Sebastián x Julio (UruBol)
Perdón por no actualizar esto, pero me costó recordar que me faltaba actualizar.
Para Sebastián hoy era un día precioso, por así decirlo, tan brillante, como sus brillitos. Que mas podía pedir, supongo que nada con tan hermoso día, nada puede salir mal.
Bueno eso parecía, porque al final, ese día debía salir un rato, porque se había olvidado de hacer algunas cosas, como por ejemplo, tenia que ir a comprar unas cosas para su casa, luego debía de revisar uno que otro desastre que dejó anoche en su cuarto, y en la noche debía de preparar algo de comer, esperando a que le salga bien, porque era una noche especial.
Primero fue hacer las compras, uno de lo que utilizaría para cocinar, aunque no tenía mucha idea de que cocinar, y dos para los otros días, aunque no era mucho, luego cuando llego, acomodo toda su casa, se notaba que estaba un poco desastrosa, no había estado toda la semana en su casa, y el polvo se había amontonado, limpio tanto que él fue el que terminó envuelto en mucho polvo, hasta el punto que ya no brillaba.
Se fue a darse un buen baño, cuando salió, se fijo la hora, estaba a tiempo, así que con calma de que nada le saliera mal, prepara de manera un poco minuciosa cada ingrediente fijándose de no meterle otra cosa.
Todo ya estaba listo, la comida que estaba vez decidió ponerla al horno, se dio a la hora, así que fue a ponerse el traje que le quedaba muy bien, se peino y quedo según demasiado atractivo, se colocó sus lentes, y bajo, para fijarse que la comida ya estaba apunto de estar, escucho el timbre, y fue a abrirla, encontrándose con Julio, el cual estaba nervioso, o así se notaba por su rostro casi sonrojado, dejó que el otro entre, y una vez paso, Sebastián, se agachó a darle un beso en los labios.
Dejo sonrojado al boliviano que igual sonrió por su pareja, que estaba feliz por su recibimiento, - Buenas. - Le dijo el uruguayo a su pareja, mientras le guiaba al comedor, el cual la mesa, estaba con unas velas, y todo acomodado para poder comer, todo se notaba muy romántico.
Sebastián retiro la silla, para que el menor se sentará, y así poder ambos empezaron a comer, por suerte la comida estaba bien y no le había pasado nada malo. Lo llevo a la mesa, y se sentó al lado del menor.
Cuando terminaron de comer, ambos se pusieron a charlar, Julio le decía que la comida estuvo buena, suerte para el uruguayo, el cual por poco pensó que había preparado mal.
Entre palabras y palabras, se tomaron de las manos, mientras seguían charlando, ambos se sentaron de la mesa, y Julio le dijo que le ayudaría a lavar, y así fue, al terminar, decidieron que aún era temprano así que podían fácilmente ir a ver una película, pusieron dos; la primera a ninguno de los dos les gusto, y la segunda era un poco pasable, por su parte el boliviano colocó su cabeza el hombro del otro, mientras seguía viendo lo que pasaba en la película, Sebastián paso su brazo al rededor de la cintura de Julio.
- Julio - le llamo, mientras veía que el boliviano le prestaba atención, cuando vio que tenía los ojos del menor en él, aprovecho para darle un beso, el cual el otro acepto, poniendo su mano en la mejilla. - No te aburres de ver la película.
El menor pensó un poco, y si quizás aburría un poco, pero aun así era pasable - Un poco, a no ser que haya algo mejor que tengas en mente. - Para el Uruguayo eso era luz verde ante lo que quería hacer esa noche.
- Quizás sería mejor ambos vayamos a mi cuarto. - No tardó mucho para que él menor se diera cuenta que era lo que pensaba el menor - Vamos. - Apago el televisor, y tomó de la mano del menor, para luego guiarlo a su habitación, si algo bien sabían ambos es que no dormirán en toda la noche, sabiendo como se comportaban pasado casi una semana sin verse.
Una muy bonita noche agitada, en el cual el cuarto quedaría de nuevo como un desastre.
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