor fueron hacia el hombre que se encontraba junto a su padre, quien observaba curioso.
La hermosa y brillante cabellera oscura que decendia con tanta gracia sobre su frente cubriendo a penas unos ojos negros como la noche, pero brillantes como si Miles de estrellas navegaran ellos.
Un cuerpo ejercitado, que era delicadamente apresado por la tela de una camisa formal que se ajustaba a la perfección a la anatomía, todo en aquel sujeto gritaba erotismo, lujuria y descontrol.
Uno que no era propio del nervioso joven que estaba siendo víctima de los encantos del pelinegro.
—Mi nombre es Jeon Jungkook —entendió su mano mientras le otorgaba una sonrisa coqueta, totalmente consciente de su efecto en el contrario — Tu debes ser Taehyung, tu padre me ha hablado mucho de ti—
El leve sonrojo en la mejillas del ingenuo chico no se hizo esperar, gesto que no pasó desapercibido pero que tampoco fue de gran interés para sus progenitores.
—Soy yo, espero que solo haya escuchado cosas buenas — respondió suave—
— Las mejores... y yo espero que ambos podamos ser amigos — finalizó bajo la atenta mirada de Baek, el orgulloso padre que sonreía por como se daban las cosas —
— Estará un tiempo aquí en la ciudad, lo verás seguido porque trabajará en la universidad donde estudias, hará un taller de defensa personal— sus ojos calleron sobre el pelinego — Serás un buen profesor, recuerda que es mi pequeño tesoro, mataría por el — El contrario asíntio de inmediato.
Nadie advirtió la mirada que aquellos dos se habían dado, nadie fue capaz de entender qué había tras cada una de esas palabras y el peso que tendrían en algún momento para ellos dos.
— ¿No estas muy joven?— pregunto despreocupado, solo dejando salir sus palabras—
Las risas por parte de Jungkook le dieron a entender que su pensamiento había cobrado vida y se sintió avergonzado por lo ocurrido.
— Tengo 25 años, salí hace muy poco de la universidad y comencé a trabajar de inmediato— respondió — ahora sí me disculpan, debo ir a ver el lugar donde viviré — se giró hacia Tae — espero verte pronto, fue un gusto conocerte Tae— el apodo se deslizó cómodamente por sus labios, dejando al chiquillo encantado —
Salió del lugar luego de despedirse de los mayores y del tierno muchacho que no podía quitar sus ojos de el.
Una vez solos la familia Kim se reunió alrededor de la mesa para compartir el primer encuentro que tenían hace ya un largo tiempo.
—¿Por cuántos días estarás está vez?
Baek dejo de comer para observar a su hijo y sonrió calmado.
— Estaré una semana, pero no sé si aqui en casa o resolviendo asuntos de mi trabajo, luego debo volver a París, pero está vez estaré menos tiempo fuera, te prometo que volveré pronto y tú y yo pasaremos tiempo juntos.
— Siempre dices lo mismo — habló molesto— desde que tengo razón prometes las mismas cosas y te recuerdo que de eso han pasado ya 22 años — su ánimo decayó — te extraño papá — susurró bajito—
El hombre se puso de pie, llegando a su lado y abrazando a su hijo cálidamente, un abrazo que parecía muy real a la persepcion del chico.
— Cuando termines tu carrera te llevaré a trabajar conmigo, serás mi abogado y te prometo que pasaremos mucho tiempo juntos.
—¿Y mamá?
Ann bajo su rostro, ella sabía que eso no sería posible, sabía que su camino junto a su familia llegaba a su fin cuando su hijo se volviese un bien útil para la vida de su esposo.
— También cariño, ya veremos — respondió simple—
Una respuesta que era suficiente para el ingenuo corazón que lo mantenía sobre un pedestal, totalmente ajeno al verdadero rostro de su progenitor.
🌻Tengo por aquí está nueva historia, será algo cortito pero que me sentía en la necesidad de escribir.
A veces es bueno sacar algunas emociones, como hoy, el día estaba presiso para escribir esto.
Espero que les guste y que disfruten la lectura 🌻
Gracias por estar aquí.
🌸 ErLith_ 🌸
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