Somos héroes
Día 6 - Pro héroes.
Luego de tres largos años había llegado el día de la graduación, el día en que se convertirían en héroes. Izuku lloraba a mares, el lugar había comenzado a inundarse. Su novio, Shoto, le entregaba pañuelos intentando consolarlo. Katsuki le gritaba para que se calme y Eijiro trataba de calmarlo. Momo charlaba con Mina y Toru que estaban muy emocionadas y no paraban de saltar.
Denki miraba la situación, divertido. Más atrás pudo ver a Hitoshi apartado de los demás con cara seria. En esos tres años que pasaron, muchas cosas habían cambiado. Todos habían crecido en altura y muchos también en músculo, Shoji y Sato parecían dos gigantes. Denki también había crecido, pero seguía siendo más bajo que Shinso. Otra cosa que había cambiado fue la relación de ellos dos. Al principio apenas se hablaban, pero ahora eran confidentes y Kaminari sabía, solo con ver su rostro, que Shinso se estaba muriendo de los nervios. Se acercó a él para charlar un rato, quizás así podría hacer el momento más llevadero.
—¿Nervioso?
—Para nada. Estoy muy tranquilo.
—Se nota —dijo Denki, irónico.
Shinso cambió el peso de un pie a otro y abrió la boca para decir algo, pero luego se arrepintió. Denki lo miraba tratando de aguantar la risa.
—¿Ya sabés a qué agencia vas a ir? —preguntó finalmente.
—Los Lurkers me ofrecieron un lugar, supongo que iré ahí. Pero me gustaría buscar por otro lado. Estuve con ellos bastante tiempo, siento que ya es hora de tomar vuelo.
Se miraron un momento, Shinso asentía con la cabeza pensando en lo dicho por el rubio.
—Sos un gran héroe, vas a conseguir lugar en cualquier agencia que vayas.
Los ojos de Denki brillaron con intensidad y una sonrisa alegre se formó en su rostro. Luego, como si se hubiera dado cuenta de algo, cambió a una sonrisa coqueta.
—Lo sé. Soy genial. —Shinso rodó los ojos, pero sonrió divertido—. Pero vos también sos muy bueno, tuviste menos entrenamiento que los demás y lo hiciste genial. Te dije que ibas a ser un gran héroe y no me equivoqué.
Shinso se sonrojó y sus ojos brillaron levemente. A pesar de todo lo que habían vivido seguía siendo el mismo chico introvertido que era cuando entró a la UA.
—Gracias —dijo bajito.
—¿Y vos? ¿Sabés a que agencia vas a ir?
Dudó un poco antes de hablar.
—Me ofrecieron un puesto en Fukuoka.
Denki lo miró con expresión desolada, su boca se había abierto un poco por la sorpresa.
—Es... lejos —susurró mirando hacia abajo.
Hitoshi lo miró con tristeza. Desde que había sido transferido a la clase A, Kaminari y Shinso congeniaron rápidamente a pesar de lo diferentes que eran. Denki era de esas personas que se hacían querer y que todos querían tener de amigo. Pero su relación no era una simple amistad, tampoco eran novios. Era algo complejo de explicar. Era como si sus almas se hubiesen encontrado luego de buscarse por mucho tiempo. Estando juntos se sentían cómodos, se entendían solo con mirarse, como si se conocieran de toda la vida.
Ellos sabían que su relación no era una simple amistad, pero tampoco eran pareja. Por lo tanto, ¿Denki podía decirle a Hitoshi lo mucho que le dolía su partida? Su corazón le decía que sí, que Hitoshi se sentía igual. Sabía que, si le pedía que se quede, Shinso se quedaría. Pero hacer eso sería egoísta. Al igual que él, Shinso había soñado con ser héroe toda su vida, ahora que estaba a punto de cumplir su sueño no podía pedirle algo así.
Pero Hitoshi podía pedirle que se vaya con él, Denki deseó con todas sus fuerzas que Hitoshi le pida que se vaya con él. Pero no lo hizo.
Tal como habían hablado, Denki se empleó con los Lurkers junto a Mineta e Ibara. Shinso emprendió su viaje a Fukuoka. Sus amigos Ochako, Neito e Izuku fueron a despedirlo al aeropuerto. Denki también fue, aunque las despedidas son dolorosas, no quería perder los últimos minutos junto a su persona favorita.
