El paraguayo y el boliviano ya llevaban saliendo hace mucho tiempo, pero había algo que pasaba con esta pareja, y era que aún no había pasado a la segunda fase, el motivo era que Julio no se animaba hacerlo, tenia un poco de miedo, aunque Daniel, varias veces le dijo que sería cuidadoso, aun así no lograba convencerlo en su totalidad.

La pareja, en estos momentos trataba de hacerlo y de nuevo ocurría, Julio se ponía demasiado nervioso, y se apartaba.

- Lo siento Dani... pero no quiero.

- Julio, no te preocupes no te haré daño, seré suave...

Dijo para luego volver a besar al menor, tratando de hacer todo lo posible para mantenerlo tranquilo.

El menor dejaba que el paraguayo, toque su cuerpo con suavidad, después de todo aun tenía miedo, siendo la primera vez que ambos estaban en aquella situación.

- Dani... - Fue lo que pronunció el menor, mientras suspiraba producto de los besos en el cuellos, por lo visto el chico de ojos verdes estaba haciendo un buen trabajo, manteniendo tranquilo al boliviano.

Sus manos fueron bajando suavemente, esperando saber que el otro dejará aquel nerviosismo.

Por lo visto estaba funcionando, el menor estaba cediendo ante aquellas suaves caricias provocadas por el paraguayo, besos suaves pero intensos, el ambiente estaba poniéndose caliente, la manos del mayor estaba tocando la zona más íntima del menor provocando gemidos departe de este.

Mientras abría despacio las piernas del moreno, Daniel beso sus labios, y masajeaba la entrada de este provocando gemido involuntarios por parte del boliviano, el cual acariciaba el cabello del otro, mientras dejaba que las manos expertas del otro lograrán sus cometidos.

Un par de dedos empezaron a entrar con lentitud mientras empezaban a dilatar la entrada lo más que se podía, sin olvidar que debía distraer al menor mientras realizaba estas acciones, lamio los pesones del otro, se podía escuchar con claridad el sonido de los suspiros y jadeos del menor, mientras sentía por dentro aquellos dedos que eran culpables de esas sensaciones.

- Dani... - Gimió el menor, no sabia que podría ocurrir más tarde, hasta que sintió como el otro retiraba los dedos, pero sintió otra cosa.

El miembro ya erecto del paraguayo se encontraba en su entrada haciendo presión para entrar ya en su interior.

- Sólo relájate - Dijo Daniel, besando menor, relajando aquel nerviosismo que el otro tenía.

Lentamente fue haciendo presión, y metiendo su pene, lo más lento pero suave posible, no quería provocarme algún daño, después de todo eso no sería agradable para Julio.

Aquel interior apretado y caliente se sentía tan bien, además su miembro lo agradecía, el placer estaba muy pleno con movimientos suaves empezó a dar aquellas embestidas, a lo que Julio decía en voz baja.

- Duele - Aunque el paraguayo trataba de tranquilizar al menor de todas formas.

Luego fue aumentando la velocidad ligeramente, aquella sensación de placer le gustaba al mayor, mientras que Julio parecía agarrarse de la cama lo mejor que podía, mientras genial con suavidad.

Cada minuto los movimientos de embestidas iban acelerando, Julio ya había olvidado el dolor anterior y estaba gimiendo producto de la buena posición que tocaba más allá donde lograba dar ese placer del Sexo.

No podrían aguantar por mucho tiempo, lo movimientos que parecían erráticos, sus alientos en la parte más caliente a la falta de aire en sus pulmones, ya daban a entender que no durarían más tiempo.

Solo bastó unas cantas embestidas para que el menor se corriera, producto del orgasmo, y Daniel dejo todo el semen en su interior.

Y fue ahí donde Julio ya dejo de tener miedo o nerviosismo, es mas le gustaba hacerlo, a veces lograron hacerlo por cuatro veces en la semana, todo depende de su tiempo libre.