7. CONSECUENCIAS DE NUESTRO AMOR.
Quedaba una semana para la ceremonia de graduación y tanto Ranma como Akane se encontraban nerviosos, pues planeaban contarle a su familia que estaban saliendo y que se habían comprometido ya, sin embargo, a pesar de los nervios y la emoción que sentían en ese momento, la de cabellera azabache se encontraba extraña a ojos del artista marcial.
Parecía evitarlo y eso a él no le gustaba.
-Akane, tenemos que hablar.- murmuró el de trenza tras colarse en la habitación de su novia por la ventana.
Akane tembló al escucharlo hablar.
-¡¿Cuántas veces te he dicho que detesto que entres sin avisar?! ¡Existen las puertas! ¡¿Sabías?!
El varón enarcó una ceja ante la exagerada reacción de su esposa, quien al darse cuenta de lo que había dicho negó.
-Disculpa, me tomaste desprevenida.- suspiró. -¿Qué querías?
Ranma ingresó en la habitación para luego sentarse en su cama.
-Hablar, llevo queriendo eso desde hace semanas, pero luego de que nos quedamos a solas no has querido dirigirme la palabra ni en la universidad.- bufó. -¿Hice algo que te molestara? Si es por que Shampoo me fue a buscar de una vez te digo que le he hecho saber que no quiero nada con ella y que tu eres mi esposa, así que no pasó na...
-Lo sé.- interrumpió. -Y eso no me molestó, ya sé que no serías capaz de faltar a lo nuestro.
Él asintió.
-¿Entonces?- preguntó. -Sé que estuviste bajo demasiada presión por los exámenes profesionales, pero aún así me gustaría saber si es por eso o yo te hice algo sin querer, sabes que a veces suelo hablar de más, así que si te ofendí me gustaría que lo habláramos para...
-Ranma, cállate, me estresas.- musitó la joven mientras sobaba sus sienes y suspiraba. -No hiciste nada, solamente necesitaba tiempo a solas, quedamos en respetar cuando alguno...
-Sí, quedamos en eso, pero no puedo evitar preocuparme cuando tú me has estado evitando y en ningún momento me comentaste que te desmayaste en clase de deportes la última semana de clases.- ante las palabras del muchacho la azabache palideció. -Sólo quiero saber que te pasa, eres mi esposa y no quisiera...
La menor de las Tendo alzó una mano para hacerlo callar; amaba que él se preocupara por ella, pero le ponía nerviosa el tener que explicarle todo lo que le había pasado durante el tiempo que decidió poner distancia entre ellos dos.
No sabía cómo abordar el tema a tan pocos días de anunciar su compromiso oficialmente.
-No tengo nada.- mintió. -Todo fue debido al estrés por los exámenes, ya estoy mejor ahora que se acerca la graduación, sólo quedé algo sensible.
Ranma frunció el ceño.
-Soy tonto, pero no demasiado, y se que algo te pasa.- insistió. -No quiero sonar molesto, pero lo único que quiero es saber que tú estas bien, y si algo te abruma créeme que juntos podremos encontrar la solución, no te preocupes.
Ella guardó silencio por un momento me digan cada una de sus palabras. Era bastante notorio que no podía seguir engañandolo, pero aquel tema es algo que le costaba tocar, más con él, pues tenía miedo de lo que fuera a pensar al enterarse.
Estaba aterrada.
Soltó un pesado suspiro antes de sentarse a su lado, sabía que podría hablarle si no lo miraba a los ojos.
-Tienes razón, es sólo que no me sentía del todo lista para hablar contigo, y al pensarlo detalladamente me di cuenta de que nunca estaría lista, así que es mejor hablarlo ahora antes de hablar con mi familia.
Al escuchar la mención de la familia de su esposa no pudo evitar sudar frío, temía que le fuese a pedir el divorcio o en el peor de los casos, ella se hubiera enamorado de alguien más.
-Ya no te quieres casar conmigo, ¿cierto?
Akane le miró con sorpresa.
-¡Por supuesto que me quiero casar contigo!- exclamó. -Lo que tengo que decirte no tiene nada que ver con nuestra relación, al menos no en ese sentido.
Ambos guardaron silencio por unos segundos, mismos que él aprovechó para intentar adivinar lo que su pareja le diría, y ella para encontrar las palabras correctas. Los dos estaban asustados.
-Teníamos planeado graduarnos, hablar con nuestra familia, casarnos nuevamente, hacernos cargo del Dojo y luego, en unos años, tener hijos, antes buscábamos disfrutar nuestro matrimonio público.- comenzó. -Pero las cosas se salieron de control por un descuido mío.- al ver el semblante confundido del varón, continuó. -La noche que estuvimos a solas nos olvidamos de cuidarnos, y yo no tomé ninguna precaución, por lo que... Ay Ranma.- se cubrió el rostro con ambas manos, quería llorar. -Estoy embarazada.
Silencio.
Ninguno mencionó nada más luego de aquella confesión, él parecía no creer lo que su esposa le decía, mientras que ella evitaba cruzar mirada alguna con el de trenza, pues tenía miedo de ver el rechazo en su mirada.
Pero la reacción de él fue mejor de lo que esperaba.
-Júrame que no es ninguna broma o algún tipo de prueba.- murmuró antes de tomarla de las mejillas y cruzar miradas con ella. -Por favor Akane, dime que no es mentira.
La mencionada tomó sus manos y las colocó sobre su aún vientre plano. Sonrió.
-No estoy bromeando, vamos a ser padres, Ranma.
Ante esa respuesta él no pudo contenerse más, de forma inesperada comenzó a llorar, sorprendiendo a la azabache.
De todos los escenarios que se imaginó jamás pensó verlo así.
-Oye... ¿Estás...?
Él rápidamente la envolvió en un fuerte abrazo, mismo que fue correspondido por la artista marcial, quien acarició con ternura su espalda. Sabía que para Ranma era difícil mostrarse tan vulnerable, pues fue criado con la idea de que los hombres no debían llorar o ser débiles, por lo que comprendía que aquel gesto fue sólo para que ella no viera el estado en el que se encontraba.
-Me siento más completo que nunca, tú sabes que uno de mis mayores anhelos era formar una familia contigo y ahora...- suspiró. -Seremos padres...- musitó. -¡Voy a ser papá!
Una pequeña sonrisa se formó en los labios de Akane, quien se sentía más tranquila luego de escucharlo tan emocionado.
-Entonces... ¿No estás molesto?
Rápidamente él se separó de ella y la miró con horror.
-¡Por supuesto que no! Que esto pasará ahora no es culpa tuya, en todo caso era responsabilidad de ambos cuidarnos, ninguno lo hizo y bueno, ya no hay vuelta atrás.- respondió. -A menos que tú no quieras tenerlo.
Ella negó rápidamente.
-¡Yo si quiero tenerlo!- exclamó, y al darse cuenta de que habló demasiado fuerte, carraspeó. -Tenía miedo de decírtelo precisamente porque yo había decidido tenerlo, y debido a que nosotros teníamos otros planes pensé que a ti no te gustaría la idea de ser padres tan pronto.
Con una sonrisa él volvió a colocar una de sus manos sobre el vientre de su amada.
-Tenemos veinticinco años, tal vez no seamos lo suficientemente maduros, y es que nadie está preparado para una responsabilidad así, pero juntos sabremos hacerlo.- aseguró. -Ya estamos graduados, nos vamos a casar y vamos a hacernos cargo del Dojo, además pensaba conseguir algún otro empleo como profesor de educación física, así nos apoyamos más con los gastos hasta que tengas al bebé, no pienso permitir que hagas ningún esfuerzo a partir de ahora, ¿entendido?
El corazón de la joven saltó al escucharlo hablar tan emocionado, no esperaba que aquel adolescente terco, grosero y egocéntrico se convirtiera en alguien tan comprensivo, amoroso y empático.
-Aunque me niegue tú vas a insistir, ¿cierto?- él asintió. -¿Qué haría yo sin ti?
-No sé, tal vez seguirías siendo una niña amargada y grosera.
Ella rodó los ojos.
-Patán.
-Marimacho.
-Mujeriego.
-Terca.
-Egocéntrico.
-Mala cocinera.
-Afeminado.
Él se llevó una mano al pecho fingiendo dolencia ante lo que le había dicho.
-Eso me dolió, ¿cómo osas meterte con Ranko?
Ambos comenzaron a reírse divertidos antes de volverse a abrazar y fundirse en un tierno beso.