Cuando llegó el momento de los abrazos, Ochako dejó salir algunas lágrimas y prometió mantenerse en contacto con él. Monoma y Midoriya le dieron un corto abrazo, luego fue el turno de Kaminari, se miraron a los ojos un momento. Los demás los miraron y dieron dos pasos atrás para darles espacio.
—Vas a hacerlo genial, porque sos genial —dijo Denki.
Shinso sonrió.
—Lo sé. No pongas esa cara, podemos hablar por videollamada. —Aunque decía eso, sus ojos se estaban llenando de lágrimas.
—Sí. También podemos viajar para vernos —comentó Denki limpiando las lágrimas que caían por las mejillas de Hitoshi—. No llores que me vas a hacer llorar a mí también.
Se escuchó el llamado para el vuelo de Shinso, por lo que tuvieron que despedirse, se dieron un abrazo largo sin querer separarse.
—Cuidate mucho —pidió Hitoshi.
—Vos también, mantenete a salvo.
Finalmente se separaron, Hitoshi saludó a todos con la mano y se marchó hacia las escaleras mecánicas llevando su carry on. Kaminari se quedó en el aeropuerto hasta que el vuelo de Shinso desapareció de las pantallas que anunciaban las partidas.
Las semanas pasaban con lentitud y pesadez. Ambos chicos se mantenían ocupados todo lo que podían para no pensar en el otro. Hablaban por chats y llamadas, pero les hacía falta tocarse, abrazarse. Denki pudo notar que las ojeras de Hitoshi se veían más oscuras y se preocupó al pensar que no estaba durmiendo lo suficiente.
Llevaban tres semanas viviendo lejos y Kaminari se dijo que había tenido suficiente. Extrañaba a Shinso, quería verlo, abrazarlo y por todos los dioses, quería besarlo. Lo necesitaba.
Sin decirle nada a nadie comenzó a buscar un puesto de héroe en Fukuoka; cuando lo encontró anunció su retiro en la agencia, tuvo que soportar el regaño de Mt. Lady por no avisar con tiempo, pero realmente no le importó.
Al día siguiente viajó hasta la ciudad de destino, quería darle una sorpresa a Shinso, por lo que diciéndole que le enviaría un regalo, le preguntó su dirección.
Luego del vuelo tomó un taxi hasta el hogar de Shinso. El barrio se veía como un sitio tranquilo, había poco tránsito y varios comercios pequeños, podría acostumbrarse a vivir ahí.
Al llegar a la casa de Hitoshi tocó el timbre, pero nadie salió. Supuso que todavía no volvía del trabajo, por lo que decidió dar una vuelta por el barrio para conocer la zona.
Shinso volvía a su casa cansado física y emocionalmente. Extrañaba mucho a Kaminari, durante el tiempo que estuvieron lejos se había dado cuenta que Denki era la persona con la que quería vivir por siempre. Comenzaba a pensar que lo mejor sería volver a Musutafu. Dobló la esquina, perdido en sus pensamientos y no se dio cuenta de que, a unos metros de él, su rubio favorito en el mundo miraba la vidriera de una chocolatería.
Llegó a su casa, la cual era muy chiquita. Solo tenía un ambiente, al entrar se veía una mesa pequeña donde desayunaba y cenaba, a la derecha estaba la cocina con los elementos básicos para cocinar y una barra que siempre estaba llena de cosas. Luego había una cama y justo enfrente una televisión que nunca encendía. El baño estaba justo al lado de la cama, lo cual era cómodo cuando se levantaba medio dormido y necesitaba bañarse rápido.
Al ingresar se sacó los zapatos y dejó las llaves en un mueble que había al costado de la puerta. Se dirigió a la cocina para prepararse un ramen instantáneo cuando el timbre sonó, quizás era algún vecino, pensó en no atender, pero el timbre volvió a sonar.
Con resignación se giró hacia la puerta y abrió, pero allí no había ningún vecino. Se encontró con el sol en versión humana. Denki lo miraba con una sonrisa enorme, tan brillante como siempre.
—¡Toshi! —No podía reaccionar. ¿De verdad era él?
