Amigos, eso era lo que todos describían en la relación de ambos.

Aunque si eras más atento a los detalles, ya te habrías dando cuenta que hace tiempo ambos destruyeron era pared invisible, y ahora ya eran pareja.

Pero como ocurrió esto, bueno más de una vez ambos se trataron con tanto cariño. Los dos se sonreían sabiendo que era lo que pensaba el otro, habían sido amigos bastante tiempo, y ese día en cual ambos confesaron sus sentimientos por el otro, sus vidas cambiaron, aunque también a veces se comportaron como siempre.

Aunque ahora, ambos se enviaban correos bastantes empalagosos, o a veces hasta flores, salían a lugares diferentes a los que salían cuando solo eran amigos.

Uno de otro besito suave, para disfrutar el momento. Palabras cariñosas, y una que otra caricia departe de ambos, para expresar sus sentimientos.

Palabras dulces, acompañadas de risas por chistes que eran malos, pero suficiente para hacerlos sonreír, mientras sus corazones latían con fuerza cuando estaban juntos.

Siempre mirando los ojos del contrario, para ambos que podían ver cuánto se amaban, cuánto se querían, que parecía que nadie los separaría.

Teniendo encuentros, que iban un poquito más allá de un simple eso. A veces amanecer juntos, abrazados mientras escuchaban que la mañana se acercaba.

Comer juntos, o hasta preparar la comida juntos, esperando que esa mañana sea larga para no separarse nunca.

Eso era la relación de Daniel y Julio, una que no todos pensaban o se daban cuenta, sino miraban los pequeños detalles.