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ChiBol (Segunda parte)

Aun todos se preguntan porque Julio se comporta de esa manera, pero era un simple motivo estaba en esos días en los cuales nadie deseaba hacer nada, ni siquiera comer algo, o hacer "algo productivo", ese día no quería nada, pero eso fue ayer, hoy era otro día, estaba más tranquilo más calmado, mirando su celular como si su vida dependiera de ella, ¿pero porque?, bueno Julio acaba de enterarse que su hermano mayor estaba saliendo con alguien, pero este no le decía quien, toda su tranquilidad se estaba yendo al carajo, era normal ver a dos hermanos que siempre estaban juntos, pero que uno de ellos salga con que salía con alguien, era algo irrefutable, la pregunta de Julio era, ahora que pasaría, su hermano dejaría de cocinarle, ya no hablaría como antes, muchas cosas pasaban por la mente de Julio, quería saberlo, él aun se sentía como un niño mimando y ver que su hermano ya no le tomaría demasiada atención como antes le era muy preocupante.

Miro la hora, su hermano noble había respondido en mensaje que le había dejado hace 10 minutos atrás, se sentía bastante preocupado. Pero en un momento u otro, la puerta de su casa sonó, indicando que alguien había llegado, y pensando que era su hermano, se levantó y abrió la puerta.

- Miguel - Dijo y se dio cuenta que no era así, sino que era Manuel, para mientras esperaba a que el otro le dejará pasar, - Ah... Hola Manuel. - Dijo con un tono cansado.

- Hola Julio, puedo pasar - le dijo, el menor se hizo a un lado y dejo pasar al mayor.

- Si vienes de nuevo por lo que ocurrió antes, te vuelvo a insistir que no podemos arreglar la relación socio/política que tenemos - Fue rápidamente al grano el boliviano, pero a lo que dijo no detuvo a Manuel para darse la vuelta y cerrar la puerta.

- Yo no vengo a eso, ya te lo dijo, si tanto me tratas como un desconocido, entoces empecemos a conocernos. - Tomó la mano de Julio por mero impulso, y lo llevo al sillón, sentado casi obligando al menor a sentarse a su lado.

- Oye - Se quejo, pero se sentó en el sillón al fin y acabo. - Entoces, como quieres que nos conozcamos, si ya sabemos como termina todo siempre.

- Julio, solo cállate y escúchame. - Dijo silenciando toda palabra que salga de la boca del menor, - Tengo muchos motivos para estar aquí - Empezó a decir, y luego miro directo al menor y al notar que el otro buscaba con que distraerse, tomó la barbilla de este e hizo que le mirara a él, - Mírame cuando te hablo.

- Te comportas como si te importará - Apartó la mano del chileno de su rostro.

- Es porque lo hago, maldita sea. - Le dijo algo frustrado y enojado, - Yo vine hasta solo por un motivo, el mismo por el cual te invite, a ese lugar... - Tomó un poco de aire y miró al chico, ya que este también lo hacía, - Julio, lo único que quiero decirte es que...- Y ahí estaba de nuevo su orgullo, debía decirlo, pero ya mismo, con algo más de valor, tomó la mano del moreno, acto que dejó pensando a Julio, y luego Manuel sin saber que más hacer, beso a Julio, sin ni siquiera avisar lo que haría.

Era uno de aquellos besos, los cuales, no tenían algún pensamiento, solo estaba una sensación de perplejidad de parte de uno, y el otro expresando lo que sentía, además el beso era simple.

Aunque al apartarse, lo que logró ver fue algo que quizás se entendía con sólo mirar, la piel morena de Julio era difícil de saber como estaba, pero en esos momentos se veía el sonrojo, producto de algo que no estaba esperando en esos momentos.

Ahora si que no hay nada que decir el silencio estaba reinando toda la sala, además afuera se podía escuchar como la lluvia empezaba a caer, a lo que Manuel solo logro decir.

- Puedo quedarme hasta que pase la lluvia... - Lo que recibió fue solo un movimiento de cabeza afirmando, aunque aún el menor no se atrevía a hablar, se había callado, eso era bueno y malo al mismo.

