21 | Pasatiempos favoritos
21 de mayo de 2021
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AU: Hakuouki ruta de Hijikata Toshizō
Creo que puedo recordar ese día como si fuera ayer mismo.
Apenas habían pasado horas desde que se llevaron a Yamazaki del camarote, no sé cómo conseguí la fuerza para entrar aquí de nuevo. La cama estaba destendida, aún estaba el vaso roto en el suelo así como todo justo como lo dejé.
No me atreví a sentarme en la cama, miré cómo las sábanas aún tenían varias arrugas e incluso manchitas de sangre por todas ellas. Hace menos de tres horas él estaba aquí, gracias a él las cobijas podían conservar un poco de calor, pero ahora...
Me sequé las lágrimas con las mangas sin poder aceptar que se había ido, después de tantos años de conocerlo, después de tantos momentos que pasamos juntos ayudando a los demás capitanes y ahora él ya no estaba con nosotros.
Cuando me di la vuelta y pude ver sus ojos cerrarse tiré la bandeja que rompió el vaso, corrí hacia él y los primeros minutos intenté que reaccionara de nuevo, luego fue cuando tuve que asumir que había muerto. Grité como no lo había hecho tomando su mano y pegándola contra mi frente suplicando porque no me dejara.
Él había sido un verdadero amigo, puede que su personalidad seria hiciera más difícil notar si realmente me tenía aprecio o no, pero con el tiempo llegué a entenderlo y él a mí, tanto trabajo juntos nos hizo aprender a conocernos mejor y mejor hasta el grado de que empecé a verlo casi como un hermano, un amigo que siempre estaba ahí sin importar qué.
El primero en entrar a la habitación fue el señor Shimada y luego vino Hijikata pero yo era incapaz de separarme de él, sentía que al soltar su mano lo dejaría ir aunque ya no estuviera.
Y cuando volví al camarote después de dejar el cuerpo de Yamazaki en el mar haciendo una pequeña despedida entre todos, antes de seguir llorando, me fijé en el cuadernito que me había pedido justo antes de morir. Ahí tenía escrito todo lo que le había enseñado el doctor Matsumoto, pasaba horas y horas escribiendo en él, bueno, la verdad es que rellenó varios con anotaciones más o menos relevantes, y todos esos me los había confiado a mí, me dijo que era la única que podría encargarse del resto teniendo estos apuntes.
Empecé a leerlos, cada noche leía hasta quedar dormida, y cuando los acabé empecé a releerlos casi hasta el punto de memorizarlos. Entonces pude darme cuenta de toda la dedicación que Yamazaki ponía en ello, vi el fruto de todas esas horas que pasó escribiendo en los cuadernos y traspasando información de libros. A veces le decíamos que dejara su pasatiempo para ir con nosotros y relajarse, sobre todo era Okita quien insistía en que se desestresara un poco y pocas veces lo lograba, y debo admitir que llegué a llorar cuando vi que uno de los cuadernos era exclusivamente para tratar su enfermedad. Según Sōji, él ya lo sabía y precisamente por eso le insistía a Yamazaki para que lo dejara, para que no se preocupara escribiendo tanto para algo incurable. Por desgracia es cierto, no había ninguna cura efectiva en Okita, Yamazaki anotó todos los remedios que le enseñó el doctor Matsumoto y con el paso del tiempo fue escribiendo en una esquina que no habían funcionado, tuve que completar otros yo y también escribir que fueron inútiles.
Me sentía impotente, me sentía estúpida al no poder saber más allá de lo que había en estos libros para probar, para hacer más por el Shinsensgumi, porque aunque Yamazaki dijera que eso era todo lo que sabía y por eso lo había dejado plasmado, sé que sus conocimientos realmente iban más allá.
Pero aún así, lo mejor que podía hacer en nuestras condiciones era estudiarlos a fondo hasta poder hacer curaciones o incluso tomar decisiones serias sin leer, debía dar lo mejor de mí por todos, no iba a dejar que aquello en lo que Yamazaki tanto tiempo llevaba trabajando fuera en vano.
—¿Estás mejor? —sonreí mientras exprimía una toalla pequeña y se la colocaba a Okita en la frente.
Asintió consiguiendo una sonrisa bastante apagada, de hecho yo iba a seguir hablando pero al ver que él hacía el esfuerzo para dirigirse a mí de vuelta, me callé y le di su tiempo.
—Chizuru, ¿tienes el libro de Yamazaki?
Sinceramenre me sorprendió su pregunta pero inmediatamente asentí con una sonrisa y lo saqué del bolsillo que llevo en mi delantal a la hora de antender a los soldados.
