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Capítulo 03: Parafilia.

Enid.

Domingo, 06 de Julio de 2014.


Me desperté con el sonido de la alarma de mi móvil. Lo había programada para sonar a las seis de la mañana. Hoy sería un día importante. Hoy había decidido en seguir a uno de mis chicos a su trabajo. Nunca lo había hecho, pero presentía que si lo hacía tendría más inspiración para escribir esta noche.

Cuando me senté sobre el colchón con emoción me dí cuenta de la presencia inmóvil de mi padre a mi lado. En el espacio junto a mí, en la cama, se encontraba mi padre recostado, ya despierto. Él parecía haber despertado antes que yo. ¿Por qué dormí con él? No confiaba en dejar a papá en su habitación con todos esos extraños en la casa. Por eso lo acosté en mi cama, y dormimos abrazados toda la noche.

Él me miró, y yo lo miré, me sentí un poco mal al ver que todavía le habían quedado rayas en la cara.

—Te quitaré mejor esas manchas en la bañera. —le hablé tocando su cara con mi mano, y con mis dedos sentí su barba que estaba creciendo. Papá sólo me miró con esa expresión tan vacía de siempre, y yo me incliné, y lo besé en la mejilla—. Pero tengo que revisar mi perfil. Necesito ver como van mis vistas, papi.

Me levanté de la cama y me dirigí hacia mi escritorio. Encendí mi computadora y entré en Wattpad. Me quedé boquiabierta al ver las notificaciones. Tenía más de 3k, y al revisar rápidamente me dí cuenta de que mi novela "Nuestro amor Secreto", había aumentado de reconocimiento.

«Mi historia tiene miles de vistas, votos y comentarios. Dios mío. ¡Soy una tendencia de Wattpad!»

Abrí algunos comentarios y los leí con una sonrisa. Todos eran positivos y elogiosos. Todos alababan mi historia, mi estilo, y mis personajes. Todos me pedían que continuara escribiendo "Nuestro amor Secreto", y yo sabía que les daría más. No había llegado ni siquiera a la mitad de la historia, pues apenas llevaba como dieciocho capítulos, pero poco a poco me acercaba a la mitad.

—Todos están valorando mi trabajo, papi. —le hablé para que lo supiera, y continué leyendo mis notificaciones por encima.

Eran tantas que no quise quedarme todo el día pegada al computador, así que me levanté para comenzar con mi día. Hoy iba a seguir a Ashton. Lo había decidido justo ahora, que él sería el primero en seguir a su trabajo. ¿De qué trabajará? ¿Sería algún narco o algo así...? Bueno, creo que eso es algo exagerado de mi parte.

Cuando cerré la computadora me levanté del escritorio, y caminé hacia mi padre tan inmóvil como de costumbre. Acerqué su silla de ruedas a la cama, la dejé a un lado, y con la fuerza que cargaba en mis fornidos brazos, arrastré a mi padre hacia la silla de ruedas, y lo senté finalmente luego de un poco de esfuerzo.

—Hoy será un gran día para mí, papi. —le hablé mientras que lo acomodaba mejor, y le sonreía—. Saldré durante todo el día así que te dejaré bien preparado. No te preocupes, te encerraré en mi habitación para que nadie pueda hacerte daño.



***



Papá se encontraba recostado en la bañera que yacía a rebosar de agua, completamente desnudo. Mientras que yo me dedicada a lavar su cuerpo con la esponja, tallando bien su pecho con jabón. Él tenía la mirada sobre mí, y yo estaba hablándole de muchas cosas, y entre eso le conté:

—Mi historia está siendo un éxito en Wattpad. Tengo miles de visitas, votos y comentarios, papi. La gente se ha enamorado de la historia de Niall y Ashton. ¿Sabes quiénes son Niall y Ashton?

Él no me contestó, claramente, pero me dí cuenta de que había intriga en sus ojos.

—Son nuestros vecinos de atrás. —le respondí mientras que pasaba la esponja por sus axilas, sonriendo—. No se lo digas a nadie, papi, pero son dos chicos que se aman en secreto. Es un amorío homosexual, así que por eso deben esconderlo del mundo homofóbico. Son tan perfectos juntos que nacieron para estar con el otro. Y nadie más que yo lo sé, y por eso escribo sobre ellos.

Papá seguía con esa expresión tan muerta que me incomodó un poco.

—Ellos son mis personajes, papi. —continué hablando, y me quedé perdida en mis pensamientos, diciendo en voz alta—: Siento como si yo les hubiera dado la vida. Como si fuera su madre, porque ellos siempre hacen todo lo que yo termino queriendo que hagan. Es algo extraño, pero pienso que mis personajes son reales, y son ellos, Niall y Ashton. —ronroneé, y bajé la esponja hacia los gruesos muslos de mi padre, y tallé—. Yo observo a esos chicos todos los días desde mi ventana, y a veces salgo a seguirlos por el barrio. Pero hoy finalmente me he decidido en seguir al guapísimo de Ashton a su trabajo. ¿No tienes ningún problema con eso?

Al preguntar eso miré de nuevo a mi padre a la cara. Él seguía exactamente igual, así que me encogí de hombros.

—Bueno, tomaré eso como un: «claro que no tengo problemas con eso, hija». —dije, haciendo la misma voz que mi padre llegó a tener en su momento—. Oh, papi, a veces creo que siento envidia de Niall y Ashton. —dije, y mi mano bajó hacia la entrepierna de mi padre, y comencé a enjabonarle lentamente su pene—. Creo que nunca podré conseguir a un hombre que me ame como ellos se aman. Ashton, él me gusta mucho porque yo lo conozco, y es un buen hombre como tú lo fuiste padre. Él me recuerda a ti, y creo que por eso tengo expectativas muy altas en el amor... —dije, y recorrí todo el desnudo cuerpo de mi padre con mis ojos.

Papá siempre fue un hombre bastante atractivo como Ashton. Siempre me pregunté por qué se fijó en el desastre de mi madre. Pero al menos ya estaba enterada de quién había sacado mis lindas facciones.

Mi padre tiene un cabello castaño claro, sus ojos son exactamente como los míos, y su nariz es igual de respingada. Y su cuerpo, que alguna vez estuvo en buena forma, ahora estaba más delgado de lo normal. Pero aun así papá me seguía pareciendo atractivo. Y me gustaba ver su cuerpo desnudo cada que lo bañaba.

—¿Algún día podré encontrar a un hombre igual que tú...? —susurré, y me incliné hacia el, acercando mi rostro al suyo, diciéndole—: Te amo, papi.



***



Estuve finalmente lista en una hora. Tan pronto como atendí las necesidades de mi padre, y me preparé yo también. Lo metí en mi habitación, y lo acosté en mi cama con esa facilidad que tenía en los brazos. Al principio era muy difícil mover a mi padre de la silla, pero ahora era muy fácil, y creo que eso me había sacado músculos en los brazos.

Le puse una almohada debajo de la cabeza y una manta sobre el cuerpo. Me incliné, y le dí un suave beso en la frente.

—Volveré tan pronto que tenga más inspiración para mi novela. —le aclaré, y sin más me marché de mi dormitorio cuando supe que en menos de media hora los muchachos deberían estar saliendo de su casa.

Papá fue lo último que vi antes de salir de mi habitación, y en su mirada había algo extraño, quizás estaba muy feliz por mí y no sabía como demostrarlo, ¿cierto?

Sí, debía de ser eso.

Cuando salí cerré la puerta con llave. No quería volver a encontrarme con la escena de alguna zorra sobre el regazo de mi padre rayando su cara. Oh, si volvía a pasar algo así... estaba segura de que perdería la cabeza.

Miré hacia el pasillo dándome cuenta de que seguía exactamente igual, con todas esas botellas vacías tiradas por todos lados; restos de la fiesta que se había montado mi madre anoche. La casa parecía peor que nunca, y me sentí enojada al saber que yo tendría que encargarme de la limpieza. Sin embargo, me concentré en salir cuanto antes, y caminé por el sucio y corto pasillo, encontrándome a mi madre sentada cerca de la entrada.

Mamá estaba tirada en el piso, rodeada de botellas, jeringuillas usadas y colillas apagadas. Llevaba el pelo sucio y revuelto, no cargaba nada de ropa, su maquillaje estaba corrido y borroneado. Parecía destruida, y me la quedé mirando durante un largo rato, y sentí tanto odio por ella que quise patearla.

Pero no lo hice.

Sólo la miré, dándome cuenta de que ella era la patética entre las dos. Era asquerosa, y me desagradaba, y me alegraba que no volviera a tocar a papá, ni se le acercara. Mi padre no merecía volver a estar con una mujer tan usada como lo era ella. Papá merecía al alguien como yo.

Terminé ignorando a mi madre, y pasé por su lado para poder abrir la puerta de la casa. Decidí salir de prisa antes de que pudiera despertarse en cualquier momento, y finalmente salí hacia la calle del vecindario.

Salí y respiré aire fresco y limpio, mucho mejor a como olía en mi casa. Entonces, me sentí lista y preparada para cuando marché hacia mi destino.

Caminé tan rápido por el barrio que no tardé en llegar a la calle donde vivían mis queridos personajes. Estaba emocionada de verlos esa mañana. Pero me sentía algo melancólica porque sería otro día en el que no sabrían de mi existencia como su creadora.

Esa mañana me había vuelto a parar al otro lado de la acera, e iba igual de discreta que cualquier otro día. Llevaba una gorra que escondía mi chongo, unos lentes de sol rojos, y ese día quise usar un vestido floreado amarillo, con unas botas marrones. Así me quedé esperando pacientemente a que alguien saliera de la casa, y así pasó luego de unos minutos en los que me sentí estúpida esperando a personas que no sabían de mi existencia. Pero me alegré enseguida que los dos salieron, puntuales.

Los vi con atención y detalle, con interés y curiosidad. Los analicé como de costumbre para conocerlos mejor, para entenderlos mejor, y para escribirlos mejor.

Niall fue el primero en salir. Llevaba unos vaqueros ajustados, una camiseta blanca con estampado de alguna banda, y una chaqueta de cuero azul. Tenia el pelo rubio alborotado, y sus ojos azules brillando al sol. Él salió antes para subirse al coche, y encenderlo, y luego apareció su pareja.

Ashton, cargaba ese mismo uniforme que reconocía: pantalones cafés, y una camisa tan fea como el pantalón. Eran elegantes, pero sin duda era un uniforme que a mí Ashton no le quedaba nada bien, pero le quedaba bastante ajustado, y eso hacía resaltar su figura masculina, como sus pechos, sus brazos, sus piernas, y su trasero. Me quedé mirando eso último, y luego reaccioné cuando Ashton caminó por la acera, se despidió del rizado meneando la mano, y continuó andando.

Por eso él había sido el primero al que seguir. Ashton cada mañana se iba a pie, y por eso lo seguí desde mi lado de la acera. Antes, me despedí mentalmente del precioso de Niall, pero me enfoqué en mi Ashton.

Ashton llevaba una mochila, y yo que no llevaba nada caminé más lento que él, pero al menos eso hizo que el moreno no se diera cuenta de que lo seguía. Además, de que tuve una grandiosa vista panorámica de su trasero.

Oh, Dios.

Seguí a mi muchacho hasta las afueras del barrio, cruzamos algunas calles más y llegamos a una tienda medianamente grande de ropa, y que se ubicaba cerca del centro. Ashton entró primero, y yo me quedé afuera de la tienda durante más o menos media hora. No quería que él pensara que le estaba siguiendo, y sí era cierto, pero no quería que me descubriera. Todavía no estaba lista para presentarme con ellos. Así que, cuando me armé de valor crucé la calle, y entré cuando habían como seis personas dentro.

Al entrar me dí cuenta de lo elegante que era el lugar, pero al mismo tiempo tan anticuado como sus uniformes. Ashton, era el único trabajador que estaba en los pasillos, atendiendo a las personas. Y por eso rápidamente me escondí entre las hileras de ropas, con las intención de que él no me viera, y sólo así poder verlo de lejos.

Observé como atendió a las personas, y a pesar de tener una apariencia realmente intimidante como la de un narco... Era encantador.

Escondida detrás de un perchero sólo sentí la necesidad de correr y abalanzarme sobre él. Oh, eso deseaba cada vez que lo veía. Estaba por primera vez tan cerca de él, y las luces blancas de la tienda hicieron que pudiera ver mejor su cara.

Es bastante guapo, nada despreciable como los otros hombres, y justamente eso era lo que me encantaba de él. Su mirada profunda, sus tatuajes extraños, y esa joyería barata en los labios, la nariz y en ambas orejas, y esa apariencia de chico drogo que no pasaba por alto.

Pero me encantaba aun más que no fuera un cretino como a simple vista aparentaba ser. Él atendió a cada persona con encanto, y me sentí feliz al ver a tan buen chico que yo había creado.

Porque sí, yo era su creadora.

Sonreí enormemente sin apartar la mirada de él, pero como me moví un poco sentí que mi brazo tocó algo frío, y entonces me sobresalté y miré rápidamente a un lado para darme cuenta de que había chocado contra un maniquí.

Respiré hondo para tranquilizarme, y miré al maniquí más calmada. Era el de un hombre, y al verlo mejor me pareció bastante curioso, interesante. Lo miré durante unos segundos, y entonces sentí una punzada en el pecho cuando una idea vino a mi cabeza.

Como mi cuerpo estaba escondido detrás de la ropa, caminé despacio hacia el maniquí, y coloqué mis manos en su marcado pecho sin que nadie me viera. Me dí cuenta de que tenía el cuerpo similar al de Ashton, y entonces pensé que podría servirme para mis fantasías.



***



Saqué mi móvil, y revisé de nuevo la hora mientras que estaba escondida dentro de uno de los cubículos donde la gente se probaba la ropa. Me había encerrado en un probador para quedarme hasta que cerraran la tienda. Oh, este había sido un gran día, ya que pude observar por horas a mi querido Ashton, pero tuve que esconderme en la tienda para cuando fue anocheciendo.

Fue fácil esconderme ya que extrañamente la tienda estaba muy llena, y nadie se dio cuenta de que me escondí en uno de los veinte probadores. Me senté en la silla baja recogiendo mis piernas para que no se mostraran, y me quedé callada durante horas hasta que finalmente vi como comenzaron a apagar las luces.

La luz de la tienda se apaciguó, y escuché como cerraban las puertas de la tienda. Mi corazón siguió latiendo a toda prisa, pero aun así salí enseguida que supe que era seguro hacerlo. Y cuando lo hice caminé por el oscuro pasillo hacia afuera, y me encontré con una enorme sonrisa como toda la tienda estaba abandonada. Oscura, pero solitaria, y sin que nadie pudiera arruinar mis planes.

No sabía como describir toda la emoción que sentí entonces, pero me sentí mala, me sentí perversa, y me gustó. Además, sabía que estaría bien ya que no habían cámaras en el lugar, y había una puerta trasera por donde podría salir si abría el seguro. Era como una puerta para salida de emergencia, y esa sería mi salida para regresar a casa. Pero antes de hacer eso salí rápidamente hacia el maniquí que había visto antes, y comencé a quitarle la ropa para desarmarlo, y llevármelo a casa.



***



Cuando llegué a casa eran como las doce de la noche. No había nadie más que la podredumbre y la suciedad, pero yo caminé directo hacia mi habitación para abrirla enseguida. Entré haciendo un poco de silencio para no despertar a mi padre, y al verlo dormido no dudé en entrar en mi armario. No era uno normal, era un poco más grande de lo esperado, puesto que podía entrar perfectamente una persona, y allí entré para cuando escuché al rato esos sonidos que papá hacía.

Asomé mi cabeza afuera del armario, y vi a papá con la cara angustiada, mirándome, y balbuceando.

—Lo sé, lo sé, ya tengo que cambiar tu pañal. —me reí, y le conté—: Ay, papi, hoy ha sido un grandioso día. Conocí más la amabilidad de Ashton, pero no sólo eso, ¡conseguí finalmente un novio!

Mi papá estaba inmóvil en la cama, pero su rostro se veía extraño de nuevo. Yo lo ignoré, y una vez logré armar lo que se encontraba en mi bolsa, abrí el armario enseñando al hombre maniquí fornido que me había traído. Era un poco más alto que yo, pero era bastante parecido a lo que esperaba de un hombre.

Mi padre se quedó mirándolo con ojos bastante abiertos, y yo saqué a mi novio del armario, diciendo:

—¿No es perfecto, papá? Nos conocimos en la tienda y enseguida hicimos clic. —dije, mirando a mi novio con todo ese amor que tenía por dentro, y que estaba guardando para la llegada de un buen hombre como él—. Su nombre es Blanco. —acoté, y me eché a reír porque irónicamente él era literalmente blanco—. Y estoy perdidamente enamorada de él, papi, ¿qué te parece? —le pregunté mientras que abrazaba a mi novio, y miré a papá que estaba como pálido en la cama—. Bueno, no me importa lo que pienses. Tú ni siquiera puedes hablar. —me encogí de hombros, y miré de nuevo a Blanco a su inexpresiva cara—. Mamá no está..., así que mi novio y yo tenemos la casa sola. —sonreí enamorada, y mientras que abrazaba a mi pareja me puse de puntillas, y lo besé en la boca frente a papá.

Fue nuestro primer beso. Un beso dulce, suave e inocente..., pero entonces me dí cuenta de que quería algo más que eso. Lo besé de nuevo con más ganas, y me comí su boca como siempre quise hacerlo con un hombre. Con un hombre como el que tantos años había esperado y que ahora tenía frente a mí. Me abracé a su cuerpo fornido, y con mis mano sentí sus brazos fuertes, y comencé a quitarle la ropa lentamente al mismo tiempo que yo hacía lo mismo sin importar que tuviera unos ojos sobre mí. Yo me dejé llevar por el placer que sentí en mi intimidad, y me desnudé a la vez que desnudaba a Blanco.

Los dos nos seguimos besando frenéticamente frente a mi padre, y yo empujé a Blanco en suelo con agresividad, y él cayó de espaldas. Cuando se recostó tieso, yo me subí encima de él, y coloqué mi trasero cerca de su intimidad, y entonces, desnuda procedí a frotarme mientras que sentía como la excitación recorría mi cuerpo, y como una electricidad me atrapó cuando mi coño se rozó con ese duro bulto del maniquí. De esa manera empecé a masturbarme a mí misma con Blanco, y con mis manos me apreté los senos, y moví mis caderas al ritmo en el que me frotaba con mi novio, y profería gemidos fuertes, sintiendo vibraciones en mi vagina. Cabalgué sobre la polla de Blanco reiteradas veces, moviendo mi pelvis, y le arañé el pecho duro cuando sentí que iba a venirme. Y justo en ese momento, giré mi cabeza hacia donde estaba mi padre recostado en la cama. Lo miré directo a sus enormecidos ojos, e imaginé que era él quien me follaba realmente.

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