—¿Den...?
Kaminari no lo dejó terminar, dio un pequeño salto y lo abrazó parándose en puntas de pie.
—Te extrañé.
Shinso volvió a la realidad en ese momento, devolvió el abrazo y hundió la nariz en su pelo. Sin pensarlo le dio un beso en la cabeza.
—Yo también te extrañé.
Cerró la puerta empujándola con el pie, no quería cortar ese abrazo. Los dos se movieron, pero sin soltarse, sus rostros estaban muy cerca, sus mejillas coloradas, sus ojos brillantes miraban la boca del otro. Sin decir nada se acercaron mutuamente, sus labios se rozaron con suavidad, pero no era suficiente para ninguno.
Hitoshi subió una de sus manos y la apoyó en la mejilla de Denki, con mucha delicadeza volvió a besarlo, pero esta vez su lengua lamió los labios contrarios. Kaminari abrió la boca, Shinso aprovechó para introducir su lengua y moverse con más velocidad. Ambos comenzaron a acariciarse con premura, pasando las manos por sus cabellos y espaldas.
Sus lenguas se frotaban y se movían como si quisieran ocupar cualquier espacio libre en la boca del otro.
El beso terminó lento tal como había empezado. Denki se quedó con los ojos cerrados, sus manos seguían acariciando los cabellos rebeldes de Hitoshi, todavía podía sentir las emociones que le había provocado ese beso. Shinso sonrió feliz al ver su expresión, le dio un pequeño beso.
—Hola —susurró. Denki abrió apenas los ojos y sonrió. Volvió a abrazarlo y hundió la cara en su pecho.
—Hola —su voz salió amortiguada y Shinso no pudo evitar reír ante la felicidad que sentía de estar abrazando a su persona favorita.
Un rato después, ambos estaban acostados en la cama individual de Hitoshi, al ser para una sola persona estaban un poco apretados, pero no se quejaban.
Hitoshi no dejaba de repartir besos por la cara de Denki y cada vez que se quejaba porque no lo dejaba hablar, lo besaba en los labios dando pequeños mordiscos y luego reía bajo al ver la expresión de Kaminari.
Al cabo de un rato comenzó a ganarse pequeñas descargas eléctricas, por lo que lo dejó hablar con la condición de que le cuente la razón de su visita repentina, en lugar de hablar de la vida de sus amigos.
Con los ojos brillantes Denki le contó lo que había reflexionado en esas semanas y su decisión de mudarse a esa ciudad con él. Hitoshi volvió a llenarlo de besos por todos lados y Denki rio feliz.
—Te quiero.
—Yo también te quiero.
Ambos sabían que eso que sentían era mucho más que querer, pero también sabían que era pronto para poner ese sentimiento en palabras. Por ahora les bastaba con demostrarlo.
Hola 😊 Bueno tengo mucho que decir así que agarrate (agárrense de las manos 🎵unos a otros conmigo 🎵). Qué largo que quedó este relato, no terminaba más de escribir, y ¿sabés qué es lo gracioso? Que para este día no tenía ni idea sobre qué escribir xD Y cuando empecé no podía parar, hasta casi meto una escena smut. Pero me acordé que había dicho que no iba a incluir temas adultos. Así que bueno, me limité a narrar el beso fogoso y nada más. Hacía mucho que no narraba un beso así, todavía me cuesta bastante 😖
Me atrasé un poco con este día porque pasaron cosas que me mantuvieron ocupada y porque este relato es más largo y me llevo más tiempo escribirlo. Pero bueno, no pasa nada. Espero poder publicar el día siete hoy mismo 😊
Creo que este día queda más con la temática de almas gemelas que de pro héroes :/ Pues sí, como sea.
Disfruté mucho escribiendo esto, tengo ganas de hacer más relatos derivados de este día 🤩
Puse un cameo de TodoDeku porque lo vi en varias week y me dieron ganas 💚 Deku y Denki son dos bebés super shipeables.
Acá dejo una imagen del mapa de Japón para que te ubiques por donde andaba Denki y qué tan lejos estaba Shinso.
Y por último esta bella secuencia que hizo que los ame hasta el infinito y más allá. Nos vemos hoy más tarde (espero) 💋
Bebés hermosos 😭💜💛
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