—Sí, aquí está —se lo enseñé—, este es el que hizo sólo para tus tratamientos, de hecho.
Sonrió de vuelta y me movió la mano como queriendo que lo guardara de nuevo.
—Yamazaki se pasó media vida escribiendo eso casi como si supiera que iba a morir... Y conmigo ya no funciona nada de eso pero, por favor, conserva eso, úsalo, compártelo o haz lo que sea, quizá pueda ser gracias a ti que alguien más se salve... y tampoco dejes morir todo a lo que se dedicó Yamazaki. Escribía... escribía con tanta dedicación que ni siquiera parecía su trabajo, parecía un pasatiempo más, en serio que tenía la vocación y el gusto por ser médico, así que no dejes que haya sido en vano, ¿sí? —me pidió con la voz bastante baja y quebradiza todavía por el ataque que tuvo hace muy poco, y aunque varias de sus palabras me hacían entristecerme no sólo por Yamazaki sino también por Okita, respiré profundo y sonreí lo más animada que pude.
—Tranquilo, haré todo lo que pueda porque esto llegue a más gente. Pero no digas eso, hace unos minutos estabas bastante mal y ahora estás mucho más tranquilo sólo por seguir uno de sus tratamientos, son efectivos en cualquier paciente.
Ambos empezamos a reír y al mirarlo sus ojos se estaban entrecerrando, de hecho al notar que lo estaba viendo se disculpó por dejarse dormir.
—No, tienes que descansar, iré afuera a decirle a Kondō y a Saitō que ya estás bien, ¿sí? Mientras duerme —le acaricié el pelo antes de levantarme y salir.
Me encontré con ambos muy preocupados, después de todo me habían llamado mientras Okita prácticamente no podía respirar, todos nos alteramos aunque resultó pasarse con un poco de medicina y de respiraciones con vapor.
—No se preocupen, ya está bien, sólo está cansado así que seguro que ya se quedó dormido pero pueden entrar, aunque no hagan mucho ruido, ¿sí? —dije alegremente viendo cómo inmediatamente les transmitía aquella tranquilidad.
—Muchas gracias —Saitō me agradeció con una reverencia muy inclinada y casi puedo asegurar que escuché cómo se refería a mí como "doctora" lo cual me dejó sorprendida al principio. Yo no soy doctora, simplemente... ayudo en lo que puedo siguiendo los libros de Yamazaki, él sí que era un doctor.
Correspondí y él entró a la habitación lentamente, pero justo cuando iba a dedicarle una sonrisa a Kondō, él me hizo otra reverencia igual de respetuosa antes de ponerme una mano en el hombro.
—Estamos muy agradecidos por todo lo que haces por nosotros, Yukimura, gracias por cuidar tan bien de Sōji y de todos nuestros soldados —me soltó y volvió a hacer una inclinación—. Muchas gracias por tu trabajo, Yukimura.
Más que sentirme abrumada, me sentí contenta, sentí verdadera satisfacción con mi trabajo, al igual que Yamazaki, podía sentir que cuidar de los demás me llenaba como nada, ni siquiera era un trabajo, sólo un pasatiempo al que me dedicaría con gusto para siempre.
—No tiene por qué agradecer, lo hago con mucho gusto —entonces metí una mano en mi delantal y le mostré el librito a Kondō con una sonrisa alegre, la que me esfuerzo por dibujar cada vez que pienso en mi mejor amigo con tal de recordarlo como él quisiera: tranquilo, leal y dedicado a su trabajo—. Deberíamos agradecérselo todo a Yamazaki.
¡Chizuru doctora, Chizuru doctora! ¿Qué tal? Espero que les haya gustado este capítulo dedicado a bebé Yamazaki, un personaje que se merece mucho amor y capítulos y cosas bonitas porque es un bebé de luz que merece ser protegido por proteger a los demás. Yamazaki Suzumu es el mejor ninja del mundo, DON'T change my mind u.u
Sentí la necesidad de escribir sobre además de porque me encanta como personaje y todo lo que puse aquí arriba, hace poco volví a ve algunos capítulos y me llegó la escena de Chizuru llorando, además de que en varios episodios se vio a Yamazaki como que... con el pendiente de que quería estar seguro de que ella se quedara con sus libros así que tenía que entrar al Shinsengumay :')
Espero que les haya gustado, amor para Yamazaki, cosas bonitas de Chizuru siendo una waifu y, como siempre, el OkiSai ahí a discreción ewe
¡Nos vemos mañana!
Atsushi~
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