3-La voz de la geisha
Zona urbana de Shirakawa, Japón.
Año 1868, primera semana de Noviembre.
Era Meiji.
En aquella mañana de invierno, en la okiya (Casa de Geishas) "Oran", Oka-san (Madre. Dueño y jefe de la casa de las geishas) Niaru se despertó rápidamente. Se puso un kimono color negro con flores blancas con un obi fino, unos gruesos tabi color blanco y sujetó su largo cabello rubio con una peineta azul a juego con sus ojos. Debía apurarse si quería comenzar pronto con las actividades del día. Bajo las escaleras hasta la plata baja buscando a los criados para ordenarles que preparen el desayuno de los hokan (geishas masculinos), que limpien la entrada y compren sus periódicos. Para él, la persona que no buscara informarse y aprender, no servía para nada.
Subió las escaleras pasando por las habitaciones para despertar a los chicos. Si bien ellos eran obedientes, debía ratificar su autoridad visitando a cada uno y controlando que se vistan correctamente. Al final del pasillo se hallaba la habitación del maiko (hokan o geisha virgen) más joven, pero más temperamental en las mañanas.
— Sain despierta— dijo Niaru acercándose al futon del menor — tienes que bajar a desayunar con tus hermanas.
— 5 minutos más— pidió con las voz ronca del sueño, tapándose hasta la cabeza.
— No en mi casa— levantó la voz el mayor tironeando del kakebuton blanco, destapando al chico y luego se acercó a la ventana y abrió bruscamente las cortinas para dejar entrar la luz del sol.
— Madre, ¿es necesario abrir así las cortinas todos los días? — preguntó Sain, tapándose los ojos con la manga de su kimono que usaba a modo de pijama.
— Si no fueras tan quisquilloso, no lo sería— contestó— mírate nada más ¿Qué forma de dormir es esa? — preguntó viendo al joven con indignación. Aún con la cabeza en la almohada su cabello negro y largo se desparramaba como una enredada cascada, tenía los hombros de su kimono caídos dejando ver su cuello, su clavícula y parte de su pecho. Lo que oka-san nunca admitiría es que incluso así, despeinado, dormido y con la ropa desarreglada, ese jovencito era precioso como una clavelina recién florecida.
Lo levantó de la cama tirándolo del brazo y lo llevó frente al espejo. Lo sentó en el pequeño banquito de madera negra y desenredo, con algo de dificultad su cabello.
— ¿No podía Karumu onee-sama (hermana mayor) venir a vestirme? — preguntó luego de hacer una mueca de molestia por los tirones de pelo.
— Tenía que encargarse de ayudar a vestir a Kyouya para llevarlo al doctor. Recuerda que se torció el tobillo en su show en la casa de té anoche — contestó el mayor tomando el cabello de Sain para atarlo en un rodete bajo con una cinta rosada.
Sain se levantó y se sacó el kimono arrugado y el fundoshi y se dirigió al cuarto de baño, donde se lavó con agua tibia mezclada con esencia de durazno y jazmín. Al salir Niaru secó su cuerpo y esperó a que se pusiera el fundoshi de algodón para recién ponerle el jinbei blanco y el kimono color beige con cuello rojo brillante, distintivo de los maiko, con un estampado que simulaba una nevada suave y los tabi blancos.
Finalmente bajaron ambos a desayunar. A Sain le gustaba mucho caminar por los pasillos y ver los retratos de anteriores geishas y hokanes que trabajaron en esa okiya. Todos de una belleza única y maquillaje exuberante. Llegaron al comedor donde 3 jóvenes los esperaban: Mikaeru, el mayor de los hokanes, de tez blanca, cabello negro y largo, con un kimono color cian de cuello blanco, que demostraba su estatus; Akane, maiko protegido de Mikaeru, de cabello largo y negro, ojos rasgados de color verde, llevaba un kimono verde lima con estampado de nardos; y por último estaba Aratani, un chico de baja estatura, pelirrojo, ojos negros rasgados, que llevaba un kimono color rosa pálido, recién era un miranai (aprendiz de maiko). Saludaron una reverencia a Niaru y se sentaron en los cojines a desayunar.
— Vamos a repasar las actividades de hoy — dijo Niaru luego de tomar un largo trago de té verde .— Miku—. Mirando a Mikaeru—. Llevarás a Aratani y a Akane a sus clases de baile y cuando vuelva Karumu todos practicaran maquillaje. Sain practicaras pintura mientras los demás no están— sentenció.
Todos asintieron sin decir nada más. Nadie cuestionaba las órdenes de oka-san.
Terminaron de desayunar y partieron cada una a hacer sus labores. Mientras tanto Niaru se encargaba de las apuestas. Esa noche se anunciaría quien sería el danna (hombre que pagaba por los servicios de una geisha o hokan) de Akane y hasta ahora los montos por su mizuage (virginidad) no eran satisfactorias. «Y pensar que hasta el consejero del anterior daimyo-san apostó por mi», recordaba oka-san con algo de nostalgia. Hacia 10 años que se había vuelto dueño de esa okiya, 10 años en los que se había vuelto un experto en finanzas y en cultura de varios pueblos. Esos conocimientos se los transmitía a sus aprendices para que no sean cáscaras vacías que solo sirvan para adornar.
Mientras tanto, Sain pintaba una camelia rosada en lienzo sentado en el pequeño jardín detrás de la casa. Las clases de pintura eran uno de los pequeños lujos de su "madre" le permitía.
Desde que era muy pequeño que vivía en aquel edificio de 2 plantas junto a sus onee-sama y sus hermanos menores, ya había pasado mucho tiempo. Le preocupaba que de la noche a la mañana oka-san le anunciara que tenía un danna esperando para reclamarlo. Pero ¿Qué más podía hacer? Tenía una enorme deuda con Niaru y con la okiya y la pagaría de una u otra forma.
— ¿Qué ocurre, hermanito? — preguntó un joven de cabello negro suelto, y tranquilos ojos negros — tu pincel no se mueve correctamente, estás manchando el lienzo — comentó sentándose a su lado, cuidando que su kimono celeste no se arrugara.
— Perdona Karumu onee-sama, solo fue un desliz— respondió apenado, bajando la cabeza y dejando el pincel a un lado.
— Vos no conoces los deslices, oka-san y yo no te criamos así ¿Piensas en lo que le sucederá a Akane? — preguntó curioso.
— Tengo miedo de que me llegue la hora — Lo miró con sus ojitos color ámbar vidriosos por las lágrimas.
— No temas corazón—. Karumu lo abrazó dulcemente —. Saldrá todo bien. Vamos adentro, madre te esta buscando para que practiques tu maquillaje — finalizó tomándolo de la mano para llevarlo adentro.
Llegaron a la sala donde oka-san tenía preparados 4 espejos y las 4 cajas de maquillaje de cada chico.
— Bajen sus kimonos hasta los hombros o los mancharan — ordenó Niaru. Todos bajaron sus kimonos dejando a la vista sus hombros y sus pechos planos de piel sedosa.
Primero tomaron el bintsuke-abura (Aceite corporal que se aplica previamente al maquillaje) y lo esparcieron por toda piel de su rostro, cuello, manos y nuca. Por los mismos lugares aplicaron el polvo de arroz para blanquear su piel, dejando una V en su nuca.
Pusieron un poco de rubor sobre sus mejillas para que no parecieran tan blancas. Pasaron una pequeña esponja para eliminar el exceso de humedad y con un carboncillo pintaron sus cejas y delinearon sus ojos. Con pintura color fucsia pintaron el contorno de sus ojos. Sain tuvo que pintarse un poco más ya que sus ojos, a diferencia de los de sus hermanas, eran grandes y de contornos muy marcados. Finalmente pintaron sus labios, con la brocha dibujaron un pequeño corazón sobre sus labios y pusieron azúcar quemado sobre estos para que brillaran más. Aratani solo pinto su labio inferior. 1
— Suban sus kimonos— ordenó el mayor— Akane tus pómulos están demasiado blancos. Aratani se corrió la pintura en tus labios, cuidado con el azúcar. Sain pon más carbón en tus cejas. Kyouya te ves perfecto. Los demás arréglense —. Los chicos debieron corregir su maquillaje y mostrarse ante Niaru otra vez.
—Ahora si se ven bien. Límpiense y Akane ven conmigo. Debes bañarte y vestirte para tu debut de esta noche. Mikaeru — gritó— ayúdame a arreglar a tu hermana deja de coquetear con el maldito jardinero — siguió gritando indignado.
Se limpiaron y cada uno hizo las tareas que le quedaban, ya sea practicar música o estudiar idioma.
Al caer la noche, con su luna llena, Akane partió en una carroza junto a su onee-san a la casa de té para su debut. Su danna resultó ser uno de los ministros del pueblo, que pagó una cantidad generosa por el joven maiko, pero menos de lo que realmente valía.
Los demás debieron quedarse y se acostaron temprano por órdenes de oka-san. Niaru por fin tuvo tiempo de leer sus diarios. Uno de ellos era un diario estadounidense en cuya plana tenía la noticia del triunfo de Ulysses S. Grant en las elecciones. Solo por sus conexiones con el clan Chōshū podía conseguir esas publicaciones.
La noche transcurría con tranquilidad excepto para el pequeño Sain. Se revolvía en su cama transpirando copiosamente mientras gemía. Trataba de mover sus manos pero no podía. En su mente se arremolinaban imágenes horribles que aparecían como flashes constantemente. No supo en que momento logro despertar y gritó desesperadamente espantando a todo el mundo.
Karumu y Niaru corrieron hasta su habitación y al entrar lo encontraron llorando, gritando y pateando la frazada. Entre los dos lo sujetaron y lo abrazaron para controlarlo.
— ¿Qué sucedió Sain? Contéstame— preguntó Niaru preocupado. Sain no dejaba de llorar.
— Hermanito tranquilo— dijo Karumu al borde de la histeria.
— Fue horrible. No podía respirar, veía a un hombre ensangrentado llorando y maldiciendo frente a dos cuerpos inertes—. Golpeaba su rostro y tiraba sus cabellos—. Yo estaba petrificado no podía moverme pensé que me moriría— dijo Sain abrazado a su onee-san.
— Fue una pesadilla — dijo Karumu algo más tranquilo.
— Tengo un mal presentimiento de esto— dijo oka-san sumamente pálido.-
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1 Debido a que Aratani tenía el estatus de miranai, que era la aprendiz de maiko (geishas o hokanes vírgenes en preparación y por las que se pagaba más), era costumbre que al momento de maquillarse se pintaran solo el labio inferior.
Hola! Por fin llegamos al tercer capítulo! ☺
A partir de la presentación de estos 3 escenarios ya se comenzaran a vincular los personajes unos con otros ♥♥♥
→ → → SE CAMBIA EL DÍA DE ACTUALIZACIÓN A LOS MARTES ← ← ←
Les prometo que durante la semana subiré las guías de contexto y costumbres japonesas para que puedan comprender mejor a este mundo. Y a semana que viene también habrá un especial de 2 capítulos. ☺☺☺
Prepárense para el drama. MUAJAJAJAJJA
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