Una semana había pasado desde que decidieron huir temporalmente de su hogar, siendo esa, a su parecer, la mejor idea que pudieron tener. Amaban pasar más tiempo entre ellos sin que nadie entrara de manera inesperada o los extorsionara con tal de guardar su pequeño secreto.
Estaban viviendo la vida tranquila que tanto deseaban.
El celular de la azabache comenzó a sonar, haciéndole fruncir el ceño al ver quién era.
—¿Tu papá de nuevo?
Asintió.
—Le dejé un mensaje diciendo que yo me comunicaba con él, que le explicaría todo cuando regresáramos pero al parecer se está poniendo algo… Ansioso.
Ranma le quitó el celular para luego apagarlo y ponerlo junto al suyo.
—Aún nos queda una semana aquí, centrémonos en disfrutar nuestras vacaciones, ¿si? Ya tendremos tiempo para pensar que decirle a la familia.— le tranquilizó. —Ahora lo único que me gustaría es saber si te gustaría tener una cita conmigo.
Una pequeña risilla brotó de los labios de la joven, quien le miró incrédula. Aún no se acostumbraba a la faceta romántica de su pareja.
—Sabes que contigo iría hasta el fin del mundo, bobo.— sonrió. —Pero, ¿a dónde iremos?
El artista marcial hizo un gesto de silencio antes de guiñar un ojo a su amada.
—Tu sólo ponte más hermosa de lo que ya eres, da un paseo por la playa y al atardecer nos vemos en el mismo lugar donde pensé te habías enamorado de mi por la pastilla.
Akane volvió a reír cuando recordó aquel incidente, mismo por el que decidieron huir a la playa donde ocurrió, de algún modo planeaban recuperar el tiempo que no aprovecharon en ese entonces.
—No sé que tienes en mente Saotome, pero confiaré en que no armarás ningún alboroto… Sin mi.
Él soltó una sonora carcajada ante las palabras de la joven.
—Descuida, no podría hacerlo sin ti, mi marimacho.— depositó un pequeño beso en su frente antes de girarla a la puerta. —Ahora vete, necesito arreglar todo para nuestra cita.
La menor de los Tendo rodó los ojos para después hacerle caso y salir de la habitación dispuesta a disfrutar de su momento a solas. Si había algo que amaba de su relación era que ambos comprendían al otro y entendían cuando deseaban estar a solas, por lo mismo durante su estancia en ese mágico lugar cada uno había tenido su propio tiempo para salir cada uno por su lado, sin desconfiar o tener la inseguridad respecto a los que el otro estuviera haciendo.
Tuvieron que pasar por demasiados malos entendidos para aprender a confiar en ellos mismos, amarse y valorar su relación, pero aún así amaban el resultado que eso mismo les había dado.
Su relación ya era sana.
Akane pasó todo ese día paseando, nadando y comprando ropa para su cita, por lo que antes de que llegara la hora indicada regresó al hotel para alistarse, colocándose un hermoso vestido azul celeste y unas sandalias blancas a juego.
Estaba satisfecha con el resultado.
Sonriendo alegremente se dirigió al lugar donde su novio la había curado, sorprendiendose al encontrar un hermoso camino de corales que parecía guiarla a su punto de encuentro, por lo que no dudó y lo siguió totalmente entusiasmada.
Amaba el lado detallista de su pareja.
Una vez llegó al lugar miró asombrada la decoración, velas formaban un hermoso corazón, dejando en el centro la mesa donde se veía la cena ya servida, y al lado de todo, un nervioso Ranma le sonreía.
—Que puntual.— murmuró acercándose a ella para ofrecerle su brazo y encaminarla hacia la mesa, donde tras acomodar su asiento, ambos se sentaron.
—Sabes que me encanta llegar a tiempo.— sonrió. —Además, estaba impaciente por llegar, ya quería ver todo lo que habías hecho y he de decir que… Me encanta.
El varón no pudo evitar sonrojarse ante el halago de la azabache, por lo que apartó la vista para ocultar su vergüenza.