Aun estaban sentados en aquel sillón, ninguno se movía, la lluvia caía y todo lo que había ocurrido seguía muy presente, tal vez era ya hora de tratar de ligerar aquel ambiente.

- Julio... - Llamo el mayor, mientras miraba algo avergonzado al lado suyo donde se encontraba el menor, - Yo, tenia que decirlo... aunque me costó hacerlo...

- Manuel. - Interrumpió el menor, levantó la cabeza ligeramente - Lo siento... - Empezó a decir suavemente, - Lo siento por comportarme de esta manera, tan grosera, pero solo trataba de evitar que se note... - Calló sin decir nada mas, Manuel esta vez miro esperando a que este también mirara, en cambio solo recibió algo simple, Julio estiró su mano, y tomó la mano del mayor, haciendo entender que él también sentía lo mismo, - Tú también me gustas... - Termino por decir, para luego mirar al otro a los ojos, por primera vez veía al menor en un estado más tranquilo, lo que antes se comportaba el menor, ahora se notaba lo dulce que se veía, algo que Julio a veces mostraba a su hermano mayor, y Perú decía, solo que nadie lograba verlo.

Tal vez fue por mero instinto, pero ambos empezaron a estar más cerca del otro, para luego volver a unir sus labios en un beso suave y correspondido, en ambos sus corazones latía a mil, producto de las confesiones. El amor correspondido era algo bello, aunque costo mucho lograrlo, todo se podía. La mano del mayor se posó en la cintura del menor para acercar al menor a él y poder estar más cómodos en aquel beso, suave mientras las manos de Julio subían a los hombros de Manuel, para que aquel beso tomará más intensidad, se tuvieron que separar, por aquella falta de aire, a que no se necesito palabras para que ambos, se levantarán y tomarán sus manos, empezando a caminar mirándose, hasta el cuarto del menor.

Ambos al entrar se besaron, no hablaban, solo hacían lo que sus instintos le pedían en esos momentos, lo que necesitaban, lo que sus cuerpos querían. Aquellos besos repartidos por el cuello del menor lograban sacar varios ligeros gemidos suaves casi insonoros, Manuel apoyo al menor en la cama, mientras sus manos tocaban al chico debajo suyo, sintiendo la piel caliente producto de la sensación de bombeo de sangre, el cual él también estaba teniendo, el cuerpo del menor, tan pequeño, tan dulce, los labios que correspondían al ser tomados por él.

La ropa ya empezaba a desaparecer de ambos cuerpos, y las ganas de sentir aun mas al otro era mayor, besos repartidos por uno y por el otro, en igual de cantidades, mientras sus miradas aun estaban concentrados en los ojos del otro, Julio acarició el cabello del mayor, autorizando cualquier cosa que él otro quiera hacer con él.

Los dos estaban en aquella cama, ya con los cuerpos desnudos, mientras el menor se sostenía de los y la espalda del otro, mientras el sonido de la cama moverse indicando que ambos estaban en pleno acto, varias veces sus labios se tocaban dándose besos desesperados, y el cuarto inundado de gemidos, la espalda de Manuel estaba siento arañado, mientras que el cuerpo del boliviano se encontraba marcas de chupones y mordidas, pero de esto ninguno de los dos se arrepentía, las piernas del menor estaban abiertas mientras trataba de mantenerse aun consciente, aunque era muy difícil, cuando ambos hacían el amor, uniendo tanto sus cuerpos y almas en aquel acto sexual, que los consumía.

Al final de todo, ambos quedaron durmiendo, estaban muy cansados, y se durmieron ahí, juntos mientras se abrazaban, con una sonrisa en los labios.

El amor correspondido es bello en estos momentos, en especial cuando ambos están dispuestos a estar juntos, apesar de todas las adversidades que existían, pero aun así están ahí.

Oh... y casi me olvido, Miguel llego a la casa de Julio y se fue al cuarto de este, aunque lo único que pudo pronunciar al ver a los dos durmiendo juntos, fue que le parecía tierno, aun Ecuador le pareció algo extraño, pero no iban a decir nada.

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