Fue así como, después de eso, durante esa semana fueron pensando en las palabras correctas para anunciar su compromiso y el embarazo, pues eran conscientes de que terminarían por darse cuenta de que algo le pasaba a Akane, en especial su hermana mayor, quien tenía mejor experiencia en ese tipo de temas debido a que ya había tenido un hijo, por lo que sería obvio para los demás que cada síntoma de la azabache tenía que ver con un embarazo.
Estaban nerviosos.
Luego de la ceremonia de graduación, al llegar a su hogar, le pidieron a toda la familia que se reuniera, pues tenían un anuncio que hacer; todos suponían lo que dirían, pero por precaución decidieron escuchar sin interrumpir.
-Primero que todo, nos gustaría agradecerles a todos por su presencia, fue maravilloso contar con ustedes en un día tan especial para nosotros.- inició el de trenza, quien se encontraba sudando debido a los nervios. -Por eso, aprovechando que están aquí reunidos, quiero aprovechar para dirigirme a usted, señor Tendo, y a ti, Kasumi, que has sabido ser la madre de Akane, para pedirles formalmente su mano.
Los presentes miraron con sorpresa a la pareja; sabían que tal vez anunciarían su relación, sin embargo no esperaban que Ranma, siendo como era, se atreviera a pedir la mano de Akane.
El padre de la joven carraspeó.
-Aprecio nos hayas tomado en cuenta muchacho, y de mi parte tienes mi bendición para casarte con mi hija, es algo que ya se tenía pactado desde que eran unos niños, pero mi hija es quien debe decidir, ya tiene la edad suficiente para hacerlo.
Kasumi asintió.
-También te doy mi bendición, Ranma, pero aquí mi hermana es quien tiene la última palabra.
Tras tragar en seco, el de oscura cabellera asintió, dirigiéndose a la azabache, quien lo miró extrañada cuando lo vio arrodillarse.
Él no le comentó que haría eso.
-Ellos tienen razón, tú tienes la última palabra, así que...- de su bolsillo sacó una caja, misma que abrió en presencia de todos, dejando ver un anillo que su madre le había dado tiempo atrás. -Akane, estos años a tu lado han sido los mejores de mi vida, juntos hemos aprendido un sin fin de cosas, entre ellas a amar, por eso te preguntó en presencia de tu padre, hermanas, y mis padres... Akane Tendo, ¿te gustaría casarte conmigo?
«Otra vez.»
Pensó. Ella sonrió y asintió.
-Acepto.- respondió y extendió su mano hacia él para dejarse colocar el anillo.
La familia reunida comenzó a aplaudir, estaban alegres por la noticia, sin embargo, no esperaban que la pareja les dijera algo más.
-Gracias por aceptarme, prometo hacer feliz a Akane.- murmuró Ranma una vez se levantó. -Pero hay algo más que nos gustaría decirles.- suspiró. -Nos gustaría casarnos en un mes.- todos comenzaron a murmurar. -Sabemos que es pronto, pero no podemos esperar, llevamos casi ocho años saliendo y nos gustaría dar ya el siguiente paso.- tragó nuevamente saliva. -Pero también quisiéramos hacerlo rápido porque...
Ranma comenzó a balbucear, se había puesto demasiado nervioso, más por la mirada penetrante de su suegro.
Lo único que quería era correr con su prometida y no volver.
-Bueno, ella, yo, los dos, nosotros, ustedes no, por supuesto, verán, lo que pasa...
-Estoy embarazada.
Todos guardaron silencio al escuchar las palabras de la azabache, mientras que Ranma se sentía al borde del desmayo debido a la mirada asesina del Tendo mayor.
Definitivamente iba a asesinarlo, pero aún así no se arrepentía de nada.
❃.✮:▹ ◃:✮.❃
¡Hey!
¿Qué onda?
Aquí LupitaHaibara trayendoles el día siete del #RankaneWeek. Sé que la semana término el domingo, pero ya está, se logró subir los 7 días; de todo corazón espero sea de su agrado ˙˚ʚ('◡')ɞ˚˙
Aprovecho para decir que esta basado en una canción que, la verdad, en cuanto la escuche supe que quedaría con la situación del séptimo dia, la canción se llama "All of me" de John Legend.˙˚ʚ('◡')ɞ˚˙
Ahora si, sin más que decir, yo me retiro, ya saben que cualquier cosita pueden dejarla en los comentarios, yo encantada de leerlos ˙˚ʚ('◡')ɞ˚˙
Nos leemos en otra realidad virtual ˙˚ʚ('◡')ɞ˚˙
Bais~
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