—No es nada, pero aún así me alegra que te guste, hice lo que pude, yo… No soy alguien demasiado romántico, pero lo intenté.
La menor tomó su mano y acarició el dorso de la misma.
—Eres tan dulce, nunca pensé que vería tu lado tierno.— confesó.
—Antes no habría sabido demostrarlo, más porque cuando nos conocimos apenas éramos niños buscando amor sin saber sentirlo, pero ahora… Encontré una persona más fuerte de lo que pensé, alguien tan poco afeminada que me terminó enamorando más de lo que esperé, y mira que yo no quería.— bromeó, recibiendo en el acto un pequeño golpe por parte de la joven.
—¡Oye! La que no quería era yo, nadie quisiera enamorarse de un mujeriego con más de una prometida.— le enseñó la lengua.
—Mi amor, yo sólo tengo una prometida.— respondió, sacando a su vez una pequeña caja de su bolsillo, misma que colocó sobre la mesa y abrió, dejando ver un hermoso anillo hecho con ramas y a modo de brillante tenía un coral.
Él mismo había hecho ese anillo.
—Ranma, ¿qué estás…?
—Quiero que lo hagamos oficial, deseo con toda mi alma que aceptes ser mi prometida, la única, mi futura esposa.— sonrió. —Y no te pido que nos casemos inmediatamente, nos casaremos después de graduarnos, tal como quedamos, sólo… Quería decírtelo aprovechando que estamos a solas…— confesó. —Akane Tendo, ¿aceptas este anillo como símbolo de mi amor y prueba de lo que siento por ti?— cuestionó. —¿Te casarías conmigo?
La mencionada no podía hablar, seguía sorprendida por la inesperada propuesta del joven, pues a pesar de saber que un día él le propondría matrimonio, no esperaba que fuese tan pronto. Estaba demasiado emocionada.
Una pequeña sonrisa se formó en sus labios antes de comenzar a asentir lentamente.
—Sí, sí acepto casarme contigo, bobo.
La mirada del artista marcial se iluminó con su respuesta, y sin esperar más sacó aquel anillo artesanal para colocarlo en su dedo, sellando así su compromiso.
—Ahora sí, tú eres mi única prometida, ya nada podrá…
—Casémonos aquí.— soltó la menor, asombrando al de trenza.
—Pero tú dijiste…
—Cuando nos graduemos podemos casarnos por la iglesia, ahora que estamos los dos aquí, solos, podríamos casarnos por lo civil, si tú quieres.
Ranma se puso rápidamente de pie y, sin siquiera dejarla probar un bocado de la cena que él había preparado, la ayudó a ponerse de pie, tomándola de la mano.
—¿Qué estamos esperando?
Ambos rieron como dos niños pequeños a punto de cometer una travesura, echándose a correr en busca de un sitio donde unir sus vidas sin nadie que pudiera evitarlo.
Sólo ellos, las olas, la luna y su amor.
❃.✮:▹ ◃:✮.❃
¡Hey!
¿Qué onda?
Aquí LupitaHaibara trayendoles el día tres del #RankaneWeek. Sé que la semana término el domingo, pero por bloqueo y ocupaciones no pude subir cada capítulo en sus respectivos días, por favor sepan comprender, de todo corazón espero sea de su agrado ˙˚ʚ('◡')ɞ˚˙
Aprovecho para decir que esta basado en una canción que, la verdad, en cuanto la escuche supe que quedaría con la situación del segundo dia, la canción se llama "Perfect." de Ed Sheran.˙˚ʚ('◡')ɞ˚˙
Ahora si, sin más que decir, yo me retiro, nos andaremos leyendo en unos instantes con el día cuatro, ya saben que cualquier cosita pueden dejarla en los comentarios, yo encantada de leerlos ˙˚ʚ('◡')ɞ˚˙
Nos leemos en otra realidad virtual.˙˚ʚ('◡')ɞ˚˙
Bais~
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro