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15- Sumidos en el silencio. Parte 2: una luz de esperanza

Shirakawa, Japón.
Año 1869, finales de Enero, día del juicio.
Era Meiji.

El palacio era un hervidero de gente que corría de aquí para allá. El único estático era Liam. Se quedó en su habitación viendo por la ventana a las aves que se posaban sobre las ramas de los árboles. Él mismo deseaba ser una de esas aves.

—Mi señor ¿está usted bien? —. El daimyo reconocería esa voz en cualquier lado.

—Adelante —dijo y observó a la persona que entraba en su habitación. Era Zayn. Vestía con un kimono blanco como la nieve con flores amarillas y un obi color verde claro. Su cabello estaba suelto.

—Me hace bien verte —comentó acercándose a él para tocar su rostro. El menor estaba serio.

—Liam ¿Qué te sucede? —preguntó el joven preocupado —sigues encerrado aquí y a mi no me permiten bajar. Todos están asustados, incluso Hiroyuki-san parece enfermo —. Zayn bajó la mirada. Liam lo abrazó fuertemente.

—No quiero que estés cerca cuando traigan al condenado aquí al palacio. Lamentablemente dictaminé que el juicio sería aquí, no voy a arriesgarme. Mandé a que traigan a Niaru para que te haga compañía —finalizó el joven señor. El hokan seguía intranquilo.

— ¿Estarás bien? —. Por fin el más joven levantó la mirada. Se reflejaba el miedo en sus ojitos color miel. El gobernante no podía estar más enternecido. Se inclinó y dejo un beso casto en sus labios.

—Estaré bien. Te mandaré a llamar al finalizar el juicio —dijo soltándolo. Zayn asintió y ambos salieron de la habitación para ser escoltados, uno al salón del trono, y el otro a una habitación donde lo esperaba el antiguo hokan de cabellos rubios.

El daimyo bajo las escaleras y se encontró con lo que parecía, aparentaba, o se acercaba a ser un atisbo de lo que conocía como Steve. El pobre hombre estaba muy demacrado: vestía totalmente de negro, su cabello estaba opaco, su piel lucia un tono verde amarillento, sus ojos estaban rojos y con unas pesadas ojeras.

—Sensei, luces fatal. Mejor ve a casa y descansa. Espera un minuto ¿fumaste otra vez? —preguntó Liam indignado al sentir en su piel el baho tan particular de la droga impregnado en la persona que se hallaba frente a él.

—Mi señor, estoy bien —dijo Steve lánguidamente —solo fue para calmar el estrés no es nada. Anoche no dormí bien pensando en el día de hoy. No veo la hora de que llegue la ejecución de ese maldito idiota —. Hasta eso ya se veía al mayor algo más animado.

— No desvíes el tema. Por mí que se muera sólo el ninja. No puede ser que cada vez que sucede algo grave recurras al vicio. Me enferma el solo pensarlo. Prométeme que ya no lo harás, es más, es una orden.—dijo Liam enojado y preocupado. Sabía que su maestro no era nada bueno para manejar la tensión.

—Te lo prometo y gracias por preocuparte por mí —dijo Steve poniendo su mano en el hombro del más joven. No volvieron a hablar.

ºººººººººººº

Harry estaba volviéndose loco. En la mesa estaban regados incontables papeles garabateados y manchados, armas, las ropas que uso el ninja, y el cuadro destrozado. Ambos habían pasado toda la noche estudiando minuciosamente las pruebas buscando un patrón.

Parecía no tener fin. Era como si nada tuviera sentido. Se hacía cada vez más tarde y no podía seguir retrasándose más.

—Harry —Louis lo llamó — ¿Qué más nos falta? Ya hemos visto todas las pruebas mil veces y aún no sacamos nada contundente.

— ¿Seguro que no hay nada más? —preguntó el samurái. Ambos estaban con unas enormes ojeras debido a la falta de sueño.

—Sí. No puedo probar que los shurikens no son míos. No hay sangre en mi ropa ni en las armas que yo llevaba. Ya no queda nada —dijo el ninja rendido, sentándose pesadamente sobre la silla.

— ¿Y la letra? La de las cartas de amenaza y la del cuadro ¿no te dice nada?

—Las reconozco pero.... —. Louis sobó su rostro con ambas manos —. No podría decir con exactitud de quien es —. Se detuvo a pensar la situación por un momento —. ¿Hubieron otros ataques al pueblo antes? Quiero decir, si es que ya habían recibido amenazas de otros clanes.

—Ahora que lo pienso sí.... —. Salió corriendo a buscar una caja que contenía algunas cartas arrugadas y pergaminos manchados —. Aquí guarde algunas cartas que fueron enviadas a Liam-dono a lo largo de un año. Son petitorios de otros clanes para que se una al bakufu.

—Déjame verlas —. Revisó minuciosamente cada carta —. Algunas coinciden con la caligrafía de quien arruinó tu cuadro ¿Será que al final fue un plan bien organizado por algún hijo de muy puta del bakufu? —preguntó indignado el ninja de ojos azules —me tienen más que harto con su guerra sin sentido y su política sucia. Si ya perdieron de todos modos.

—Podría ser. Si tan solo tuviéramos más tiempo.... —Harry quiso continuar pero fue interrumpido por el ninja.

—Tranquilo.... Ya has hecho mucho por mí. No podría pedirte un milagro ni aunque pudieras concedérmelo —. Louis miraba directo a los ojos de Harry. 

Sus miradas, cansadas, asustadas, llenas de incertidumbre, se conectaron. Entre el azul del cielo y el verde vivo de los campos en primavera había aún algo de paz y confianza. 

Algo que les daba esperanza.

—Por favor Louis —. El samurái tomó las manos del ninja entre las suyas —. No podemos rendirnos. No mereces morir.

Justo cuando el menor iba a contestar tocaron la puerta de forma violenta. 

Eran los guardias que venían por Louis. 

Se soltaron de forma brusca a causa de la impresión.

—No lo hagas más difícil samurái. Será mejor para ambos —le dijo el ninja a modo de consuelo.

Harry no pudo hacer nada. Se vio obligado a ponerle las cadenas y los grilletes en sus manos y en sus pies. Solo llevaba puesto un kimono negro que le fue prestado por Kaoru antes de irse, ya que necesitaban sus ropas como prueba. 

Antes de salir de la casa Harry lo miró profundamente. «Te prometo que te ayudaré. Demostrare tu inocencia y limpiare tu honor», pensó.

El ninja sonrió de forma casi imperceptible, como si hubiera escuchado su pensamiento.

—Yo los alcanzaré después —fue lo que Harry contestó cuando uno de los guardias le preguntaron si los seguiría —debo vestirme apropiadamente —puso como excusa.

Fue a vestirse rápidamente con un kimono negro y un hakama blanco, se recogió el cabello, tomó todas las pruebas llevándolas en una caja y salió para subir al carro que lo llevaría al palacio. 

No veía las horas de ver a Louis y asegurarse de que Ashton y Luke no lo dañaran. Por algún motivo que, tal vez no querÍa aceptar, no quería estar separado del ninja.

Mientras tanto, Louis fue llevado al calabozo para luego ser conducido al salón donde se realizaría la audiencia.

Lo encadenaron casi totalmente: grilletes en pies y mano, una pesada cadena en el cuello y otra en su cintura. Todo esto hacía que le cueste caminar y los guardias lo golpeaban. No podía recordar hacía cuanto que los golpes habían vuelto a doler. En un momento normal de su vida no sentiría el peso ni el dolor, no bajaría la cabeza ni sentiría miedo. 

Realmente se había ablandado.

Esas sonrisas que el samurái le dedicaba, la ropa suave que lo obligaban a usar, la risa del pequeño Yuki, sus charlas en la cocina con Gemma.... como extrañaba todo aquello. Solo unas horas habían pasado y ya sentía la falta del aroma a jazmín y loto que inundaba la casa. 

Le provocaba temor la idea de no volver. 

Su único consuelo fue un pequeño rayo de sol que se colaba por la pequeña ventana de su celda. Decidió tomarlo como una buena señal.

ºººººººººººº

El salón se encontraba ya dispuesto para que se realice el juicio. Los altos mandos militares y los ministros se encontraban ya ubicados en sus respectivos lugares y Liam ya estaba sentado en su trono. Llevaba un kimono azul y un hakama negro, su barba perfectamente peinada al igual que su cabello.

—Traigan al acusado —ordenó Steve. Entraron Ashton y Luke con el ninja encadenado casi a rastras.

—Mi señor —habló Ashton —aquí le traemos esta escoria para que sea ejecutada. 

—No te apresures —dijo Liam —aún debe ser juzgado.

—Ryamu no kimi —se apresuro Luke —el samurái dokoro, que teóricamente debe defenderlo ni siquiera hizo por venir. Es obvio que este hombre esta muerto.

— ¡Esperen por favor! —gritó Harry desde la puerta. Se notaba que había venido corriendo ya que tenía varios mechones de su cabello sueltos. 

Al querer acercarse a Steve para entregarle las pruebas que llevaba en la enorme caja, esta se le cayó en los pies de Luke.

— ¡Pedazo de idiota, inútil, torpe, descerebrado, animal! —gritó el samurái de menor rango.

—Jódete —susurró Harry.

— ¿Puede ser que cada vez que vengas aquí por un asunto importante vas a hacer un papelón de estos? —preguntó Steve indignado. Todos los demás trataban, algunos en vano, de no reírse.

—Sutoiresu Aru —lo llamó Liam de forma solemne — ¿has traído las pruebas que me prometiste?

—Si mi señor —. Steve abrió la caja y puso sobre una mesa todo lo que allí se encontraba. Liam debió aguantar las arcadas al ver las armas que fueron sacadas de los cuerpos de su mujer e hija.

— Aquí le presento las armas que fueron sacadas de la escena y las que Rouisu llevaba cuando fue capturado. Las formas y grabados son distintos, incluso podrían indicar la pertenencia a clanes distintos.

—Eso es muy relativo —habló el consejero de daimyo-sama —las armas pudieron ser plantadas para que no sea culpado.

—Revisen la ropa que llevaba ese día, no tiene ni una gota de sangre —se apresuró Harry al ver que Liam seguía en silencio.

—No se sabe con exactitud cuanto tiempo llevaban muertas Akira-san y Aiko-chan, tranquilamente pudo haberse cambiado de ropa —comentó Ashton.

Hasta eso el samurái ya estaba a punto de un ataque de nervios. Las ideas se le agotaban al igual que el tiempo. 

Para peor, no se atrevía a mirar a Louis, no quería aceptar que ya estaba a punto de perder. En ese momento recordó lo último que habían hablado.

—Hay una cosa más —habló firme y con el rostro en alto. No perdería sin luchar — hablando con Rouisu pude descubrir que hay un patrón recurrente con respecto a los ataques y las amenazas. Desde los ataques ocurridos hasta el último ataque de hace unas semanas pude comparar la letra utilizada en las cartas y escritos y todas coinciden, probando así que son parte de ataques del bakufu. Los mismos que son los que contrataron a los ninjas y sicarios que acabaron con los daimyos de otros pueblos y los mismos que contrataron a un ninja para que destruyera a su familia y utilizaron a este hombre como chivo expiatorio —finalizó dejando a todos sorprendidos.

— ¿Va a creerle a este hombre, a este traidor que se dejo engañar por las habladurías de esta escoria? —preguntó Luke entre risas, disimulando la desesperación que sentÍa.

—No puede ser la forma en que te has puesto en ridículo Aru —habló Ashton con aires de superioridad —parece que has perdido el juicio y el honor.

— ¡Cállense! —gritó el samurái encolerizado —son ustedes los que no tienen honor. Mi señor por favor se lo pido. Revise usted mismo las pruebas y luego acúseme de loco o mentiroso pero no condene a un hombre inocente.

—Mírate. Ya no sabes que estupidez decir —dijo Luke. Ambos samuráis de menor rango seguían riéndose a costillas de Harry. 

Steve estaba mudo, no sabía qué hacer. 

Louis ya estaba resignado a que sería asesinado.

Como si el destino lo hubiera querido Liam miró a Louis antes de que este bajara la cabeza en señal de rendición. Nunca había visto unos ojos de ese color, ni con ese brillo, ni mucho menos con ese temor de morir. 

Ya no era ese hombre de corazón agrio que se presentó por primera vez ante él, era diferente. 

Tal vez sus sospechas no estaban tan erradas. 

Por dios.... ¿Que era lo que estaba haciendo?

— ¡Suficiente! —gritó Liam —debido a la poca seriedad y la falta de investigación declaró la nulidad del juicio. Se realizará otra audiencia en el plazo de dos meses. El acusado volverá a ser puesto bajo la custodia del samurái dokoro, quien se encargara de esclarecer el tema de los patrones de ataque para reforzar la seguridad del pueblo. Hasta entonces todo el mundo puede retirarse —finalizó. 

Harry tuvo que contenerse para no ir y abrazar a su amigo. Steve seguía consternado sin entender que habia sucedido y los dos jóvenes samuráis no cabían en su odio.

Harry se dirigió hasta Louis y lo ayudó a levantarse del suelo.

—Dime por favor que estas bien —le preguntó en un susurro. 

El menor solo asintió y Harry sonrió complacido. El alivio se mostraba en los ojos de ambos. Estaban vivos, tenían mas tiempo. 

Por fin volverían a casa.

ºººººººººººº

Cuando el guardia les informo que el juicio había sido declarado nulo a Zayn se le formó un nudo en la garganta. La conversación con su madre ya lo había dejado con un mal sabor de boca pero esto ya era el colmo. Parecía que ni un día de paz podía tener.

—Madre tengo miedo —dijo Zayn mirando a Niall.

—Vamos abajo y busquemos a Liam para asegurarnos de que esta bien, tampoco me gusta todo esto —comentó oka-san acompañando a su hijo. 

Durante todo ese tiempo estuvieron practicando ikebana, el arte de hacer arreglos florales. El que llevaba el hokan en sus manos era bellísimo: lilas, rosas, jazmines, crisantemos, narcisos y anémonas lo componían formando un hermoso buké perfumado y colorido, adornado con una cinta color lila en un jarrón celeste claro.

Bajaron junto con un guardia con cuidado de no caerse. Al pasar por el pasillo del salón principal pudieron ver como el ninja era llevado del brazo por Harry.

No parecía ser un ninja asesino, su cuerpo era demasiado delgado y curvilíneo como para ser sometido a un entrenamiento muy duro y ese brazalete que llevaba en la mano no era nada masculino y.... Esperen un momento.

¿Por qué llevaba un brazalete tan fino? Antes que eso ¿Por qué llevaba ese brazalete? Era de plata fina, con un dije color azul brillante, en forma de gota ¿Abra sido un obsequio del samurái Harry?

Aquella y muchas preguntas más murieron en su mente al ver que de la nada Niall salió corriendo, empujo al ninja y lo estrelló contra la pared.

— ¡¿Por qué tienes ese brazalete?! ¡¿Quién te dio derecho a usarlo?! —gritó el antiguo hokan mientras con sus manos ahorcaba a Louis —. Le pertenece a mi hermana.

—No sé de que hablas vieja loca, esto me pertenece —le escupió de forma seca el ninja de ojos claros ganándose una bofetada.

—Insolente, te arrancaré la lengua —dijo cuando Harry tomó sus manos para tratar de separarlos— ¡suéltame mocoso!

—Ni hablar —contestó el samurái —Steve ayúdame a controlar esta cosa loca —llamó a su maestro cuando Niall comenzó a patalear pasa zafarse. Su kimono color coral estaba todo desarreglado al igual que su cabello a causa de la lucha.

— ¡Sáquenmelo de encima! —gritó Louis tratando de alejarse en vano ya que las cadenas no permitían que se mueva demasiado.

—Sepárenlos inmediatamente, Zayn no te acerques —dijo Liam al ver que su hokan trataba de acercarse para ayudar a su madre.

— ¡Ya suéltenme! —gritó Niall soltándose del agarre de Harry para tomar a Louis de las solapas del kimono y lanzarlo como si no pesara nada. Pero no calculó la distancia ya que el ninja terminó cayendo...... encima de Zayn.

El jarrón con las flores que toda la mañana tardó en arreglar se destrozó en mil pedazos. Las flores quedaron esparcidas por todos lados. Nadie decía absolutamente nada y oka- san estaba pálido del susto entre los brazos de Steve.

El ninja se levantó lentamente, a causa de las cadenas y con cuidado de no golpear más al muchacho.

— ¿Estás bien? Lo... lo lamento no quise caerme encima tuyo, estas malditas cadenas. Casi ni puedo moverme por favor no fue a propósito. Esa maldita vieja loca me las va a pagar —dijo Louis en un sólo segundo. Temía que ahora si lo ejecutaran por golpear al hokan del señor feudal.

Zayn estaba en completo silencio mirando con miedo al ninja. Había caído de espaldas, su cabello estaba mojado y con flores enredadas. 

Miraba fijamente a Louis, como si quisiera estudiarlo. De la nada recordó el jarrón y las flores y al querer levantarse vio sangre en su mano izquierda. 

Se había cortado con uno de los trozos del jarrón, su arreglo estaba destruido. El regalo que deseaba hacerle a su amado señor estaba destrozado.

No pudo aguantar y, entre el miedo, el dolor y la vergüenza, se largó a llorar a los gritos sujetando su mano y  cerrando fuertemente sus ojos.

— ¡Ryamu-sama, Ryamu-sama! —gritaba. Liam llegó corriendo hasta él como si nada más importara y lo abrazó. El hokan ocultó su rostro en el pecho de su amo.

—Mi señor perdóneme, no quise hacerlo. Hijito lo lamento, todo es culpa de ese maldito ninja —habló Niall tratando de soltarse del agarre del mayor.

—Vos me lanzaste, es tu culpa —aclaró Louis mirándolo con odio. Encima que había querido quitarle su brazalete lo mete en más problemas.

— ¡SÁQUENLOS INMEDIATAMENTE DE AQUÍ, NO QUIERO VOLVER A VERLOS O LOS HARÉ EJECUTAR! — gritó encolerizado el daimyo.

Steve alzó a Niall de modo nupcial y se fue corriendo por los pasillos, mientras que Harry y Louis, sin que Liam termine de hablar ya habían corrido hasta el carruaje que los llevaría de vuelta a la mansión. Solo quedaron Liam y Zayn abrazados.

Una criada trajo vendas y ungüentos antisépticos para curar al menor pero el gobernante pidió que los dejen solos. Tomó entre sus brazos a Zayn y lo llevó hasta su habitación. Allí curó sus heridas y lo vendó con cuidado de no causarle más dolor. El muchacho lloraba sin emitir un solo sonido. Luego de un largo silencio el hokan hablo en un susurro.

—Las flores.... las flores —. No podía hablar por el nudo que tenía en la garganta a causa del llanto.

—No te preocupes, te ayudaré a hacer un nuevo arreglo —trató de consolarlo mientras acariciaba su cabello.

—Quería regalártelas..... Luego del juicio —pudo articular finalmente, volviendo a llorar con fuerza. Liam lo volvió a abrazar acunándolo contra su pecho.

—Está bien amor, llora todo lo que quieras —le dijo el daimyo al hokan. Ese día nadie tendría que haberse levantado.

—Tenías razón —soltó de la nada Zayn algo más calmado luego de un rato de silencio.

— ¿Sobre qué? —preguntó el mayor desconcertado.

—Hoy vi sus ojos, no son los ojos de un asesino. En ellos no había odio, yo tampoco sentí odio al mirarlo. Creo que es inocente —contestó dejando a Liam con una mezcla de emociones contrarias. ¿Qué le diría al pueblo ahora? ¿Qué tenía que hacer? La guerra se acercaba y el no podía ni condenar a un hombre a muerte.-



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Holaaaaaaaa como están???? 

Hay detalles del capítulo que tendrán que tener en cuenta porque se los vuelve a retomar mas adelante, ya que son parte del drama.

Como verán, la relación entre Harry y Louis va mejorando progresivamente, cosa que incluso a mi ya me tenia ansiosa jeje. Y siempre voy a poner imágenes de los kimonos ya que de los extravagantes kimonos y hakamas que usan los personajes con un rol predominantemente masculinos no hay nada que se les parezca, ya que los que usaban verdaderamente los hombres japoneses eran todos de colores oscuros (aburridos eran los tíos estos no?) 

Por otro lado, el cd de Harry sale el viernes KABDJEJSVSYSVDNKDDJSGABDJSVAUSNSKDHSHAI no puedo contener mi emoción y sé que ustedes tampoco.

En fin.  Ya saben que las imágenes y gifs utilizados no me pertencen. Gracias por leer 😘😘😘

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